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Donde se habla de las vocaciones en general (página 2)

Enviado por Felix Larocca


Partes: 1, 2

 Los ovarios son dos órganos con forma de almendra, de 4 a 5 centímetros de diámetro, situados en la parte superior de la cavidad pélvica, en una depresión de la pared lateral del abdomen, sostenidos por varios ligamentos. En la región externa de cada ovario hay masas diminutas de células llamadas folículos primarios; cada uno de éstos contiene un huevo inmaduro. No menos de 20 folículos comienzan a desarrollarse al principio del ciclo ovárico de 28 días; sin embargo, por lo general sólo un folículo alcanza su desarrollo completo y los demás se degeneran. Alrededor de la mitad del ciclo, el folículo ovárico maduro de Graaf que contiene un óvulo (huevo) casi formado en su totalidad se alza de la superficie del ovario y libera el huevo, en el proceso conocido como ovulación. Después de ésta, las células foliculares se someten a un cambio estructural (luteinización) para formar el cuerpo lúteo. La principal función de los ovarios es pues la ovogénesis o desarrollo y desprendimiento de un óvulo o gameto femenino haploide. Además, los ovarios elaboran varias hormonas esteroides en diferentes estadios del ciclo menstrual: los estrógenos y la progesterona.

 Las glándulas mamarias dentro de las mamas son órganos reproductores accesorios que se especializan en producir leche después del embarazo. Las glándulas mamarias son glándulas especializadas sudoríparas. En el inicio de la pubertad, las hormonas ováricas estimulan el desarrollo de las glándulas mamarias y conductos lactíferos. Durante el embarazo, el desarrollo glandular y dúctil posterior se lleva a cabo bajo la influencia de la progesterona y estrógenos, respectivamente. Algunas otras hormonas son necesarias en la preparación de las glándulas mamarias para la producción de leche.

 APARATO REPRODUCTOR MASCULINO

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El aparato genital masculino está integrado por los testículos -gónadas con función exócrina y endocrina-, un sistema de vías espermáticas que evacua los espermatozoides (túbulos intratesticulares, conductos deferentes, conductos eyaculadores), las glándulas exocrinas anexas (próstata, vesículas seminales y glándulas bulbo uretrales) que facilitan la supervivencia de los espermatozoides y un órgano copulador o pene. Fisiológicamente, el sistema genital masculino sirve a la cópula o coito, la reproducción por tanto, la producción de hormonas, indirectamente, a la excreción de orina, pues comparte algunas estructuras anatómicas con el aparato urinario.

 Los órganos sexuales masculinos se forman durante la etapa prenatal bajo la influencia de la testosterona secretada por las gónadas (testículos). Durante la pubertad los órganos sexuales secundarios maduran y llegan a ser funcionales.

 El escroto es la parte de la piel que se ha adaptado para albergar los testículos, forma una bolsa de piel posterior al pene, los epidídimos y los cordones espermáticos. Está constituido por varias capas de tejidos superpuestas y vascularizadas, que contribuyen con la regulación de la temperatura local. Esto es un factor vital para que los espermatozoides se puedan diferenciar adecuadamente. La función principal del escroto es encerrar y proteger a los testículos.

 Los testículos son dos estructuras ovaladas que se hallan suspendidas dentro del escroto mediante los cordones espermáticos. Estos son las gónadas masculinas y producen los espermatozoides (espermatogénesis) y el líquido testicular; como función endocrina, liberan varias hormonas esteroides masculinas, como la testosterona. Cada testículo es un órgano ovalado blanquecino que mide alrededor de 4 cm. de longitud y 2.5 de diámetro. Dos capas de tejidos o túnicas, cubren a los testículos. La túnica vaginal externa es un saco delgado que se deriva del peritoneo durante el descenso prenatal de los testículos al escroto. La túnica albugínea es una membrana fibrosa resistente que cubre los testículos y que con sus prolongaciones internas los divide en 250 a 300 lobulillos en forma de cuñas. En esta túnica se encierra la sustancia testicular o estroma, responsable de las principales funciones. El tabique del escroto separa cada testículo en sus propios compartimientos. Los testículos producen espermatozoides andrógenos; estos últimos regulan la espermatogénesis y el desarrollo y funcionamiento de los órganos sexuales secundarios.

