Biografía
Luis Antonio de Villena nace el 31 de octubre de 1951 en Madrid, donde se licencia en Filología Románica. Estudió, además, lenguas clásicas y orientales. Su obra creativa -en verso o prosa- ha sido traducida , individualmente o en antologías, a muchas lenguas, entre ellas, alemán, japonés, italiano, francés, inglés, portugués o húngaro. Él mismo también ha realizado, gracias a su dominio de varios idiomas, traducciones de William Beckford, de los sonetos de Miguel Ángel, de Catulo, o de la poesía goliárdica medieval, entre otros.
Novelista, crítico, antólogo, biógrafo, traductor y periodista, ha recibido el Premio Nacional de la Crítica (1981) -poesía- el Premio Azorín de novela (1995), el Premio Internacional Ciudad de Melilla de poesía (1997), el Premio Sonrisa Vertical de narrativa erótica (1999) y el Premio Internacional de poesía Generación del 27 (2004). En octubre de 2007 recibió el II Premio Internacional de Poesía "Viaje del Parnaso". Desde noviembre de 2004 es Doctor Honoris Causa por la Universidad de Lille (Francia).
Ha dirigido cursos de verano en universidades. Además de articulista literario y de opinión en prensa, es habitual contertulio en radio y televisión, y conferenciante. Actualmente colabora en El Mundo y en el programa de RNE El ojo crítico.
Nace el autor en una familia acomodada en el barrio de Salamanca, y, siendo aún pequeño, queda huérfano de padr.: Sin hermanos ni apenas familiares, vive su infancia y su juventud protegido por los cuidados de la madre (que se volvería a casar tiempo después) y unas tías viudas que lo miman como a un hijo. Sin embargo, a pesar de este entorno materialmente privilegiado, Villena se recuerda en su infancia como un niño tímido, delicado, que, a causa de su aspecto (y su homosexualidad, aunque él no lo rebelara nunca en aquella época), fue acosado por algunos compañeros en el colegio. Esta situación acentuó su retraimiento y su sentimiento íntimo de soledad, que le llevaron hasta el refugio de la lectura y la escritura.
En la Universidad Complutense, durante sus estudios de Filología Románica, traba relación profesional y de amistad con su profesor Antonio Prieto, que en 1971 reunirá algunas de sus poesías en la antología Espejo del amor y de la muerte, prologada por Vicente Aleixandre. Con esta obra, se añaden a la nueva escena poética española -a los nombres iniciales de Pedro Gimferrer, Guillermo Carnero, José María Álvarez o Leopoldo María Panero, que habían aparecido en Nueve novísimos poetas españoles de Castellet- las figuras de Antonio Colinas, Jaime Siles, Luis Alberto de Cuenca o el del autor que nos ocupa.
Es Antonio Prieto quien pone a Villena en contacto con Vicente Aleixandre, quien prologará esta antología; el insigne autor del 27 se convertirá en su amigo y maestro. Entre otras enseñanzas, recibe el consejo de cuidar los finales de cada poema, pues suele ser lo que más queda en la memoria del lector[1]A este respecto, pone como ejemplo el último poema de Jaime Gil de Biedma -titulado "De senectute"- que, siendo de mediana calidad (en palabras de Villena), se salva gracias al último verso:
"De la vida me acuerdo, pero dónde está"
Obra poética publicada
Sublime Solarium, 1971
Syrtes, 1972
El viaje a Bizancio, 1978
Hymnica, 1980
Huir del invierno, 1981
La muerte únicamente, 1984
Poesía 1970-1984. 1989
Como a lugar extraño1990
Marginados, 1993
Asuntos de delirio, 1996
Celebración del libertino, 1998
Las herejías privadas, 2001
Alejandrías, 2004
Los gatos príncipes, 2005
La prosa del mundo, 2007
Honor de los vencidos, 2008
Caída de Imperios, 2011
Proyecto para excavar una villa romana en el páramo, 2012
El alma herida
Uno de los aspectos que tiñen buena parte de la obra de nuestro autor está relacionada con el rencor fraguado en sus años de estudiante en el colegio de marianistas -elitista por entonces- conocido como 'El Pilar'. Aquí, en un ambiente de opresora religiosidad, se sintió siempre acosado por unos compañeros, "hondamente bestias", que lo acosaban por ser 'distinto' (afeminado, reconoce el mismo autor). Estos compañeros, dice el autor que, en parte, han sido olvidados por el poeta; para perdonarlos, en cambio, "necesitaría otra vida".[2]
