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La novela policial (página 2)

Enviado por juangf_jcr


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Lupin se construye como un mito, gracias a su inteligencia prodigiosa y a su actividad devoradora que lo llevaban a resolver los casos de una manera fenomenal. Cuando Leblanc escribió Los tres crímenes de Arsenio Lupin ya no quedaban dudas: Lupin, prisionero en la Santé, jefe de policía, vengador del honor nacional y amante desesperado, era verdaderamente un superhombre.

El mito de Lupin es durante un momento de la sensibilidad francesa, se tendría que agregar que se trata de un momento de decisiva importancia ya que bajo la influencia de Leblanc cambia toda una forma colectiva de soñar. Existía antes a Lupin el folletín, donde reinaba el melodrama, una imaginería del tiempo de las diligencias, mismo respondía a una larga tradición. Se produjo entonces una gran transformación, la acción se convirtió en investigación y fue dirigida por el razonamiento. También surge la imaginería también nueva, deslumbrante y grandiosa a la vez. Leblanc, rescata del olvido decorados por ejemplo: la guillotina, los cafés, Paris, entre otros.

Leblanc creo todas las situaciones claves de la novela policial más moderna: el narrador resulta ser el culpable, Lupin resuelve los problemas mas asombrosos obteniendo soluciones mejores que las que encuentra Dickson Carr, el autor utiliza con feliz virtuosismo los recursos más sutiles de la deducción.

Otro escritor determinante fue Gaston Leroux, quien era especialista en folletines y contaba las aventuras de su joven y audaz detective llamado Joseph Rouletabille. Leroux tal vez aportó más a la novela policial que Leblanc debido a que vulgarizó los métodos de Sherlock Holmes. La historia popular se convierte en el ejemplo típico de la narración fascinante, imprevisible y prodigiosa.

Leroux es por excelencia el realizador escénico de la revelación inesperada, increíble, imposible y necesaria. Después de él y gracias a él se iban a poder traducir los trabajos de autores anglosajones ya que el público ya estaba preparado para recibirlos favorablemente. Por tal motivo, a partir de 1927 las primeras grandes colecciones policiales obtuvieron un éxito impresionante. Los novelistas anglosajones de gran tirada, ya habían comenzado a ser traducidos y publicados en forma irregular. La novela policial se estaba imponiendo como un género nuevo. L`Empreinte, bajo la dirección de Alexandre Rallí, difundió en la misma época las mejores novelas policiales inglesas. El mérito de Rallí residió en haber seleccionado textos característicos, que sirvieron rápidamente de modelo a los autores franceses. Los escritores franceses no eran inferiores a sus rivales anglosajones. Si bien aceptaban la rígida disciplina de la novela-problema, buscaban, más o menos conscientemente, liberarse de las reglas formuladas por Van Dine.

En vísperas de la segunda guerra mundial, la novela policial francesa todavía buscaba su camino. Produjo obras notables pero siempre inspiradas de algún modo por los escritores anglosajones. Sólo Simenon se liberó de esa influencia y extrajo de sí mismo un universo novelesco de admirable originalidad y creó a Maigret.

LA NOVELA POLICIAL INGLESA

El publico inglés, se volvió aficionado a la novela policial después de la aparición de Conan Doyle. Gracias a él, la short story se convirtió en un producto de consumo masivo y la industria "policial" hizo su aparición. Pero la short story ya no resultaba suficiente, por eso apareció el libro policial, con longitud, división en capítulos.

El camino para que la novela policial pudiese ser dividida en capítulos, fue gracias a la creación de Watson efectuada por Conan Doyle. Watson, representaba maravillosamente al lector de buena voluntad que se esfuerza por comprender pero que siempre resulta engañado. El lector aprenderá rápidamente las astucias del escritor por lo que éste se verá obligado, entonces, a inventar crímenes cada vez más raros, y en circunstancias cada vez más extraordinarias. La novela policial se esforzará por realizar un mito: el crimen perfecto. La noción del crimen perfecto domina toda la literatura policial inglesa de la preguerra pero es contradictoria, tal como lo indica la palabra, nunca es descubierto y sólo el mismo criminal podría escribir la historia. Sin embrago trata de hacer que la novela conserve una fuerza vital: el crimen perfecto es más terrible, más atrayente por lo que provoca mayor curiosidad. Para los autores, el crimen perfecto significa solamente juego perfecto, siendo una combinación suprema de suerte y de habilidad.

