Agrobiodiversidad, mercados e impactos en la pequeña agricultura (página 2)
Enviado por Ricardo Claverías Huerse Claverías
(ii) Enfoque intercultural para el intercambio de conocimientos sobre la conservación de la ABD
Mediante talleres participativos realizados en seis comunidades campesinas de Puno y Cusco, se sistematizó las experiencias y los impactos en la conservación de la ABD. Esos eventos permitieron que los campesinos participen en la sistematización de su propia práctica y de sus familias, así como también hicieron propuestas sobre cómo debía enfocarse la capacitación con respeto a sus tradiciones y las costumbres de sus culturas originarias (según una recomendación de D. Llanque. 1986 ), planteándose que esa capacitación debe darse en los procesos del ciclo agrícola y después de las prácticas rituales. Otros métodos empleados de tipo modernos y combinados con los métodos tradicionales, fueron las entrevistas grupales, exposiciones, preguntas, discusiones entre las mismas familias y visitas a familias conservacionistas.
(iii)Importancia del manejo de la diversidad de cultivos (ventajas y desventajas)
El proceso de manejo de la diversidad de cultivos es fundamental para la conservación de los cultivos andinos. Las familias campesinas tienen sus estrategias de manejo de la diversidad de cultivos de acuerdo a la experiencia de sus antepasados, basados en las tradiciones, costumbres y ritos, que han influido fuertemente en el desarrollo de las actitudes para la conservación de los cultivos andinos.
Las familias perciben las siguientes ventajas de la ABD: Cuando hay diversidad de variedades de papa, se puede buscar con mayor facilidad aquellas que pueden ser transformadas en distintos tipos de "chuño", "tunta" o "moraya" (papa transformada mediante la deshidratación), de color negro o blanco. Sabores agradables variados. Mayor producción de algunas variedades. Mayor resistencia a plagas-enfermedades y mayor disponibilidad de venta de variedades de papa, quinua y habas en el mercado local. Se logra mayor seguridad alimentaria y mayor capacidad de oferta para el mercado Se puede seleccionar variedades con diferentes respuestas a los cambios climáticos. Se evita la pérdida de la diversidad de semillas. Se tiene productos con diferentes sabores.
Las familias campesinas perciben que la crianza de la ABD es importante para su seguridad alimentaria y para articularse con el mercado ("la codeterminación", como dijera María De La Cadena y Jurgen Golte) porque cuando hay problemas de plagas y enfermedades o cambios climáticos adversos, no pierden toda la producción, debido a que algunas de las variedades cultivadas en las parcelas son tolerantes a estos factores. Las desventajas son: se debe invertir mayor tiempo de trabajo para conservar y re-estructurar la ABD de semillas y se requiere tener una regular extensión de tierras, lo cual limita la participación de muchos campesinos minifundistas.
(iv) Los nuevos conocimientos que tienen sobre ABD
Con el seguimiento de los indicadores de impactos en los sistemas de producción de las familias conservacionistas de la ABD, se pudo analizar los siguientes resultados: Los campesinos que han participado en los procesos de capacitación y se han articulado más a los mercados y ferias locales, tienen mayores recursos productivos y, al mismo tiempo, han reconstruido y adaptado mayores tecnologías en sus sistemas productivos, así como también tienen mayores ganancias por hectárea de tierras.
La difusión de la diversidad de cultivos entre los años 1996 al 2002 ha favorecido la seguridad alimentaria y el incremento de los ingresos mediante la venta de productos en el mercado (entre más variedades de papas se sembraron en los predios, los campesinos, tuvieron mayores ingresos). Así, en la campaña agrícola de 1996-97 (Gráfico 3) la mayoría de campesinos tenía un promedio de 15 variedades de papa y sus ingresos promedios por este producto era menos de S/. 500.00 (solamente algunos campesinos excepcionalmente tenían más de 62 variedades). En cambio, en el año 2000-2001 (Gráfico 4), la diversidad de papa aumentó a un promedio de 30 variedades y los ingresos promedios fueron alrededor de S/. 1,200.00 (y por el total de la agricultura los ingresos aumentaron de S/.1,000.00 en 1996-97 a S/. 2,000.00 en el año 2000-001 por familia, además de otros ingresos por ganadería, servicios, etc.). Asimismo, con la diversidad los cultivos agrícolas tuvieron mayor capacidad de tolerancia a las heladas, granizadas e, incluso, tuvieron mayor tolerancia a las sequías moderadas.