 El descenso de los testículos hacia el escroto comienza durante la semana 28 del desarrollo prenatal y normalmente se completa en la semana 29. Cuando durante el nacimiento uno o ambos testículos no se encuentran en el escroto, criptorquidia, el descenso podría inducirse con la administración de ciertas hormonas. En caso de falla de este procedimiento, es necesario realizar cirugía, por lo general antes de los cinco años de edad. El fracaso en la corrección de este trastorno puede dar lugar a la esterilidad, testículos con tumores o ambos.

 La estructura interna del testículo es comparable con el corte transversal de una naranja, ya que la túnica albugínea envía tabiques al interior del estroma, dividiéndole en 200 a 300 lobulillos de forma piramidal. Cada lobulillo contiene uno a cuatro túbulos seminíferos de curso tortuoso, estructuras recubiertas internamente por un epitelio seminífero del cual se diferencian los espermatozoides (espermatogénesis) a partir de las células proliferantes conocidas como espermátides. Entre las sinuosidades de los túbulos discurren vasos capilares y linfáticos y se hallan ciertas células secretoras conocidas como células intersticiales de Leydig, que se encargan de sintetizar la testosterona y otras hormonas esteroides masculinas.

 Las vías espermáticas se inician en el nivel del estroma de los testículos. Los túbulos rectos son la porción final de los túbulos seminíferos que no posee un epitelio con células espermatogénicas, originan un laberinto de conductos con células ciliadas que finaliza en 12 a 20 conductos llamados conductos deferentes. Éstos perforan la túnica albugínea y convergen para formar un conducto único, el epidídimo. Éste constituye la parte del conducto excretor del esperma que se localiza dentro del testículo y posee una delgada capa de músculo liso cuya contracción hace progresar los espermatozoides por el conducto. Se suele dividir las porciones del epidídimo en cabeza, cuerpo y cola, bastante enrollados entre sí y con una longitud de siete metros. Durante su paso por el epidídimo los espermatozoides maduran y sufren cambios en su membrana celular, además de que adquieren una movilidad muy amplia. En la cola se almacenan temporalmente los espermatozoides los cuales se ven proyectados hacia los siguientes elementos tubáricos, por fuertes contracciones del músculo liso, en la eyaculación. Este estímulo está gobernado por el sistema nervioso simpático. El conducto deferente es la prolongación del epidídimo que atraviesa la cavidad pélvica y termina en la próstata. Allí se une con el conducto excretor de la vesícula seminal y juntos forman el conducto eyaculador que desemboca en la uretra. El conducto de la eyaculación es corto, estrecho y está localizado dentro de la próstata. La uretra peniana es el segmento que comparte los aparatos reproductores masculinos y urinarios.

 El espermatozoide maduro, gameto masculino o célula de semen es una célula en forma de renacuajo microscópico, con alrededor de 60um de longitud, que consta de cabeza ovalada, un cuerpo cilíndrico y una cola alargada.

 La próstata es una glándula exocrina que rodea el cuello de la vejiga y la porción proximal de la uretra del hombre. Su funcionamiento está bajo el control de las hormonas sexuales masculinas. Produce un líquido incoloro rico en ácido cítrico, fosfatasa alcalina y fibrolisina, que constituyen un vehículo de transporte fluido para los espermatozoides y dan volumen al eyaculado; además es indispensable para la erección normal del pene. El tamaño de la próstata puede aumentar bastante después de los 50 años, produciendo compresión sobre la uretra y haciendo difícil el paso de la orina. Con frecuencia este crecimiento es de carácter cancerígeno, por lo cual debe ser removida por medios quirúrgicos (prostatectomía).

