Luego de tener un panorama amplio de lo que nos referimos como práctica educativa, también en necesario poner en claro que tipo de conocimientos han de originarse con la intervención de la práctica educativa, entonces tenemos que:
"Por medio de este programa invitamos a los maestros a que tengan una actitud de búsqueda, de indagación, de inconformidad con lo aparente, de gusto por el conocimiento; a que no sólo vean lo que sucede, sino que aprendan a mirarlo desde dentro, a hacerle preguntas a su realidad, a buscar las respuestas junto con sus alumnos, sus colegas y los padres de familia, y a ponerlas en práctica para recrear nuestra actividad educativa" (Fierro, 1999).
Es decir, el docente al intervenir su práctica tendrá el conocimiento de investigar, indagar, no conformarse con lo que parece obvio, sino más bien ir en busca de las ultimas razones del porque su práctica tiene tales efectos en sus alumnos y junto con éstos también encontrar respuestas a sus cuestionamientos, además de crear una actitud proactiva en el docente para que pueda poner en práctica las respuestas obtenidas con sus alumnos y los padres de éstos en su actividad diaria que se conjuga en las cuatro paredes que conforman el aula de clases.
Ahora bien, para el efecto de la obtención de conocimientos por medio de la intervención de la práctica misma, Cecilia Fierro nos recomienda cinco etapas que a continuación se enumeran:
- Analizando nuestra práctica docente
- ¿Qué situación educativa queremos transformar?
- Hacia una mayor comprensión de la situación educativa
- Transformando nuestra práctica docente
- Recuperación por escrito y reapertura del proceso.
Sin embargo para efectos del presente trabajo me delimitare en analizar el primer apartado, que considero es el primer paso para lograr eficazmente la intervención de la práctica docente, ya que sienta las bases de la misma ubicando al profesor en su realidad y desde ella partir para lograr intervenirla, y que al realizar la intervención la práctica se vea modificada para bien de los protagonistas que intervienen en el proceso de enseñanza–aprendizaje.
Analizando nuestra práctica docente
Como se citó en la definición de práctica docente anteriormente referida, tenemos que en ésta inciden variantes que repercuten directamente en el docente y por consecuencia en su práctica. Dichas variables son tan importantes que se les puede separar en dimensiones para lograr un mejor estudio ellas, las cuales pueden ser: "personal, interpersonal, social, institucional, didáctica y valoral" (Fierro, 1999) y la unión de dichas dimensiones nos genera una Relación Pedagógica.
Dimensión Personal
Debido a que la actividad de educar es una interrelación esencialmente humana, no podemos dejar de lado la parte personal del docente, ya que todo lo que ha venido agregando a su granero personal se ve reflejado en su práctica. En otras palabras tenemos que el docente es un sujeto "con ciertas cualidades, características y dificultades que le son propias; un ser no acabado, con ideales, motivos, proyectos y circunstancias de vida personal que imprimen a la vida profesional determinada orientación" (Fierro, 1999).
Además el docente se preparo para ser un profesionista en la práctica educativa, aunque existen algunos casos como es el mío, en el que no se contó con una preparación profesional para ejercer como docente, ya que mi preparación fue para ejercer como administrador financiero, pero que por azares del destino me encuentro ejerciendo como profesor. Caso como el mío, y no solamente el mío, hacen que sea necesario que en algún momento de la vida se cuestione, si la docencia genera en el profesor la satisfacción deseada o si se cuenta con el aprecio para ejercer una profesión por de más noble para la sociedad, y en algunos casos, incomprendida y menospreciada por la misma sociedad, haciéndola parecer como una semiprofesión.
Dimensión Institucional
Obviamente la práctica del docente se lleva a cabo en una institución (escuela) y "a través de ella entra en contacto con los saberes del oficio, las tradiciones, las costumbres y las reglas tácitas propias de la cultura magisterial" (Fierro, 1999), es decir, es el lugar donde el profesor puede ejercer como tal, siempre sabiendo que se encuentra rodeado de las reglas y reglamentos propios de la escuela, las tradiciones y costumbres de la misma, éstos son el marco que delimita muchas veces la actividad docente y que con el paso del tiempo ejercen presión para que el profesor haga y reproduzca fidedignamente las tradiciones y costumbres que en alguna ocasión se opuso, si es que hubo tal ocasión.