GRÁFICO 4:
(v) Importancia del autoconsumo y el mercado para la seguridad alimentaria
Los campesinos de las comunidades de Capachica, como es también la costumbre en las demás comunidades de la sierra, consumen diversos tipos de alimentos seleccionados por su origen: 1) de autoconsumo, 2) los comprados de productores de la región de la costa o la selva y 3) los importados. La cantidad de esos alimentos varía de acuerdo a las fases del ciclo agrícola y del tipo del año agropecuario caracterizado por los fenómenos climáticos, por la dinámica del mercado y por las ayudas o donaciones de alimentos proporcionadas por las agencias internacionales o el Estado. De esa caracterización depende, en gran medida, la cantidad de nutrientes consumidos en cada año y en cada fase del ciclo agropecuario. Eso indica que el autoconsumo es muy importante, como también es el mercado.
Así por ejemplo, en el año 1997-98 (Gráfico 5) fue caracterizado como un año climático y productivo "normal" (el fenómeno de El Niño no influyó en el Altiplano) en las fases de siembra, cosecha y post-cosecha. El consumo diario de kilocalorías per cápita fue cercano o mayor a los requerimientos de la cantidad adecuada por persona (lo recomendado es 2,200). Sólo hubo déficit alimentario en la fase de labores culturales (1,170 kilocalorías) (Gráfico 5), cuya base alimentaria fue el autoconsumo (59%) (proveniente de las pequeñas cosechas tempranas en los meses de enero y febrero) y los alimentos provenientes de la importación (39%). Los alimentos provenientes de la importación son aún más importantes en la fase de siembra (87%), que es una fase muy distante a la cosecha y post-cosecha anterior, por lo tanto, hay escasez de alimentos propios.
Esas características variaron en los años posteriores (1999-2000) porque hubieron cambios climáticos muy negativos para la producción agropecuaria de esta región. En términos genéricos, en ese año climáticamente negativo las familias campesinas bajaron drásticamente el consumo diario de la cantidad de nutrientes en todas las fases del ciclo agrícola. Así, por ejemplo, en la fase de siembra, el consumo de kilocalorías por persona bajó de 2,196 en el año 1997-98 a 1,196 en el año 1999-2000 (Gráfico 6), es decir, las familias llegaron a consumir alrededor de sólo el 50% de los nutrientes adecuados para vivir y trabajar normalmente.
Una razón de esa baja en la alimentación se debió a que los cambios negativos del clima en ese año, que afectaron la producción agrícola de manera semejante al año anterior (1998-1999), también tuvieron una producción agropecuaria muy deficiente, por lo que en este año 1999-2000 las familias no contaron con dinero suficiente para comprar alimentos provenientes del mercado (importados y de la región, Gráfico 6) para cubrir la demanda de alimentos en esa fase de siembra; por lo tanto, debieron apelar más al autoconsumo y al intercambio con vecinos, pero en cantidades muy bajas no adecuadas para lograr una dieta con nutrientes normales.
Eso implica, por el contrario, que para comprar más alimentos en el mercado, tienen también que producir más en sus chacras (y vender más en determinados meses del año, sobre todo aquellos productos que tienen mejores precios y menor competencia con los productores de otras regiones, como podrá observarse en el Gráfico 5 (1997-1998) en un año climáticamente normal, donde aparece un incremento del consumo en la post-cosecha) y, de esa manera pueden lograr una mayor seguridad alimentaria (con alimentos que son cubiertos, en parte, con la compra en los mercados), sobre todo en los meses en que sus alimentos propios se han agotado.
Las observaciones de estos datos nos lleva a resumir tres cuestiones: (i) Para que la dieta alimenticia sea adecuada en estas comunidades, el origen de sus alimentos debe ser complementario entre los alimentos propios como base y los comprados del mercado (importados y de la región); es decir, aunque el año climático y productivo sea muy bueno para la agricultura, los campesinos siempre tienen que depender del mercado y aún más cuando el año es "malo" para la producción local. (ii) Sin embargo, la capacidad de compra de alimentos del exterior depende también en gran parte de la capacidad de la producción y de negociación local; por tanto, esta producción para el autoconsumo y para la venta es el cimiento de la alimentación de estas familias. (iii) Por esas razones, debe valorarse la importancia del autoconsumo y la comercialización (porque con la venta de una parte de su producción pueden comprar otros alimentos o insumos para su propia producción) como condiciones para la seguridad alimentaria en años positivos y sobre todo en años negativos.
