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El inquietante problema de la verdad (página 2)


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Teorías de la verdad

1. Teoría de la correspondencia de la verdad. La verdad es la correspondencia con la realidad objetiva. Verdad es lo que corresponde a los hechos; o sea, lo que de veras es al caso. La verdad es calidad de las declaraciones que corresponden con los hechos y la realidad objetiva. Una proposición o significación es verdadera si hay un hecho al que corresponda, si expresa lo que ocurre o es el caso. Una declaración verdadera corresponde a la realidad. Una sentencia es verdad sólo en el caso de que exprese una condición de asuntos en el mundo. Ejemplo: La expresión o sentencia "Está lloviendo aquí ahora", es verdadera si en realidad está lloviendo aquí y ahora; si no está lloviendo aquí y ahora, es falsa. "Técnicamente hablando, la verdad es cualidad o característica de una declaración o sea un entendimiento. Por ejemplo, si le digo: «está lloviendo aquí donde estoy,» para ser verídica esa declaración, ¡tiene que estar lloviendo aquí donde estoy! Si no está lloviendo, entonces la declaración, «está lloviendo,» no es verdad" (Gray, Phillip. La Verdad Para el Mundo. www.laverdadparaelmundo.com).

El problema de la verdad como correspondencia y relación del pensamiento con las cosas era ya una inquietud para Platón y para Aristóteles, los dos más grandes filósofos clásicos. "Verdadero es el discurso que dice las cosas como son; falso el que las dice como no son", sentenció Platón. Aristóteles, por su parte, planteó que "Negar lo que es y afirmar lo que no es, es lo falso; en tanto que afirmar lo que es y negar lo que no es, es lo verdadero"".

Según la teoría de la adecuación, la verdad es aquello que se corresponde fielmente con la realidad. Cuando alguien está de acuerdo sinceramente con una afirmación, puede reivindicar que es la verdad. Mientras que uno puede tener un buen sentido intuitivo de lo que tiene que ser verdad, dar una definición que consiga una amplia aceptación es difícil. Una razón es que a menudo la verdad es primero indicada como un objetivo y sólo después de que la gente empiece a razonar qué verdad es realmente. Por lo que la gente que está razonando la definición de la verdad podría discutir sobre la meta a la que aspiran. La verdad es buscada en la religión, la filosofía, las matemáticas, la abogacía y la ciencia; estos campos usan diferentes métodos e intentan llegar a la verdad para servir a diferentes objetivos. No con sorpresa, el uso compartido de una sola palabra en todos estos campos provoca con facilidad confusión y conflicto. Incluso la verdad, como la bondad y la belleza, es un tema perenne para la humanidad.

El filósofo Pablo Noriega de Loma, en su ensayo El problema de verdad (www.es.catholic.net), evidencia su tendencia a defender con vehemencia y argumentos concepción de verdad como adecuación del pensamiento con las cosas, como adecuación de la mente con la realidad, afirmando que las posiciones o nociones de verdad ajenas a esta noción no responden a la pregunta de si es verdad el concepto de verdad que ellos manejan. Este concepto de verdad (como adecuación) se funda en el principio de no contradicción, considerado como una condición trascendental del pensamiento, porque sin ese principio éste es imposible. Por medio del principio de no contradicción podemos conocer qué es la verdad. "Como consecuencia, en el mismo pensar también está implícito el concepto adecuacionista de verdad que es solidario del principio de no contradicción". Pensar es respetar este principio ínsito en el sujeto como hábito. Así, en el pensar está contenido el concepto "adecuacionista" de verdad, estrechamente articulado con el referido principio. "Por ello, hemos de reconocer que en todo pensar está implicado el principio y con él el concepto adecuacionista de verdad". Esta idea de verdad es la única que permite el pensamiento, pues ella implica el principio de no contradicción. "Como consecuencia es posible afirmar que preguntarse que la verdad es adecuación implica ya aceptarlo, porque no tiene sentido afirmar que la verdad es adecuación y al mismo tiempo preguntarse si es verdad, porque la pregunta no tiene otro sentido que decir que, efectivamente, la verdad es adecuación. Es decir que se presupone en la pregunta que la verdad es ello y que no tiene sentido (es contradictorio, no es pensable) decir otra cosa". Esta vehemente defensa de definición de verdad como adecuación concluye afirmando que es "lógico defender que el único concepto de verdad que no es contradictorio es el de la adecuación porque puede resistir la pregunta sobre si es verdad su concepto de verdad… Por todo ello sería posible defender que la pregunta por la verdad como adecuación implica ya su aceptación. Es decir que no tiene sentido defender totalmente que la verdad es adecuación y al mismo tiempo preguntarse si es verdad porque la pregunta no admite otra respuesta que la afirmativa y que no es coherente, es contradictorio, no es pensable decir otra cosa… Parece entonces que no podemos salirnos del principio de no contradicción y de la idea de la verdad como adecuación, lo que significa que todo discurso los presupone y tiene que atenerse a ellos."