Además la institución "es el organismo vivo que explica el hecho de que la escuela no sea solamente la suma de individuos y acciones aisladas, sino una construcción cultural en la que cada maestro aporta sus intereses, proyectos personales y saberes a una acción educativa común" (Fierro, 1999). En las ultimas palabras podemos ver de manifiesto, el por qué la profesión del magisterio es considerada como semiprofesión, ya que algunos casos de profesores sus intereses y proyectos son el contar con un flujo extra de capital y por tanto descuidan la práctica educativa, reduciéndola al juego de que hago como que les enseño al cabo los alumnos hacen como que aprenden, o en peor de los casos existe el temor de enseñarles porque alguno de ellos pudiera desplazar al profesor de su puesto haciendo las cosas mejor que él.
Ahora bien, debido a que el ser humano es un ser sociable por naturaleza, no se puede dejar de lado la interacción de los docentes con los mismos colegas dentro de la institución donde pueden compartir "costumbres y tradiciones, estilos de relación, ceremonias y ritos […], en la manera en que cada maestro trabaja en su salón de clases y en los criterios de trabajo predominantes" (Fierro, 1999). Pero existen casos de profesores que son sumamente herméticos al respecto, debido al temor de que alguien pueda mejorar sus prácticas.
Para finalizar es por todos conocido que las normas y reglamentos de una institución regulan las actividades de las actores que participan en el proceso de educación y a la vez dichas normatividades son reguladas por el sistema educativo que rija en su momento.
Dimensión Interpersonal
Como se comento anteriormente sobre la socialización del profesor, no sólo se encierra a las relaciones con compañeros sino que vas mas allá, debido a que estas relaciones se dan con las personas que entran en contacto en el proceso educativo, como son los propios alumnos, los padres de familia, los compañeros y directivos. Sin embargo seria ingenuo pensar que esta dimensión puede encerrarse en los aspectos anteriormente nombrados, ya que también entran en juego "la edad, el sexo o la escolaridad […], la diversidad de metas, los intereses, las ideologías frente a la enseñanza y las preferencias políticas" (Fierro, 1999).
Todo lo anterior genera un clima laboral, el cual se refiere a como se llevan a cabo las relaciones interpersonales, que pueden ser solo por mero compañerismo, también pueden existir la indiferencia en las relaciones con los compañeros en algunos casos, pero existen algunos otros casos que basculan al otro extremo de la balanza donde se puede evidenciar una gran confianza y se estrechan relaciones mas duraderas. Todo esto a su vez generan en la institución un ambiente que "influye de manera importante en la disposición y el desempeño de los maestros como individuos" (Fierro, 1999).
Aunque lo anterior no solo es exclusivo de los docentes, sino que un efecto colateral se da en los alumnos, que reflejan el resultado del clima laboral imperante en la institución, o en el peor de los casos sacan provecho de dicho ambiente laboral, al generar roces entre docentes que por razones personales no son del agrado el uno del otro.
Por ultimo "maestros, alumnos, padres, directivos y autoridades del sistema todos son actores […] de este acontecer que se construye día a día en la escuela y que en sí mismo constituye una experiencia educativa fundamental para todos los que en ella participan" (Fierro, 1999).
Dimensión Social
El docente junto con la institución donde presta sus servicios están inmersos en una sociedad con características únicas e irrepetibles, tales particularidades pueden imprimir un sello en el profesor y a su vez, como se observo en la dimensión personal, éstas pueden marcar la práctica del profesorado, dichas características se "desarrollan en un entorno histórico, político, social, geográfico, cultural y económico particular, que le imprime ciertas exigencias y que al mismo tiempo es el espacio de incidencia más inmediato de su labor" (Fierro, 1999).
Como la actividad del profesor se da en medio de una sociedad, implícitamente esto también conlleva que dicha actividad del docente este dirigida a cierto sector social o sectores sociales, que en todo casos sus destinatarios son diferentes como las clases sociales existentes en una sociedad, por lo que el docente "intenta recuperar un conjunto de relaciones que se refiere a la forma en que cada docente percibe y expresa su tarea como agente educativo cuyos destinatarios son diversos sectores sociales" (Fierro, 1999).