(vi) Estrategias para la venta en función de los periodos de la demanda
En ese sentido y como se dijo más arriba, los campesinos para poder comprar más alimentos en el mercado, no solamente tienen que producir más en sus chacras, sino también tienen que desarrollar su capacidad de negociación utilizando –entre sus variadas estrategias frente el mercado- opciones de mercadeo relativamente positivas para ellos, como por ejemplo, vender más sus productos en determinados meses del año, sobre todo aquellos que tienen mejores precios y menor competencia con los productos de otras regiones. Así, en un estudio que hicimos de la mayoría de ferias y mercados rurales de Puno (En Ayaviri, Santa Rosa, Acora, Ilave, etc.), mediante registros que abarcaban un periodo de 10 años, se llegó a las siguientes caracterizaciones (Gráfico 7):
Fuente: Datos recogidos en la mayoría de ferias por del Ministerio de Agricultura de Puno. El procesamiento es nuestro.
Que los productores rurales de Puno venden más, por ejemplo la carne de vacuno, en los meses de febrero y marzo, que es el periodo en que tienen mayor oferta y los precios son regulares; es decir, ganan por la cantidad de la oferta y por los precios medianos. En cambio, venden menos este producto en junio o en octubre debido a que los precios bajan y es un periodo en que escasean los forrajes. Semejante es la estrategia de la venta de la papa, la que vendida mayormente después de la cosecha y en un periodo en que la oferta de este producto de la costa ha bajado. Sin embargo, los campesinos no pueden vender este producto en los meses de agosto y sobre en setiembre, que es cuando los precios son más altos, debido a que en ese periodo los campesinos ya no tienen oferta disponible.
En el caso de la quinua, no la venden mayormente después de la cosecha –mayo a junio-, sino en un tiempo relativamente distante, en setiembre-noviembre cuando los precios son mejores, es decir cuando hay escasez de otros alimentos perecibles locales y de la región (como los tubérculos), dado que este cultivo se le puede almacenar sin riesgos de deterioro.
La venta de "chuño" (papa deshidratada), que por su condición de ser papa transformada y que, por tanto, pueden ser almacenada, es vendida en su mayoría –sobre todo los productores medianos y grandes- a fines de enero y en febrero o en setiembre, que son los periodos que obtienen mejores precios debido ha que en esos meses hay suma escasez de alimentos, tanto los locales como también los de la región, solamente tienen la competencia de los productos importados. Es decir, con el dominio de la agrobiodiversidad, los campesinos pueden vender en el mercado determinados productos en los meses en que mejores precios pueden tener de acuerdo a sus ventajas comparativas e incluso pueden ser más competitivos.
(vii) Rol de las ferias o mercados en el intercambio de conocimientos y semillas
Sin llegar al fundamentalismo que el mercado lo cruza todo y que sin participar en él los campesinos de las comunidades no pueden vivir; no obstante, esa premisa para los campesinos y, sobre todo, para los pequeños propietarios es una realidad relativa. Así, por ejemplo, en el sur del Altiplano peruano, una parte importante de su producción no pasan por las relaciones de mercado; sin embargo otra parte de su producción tienen inexorablemente que pasar por relaciones mercantil. Son los casos de las ferias o los mercados semanales, donde necesariamente acuden campesinos, sean pobres o ricos. Esos mercados semanales tienen el rol de reforzar y reproducir las relaciones sociales interétnicas, en esos escenarios se propician las alianzas estratégicas entre los campesinos, los comerciantes, los pequeños empresarios transformadores de cultivos andinos, los financistas, etc. Asimismo, en esas ferias o pequeños mercados los campesinos intercambian semillas, productos, conocimientos tecnológicos y energías positivas a través de los buenos deseos para parientes y amigos. (Delgado, Freddy, 2002).
En esas ferias intercambian experiencias sobre formas de producir, indagan de dónde son las semillas que adquieren, cómo se han producido. Buscan conocer la "identidad"del producto con el cual van a convivir (Alarcón, A. 1994). En las ferias, los campesinos al relacionarse con otras instituciones, "rescatistas" y personas de la ciudad ven si sus productos tienen acogida y el valor que tienen para ser intercambiados por otros productos; es decir, hacen una labor de marketing; y, a su retorno, los campesinos adecúan o experimentan con las nuevas semillas en sus chacras. Seleccionan las semillas que mejor responden a su medio natural y climático, que aseguren una mayor producción no solamente para el autoconsumo, sino también para el mercado, como puede observarse en el Gráfico 8, ingresos donde se han computado los que fueron provenientes de la ganadería, la agricultura, las actividades comerciales y las migraciones. De esa forma puede evidenciarse cómo el mercado ayuda a conservar la ABD, siempre cuando entre los campesinos siga primando los valores y conceptos básicos de su cosmovisión andina, donde uno de los fundamentos es la crianza sostenible de la ABD de los cultivos andinos.
