Los vómitos del embarazo, los calentones de la menopausia y la hiperémesis gravídica (página 2)
Enviado por Felix Larocca
Por ahora, limitemos nuestro discurso, simplemente, a las náuseas y vómitos comunes del embarazo, los cuales, en algunos casos extremos son tan devastadores, que debido, a su alto porcentaje de mortalidad reportada (50%), se conocen con el nombre ominoso de Hiperémesis Gravídica.
Mientras tanto, el malestar matutino de las embarazadas se desconoce en un sinnúmero de culturas en las cuales las mujeres laboran y viven, como si nada les ocurriese hasta el fin de su gestación. Estas mujeres, en su trabajo, acarrean cargas pesadísimas sin quejarse por ellas y, limitan sus visitas al médico, ya que éstos no existen. Cuando van a tener su bebé, generalmente lo hacen en la compañía de otras mujeres de la tribu, bajo el cuidado experto de una comadrona. No se reportan anemias, ni necesidad para los suplementos vitamínicos y férricos, ya que no habiéndose diagnosticado la reducción de la hemoglobina (muy a menudo normal en todo embarazo), nadie se preocupa.
El parto se efectúa de un modo lógico y fisiológico: la mujer se agacha y, asistida por las fuerzas gravitacionales pare a su hijo sin muchas dificultades normalmente. El uso cosmético de las cesáreas para evitar el dolor, para incrementar los honorarios del tocólogo o para satisfacer el deseo de tener el niño a la voluntad de todos no se puede programar. Como todos sabemos, las comadronas primitivas, son mujeres; mientras que la mayoría de los obstetras, que, entre nosotros residen, son hombres.
Veamos, por qué el vómito del embarazo puede que sea una condición innatural, por nosotros manufacturada.
En la Naturaleza, el clima y las condiciones ambientales, acopladas con la provisión adecuada de comida, permiten la reproducción de las diferentes especies que pueblan nuestro planeta. De ello sigue, que si un embarazo ocurre a una mujer de nuestra especie, que la Naturaleza, evitaría, en lugar de permitir, el desperdicio energético que representa el acto de vomitar y la pérdida subsiguiente de la comida ingerida. Tan simple.
Vale decir que, todavía muchos nos dicen que los vómitos sirven el propósito de expeler sustancias, posiblemente tóxicas — lo que afirman, sin decirnos cuáles son éstas y de dónde provienen.
El entendimiento de la Teoría de la Evolución, propuesta por Darwin y Wallace, toma en consideración el análisis de la función adaptiva de todo proceso que, como epifenómeno, impacta en toda función natural. El embarazo, constituye, la más importante de entre ellas.
Pero analicemos otros ejemplos
Preguntémonos aquí: ¿Por qué persiste el himen si está destinado a desparecer y carece de función establecida? ¿Por qué la tensión premenstrual? ¿Por qué el cordón umbilical carece de nervios de dolor? ¿Por qué existe la depresión. qué ventajas esta última nos confiere y cómo beneficia nuestra especie? ¿Qué funciones tienen los sueños y qué funciones tienen las pesadillas? ¿Por qué existen mujeres que quieren ser tan flacas y, que para lograrlo, mueren? ¿Porqué hay otras personas que mueren de la gordura y sin lograr el anhelo de ser flacas? ¿Por qué muchas gentes sucumben a la guadaña de la muerte a una edad temprana, mientras que otras viven vidas centenarias? Y, ¿qué del apéndice ileocecal o de las amígdalas faríngeas?
Estas preguntas son preguntas que pretendemos investigar en el transcurso de nuestra experiencia.
Para poner a prueba la teoría de que los vómitos del embarazo son condicionados por las culturas donde aparecieran, hicimos un experimento informal y limitado. Hace unos cuarenta años, que durante nuestro entrenamiento, fuésemos partícipes en un proyecto el cual se llevó a cabo entre los miembros jóvenes de los médicos y las enfermeras de una escuela de medicina en los EE.UU. A todas las parejas jóvenes quienes esperaban tener hijos dentro de los doce meses siguientes, se les instruyó con el conocimiento práctico de que las náuseas y los vómitos del embarazo no eran fenómenos que tenían razón de ser. Que si pensaban en que así era, que a lo mejor los podían evitar. Eso fue todo.
Durante el año que transcurriese, doce mujeres informaron a los "investigadores" que salieron encintas, pero ninguna reportó molestia alguna. De hecho, la mayoría describió el alivio de que "ese asunto tan malo pudo haberse evitado".
En este "estudio" sencillo participaron 15 parejas de voluntarios.
La Naturaleza no falla.