Ahora bien sobre los hombros del maestro recaen responsabilidades y expectativas que la misma sociedad se hace de los docentes, que si bien éstas no son explícitamente expuestas, dichas expectativas pueden ser un yugo difícil de llevar dentro de la sociedad donde el profesor no cuenta con un Cirineo para compartir la carga, por lo que es importante que el profesor llegue a darse cuenta del "sentido de su quehacer en el momento y histórico que vive y desde el entorno particular que desempeña, así como las expectativas que pesan sobre él y las presiones que recibe tanto por parte del sistema como de los destinatarios de sus tareas" (Fierro, 1999).
En esta dimensión tienen cabida también las corrientes que las ciencias sociológicas han hablado sobre la educación, entre las que destacan: los Enfoques Funcionalistas, donde Durkheim es su principal representante; el Enfoque Marxista, obviamente Marx es su principal representante; el Enfoque Weberiano, donde es obvio que Weber es su principal representante; después contamos con los Enfoques Interpretativos, donde su corriente más representativa es la Etnometodologia; y por ultimo se puede nombrar el enfoque encabezado por Pierre Bourdieu. Y que en algún momento de la vida docente del profesor ha llevado a cabo ya se consiente o inconsciente y en algunos casos siguiendo los parámetros que marca el sistema educativo.
Dimensión Didáctica
Como ya se estableció desde un principio la práctica educativa busca un bien determinado, sin dejar de lado el cómo llegar a ello, entonces podemos deducir la importancia de delimitar una dimensión dedicada exclusivamente para didáctica, donde tenemos que observar el "papel del maestro como agente que […] orienta, dirige, facilita y guía la interacción de los alumnos con el saber colectivo culturalmente organizado, para que los alumnos construyan su propio conocimiento" (Fierro, 1999).
Sin temor a equivocarme podría decir que todos los docentes buscamos que los alumnos construyan su propio conocimiento, es decir, que el alumno sea el único protagonista de la fabricación y elaboración del conocimiento y donde el profesor pueda fungir sólo como facilitador y guía de dicho conocimiento y no como fuente del mismo (función tradicionalista que desgraciadamente se sigue observando en las aulas de nuestro país), es por ello que la función del profesor debe enfocarse a "facilitarles el acceso al conocimiento, para que se apropien de él y lo recreen, hasta que logren "decir su palabra frente al mundo"" (Fierro, 1999).
Menuda tarea es la que se cuenta en el proceso de enseñanza-aprendizaje y mas en estos tiempos, donde el joven esta acostumbrado a que todo lo puede adquirir con facilidad sin el menor esfuerzo, sin darse cuenta que para se de la aprehensión de conocimientos es requerido que se enfrasque en la travesía de la búsqueda de respuestas a sus interrogantes y que además tenga la voluntad para adquirir los conocimientos necesarios.
Sin embargo el hecho de investigación e indagación no sólo es exclusivo del alumno, sino también del docente por lo que "cada maestro tiene la oportunidad de analizar la forma en que se acerca al conocimiento para recrearlo frente a sus alumnos" (Fierro, 1999), esta ultima parte es importantísima ya que existen profesores que cuentan con los conocimientos técnicos y científicos que deslumbran, sin embargo no pueden hacer que los alumnos se interesen ellos y en el peor de los casos que los alumnos no entiendan absolutamente nada de lo que les dicen.
Por tanto también es importante que además de recrear el conocimiento ante la clase se busque "la manera de conducir las situaciones de enseñanza en el salón de clases y de entender el proceso de aprendizaje de sus alumnos" (Fierro, 1999).
Dimensión Valoral
Debido a que el proceso de educación es la consecución de un bien, podemos decir que además del bien que entra en juego tendremos el valor que se consigue con dicho bien, es decir, "el proceso educativo nunca es neutral, siempre está orientado hacia la consecución de ciertos valores, que se manifiestan en distintos niveles en la práctica docente" (Fierro, 1999).
Dicha manifestación de valores en la práctica docente es efectuada por el profesor, ya que su práctica reflejara lo que existe dentro del profesor en lo concerniente a sus valores personales, en los cuales "a través de sus preferencias consientes e inconscientes, de sus actitudes, de sus juicios de valor, todos los cuales definen una orientación acorde a su actuación cotidiana" (Fierro, 1999), que hacen que el profesor tome decisiones en las diversas situaciones que se le presentan tanto en el aula de clases como en la escuela misma.