GRÁFICO 8:CAPACHICA-PUNO. 2002.DISTRIBUCIÓN DE LA PRODUCCION AGROPECUARIA E INGRESOS PROMEDIOS POR FAMILIA
FUENTE: Encuesta dinámica. CIED-Puno.
Restricciones y barreras de la ABD para su incorporación en el mercado y para su conservación
Teniendo en cuenta que, por un lado, a nivel macro en la sociedad contemporánea predomina la economía de mercado y, por otro lado, a nivel micro, en las zonas rurales predomina las familias que están en pobreza y en pobreza extrema; en esos contextos macro y micro la ABD se plantea como una alternativa importante con que cuentan en especial los campesinos andinos y amazónicos. Por lo tanto, es importante reflexionar sobre las barreras o también sobre las condiciones favorables que tiene la ABD para que los campesinos se relacionen con el mercado y puedan pasar de una economía de subsistencia (o de infrasubsistencia) a otra de producción de excedentes.
De acuerdo a los estudios de Stef de Haan, no es posible que toda la ABD sea articulada al mercado, por las siguientes razones:
1)Los riesgos y condiciones de almacenaje, maquinaria instalada, etc. son mayores con la diversidad.
2)Los cultivares son distintos, lo que genera limitaciones para garantizar la homogeneidad del producto final.
3)Limita la línea de procesamiento agroindustrial.
4)Es más complicado promover en el mercado la diversidad de productos que un producto específico.
5)No existen programas de oferta de producto basados en la ABD andina.
Sin embargo, también existen condiciones para que la ABD sea incorporada en el mercado. El mercado puede ofrecer un espacio de demanda seguro para cultivos específicos y variados, cuando se prevee en los siguientes factores para su éxito:
1)Cuando existe una empresa constante en el mercado.
2)Cuando existe interceptores posicionados en el mercado.
3)Cuando se cuenta con líneas de producción adecuadas.
4)Cuando se cuenta con información de mercado:
Volúmenes, condiciones, presentación, márgenes de ganancia, cartera de clientes
5)Necesidad de avanzar en el desarrollo de la calidad de los productos.
6)Tener recursos humanos:
– Para empaques.
– Materiales de marketing.
– Estándar de calidad.
– Condiciones de entrega.
– Logística.
– Material de difusión.
-Es recomendable trabajar primero con pocas especies o variedades.
Barreras para la conservación de la ABD
En esos contextos, ¿cuáles son las barreras y las ventajas para la conservación de la ABD? El contexto socioproductivo para los cultivos andinos es adverso y difícil. Sin embargo, las familias campesinas tienen que responder a una realidad muy dinámica como es la penetración de la educación moderna y diversos modos de vida modernos, frente a los cuales los campesinos se ven obligados a cambiar sus sistemas de producción y vida, así como deben incrementar los ingresos monetarios. Para lograr que los campesinos logren resultados positivos en ese contexto de cambios, ellos están optando por el camino del fortalecimiento y de la explotación sostenible de las ventajas comparativas de la producción agropecuaria andina, basándose en la producción ecológica y transformación de los recursos nativos, como son la ABD, las plantas medicinales y la ganadería.
Por otra parte, también existen factores o barreras muy sólidas que impiden que la ABD de los cultivos andinos sea conservada; factores frente a los cuales los campesinos tienen que dar respuestas para lograr esa conservación, entre esos factores se tienen los siguientes:
La necesidad de que las familias generen ingresos monetarios en forma más segura frente al clima y la dinámica del mercado, hace que intensifiquen el cultivo de pastos para el incremento de la ganadería, lo cual compite con ABD. Dentro de los cambios hacia la nueva ruralidad, en un contexto de pobreza, están pasado a priorizar actividades más "rentables" y de "poco riesgo" y, consecuentemente, una menor dedicación a actividades poco rentables con un alto nivel de riesgo. Actividades priorizadas donde se encuentran el transporte, los servicios o el pequeño comercio.
La Incidencia cada vez más fuerte y frecuente de plagas, enfermedades, sequías y heladas, situación que ha debilitado el concepto agrocéntrico de los campesinos andinos.
