Enamórate y verás:
para tu asombro caerás en la cuenta
de que existe otra fuerza que nos impulsa
a actuar, y ésta es el sentimiento.
Vincent van Gogh
He aceptado para mi
esta recomendación de Vincent.
Me he enamorado de Cati,
a quien dedico este ensayo.
Eduardo Posada Orihuela
Presentación
Se ha escrito mucho acerca del pintor holandés Vincent van Gogh, aunque dudo que haya reciprocidad en cuando a la lectura de tanto material. Tratándose de un personaje de imagen mundial, la gente opina de él aún sin conocerlo. Opiniones alejadas de la realidad que vivió el pintor pelirrojo: que si estaba loco, que si se cortó la oreja porque una mujer lo despreció, que nunca vendió un cuadro hasta después de muerto, etcétera.
Como parte de mi autoformación como dibujante-pintor me he interesado por leer las biografías de pintores famosos, tanto nacionales como extranjeros, en las cuales he buscado básicamente la descripción de sus estilos pictóricos y, sobretodo, los "secretos" de esos estilos; lecturas que además me han servido para conocer su vida, la época en que vivieron, el ambiente que los rodeó, las obras que pintaron, quiénes fueron sus parejas sentimentales, etcétera.
Una de esas biografías ha sido la del personaje tema de este texto, Vincent van Gogh, de tal manera que tuve conocimiento de lo siguiente:
• Él nació el 30 de marzo de 1853, justamente un año después de que su hermano había nacido muerto y a quien le habían puesto el nombre de Vincent Willem van Gogh, nombre que le fue asignado a él también, creándole confusión desde temprana edad al ver la tumba de su hermano con el nombre de él mismo.
• De la manera en que vivió, de sus intentos por seguir los pasos de sus tíos para convertirse en marchante de arte -vendedor-, de emular los pasos de su padre -quien era un pastor protestante- aceptando ser enviado a la región belga a donde nadie quería ir a predicar, con los mineros del Borinage -quienes eran los más pobres entre los pobres-, lugar en el cual cedió su cama a quien dormía en el piso, se quitó el abrigo para dárselo a quién tenía frío, compartió su comida con quién sufría de hambre, donde a propósito dejo ensuciarse la cara y la ropa con hollín para sentirse hermanado, identificado y aceptado por los habitantes de ese pueblo y le permitieran predicar la palabra de Dios.
En todo eso fracasó, a veces no tanto por ineficiencia personal sino por salirse de las normas, de las buenas maneras de entonces, las más de las veces por hacer lo que él considero adecuado. Durante ese tiempo, en el cual se fue formando su camino, descubrió su inclinación hacia el dibujo, al cual se aficionó e hizo copias de trabajos de varios artistas que a él le gustaban, entre ellos a Eugène Delacroix, Jean-Francois Millet o Jules Breton. Posteriormente dibujó a lápiz y carboncillo a los mineros del Borinage cuando iban o regresaban del trabajo, tiempo después, a los campesinos arando la tierra. Uno de sus primos, Anton Mauve, era pintor. A él acudió a la Haya para que le diera clases, pero con quien duró poco porque el método de enseñanza que Mauve utilizaba era "muy académico" y, una vez más, Vincent no se adaptó a lo establecido. En épocas posteriores él continuó aprendiendo de manera autodidacta.
Otros conocimientos que adquirí, al leer su biografía, fueron lo referente a cada mujer con quién intentó unir su vida, o con quién tuvo alguna relación significativa; enterándome de que, a pesar del apoyo económico que le proporcionó su hermano Theo, sufrió de carencias económicas. Vincent no fue un buen administrador ya que gastaba su dinero en material para pintar y cuando necesitaba para su manutención ya no tenía, por lo cual se veía en la necesidad de solicitar prestado. Al recibir el nuevo envío de dinero de parte de su hermano benefactor, cubría sus deudas y con el sobrante adquiría parte del material para desarrollar su arte, lo demás lo solicitaba prestado, hasta que llegó el momento en que su situación era insostenible, de tal forma que hubo semanas en que, para subsistir, comía una manzana cada día; posteriormente lo aquejó una tristeza permanente, dando lugar de manera paulatina, a sus crisis nerviosas, todo esto por no lograr vender el producto de su trabajo y porque sentía que él era una carga para su hermano. Es de admirársele que a pesar de esos momentos de tristeza y depresión él no dejó de pintar, antes al contrario, llevó a cabo un trabajo tan intenso y productivo que le hizo lograr un cuadro por día, durante sus últimos tres años de vida. De sus crisis nerviosas, él llegó a pensar que se sucedían con cierta periodicidad, por lo que por propia iniciativa, y de manera totalmente voluntaria, llegó a internarse en clínicas para enfermos mentales. Finalmente se suicidó a la edad de 37 años.
¿Por qué decidió suicidarse?, ¿por qué no se casó?, ¿quién o quiénes fueron o pudieron llegar a ser sus parejas sentimentales? Son preguntas que surgen después de conocer tanto material impreso de su vida y su obra.
