- Introducción y objetivos
- Antecedentes
- Conceptualizaciones
- Marco jurídico en el Uruguay
- Conclusiones
- Referencias
Introducción y objetivos
En nuestra búsqueda de la correcta terminología que pueda identificar a quien o quienes prestan servicios de prevención y salud y a quienes son receptores de los mismos, nos hemos encontrado frente al paradigma de lograr dar una correcta definición de conceptos que abarquen, sino todos, al menos la mayoría de las interpretaciones que se pueden llegar a tener sobre ellos.
Si bien es muy aventurado la utilización de algún término específico para referirse a las personas con las cuales médicos, odontólogos y todos los integrantes del equipo de la salud trabaja, pensamos que resulta necesario al menos especificar cuáles son los términos que aplican, descartar aquellos que no consideremos exactos o adecuados e, incluso contemplar la posibilidad que la terminología pueda ir variando en virtud de condicionantes cronológicas e incluso judiciales.
Nos parece también preciso aclarar que las conclusiones a las que podamos arribar en nuestro proceso de investigación como futuros profesionales, serán producto de opiniones que podamos fundamentar con un concepto más bien teórico y que, en un futuro será complementado con el conocimiento experiencial, ratificando o ampliando el conocimiento actual.
Es nuestro objetivo por lo tanto, no emitir opiniones que simplemente se adhieran a una u otra terminología por el simple hecho de comodidad o de conceptos adquiridos, sino realizar una investigación sobre los orígenes de la relación médico-paciente, entendida como la relación entre el equipo de salud y quien accede a ella, el marco en el cual está se brinda y, en virtud de condiciones o condicionantes propias y externas lograr encontrar el término más adecuado para definir si una persona es un Paciente, un Cliente o un Usuario de determinado servicio.
La evolución histórica de la práctica médica
Le evolución histórica de la práctica médica es analizable mediante la vinculación de la medicina con los componentes religiosos, ideológicos, políticos y económicos de los diferentes períodos históricos. (Material de Apoyo 1er Módulo-Salud, Facultad de Odontología UDELAR, 2013)
Los modelos que surgen de la practica medica se han ido modificando y adecuando a las necesidades de las sociedades existentes en los diferentes momentos históricos.
En épocas medievales surgen dos modalidades de práctica: la práctica médica religiosa que se brindaba desde los monasterios y posteriormente, en el sigo XII, la práctica legal o técnico-profesional. ("La Evolución Histórica de la Práctica Médica", UDA 1 Odontología Social, Facultad de Odontología UDELAR, 2013)
A medida que las sociedades evolucionan y comienzan a surgir conglomerados urbanos de mayor importancia, a partir del siglo XVIII es el Estado quien toma control de la sociedad y por ende del ejercicio de la medicina, comenzando así la enseñanza de la práctica médica desde las universidades y la administración de los servicios médicos.
En países como Francia, se estudiaban los problemas que enfrentaban las ciudades, en búsqueda de la disminución de las enfermedades en los distintos sectores de la población, poniendo énfasis en el medio ambiente, uso de recursos naturales, etc.
A fines del siglo VIX y principios del siglo XX, surge la medicina científica, centrada en el estudio del cuerpo humano y dejando de lado el estudio del medio ambiente y los factores sanitarios.
La industrialización, producto del capitalismo, hace que la medicina sea un mercado donde se beneficia a quien tiene poder monetario y queda relegado quien no lo tiene.
La relación entre paciente y médico ó equipo de salud, ha variado tanto en su concepto como en su actuar desde el surgimiento de la bioética, entendida esta como la ética aplicada al hombre.
La terminología a utilizar para definir a ambos integrantes de esta relación debe indefectiblemente verse modificada por los cambios en la concepción a través de los diferentes períodos históricos de las sociedades.
Con el surgimiento de movimientos sociales de concientización, la persona que busca asistencia por parte del equipo de salud, ha pasado de ser un mero objeto de estudio, a ser un sujeto con participación y poder de decisión en su tratamiento.
Nosotros basaremos las definiciones de los conceptos, en base al diccionario de La Real Academia Española, para mantener un mismo criterio objetivo.
Figura 1 – ¿Acceder a un sistema de salud, nos convierte exclusivamente en Pacientes ó el hecho de serlo y de pertenecer a una sociedad de consumo nos transforma en Clientes?
(http://www.patriagrande.com.ve/wp-content/uploads/2012/01/clinicas_medicina_negocio.jpg)
El individuo como Paciente
La palabra proviene del latín "patines" (padecer, sufrir) y según el diccionario de La Real Academia Española, el término admite varias definiciones que se pueden trasladar al ámbito de la salud.
En la primera de ellas, se refiere al "sujeto que recibe o padece la acción del agente."(1)
De acuerdo a la misma, el paciente constituye una forma obsoleta de percibir quién es el sujeto con problemas o necesidades, donde el mismo está en una postura pasiva de espera (paciencia), en la cura de sus dolencias o en la atención de la sugerencia de su médico, quien se transforma en un mero agente que produce una acción.
La siguiente definición del paciente como la "persona que padece física y corporalmente, y especialmente quien se halla bajo atención médica" (2), interpreta en el ámbito de la medicina y la salud al paciente como quien sufre dolor o malestar.
En términos sociales y administrativos el paciente es el sujeto que recibe los servicios de un médico u otro profesional de la salud y éste se somete a un examen, tratamiento o intervención.
De acuerdo a el "Código de Ética Médica" de 1995 publicado por el Sindicato Médico del Uruguay (S.M.U.), se entiende que el término "paciente" es adecuado una vez se da comienzo a una relación entre el individuo y un equipo de salud.
En este mismo código se establecen parámetros que se dan en esta relación y que, a su vez la definen, como por ejemplo el hecho que el paciente no debe ser abandonado arbitrariamente por el médico, que exista la obligación de continuar con la asistencia aun teniendo motivos y justificación para dejar de atenderlo, que el médico se responsabiliza del individuo que se le ha asignado cuando deba llevar a cabo un acto médico y que este deje de ser un simple ejecutor de tareas (3)
En nuestro actual período histórico, el término paciente puede resultar ajeno y opuesto al espíritu más humanista en el marco de la atención en la salud.
Este hecho ha motivado paulatinamente al abandono del mismo por la connotación misma de la palabra y su directa relación con patología y la asimetría entre quien requiere de atención y busca la ayuda de alguien superior, sea este médico, odontólogo y quien represente a quien la brinda.
El Individuo como Cliente
En la definición más estricta, se entiende por cliente a la "persona que utiliza con asiduidad los servicios de un profesional o empresa."(5)
En términos comerciales la palabra cliente es sinónimo de comprador y/o consumidor.
El concepto se liga entonces a un individuo o colectivo que compra cosas o usa servicios (a quien paga o tiene la capacidad de pagar por los mismos), quedando así implícito el hecho que quienes queramos acceder a un servicio prestador de salud, tenemos la opción de elegir a nuestro mejor criterio a quién o quiénes consideremos nos den una mejor relación costo-beneficios y encadenado con esta decisión se abre la existencia a una relación comercial: el Cliente paga por un servicio y el Prestador lo brinda.
Esto queda particularmente en evidencia cuando se contrastan servicios Privados con Servicios Públicos
En los primeros la atención se da en función de la capacidad de pago existente por parte del cliente, mientras que en los segundos son ellos, como gestores de los principios de salud, quienes deciden las necesidades sanitarias a seguir.
Tiende así a desaparecer la imagen del médico como individuo que brinda una atención personalizada, se institucionaliza la prestación de servicios y emergen sociedades de índole comercial como prestadoras de salud.
"Históricamente el paciente y su médico eran los personajes centrales de la medicina.
Esta relación fecunda e insustituible ha cedido su espacio al financiador del sistema de salud, que opera como pagador de los actos médicos, encadenados a otras organizaciones ligadas también a la salud, muchas de ellas en manos de operadores transnacionales poderosos que negocian con la salud tanto como lo hacen con bonos, campos o supermercados" (5 – Revista del Ateneo Argentino de Odontología – Vol. XL – Enero 2001, Pág. 5.)