"Los flujos extraregionales de semillas de algunas especies han aumentado a raíz de un mejor estado de las carreteras y un uso más frecuente de las vías de comunicación. Como consecuencia se están desplazando algunas variedades locales por material genético con mayor oferta en el ámbito extraregional" (Stef de Haan).
I. Cambios en la cultura alimentaría provocada por la modernización del mercado interno y por los cambios en los patrones alimentarios; asimismo, debido a la pérdida de la identidad por los alimentos propios en mérito a los productos importados. En ese sentido, se constata que se están incrementando el consumo de productos procesados importados, como arroz, el aceite y los fideos, y un menor consumo de ciertos cultivos locales como la oca, la cañihua o la mashua.
El Estado y varias instituciones privadas también favorecen el cambio de hábitos alimentarios en el medio rural y urbano, lo cual influye muy negativamente sobre el proceso de la pérdida de la ABD nativa. Las ferias y mercados, así como favorece la conservación de la ABD al ser mediadores para el intercambio de semillas, también provocan una reacción inversa al ser mediadores de la penetración de nuevas semillas híbridas, lo cual se incrementa con la donación de semillas que hacen varias instituciones y el propio Ministerio de Agricultura sobre todo cuando hay sequías.
Otro factor negativo para la conservación de la ABD son las emigraciones de los campesinos/as de las comunidades hacia las ciudades, que son una nueva estrategia de supervivencia y sirve de equilibrador entre la población que aumenta en el medio rural y las extensiones de la tierra que no aumentan. Situación que hace que el campo empobrecido expulse una parte de mano de obra comunal, los que al mismo tiempo cambian sus patrones alimentarios en la ciudad y, al volver al campo, traen nuevos patrones alimentarios que atentan contra el consumo de los cultivos andinos.
Conclusiones
Este estudio permite arribar a las siguientes conclusiones, a nivel interfamiliar, comunal o distrital, los campesinos basados en la ABD, tienen mayor éxito en el mercado y este repercute con mayores beneficios en la chacra de los campesinos cuando utilizan las siguientes estrategias: cuando se organizan en asociaciones de productores (el principio de lo que hoy se denomina como las virtudes del "asocio") y cuando esas organizaciones y sus reivindicaciones son parte del plan de desarrollo económico de los gobiernos locales y el gobierno regional.
Pero también, para salir más airosos en esas relaciones con el mercado, los productores agrícolas deben mejorar las técnicas de producción para obtener mayor productividad y calidad en sus productos. Al mismo tiempo, deben plantear estrategias y conocer las mejores vías para articularse con las ciudades intermedias y con los corredores económicos. En el mismo sentido, los campesinos deben perfeccionar sus conocimientos y fortalecer sus organizaciones para relacionarse con las instituciones del Estado en las localidades; por ejemplo, con PRONAA, FONCODES, así como con las ONGs y los empresarios locales, para poder ampliar la demanda para los productos agrícolas locales
A nivel familiar, los impactos del mercado y de la modernidad en general en los agroecosistemas de los campesinos son muy contradictorios. En determinadas regiones o localidades el mercado "jala" la necesidad que se incremente la diversidad de cultivos en las pequeñas economía agrícolas; incluso este proceso se manifiesta como una tendencia, como son los casos de las comunidades campesinas y los pequeños agricultores independientes aledaños a las ciudades intermedias o de destino final, son los casos, por ejemplo, de la agricultura en Chiclayo, Jaen, Cajamarca, Huancayo, Cusco, Puno, Lima, etc. En esa agricultura de entorno a las ciudades las economías campesinas siguen el patrón de los cambios en el nivel macro, donde el aumento de la diversidad cultivada se relaciona con el crecimiento de la población urbana y de los mercados a nivel regional y nacional.
Considerando esos cambios, la diversidad cultivada es también una de las estrategias tecnológicas y socio-culturales más utilizadas por los campesinos para alcanzar mayor seguridad alimentaria (sobre todo para los más pobres) y mayor participación en la dinámica de los mercados, tanto para los más pobres como también para el estrato superior.
En base a estas conclusiones, formulamos las siguientes propuestas:
Primero, a nivel de investigación y desarrollo, deben elaborarse modelos de transición agrícola (de la agricultura tradicional o la moderna hacia otra de tipo agroecológica), donde se precise en el diagnóstico sobre cómo manejan actualmente los campesinos la ABD cultivada y no cultivada y cuáles son las tendencias de cambios. Asimismo, debe caracterizarse el rol que pueden cumplir los agricultores líderes en la innovación tecnológica en general y en el manejo de la diversidad de la ABD en particular, los cuales puedan servir de modelos o de "vitrinas" de éxito para el desarrollo, que sirvan de base para las propuestas de políticas de desarrollo a nivel local y regional. Mostrar en qué sistemas de producción, la diversidad cultivada y la no cultiva, se presentan como las mejores respuestas a la economía de mercado en un contexto de globalización, incluso a pesar que los factores del contexto puedan ser negativos.
