- Abreviaturas y Siglas
- Los Valores y su significado
- Las Virtudes Humanas y Teologales
- Familia: Educación en Valores y Virtudes
- Apéndice
- Conclusión
- Bibliografía
a: Articulo.
c: Cuestión.
CIgC: Catecismo de la Iglesia Católica.
Cf.: Confer.
Col.: Carta de San Pablo a los Colosenses.
Ef.: Carta de San Pablo a los Efesios.
GER.: Gran Enciclopedia Rialp.
Hb.: Carta a los Hebreos.
Hch.: Hechos de los apóstoles.
Ibíd.: Ibídem.
Jn.: Evangelio según San Juan.
Lc.: Evangelio según San Lucas.
n.: Numeral.
nn.: Numerales.
p.: Página.
pp.: Páginas.
1 P.: Primera carta de San Pedro.
2 P.: Segunda carta de San Pedro.
Rm.: Carta de San Pablo a los Romanos.
S. th.: Suma teológica de Santo Tomas de Aquino.
Sal.: Salmo.
Si.: Sirácida o Eclesiástico.
En el siguiente trabajo sólo se pretende dar un esbozo de lo que una familia cristiana, fundamentada en el amor de Cristo, debe tener muy en cuenta para lograr la felicidad en el hogar; es por ello la importancia de este tema pues es en la familia donde nacen y se desarrollan los buenos hombres de la sociedad y amantes del Señor.
Se ha considerado que las circunstancias del presente trabajo monográfico son el de darle a las familias cristianas de hoy en día las bases que deben seguir al momento que deben educar a sus hijos, don precioso de los esposos: esposos hechos para colaborarle a Dios en la creación y en la vida cristiana de la humanidad. Ésta es una síntesis monográfica, que presenta una recolección de materias acerca de los temas tratados, para que éstos temas tengan una mayor fundamentación y un rico valor.
Se va ha tratar acerca de los valores, como medio fundamental para el paso de las virtudes que también se tratarán; éstas son muy importantes pues ellas alcanzan la plena felicidad que es Dios. Los valores como las virtudes son importantes a la hora de la educación familiar.
La síntesis monográfica en textos como las cartas encíclicas que loa Papas nos han dado a lo largo de la historia como también, y de gran importancia, en la Suma teológica de santo Tomás de Aquino. Aparte de estos también se ha utilizado algunos documentos conciliares. Ha la hora de recolectar y sintetizar estas obras ha sido algo difícil, pero gracias a Dios no fue algo que no se pudiera lograr.
La monografía presenta una forma unitaria donde se demuestran tres capítulos; que por consiguiente uno lleva al otro. El primero será acerca de los valores, luego de las virtudes, éstos dos puntos aplicados y con la visión de la Iglesia y con gran interés hacia la familia, esto como tercer capítulo.
A mi familia y a mi Padre tutor, les agradezco este trabajo investigativo.
Capítulo I
Aún cuando el tema de los valores es considerado relativamente reciente por la filosofía, los valores están presentes desde los inicios de la humanidad. El criterios para darle valor a algo ha variado a través de los tiempos. Se puede valorar de acuerdos con criterios estéticos, esquemas sociales, costumbres, principios éticos, entre otros aspectos.
Los valores surgen con un especial significado y cambian o desaparecen en las distintas épocas. Es precisamente el significado social que se atribuyen a los valores uno de los factores que influyen para diferenciar los valores tradicionales, aquellos que guiaron a la sociedad en el pasado, generalmente referidos a costumbres culturales o principios religiosos, y los valores modernos, compartidos por las personas en la actualidad.
1. ¿Qué se entiende por valor?
Para hablar más acerca de los valores, primero es conveniente saber que valor es: "(este termino viene del latín tardito valoris). Es un grado de utilidad o aptitudes de las cosas, para satisfacer las necesidades o dar bienestar". Por la cual obtenemos cualidades de las cosas, en virtud de la cual se da para cierta integridad o algún equivalente. Este concepto abarca contenidas y significados distintos y ha sido abordado desde diversas perspectivas y teorías. El valor se refiere a una excelencia o a una perfección. La práctica del valor desarrolla la humanidad de la persona, mientras que el contra valor lo despoja de esas cualidad. Desde un punto de vista socio-educativo, los valore son considerados referentes, pautas que orientan el comportamiento humano hacia la transformación social y la realización de la persona.