Con respecto a los dos últimas preguntas, te puedo comentar, que en ninguno de los libros que leí inicialmente se toca esa temática de manera específica, de manera central, por lo que, buscando respuestas a dichas preguntas, consulté en otras fuentes documentales, sin mucho éxito ya que ocurrió la misma situación. Finalmente, opté por extraer fragmentos relacionados con el tema: un poquito de aquí y de allá.
Con esos fragmentos, con esas notas se fue originando un texto al que llamé de manera informal, de manera cotidiana, "los amores de van Gogh" sin más pretensión que satisfacer mi propia curiosidad, de contestar mis propias preguntas, sin embargo, fue creciendo poco a poco hasta convertirse en un texto donde se habla específicamente de las mujeres con quienes Vincent van Gogh se relacionó y con quienes estuvo en posibilidades de unir su vida. El título informal, cotidiano -que ya mencioné líneas antes- lo cambié y he asignado a la versión final, a la que ahora tienes en tus manos, el título "La vida amorosa de Vincent van Gogh".
La justificación del cambio, es que el título "Los amores de van Gogh" que manejé de manera cotidiana mientras el texto fue tomando forma, da la impresión de que el personaje central habría sido un hombre mujeriego, lo cual está alejado, por mucho, de la realidad. Por eso el título definitivo, además cumple con el objetivo que se describe en su interior, aunque después de leerlo hasta tú podrías decir que el título más adecuado sería: "Los desamores de Van Gogh".
El presente ensayo narra la historia que Vincent van Gogh vivió con cada mujer con quien estuvo en posibilidades de unir su vida, en ocasiones "inventándome" diálogos basados en el "sentido común" de una relación de pareja, en otras, basándome en las cartas que él escribió. Con este material pretendo proporcionar los elementos necesarios para que tú, estimado lector, formes tu propia opinión, tu propia respuesta.
He puesto especial énfasis en lo referente al idilio de Vincent con Margot Begemann, porque creo que fue una historia de amor muy especial por sus edades y muy sufrida para la parte femenina de esta pareja. Es un romance en el cual, las personas que vivían cerca de la protagonista del mismo, hicieron lo posible por separarla del hombre a quien amaba, lográndolo finalmente. Sólo dos meses aproximadamente tuvo de duración esa relación. Aunque el desenlace no quiero anticiparlo, sí te puedo comentar que fue delicado, que pudo haber sido trágico; con esto quiero dejar implícito que fue muy apasionado.
Por su amor recién iniciado, y cuya unión, dolorosamente, no fue concretada, Margot y Vincent se idealizaron mutuamente, convirtiendo su romance en un amor no realizado, un amor no terminado y porque seguramente -a partir de su ruptura- siempre se llevaron en la mente, el suyo será un amor eterno, digno de ser escrito, platicado, transmitido y conservado como una historia de amor puro: esta es la verdadera razón de la existencia de este texto.
Es mi deseo, para terminar esta presentación, compartir contigo tres frases; las primeras son vangoghianas y la tercera, de un crítico de arte que mucho estimó a Vincent, Gustave Albert Aurier.
La primera frase se trata de un consejo que Vincent van Gogh dio a su hermano Theo en una de las muchas cartas a quien él envió:
"Enamórate y verás:
para tu asombro caerás en la cuenta de que existe otra fuerza
que nos impulsa a actuar, y ésta es el sentimiento",
la segunda, son palabras que dirigió a Margot Begemann, una de las mujeres con quien pudo haber compartido su vida:
"Amar es fácil,
lo difícil es ser amado
por quien uno ama",
y la tercera, de Gustave Albert Aurier quien la escribió en 1890, en la sección Los Aislados del periódico o revista Mercure de France, en lo que fue la primer nota periodística referente a Vincent :
"Sólo sus hermanos
le entenderán plenamente,
sólo los artistas que lo sean de verdad".
En este día de aniversario del natalicio de Margot Begemann y
entendiendo cada vez un poco más a Vincent van Gogh:
¡A la memoria de ambos!
Eduardo Posada Orihuela
Morelia, Mich., marzo 17 de 2012.
La vida amorosa de Vincent van Gogh
Vamos a iniciar este ensayo a manera de charla en tiempo presente, como si lo que te voy a platicar lo estuviéramos presenciando. Sentémonos cómodamente con una copa de vino en la mano, una taza de café, un vaso de agua pura o de lo que más te plazca. Acompáñame mental, imaginariamente.
Ubiquémonos en la ciudad de Londres: es el mes de agosto de 1873, Vincent van Gogh tiene casi veintiún años de edad, vive en el número 87 de Hackford Road, donde habita un cuarto que le es rentado por la señora Eugene Loyer. Él trabaja para Goupil & Compañía, empresa de compra-venta de artículos de Arte -litografías y pinturas- donde se desempeña como vendedor, emulando los pasos de varios de sus tíos, quienes así empezaron y ahora son dueños de negocios de este giro.
La hija de la arrendadora es una jovencita de diecinueve años, de nombre Úrsula, quien tiene a su cargo una guardería de niños en un espacio al fondo de esta finca y de quien Vincent van Gogh se siente atraído físicamente.