Se puede entonces configurar una triangulación comercial que relaciona contractualmente a la "Empresa" (prestadora de servicios de salud y pagadora de salarios de su personal), al "Profesional" (otorgador directo del servicio y receptor de un salario) y al "Cliente" (receptor final de los servicios y a su vez pagador de los mismos a la prestadora de servicios)
El Cliente así, como pagador y seleccionador de un producto, pasa a tener una actitud activa en busca de la solución de su problema y es quien da el puntapié inicial en el proceso.Este hecho también determina que tanto el prestador como el cliente tengan un mismo estatus, desde el momento en que el primero tiene la libertad y derecho adquirido de seleccionar al segundo.
"La relación médico-paciente implica un acuerdo mutuo, de ahí que el paciente tiene derecho a libre elección de su médico y a la consulta con otro médico sin que se vea perjudicado en la continuidad de su asistencia" (4)
El Individuo como Usuario
El término usuario proviene del latín "usuarius" y se entiende según la Real Academia Española como el individuo que tiene derecho a utilizar algo ajeno, con ciertas limitaciones o quien usa ordinariamente algo.
En el ámbito de la salud se le pueden asignar dos significados, refiriéndose a los usuarios desde dos perspectivas:
1. Como persona sana, que participa de las actividades de los servicios de la salud.
2. Como persona padeciente de alguna enfermedad, teniendo un protagonismo activo en la recuperación de la propia salud.
En su capacidad y derecho inherente del ser humano en tener la libertad de acción para elegir un servicio en particular, el mismo se convierte en un usuario o beneficiario del mismo una vez exista la voluntad o necesidad de acceso.
En un sentido jurídico el poder utilizar algo, es un derecho real sobre algo ajeno que conceptualmente surge en la antigua Roma, donde se permitía a una persona el poder de uso de algo, regulado por convenios de partes.
En esa época, el poder utilizar algo de lo que no se era dueño, implicaba no tener derechos a percibir sus frutos.
Históricamente y especialmente en nuestra época, el concepto ha evolucionado al punto donde el usuario no sólo puede utilizar cosas o servicios ajenos, sino que, mediante el pago o contrato correspondiente regulatorio, le brinda el derecho a percibir sus frutos.
Quedan así, íntimamente ligados los conceptos de Cliente y Usuario, ya que como hemos definido previamente, una vez se ha decidido obtener, comprar y/o adquirir servicios, esto otorga los derechos necesarios para usufructuar los mismos.
Una vez formalizada la relación como Cliente, el individuo pasa a ser quien se define como Usuario porque ha adquirido la potestad legal de acceder al sistema de salud por el cual se ha decidido.
Las formas mediante las cuales el individuo pasa a ejercer sus derechos como tal, están dadas por la manera en que se origina la necesidad de acceso a ellos:
1. Por propia voluntad: el individuo puede optar por acceder al sistema por propia decisión y cuando lo estime necesario, sin existir algún tipo de patología o necesidad de atención inmediata (obtención de carné de salud, solicitud de chequeo médico rutinario, participación en beneficios no médicos, etc.)
2. Por necesidad: el individuo accede al sistema ante la presencia de una patología o ante la presencia de síntomas que considera diferentes a los normales (médico de radio, consulta programada, emergencia, urgencia, accidente de tránsito, trabajo de parto, etc.)
3. Por combinación de ambas: aún en casos de existencia de síntomas, patologías o necesidades de asistencia, el usuario puede decidir por voluntad propia acceder o no acceder a los beneficios del sistema de salud, o el momento en el cual hacerlo (chequeos durante el embarazo, etc)
Figura 2 – Una vez el individuo opta por la adquisición de un servicio de salud determinado, adquiere el derecho a ser usuario del mismo. En este caso, el trabajo de parto o chequeo médico es una forma de usufructuar sus derechos por necesidad médica, aunque también lo es por voluntad propia. (http://www.cubadebate.cu/wp-content/uploads/2010/05/cuba-atencion-medica-a-embaradas-580×410.jpg)
En el año 2007 se aprobó la Ley 18.211 que brinda el marco legal para la creación, funcionamiento y financiación de un Sistema Nacional Integrado de Salud.
Esta ley tiene como fin la promoción y prevención de la salud para mejorar la calidad de vida de la población, controlando la accesibilidad a los servicios y la cobertura.
Elabora políticas y normas de orientación preventiva e integral, fomentando el derecho a los usuarios y ejerciendo así los principios bioéticos.
Brinda también un marco para el control de los tratamientos con la tecnología médica, persiguiendo el principio de equidad.
Lo que la ley no regula es la terminología a utilizar en la relación Médico-Paciente, sino que encontramos que aunque nunca se nombre en la misma la palabra "paciente" ni "cliente", sino que trata al benefactor del servicio de salud como un usuario.
Encontramos asi que en el artículo 49 expresa "Son usuarios del Sistema Nacional Integrado de Salud todas las personas que recidan en el territorio nacional y se registran de forma espontánea o a solicitud de la Junta Nacional de Salud, en una una de las entidades prestadoras de servicios de salud que lo integren." (11)
Al habernos adentrado en la revisión de la terminología que defina a los integrantes del binomio Prestador-Benefiante en la salud, creemos haber satisfecho los objetivos propuestos y estar en condiciones de poder dar un significado global y actualizado a la terminología que más lo representa.
Tanto Paciente, como Cliente y Usuario son términos que refieren a la misma persona y su carácter de beneficiario dentro de un sistema de salud integrado, aunque el correcto uso de cada uno de los términos va a estar dado según en momento de la vida del mismo, la cronología de la prestación y la necesidad del tipo de servicio al que se acceda.
Pensamos que desde el mismo momento en que la persona toma la decisión u opta por determinado prestador de servicios de salud y se crea entre ellos un vínculo de índole comercial, donde existe algún documento escrito o consensuado que los relacione, el término que aplica es el de Cliente.
VENDEDOR ———————-( CLIENTE
(Sistema de Salud) (Individuo)
Establecido este vínculo, el individuo pasa entonces a ser un Usuario del sistema ya que, desde ese mismo momento adquiere el derecho de utilizar el mismo y los beneficios de este, tanto como persona sana o como persona padeciente de alguna enfermedad.
Este derecho va a a estar siempre determinado y limitado por el cumplimiento de los acuerdos establecidos al momento adquisición de los servicios.
CLIENTE ———————-( USUARIO
(adquiere el derecho de uso de los servicios)
Una vez los derechos de utilización del servicio son adquiridos, el individuo queda en libertad de efectivamente hacer uso de los mismos a su criterio, voluntad y/o necesidad.
Cuando efectivamente pasa a ser parte activa del sistema y requiere de la utilización de alguno o todos los servicios profesionales de la salud, es cuando efectivamente hablamos que el individuo es un Paciente.
USUARIO ———————-( PACIENTE
(requiere la utilización de los servicios)
Se desprende entonces de las definiciones y de la cronología en las decisiones del individuo que:
1. Todos los clientes son usuarios, pero no necesariamente pacientes.
2. Todos los usuarios son clientes, aunque no necesariamente pacientes.
3. Todos los pacientes son indefectiblemente clientes y usuarios.
1 Méndez Vilaca, La evolución histórica de la práctica médica, UDA 1 – Odontología Social – Salud y Prevención, Material de apoyo 1er módulo-Salud, 2013.
2 Méndez Vilaca, La evolución histórica de la práctica médica, UDA 1 – Odontología Social – Salud y Prevención, Material de apoyo 1er módulo-Salud, 2013
3 [Internet], Diccionario de la Real Academia Española: c2013. Disponible en: http://lema.rae.es/drae/?val=paciente
4 [Internet], Diccionario de la Real Academia Española: c2013. Disponible en: http://lema.rae.es/drae/?val=paciente
5 [Internet], Sindicato Médico del Uruguay: c2013. Disponible en: http://www.smu.org.uy/elsmu/institucion/documentos/doc/cem.html#cap4
6 [Internet], Diccionario de la Real Academia Española: c2013. Disponible en: http://lema.rae.es/drae/?val=cliente
7 Editorial, Medicina versus finanzas, Revista del Ateneo Argentino de Odontología, 2001, Ene; XL (1)
8 [Internet], Sindicato Médico del Uruguay: c2013. Disponible en: http://www.smu.org.uy/elsmu/institucion/documentos/doc/cem.html#cap4
9 [Internet], Diccionario de la Real Academia España: c2013. Disponible en: http://lema.rae.es/drae/?val=usuario
10 [Internet], Diccionario de la Real Academia España: c2013. Disponible en:
Enviado por:
Nicolás Abreo