2. ¿Cómo valora el ser humano?
El proceso de valoración del ser humano incluye una compleja serie de condiciones intelectuales y afectivas que suponen: la toma de decisiones, la estimación y la actuación. Las personas valoran al preferir, al estimar, al elegir una cosa en lugar de otras, al formular metas y propósitos personales. Las valoraciones se expresa mediante creencias, intereses, sentimientos, convicciones, actitudes, juicios de valor y acciones. Desde el punto de vista ético, la importancia del proceso de valoración deriva de su fuerza orientadora en aras de una moral autónomas del ser humano.
3. ¿Cómo se clasifican los valores? ¿cuáles tipos de valores existen?
No existe una ordenación deseable o clasificación única de los valores, las jerarquías valorativas son cambiantes, fluctúan deacuerdo a las valoraciones del contexto. Lo importante a resaltar es que la mayoría de las clasificaciones propuestas incluye la categoría de valores éticas y morales. La jerarquía según M. Scheler incluye: a) valores de lo agradable y desagradable, b) valores vitales, c) valores espirituales, valores de conocimiento puro de la verdad, d) valores religiosos. R. S. Arman, formuló valores instrumentales o relacionados con modos de conducta (valores morales); y valores terminales o referidos a estados deseables de existencia (paz, libertad, felicidad, bien común.). Entre otra clase de valores encontrados.
4. El valor de la familia.
Descubrir la raíz que hace a la familia el lugar ideal para forjar los valores, es una metas alcanzable y necesaria para lograr un modo de vida más humano, que posteriormente se trasmitirá naturalmente a la sociedad entera.
El valor de la familia va más allá de los encuentros habituales e ineludibles, los momentos de alegría y la solución a los problemas que cotidianamente se enfrentan. El valor nace y se desarrolla cuando cada uno de los miembros asume con responsabilidad y alegrías el papel que le ha tocado desempeñar en la familia, procurando el bienestar, desarrollo y felicidad de los demás.
Es necesario reflexionar que el valor de la familia se basa fundamentalmente en la presencia física, mental y espiritual de las personas en el hogar, con disponibilidad al diálogo y a la convivencia, haciendo un esfuerzo por cultivar los valores en la persona misma, y así estar en condiciones de trasmitirlos y enseñarlos.
Lo primero que debemos resolver en una familia es el egoísmo a la hora de vivir en esa pequeña comunidad. Puesto ¿quién tendrá la iniciativa de servir a los demás? Cuando en una familia impera el egoísmo. No se puede pretender que los hijos entiendan que deben ayudar, conversar y compartir tiempo con los demás, cuando los mismos padres no le dan testimonio de esto.
Es importante recalcar que los valores se viven en casa y se trasmiten a los demás como forma natural de vida, es decir, dando ejemplo como de ha dicho anteriormente. Para esto es fundamental la acción de los padres, pero los pequeños y jóvenes con ese sentido común tan característico pueden dar verdaderas lecciones de cómo vivirlos en los más mínimos detalles.
Por otra parte, muchas son las familias que han encontrado en la religión y en las practicas de piedad, una guía y soporte para elevar su calidad de vida, ahí se forma la conciencia para vivir los valores humanos de cara a Dios y en servicio de los semejantes. Por lo tanto, en la fe se encuentra un motivo más elevado para formar, cuidar, y proteger a la familia.
Pensemos que todo nuestro alrededor cambiaría y las relaciones serían más cordiales si los seres humanos nos preocupáramos por cultivar los valores en la familia. Cada miembro, según su edad y circunstancias personales seria un verdadero ejemplo, un líder, capaz de comprender y enseñar a los demás la importancia y la trascendencia que tiene para sus vidas la vivencia de los valores, los buenos hábitos, virtudes y costumbres.
Toda familia unida es feliz sin importar la posición económica, los valores no se compran, se viven y se otorgan como el regalo más preciado que podemos dar. No existe la familia perfecta, pero sí aquellas que luchan y se esfuerzan por lograrlo.
Capítulo II
Las Virtudes Humanas y Teologales
Tomando en cuenta todo lo que hemos dicho en el capítulo anterior, siendo de mucha importancia para este, en el cual hablaremos de las virtudes, partiendo de que ellas están inscritas en el corazón de las personas; al igual que los valores ellas deben ser educadas, enseñadas y más aún son el fundamento de una buena y feliz vida moral y cristiana.
Para llegar a las virtudes tiene que existir el valor como hábito adquirido en la persona. Puesto que los valores enseñan a la personas a tener buenas actitudes, debido a que ellos son la base de una personalidad bien hecha.
"Todo cuanto hay de verdadero, de noble, de justo, de puro, de amable, de honorable, todo cuanto sea virtud y cosa digna de elogio, todo eso tenedlo en cuenta"
1. ¿Qué se entiende por virtud?
"La palabra virtud significa en sentido general alguna cualidad buena en el hombre y connota por su etimología latina, virtus (de vir, varón, y vis, fuerza), la idea de fuerza y vigor, y según la griega, araté, expresa la idea de perfección, merito o cualidad que hacen al hombre digno de gloria". También, podríamos decir que es una cualidad que es permanente en el alma. Es aquí donde se encuentra la diferencia con los valores, pues la virtud va más allá de un acto bueno.
Es por ello que podríamos decir, como han dicho Santo Tomás y otros autores. "La virtud es un habito operativo bueno". Por lo tanto que las virtudes son un tipo de cualidades estables, y por eso son hábitos y no meras disposiciones o cualidades transeúntes. Entendiendo a "hábito psicológicamente hablando como una tendencia que se crea en el hombre como consecuencia de una repetición en cadena de los mismos actos. Crear hábitos positivos es muy importante en la moral porque se ocupas no sólo de hacer o no hacer ciertas cosas, sino también del ‘hacerse o deshacerse’ en las personas".
Ahora operativo como un acto que se realiza y se llega a terminar; por lo tanto valdría decir que es una actuación de la persona con respecto a algo. Por bueno como algo que se caracteriza por siempre procurar el bien, hasta hacerlo teniendo en cuenta la recta intención y un buen fin, logrando obtener que la persona se caracterice por el buen obrar y el buen ser.
2. Virtudes morales y humanas.
Bien sabemos que las virtudes morales forman parte de nuestra humanidad, pero ellas no están del todo perfeccionadas en nosotros, sino por el contrario tenemos que irlas acrecentando. Ellas son "Adquiridas de manera libre y constante ejercicio de actos dirigidos hacia el bien moral, según el objeto especifico de cada potencia; perfeccionar sus capacidades naturales, revistiendo sus facultades (potencias) de disposiciones permanentes hacia el bien, de modo que los propios actos buenos los baya realizando el sujeto con una prontitud, felicidad y satisfacción cada ves mayores".
La virtud moral dice Aristóteles es "un hábito electivo que consiste en un término medio relativo a nosotros, y que esta regulado por la recta razón en la forma que lo regularía el hombre verdaderamente prudente". Aristóteles quiere decir con ‘electivo’ que el acto principal de la virtudes morales es la elección recta… Pues lo propio de la virtud moral es, pues, la elección de lo indicado por la recta razón o prudencia. Entonces valdría decir como el mismo Santo Tomas cuando dijo que: "La virtud moral consiste principalmente en el orden de la razón". "La virtud no sólo es formada y medida por la razón, sino que también es formada y medida teniendo a la razón como punto de referencia y como criterio interno de la constitución y distinción de los bienes o valores que son el contenido mismo de las virtudes".
"Las virtudes cardinales están divididas en cuatro que desempeñan u n papel fundamental, por eso son llamadas así; todas las demás se agrupan entorno a ellas. Estas son: la prudencia, la justicia, fortaleza y templanza".
- La Prudencia: "Es la virtud que dispone la razón práctica a discernir en toda circunstancia nuestro verdadero bien y a elegir los medios rectos para realizarlos". "Pero no una razón cualquiera, sino la razón recta, esto es, la razón practica perfeccionada por esta virtud, ella indica la justa medida según la cual la voluntad y las facultades apetitivas deben actuar". "Es la misma Sabiduría eterna la que enseña la Prudencia".
- La Justicia: "Es la virtud moral que consiste en la constante y firme voluntad de dar a Dios y al prójimo lo que es debido". "La justicia en sentido bíblico, que vive el amor gratuito de Dios, se mide siempre por el patrón del amor y de dar siempre más de lo que es estrictamente debido, ella es amor.". "Amos, dad a vuestros esclavos lo que es justo y equitativo, teniendo en cuenta que también vosotros tenéis Amo en el cielo".
- Fortaleza: "Ella asegura, en las dificultades la firmeza y la constancia en la búsqueda del bien. Reafirma la voluntad de resistir a las tentaciones y de superar los obstáculos en la vida moral". "Consiste en la disposición y fuerza para abrazar los sufrimientos y aun la muerte". " En el mundo tendréis tribulación, pero animo; ‘Yo he vencido al mundo’ ".
- Templanza: "Esta virtud modera la atracción a los placeres y procura el equilibrio de los bienes creados. Asegura el dominio de la voluntad sobre los instintos y mantiene los deseos en el limite de la honestidad". "No vallas detrás de tus pasiones tus deseos refrena".
3. Las virtudes Infusas y Teologales.
Las virtudes humanas se arraigan en las virtudes teologales que adaptan la facultad del hombre a la participación de la naturaleza divina. "Las virtudes teologales se refieren directamente a Dios". "Los principios fundamentales inmediatos de la vida sobrenatural que el Espíritu infunde en el hombre son las virtudes teologales". "Las virtudes teologales fundan, animan, y caracterizan el obrar moral del cristiano. Informan y vivifican todas las virtudes morales. Son infundidas por Dios en el alma de los fieles para hacerlos capaces de obrar como hijos suyos y merecer la vida eterna". "Además de las virtudes teologales, distintos pasajes de la Escritura recuerda que las virtudes morales son un don de Dios".
Estas virtudes son "infundidas por Dios en el cristiano con la gracia santificante, y que se distinguen de las correspondientes virtudes adquiridas no por la materia que regulan (acciones y pasiones), sino por el criterio que inspira la regulación". "La teología retiene que las virtudes infusas dan al hombre la capacidad radical de hacer elecciones válidas en orden al progreso de la vida cristiana y a la vida eterna, pero no proporciona la facilidad característica del hábito adquirido".
Sto. Tomás indica que la facilidad para obrar puede entenderse de dos maneras: la prontitud causada por el hábito, y en este sentido las virtudes infusas no la confieren; y la que se deriva de la inclinación al objeto de las virtudes, que es propia de los dones divinos.
"El crecimiento de este tipo de virtudes, del mismo modo que su adquisición, no depende tanto del obrar humano, cuanto de la gracia de Dios… Para adquirir y desarrollar la virtud, incluso las infusas, es necesaria la decisión humana… En el desarrollo de estas virtudes, especialmente de las teologales, son decisivas la oración y la frecuencia a los sacramentos, como medios establecidos por Dios para acrecentar la gracia… Resulta evidente que el desarrollo de las virtudes requiere conjuntamente a la acción de Dios y la del hombre".
Ahora la Iglesia nos enseña de que las virtudes teologales son tres y ellas son: la fe, la esperanza y la caridad, y es por eso que a continuación le diremos expresamente que son.
- La Fe: "Es la virtud por la que creemos en Dios y en todo lo que El nos ha dicho y revelado, y que la santa Iglesia nos propone, porque El es la verdad misma". Por la fe "el hombre se entrega entera y libremente a Dios". "El justo vivirá por la fe". El servicio y el testimonio de la fe son requeridos para la salvación.
- La Esperanza: "Es la virtud teologal por la que aspiramos al Reino de los cielos y ala vida eterna con felicidad nuestra, poniendo nuestra confianza en las promesas de Cristo y apoyándonos no en nuestras fuerzas, sino en los auxilios de la gracia del Espíritu Santo". "Mantengamos firmes la confesión de la esperanza, pues fiel en el autor de las promesas". "La virtud de la esperanza corresponde al anhelo de felicidad puesto por Dios en el corazón de todo hombre… El impulso de la esperanza preserva del egoísmo y conduce a la dicha de la caridad".
- La Caridad: "Virtud teologal por la cual amamos a Dios sobre todas las cosas por El mismo y a nuestro prójimo como a nosotros mismos por amor de Dios". "Jesús hace de la caridad el mandamiento nuevo". Por eso el mismo nos enseña a amar como el mismo nos ha amado y como el padre lo ama a Él. "Fruto del Espíritu y plenitud de la ley, la caridad guarda los mandamientos de Dios padre y de Cristo". "La practica de la vida moral animada por la caridad da al cristiano la libertad espiritual de los hijos de Dios". Ella asegura nuestra capacidad para amar desinteresadamente.
4. Virtud en la familia.
Acerca de las virtudes en la familia lo que me queda decir es que tenemos que educar a nuestros hijos en el amor a Dios sobre todas las cosas y dar el ejemplo, pues hay esta la clave para una educación rica en valores y virtudes, pues de nada nos sirve la educación con la pura palabra sino va acompañada de la buena obra. Teniendo en cuenta que son las virtudes humanas y las teologales el soporte sobre lo que ayuda la convivencia en el hogar.
Sabemos muy bien que para educar en algo debemos primero saber y hacer nuestro lo que vamos a enseñar para que así se nos haga más fácil a nosotros y a los que vamos a enseñar, es por esta razón que conviene tener como primacía en nuestras vidas un fuerte arraigo en las virtudes especialmente aquellas que garantizan en nuestros hijos una vida feliz y llena de armonía y amor.
Es por esta medida que "desde la prudencia aprendemos a educar a nuestros hijos, a profundizar en la raíz de su comportamiento, a lograr información desde varios frentes: colegio, amigos, etc". Para no incurrir en errores y necedades.
En la "perseverancia que es fidelidad a nosotros mismos y amor a nuestros hijos", podemos ser constantes en la enseñanza y lograr que los chiquillos y jóvenes nuestros tengan en sus vidas mayor fuerza al actuar, animo en las cosas y junto a la paciencia y demás virtudes lograr que encuentren la felicidad, vida buena y armónica.
Capítulo III
Familia: Educación en Valores y Virtudes
En el siguiente capitulo tratare de enfocar la responsabilidad familiar a la hora de la educación de sus hijos, esta educación basándose en los valores y virtudes fundamentales para la vida de un buen cristiano.
1. ¿Qué es la Familia?
"El termino latino familia, que remite a famulus, designaba a familiares o consanguíneos y servidores o domésticos. En sentido más estricto, hoy se entiende por la comunidad de padres e hijos".
El cristianismo habla de la <familia de los creyentes>. En sentido más limitado habla de la comunidad de personas que viven juntos y trabajan para satisfacer sus necesidades y alcanzar en común el bien del grupo. También a la familia se le puede asignar otra acepción como el de la Real Academia Española que dice que la Familia es el grupo de persona emparentadas entre sí que viven juntas bajo la autoridad de una de ellas: la autoridad, cimentada en el amor recíproco de sus miembros.
"Dios al crear al hombre y a la mujer, instituyó a la familia y la doto de su constitución fundamental", las que ya anteriormente se han dicho y aparte de esas causas, está la que es para "la procreación y educación de la prole", ahora bien "según el designio divino esta constituida como intima unidad de vida y amor".
"La esencia y el cometido de la familia son definidos en última instancia por el amor. Por esto la familia recibe la misión de custodiar, revelar y comunicar el amor, como reflejo vivo y participación real del amor de Dios por la humanidad y el amor de Cristo el Señor por la Iglesia su esposa". En resumidas cuentas "la familia es una comunidad supra-personal de hombre, mujer e hijos, una comunidad de valores con plenitud humana, formada de acuerdo con el plan divino del mundo" .
2. Los hijos don preciosísimo del matrimonio.
"Según el designio de Dios, el matrimonio es el fundamento de la comunidad más amplia de la familia, ya que la institución misma del matrimonio y el amor conyugal están ordenados a la procreación y educación de la prole y con ellas son coronados como su culminación".
"En su realidad más profunda, el amor es esencialmente don y el amor conyugal,…, no se agota dentro de la pareja, ya que los hace capaces de la máxima donación posible, por la cual se convierten en cooperadores de Dios en el don de la vida a una nueva persona humana… Al hacerse padres, los esposos reciben de Dios el don de una nueva responsabilidad". "El amor de los esposos y la generación de los hijos establecen entre los miembros de una familia relaciones personales y responsabilidades primordiales".
"La fecundidad del amor conyugal se extiende a los frutos de la vida moral, espiritual y sobrenatural que los padre trasmiten a sus hijos por medio de la educación", "en efecto, a la familia en el orden natural, comunica Dios inminentemente la fecundidad, principio de la vida, y consiguientemente principio de la educación para la vida".
3. Derecho-deber educativo de los padres.
"La tarea educativa tiene sus raíces en la vocación primordial de los esposos a participar de la obra creadora de Dios".
"La familia desempeña un papel de primordial importancia de la educación". Es por esto que "los padres dado la vida a los hijos, tienen la gravísima obligación de educar ala prole, y por lo tanto hay que reconocerlos como los primeros y principales educadores de sus hijos. Este deber de la educación familiar, es de tanta trascendencia que cuando falta difícilmente puede suplirse. Es, pues, deber de los padres crear un ambiente familiar animado por el amor, la piedad a Dios… La familia por lo tanto, es la primera escuela de las virtudes sociales".
"Los padres deben mirar a sus hijos como a hijos de Dios y respetarlos como a personas humanas".
Pues son los padres el principio de la generación, educación, enseñanza y todo lo relativo a la perfección de la vida humana de sus hijos. Por consiguiente "el deber-derecho educativo de los padres se califica como esencial,…, como original y primario,…, como insustituible e inalienable y por lo tanto, no puede ser totalmente delegado o usurpado por otros… El elemento más radical, que determina el deber educativo de los padres, es el amor paterno y materno que encuentra en la acción educativa su realización, al hacer pleno y perfecto el servicio a la vida.
4. Educar en los valores esenciales en la vida humana.
Como ya hemos dicho anteriormente que los padres son los primeros responsable de la educación de sus hijos, es por eso que "el hogar es un lugar apropiado para la educación de las virtudes", es pues, que el primer ambiente natural y necesario de la educación es la familia, ahora bien "los hijos deben crecer en una justa libertad ante los bienes materiales, adoptando un estilo de vida sencillo y austero, convencidos de que el hombre vale más por lo que es que por lo tiene".
"Los hijos deben enriquecerse no solo con el sentido de la verdadera justicia, sino también y más aun del sentido verdadero del amor". Los padres han de enseñar a los hijos a tener por mejor la realidades interiores y espirituales que las materiales. Los hijos deben de estar sujetos a sus padre así como lo estuvo Jesús a los suyos, para así crece en sabiduría, entre otras cosas.
Los padres han recibido la responsabilidad y el privilegio de evangelizar a sus hijos e iniciarlos en la fe, y esta educación debe comenzar desde la más tierna infancia, para que así puedan vivir el Evangelio como Cristo quiere que sea vivido.
Entre otra cosas deben ser los hijos educados para que ellos también sepan formar familias según la voluntad de Dios y con la ayuda de la Iglesia.
La familia instituida por Dios para procrear y educar a los hijos, es la primera sociedad natural con derecho a la educación , ella tiene prioridad de naturaleza y por consiguiente, respecto a la sociedad civil en materia educativa. Alos padres corresponde en primer lugar el derecho de mantener y educar a sus propios hijos en valores propios de la vida cristiana.
La familia es "la primera escuela de solidaridad; como comunidad de amor, encuentra en el don de sí misma la ley que la rige y hace crecer".
5. Familia, célula primera y vital de la sociedad.
"El creador del mundo estableció la sociedad conyugal como origen y fundamento de la sociedad humana; es por ello la célula primera y vital de la sociedad". "La autoridad, la estabilidad y la vida de relación en el seno de la familia constituyen los fundamentos de la libertad, etc. La vida de familia es iniciación a la vida de la sociedad". "De la familia nacen los ciudadanos, y éstos encuentran en ella la primera escuela d esas virtudes sociales, que son el alma de la vida y del desarrollo de la sociedad misma".
6. La familia en el misterio de la Iglesia.
"Entre los cometido fundamentales de la familia se halla la eclesial, es decir, que ella esta puesta al servicio de la edificación del Reino de Dios en la historia, mediante la participación en la vida y e la misión de la Iglesia". "Es ante todo la Iglesia Madre la que engendra, la que educa, edifica la familia cristiana, poniendo en practica para con la misma la misión de salvación que recibió de su Señor… La Iglesia revela a la familia cristiana su verdadera identidad, lo que es y debe ser según el pan del Señor… La Iglesia anima y guía a la familia cristiana al servicio del amor, para que imite y reviva el mismo amor de donación y sacrificio que el Señor Jesús nutre a toda la humanidad".
"Por su parte la familia cristiana está insertada de tal forma en el misterio de la Iglesia que participa, a su manera, en la misión de salvación que es propia de la Iglesia… La familia cristiana se hace símbolo, testimonio y participación de la maternidad de la Iglesia".
7. La familia, santuario doméstico de la Iglesia.
Teniendo en cuenta que al principio de la cristiandad, los primeros cristianos querían santificar "toda su casa", es por esta razón que muchos padre de la Iglesia, decían que de nuestra casa hiciéramos una Iglesia, de la misma manera se debe hacer en la actualidad, y es por esto que "la familia cristiana está insertada en la Iglesia,…, en la cual está enraizada y de la que se alimenta, es vivificada continuamente por el Señor y llamada al dialogo con Dios".
"La Iglesia no es otra cosa que la familia de Dios". "Las familias creyentes tienen una importancia primordial en cuanto faros de una fe viva e irradiadora". Por eso la llaman la "Ecclesia domestica", que quiere decir Iglesia domestica.
"En virtud de su dignidad y misión, los padres cristianos tienen deber específico de educar a sus hijos en la plegaria, de introducirlos progresivamente al misterio de Dios y al coloquio con Él", es por eso que en "el seno de la familia, los padres han de ser para sus hijos los primeros anunciadores de la palabra y con su ejemplo, han de fomentar la vocación personal de cada uno y especialmente la que es a la vida consagrada".
"El hogar es así la primera escuela de la vida cristiana y <escuela del más rico humanismo>".
"Elemento fundamental e insustituible de la educación a la oración es el ejemplo concreto, el testimonio vivo de los padres,…, ellos calan profundamente en el corazón de sus hijos, dejando huellas que los posteriores acontecimientos de la vida no lograran borrar". "En la familia se aprende la paciencia y el gozo del trabajo, el amor fraterno, el perdón generoso, incluso reiterado, y sobre todo el culto divino a Dios por medio de la oración y la ofrenda de la propia vida", para así llegar a la perfección de la caridad, es decir a la <<Santidad>>. A parte de todo esto la familia es una comunidad de fe, esperanza y caridad, que posee en la Iglesia una importancia singular.
En esta monografía realizada, gracias a la colaboración y ayuda del Espíritu Santo; se ha expuesto principalmente razones de gran importancia como lo son los valores, las virtudes, y como ya se ha dicho, todo esto aplicado a la familia; pues es en ella donde se aprenden las buenas costumbres y se va adquiriendo el amor al prójimo y hacia Dios, para así lograr ser personas felices y llenas de gozo en el Señor.
Ahora bien, es de gran importancia para las familias de hoy día ir creciendo en los valores y virtudes fundamentales para la vida, pues de esta manera es que se logra la realización de la misma, y es por ello que los matrimonios tienen un papel importante en la educación de su hijos, dado que son ellos los que dan al niño o el joven la mayor parte de su educación.
Vayámonos a un matrimonio que el tenga carencia de todas estas cosas, ¿creen ustedes que en este matrimonio, los hijos serán personas felices, buenos cristianos y en un futuro los grandes dirigentes de este mundo? Principalmente no lo creo, pues carecen de algo que es fundamental en la vida de todo ser humano y por consiguiente serán personas que cuando tengan una familia no darán esta educación, entendiendo que nadie puede dar lo que no tiene y carece de ello.
Aquí es donde yo recomiendo encarecidamente que los padres tengan muy en cuenta que sus hijos no son cualquier cosa que se puede tener, ni mucho menos dárselos a otro para que se ocupe de educarlos, como ya he dicho los padres son el ejemplo vivo que los niños y jóvenes desean seguir y tener, por ello que los padres deben ser buenas y grandes personas en la vida del Señor para dar buen ejemplo a sus hijos y que estos sean personas felices.
Inútil siervo de Cristo; Seminarista Luis E. Rodríguez.
Autor:
Seminarista Luis E. Rodríguez
ARQUIDIÓCESIS DE VALENCIA
SEMINARIO MAYOR ARQUIDIOCESANO
NUESTRA SEÑORA DEL SOCORRO
Tutor: Pbro. Rudy Rajk
San Diego, 21 de junio de 2004