La alegría y sonrisa siempre presente en Úrsula lo han contagiado haciéndolo amable, accesible, sonriente y agradable a pesar de que el carácter natural de Vincent es introvertido y serio con una formalidad muy parecida a la de su padre; la relación entre Úrsula y Vincent se limita a conversaciones triviales, que no por eso dejan en él un agradable sabor de boca y un pensamiento confundido e iluso, sintiendo que la conoce profundamente, dando indicios de un incipiente enamoramiento platónico. Viviendo la emoción de un noviazgo en su mente, dirige una carta a una de sus hermanas, escribiendo de Úrsula: "Jamás vi ni soñé nada parecido al amor que le une a su madre". ¡Vincent van Gogh se ha enamorado de la "maestra"! Se trata de la primera vez que experimenta esta emoción y lo hace con la fuerza y pureza de sentimientos tan propios de la juventud.
Él está enamorado de Úrsula desde hace tiempo pero, como cualquier joven postadolescente de la época, su juventud e inexperiencia impiden que él le declare su amor de manera oportuna y, cuando por fin se atreve, se dirige a ella, entre titubeante y nervioso
-Señorita Úrsula. . . he pensado que si usted me acepta. . . podríamos ser novios. . . -dice Vincent nervioso, con voz titubeante- pero ella no imagina ni espera esa propuesta. Con gran aplomo y seguridad responde
-¡Pero que atrevimiento el suyo! ¿Acaso no sabe que estoy comprometida? Usted y yo sólo podemos ser amigos, pronto él vendrá y nos casaremos.
-Cásese conmigo, la amo, siempre la he amado
-No le he dado motivos, además, no puedo casarme con todos los hombres que se enamoran de mí, -dijo Úrsula evidentemente molesta- ¡imagínese si así tuviera que hacerlo!
A los pocos días, Vincent insiste y como consecuencia, la madre de Úrsula, quien ya está enterada de la situación, le pide desalojar la habitación que le ha estado rentando. El rechazo de Úrsula lo sume en una gran tristeza y, a pesar de eso, él sigue buscándola: con frecuencia se acerca a casa de ella, conformándose con verla al salir o entrar de la misma. Quiero puntualizar que algunos biógrafos coinciden en que se ha confundido el nombre de la chica de esta parte de la historia en la vida de Vincent, que el nombre correcto es Eugene y que Úrsula corresponde al nombre de la madre de ella.
Adelantémonos ocho años, hasta llegar al verano de 1881. Nos hallamos en la población de Etten, en la casa de los padres de Vincent y ahí, de visita, se encuentra Kee vos-Stricker, sobrina de ellos y quien tiene poco tiempo de haberse quedado viuda. En esta visita, es acompañada únicamente de su pequeño hijo. La cotidianidad hace que la charla entre los primos, Kee y Vincent, sea amable y cordial llegando poco a poco a hacerse inseparables, a tal grado que ella y su hijo lo acompañan al campo, donde él lleva a cabo la práctica de su arte. Todo esto va muy bien, le está sirviendo a Kee para recuperarse de su inmenso dolor, pero Vincent confunde los sentimientos y en su ambiente solitario se siente muy bien con la compañía de su prima de quien poco a poco se va enamorando. Un día que se siente feliz, le declara su amor pero en lugar de una correspondencia a sus sentimientos recibe un total rechazo. Kee aún está de luto, respeta la memoria de su esposo muerto, por lo que se siente ofendida, sin embargo, haciendo acopio de su aplomo y con toda seguridad, le explica, le aclara que no puede corresponder a este amor que él le ofrece, porque ella está de luto y además porque son primos. Vincent se siente decepcionado pues en su mente había forjado un "sí" contundente. A los pocos días Vincent insiste, pero ante la firme negativa de ella, se desespera y tratando de demostrar su amor, intenta abrazarla, besarla. Ella se espanta y, apartándose de él, exclama
-¡No, no, nunca en la vida!
Ese mismo día, 7 de septiembre de 1881, Vincent escribe a su hermano Theo: "Le he tomado verdadero gusto a la vida y me siento muy dichoso amando. Mi vida y mi amor son una misma cosa. Y aunque estoy ante un rechazo, yo considero ese "nunca en la vida" como un carámbano que estrecho contra mi corazón para derretirlo. Sé que ella amó a otro y tiene siempre el pensamiento puesto en ese pasado, y que parece tener escrúpulos de conciencia a la sola idea de un nuevo amor. Sin embargo recuerdo una frase: "¡es necesario haber amado, perder el amor, y luego volver a amar!" Hoy le he dicho: "Kee, yo te amo como a mi mismo". Y entonces fue cuando ella respondió: "No, no, nunca en la vida"".
Vincent descubre que con el amor se siente transformado, optimista y con la convicción de que puede lograr todo lo que se proponga, además se siente inspirado y creativo. Se siente enamorado y a pesar de no ser correspondido por Kee, le aconseja a Theo: "Enamórate y verás: para tu asombro caerás en la cuenta de que existe otra fuerza que nos impulsa a actuar, y ésta es el sentimiento".
Vincent insiste una vez más, expresándole su amor a Kee pero con peores resultados, ya que como consecuencia ella regresa a Ámsterdam antes de lo planeado.
El pelirrojo pide apoyo económico a su hermano Theo y hace el viaje a la ciudad de Ámsterdam con intenciones de casarse con su prima. Habla con sus tíos -los padres de ella- asegurándoles que sus intenciones son buenas, que está enamorado y que desea que Kee sea su esposa.
El padre de Kee ha sido informado por ella de la situación que están viviendo y le explica que ella no quiere verlo y que por ese motivo él tampoco lo permitirá, por lo que Vincent en un impulso emocional le pide que le permita hablar con ella tan solo el tiempo que él soporte tener la mano sobre la flama de la lámpara de petróleo y diciendo esto, simultáneamente pone la mano sobre la lámpara. El padre de Kee la apaga rápidamente pero esto no impide que Vincent alcance a sufrir algunas quemaduras.
Vincent se siente muy triste y regresa a Etten, a casa de sus padres, desde donde escribe y envía numerosas cartas a Kee sin ninguna respuesta de parte de ella, a quien verdaderamente no le interesa y ni siquiera se toma la molestia de leerlas.
Avancemos en nuestra imaginación algunos meses y detengámonos a finales del mes de enero del año siguiente, es decir, de 1882, en La Haya. Se conocen Vincent y Clasina Maria Hoornik, aunque no se sabe el lugar ni las circunstancias en que esto acontece.
Antes de adentrarnos en esta parte de la historia de Vincent permíteme decirte que en las fuentes consultadas existe discrepancia en cuanto al verdadero nombre de esta mujer. En algunas la llaman Sien y en otras Christine. En cuanto a la confusión con el nombre de Sien se debe a que Clasina tiene una hermana de 10 años de edad que así se llama. En cuanto al nombre de Christine, no hay elementos que ayuden a tratar de aclarar del porqué de la confusión. Para que te des una idea del grado de confusión en el nombre de esta mujer, te diré que hay autores que utilizan los tres nombres en el mismo texto para referirse a la misma persona. Para efectos de este ensayo utilizo el nombre de Clasina.
Bueno, retomando esta parte de la vida de Vincent van Gogh, estamos en la Haya, a finales de enero de 1882, Clasina es una mujer cinco años mayor que él, prostituta y alcohólica, madre de una niña de aproximadamente cinco años de edad. Vincent van Gogh la conoce, ella se encuentra embarazada. La describe como una mujer alta y de constitución fuerte, de figura simple pero no carente de gracia. No es joven ni bella, la cara algo picada de viruelas y tiene las manos descuidadas, "como las de una mujer que trabaja mucho" -señala él-. Hay algo muy femenino en ella pero no es distinguida ni extraordinaria. Su manera de hablar es vulgar, usa expresiones verbales muy toscas pero tiene buen corazón. Aunque su carácter es difícil porque tiene estallidos de cólera, él sabe como tratarla.
Vincent le da trabajo como aseadora de su casa aunque de inicio la emplea como modelo. En su actividad como aseadora, ella llega cada mañana a trabajar y se retira en la tarde, regresando de nueva cuenta a la siguiente mañana, es decir, todo muy normal en una relación de trabajo, todo muy normal para una empleada doméstica.
Cierto día, al momento que ella se despide, Vincent le pregunta
-¿Para qué te vas si mañana regresarás?", y continúa: -¿qué te parece si te quedas a vivir conmigo, no como empleada sino como compañía; ya no te pagaría, sino utilizaríamos el dinero que manda mi hermano para vivir juntos: tú y yo, tu hija y el bebé que pronto nacerá. ¿Qué opinas, estás de acuerdo? A lo cual, Clasina acepta gustosa. En los meses posteriores ella, sintiéndose agradecida, pone todo su empeño por mantener "su casa" en orden. A Vincent le ha vuelto la confianza y escribe a Theo: "Este invierno me encontré una mujer embarazada que tenía que hacer la calle para ganar su pan, ya sabes como… La tomé como modelo, y he trabajado con ella todo el invierno… he podido protegerla a ella y a su hija del hambre y del frío, compartiendo con ellos mi propio pan… Comencé una nueva vida, no a propósito, sino porque tuve la oportunidad de empezar de nuevo y no me rehusé a hacerlo".
Ella, feliz, cumple con las actividades hogareñas, hasta que llega el tiempo que lo avanzado de su embarazo ya no le permite hacer mucho, y entonces Vincent se hace cargo de las actividades domésticas además de cuidar de la niña y de Clasina, situación que se prolonga hasta varias semanas después del nacimiento del hijo de ella. Este hecho es criticado severamente por la familia de él.
Van Gogh hace varios retratos de ella, a lápiz y carboncillo, entre los cuales están: "The great lady" (La gran dama), sentada, con el torso desnudo y los brazos cruzados debajo de sus senos -Vincent van Gogh se refería a ella como "una mujer atormentada por su conciencia"- y "Sorrow" (Tristeza), sentada desnuda en un escalón, de perfil visto desde la izquierda, y su cara inclinada sobre sus brazos cruzados, que a su vez, están sosteniéndose sobre las rodillas.
Le sirven también de modelos los hijos de ella: la niña de cinco años y el recién nacido, haciendo varios dibujos con ellos. Incluso toma a Sien -hermana menor de Clasina- como su modelo.
En junio quiere casarse con Clasina pero su familia no lo apoya, le reprochan el por qué con ella -una prostituta-. Todo tipo de críticas y recomendaciones del por qué ellos consideran equivocada esa decisión si es que él la lleva a cabo; algo similar sucede con la familia de ella, le hacen notar que Vincent no cuenta con los medios para mantenerla, que es un haragán y que ni siquiera posee un trabajo, es decir, a su actividad como pintor no la consideran como tal.
Así conviven varios meses y lo que durante éste tiempo es una etapa relativamente feliz para ambos, poco a poco se transforma en inconformidades sobretodo de parte de ella, debido a que los gastos que hace Vincent en la adquisición de telas, pinturas y pinceles disminuye el dinero destinado para los gastos de la casa, que con la llegada del bebé se han incrementado sensiblemente. Vincent prefiere pintar que comer, por lo tanto es más probable que gaste el dinero en material para pintar, que en alimentación o comodidades. Tantos reclamos, quejas e insatisfacciones de parte de Clasina hacen que van Gogh se encuentre mal anímicamente y piense, cada vez con más frecuencia, que lo mejor es retirarse de ella.
La situación se agrava cuando -tal vez cansada de las limitaciones económicas que vive con él- Clasina vuelve a frecuentar los bares y con ello a aficionarse nuevamente a la bebida, de tal manera que mientras ella se encuentra fuera de casa él debe estar al cuidado de sus hijos.
Vincent sufre crisis emocionales –mezclas de sentimientos: enojo, tristeza y soledad- porque no está de acuerdo con ésa situación, la cual es analizada junto a su hermano Theo, llegando a la conclusión que lo mejor es separarse de Clasina, lo cual lleva a cabo, aunque para él es muy doloroso.
Esto ocurre en septiembre de 1883: Clasina y sus dos hijos van a despedirlo a la estación. A Vincent se le rompe el corazón al dejar atrás esa parte de su vida, al sentir que abandona a esas tres personas que él estima tanto. Lejos está de siquiera imaginar lo que sucederá en el futuro y a medida que pase el tiempo se descifrará: ellos son lo más parecido a una familia y es la única que tiene en su existencia.
De La Haya se dirige a Drente, provincia que se encuentra al noroeste de los Países Bajos, lugar al que llega abatido y triste, y donde se refugia en la soledad, una soledad que pronto se le hizo insoportable y a los tres meses regresa a la casa paterna ubicada en Nuenen.
Tomemos un receso mental durante unos segundos, mientras te preparas otra bebida, te espero. Bien, continuemos.
Es agosto de 1884, estamos en el pueblo de Nuenen, a pocos kilómetros al este de Eindhoven, en la provincia del Bravante Septentrional, Vincent van Gogh conoce a Margot Begemann, quien es vecina de los padres de él. Margot no es muy bonita, si bien posee un cuerpo delgado bien formado, aunque su constitución es débil. Vincent la describe a Theo en estos términos: "Es una pena que no la conociese hace diez años, ahora da la impresión de ser un violín de Cremona que ha sido estropeado por manos chapuceras. Cuando yo la conocí, ya estaba muy estropeada, pero originalmente era una persona de una gran valía".
La historia que ellos vivieron es la siguiente y comienza así:
Es enero de 1884, Anna Cornelia Carbentus, madre de Vincent, sufre fractura en una pierna, por lo cual debe mantenerse en reposo durante algún tiempo. Vincent demuestra ser un excelente enfermero: atento, tolerante, servicial y muy eficiente, aptitudes que ha adquirido en los tiempos del Borinage, con los mineros de Cuestes, aproximadamente cinco años atrás.
Durante la convalecencia de la madre de Vincent, ella recibe visita de muchas amistades, entre ellas de sus vecinas, la familia Begemann, quienes al igual que las demás visitantes a casa de Anna Cornelia son testigos de la buena atención de que es objeto por parte de Vincent cambiando por completo la impresión que de él tienen.
Pasan los meses y la madre de Vincent se rehabilita, ya se siente mucho mejor, por lo tanto él ya puede retomar su actividad artística, lo cual lleva a cabo, desplazándose a los lugares arbolados de Nuenen. Un día en que se encuentra pintando al aire libre, descubre a una mujer espiándolo, ocultándose detrás de los árboles. Esa misma situación se repite varias veces y para él no pasa desapercibida. Intrigado, se decide a hablarle: la llama, le pide que se acerque. Se trata de Margot Begemann una mujer de cuarenta y tres años -nacida el 17 de marzo de 1841 en esa población-, soltera, poseedora de una presencia elegante, amable y bondadosa, sin embargo, por ese mismo carácter es fácilmente manipulada por su familia, la cual está formada por su madre, tres hermanas y un hermano; sus hermanas son solteras siendo ella la más joven. Margot se enamora de Vincent. Ella en pleno verano de su vida; él tiene treinta y un años.