Ahora bien, dicha manifestación de valores por medio de la toma de decisiones deja ver en el profesor su forma de entender y percibir los acontecimientos que se generan en su entorno, además dejan entrever su visión que tiene acerca de la enseñanza al conducirla en las diferentes situaciones presentadas en el aula, todo lo anterior repercute directamente en la formación que tiene el alumno en la escuela. Es por ello que se puede asegurar sin temor a equivocarnos que "el maestro influye de manera especial en la formación de ideas, actitudes y modos de interpretar la realidad de sus alumnos" (Fierro, 1999).
Con lo anterior es bueno hacer un alto en el camino para preguntarnos: ¿Cuáles son los valores que me inculcaron?, ¿Puedo, como profesor, hacer que mi alumno adquiera valores? ¿Cuáles son los valores que promovemos en nuestros alumnos?, ¿Practico ese valor que quiero que el alumno obtenga?, ¿Somos los profesores también los causantes que exista en la sociedad la ausencia de valores?, y por ultimo ¿Qué estoy haciendo para revertir esa perdida de valores en la sociedad?
Después de haber hecho este pequeño alto en el camino, es necesario también reconocer que nadie da lo que no tiene, es decir, que ningún profesor enseñara un valor que ni el mismo profesa o se encuentra en su persona, pero que no es difícil adquirir con un poco de voluntad. Ahora bien muchas de las veces nos desgastamos exigiendo al alumno un valor que no se encuentra en nosotros y al observar al alumno que no tiene el valor que se quiere inculcar nos molestamos sin pensar que lo que te choca te checa, es por ello que es mejor entrar en uno mismo y examinar si yo estoy dispuesto a contar con dicho valor para después poder exigirlo al alumno.
Por tanto la manera de solucionar problemas por parte del profesor así como la toma de decisiones y las opiniones que expresa sobre la enseñanza o la vida de sus alumnos, evidencia los valores contenidos en el docente además de que "manifiesta lo que considera y afirma como valioso y, en suma, lo que comunica a través de su palabra y de sus actos" (Fierro, 1999).
Por otro lado, así como existen valores personales existen valores institucionales que inciden en los valores del profesor, dichos valores están "expresados en el marco jurídico-político del sistema educativo, que define las directrices del sistema educativo" (Fierro, 1999). Dichas directrices podemos encontrarlas en las normatividades del sistema educativa de manera general y de manera particular en los reglamentos internos de la institución educativa, que aportan su granito de arena en los planes de estudio y de los cuales parte el diseño de clase del profesor. En mi caso al principio del curso de cualquier materia trazo con los alumnos los valores que se deben de observar en mi clase.
Será, por tanto, necesario indagar en la vida diaria de la institución "para descubrir qué tipo de valores se están formando a través de la estructura de relaciones y de organización, y cuáles son los valores asumidos de manera tácita" (Fierro, 1999). Además "también es pertinente revisar las orientaciones de política educativa […] y las declaraciones internacionales sobre los derechos humanos y derechos de los niños, que son una referencia valoral más amplia para el quehacer educativo en su conjunto" (Fierro, 1999).
Tenemos pues que, la conjunción de las diferentes dimensiones analizadas generan una Relación Pedagógica, ya que cada dimensión imprime en la práctica del docente algo peculiar y exclusivo, que a su vez este sello se observara en la relación que entabla con los alumnos. Es por ello que en la relación pedagógica "se evidencia la forma en la que el maestro vive su función como educador en el marco de la institución escolar" (Fierro, 1999).
Es por ello que en la medida que el profesor logre vincular y entrelazar, con toda honestidad, las diferentes dimensiones expuestas generara en si mismo como en su entorno un cambio para dejar de lado la visión opresora de la visión y convertirla en una acción liberadora tanto para el profesor como para el alumno. "Por esta razón es fundamental examinar la práctica docente prestando especial atención a la relación pedagógica, pues ésta constituye la parte culminante del análisis de todas las dimensiones" (Fierro, 1999)
Conclusión
La intervención ofrece al docente importantes herramientas para que amplié sus horizontes de conocimientos, pero para llegar a intervenir es necesario en primera instancia contar con conocimientos de antemano de cuál es lo medular a intervenir, así como información que ayude para que el proceso de intervención de la propia práctica resulte eficaz y no sea un proceso engorroso, que pueda hacer que el profesor se quede a medio camino y no consiga obtener ningún conocimiento de su práctica.