Ahora, consideremos los calentones de los que tantas mujeres, alrededor de la menopausia y los que, asimismo, algunos miembros del género masculino, a veces, reportan.
Olas de calor o calentones ("hot flushes" o "hot flashes" en ingles)
Definición
Estos fenómenos vasculares aparecen en una gran cantidad de mujeres, y también en algunos hombres, consecuencias de cambios hormonales causados por algunas cirugías, ciertas sustancias químicas o cambios incitados por el proceso de la vejez que afectan los niveles de estrógenos en el cuerpo.
Las manifestaciones más comunes son una sensación de calor que aumenta rápidamente y que se descarga como calentamiento sofocante acompañada de diaforesis profusa, malestar, y enrojecimiento.
La intensidad varía de entre ser ligeros a severos. El comienzo puede ser precedido por un pródromo, similar a una áurea, y puede culminar en una sensación de frialdad terminal.
Generalmente, éstos comienzan entre uno ó dos años antes de la menopausia y pueden durar cinco ó más años después de la cesación total de los períodos menstruales.
Aproximadamente se estima, conservativamente, que un 80% de todas las mujeres sufren de estos trastornos y procuran la asistencia médica para controlarlos.
La duración de los síntomas varía, pero puede que, en algunos casos, persistan por muchos años.
Las olas de calor son más comunes entre las mujeres de ascendencia africana, que entre las caucásicas, japonesas, hispánicas y chinas. Mientras que las de orígenes mayan nunca reportan dificultades asociadas con la menopausia. Lo que para algunos sugiere que factores epigenéticos, culturales o genéticos están involucrados.
Menopausia
La duración de un episodio puede fluctuar entre 30 segundos a cinco minutos. Algunas mujeres suelen reportar que, a veces sufren, en muy poco tiempo, de varios ataques consecutivos de estos síntomas desagradables.
El comienzo, generalmente, es entre las dos y tres de la mañana, perturbando el descanso nocturno, a veces, forzando a la mujer a tomar baños y a cambiar ropas en medio de la noche.
El rol que el estrés juega en estos síntomas se cree que está bien establecido. Por ello, la identificación de precipitantes es buena medida.
Asimismo se cree que la composición bioquímica de cada individuo relacionada con factores del entorno y susceptibilidades psicológicas es de singular importancia.
Causas y síntomas
Las causas de esta condición no son bien entendidas. Lo que sí se reconoce es que a medida que los niveles de estrógenos disminuyen con el avance de la edad, por cualquier razón, que esto repercute en las funciones reguladoras del hipotálamo, el cual se torna "confuso". Resultando en una condición designada "fight or flight response" o híper-estimulación de estrés (la pelea o la huida), descrita por Walter Cannon en el 1915.
Lo cierto es, que aún no sabemos las causas para este síntoma.
De interés para todos los médicos, incluyendo los psiquiatras, son la sintomatología proteica que acompaña esta presentación común en la menopausia.
Entre los síntomas se incluyen:
Trastornos del sueño
Sudores nocturnos
Fatiga
Palpitaciones cardíacas
Irritabilidad
Pérdidas de memoria
Cambios en el nivel de atención
Depresión y ataques de llanto
Irritabilidad e impaciencia poco características
Sequedad vaginal y de los ojos
Reducción de la libido o interés en el sexo
Aceleración de la pérdida de densidad ósea
El diagnóstico se establece por medio de una historia clínica detallada.
El tratamiento, no siendo definitivo, es muy amplio en sus posibilidades, ya que como sucede con las disorexias, muchos dicen y pocos saben con certeza.
El pronóstico es excelente, especialmente para aquellas personas que han sido educadas por sus médicos y que gozan de sistemas apropiados de soporte.
Consumando lo antedicho. Entonces, llegaremos al final de esta lección, discurriendo en una complicación severa de los vómitos del embarazo.
La hiperémesis gravídica
La hiperémesis gravídica es una dificultad severa de los vómitos matutinos del embarazo. Porque, a pesar de que estos vómitos tienden a desaparecer progresivamente a fines del primer trimestre de la gestación, algunas veces los ataques de nausea y vómitos persisten por toda la preñez. Ambos síntomas se creen que son debidos a cambios hormonales en la mujer embarazada.
Se estima que de 1 a un 2% de mujeres embarazadas desarrollan esta forma severa de nausea y vómitos que aquí se describe bajo el nombre de la hiperémesis gravídica. En este trastorno, las nauseas y los vómitos pueden ser continuos, y las mujeres presentan pérdidas de peso, deshidratación marcada y cambios en el metabolismo.
Causas
Las causas se desconocen, pero puede que estén relacionadas con los niveles hormonales característicos de la preñez. Se reportan con mayor frecuencia en embarazos múltiples, con una cierta tendencia a reaparecer en embarazos futuros.
Problemas asociados
Esta condición no consiste solamente en una intensificación de los vómitos comunes del embarazo, sino que, por su severidad y persistencia, puede provocar desequilibrios en los humores del cuerpo, en los electrolitos y resultar en deficiencias nutricionales.
Con esta condición puede aparecer la ictericia, consecuencia de daño al hígado, como, asimismo, una pérdida de peso excesiva, por parte de la madre, que, acompañada por la desnutrición puede afectar de manera negativa la condición del feto.
Los síntomas de aparición más comunes son:
Náuseas constantes, especialmente después del primer trimestre
Vómitos en seguida de comer o beber
Vómitos no relacionados con la ingestión de sustancias especificas
Pérdida de peso
Deshidratación
Los síntomas de la hiperémesis gravídica pueden imitar otros trastornos médicos. Por lo que es siempre buena medida consultar al especialista.
Diagnostico
Además de los antecedentes médicos y examen físico completos, la persistencia implacable de los vómitos, la pérdida de peso y los desequilibrios en los electrolitos confirman el diagnóstico de esta condición.
Tratamiento
Es asunto especializado, requiriendo, en algunas situaciones, la consulta psiquiátrica.
Historia clínica: El caso de Purita
Cumplía apenas 21 años cuando estuvo obligada a casarse por estar embarazada, lo que interrumpió sus estudios en una universidad en Massachusetts.
El embarazo, que causó su matrimonio, ella admitió más tarde, con mucho remordimiento, que fuera abortado, sin conocimiento del marido.
Poco después se divorció y reanudó su carrera, la que, felizmente, completó.
Contrajo nupcias de nuevo, esta vez luego de un noviazgo prolongado. De nuevo, salió embarazada, pero esta vez, como habían planeado hacerlo ella y el marido.
Los vómitos ininterrumpidos comenzaron casi de inmediato. Ella creyó que este síntoma era de aparición extraordinaria, ya que ella no vomitó durante su primera preñez.
Cuando fuera internada a los dos meses de salir encinta, sintiéndose muy deprimida y con mucho desasosiego. Acosada por sentimientos de culpabilidad por haber abortado, insistió en que le obtuvieran una consulta psiquiátrica.
La evaluación de esta paciente era consistente con afectos depresivos por no haber resuelto totalmente los sentimientos de culpa y finalizado el duelo por la pérdida traumática, de su primer embarazo. Además los síntomas afectivos se complicaban por componentes obsesivos, de los conocidos como anancasmos, y de múltiples miedos que tuviera, de que el producto de su nueva gestación resultara en un monstruo deforme.
La paciente se mantuvo interna en la clínica donde fuera admitida, mientras se le estabilizaron todos los valores anormales de su sangre y donde se le proporcionó una nutrición adecuada.
La terapia restableció su estabilidad psicológica, el embarazo prosiguió normalmente culminando con el nacimiento feliz de Roberto y Roberta.
Los anancasmos
Aquí haremos un paréntesis para explicar el concepto de la depresión anancástica.
Un anancasmo es cualquier forma de comportamiento o pensamiento repetitivo o estereotípico que, si se opone, resulta en la ansiedad.
Vergüenza y culpa
Freud sugiere que la depresión involucra sentimientos de culpabilidad y auto-crítica, que pueden relacionarse a pérdidas afectivas durante la niñez. Rabia y hostilidad pueden que sean dirigidas hacia los padres, si es que éstos no proporcionan al niño el amor y soporte requeridos por él para su crecimiento saludable. Sin embargo, esos sentimientos destructivos se dirigen hacia dentro y el infante se culpa a sí mismo por la pérdida. Lo que conduce a auto-reproche y sentimientos de culpa. A su vez, la pérdida de un objeto querido en la vida de adulto, logra traer de nuevo esas experiencias pasadas. El adulto logra, asimismo, culpar al ser amado por morir o por desertarlo, sintiendo cólera como consecuencia. Este enojo consigue internalizarse conduciendo a la depresión y al nacimiento de los anacasmos para evitar los afectos negativos y dolorosos.
En resumen
Hemos discutido tres condiciones que probablemente convergen en las fronteras donde colindan la medicina psicosomática, el modelo tripartito y la epigénesis.
La colaboración entre la psiquiatría y otras especialidades médicas se destaca por su utilidad como parte del tratamiento de los vómitos perniciosos del embarazo.
Hacemos, siempre, énfasis en la educación del paciente para poder enfrentar sus tribulaciones y penurias.
Con ello, concluimos nuestra disertación.
Bibliografía
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Autor:
Dr. Félix E.F. Larocca
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