Margot está emocionada con Vincent, en su condición de "solterona" se enamora "perdidamente" de él, a tal grado de tomar la iniciativa, externándole que le gusta su pintura y que le agrada verlo. Finalmente, le declara su amor "no me lo tomes a mal, me enamoré de ti y no puedo evitarlo".
Él, de una manera amable pero determinante, deja claro que no es su objetivo ilusionarla ni de hacer que ella abrigue esperanzas de un posible romance y le responde
-Amar es fácil, lo difícil es ser amado por quien uno ama -cuya reinterpretación la puedo plantear como sigue: está bien que tú me ames, lo difícil es que yo te corresponda.
Margot no se cansa de demostrarle su amor y le dice con sinceridad
-Estoy consciente que tú no me amas, deja quedarme a tu lado y verte trabajar; no interrumpiré ni diré nada, sólo deseo estar junto a ti.
Es tal la atracción que Vincent ejerce sobre Margot que ella no limita su buen trato hacia él. Tanta dulzura, tanta delicadeza, tanta atención provenientes de esa mujer han despertado en Vincent una profunda emoción. Es la primera vez que una mujer lo trata así, con tanta devoción. Él conoce -y muy bien- lo triste y doloroso que es amar sin ser correspondido, por lo que no es de extrañar que él no imagine la dulzura que se encuentra en el alma de esta mujer enamorada.
Hasta este momento, Vincent ha considerado a Margot como una situación curiosa, hasta cierto punto jocosa, de la cual no espera ninguna consecuencia, sin embargo, finalmente sucumbe al amor que ella le ofrece: el trato que ella le da produce en él un cambio total en su estado emocional. Ella lo abraza contra su pecho y lo llena de expresiones amorosas, dulces
-¡Vincent, Vincent cuánto te amo; haré todo lo que esté en mi para que llegues a quererme. . . mientras sólo te pido que sea yo quien te ame; permíteme amarte. .
Margot se ha transformado increíblemente, parece haber rejuvenecido varios años, vive intensamente, hasta ha aumentado algo de su peso ¡está enamoradísima en esta etapa de su vida y es feliz!
Vincent también comparte esta felicidad. Está viviendo algo tan intenso, como un ensueño. De ella recibe trato amable, palabras dulces, amorosas y muchos detalles, y lo más importante: todo lo que él hace, a ella le parece bien, no lo critica, le reconoce como trabajo su actividad de pintor sin reprocharle que no gana ni un centavo a pesar que él se la pasa todo el día pintando, en pocas palabras ¡lo acepta tal como es! Esto lo hace feliz. ¡Felices los dos! Emocionado por el amor de Margot, está dispuesto al matrimonio si de verdad ella así lo quiere.
Sin embargo, la familia de ella se opone, ya que además de criticar a Vincent por haber tenido como amante a la prostituta Clasina, lo consideran un haragán por no poseer un trabajo formal. A Margot la presionan para que se aleje de van Gogh, aunque ella dice que si se casan, vivirán de la venta de las pinturas de él y si acaso no le va bien entonces utilizará la herencia de ella. A la oposición de la familia de Margot se agregan los comentarios malintencionados de los pobladores de Nuenen, quienes comentan en voz baja que ella es muy grande para él, que ya ni hijos podrá tener, que él es un caza-fortunas, etcétera.
Una situación similar a la actitud de la gente de Nuenen sucede en la familia Begemann, la presión que ejerce sobre la pareja enamorada no es razonable, más bien se trata de viejos convencionalismos, tabúes familiares: que si la diferencia de edad es un impedimento… que si es la menor de las hermanas y si se casa se "salta" a las mayores y eso no es permitido… que si ella tiene su herencia y él no tiene nada… que si… en fin, argumentos para separarlos sobran.
Toda esta situación provoca que ellos vivan con mayor intensidad los momentos en que coinciden. En varias ocasiones, disfrutando de su mutua compañía, paseando tranquilamente en la zona arbolada de Nuenen, Margot Begemann exclama llena de felicidad:
-Me gustaría morir ahora. ¡Por fin yo también he amado!, pronuncia con vehemencia algunos días después.
Este capítulo amoroso en la vida de Vincent van Gogh termina en septiembre de 1884 cuando una mañana en que él se encuentra pintando en el campo de Nuenen, ella lo "visita". Va ataviada elegantemente con un vestido blanco, tal como iba la primera vez que se hablaron. Al igual que en otras ocasiones, después de los saludos amorosos y efusivos ella se sienta a su lado a verlo trabajar.
Él, se dispone a continuar con los trazos que ya ha iniciado sobre la tela, distribuyendo el óleo con el pincel y viviendo la emoción de percibir ese peculiar aroma, que unido al del aguarrás y al de la esencia de trementina, lo hacen vivir emocionado al ejecutar su arte; lo inspira además el saberse acompañado por la mujer que tanto lo ama. Inesperadamente ella se desvanece, produciendo un leve ruido que hace que él vuelva su vista hacia ella.
Al verla en el suelo, Vincent van Gogh la levanta en sus brazos y, a toda prisa la lleva a casa de ella. Sucede que ella ha ingerido veneno -estricnina-, intentando terminar con su vida por no poder concretar su amor con Vincent; Margot lo ha planeado así; románticamente espera "morir en sus brazos". Aunque ella no ha logrado su objetivo por la oportuna intervención de Vincent y la atención médica correspondiente, la familia de ella lo culpa y él, comprendiendo que su amor no puede ser, se aleja definitivamente.
Los detalles de este suceso los plasma en una larga carta que le envía a su hermano: "Algo ha pasado, Theo, pero la mayoría de la gente de aquí no sabe o sospecha nada acerca de eso, ni debe saber, así que te pido seas tan silencioso como una tumba, porque es terrible. Para decirte todo lo que pasó tendría que escribir un libro y no puedo hacer eso. La señorita Begemann ha tomado veneno en un momento de desesperación. Ella había hablado con su familia y la gente hablaba mal de ella y de mi, y se convirtió en algo molesto lo que hizo, en mi opinión, en un momento de clara locura. Theo, yo había consultado a un médico una vez sobre ciertos síntomas que ella tenía, días antes yo había advertido, en confianza, a su hermano que yo sentía miedo de que ella podría tener un colapso nervioso, y muy a mi pesar tuve que decir que yo creía que la familia Begemann había actuado imprudentemente por hablar con ella como lo hicieron. Bueno, esto no ayuda, en la medida en que el pueblo me ha quitado el habla durante dos años, y yo definitivamente no aceptaría esto, ya he dicho, si hay una cuestión de matrimonio tendría que ser muy pronto o nunca en absoluto. Bueno, Theo te digo que he leído Madame Bovary, ¿te acuerdas de la señora Bovary que murió de un ataque de nervios? Pasó algo así aquí, pero se ha complicado por medio del veneno.
Ella me había dicho a menudo cuando estábamos tomando un tranquilo paseo "Ojala pudiera morir ahora" y que yo nunca presté atención. Una mañana, sin embargo, que cayó al suelo. Creí que era sólo una pequeña debilidad, pero se puso peor y peor. Calambres, perdió el poder del habla y masculló todo tipo de expresiones que sólo la mitad eran comprensibles, se derrumbó con todo tipo de convulsiones, calambres, etcétera; era muy diferente de un ataque de nervios a pesar de que era muy parecido a uno, y yo de repente sospeché y le dije "¿Has tomado algo por casualidad?" Ella gritó "¡Sí! Bueno, he actuado con valentía". Ella me hizo jurar que nunca le diría a nadie acerca de ello, le dije "está bien, puedo jurar lo que quieras, pero con la condición de que vomites inmediatamente esas cosas, mete tu dedo en la garganta hasta que vomites, de lo contrario voy a llamar a los demás".
De todos modos, imagínate el resto. El vómito sólo la mitad funcionó y me fui con ella a ver a su hermano Luis, y le dijo a Luis, y lo puso a darle un vomitivo, y me fui directamente a Eindhoven, por el Dr. Van de Loo. Era la estricnina que ella tomó, pero la dosis debe haber sido demasiado pequeña, o pudo haber tomado el cloroformo o el láudano con ella, para a sí misma adormecerse, pero que en realidad funcionó como un antídoto a la estricnina. Pero, en fin, a continuación, tomó rápidamente el antídoto que Van de Loo prescribió. Nadie sabe, excepto ella misma, Luis Begemann, tú, el Dr. Van de Loo y yo, y fue llevada directamente a un médico en Utrecht, y se ha dicho que está de viaje, del cual algo hay de cierto puesto que está a punto de embarcarse. Creo que es probable que ella tenga una recuperación completa, pero en mi opinión, sin duda habrá un largo período de problemas nerviosos, y la forma en que se manifestarán -más o menos graves- es la duda. Pero ella está en buenas manos. Aún así, vas a entender lo deprimido que estoy gracias a este suceso. Fue un susto horrible. Me quedé sólo en el campo cuando me enteré de eso… Estoy muy molesto por ello. Saludos, mándame unas palabras, porque no tengo con quien hablar aquí".
Hasta aquí la carta. Han sido apenas dos meses de relación, dos meses muy intensos sentimentalmente entre ellos. Lo que ha pasado después de esta separación, seguramente es de sufrimiento para ella y de silencio para él. De sufrimiento para ella porque está enamorada y de silencio para él, porque aunque está entusiasmado no siente el amor al mismo nivel que ella, pero sufre la soledad y es en silencio debido a que no siente confianza en comentar algo, ni siquiera con su hermano Theo pues no quiere correr el riesgo de ser criticado, ya que apenas han pasado pocos meses de que Vincent se decía enamorado y a punto de casarse con Clasina Maria Hoornik y ahora… ahora ésto. Pese a ese silencio, en una carta posterior dirigida a Theo menciona a Margot, no por su nombre, sino refiriéndose a ella como la "señorita X".
Años más tarde, estando Vincent internado en el manicomio de Saint Rémy de Provence -a 25 kilómetros de Arles- en su pensamiento está Margot y -a través de una carta- le pide a su hermana Wil le haga entrega de una pintura. Las fuentes consultadas no especifican de qué cuadro se trata ni si el mismo ha sido pintado exprofeso para ella. No puedo asegurar que Vincent haya amado a Margot Begemann, lo que sí es verdad es que ella fue la única mujer que realmente lo amó. Margot falleció el 11 de febrero de 1907 en la Haya, donde vivía desde 1899.
En la moderna ciudad de Nuenen en el año de 1968, como un homenaje a la mujer que tanto amó a Vincent van Gogh, se asigna su nombre a una calle, la "Margot Begemann Street".
Si estás de acuerdo, puedo hacer una pausa antes de continuar con este relato. Bueno, como tú quieras, entonces continúo:
Es el año de 1887, tres años después de haber terminado su idilio con Margot Begemann, Vincent van Gogh vive en Montmartre y suele acudir al Café du Tambourin en el Boulevard de Clichy. Dicho café pertenece a una exmodelo de los pintores Corot y Degas llamada Agostina Segatori, nacida en Italia, y con quien Vincent comparte una corta relación amorosa. En febrero de este año Vincent van Gogh pinta el cuadro "Mujer en el "Café du Tambourin"", retrato dedicado a Agostina, además de otros, uno de los cuales titulado "La italiana". No hay elementos para decir qué tan intensa ha sido esta relación amorosa, tal vez podría decirse que solo se trata de encuentros ocasionales y que, aparentemente, no han tenido mayor trascendencia en la vida de Vincent. En alguna fuente se establece que el amante de la italiana, los sorprende, y enfurecido golpea a Vincent, sacándolo a empellones del café, alejándolo de ella.
El 21 de febrero del año siguiente, 1888, encontramos a Vincent van Gogh arribando a Arles, ciudad al sur de Francia -antigua provincia de Provenza- en busca del ambiente soleado y luminoso que necesita para "aclarar" su paleta, también pretende formar una comunidad de pintores en la cual, éstos se apoyen mutuamente, a la que se refiere como "el taller del sur" y del cual él ha pensado en Paul Gauguin para que sea el dirigente de ese "atalier" -taller-.
Estando en esta ciudad, se hace cliente frecuente de la Casa de Tolerancia número 1 de la Rue des Ricolettes donde conoce a una muchacha de casi dieciséis años, de ojos azules y rostro bonito y agradable. "Eres linda Rachel", dijo Vincent cuando los presentaron.
-Qué bueno que te gusto, esto me hace feliz… tú también te ves muy bien "fou-rou", -¿"fou-rou"? eso quiere decir que me conoces, ¿dónde me has visto?" -pregunta Vincent-,
-En varias ocasiones, en la Place Lamartine, responde Rachel.
"Fou-rou" es un apodo que le ha puesto la gente de Arles y significa "loco pelirrojo" o "el loco del pelo rojo"; con una crueldad ingenua los niños le gritaban, le "cantaban" la tonadita: "el-lo-co-del-pe-lo-ro-jo, el-lo-co-del-pe-lo-ro-jo. Vincent, sonriendo le dice a Rachel: "Está bien, llámame "fou-rou" si te parece".
-Me gustan tus orejas, dice Rachel al tiempo que las acaricia con los dedos.
-Te las regalo, son para ti si las quieres -responde Vincent.
-Eres agradable "fou-rou", ¿Por qué todos dicen que estás loco? Te estaré esperando todas las noches.
-Creo que no podré Raquelita pues no tengo tanto dinero. -se sinceró Vincent.
-Si no tienes cinco francos, "fou-rou" ¿quieres cortarte una oreja y regalármela?
Durante varios meses Vincent visita a Rachel con cierta frecuencia, siempre para platicar ya que él no tiene el suficiente dinero para estar en privado con ella; en varias de esas ocasiones Rachel vuelve a bromear pidiéndole le obsequie una oreja a cambio de los cinco francos que le costaría estar con ella.
Este episodio con Rachel termina la noche del 23 de diciembre de 1888. En este tiempo, Vincent comparte "la Casa Amarilla" con el también pintor, Paul Gauguin, pero es una relación difícil por el carácter de ambos. Esta noche tiene una discusión con Gauguin, quien sale huyendo, perseguido por Vincent, que navaja en mano trata de atacarlo -según Gauguin diría después.
Al no lograr alcanzarlo se regresa a la Casa Amarilla muy alterado y fuera de sí, se para frente al espejo y se corta la oreja izquierda. Con grandes trabajos controla la hemorragia atándose una toalla alrededor de la cabeza, lava la oreja, la envuelve en papel periódico y se encamina a la casa donde sabe se encuentra Rachel. ¿Significa acaso, que esta noche él ha decidido "pagar" para estar con ella?
Se presenta en la Casa de Tolerancia, pregunta por ella y cuando la tiene enfrente la sorprende
-Rachel te he traído algo.
-¡Un regalo para mí "fou-rou"! -La chica abre el paquete y al ver el contenido, su rostro sonriente se transforma, mostrando una expresión de horror y cae desvanecida, mientras que él regresa a la "Casa amarilla" y se acuesta a dormir.
Página siguiente |