La novela policial sólo tiene el valor de una cómoda notación y cuanto más simple es mejor. Sin embargo, resulta frecuentemente rebuscado, presuntuoso y arruinado por falsas elegancias. El autor ingles, forzado a realizar obras largas, describe personajes estrafalarios y decorados convencionales. Además cree que lo propio de un espíritu distinguido es de observar desde lejos y por encima, irónicamente, las reacciones de los protagonistas. Los detectives, siempre serán aristócratas o gente de buena educación que se inclinará sobre los enigmas sin comprometerse. La novela inglesa tendrá con frecuencia un tono extravagante, pero no un verdadero acento. A través de toda la novela inglesa hay un esfuerzo por valorizar el género.

El autor que llevó esta nueva técnica a la perfección fue Agatha Christie (1891-1976), quién comenzó a escribir a raíz de una apuesta con su hermana. Por tal motivo nació su primer libro, donde aparece un detective que luego sería famoso: Hercule Poirot. Cuando se cansó de él, inventó otros héroes que tuvieron éxito. Demostró poseer una imaginación muy original, además encontramos en ella una seguridad tal en el desarrollo de la intriga y una simplicidad tal en la construcción que son verdaderamente ejemplares. El lector, experimenta primero una sensación de aburrimiento – la provincia inglesa, con sus nieblas y sus policías molestos. Los personajes son caracteres, son sólo manías e ideas que superaban la astucia criminal. Además contribuyó considerablemente a la fijación de los lugares comunes de la novela-problema y que los personajes debían encontrarse en un lugar aislado. En sus relatos, y en la mayor parte dad las novelas policiales inglesas, habrá muchos sospechosos y uno de ellos siempre será considerado por el lector el único acusado posible. Finalmente, la novela terminará con la reconstrucción del crimen, cuyo resultado será el descubrimiento del asesino, quien será siempre aquel dad quien menos se sospechaba. El detective, por su parte lo sabía desde hacia tiempo pero quería obligar al asesino a desenmascararse solo.

Los anglosajones tienen un sentimiento de la justicia que se diferencia de América Latina y también de Francia. En Inglaterra la ley protege al acusado. La policía inglesa se ve obligada por eso a desplegar más sutileza, más inteligencia que la francesa; trata de acorrala al enemigo al pie de fijas. Por tal motivo, la investigación absorbe todo, personajes y situaciones. Únicamente se mantiene el detective.

La novela policial continuaría por el camino que le señaló Christie y varios escritores célebres concibieron la novela policial del mismo modo que ella. Dorothy Sayers, uno de ellos, estudio detenidamente la novela policial y llegó a la conclusión de que la novela problema era la forma definitiva, adulta y satisfactoria del género inventado por Poe. Otro de dicho escritores, G.K Chesterton, sostenía que lo principal era el problema y cuanto más absurdo es, más intenso será el placer. Además concebía el cuento policial como una especie de fábula.

Un autor que habría ocupado un lugar preponderante en la historia de la novela policial inglesa fue John Dickson Carr ya que fue el más dotado para lo fantástico, sin embargo, sacrificó enteramente el arte a la técnica y buscó incesantemente asombrar al lector, se esfuerza por inventar situaciones que puedan impresionar a la imaginación, en una palabra, incorpora lo sobrenatural a sus relatos.

El enigma del local cerrado, enriqueció la literatura policial, en la medida en que puso de manifiesto la relación que existe entre lo fantástico y lo racional. Pero esta relación se fue sintiendo en forma cada vez más fuerte y la novela policial fue entrando así rápidamente por la vía del suspenso.

Pero un autor muy importante, y que anticipa la novela policial moderna es Francis Iles, conocido mejor como Anthony Berkley. Sus novela rompen deliberadamente2 con la novela-problema y eligen al asesino como su héroe. Esto significa, en alguna medida, renunciar a la novela policial, eliminar la investigación. Para poder devolverle a la novela policial la vida que empezaba a perder, sería necesario abandonar el razonamiento.

Este problema lo soluciona Roy Vickers, de la siguiente manera: desde el principio se sabe quien es el asesino pero se reintegran cuidadosamente la investigación y el razonamiento en el relato. El detective sigue siendo el personaje principal, pero pierde su condición de superhéroe. Con Vickers, la historia policiales vuelve cotidiana, las motivaciones del culpable son simples y humanas.

¿SHERLOCK HOLMES Y MAIGRET, DOS PERSONAJES, DOS ESTILOS?

Por un lado se encuentra a Arthur Conan Doyle, perteneciente a la oleada racionalista, con su detective consultivo Sherlock Homes, por el otro Georges Simenon, escritor Romántico, con su comisario Maigret.

Sir Arthur Conan Doyle, nació el 22 de mayo de 1859 en Escocia y murió en 1930 en el Condado de Susex. Fue el escritor más importante de novelas policiales inglesas y dio origen al mejor detective de ficción, Sherlock Holmes. Estudió medicina, donde conoció al doctor Bell quien fue modelo para la creación de dicho personaje. Mientras que

Georges Simenon, nació en Bélgica en 1903 y murió en 1989. Ocupa un lugar de honor en la narrativa policíaca. Él intenta expresar una verdad humana, valida aquí y ahora, un drama del ser humano que pone en peligro la existencia. Rechaza lo imaginario aun cuando decide respetar la técnica de la novela policial. Siempre reemplazaba lo maravilloso y lo fantástico por lo humano. Sus novelas ofrecen intensos retratos psicológicos de personajes que se mueven en un mundo de soledad y hastío frente a la derrota.

Maigret era un comisario, su fuerte no era el razonamiento ni las deducciones. Trata de comprender. Es ante todo "analista" más que las huellas cuentan para él los gestos. Para Maigret resolver el enigma no significa descubrir el método del asesino sino, tratar de vivir la crisis psicológica que provocó el drama. En contraposición, está Sherlock Holmes, el detective más famosos del mundo, quien es un gran observador, sagaz y sospecha de todo. Es engreído y obsesivo por la perfección de sus deducciones. Trabaja para agencias privadas de detectives, es ciclotímico y no le teme al esfuerzo físico. Holmes se popularizó por su uso del pulcro método deductivo que lo caracteriza.

CONCLUSIÓN:

A partir del presente trabajo llegamos a conocer profundamente las diferencias y similitudes entre la novela policial inglesa y la novela policial francesa, por lo que, personalmente me interesé más en este género, aunque concuerdo con Ronald Knox "… la novela policial morirá el dia en que todos los temas y todas las permutaciones hayan sido empleadas y en que un autor, apenas trate de poner en funcionamiento alguno de sus recursos, escuche al lector exclamar fastidiado: ¡Ya lo conozco!

En cuanto a la ayuda recibida de la profesora, me sirvió mucho ya que me corrigió fuera del horario escolar los borradores. Muchas gracias Adriana

BIBLIOGRAFÍA

  • Enciclopedia Universal Sopena, Editorial Ramon Sopena S.A., 1995 Barcelona. Tomos: I-III-IX-X-XIII-X
  • Enciclopedia Encarta 2000
  • Estudio en Escarlata, Editorial Cántaro, Buenos Aires 2001
  • La novela policial
  • Paginas web utilizadas:

Monografías.com Trabajos de Pablo Cazau Licenciado en Psicología y Profesor de Enseñanza Media y Superior en Psicología. Ejerce la docencia en las Cátedras de Psicopatología, Problemas de Aprendizaje, Epistemología, Didáctica General y Diseños Experimentales.

 

Juan GF

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