Segundo, que esos modelos del manejo de la ABD sirvan de base para las propuestas de desarrollo local o regional para que, al mismo tiempo, esos modelos sirvan de instrumentos para la toma de decisiones de los productores y para los planes de promoción de los gobiernos locales. Que estos modelos sirvan para el cambio en el propio pensar y actuar de las instituciones públicas y privadas, para que consideren la ABD como un componente básico del desarrollo agrario.
Sin embargo, también debe tenerse en cuenta las barreras y limitaciones que existen en la sociedad global y en el propio sistema de producción de los campesinos que limitan la conservación de la ABD, como son la difusión de hábitos alimentarios que desprecian al consumo de los cultivos andinos. Así como los cambios de los patrones de producción de muchos campesino que, por el criterio de la rentabilidad, desplazan las áreas que antes estaban destinadas para los cultivos andinos y las dedican a cultivos modernos, como son los forrajes o las semillas híbridas. En síntesis las barreras internas para la conservación de la ABD son el incremento de la pobreza, la baja de la productividad de los cultivos agrícolas, el cambio en los hábitos alimentarios hacia la preferencia del consumo de los alimentos importados y la emigración de la población joven a las ciudades. Una alternativa sistémica y sinérgica, es la organización campesina y la incidencia de políticas que favorezcan a la crianza de la ABD.
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Autor:
Ricardo Claverías
Sociólogo. Responsable del Area de Investigación y Capacitación del CIED-PERU.
CIED-PERU
[1] Por ejemplo, el los caseríos de Alto Miraflores, Carahuanga y Calvario, los campesinos no innovadores tuvieron como ingresos familiares S/. 2,695, en tanto que, los campesinos innovadores (22% de la población) y que incrementaron la ABD tuvieron S/.14,745 de ingresos familiares. Claverías, R. et. Al.2001. Conservar nuestros recursos naturales y superar la pobreza. Ed. Página Web CIED Perú. Lima.
[2] De Haan, Stef. 2002. “Uso sostenible de los recursos fitogenéticos andinos en Nor-Yauyos”. SEMREN-Valle Grande PROSIP. Lima.
[3] La zona estudiada comprende a 8 distritos y 12 comunidades campesinas. Los actores de desarrollo fueron 180 familias campesinas, 8 miembros de una microempresa, 35 profesores, 150 alumnos de los principales centros educativos, 280 madres de familia y más de 750 niños beneficiarios del Programa de Vaso de Leche.
[4] Idem. Entre los actores regionales se encuentran los siguientes: las comunidades campesinas, las municipalidades de los distritos, los comités de productores empresariales,
[5] Idem.
[6] Nos basamos en tres documentos editados por el Centro Huamán Poma de Ayala y por los representantes de las respectivas municipalidades: Impulsando el desarrollo de las economías locales, 2004 a. Experiencias de promoción del desarrollo económico local de la municipalidad distrital de San Salvador 2004 b. Experiencia de promoción del desarrollo económico local de la municipalidad distrital de San Jerónimo, 2004 c.. Promoción del desarrollo de economías locales: rol de los gobiernos locales, 2004 d. Centro Guamán Poma de Ayala, 2004 d.
[7] Centro Guamán Poma de Ayala. 2004. Impulsando el desarrollo de las economías locales. Cusco.
[8] Centro Guamán Poma de Ayala. 2004 c.
[9] Centro Guamán Poma de Ayala. 2004 c.
[10] Los campesinos/as fueron capacitados mediante los concursos denominados “Pacha Mama Raymi” para motivar la difusión tecnológica. Viene de los términos “Pachamama” o madre tierra y “Raymi” que es el trabajo colectivo que termina en una fiesta comunal. Este sistema ha pretendido transmitir la noción de que Pachamama no solamente es un acto ritual, sino también tiene un despliegue productivo. Fuente: MARENASS. 1999 y CD Sistematización “Experiencias y propuestas para los Andes. Lima. FIDA-CIP. 1999.
[11] Ministerio de Agricultura y Ganadería.
[12] Entrevista a campesinos de la comunidad Santa Ana (Puquio-Ayacucho).
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