 Las vesículas seminales son dos estructuras tubulares situadas entre la vejiga urinaria y el recto. Se unen con los conductos eyaculadores mediante conductos que desembocan en la porción de la uretra que atraviesa la próstata. Funcionan como reservorio del semen y producen una secreción amarillenta y viscosa, rica en fructuosa, que sirve de vehículo para los espermatozoides. Su actividad está regulada por loa andrógenos.

 Las glándulas bulbo uretrales o de Cooper, son dos pequeños órganos secretorios que producen una secreción mucoide y transparente que lubrica el pene durante la excitación sexual pre-coito y apoya la eyaculación. Están situadas en la porción proximal del pene donde drenan mediante conductos la uretra.

 El pene tiene la doble función de albergar la uretra masculina y servir como órgano para la cópula. Está constituido por los cuerpos cavernosos situados dorso lateralmente, y por el cuerpo esponjoso que rodea la uretra y termina en una posición distal agrandada que es el glande. La piel que lo cubre es laxa lo que le confiere elasticidad, excepto en el glande, donde está firmemente adherida. La erección se produce por el acceso de la sangre a los espacios de los cuerpos cavernosos, desde capilares de la trabéculas y de arteriolas, que se abren directamente en las cavernas. El mecanismo de la erección obedece a un conjunto complejo de estímulos de orden psíquico-ambiental y nervioso-automático. El pene está inervado por los nervios raquídeos, simpáticos y parasimpáticos. Hay una gran cantidad de terminaciones sensoriales aferentes. La inervación motora llega hasta las trabéculas y los pequeños vasos sanguíneos. La doble inervación asegura el mantenimiento de la erección y la presentación de la eyaculación y el orgasmo

 FISIOLOGÍA REPRODUCTIVA DE LA MUJER

La mujer sexualmente madura, despliega su función reproductiva como consecuencia de la interacción de cuatro procesos concurrentes: al ciclo endometrial y la menstruación.

Durante los primeros años de su vida, los ovarios de las niñas mantienen una actividad mínima; los mayores cambios se relacionan con el crecimiento de la masa ovárica mediante mitosis. El inicio de la fase reproductiva fértil depende de la neutralización de un mecanismo de inhibición neurológico sobre el factor de liberación hipotalámico de gonadotropinas (GnRF) que no permite la liberación de las gonadotropinas FSH y LH en la niñez. No se conoce la naturaleza de los estímulos que levantan esta restricción en la adolescencia. Estímulos graduales del hipotálamo sobre la hipófisis dan lugar a la liberación de la hormona folículo estimulante (FSH) la cual pone en marcha al ovario. Las adolescentes entre los 9 y los 14 años, experimentan algunos eventos sucesivos de desarrollo del sistema reproductivo: la telarquía, que consiste en el desarrollo de las mamas, la pubarquía o la aparición de vello en las axilas y el pubis y, finalmente, la menarquia que trae la primera menstruación.

 Los primeros ciclos no muestran una ovulación consistente, de manera que no son fértiles. Posteriormente se regulariza la aparición de los ciclos menstruales cada 28 a 30 días. En los humanos, el ciclo que permite la liberación cíclica de un óvulo aproximadamente cada 28 días, se conoce como ciclo menstrual.

 Cada ciclo representa una serie de cambios que preparan a la mujer para que desarrolle una gestación con éxito; de no ocurrir la gestación estos cambios han de repetirse. La preparación para cada ciclo menstrual comienza en el hipotálamo -donde un grupo pequeño de neuronas detecta los niveles de estrógenos circulantes- y termina en un órgano efector, en este caso los ovarios. Entre los 45 y 55 años, los ovarios dejan de responder a las gonadotropinas, su función endocrina declina y los ciclos regulares desaparecen; en última instancia, el período de la menopausia o climaterio se debe al agotamiento de la reserva de folículos primordiales en los ovarios. Al no verse sometidos a la estimulación cíclica, los demás órganos reproductivos se atrofian.

 Ciclo ovárico

La ovulación es el proceso culminante de una serie de cambios que experimentan los gametos femeninos u óvulos dentro del ovario. Al nacer la niña cuenta en sus dos ovarios con aproximadamente medio millón de óvulos, dispuestos en estructuras denominadas folículos. En esta fase precoz se denominan folículos primordiales. En la pubertad los folículos se han reducido a aproximadamente 200,000; en la menopausia este número llega a unos 8,300.

 Durante la vida fértil de la mujer, sólo unos 400 folículos maduran lo suficiente para convertirse en folículos maduros, aptos para ser fecundados o folículos de De Graaf. El folículo de De Graaf es una estructura pluricelular de unos 10 milímetros que encierra un óvulo. Se caracteriza por tener una cavidad central o antro llena de líquido y una capa granulosa formada por varias hileras de células esféricas o cúbicas que hace contacto con la célula germinal se denomina corona radiada. La zona refringente que se observa entre la corona y la célula germinal se denomina membrana pelúcida.

 Por acción de las gonadotropinas, se induce la maduración simultánea de varios folículos, los cuales crecen y se desarrollan, aunque sólo uno alcanza el estado de folículo de De Graaf (eventualmente pueden madurar dos). Allí, el óvulo se encuentra rodeado por un líquido que contiene estradiol, hormona esteroide que prepara anticipadamente al útero para acoger un óvulo fertilizado. El proceso de maduración tarda en promedio 14 días, al cabo de los cuales el folículo maduro se rompe dejando en libertad al óvulo. El folículo roto remanente se transforma en una estructura como cuerpo lúteo. El ciclo ovárico se repite durante la vida reproductiva de la mujer con una periodicidad de 28 días. La maduración de los óvulos u ovogénesis implica una primera división meiótica de carácter reduccionista (cada célula hija queda con una dotación cromosómica haploide, es decir, con sólo la mitad de los cromosomas) que ocurre solamente hasta la emergencia del folículo maduro sobre la superficie ovárico.

 La ovulación

La ovulación se refiere a la ruptura del folículo de De Graaf, con la consecuente liberación del óvulo. Este evento se conoce también por el nombre de dehiscencia. Tiene lugar hacia la mitad del ciclo ovárico (día 14). Los estrógenos producidos por el folículo durante su maduración, inducen indirectamente la producción de la hormona leutinizante (LH) por parte de la adenohipófisis. La ovulación ocurre cuando las hormonas LH y FSH llegan a su mayor nivel de concentración en la sangre, condición conocida como pico ovulatorio. El óvulo expulsado sale rodeado por células de la capa del tejido folicular. Morfológicamente, el huevo liberado aparece como una célula rica en citoplasma con un núcleo central esférico.

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Después de la ovulación, el folículo de De Graaf se colapsa y se inicia la formación de una glándula endocrina conocida como cuerpo lúteo o amarillo, que produce -por estimulación de la FSH y la LH-, una hormona llamada progesterona. Ésta ayuda a mantener la gestación en caso de que tenga éxito la implantación del embrión. En las mujeres el comportamiento habitual sufre modificaciones destinadas a mantener condiciones adecuadas de gestación. La progesterona también induce cambios en el útero. El cuerpo lúteo sigue en proceso de evolución que dura en promedio 14 días, momento en que alcanza un estado de madurez. Si el óvulo ha sido fecundado en las trompas de Falopio, y hay un embarazo en progreso, el cuerpo lúteo prolonga su actividad, adopta el nombre de cuerpo lúteo grávido y mantiene la síntesis de progesterona hasta el final del embarazo. En caso contrario, el miometrio recibirá un óvulo en proceso de degeneración, lo cual induce la liberación de la prostaglandina en la teca del ovario; así se destruye el cuerpo lúteo y cesa la producción de progesterona. Su desaparición afecta el funcionamiento del útero e incide en el hipotálamo, cuyas neuronas reconocerán que no se dio una gestación y comenzarán un nuevo ciclo menstrual.

 Ciclo endometrial

La mayoría de los cambios que se suscitan por acción de la progesterona, actúan sobre la capa más interna del útero conocida como endometrio. Este epitelio crece, se llena de vasos sanguíneos y produce sustancias nutritivas que suministran un ambiente propicio para el desarrollo del embrión en la gestación. La mucosa que recubre la cavidad uterina o endometrio, sufre cambios cíclicos relacionados con el ciclo ovárico. Durante el crecimiento del óvulo el útero entra en una fase inicial o proliferativa en la que se desarrolla el tejido y aumenta su vascularización; esta fase alcanza su máxima actividad en la ovulación. El endometrio permanece en la condición anterior hasta el final del desarrollo del cuerpo lúteo, en una fase que se denomina secretora, porque se secretan nutrientes destinados al embrión. Si hay fecundación, éste se implanta en el endometrio, el cual sirve de sustrato para el desarrollo del feto. Si no hay embarazo, el endometrio entra en una tercera fase denominada hemorrágica, durante la cual el endometrio se desprende parcialmente, dando origen a la menstruación. El ciclo endometrial transcurre paralelamente al ciclo ovárico y, por lo tanto tiene la misma duración promedio de 28 días.

 Menstruación

La hemorragia producida como consecuencia de la desintegración y descamación de la capa funcional del endometrio, cuando no hay embarazo, se denomina menstruación. Su evacuación hacia el exterior lo hace el útero a través del cérvix y la vagina. Tras la menstruación, la capa basal del endometrio queda intacta, lo que le permite sustentar la regeneración de la mucosa endometrial. Durante la menstruación desciende radicalmente la producción de estrógenos y de progesterona.

 FISIOLOGÍA REPRODUCTIVA DEL HOMBRE

El funcionamiento del aparato reproductor masculino se inicia con la aparición en la adolescencia de los caracteres sexuales secundarios típicos del hombre; estos anuncian la activación definitiva de los procesos de formación de espermatozoides y la secreción endocrina de los andrógenos, especialmente de la testosterona, por los testículos. La activación mencionada se debe al estímulo ejercido por la gonadotropinas de la pituitaria anterior que inducen la maduración del tejido testicular, por ponerlo en condiciones de aportar espermatozoides fértiles.

 Caracteres sexuales masculinos secundarios

Hay cambios notables en la configuración del cuerpo y en la conducta de aquellos niños que han ingresado en su adolescencia. Los chicos se tornan más agresivos y dispuestos hacia la acción, y su interés por el sexo femenino se desarrolla. El pene crece en longitud y grosor y el escroto se pigmenta y se vuelve rugoso. Todas las glándulas anexas aumentan su tamaño y empiezan a secretar; los testículos se tornan muy activos: las células de Leydig liberan de manera creciente testosterona, hormona que mantiene la permanencia de los caracteres sexuales secundarios, fomenta la espermatogénesis y hace crecer el cuerpo del muchacho. Los hombros y el tórax se ensanchan pues la musculatura aumenta. La voz se engruesa y adquiere un timbre más grave porque la laringe se agranda y las cuerdas locales aumentan en longitud y grosor. Aparece la barba y el vello púbico en las axilas, tórax, y alrededor del ano y la línea que delimita la cara del cabello retrocede antero lateralmente descubriendo más la frente.

 Semen y eyaculación

El semen es el líquido expulsado durante el orgasmo masculino, es una mezcla de espermatozoides y secreciones diversas, provenientes de glándulas anexas. El volumen del semen fluctúa entre2.5 y 6 centímetros cúbicos en la eyaculación después de unos días de abstinencia sexual. El 95% de este volumen lo aportan las glándulas anexas, la densidad de los espermatozoides es de unos 100 millones por centímetro cúbico y el recuento fluctúa entre 20 a 250 millones. Los hombres que sus cuentas son menores de 40 millones se consideran estériles.

 

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 La eyaculación es consecuencia del establecimiento de un arco reflejo, cuyo resultado es el movimiento desde el epidídimo hasta la uretra y su propulsión hacia el exterior. Las neuronas sensoriales aferentes provienen del glande y penetran a la médula espinal por los nervios pudendos.

 Unos pocos cientos de espermatozoides logran llegar a la trompa uterina, si ha concurrido y hay un óvulo viable sólo un espermatozoide penetrará la membrana celular del óvulo para fertilizarlo.

 La erección

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Durante el coito el pene debe permanecer turgente para facilitar la transferencia apropiada de los espermatozoides al canal cervical de la mujer, aproximándolos a su objetivo. La erección se inicia con la dilatación de las arteriolas del pene, lo que lleva a los espacios o cavernas del cuerpo carnoso el aumento de volumen, bloquea las venas e impide el retorno de la sangre, prolongando la rigidez. Hay dos clases de estímulos complementarios que dan lugar a una erección: por un lado los estímulos eróticos psíquicos se integran en la corteza cerebral con recuerdos previos y patrones instintivos para emitir una respuesta que desciende por haces de la médula hasta los segmentos lumbares. Allí también incurren los impulsos aferentes preganglionares que proceden de los órganos genitales que viajan por los nervios pélvicos erectos e inducen la vasodilatación de las arteriolas.

 Funciones endocrina de los testículos

La testosterona, principal esteroide sexual masculino la sintetizan grupos de células ubicadas en el estroma testicular que se denominan células Leydig que es una hormona que promueve la espermatogénesis y tiene el efecto de facilitar la deposición de calcio en los huesos y la formación de los músculos, por lo tanto tiene un efecto anabólico. Su secreción está regulada por el eje hipotálamo-hipófisis-testículo de la siguiente manera. El hipotálamo segrega el factor de liberación para las gonadotropinas GRF el cual estimula la adenohipófisis para que libere la hormona luteinizante LH. Además la prolactina y la hormona folículo estimulante FSH. Las células intersticiales de Leydig se ven estimuladas por la ICSH en menor grano por la prolactina, para secretar los andrógenos especialmente de la testosterona.

 También produce la proteína ligadora de andrógenos que actúa en los túbulos seminíferos ligándose a la testosterona para mantener la concentración adecuada del andrógeno que permita la espermatogénesis.

 EL EMBARAZO

Luego de la fertilización, el cigoto sufre una mitosis durante su descenso de casi tres días desde la trompa hasta la cavidad uterina. El blastocisto en desarrollo permanece ahí durante otros tres días antes de su implantación en el endometrio.

 Un embarazo ectópico ocurre cuando el blastocisto se implanta en un lugar distinto de la cavidad uterina, el sitio ectópico es la trompa uterina; entones se puede denominar embarazo tubular. Otros sitios ectópicos son el cuello uterino, y los revestimientos de las vísceras abdominales. El embarazo ectópico constituye un riesgo grave para la salud de la mejor y cuando no ocurre un aborto natural normalmente se realiza un aborto terapéutico.

 El trabajo de parto y el parto constituyen la culminación de la gestación este trabajo incluye una secuencia de acontecimientos físicos y psicológicos. Su inicio está marcado por contracciones rítmicas y forzadas del miometrio uterino. En el trabajo de parto verdadero los dolores por contracciones uterinos se presentan en intervalos regulares y se intensifican y acortan en tiempo entre cada contracción. Esto se acompaña de la dilatación cervical así como de exudado de moco con sangre por el canal cervical y fuera de la vagina.

 En las glándulas mamarias la prolactina se inhibe durante el embarazo por las concentraciones altas de progesterona y estrógenos, sin embargo después del parto los estrógenos y la progesterona disminuyen y se desbloquea la secreción de prolactina, estimulando la producción de leche. Amamantar estimula el pezón y la areola enviando un impulso sensorial a través de la médula espinal al hipotálamo, lo cual libera oxitocina; ésta, a su vez, estimula la contracción de las células mioepiteliales, lo cual causa la expulsión o descenso de leche.

En resumen

En esta lección presentamos a nuestros lectores un vademécum de información de mucha importancia práctica. Con la que nos retiramos de nuestra posición de Director de la UD, la que fundáramos hace cuatro años. 

Bibliografía

Suministrada por solicitud.

 

 

Autor:

Dr. Félix E. F. Larocca

 

Partes: 1, 2
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