2. Teoría de la coherencia de la verdad. La verdad es lo que concuerda con toda idea reconocida. La verdad es cualidad de una declaración. La verdad es la coherencia sistemática. Esa coherencia es algo más que la consistencia lógica. Es una declaración que cuadra con otras declaraciones que conozco que son la verdad. Si se enlazan las ideas, eso es suficiente para decir que son verídicas. Una declaración verdadera debe enlazarse o ser coherente con otra idea. Una proposición es verdadera en la medida en que es componente necesario de un todo sistemáticamente coherente. Una proposición tiene un grado de verdad proporcional a la completitud de la coherencia sistemática del sistema de entidades al que pertenece.

La teoría de la coherencia ve la verdad como coherente con algún grupo específico de sentencias o, más a menudo, de creencias. Normalmente, la coherencia es tomada para implicar algo más fuerte que mera consistencia: la justificación, evidencia, y comprensión del conjunto de creencias son restricciones comunes. Si alguien dice 4 veces 4 es igual a 16, escucho algo que es verdad. Pero si dice que "4 veces 4 es igual a 15", escucho algo que sé que eso no es verdad, porque esa expresión no coincide con la idea previa que tengo de esa afirmación matemática. "Algunos opinan que la verdad es una declaración que cuadra con las otras declaraciones que conozco que son la verdad. De acuerdo con esta idea, si una declaración no contradice las otras ideas que son verídicas, entonces es la verdad. Según esta definición, «la verdad es lo que concuerda con toda otra idea conocida.» Se llama la teoría de la coherencia de la verdad. Si se enlazan las ideas, eso es suficiente para decir que son verídicas." (Phillip Gray, La Verdad Para el Mundo. www.laverdadparaelmundo.com).

3. Teoría pragmática de la verdad. La verdad consiste en la congruencia de los pensamientos con los fines prácticos del hombre, en que aquellos resulten útiles y provechosos. Verdad es lo que funciona en nuestras vidas. Verdad es todo aquello que funciona en mi vida para atraer la felicidad y ayudarme a sobrevivir en el mundo. Si me ayuda a adaptarme a mi ambiente y a sobrevivir, es verdad. El hombre no es un ser pensante o teórico, sino un ser práctico, un ser de voluntad y de acción.

La vida es para los pragmatistas esencialmente práctica. Toda actividad humana tiene una finalidad, y su finalidad es el control de la experiencia humana con vistas a su mejora, tanto en el individuo como en la especie. La verdad no significa sino un medio para este fin. Las ideas, hipótesis, y teorías no son sino instrumentos que el hombre ha forjado en orden a mejorarse a sí mismo y a su medio; y, aunque de tipo específico, como todas las demás formas de la actividad humana existen solamente para este fin, y son "verdaderas" en tanto en cuanto lo cumplen. La verdad es así una forma de valor: es algo que funciona satisfactoriamente; algo que sirve a los intereses humanos, finalidades y objetos de deseo. No hay axiomas ni verdades auto-evidentes. Hasta que una idea o un juicio no ha probado su valor en el manejo de la experiencia concreta, no es sino un postulado o pretensión de verdad. Ni hay verdades absolutas o irreversibles. Una proposición es verdadera hasta el momento en que se prueba útil, y no más. "La verdad es cualidad de una declaración. Esa cualidad es más que el mero hecho de encajar en mi sistema de creencias actual. Una declaración verdadera debe de enlazarse o de ser coherente con toda otra idea mía, pero esto en sí no es garantía que es la verdad, porque es posible que mis otras ideas no estén de acuerdo con los hechos. El pragmatismo, teoría que dice que la verdad es solo aquello que funciona en mi vida para traer la felicidad y ayudarme a sobrevivir en el mundo, tampoco es suficiente, porque cualquier concepto raro puede ser defendido así a base de su supuesta funcionalidad o utilidad. Por eso, la definición más adecuada es lo siguiente: «la verdad es cualidad de las declaraciones que corresponden con los hechos y la realidad.» La verdad es la correspondencia con la realidad. De otra forma, ¿cómo pudiéramos nunca hablar una mentira? Una mentira es lo opuesto de una verdad" (Phillip Gray, La Verdad Para el Mundo. www.laverdadparaelmundo.com).