"Odio a quienes ma acosaron. Sin piedad los odio y no puedo desearles bien ninguno, auque sé que todo pasó"[3]
Como afortunada consecuencia de este sufrimiento, la literatura y la escritura constituyeron para él, desde muy pronto, un verdadero refugio, hasta asegurar que "el esteta salvó a la víctima". Hacia la adolescencia, y a raíz de lecturas como la biografía de Oscar Wilde, comenzó a sumergirse en esa adoración por lo bello, y cuenta, como divertido ejemplo, una anécdota que le sucedió en Bachillerato con un profesor de Biología: este, ante la escena de un adolescente de pelo caído a un lado, con sortijas en los dedos, absorto ante el ventanal, con el "pañuelo en flor en la chaqueta y las piernas estiradas", le preguntó que qué hacía, a lo que el poeta contestó: "Hago esteticismo". (El profesor se encogió de hombros y siguió con la lección).[4]
Al autor en aquella época no le interesaba la poesía social, de la cual el célebre poema "La poesía es un arma cargada de futuro" de Celaya ("Maldigo la poesía concebida como un lujo / cultural de los neutrales / que, lavándose las manos, se desentienden y evaden") constituía un verdadero himno.
La belleza, el amor. La muerte
El lenguaje de Villena se refugia en la belleza de realidades remotas, perdidas e idealizadas, porque apenas tiene esperanzas de contemplar la llegada de otro mundo más justo y más hermoso. Refiriéndose a los que elogian su antiguo colegio, dice, en libro de memorias ya mencionado:
"Quienes al hablar bien de ti, colegio, te bendicen, aún no han comprendido. Aún necesitan ver llegar el futuro."
Quizá mientras llega este esperanzado futuro, libre de injusticias, de fealdad y de restricciones religiosas, el autor se refugia en un idealizado pasado glorioso: el de los grandes personajes helénicos -reales y legendarios- unas veces; en el de artistas dandies o bohemios que poblaron la Europa del siglo XIX (Lord Byron, Wilde…). O de los felices años 20. También vale el encanto de los dorados años del cine de Hollywood ("Marylin Norma dulcis amatrix", en Sublime solarium).
A pesar de su 'traumatizada infancia', la poesía de Villena ha sido caracterizada mayoritariamente como vitalista y epicúrea; no hay que olvidar, sin embargo, que Epicuro preconizaba el cultivo del placer no sólo corpóreo, sino intelectual. En los poemas eróticos hay a menudo referencias al amor homosexual, que quedan embebidas en una atmósfera elegante de cierto dandismo, de decadentismo y hasta malditismo renovados. Villena, como Oscar Wilde, el poeta irlandés que le fascinó en la adolescencia y en cuyo estudio se ha especializado, se inspira en obras de temática homosexual de la literatura clásica.
Pero no es sólo la contemplación de la belleza y la expresión estética del lenguaje lo que mueven al autor. Para este, en la poesía debe haber una intención de crear emoción; es "la manera de colocar las palabras lo que emociona" (EN ¿Puede un computador… PAG 223). Preguntado en una entrevista acerca de los programas informáticos para componer poesía, dice que las máquinas (al menos las actuales) a duras penas pueden emocionarnos, ya que
"En las emociones humanas hay una cierta torpeza, bondad y maldad; esa dualidad está en la conciencia. A veces esas emociones aparecen de una forma muy contradictoria: personas muy buenas en un momento dado son muy malas, y personas muy malas en un momento dado pueden ser muy buenas. Todo ese lío de contradicciones es lo más difícil de reproducir en una máquina"
Y más adelante:
"El humano es un ente imperfecto, que lucha con muchas tensiones íntimas, hacia la perfección, hacia la imperfección, hacia la existencia, hacia la autodestrucción; todo ese complejo de cosas que no pueden existir en una máquina" (PAG 224)
Por todo ello…
"La poesía, si no es emoción, no es nada"
Selección de poemas
SUBLIME SOLARIUM (1970 – 1971)
Es el primer libro de poemas publicado por Luis Antonio de Villena, quien tiene sólo veinte años en ese momento.
Como se aclara en el prólogo, el título de este libro tiene una ambigua interpretación. Por una parte, la de todo aquello que "nos tienta y es al mismo tiempo palacio de nuestro refugio y de nuestra duda". En segundo lugar, como símbolo de la muerte aceptada. Y también, todo aquello que, "ignorado por el autor, representa para el lector un camino, una difícil señal, o la débil rama que basta a mantener su interés en la vida".
Acerca de su obra juvenil, diría más adelante, en su libro de memorias, que "era curioso que yo fuera un total novísimo, sin saberlo, sin haber oído nada todavía de aquella poesía nueva"[5]. Por encima de todo, lo que se percibe en este libro es belleza de la visión y de la palabra, salpicada de "flashes surrealistas, cultistas, decadentes"[6]. También, por supuesto, "el principio de renuncia a la expresión directa de un yo confesional y sentimental", mencionado por G. Carnero en la antología de Castellet como característico de la generación de los Novísimos (aunque Villena, en libros posteriores, irá perdiendo el miedo al autobiografismo lírico).
El yo lírico se recrea preferntemente en esta etapa en la belleza de una obra de arte (Basílica de San Giovanni) o de un personaje histórico (Ibn Arabi, el cardenal Bembo).
A coninuación reproduzco la primera y la última parte del poema sobre Marilyn Monroe, que el poeta Otra Otra de las fuentes novísimas es el cine de la infancia de estos autores. El siguiente poema lo escribió a los dieciocho años. Como ha recordado el autor en un artículo recientemente, él ha sido siempre un admirador de grandes diva; en especial de Marilyn, ejemplo de esplendor y caída, pues afirma que, al enterarse de la noticia, "(…) el niño que fui comprendió la trágica belleza de su suicidio y de su sufrimiento, acaso porque yo no ignoraba ya -siendo tan niño- la maldad del mundo y de tantos seres humanos prepotentes, sucios y espantosos."[7]
"Norma Jean dulcis amatrix"
Barcos en el atardecer de tus miradas como blancas paredes
que diseñan dibujos de cuchillos en la luz oferente de los
lirios del sol. Un escorpión de amor rondaba en tu garganta
cuando un echarpe de raso me dejaste como una golondrina
ya cansada, y giraba todavía la ruleta que nunca vieron los
ojos de Marco Antonio quella tarde de lino o vírgenes
egipcias cuando vio en las pupilas de la reina, como velas e
balandros en recreo, la sala hipostila callada del templo
como tus manos de Luxor.
(…)
Las vírgenes de Safo recordarán tu nombre, tu pobre y gran
tristeza, ese cuerpo de corza fustigada que una noche de estío
entre magnolios vio un corsario negro de negro aparecer, ese olor
a jazmín en las miradas te atrajo hacia sus brazos mientras tú
notabas huir de las estrellas, el sinsabor del vino, las aleves
demandas de un teléfono blanco que amados de tus labios
soñaban descolgar de madrugada en un apartamento azul de
Nueva York.
EL VIAJE A BIZANCIO (1972 – 1974)
Sobresale en esta obra una apología suprema del Deseo, al que se accede mediante la contemplación gozosa del cuerpo. A continuación leemos una de las composiciones -un soneto- más conocidas de este libro, a pesar de que al autor le gustan más otras como "Querubes":
"Piscina"
Con un ligero impulso la palanca palpita,y el desnudo se goza un instante en el aire,para astillar después en vibraciones verdesel oro y el azul y la espuma que canta.
Desciendes un momento. Y riela en los visosdel cristal transparente el fuego que galopaentre las ramas verdes, y es túnicade seda que amorosa recoge la selva de tu cuerpo.
Te detienes y nadas. El fondo es tu capricho.Como un solaz de algas que amase tu cabellote complaces en verte por grutas submarinas.
Y al regresar al sol, nos miras en la orilla,mientras, toda codicias sexuales, el aguadeseosa, se goza solitaria en tu cintura.
HYMNICA (1974 – 1978)
Con Hymnica, abre una nueva vía esperada por muchos: la de la poesía nutrida de fuentes artísicas, pero cuyo desconocimiento no impide la comprensión del poema. Se trata, pues, de un culturalismo accesible a todos.
También se inicia la vía de la inspiración del paganismo, que se traduce, como en los griegos, en la inexistente conciencia de pecado y en la adoración de los jóvenes. Algunos títulos: "Di pagani", "Belleza abre al deseo", o "Epinicio"; el epinicio constituía una clase de himno compuesto para glorificar al atleta acreedor de un triunfo en los juegos olímpicos. En "Epinicio", el poeta canta la belleza de un saltador de longitud:
"Epinicio"
Salta al aire, y arde al sol en un brillo encendido.
El músculo se estira victorioso. Ondea el pelo rubio,
y bailan sedas de agua sobre una piel de oro.
Bulle un río, y el cuerpo es la sed de una batalla.
Los brazos se alargan, y las piernas armoniosas
y brillantes. Se cierra un bosque al cerrar los ojos.
Cantan las manos. El cuerpo adolescente reta al aire.
Como un himno se eleva la figura, y se ondula.
El pelo nada, la piel seduce al ámbar, y el impulso
se transforma en joven música encendida. Salta ahora.
Y es todo victoria. Quien saltó y quien baja es otro distinto.
Y va más allá el milagro porque es otro el que mira.
Veamos ahora otro poema de este libro. En "Un arte de vida", se dan plenamente algunas de las características de los novísimos: lujo, aristocratismo, irrealidad estética aplicada a la vida diaria… En definitiva, una exhibición de la misma vida cotidiana como una obra de arte. Aquí Villena hace referencia a las noches de diversión y desenfreno de su juventud dorada. A menudo, en compañía del poeta Paco Brines (que, como él, no tenía que madrugar para ganarse un sueldo[8]recorría las calles y, gracias a ello, conoció el mundo marginal de la 'movida'.
El poema termina con la cita culturalista del "palacio de invierno": Paul Verlaine, en sus últimos años, tuvo que recurrir, debido a la enfermedad y la miseria, a los hospitales de caridad. A veces, con humor amargo, escribía a sus amistades que podían ir a verle a su "palacio de invierno".
"Un arte de vida"
Vivir sin hacer nada. Cuidar lo que no importa,
tu corbata de tarde, la carta que le escribes
a un amigo, la opinión sobre un lienzo, que dirás
en la charla, pero que no tendrás el torpe gusto
de pretender escrita. Beber, que es un placer efímero.
Amar el sol y desear veranos, y el invierno
lentísimo que invita a la nostalgia (¿de dónde
esa nostalgia?). Salir todas las noches, arreglarte
el foulard con cariño esmerado ante el espejo,
embriagarte en belleza cuanto puedas, perseguir
y anhelar jóvenes cuerpos, llanuras prodigiosas,
todo el mundo que cabe en tantas euritmia.
Dejar de amanecida tan fantásticos lechos,
y olerte las manos mientras buscas taxi, gozando
en la memoria, porque hablan de vellos y delicias
y escondidos lugares, y perfumes sin nombre,
dulces como los cuerpos. ¡Qué frío amanecer entonces,
qué triste es, qué bello! Las sábanas te acogerán
después, un tanto yermas, y esperarás el sueño.
Del día que vendrá no sabes nada. (No consultas
oráculos.) Te quemarán hastíos y emociones,
tertulias y bellezas, las rosas de un banquete
suntuario, y las viejas callejas, donde se siente
todo, en el verano, como un aroma intenso.
Vivir sin hacer nada. Cuidar lo que no importa.
Y si todo va mal, si al final todo es duro,
como Verlaine, saber ser el rey de un palacio de invierno.
LA MUERTE ÚNICAMENTE (1984)
El título proviene de Cernuda, poeta de la modernidad que ha influido de manera sobresaliente en Villena; en concreto, del poema "La gloria del poeta". Reproducimos un fragmento cernudiano:
Es hora ya, es más que tiempoDe que tus manos cedan a mi vidaEl amargo puñal codiciado del poeta;De que lo hundas, con sólo un golpe limpio,En este pecho sonoro y vibrante, idéntico a un laúd,Donde la muerte únicamente,La muerte únicamente,Puede hacer resonar la melodía prometida.
En este libro de Villena también encontramos, como en Cernuda, el tema de la patria. En el siguiente poema, también como en los del desaparecido autor, la patria es metáfora del amor, idealizado, que se busca y nunca se alcanza. Pero también es la patria que se ama y repudia al mismo tiempo. Reproduzco unos fragmentos que me han parecido significativos:
"Patria mía"
¡He deseado tantas veces no pertenecerte,
y tantas he sentido que era tuyo!
Madre del lauro que enaltece,
y de la piedra brutal que desarbola;
(…)
Y que otorgas también -idénticos en ímpetu-
el cenagal misérrimo, la irracional ponzoña
intolerante, la obtusez absoluta, el animal candente
que se goza matando y obstruyendo…
(…)
Yo que tanto anhelo renegar de ti,
hablar en otra lengua muy cercana,
ascender por la sangre hasta mi otro origen antiguo
y ofrendar a los lares del otro dios latino
(donde todo se muestra igualmente solar,
pero la vida es más dulce y mucho más refinada…)
(…)
yo que te detesto y te amo al mismo tiempo,
que te deseo y te huyo,
soy por ello, inconfundiblemente, marcadamente,
privilegiadamente, Madre excelente y arisca,
hijo tuyo.
MARGINADOS, 1989 – 1993
Dice Villena que este libro es, de alguna manera, 'social', aunque en un nuevo sentido: da testimonio de una cierta seducción por los perdedores, por lo que es atractivo e insoportable al mismo tiempo. Esto forma parte del 'neopaganismo' que ya años antes se inserta en su obra:
"Es una manera de pensar en un mundo que alguna vez sea feliz: el mundo como El Jardín del Edén y no como un valle de lágrimas(…) Yo creo mucho en el neopaganismo como una nueva lectura de lo pagano. Teniendo, sin embargo, en cuenta, una de las cosas del cristianismo: el amor por el desheredado, el amor por las personas humildes, por las personas a quienes les ha ido mal, en fin, la ayuda a los humillados y ofendidos"[9]
Cuando publica este volumen, nuestro escritor tiene ya treinta y nueve años, ha vivido plenamente la movida madrileña, y, a diferencia de otros artistas, es un superviviente de ella; en buena medida, gracias al miedo que le inspiró siempre la droga:
"La heroína tenía un aura intelectual, pero yo era temeroso y muy hedonista. Confieso que aquello de ver las vomitonas que causaban las drogas me horrorizaba"[10].
Horrorizado también por el espectáculo de drogadictos y prostitutas deambulando por el centro de Madrid al caer la noche, a finales de los ochenta, escribe los siguiente:
"Madrugada en Madrid. Agosto, 1990"
Gran Vía noche arriba, florece la heroína en traje negro.En las miradas sientes agujas sucias, pensiones de miseria,ojos buscando no sabrías si tumba u otro cuerpo.Tanta delgadez lunar florece en la Gran Vía,tanto temblor de manos, tanta ruina de infección y
hambruna,manchas cutáneas, acaso, sidosos fantasmas que murieron,temor a casi todo, mientras la leche cae del tetrabric
abierto, como ese último sueño de aferrarse a una norma…Escuchas pillar algo. Hay un dolor tan denso subiendola Gran Vía, la enfermedad vagando, aliada del sexo,y aquel muchacho en pantalones cortos, sucios, la chica
revestidade huesos esqueléticos, dirías silicóticos peones gaseados.La Gran Vía nocturna es un hondo pasillo de antracita,y hay cuartos por detrás de agonizantes solos, sollozos y rateros.Bajo las casas nobles de principio de siglo -polvorientas-africanos y yonquis, navajas, viejas putas,jovencitos oscuros, jeringuillas, travestís y camelloscantan la gloria opaca, la cochambre sin letra de este fin de
milenio macilento.
Tarde de verano 1981. Fotografía de Alberto García Alix citada en Madrid ha muerto (1999), de L. A. De Villena
LAS HEREJÍAS PRIVADAS: INFANCIA Y DAÑO EN UN PEQUEÑO PAÍS OSCURECIDO (2001)
Una muestra de cómo el dolor de la infancia no se borra nunca (Luis Antonio de Villena publicó este poema cuando tenía 50 años).
Dice el autor en su página web que "Hay que rehacer el mundo, reinventarlo"…
"Ni memoria ni olvido"Yo quise olvidar, estoy seguro. Inclusoaceleré tanto los caballos lujosos de mi vidaque pude haber llegado más allá del olvido.Pero si hay arte en olvidar, cuando el recuerdovuelve, no como nostalgia sino cual boca viva,también ha de haber arte en no sucumbira esa trepidación de odio, tristeza y futuroque es el recuerdo no deseado, aquel garfioque resultó, a la postre, más potente que la fantasía.Quise olvidar. Quise tapar al niño negro que fui,a esas tardes tan tristes, a los días violentos,al extraño odio de unos camaradas de piedra…Quise habitar un palacio de olvido. Y no pude.Afortunadamente, dioses, no he podido. Pues sies un arte olvidar, también lo es (y terrible)volver virgen a morder aquella fruta podrida.
PROYECTO PARA EXCAVAR UNA VILLA ROMANA EN EL PÁRAMO (2012)
En este último libro publicado por el autor, nos encontramos con un tono elegíaco, que se aprecia en dos sentidos: tema de la muerte y aprecio por los asuntos placenteros, que también tenía cabida en la literatura griega.
Hay un camino desde una poesía esteticista y vitalista hasta otra más profunda, más desnuda y, por qué no, más existencial. En cambio, no acaba de hundirse el poeta en el pesimismo total, ya que "la fugacidad enaltece el placer".[11]
Flota en este poema, como tema central, el tópico literario latino del tempus fugit del que, desde Virgilio (Geórgicas, s. I a. C.), tantas obras artísticas se han nutrido.
"Epitafio"
Amigo que pasas, detente un instante.
Yacen aquí las cenizas de alguien
que no pidió venir (al que nada
le hubiese importado no venir)
y que, sin dolor, nunca temió irse.
Como tú, pensaba que este mundo
es oscuro y sucio, y crueles y necios
la mayoría de los hombres, avaros y egoistas.
Hay momentos de lujo: la belleza
y el arte. Los chicos y los libros.
Él no buscó más. Y agradece
a los dioses que le impidieran llegar
a la vejez, tediosa y terrible.
Atrapa el presente, amigo.
Goza y no tengas miedo.
El mundo no tiene arreglo
y los hombres tampoco. Suciedad
y traición colman la vida.
Coge los momentos fugaces de luz
y calienta con ellos la tumba.
Aquí sólo hay silencio y olvido.
Claro que hubiera dado igual no venir.
Pero ya que llegaste (sin pedirlo)
pásalo lo mejor que puedas…
Te lo dice quien, sin dolor,
no temió partir. Y lo hizo de golpe preciso.
Tranquilo, el Averno es benigno.
Y en verdad nada es peor
(salva los dorados momentos de oro)
que la vida misma. La inclemente
y dulce vida. Entrar, salir… No temas.
Nada hay, sólo el presente existe.
Sé feliz, caminante. Me llamo Nadie.
Como tú, como aquel, como todos…
Nadie descansando en Nada.
Bibliografía
LIBROS
CAÑAS, Dionisio, y TARDÓN, Carlos González: ¿Puede un computador escribir un poema de amor? Tecnorromanticismo y poesía electrónica (Contiene una entrevista a Luis Antonio de Villena). Madrid, Devenir Ensayo, 2010
CASTELLET, José María (1970): Nueve novísimos poetas españoles. Ediciones Península, 2001
CIPLIJAUSKAITÉ, Biruté: Novísimos, postnovísimos, clásicos. La poesía de los 80 en España. Edit. Orígenes, 1990
G. MORAL, Concepción y PEREDA, Rosa María Pereda (edit): Joven poesía española. Madrid, Cátedra, 1979
DE VILLENA, Luis Antonio: La muerte únicamente. Madrid, Colección Visor de Poesía, 1984.
DE VILLENA, Luis Antonio: Madrid ha muerto. Esplendor y caos en una ciudad feliz de los ochenta. Planeta, 1999.
DE VILLENA, Luis Antonio: Mi colegio. Esplendor y tormento de un escolar adolescente. Madrid, Ediciones Península, 2006
DE VILLENA, Luis Antonio: Poesía 1970 – 1984 (prologada por José Olivio Jiménez). Madrid, Colección Visor de Poesía, 1988
CONFERENCIAS
DE VILLENA, Luis A.: Bohemios y malditos. 27 / 01 / 2009. Fundación March
DE VILLENA, Luis A.: Estilo: nuevo paganismo, moral nueva. 02 / 03 / 20010. Fundación March
DE VILLENA, Luis A.: Lectura de mi obra poética. 04 / 03 / 2010. Fundación March
Enlace a los audios:
http://www.march.es/conferencias/anteriores/index.aspx?b0=villena&l=1
RECURSOS DIGITALES
– Entrevista al autor en Jot Down Cultural Magazine por Julio Tovar (2013):
Luis Antonio de Villena “España está políticamente muy mal, y culturalmente peor»
– Entrevista realizada en mayo de 2011 por Ámbito Cultural:
http://www.youtube.com/watch?v=UZO8QgGftek
– Entrevista realizada al autor en 2000, por Shangay Lily, y publicada el 29 de diciembre de 2011: http://www.shangaylily.com/sl/?p=134
Autor:
Sofía
[1] DE VILLENA, L. A.: Estilo: nuevo paganismo, moral nueva. Conferencia Fundación March, 02 / 03 / 20010
[2] De Villena, L. A.: Mi colegio. Esplendor y tormento de un escolar adolescente. Madrid, Ediciones Península, 2006
[3] Ib., pág. 156.
[4] De Villena, L. A.: Mi colegio. Esplendor y tormento de un escolar adolescente. Madrid, Ediciones Península, 2006 (p. 104)
[5] Villena, L. A. De: Mi colegio. Esplendor y tormento de un escolar adolescente. Madrid, Ediciones Península, 2006 (p. 123)
[6] Declaraciones de Villena enviadas a la antología Joven poesía española, en Madrid, Cátedra, 1979.
[7] Cincuenta años sin Marilyn Monroe. Artículo publicado en su página oficial. Enlace: http://luisantoniodevillena.es/web/noticias/cincuenta-anos-sin-marilyn-monroe/
[8] DE VILLENA, L. A.: Estilo: nuevo paganismo, moral nueva. Conferencia Fundación March, 02 / 03 / 20010
[9] Entrevista realizada al autor en 2000, por Shangay Lily, y publicada el 29 de diciembre de 2011. http://www.shangaylily.com/sl/?p=134
[10] RICARDO GRANDE: Reseña en El País, 8 de abril de 2010. http://elpais.com/diario/2010/04/08/cultura/1270677606_850215.html
[11] Página oficial del autor: http://luisantoniodevillena.es/web/obra/