Evaluación económico-financiera de tecnología india para la producción de herbicidas en Cuba (página 2)
Enviado por Sergio D�az Arredondo
1. El consumo nacional de derivados del 2,4 D corresponde principalmente a formulados importados. Una parte del éster isoctílico se produce (formula) en EQRO/Nuevitas a partir de éster isoctílico técnico importado. El Acido 2,4 D no se importa desde el 2004, al dejar de producirse nacionalmente la Sal de Amina.
2. El consumo de herbicidas hormonales en Cuba disminuyó de 1999 al 2008 de la siguiente manera:
desde 3445 a 1891 toneladas de formulados.
desde 2300 a 1100 toneladas de Acido 2,4 D equivalente.
3. Aunque el valor consumido de herbicidas hormonales disminuyó de 1999 (10,6 MMUSD) al 2003 (3,1 MMUSD), a partir de ese año se remonta, alcanzando valores superiores a los históricos, en 2008 y 2009 (11,1 Y 11,7 MMUSD respectivamente) con sólo el 55% del consumo en unidades físicas.
4. Los precios de los herbicidas hormonales se incrementan de forma sostenida desde el 2003 hasta duplicarse en el 2007 y aumentando entre 50 y 100% hasta el 2009.
5. La importación de herbicidas hormonales en el período del 2004 al 2007 osciló entre el 6 y el 13% en valores, de la importación de todos los herbicidas. En unidades físicas varió entre el 8 y el 17%.
6. La importación de Acido 2,4 D se redujo de 394 t en el 2001 a 315 t en el 2004, dejando de producirse nacionalmente, a partir de ese año, la Sal de Amina.
7. Las firmas y países suministradores de herbicidas hormonales a Cuba son: INICA de Venezuela (antiguamente Atlantic Ag.Co de Islas Caimán), AG-CHEM de Jamaica, Industria Bioquímica de Centroamérica de Costa Rica, Dalian Songliao Chem. Industry Corp. de la República Popular China, e IVORYCHEM de Singapur.
8. La participación de la industria nacional se redujo más de 10 veces en el período, desde el 2001 al 2008 como se muestra a continuación:
9. Los principales cultivos consumidores son: caña de azúcar, pastos (y áreas de viales), arroz y cítricos, con la proporción y tendencia que se muestra en el siguiente Gráfico:
10. Se mantiene el papel preponderante de la caña de azúcar como primer consumidor de herbicidas hormonales, aunque se ve reducido (en valores) del 84% en 1999 al 56% en el 2009.
11. El segundo lugar en el consumo previsto para 2008 y 2009 lo ocupa el tratamiento de pastos, que aunque no ha mostrado valores estables, creció desde 8% en 1999 (Biester de EQRO/Nuevitas) hasta 39% en el 2009 (principalmente Potreron de INICA/Venezuela).
12. En el período comenzó el consumo nacional de nuevos herbicidas de menor toxicidad y mayor efectividad, como el Merlín 75 GD (Isoxaflutol) y el Metsulfuron metil para la caña, arroz y otros cultivos.
13. El MINAZ proyecta mantener los niveles de consumo actual de herbicidas hormonales para los próximos cinco años, mientras que el consumo en pastos puede continuar incrementándose a medida que se mejore la atención a dicho cultivo.
14. El consumo por cítricos y arroz no es muy representativo, además de que cuentan con alternativas a los herbicidas hormonales.
15. Al comenzar la atención al cultivo del maíz y su probable extensión, se requiere de determinadas cantidades adicionales de herbicidas hormonales, así como para la soya.
16. El comportamiento futuro de los precios es difícil de pronosticar, pues aunque muestran un alza sostenida, está relacionada con la actual crisis económica y la baja del poder adquisitivo del dólar estadounidense.
17. Para sustituir las actuales importaciones de Acido 2,4 D es necesario:
Sintetizar el Acido 2,4 D.
Formular nacionalmente todo el consumo (para ello previamente se debe desarrollar y registrar un preparado similar al Potreron).
Sintetizar el ester isoctílico técnico a partir de Acido 2,4 D y alcohol isoctílico.
De forma concreta, en los últimos años decae el consumo de herbicidas hormonales en Cuba, principalmente por el alza que poseen los precios, y en segundo lugar por la depresión que en los últimos cinco años experimenta el cultivo de la caña, como máximo consumidor en el territorio, pero existen planes o programas a nivel de país que una vez puestos en práctica favorecen el uso de herbicidas.
Estudio Técnico
Tamaño del proyecto.
La tecnología considerada en este Estudio corresponde a la ofertada por una firma india; consiste en una planta modular de capacidad máxima 5000 ton de ácido 2,4 diclorofenoxiacético. Capacidad que se escoge una vez que se define la demanda interna actual de 1100 t, con tendencia previsible de mantenerse en niveles similares, al menos durante los próximos cinco años y en lo adelante ascender paulatinamente.
Programa de producción y ventas
La producción de 2,4 D comienza con 4000 t en el primer año, 4500 t en el segundo y 5000 t del tercero al décimo. Todos los años se prevé abastecer la demanda interna (de 1100 t en el primer año a 2500 t en el último año estudiado, destinadas a la futura Planta de esterificación y a la Planta formuladota existente en Nuevitas/Camagüey), y el resto para la exportación.
Además se obtienen cantidades proporcionales de productos colaterales (de acuerdo a los índices de rendimiento tecnológicos), que para la capacidad disponible 5000 t/año de 2,4 D alcanzan cifras anuales de:
Acido Clorhídrico 30% 10667 t
Hipoclorito de sodio 10-12% 1667 t
Cloruro de sodio 3333 t
Mezcla de clorofenoles 367 t
Licor de ácido mono, di y tri cloro acético 667 t
El Acido Clorhídrico con destino parcial (4700 t) para la exportación y el resto para ser procesados por la propia empresa ELQUIM en sus insumos.
Importante destacar el uso que puede tener el cloruro de sodio obtenido como materia prima para la producción de la planta Cloro Sosa de esta empresa, así como las mezclas de clorofenoles y licor madre de Monocloroacético para ser empleados como productos de higiene y limpieza. Estos serán bien analizados por diseñadores e institutos respectivamente con vistas a certificar su uso.
Ubicación y tecnología de producción.
La localización propuesta para la Planta de 2,4 D es anexa a la nueva Planta Cloro Sosa de la empresa Electroquímica de Sagua, con el objetivo de darle valor agregado al Cloro Líquido obtenido, materia prima del proceso en este caso, que se obtiene de un proceso electroquímico, y continuo.
La tecnología de producción del ácido 2,4 D y sus derivados es la más antigua en el campo de los herbicidas, y en general es bien conocida, aunque para una nueva obra siempre se requiere de la experiencia práctica de otros productores. Resulta esencial verificar que el producto final se obtenga libre de dioxinas como impurezas, ya que este aspecto es el más controvertido por las organizaciones protectoras del medio ambiente, debido a la alta toxicidad y posible efecto carcinogénico de las mismas.
El proceso parte de fenol y ácido acético glacial, los cuales son clorados y purificados en instalaciones destinadas a ese fin, obteniéndose 2,4 dicloro fenol (DCP) y ácido mono cloro acético (MCA), que luego se hacen reaccionar entre sí para dar lugar al Acido 2,4 dicloro fenoxi acético (2,4 D).
El fenol es clorado y después purificado por destilación (en la cloración se forman algunos isómeros que forman parte de uno de los productos colaterales). El Clorhídrico generado durante la reacción es lavado en agua para obtener una solución de 30-32% de concentración.
El Acido acético glacial se carga en un reactor vidriado, se calienta, se añade un catalizador y se burbujea Cloro gaseoso desde el fondo; los vapores de Clorhídrico pasan por enfriadores y condensadores y posteriormente son lavados en agua para obtener una solución de 30-32% de concentración. El MCA crudo (desgaseado mediante burbujeo de Nitrógeno) se envía a los cristalizadores, se centrifuga y se lava posteriormente con solvente, secándose algo más en la propia centrífuga.
Como reaccción final se prepara la sal sódica del MCA y del 2,4 DCP, mediante reacción con Carbonato de Sodio y Sosa Cáustica respectivamente (el DCP disuelto en un solvente), haciéndose reaccionar ambas sales sódicas entre sí. La masa de reacción se acidifica, con lo que se precipita el 2,4 D, que entonces es filtrado y secado. Del filtrado se separa el solvente, que es reciclado al proceso. La fase acuosa se envía a la Planta de tratamiento de efluentes para obtener sal común de uso industrial.
La Planta prevé el tratamiento y la recuperación de todas las emisiones producidas durante los procesos, obteniéndose de esa forma los productos colaterales que se detallaron en el acápite anterior.
En este tipo de producción es esencial la protección del trabajador y su capacitación adecuada para la manipulación de sustancias tóxicas y solventes inflamables.
Materiales e insumos.
Las materias primas para la producción de 2,4 D se obtendrán en parte mediante la importación de fenol, ácido acético glacial, solventes y catalizadores; y en parte serán producidas nacionalmente en la nueva planta (Cloro gaseoso y Sosa cáustica).
En la evaluación se ha considerado el empleo de Sosa Cáustica 50% producida en ELQUIM, en cantidades proporcionales al consumo señalado en la oferta en forma sólida (hojuelas o pellets).
Aunque la tecnología consume Acido Clorhídrico, no se ha considerado como gasto neto en la producción del 2,4 D, debido a que las propias reacciones de síntesis, producen cantidades superiores a las consumidas. Una gran parte del Clorhídrico producido se recicla para la síntesis del 2,4 D.
Energéticos.
Los consumos de energía eléctrica son relativamente bajos, aunque se requiere trabajar las 24 horas, pues la mayoría de las reacciones químicas del proceso duran más de un día.
El agua que se consume es principalmente la necesaria para la higiene de los trabajadores, la lavandería, el laboratorio, para alimentar la caldera y para reponer las pérdidas (consideradas como un 3%) que se producen en la recirculación del agua de enfriamiento y en el sistema de lavado de polvos y gases.
El consumo de combustible (fuel oil) es relativamente alto. El gasto principal se produce en la generación de vapor (caldera) y en calentar el fluido térmico que se recircula en algunos reactores. Una parte importante debe consumirse en la evaporación del agua de los efluentes industriales, con vistas a recuperar el Cloruro de Sodio que se encuentra en los mismos, con una concentración del 20%.
Mantenimiento.
Los costos de mantenimiento se calcularon entre el 1,5-3,8% del valor de los activos fijos, aumentando gradualmente la proporción hacia los últimos años de explotación.
La oferta no contempla recursos para asegurar el mantenimiento de la instalación, por lo que se consideró la compra adicional de piezas de repuesto para los dos primeros años de operación, así como de los equipos necesarios para el Taller de Mantenimiento de las plantas que componen la inversión.
Mano de obra
Para operar a la capacidad disponible (5000 t de 2,4 D,) se requieren 4 turnos de 6 horas de trabajo cada uno para cubrir 24 horas de operación continua durante 341 días al año.
Se consideran turnos de 6 horas, debido a la regulación existente para los trabajadores que se relacionan directamente con sustancias plaguicidas, tal como se aplica en otras industrias. Por esa razón se consideraran 5 brigadas para la rotación de los trabajadores directos a producción.
Se utilizaron las condiciones salariales previstas como parte del perfeccionamiento empresarial, incluyendo la estimulación en ambas monedas.
Se consideró el pago de un 39% del fondo salarial como impuesto por la utilización de la fuerza de trabajo (25%) y por la seguridad social (14%).
Se ha previsto un tiempo de 3 meses como capacitación y adiestramiento del nuevo personal, además de la estancia de los jefes de turno y los operarios en las tareas de montaje, pruebas y puesta en marcha de la nueva instalación.
Ejecución del Proyecto
Se prevé ejecutar el proyecto, suministro de equipamiento, construcción y montaje, en el término de 16-18 meses a partir de la aprobación de la inversión y oficialización del Contrato. El período total requerido sería de 21 meses, incluyendo las pruebas de puesta en marcha, por lo que se han considerado 2 años para la ejecución de la Inversión.
Esta obra está estrechamente vinculada con el funcionamiento de la nueva planta Cloro Sosa, tanto por el empleo de Cloro y Sosa proveniente de la misma, como por el destino del Cloruro de Sodio que serviría de materia prima para dicho proceso, por lo que se requiere la terminación de la inversión en Electroquímica, antes de proceder a la arrancada de la Planta de 2,4 D.
Evaluación económica financiera.
La valoración de la inversión se realiza aplicando toda una gama de ecuaciones ya explicadas por disímiles autores; a continuación se muestran un resumen de los datos obtenidos:
Conclusiones finales
1. Del análisis de los datos anteriores se puede resumir que económicamente es factible llevar a cabo la inversión de la planta para la obtención de herbicidas en Cuba, ya que la misma para una tasa de descuento del 15 % presenta un valor actual neto (VAN) positivo, por ello la tasa de rentabilidad interna posee un valor del 25,9 %; valor que hace cero, el valor actual neto.
2. Obtener los flujos invertidos en un período de 3.9 años es una recuperación rápida, teniendo en cuenta que no se ha contemplado período de gracia.
3. Entre otros datos se detallan:
Umbral de rentabilidad:
Considerando el nivel de producción: 614.7 M ton
Considerando los ingresos por ventas: 4019.3 M Pesos
Considerando la capacidad de producción: 16.3 %
Punto de equilibrio gráficamente:
Los datos anteriores se interpretan como que el proyecto comienza a ser rentable cuando en unidades físicas llega a producir el número de 614,7 miles de toneladas, o llega a una capacidad de 16,3 % de su capacidad de producción. Desde el punto de vista de las ventas, una vez alcanzado los 4,1 millones de pesos se comienza a tener rentabilidad en el proyecto.
4. De todo el resultado mostrado con anterioridad, se concluye que económicamente, realizando la inversión de la tecnología india para la producción de herbicidas; en el país se sustituye importaciones y se potencian las exportaciones.
Bibliografía citada y documentación utilizada
(Rodríguez Sandías, Alfonso. Análisis y Valoración de Proyectos. Universidad de Santiago. Departamento de Economía Financiera).
(Sánchez, I.R. (2005) Evaluación Financiera de Proyectos de Inversión. Monografía. Ed. CDICT- universidad de Guayaquil de Ecuador.
(Ministerio de la Industria Básica. Modulación matemática para la evaluación de inversiones en la industria básica. La Habana, 1998).
(Ministerio de Economía y Planificación. Metodología para la evaluación de los Estudios de Factibilidad de las Inversiones en Industrias. La Habana, 1976).
Sánchez, I. R (2003) Enfoque económico social de evaluación de proyectos de inversión. Tesis doctoral en Ciencias Económica, CDICT, Universidad de la Habana).
Oferta India para la producción de herbicidas presentada a la Empresa Electroquímica de Sagua. La Habana 2008.
Autor:
Sergio Díaz Arredondo
Ingeniero Químico, aspirante al titulo Académico de Máster en Administración de Negocios.
Director Técnico de la Empresa Electroquímica de Sagua, con el título de diplomado en administración de negocios otorgado por la Escuela Superior de la Industria Básica (ESIB), con la aprobación de cursos académicos de evaluación y certificación de inversiones impartido por la Escuela Superior de la Industria Básica y el Centro de Estudios de Economía y Planificación.
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