Por lo que el recorrido por el primer apartado de Analizando la Práctica que nos propone Cecilia Fierro en su libro "Transformando la Práctica Docente: una propuesta basada en la investigación-acción" es importante, porque nos da las pistas para construir los cimientos en los que estará sustentada gran parte de la intervención. Con esto no quiero decir que al analizar dicho primer apartado no se realice intervención, sino todo lo contrario, ya que se empieza interviniendo al docente mismo desde su persona hasta llegar a aspecto mas generales como lo sociedad, para que en este proceso el docente conozca como estos factores que lo rodean moldean, de cierta manera, su práctica docente.
Por tanto al analizar las diferentes dimensiones se pasa de lo particular a lo general, ya que al comenzar con la dimensión personal del profesor hablamos de las causas que lo orillaron a fungir como maestro, en el caso de que sea que los azares de la vida lo hayan llevado a esta profesión o por el contrario haya sido de una verdadera vocación, pero ya sea el caso nunca se debe de perder de vista las causas ultimas por las que se eligió por esta profesión y si ésta cumple con las expectativas del profesor.
Además de analizar las razones personales del docente es también necesario analizar su dimensión valoral, donde nos encontramos que los valores que este haya conseguido al recorrer de su camino personal, se reflejan en su práctica y en la toma de decisiones que realice en las situaciones que se presenten dentro del aula y fuera de ella, aquí también podemos hablar de ética profesional al ejercer la docencia, que considero es un aspecto que no se ve mucho en el gremio.
Continuando con la lógica de lo particular a lo general debemos de pasar por la dimensión didáctica del profesor, la cual provocara en el alumno que este se acerque a los conocimientos o por el contrario no le interese en nada la clase, en esta dimensión cabe el hecho de que es más importante el cómo se enseña que el qué se enseña, para que los alumnos puedan construir su propio conocimiento, donde el profesor sea simplemente el puente que lo ayuda a llegar a los conocimientos que necesita.
Por otro lado tenemos que la relaciones interpersonales del profesor en la institución donde ejecute su práctica, también es necesario analizarla debido al clima laboral que se establezca en la institución, ya que dicho clima también incide en la práctica del docente, pero se preguntaran cómo sucede esto y esto es debido a que a que entre mejor exista un clima laboral el profesor en su aspecto personal sentirá el entusiasmo por asistir a su salón de clases, pero si ocurriera todo lo contrario en el ambiente laboral tendríamos que el profesor no estaría motivado a asistir a ejercer como profesor.
El clima laboral de la institución nos lleva directamente a analizar la dimensión institucional, donde las normas y reglas existentes en la escuela ejercen presión en el profesor y en su practica ya que la institución proporciona directrices para planear las clases del docente, pero las normas institucionales de la escuela a su vez son influidas por las normas existentes del sistema educacional.
Por ultimo, la institución podemos ubicarla en un lugar geográfico y físico, por lo cual esta estará también en un ambiente social único, por tanto nos llevara a analizar como la sociedad influye en la institución y al influir en ella tenemos que dicha influencia se trasmitirá a todos los involucrados en la institución, ya sea docentes, alumnos, personal administrativo, entre otros que tengan contacto directo con la institución educativa.
Todo lo anterior expuesto nos lleva a decir que "existen muchas razones por las cuales los maestros debemos perfeccionarnos continuamente. El éxito de nuestros alumnos y la calidad de la educación que impartimos dan un significado profundo al ser docente" (Fierro, 1999).
Bibliografía
Cecilia Fierro
"Transformando la práctica docente: Una propuesta basada en la investigación-acción "
Paidós
Barcelona (1999)
Paginas: 21, 28-37, 43-46
Miguel Brazdresch Parada
"Vivir la Educación, Transformar la Práctica"
Textos Educar
Guadalajara (2000)
Paginas: 41-45
Carr Wilfred
Una Teoría para la educación: hacia una investigación educativa crítica
Morata
Madrid (1999)
Pág. 86
Autor:
Oscar Fernando Mendo Ramos
ESTUDIANTE DE LA MAESTRÍA EN EDUCACIÓN CON INTERVENCIÓN EN LA PRÁCTICA EDUCATIVA
JOCOTEPEC, JAL. A 31 DE MAYO DE 2008
GOBIERNO DEL ESTADO DE JALISCO
SECRETARÍA DE EDUCACIÓN DEL ESTADO DE JALISCO
MAESTRÍA EN EDUCACIÓN CON INTERVENCIÓN EN LA PRÁCTICA EDUCATIVA
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |