CONCEPTO DE FALO Y MADRE FÁLICA
- FALO: Es una representación, no es lo orgánico, va más allá de lo genital: no es el pene. Es un concepto organizador de la sexualidad. Es lo que permite la valoración. Vamos a buscar cosas que tienen valor fálico. Falo como atributo que se le puede asignar a diferentes cuestiones. El falo organiza la diferencia entre los fálicos y los castrados. Organiza todos los conceptos alrededor de la sexualidad. Para SER hay que TENER. El falo organiza:
- No todos son iguales
- Lo puede perder
- Le va a crecer. El nene comienza a tener ese ordenamiento.
- MADRE FÁLICA: El falo es algo que otorga valoración, el hijo otorga valoración a la madre porque la completa, es en la medida en que es el sustituto del pene. Todo hijo (no importa si el hijo es varón o mujer sino que lo que importa es que el hijo tiene cualidades de completar a la madre) en la medida en que es siempre hijo de una mujer, siempre va a ser el falo de la madre, porque esa madre cuando salio de su complejo de Edipo tuvo que hacer esta ecuación ( pene= hijo) inevitablemente.
CELULA NARCISISMO-MADRE FÁLICA
Cuando un hijo nace, se constituye una célula cerrada que se autoabastece llamada célula "narcisismo- madre fálica" que quiere decir: narcisismo desde el lado del hijo y madre fálica desde el lado de la madre. Hay un narcisismo del lado del hijo porque si el hijo es el falo de la madre, solo el hijo es aquello que la completa en la medida en que es el sustituto del pene, de forma tal que el hijo está situado en una posición narcisista en la medida en que él y sólo él es el que le otorga una valoración a la madre. Madre fálica del lado de la madre significa que también ella es fálica en la medida en que tiene un objeto sexual, su hijo, el falo. Tomamos al narcisismo como perfección y omnipotencia de forma tal que el chico y la madre se completan mutuamente: el chico es todo para la madre y la madre es todo para el chico, formando una célula cerrada en la cual no hay 3 sino 2.
La madre fálica lo es hasta el momento que se produce la ruptura de esa célula, a través de la intervención del 3ero que es el padre. La madre deja de ser fálica y el hijo de ser falo.
EL COMPLEJO DE EDIPO (SEXUALIDAD FEMENIMA- FALOCENTRISMO)
- Falocentrismo: El falo es la creencia de que todos tienen pene, pero no está indicando una premisa de privilegio de lo masculino. El falocentrismo freudiano que significa que todos tienen y el que no tiene es porque se lo cortaron, no es una primacía de lo masculino. El falo se le representa a Freud como una premisa necesaria en sus teorías en la medida en que este falo es un organizador que dice que existe un sexo que tiene y existe otro sexo que no tiene.
En un comienzo, tanto la niña como el varón tienen la misma relación con la madre, pero en el caso de la niña tiene dos dificultades en cuanto a la sexualidad que el varón no tiene porque tiene que cambiar de objeto ( ya que su primer objeto de amor es la madre), para pasar a su relación con el padre; y en segundo lugar, tiene que cambiar de zona erógena porque lo que está privilegiado en un primer tiempo es el clítoris).
Freud plantea que habría dos o 3 salidas de este problema, en la medida en que la niña busca en el padre el pene que la madre no le dio. Cuando la niña descubre que ella no está dotada de un pene, le atribuye la falta fálica a la madre, hay un primer tiempo en que la relación es fundamentalmente una relación con la madre fálica.
Esta rivalidad es esencial para determinar el pasaje hacia el 3ero porque la madre al caer como objeto de amor va a ser sustituida por el padre. Entonces la niña va a buscar en el padre lo que la madre no le dio.
La desilusión fálica lleva a la rivalidad, la niña busca en el padre el hijo que como promesa va a sustituir el pene que le falta, se produce una sustitución del deseo de tener un pene por el deseo de tener un hijo, así se establece la ecuación pene = hijo.
En la niña, el complejo de Edipo es una formación secundaria. Las repercusiones del complejo de castración le predicen y lo preparan. Mientras que el complejo de Edipo del varón se va al fundamento debido al complejo de castración, el de la niña es posibilitado por este último.
LA DEGRADACIÓN DE LA VIDA AMOROSA
En la conducta amorosa plenamente normal hay dos corrientes que podemos distinguir como la tierna y la sensual. La tierna proviene de la infancia, se ha formado sobre la base de los intereses de la pulsión de autoconservación y se dirige a las personas que integran la familia y a las que tienen a su cargo la crianza del niño. Corresponde a la elección infantil primaria de objeto. De ella inferimos que las pulsiones sexuales hallan sus primeros objetos apuntalándose en las estimaciones de las pulsiones yoicas. La ternura de los padres y personas a cargo de la crianza contribuye a acrecentar los aportes del erotismo a las investiduras de las pulsiones yoicas en el niño.
Estas fijaciones tiernas del niño continúan a lo largo de la infancia, tomando consigo cada vez más de un erotismo que, por esa vía, es desviado de sus metas sexuales. En la pubertad se añade la corriente sensual que no deja de investir con montos libidinales más intensos, los objetos de la elección infantil primaria. Pero ahí tropieza con los obstáculos de la barrera del incesto. Exteriorizará entonces el afán de hallar lo más pronto posible el paso desde esos objetos, inapropiados en la realidad, hacia otros objetos, ajenos con los que pueda cumplirse una real vida sexual. El varón dejará a su padre y a su madre y se allegará a su mujer, asi quedan conjugadas ternura y sensualidad.
Freud extrae las siguientes conclusiones de cuadros clínicos: Pacientes con una intensa libido; exteriorización: impotente sexual. Freud infiere que la afección se debe a una fijación incestuosa de madre y hermanas que permanece en el icc. No une la corriente tierna y sensual (inhibición en el desarrollo de la historia libidinal) dos factores que llevan al fracaso: frustración: denegación y desvalorización de la nueva elección de objeto; atracción: como la medida que son capaces de exteriorizar los objetos parentales. La corriente sensual activa de estos pacientes afectados solo busca objetos que no recuerden a las personas incestuosas prohibidas. Buscan objetos a quienes no necesiten amar a fin de mantener su sensualidad alejada de los objetos amados.
EL CONCEPTO DE PROHIBICIÓN
Prohibición: Prohibición del incesto y homicidio que comanda la entrada al vínculo social.
Cuando se pierden los objetos edípicos- dice Freud – esos objetos son conservados en el aparato psíquico pero ahora como instancia prohibidora, lo que antes era una prohibición externa pasa ser una prohibición interna porque está en el propio sujeto.
Se puede definir entonces al superyó como la interiorización de las prohibiciones parentales, no es la prohibición que ejercen los padres, sino que es una prohibición que existe en la cultura mediatizada por los padres.
La prohibición solo produce sus efectos notificada en la palabra.
LA NOVELA FAMILIAR
La novela familiar de los neuróticos es un estadio con una particular actividad fantaseadora, que se revela primero en los juegos infantiles y luego desde la pubertad se apodera del tema de las relaciones familiares. La fantasía del niño se ocupa en la tarea de librarse de los menospreciados padres y sustituírlos por otros, en general, de posición social mas elevada. Las vivencias casuales ( conocer al señor del castillo o al terrateniente en el campo, a los nobles, etc) despiertan la envidia del niño que luego halla expresión de una fantasía que le sustituye a sus dos padres por unos de mejor cuna.
Una vez que el niño tiene noticia sobre las condiciones sexuales de padre y madre, la novela familiar experimenta una limitación: enaltece al padre, no poniendo ya en duda la descencia de la madre, inmodificable. Esta segundo estadio (sexual) tiene por portador lo que le faltaba al primero (asexual). Con la noticia sobre los procesos sexuales nace una inclinación a pintarse situaciones y vínculos eróticos en que entra como fuerza pulsional el placer de poner a la madre en situación de infidelidad escondida y secretos amorosos.
NARCISISMO: SU RELACIÓN CON LA PRIMER TEORÍA DE LAS PULSIONES. NARCISISMO PRIMARIO Y SECUNDARIO. AMOR POR APOSICIÓN Y ELECCIÓN NARCISISTA DE OBJETO. EL YO IDEAL E IDEAL DEL YO.
Primer teoría de las pulsiones: Es una teoría dividida en dos grandes agrupamientos:
- pulsiones del yo o autoconservación: que tienen como energía al "interés".
- pulsiones sexuales: que tienen como energía la "libido"
Narcisismo es el "amor a si mismo", es la catectización libidinal del yo. Es aquel que vuelva su libido en su propio yo. Si la energía que entra en juego es la libido, a la estructura la llamamos narcisismo y si la energía que entra en juego es el interés a la estructura la llamamos egoismo.
El egoísmo es la preocupación que el sujeto tiene sobre si mismo pero en beneficio de las pulsiones de autoconservación (por ej: protección a la vida, alimentación).
El narcisismo es la preocupación del sujeto por sí mismo en beneficio de las pulsiones sexuales.
Hay dos formas de narcisismo:
- narcisismo primario: es la primitiva imagen idealizada que el sujeto tiene de si al superar la etapa auto erótica del desarrollo, como un paso previo a la posibilidad del narcisismo secundario. Sería un estado en el que el niño carga toda su libido sobre si mismo. El narcisismo primario se constituye en esa primitiva identificación con la imagen idealizada que los padres tienen del niño. No hay una vuelta desde el objeto hasta el yo, como en el caso del secundario, sino que la libido originariamente está en el yo.
- Narcisismo secundario: Es aquel narcisismo que se produce cuando la energía de la pulsión sexual o libido vuelve de los objetos al yo. El yo es el objeto que ha retraído la carga del objeto sobre sí mismo. Y ahora es el objeto idealizado y la libido del yo.
Elecciones de objeto:
- por apoyo/ aposición/ apuntalamiento/ anaclítica: Se elige un objeto según el modelo de las primeras relaciones de objeto que el chico tiene en su vida. Las pulsiones que entran en juego en este tipo de lección de objeto son las pulsiones de autoconservación. Se lo elige porque tiene determinado tipo de cualidades nutricias o protectoras.
- narcisista: Se elige a alguien según dos posibles caminos, de imagen o semejanza o para restituir la autoestima.por ej: una relación entre un hombre adulto y un adolescente. Considera que el homosexual que elige a un adolescente como objeto sexual, reproduce, la relación entre la madre y el mismo. El adulto está identificado con la propia madre e identifica al adolescente con el mismo cuando era chico. Así queriendo al otro, se está queriendo a sí mismo.
La introducción del narcisismo le permite a Freud mostrar que el primer dualismo pulsional en algo falla. Falla en el hecho que el narcisismo significa que el yo también está sexualizado, el narcisismo como investimiento libidinal del yo. Esto trae una crisis a la bipartición funcional. En 1920 va a decir que el dualismo pulsional es el dualismo referido a las pulsiones de vida y las pulsiones de muerte.
Yo ideal e ideal del yo:
- Yo ideal: La construcción de la representación que el sujeto se hace de si mismo integra siempre elementos valorativos. Los atributos del yo que se ubican en el extremo de máxima valoración conforman un yo ideal, que lo es en un doble sentido: perfecto y anhelado de ser como él y también ideal en tanto ilusorio.
- Ideal del yo (núcleo del superyó): Implica la posibilidad de existencia de otro yo, que es el ideal y que se caracteriza por estar ubicado en el lugar de la menor valoración.
El Yo ideal y su negativo se encuentran ubicados sobre el mismo eje semántico, en los polos del mismo, pudiendo existir puntos intermedios entre uno y otro.
IDENTIFICACIÓN: LOS TRES TIPOS DE IDENTIFICACIÓN DESCRIPTOS POR FREUD: PRIMARIA, SECUNDARIA E HISTÉRICA.
Identificación: Forma más temprana de enlace afectiva con un objeto o con otra persona.
Identificación primaria: Resulta de un proceso que tiene que ver con el complejo de Edipo. El padre es aquel que se ofrece como soporte de una identificación. La mujer prohibida es aquella que es posesión del padre, es decir, la madre. Esto se paga con un precio, que es que en el mito Edípico es el precio de la rivalidad al padre. Actitud masculina en la medida en que el quiere ser el padre. Esta identificación con el padre prepara el camino al complejo de Edipo, porque si el quiere ser como el padre, esto le abre la posibilidad de acceso a la madre en su deseo. Si él es como el padre, puede desear a la madre.
La identificación primaria es directa e inmediata. Es un concepto teórico. No se ve en la clínica. Hay una identificación con el padre de la prehistoria. Incorporación. Se identifica con el "devorar". El caníbal se come lo poderoso que ve en el otro, se apodera de las cualidades del enemigo. El niño incorpora al padre y hay rasgos de ese padre que va a incorporar. La identificación es un mecanismo que tiene que ver con lo oral. Quiere ser el padre, ocupar su lugar. Y esta identificación primaria es previa a la elección de objeto.
Identificación secundaria: Se da cuando resignamos o perdemos un objeto. Se toman rasgos, hay identificación. Hay un objeto de por medio, y cuando se pierde se toma un rasgo y lo retengo vía identificación. (Es en función de un rasgo, no de la totalidad). En el complejo de Edipo, las investiduras de objeto son resignadas y sustituidas por identificación. La autoridad del padre o de ambos progenitores, introyectada en el yo forma el núcleo del superyó.
La identificación tiene que ver con el SER. Tiene que ver con el narcisismo. En el complejo de Edipo hay momentos en que el objeto es el padre para el nene y la madre para la nena (identificación homosexual).
EL DUELO
El duelo es la reacción frente a la pérdida de una persona amada o de una abstracción que haga sus veces como la patria, la libertad, un ideal, etc. A raíz de idénticas influencias, en muchas personas se observa, en lugar de duelo, melancolía. A pesar de que el duelo trae consigo graves desviaciones de la conducta normal en la vida, nunca se nos ocurre considerarlo un estado patológico ni remitirlo al médico para su tratamiento.
La melancolía se singulariza en lo anímico por una desazón profundamente dolida, una cancelación del interés por el mundo exterior, la pérdida de la capacidad de amar, la inhibición de toda productividad y una rebaja en el sentimiento de sí que exterioriza en autorreproches y auto denigraciones y se extrema hasta una delirante expectativa de castigo. El duelo muestra los mismos rasgos, excepto uno; falta en él la perturbación del sentimiento de si. El duelo pesaroso, la reacción frente a la pérdida de una persona amada, contiene idéntico talante dolido, la pérdida del interés por el mundo exterior, la pérdida de la capacidad de escoger algún nuevo objeto de amor, el extrañamiento respecto de cualquier trabajo productivo que no tenga relación con la memoria del muerto. Esta inhibición y este angostamiento del yo expresan una entrega incondicional al duelo que nada deja para otros propósitos y otros intereses.
¿En qué consiste el trabajo que el duelo opera? El examen de realidad ha mostrado que el objeto amado ya no existe más, y de él emana ahora la exhortación de quitar toda libido de sus enlaces con ese objeto. A ello se opone una comprensible renuencia; el hombre no abandona de buen grado una posición libidinal, ni aun cuando su sustituto ya asoma. Esa renuencia puede alcanzar tal intensidad que produzca un extrañamiento de la realidad y una retención del objeto por vía de de una psicosis alucinatoria de deseo. Lo normal es que prevalezca el acatamiento de la realidad. Pero no puede cumplirse enseguida. Se ejecuta pieza por pieza con un gran gasto de tiempo y energía de investidura, y entretanto la existencia del objeto perdido continúa en lo psíquico. Cada uno de los recuerdos y cada una de las expectativas en que la libido se anudaba al objeto clausurados, sobreinvestidos y en ellos se consuma el desasimiento de la libido. ¿Por qué esa operación de compromiso, que es el ejecutar pieza por pieza la orden de la realidad, resulta tan dolorosa? He ahí algo que no puede indicarse con facilidad en una fundamentación económica. Pero una vez cumplido el trabajo del duelo el yo se vuelve otra vez libre y desinhibido.
En el duelo hay una perdida de objeto conciente. En éste inhibición y falta de interés se esclarecían totalmente por el trabajo del duelo que absorbía al yo. En el duelo, el mundo se ha hecho pobre y vacío; en la melancolía, eso le ocurre al yo mismo.
El duelo normal vence sin duda la pérdida del objeto, mientras persiste absorbe de igual modo todas las energías del yo. Para cada uno de los recuerdos y de las situaciones de expectativa que muestran a la libido anudada con el objeto perdido, la realidad pronuncia su veredicto: el objeto ya no existe más; el yo, preguntado, si quiere compartir ese destino, se deja llevar por la suma de satisfacciones narcisistas que le da el estar con vida y desata su ligazón con el objeto aniquilado. Esa desatadura se cumple tan lentamente y tan paso a paso que, al terminar el trabajo, también se ha disipado el gasto que requería.
Si el objeto no tiene para el yo una importancia tan grande, una importancia reforzada por millares de lazos, tampoco es apto para causarle un duelo o una melancolía. Ese carácter, la ejecución pieza por pieza del desasimiento de la libido, es por tanto adscribible a la melancolía de igual modo que al duelo…Así como el duelo mueve al yo a renunciar al objeto declarándolo muerto y ofreciéndolo como premio el permanecer con vida, de igual modo cada batalla parcial de ambivalencia afloja la fijación de la libido al objeto desvalorizando este, rebajándolo; por así decir, también victimándolo.
- Un duelo implica abandonar un objeto y poder elegir nuevos objetos. Duelo patológico no existe. Un duelo se realiza sobre cualquier cosa que resulta significativa para el sujeto (cualquier cosa que no tenga sentido). El duelo es un proceso inconciente por el cual se retira la significación o valor que se le daba a cualquier objeto pudiendo trasladar esa significación a otro objeto.
- La melancolía Es un fenómeno patológico causada por la inexistencia del duelo. En la melancolía no se es conciente de lo que produjo la pérdida. Melancolía es cuando no se puede realizar un duelo.
LA SEGUNDA TÓPICA. FUNCIONES DEL YO Y DEL SUPERYÓ
Yo, ello y superyó
Un humano al nacer es todo ello, luego va habiendo diferenciaciones y se va a constituir el aparato, compuesto por ello, yo y superyó. El ello es el que se va a ir especializando en las diferentes instancias con el contacto con el mundo externo.
El ello es todo lo pulsional. Lo inconciente tiene que ver con el ello y con lo reprimido. El ello es el núcleo del ser y el núcleo de donde sale el Yo es del ello. Y lo reprimido sale del Yo ; el mecanismo de defensa propio del Yo es inconciente. Por eso decimos que lo inconciente está también tanto en el yo, como en el superyó.
Por identificación con el mundo externo, el Yo se conforma y le da satisfacción al ello. El ello busca satisfacción. El Yo es el mediador con el mundo externo, es perfeccionamiento, modificación, del ello. El yo tiene que mediar, es moral, su función es encontrar una buena manera de satisfacer al ello, su función es reprimir, y el que manda al Yo a reprimir es el superyó. El superyó obliga a satisfacer al ello, pero al mismo tiempo tiene que frenarlo
El ello va a investir los objetos que van a constituir mi carácter.
La identificación es una instancia psíquica que tiene que ver con la conformación del yo y el superyó.
El yo es un cúmulo de indentificaciones que nos van constituyendo, es el resultado de todas las identificaciones. Uno se ha identificado con todos los objetos que pasaron por su vida. El núcleo del yo está compuesto por identificaciones y este se va a oponer al resto de las identificaciones.
De la identificación con las figuras parentales surge el superyó. El núcleo del superyó es el ideal del yo, son las identificaciones que se dieron en el complejo de Edipo que tiene que ver con las figurar paternas. El superyó es esta parte que se contrapone con las demás identificaciones. Se va a identificar con todo lo que tenga autoridad entre nosotros. El superyó es obsceno. Exige al yo dar satisfacción al ello. Es una resistencia.
El superyó es el heredero del complejo de Edipo. El superyó va a defender al ello, está sumergido en él, busca que obtenga satisfacción.
La identificación es de lo que está hecho el superyó que sirve para auxiliar a las pulsiones de muerte (que apuntan a morir, a la destrucción). La energía que usa para castigar al yo es pulsión de muerte. El superyó tiene relación con el ello.
Funciones del superyó:
- Conciencia moral
- Autoobservación
- Ideal del yo o yo ideal
EL SUPERYÓ COMO HEREDERO DEL COMPLEJO DE EDIPO.
El superyó es el heredero del complejo de Edipo, cuando el niño renuncia a la madre como objeto sexual, la madre queda desinvertida de libido y se conserva la figura de los padres como una instancia del aparato psíquico, que es una instancia prohibidora que constituye una parte diferenciada del yo. Cuando se pierden los objetos edípicos, esos objetos son conservados en el aparato psíquico, pero ahora como instancia prohibidora, lo que antes era una prohibición externa pasa a ser una prohibición interna porque está en el propio sujeto.
Se puede definir entonces al superyó como la interiorización de las prohibiciones parentales, es decir que no es la prohibición que ejercen los padres, sino que es una prohibición que existe en la cultura mediatizada por los padres.
El superyó se constituye a la salida del complejo de Edipo en el varón, a raíz de esta resolución del conflicto en dónde el varón opta por salvar su narcisismo; porque si renuncia a la madre, la madre y el padre pasan a intoyectarse en el aparato psíquico y constituir una instancia psíquica que es el superyó.
El superyó es un representante de las normas de las normas correspondientes a una cultura; el niño abandona al objeto deseado pero sigue conservando las normas parentales de prohibición. El superyó se constituye fundamentalmente por identificación con el superyó de los padres. El superyó pasa a ser el representante de las normas dominantes en la cultura, es algo así como el representante de la moralidad de la cultura en el psiquismo. El superyó se constituye porque hay un argumento que determina el abandono del objeto sexual, y su instauración como instancia prohibidora: la angustia de castración.
El superyó es una identificación lograda con éxito con la instancia parental y esa instancia parental debe entenderse como identificación con normas prohibidotas. El superyó se forma más bien por identificación con el superyó del padre.
El superyó es una autoprohibición relacionada con la prohibición mayor de la cultura en la medida en que el sujeto ahora él mismo se prohíbe el incesto, está también preservando el narcisismo.
La formación de un ideal es la condición necesaria para la represión, el sujeto para reprimir algo tiene que tener siempre en su aparato psíquico una determinada instancia que seleccione lo permitido y lo prohibido.
PRIMER MODELO DE LA ANGUSTIA: LA ANGUSTIA Y LA LIBIDO REPRIMIDA
- 1er modelo de la angustia: La represión crea la angustia
- Primer teoría
- Segunda teoría
- 2do modelo de la angustia: Es la angustia la que crea la represión. Se imprime por angustia de castración (la castración es la que crea la represión). La angustia de castración es estructurante. Va a obligar a la represión a la conformación del aparato.
Primer teoría (concepción)
La angustia es un estado afectivo displacentero.
La angustia carece de objeto, no se siente angustia frente aun objeto en especial porque ya eso es el miedo específicamente.
En cuanto al afecto de angustia, es el acto del nacimiento, en el que se produce ese agrupamiento de sensaciones displacenteras, mociones de descarga y sensaciones corporales que se ha convertido en el modelo para los efectos de un peligro mortal y desde entonces es repetido por nosotros como estado de angustia. La primera angustia fue una angustia tóxica. Ese primer estado de angustia se originara en la separación de la madre. La predisposición a repetir el primer estado de angustia se ha incorporado tan profundamente al organismo, que ningún individuo puede sustraerse a ese afecto.
El acto del nacimiento es la fuente y el modelo del afecto de angustia.
Freud diferencia la angustia real de la angustia neurótica. La angustia real es forma de reacción frente a un peligro frente a los hechos exteriores.
Dentro de la angustia neurótica aparecen distintos cuadros psicopatológicos:
- la neurosis de angustia (sin objeto),
- la histeria de angustia (fobia, con objeto) y los llamados equivalentes (significa que un estado de angustia es reemplazado por un síntoma intenso, lo que sucede en la histeria y en las neurosis obsesivas, sustitución de la angustia por un síntoma, de forma tal que el sujeto al tener el síntoma (como una especie de defensa frente a la angustia) ya no siente angustia).
En la angustia neurótica el peligro es un peligro interior, existe en el mismo sujeto, y ese peligro no es concientemente reconocido.
La angustia neurótica es un estado general de angustia, una angustia libremente flotante. Está dispuesta a prenderse del contenido de cualquier representación pasajera. Un grado llamativo de angustia expectante corresponde, por regla general, a la <neurosis de angustia>.
La neurosis de angustia es el prototipo de la angustia flotante, y esta es una angustia que pude adherirse a cualquier objeto o a cualquier situación, por ejemplo en Juanito, cuando al principio siente una angustia flotante y no sabe a qué, hasta que se localiza en un objeto o situación (caballo).
La angustia expectante, libremente flotante, y la unida a las fobias son independientes entre si. Las dos se presentan juntas y cuando lo hacen es por casualidad.
Freud dice que la neurosis de angustia es una energía que todavía no es libido, porque "libido", es la expresión psíquica de la energía de la pulsión sexual; en este primer modelo no hay energía psíquica, sino que es una energía puramente somática.
La neurosis de angustia hay:
Una condición necesaria: constitución hereditaria.
Una causa específica: fundamentalmente una insatisfacción sexual.
Un factor desencadenante: estado de tristeza, de apatía, etcétera.
La causa de los cuadros de angustia es el coitus interruptus, una insatisfacción sexual que determina una imposibilidad de descarga de una energía sexual (física).
En esta primera teoría, entonces, la angustia surge como una transformación de una energía física, sexual no descargada. La angustia es acumulación o estancamiento. En la histeria también hay una acumulación de la tensión sexual pero que se descarga produciendo efectos corporales.
En el primer modelo de angustia que incluye la primer y segunda teoría, es la energía física acumulada lo que determina la neurosis de angustia.
Segunda teoría(concepción)
En esta teoría la energía no es física, sino que la energía que se acumula y transforma es energía psíquica, es libido. En esta teoría también hay acumulación, estancamiento y transformación.
La angustia surge porque hay un obstáculo, una defensa a la descarga de una energía, y por lo tanto, esto que se acumula se transforma en angustia; entonces la represión o esta defensa que obstaculiza la descarga es la causa de la angustia, porque al obstaculizar la descarga esa energía acumulada se transforma en angustia.
De las observaciones hechas sobre la neurosis de angustia inferíamos que la desviación de la libido de su aplicación normal, desviación generadora de la angustia, se produce en el campo de los procesos somáticos.
Como sabemos, el desarrollo de angustia es la reacción del yo frente al peligro y la señal para que se inicie la huida. En el caso de la angustia neurótica, el yo emprende un idéntico intento de huída frente al reclamo de su libido y trata este peligro interno como si fuera externo.. Ahí donde aparece angustia, tiene que existir algo frente a lo cual uno se angustia.
La angustia que significa una huída del yo frente a su libido no puede haber nacido sino de esa libido misma.
En las fobias ocurre lo mismo que en la angustia infantil; una libido que permanece inaplicable se trasmuda en una aparente angustia realista y, de ese modo, un minúsculo peligro externo se erige como subrogación de los reclamos libidinales.
En el adulto, para la mudanza de la libido en angustia no basta que aquella, se haya vuelto momentáneamente inaplicable. Cuando la libido pertenece a una moción psíquica que ha experimentado la represión, se restablece una situación parecida a la del niño que todavía no posee ninguna separación entre conciente e inconciente. Y por la regresión a la fobia infantil se abre, el desfiladero a través del cual puede consumarse cómodamente la mudanza de la libido en angustia.
El desarrollo de angustia se muda estrechamente al sistema inconciente.
La descarga en la forma de angustia es el destino más inmediato de la libido afectada por la represión; no el único ni el definitivo. En las neurosis hay en marcha procesos que se empeñan en ligar este desarrollo de angustia. En el caso de las fobias, es posible diferenciar nítidamente dos fases del proceso neurótico. La primera tiene a su cargo la represión y el transporte de la libido a la angustia, que es ligada a un peligro exterior. La segunda consiste en la edificación de todas aquellas precauciones y aseguramientos destinados a evitar un contacto con ese peligro considerado como algo externo. La represión corresponde a un intento de huída del yo frente a la libido sentida como peligro. Sobre la <contrainvestidura> que el yo gasta a raíz de una represión y que debe mantener permanentemente para que esta persista, recae la tarea de ejecutar las diversas formas de protección contra el desarrollo de angustia tras la represión.
La represión desliga el afecto de la representación, los separa.
Si aparece un síntoma en el pensamiento es porque liga el afecto y la representación.
Si la energía del afecto se acumula se transforma en ANGUSTIA.
La pulsión se da cuando el afecto y la representación están ligados.
ANGUSTIA:
- Genera sufrimiento. Afecto displacentero.
- Afecto universal, constitutiva (no patológico).
- No tiene objeto, no ligado a representaciones.
- Pulsión-à Reprimida –genera–à acumulación de energía—es vivenciada como–à ANGUSTIA
No hay nadie que no se sienta angustiado. En el caso de la angustia nunca específicamente sabemos por qué estamos mal. Se desconoce la causa de la angustia.
LA ANGUSTIA ES EL UNICO AFECTO QUE NO TIENE OBJETO, NO ESTA LIGADO A REPRESENTACIONES.
La angustia se siente en el cuerpo. La angustia propiamente dicha es la angustia neurótica.
SEGUNDO MODELO DE LA ANGUSTIA: LA ANGUSTIA SEÑAL
En este segundo modelo de la teoría de la angustia-señal Freud plantea que no es la represión la que origina la angustia sino que más bien, la angustia es el motor del mecanismo de la represión.
Aquí ya no hay una explicación de tipo hidráulico económica de acumulación de una energía, sino que se habla de una señal de angustia que el sujeto percibe en un determinado momento frente a lo cual entonces se defiende.
La angustia es anterior a la represión y pro lo tanto la represión no puede ser la causa de la angustia. Esta angustia es frente a un peligro exterior, o sea la angustia real. Es exacto que el niño sufre angustia ante unas exigencias de su libido, en este caso el amor a su madre. Pero este enamoramiento solo le parece constituir un peligro interior al que tiene que sustraerse con la renuncia a tal objeto porque provoca una situación de peligro exterior.
El modelo de angustia-señal no es como el primer modelo (tipo económico) sino que implica una relación entre una representación y un estado corporal. Este modelo se basa en lo siguiente: hay primero una situación biológica de desequilibrio. Por ej: lo que sucede en el acto de nacimiento.
El afecto (porque la angustia es un estado afectivo) tiene dos polos:
- Un polo corporal, donde se exteriorizan todas las reacciones de tipo fisiológico (enrojecimiento, taquicardia, etc.)
- Un polo psicológico, caracterizado por la representación del peligro y por la de la reacción corporal.
La señal de angustia es la repetición atenuada de una primitiva reacción de angustia que se padeció en la situación que Freud llama de tipo "traumática", dónde lo que existía era angustia automática.
Situación traumática à angustia automática
Situación peligrosa à angustia señal
El prototipo de la angustia automática para Freud es la angustia de nacimiento
Angustia súper yo, yo y ello. El yo es el único almácigo de la angustia, solo el puede producirla y sentirla. Las tres principales variedades de angustia pueden ser referidas a los tres vasallajes del yo. La función de la angustia como señal para indicar una situación de peligro
No es la represión la que crea a la angustia, si no que la angustia esta primero ahí. Vale decir una angustia realista. En el caso del varón que siente angustia antes una exigencia de su libido, en este caso ante el amor de su madre, es un caso de angustia neurótica. El peligro pulsional interno resulta ser una condición y preparación de una situación de peligro objetiva externa.
Vida pulsional: organización pregenital infantil. Aparece la angustia ante el castigo de la castración, para el nene la perdida de su miembro La angustia frente a la castración es uno de los motores más frecuentes e intensos de la represión y, con ellos de la formación de neurosis.
En la niña aparece la angustia ante la pérdida de amor. Estas condiciones de angustia repite en el fondo la situación de la originaria angustia de nacimiento que también implico una separación de la madre.
Lo temido, el asunto de la angustia, es en cada caso la emergencia de un factor traumático que no pueda ser tramitado según la norma del principio del placer. La angustia es despertada como señal de una situación anterior de peligro.
Origen doble de la angustia: en un caso como consecuencia directa del factor traumático y en otro como señal de que amenaza la repetición de un factor así.
¿qué es lo que produce angustia? Lo que produce la angustia es el momento-acontecimiento traumático. Puesto que no es propio del ser humano partir de una situación inicial homeostática de placer y equilibrio en la unión al objeto amado sino que en el inicio es el trauma, la indefensión más absoluta.
Se sitúa entonces lo traumático como algo estructural. En el inicio del psiquismo humano se encuentra ese exceso de energía =trauma = angustia; sin la cual nada puede ocurrir, puesto que es una condición de la estructura.
La angustia es la que posibilita la operación de la represión y no al revés. La primera concepción de la angustia decía que uno de los efectos de la represión era el desarrollo de la angustia.
La inversión de los términos sitúa a la angustia como algo que es fundamental para toda posible elaboración psíquica.
La angustia es:
Un afecto, es la condición de posibilidad de la represión.
Es una señal. La angustia señal es la que constituye un esbozo del acontecimiento traumático que propicia la puesta en marcha de la represión que evita.
Es una señal al yo. La señal ocurre en el yo; se produce la división del sujeto a expensas de la represión.
La angustia es un afecto de carácter displaciente que corresponde a un incremento de la excitación en la cual participan inervaciones motoras. La angustia tiene un carácter histórico; hacemos referencia al trauma de nacimiento. El infante responde angustiosamente ante la advertencia de la ausencia-pérdida del objeto amado.
El miedo a la castración tiene por contenido el temor a la pérdida del objeto materno; ahora se trata del temor a la separación del pene.
Con la resolución del complejo de Edipo, la angustia de castración toma la forma de un temor al superyó. La angustia es un afecto, una señal al yo que corresponde a la irrupción de la situación traumática que remite a la que corresponde en el complejo de castración, al temor a la separación de los genitales, o a su consecuencia, una vez sepultado el complejo de Edipo. Toda forma de angustia es angustia de castración.
La angustia crea la represión.
El afecto angustioso de la fobia no procede del proceso de la represión ni de la carga libidinal de los impulsos reprimidos.
La energía del impulso reprimido no se transforma automáticamente en angustia.
Procede del miedo a la castración.
La angustia traumática correspondería al miedo de perder la vida, por lo tanto depende de las pulsiones de conservación.
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