4. Teoría del consenso de la verdad. La verdad es cualquier cosa que es acordada, o en algunas versiones, que podría llegar a ser acordada, por algún grupo específico.

5. Teoría del constructivismo social. La verdad es construida por procesos sociales, y que representa los esfuerzos de poder dentro de una sociedad.

6. Teoría redundante de la verdad. Sostiene que afirmar que una declaración es verdad es sólo afirmar la propia declaración. Así, decir que "El sol emite luz y calor", es verdad. No es sino decir ni más ni menos que el sol emite luz y calor.

7. Teoría semántica de la verdad. Plantea que ningún lenguaje puede contener su propio predicado verdadero, esto es, la expresión es verdad podría sólo aplicarse a sentencias en algún otro lenguaje. En cuanto a la verdad semántica, se afirma que una propiedad de fórmulas preposicionales o de enunciados muy relacionada con la relación nominativa o relación de significación es la que consiste en expresar una proposición verdadera. La verdad es indirectamente predicable de enunciados o símbolos que expresan significaciones verdaderas. Una relación nominativa o relación de significación es una relación entre un símbolo (fórmula, palabra, frase) y lo que denota o aquello de lo que es nombre.

9. Teoría de la verdad como revelación. Se expresa en dos direcciones: "1) como revelación inmediata al hombre, en las sensaciones, la intuición, en fin como fenómeno dado (empirista); 2) como revelación de conocimientos excepcionales de esencias de las cosas, su ser o su mismo principio (forma metafísica teológica)" (Rigoberto Pupo. La verdad como eterno problema filosófico. www.monografías.com).

8. Teoría del Nuevo Realismo. La realidad no depende de la experiencia, ni es modificada por la experiencia como tal. Sus teóricos consideran tanto la verdad como el conocimiento como relaciones únicas que se tienen de manera inmediata entre conocedor y conocido, y que son como su naturaleza indefinible. La diferencia entre sujeto y objeto de conciencia no es una diferencia de calidad o sustancia, sino una diferencia de función o lugar en una configuración. La realidad está formada de términos y sus relaciones, y la verdad es sólo una de esa relaciones, sui generis, y por tanto reconocible sólo por intuición.

9. Teoría de la conformidad con una regla. Según Platón, verdadero es todo lo que concuerda con el concepto. Para San Agustín existe una ley respecto de la cual se pueden juzgar todas las cosas de conformidad con ella.

Tipos de verdades

1. Verdad ontológica (verdad del ser mismo). La verdad ontológica se encuentra cuando la cosa corresponde con la idea. La verdad ontológica se puede definir como la conformidad de una cosa con su idea genuina. La verdad ontológica es el ser de las cosas. Resulta de la conformidad del objeto con la inteligencia que lo produce: en ella la inteligencia tiene primacía sobre el objeto. La verdad ontológica está en la correspondencia entre aquello que es y aquello que debe ser, es la realización de las leyes del ser y de la humanidad. En este sentido es falso y erróneo todo aquello que va contra la naturaleza de las cosas y del hombre: injusticia, desigualdad, violencia, explotación, ignorancia, vicio. Es verdadero todo aquello que es humano, y falso cuando genera inhumanidad. Por verdad ontológica se entiende la conformidad de una cosa con la idea primigenia que se tiene de ella. "Como cuando decimos: "Esto es oro verdadero; éstas son flores verdaderas; éste es un verdadero caballero, o un verdadero científico, éste es el verdadero culpable, etc." Es como decir que algo es auténtico, o genuino; que no es falso, no es adulterado, no es imitación, no es apariencia; que no lo decimos en sentido metafórico, sino real; que corresponde a la idea que de tal cosa tenemos; que cumple con la esencia de la cosa… Verdad ontológica es la adecuación entre el pensamiento y la realidad" (www.filosocial.com). Según la verdad ontológica, toda cosa existente es verdadera, en cuanto es la expresión de una idea que existe en la mente de Dios, y es, por así decir, el ejemplar conforme al cual ha sido creada o modelada la cosa. Las cosas son ontológicamente verdaderas en cuanto son a la vez el objeto y la causa del conocimiento humano.

2. Verdad lógica (verdad de los juicios). Nos encontramos frente a la verdad lógica cuando la idea corresponde con la cosa. La verdad lógica es la conformidad del pensamiento con las cosas. La verdad lógica consiste en la propiedad que tiene el entendimiento de poderse conformar con las cosas, o lo que es lo mismo: la adecuación entre lo que yo pienso (en el acto perfecto de pensar que es el juicio) y lo que la cosa es en sí misma. El error lógico sería lo contrario: falta de conformidad o inadecuación. Si pienso y digo: "Colombia es un país suramericano", hay verdad en lo que pienso y digo; no la hay si afirmo que es un país europeo. La verdad lógica se da a nivel del juicio, pero para juzgar hay que tener previamente ideas de las cosas sobre las que recae el juicio. Hay verdad lógica cuando lo que uno piensa u oye está de acuerdo con la realidad de las cosas. En ésta es la inteligencia la que se conforma con la realidad de las cosas. En ella el objeto se impone, tiene primacía sobre la inteligencia. Tiene su fundamento y causa en la verdad ontológica. En la verdad lógica una proposición es toda aquella afirmación o negación a la que se le puede asignar un valor de verdad, verdadero o falso. La verdad ontológica se distingue de la verdad lógica en que ésta consiste en la relación de conformidad entre el entendimiento y el ser; y la verdad ontológica es la misma relación, pero entre el ser y el entendimiento. La verdad lógica implica la correspondencia entre aquello que uno piensa y aquello que uno dice. Lo contrario es engaño, dolo, falsedad, hipocresía. La verdad ontológica reside en el ser, la verdad lógica en el conocer. La falsedad ontológica es la carencia de toda verdad, o sea la nada; la falsedad lógica es el error. Un juicio es verdadero lógicamente cuando lo que decimos se conforma con la realidad; si decimos que ayer llovió y en realidad así fue, nuestra mente, que forma ese juicio, se ha conformado con la realidad, tenemos una verdad lógica. La verdad lógica es la verdad del logos, del pensamiento. "es la verdad del logos, es decir del pensamiento. Un pensamiento es verdadero cuando es conforme con los hechos, cuando corresponde a las cosas. Por ejemplo, si pienso que un átomo de carbono con cuatro de hidrógeno puede formar una molécula de metano, mi pensamiento es verdadero porque corresponde a los hechos, como pueden comprobar los químicos. Y si pienso que entre la Tierra y la Luna caben treinta diámetros terrestres, mi pensamiento es verdadero porque es conforme a lo que han comprobado los astrónomos. Si, en cambio, digo que los delfines son peces, o que Napoleón murió en 1815 en la batalla de Waterloo, mis pensamientos son falsos, errados, desatinados, porque no corresponden a la realidad comprobada, respectivamente, por los zoólogos y los historiadores… Verdad lógica es la que existe en el plano del mero pensamiento; ella surge cuando hay coherencia entre los conceptos, entre los juicios, entre las notas lógicas." (www.filosocial.com). La verdad lógica es la adecuación del pensamiento y a las leyes que lo rigen. "La verdad ontológica nos conduce a interrogarnos cómo es posible la adecuación pensamiento-realidad. Tanto la verdad lógica como la ontológica se expresan en el juicio, en ese acto de la inteligencia por el cual atribuye un predicado a un sujeto (puede atribuir un accidente a un ente o una esencia a un ente)." (www.filosocial.com).

3. Verdades de razón. Las verdades de razón son aquellas verdades que enuncian un ser o un consistir necesario; mientras que las verdades de hecho son aquellas verdades que enuncian un ser o un consistir contingente. El ser o el consistir necesario es aquel que es lo que es, sin que sea posible concebir siquiera que sea de otro modo. "Se entienden por verdades de razón aquellas cuyo predicado se encuentra contenido en la noción del sujeto… Tales verdades, así entendidas, son consecuencia directa del principio de identidad y del principio de no contradicción establecidos como principios necesarios del pensar lógico. A estos principios clásicos añadieron los racionalistas el principio de razón suficiente que incluye la necesidad en el acontecer físico, sujeto a leyes naturales, que permiten definir, además, lo posible y lo imposible a partir de una situación dada. En la actualidad estas verdades son consideradas meramente verdades formales o tautologías, toda vez que el lenguaje encuentra su significación a través de la semiótica y la gramática y ha perdido completamente sentido metafísico." (ww.wikipedia.com).

Las verdades matemáticas, las verdades de lógica pura, son verdades de razón; las verdades de la experiencia física son verdades de hecho; las verdades históricas son verdades de hecho. Las verdades de razón a priori, independientes de la experiencia, son previas a la experiencia, o mejor dicho, ajenas a ella; se desarrollan floreciendo de los gérmenes que hay en nuestro espíritu, sin necesidad de haber sido impresas en nosotros por la experiencia, la cual no podría imprimirlas porque lo que imprime en nosotros la experiencia son los hechos, y los hechos son siempre contingentes, nunca necesarios.

Las verdades de razón presentan necesidad y se refieren a las esencias de las cosas. Las conocemos con certeza y en forma a priori, tal como sucede con las verdades lógicas y matemáticas, que se rigen por el principio de identidad y de no contradicción. Estas verdades no necesitan demostración. La verdad depende en primer término de la realidad y en último término del entendimiento que plasmó la realidad. Las verdades lógicas o matemáticas están fuera del tiempo aunque de ellas nos ocupemos seres con los que el tiempo tiene muchísimo que ver.

4. Verdades de hecho. Las verdades de hecho son contingentes, se conocen por la experiencia, hacen referencia a la existencia de las cosas y requieren demostración para poder ser reducidas al principio de identidad. Las verdades de razón son aquellas que enuncian que algo es de tal modo, que no puede ser más que de ese modo; en cambio las verdades de hecho son aquellas que enuncian que algo es de cierta manera, pero que podría ser de otra. Las verdades de hecho sí son oriundas de la experiencia; no tienen otro origen; son, en efecto, producidas por la experiencia; están impresas en nosotros por medio de la percepción sensible.

5. Verdades sintéticas y analíticas. Algunas proposiciones las consideramos verdaderas o falsas en relación con hechos del mundo: por ejemplo, que usted está ahora leyendo esto. Los filósofos llaman a esto una verdad sintética. Otras proposiciones las consideramos verdaderas en virtud del significado de las palabras con que se expresan. Sabemos que la frase "Ningún soltero está casado" es verdadera sin tener que realizar un estudio de los solteros, porque es cierta por definición. A esto se le llama verdad analítica.

Las verdades sintéticas son verdades de hecho y las analíticas verdades de la razón. Para verificar las proposiciones sintéticas utilizamos métodos empíricos y para las analíticas empleamos métodos racionalistas. Kant fue el primero que utilizó los términos sintético y analítico, indicando que todas las verdades analíticas son necesarias porque no podrían ser de otra forma. Si la definición de soltero es "persona no casada", todos los solteros están sin casar. Las proposiciones sintéticas no son necesarias: no es necesariamente cierto que usted esté leyendo este escrito; podría estar leyendo una fotocopia del mismo. Es importante establecer la distinción analítico – sintético. Si afirmamos que una cosa es cierta, hay que dejar claro si estamos diciendo algo acerca del mundo empírico o aclarando el significado de las palabras. Si se define el asesinato como homicidio injusto tiene que ser malo. Esta es una verdad analítica, demostrada por la razón y no por la experiencia. Pero algunos tipos de homicidio, por ejemplo, en defensa propia, no se consideran asesinato.

6. Verdad de Perogrullo. Verdad o certeza que, por notoriamente sabida, es necedad o simpleza el decirla.

7. Verdad moral o veracidad. Conformidad de lo que se dice con lo que se piensa. Es la correspondencia de la expresión exterior dada al pensamiento con el pensamiento mismo. "La verdad moral es la relación de correspondencia o conformidad entre la palabra y el pensamiento, entre lo que uno dice y lo que está pensando. Si soy consciente de que rompí el plato y lo reconozco ante mi mamá, mi palabra es verdadera. Si en cambio soy consciente de que sustraje algo de la oficina y digo que no, que no fui yo, mi palabra no es verdadera, porque no corresponde a lo que estoy pensando" (www.filosocial.com). La verdad moral existe siempre que el que habla expresa lo que está en su mente incluso si de facto está equivocado, a condición de que el diga lo que cree ser verdadero. Esta última condición, sin embargo, es necesaria. De ahí que una definición mejor de la verdad moral sería: "La correspondencia de la expresión exterior del pensamiento con la cosa tal como es concebida por el que habla". La verdad morar es la conformidad de la palabra con el pensamiento del que habla. La falsedad moral es la mentira. "Una respuesta tiene verdad moral cuando decimos lo que sentimos sinceramente en nuestra conciencia. En cambio, cuando decimos una mentira, no nos conformamos con nuestra conciencia, y, por tanto, nuestra respuesta no es verdadera moralmente" (Jaime Vélez Correa. Curso de filosofía. Bibliográfica colombiana, Bogotá, 1968).

La verdad moral no implica conocimiento verdadero. Pero, aunque una desviación de la verdad moral sería sólo materialmente una mentira, y por tanto no censurable, salvo que el uso de las palabras o signos sea intencionalmente incorrecto, la verdad moral implica la utilización correcta de palabras y signos. Una mentira por tanto, es una desviación intencionada de la verdad moral, y se define como una locutio contra mentem, esto es, es la expresión externa de un pensamiento que es intencionadamente distinto de la cosa tal como es concebida por el que habla. Es importante observar, sin embargo, que la expresión del pensamiento, sea por palabras o mediante signos, debe en todos los casos ser tomada en su contexto; con respecto a ambos, palabras y signos, la costumbre y las circunstancias producen considerables diferencias respecto a su interpretación.

8. La pura verdad: Verdad indubitable, clara y sin tergiversación.

9. Una verdad como un templo: Aquella que es evidente, o la que se tiene por tal.

10. Verdad de apuño o como puño: Verdad evidente.

11. La verdad verbal. Es la correspondencia de la expresión exterior o verbal con la cosa que se pretende expresar. Supone por parte del que habla no sólo la intención de hablar de manera verdadera, sino también la facultad de hacerlo; esto es, supone conocimiento verdadero y un correcto uso de las palabras.

12. Verdad apodíctica. Verdad demostrativa, convincente, que no admite contradicción.

13. Verdad inconcusa. Verdad, firme, sin duda ni contradicciones.

14. Verdad diacrónica y verdad sincrónica. La verdad diacrónica se obtiene a través de un proceso histórico; es una verdad evolutiva; tiene un carácter universal y atemporal. La verdad sincrónica se obtiene en determinada época del tiempo; tiene el carácter de ser temporal.

15. Verdad psicológica. Consiste en la adecuación entre lo que yo creo ser y lo que es. En este sentido hay una verdad subjetiva y otra objetiva. Se puede creer sinceramente algo que es falso y afirmarnos en nuestro error creyendo que estamos en la verdad. La ignorancia y la alienación son las causas más frecuentes de esta situación.

16. Verdad tropológica. Es una verdad figurada por excelencia. El lenguaje tropológico está presente en todas las acciones humanas. La educación, la cultura y la ciencia son metáforas de la vida. "La misión del discurso que busca la verdad, debe ser su vocación incluyente, abierta, tolerante, crítica, en resumen con sentido ecuménico e integrador… La tropología y en particular la metáfora, por sus infinitas excelencias creativas, transita en unidad indisoluble con la teoría del conocimiento, en la representación del cosmos humano y el Universo que le sirve de claustro materno, y viceversa, la gnoseología imprime cauces nuevos expresivos a la sintaxis tropológica…. Unido a esta valiosa idea de cómo la tropología se enriquece siguiendo el cauce contemporáneo del desarrollo de la gnoseología, se destacan algunas ideas importantes de la tropología para la gnoseología en la revelación de principios sustantivos de carácter epistemológico-cosmovisivo, tales como: fundar la analogía en las esencias y no en las apariencias; el mostrar los opuestos, los contrarios, como unitarios; desarrollar el principio de concatenación universal de los fenómenos, afirmar la unidad del mundo en su diversidad, y desarrollar la idea de totalidad como criterio de verdad" (Rigoberto Pupo. La verdad como eterno problema filosófico. www.monografías.com).

Según el filósofo Federico Nietzsche, la verdad es un conjunto móvil de metáforas, metonimias y antropomorfismos; una suma de relaciones humanas que hemos intensificado poética y retóricamente, cambiándolas y embelleciéndolas; las cuales, luego de un uso prolongado, han quedado fijas de manera canónica y obligatoria. La verdad es una ilusión que nos hemos olvidado que es ilusión. Es a través de la poesía y de la filosofía como creamos nuevos universos líricos y maneras de percibir, interpretar y sistematizar la realidad. En el terreno de la verdad tropológica, la poesía nos enfrenta a verdades tan contundentes e irrefutables como apreciamos en unos versos de la extraordinaria pieza poética La gran miseria humana, de Gregorio Escorcia Gravini: "Cuando una tumba se cierra / el alma gime asustada / y esa humana bandada / que otro hoy viene a sepultar, mañana en este lugar / será polvo, será nada".

Métodos para la búsqueda de la verdad

A continuación se reseñan brevemente los métodos más utilizados para buscar la verdad en los campos filosóficos y científicos: método inductivo y método deductivo.

1. Método inductivo o razonamiento inductivo

Consiste en tratar de llegar a leyes generales a partir de la observación de cosas particulares que, así mismo, resulten válidas en casos no observados. Es sacar de lo particular lo general. Es el método general que, partiendo de algo particular –o menos universal-, conduce el pensamiento a algo universal –o más universal-. Se distingue de la abstracción, operación en la que tanto el punto de partida como el de llegada son aprehensiones; en cambio, en la inducción filosófica ambos puntos son juicios y por eso se trata en ella de raciocinios. Su procedimiento es el análisis.

2. Método deductivo o razonamiento deductivo

Consiste en un raciocinio que va de lo universal a lo menos universal, o a lo particular, o de lo universal a lo igualmente universal. Es sacar de lo general lo particular. Es el método general que, partiendo de un principio o ley, más o menos universal, concluye en algo particular. Es una derivación, de casos singulares y concretos, que toma como punto de partida lo general o lo abstracto. Su procedimiento es la síntesis.

La inducción y la deducción, con sus procedimientos, el análisis y la síntesis, son el doble camino (de ida y vuelta) del discurrir filosófico, en el cual el pensamiento asciende a los conocimientos o desciende de ellos, es decir, se los apropia y los pone en práctica.

El eterno e insondable problema de la verdad

En todos los ámbitos de nuestra existencia nos encontramos permanentemente frente al insondable e intrincado problema de la verdad. En los estrados judiciales, por ejemplo, nos exigen, en aras de la "verdad jurídica", la verdad propia del derecho, que digamos "la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad". Sí, ¿pero cuál verdad? Si no tenemos claridad paladina sobre qué es la verdad, ¿cómo vamos a "decir" la verdad?, ni mucho menos "toda la verdad y nada más que la verdad". Este razonamiento nos lleva a una aporía más compleja: si existe la verdad, ¿cuál?: ¿la absoluta o la relativa?

Si la verdad es cómo son las cosas, ¿cómo sabemos cómo son éstas, si sólo somos capaces de interpretarlas? ¿Acaso cada persona no es un mundo interpretativo? No se puede acceder a la verdad con independencia de quien la observa e interpreta. Es probable que exista la verdad, pero nadie puede conocerla en lo que realmente es. Su conocimiento siempre estará matizado por la percepción del observador. En mecánica cuántica se afirma que la sola percepción de los fenómenos, los altera. Entonces ¿cómo "conocer" la pretendida y esquiva "verdad absoluta"? ¿Lo verdadero será todo aquello que resulta coherente con otras proposiciones que aceptamos como válida? La "sed" de verdad, el "hambre" de verdad, induce a muchos a buscarla en el universo gnoseológico y epistemológico, confiados en que allí la encontrarán despojada del influjo de la falsedad.

Quienes buscan la verdad en la ciencia, saben que sin la epistemología no podemos juzgar y estar seguros si nuestros conocimientos son verdaderos o no. Sólo a la epistemología, como juez, le toca dar el fallo sobre la verdad o error de todo conocimiento nuestro. Solamente la epistemología nos va a dar el criterio o la norma para conocer cuando tenemos la verdad y, por consiguiente, para decirnos qué grado de certeza podemos tener respecto a cada conocimiento. Su objeto es el valor de nuestro conocimiento en general, del conocimiento universal y del conocimiento científico.

Como se puede colegir, el problema de la verdad afecta tanto a la facultad intelectiva (problema de conocimiento o lógica) como a las cosas (problema de realidad o metafísica).

El aludido Rigoberto Pupo, con respecto a la problemática de la verdad sostiene lo siguiente:

"La verdad es proceso y resultado del devenir humano. Un producto de la actividad del hombre (sujeto) en relación con la realidad que convierte en objeto de conocimiento, de la praxis y de valores que intercambia con otros sujetos. En tanto proceso histórico es absoluto y relativo. Cada generación construye verdades limitadas por la historia y la cultura y al mismo tiempo participa de lo absoluto. Lo absoluto y lo relativo son momentos inseparables constitutivos de la verdad, en su unidad y diferencia… Al hombre no sólo le interesa qué son las cosas, cuál es su esencia, sino ante todo, para qué le sirve, qué necesidad satisface o qué interés resuelve. Por eso, praxis, conocimiento y valor, son inmanente al proceso mismo de develación de la verdad". (Rigoberto Pupo. La verdad como eterno problema filosófico. www.monografías.com).

A manera de conclusión comparto la idea de que "nadie tiene el monopolio, la exclusividad, la totalidad de la verdad. La verdad nunca se posee totalmente. La verdad la vamos conquistando, poco a poco. De ella vamos participando progresivamente. Todos somos simples exploradores: algunos van más avanzados, otros más rezagados. La verdad es, pues, más una tarea que una posesión. Y se puede decir que es una tarea en grupo, porque el ser es demasiado amplio y profundo para ser explorado por uno solo. Lo que entre todos vamos conquistando, es patrimonio de la humanidad" (www.filosocial.com).

¡Ay! Cuán profundo es el problema de la verdad. Ante tan insondable "verdad", no nos queda más que repetir los versos de Rafael Núñez: "

¡Oh confusión! ¡Oh caos!

¡Quién pudiera del sol de la verdad

su lumbre austera y pura

en este limbo oscuro hacer brillar!

De lo cierto y de lo incierto,

¡quién un día, y del bien y del mal,

conseguiría los límites fijar.

¿Es la búsqueda de la verdad una tarea inútil? ¿Lograremos desentrañar sus insondables arcanos o viviremos condenados a su incansable búsqueda? Los siguientes versos de José de Espronceda nos llaman a la reflexión profunda en este sentido: edu.red

Que así castiga Dios el alma osada que aspira loca, en su delirio insano, de la verdad para el mortal velada, a descubrir el insondable arcano.

Mientras los humanos ("simples" mortales") seguimos indagando, investigando, explorando, reflexionado y buscando la verdad en los más intrincados laberintos de las profundidades del ser, la realidad y el cosmos, el problema de ésta continúa cada vez más insondable, incierto y enigmático. No obstante, continuamos su incansable búsqueda en todas las ciencias, el arte, la literatura, la historia, la filosofía, la religión, el esoterismo y demás sectores de la realidad para "encontrar" o "descubrir" algunas verdades "absolutas", muchas relativas y, sobre todo, "nuestras verdades", con el propósito de satisfacer el insaciable anhelo y "hambre" de verdad, "para el mortal velada", y hacer brillar "su lumbre austera y pura en este limbo oscuro…"

Referencias bibliográficas

BIBLIOTECA DE CONSULTA MICROSOFT ENCARTA.

GRAY, Phillip. La Verdad Para el Mundo. www.laverdadparaelmundo.com.

GARCIA MORENTE, Manuel. Lecciones preliminares de filosofía. Ediciones Nacionales, Bogotá, 1984.

MARTÍNEZ ECHEVERRI, Leonor y Hugo. Diccionario filosófico. Editorial Panamericana. Bogotá, 1995.

NORIEGA DE LOMA, Pablo. El problema de verdad ().

VELEZ CORREA, Jaime. Curso de filosofía. Bibliográfica colombiana, Bogotá, 1965.

WALKER, Leslie. La verdad. (www.ec.aciprensa.com)

www.filosocial.com

www.monografías.com

ww.wikipedia.com

 

 

Autor:

Luís Ángel Ríos Perea

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