Resumen
Se realizó un estudio analítico sobre la evaluación del aprendizaje como parte integradora de cada uno de los componentes del proceso enseñanza aprendizaje en el núcleo docente del paralelo Cotopaxi durante el año 2015 para lo cual se seleccionaron las variables interrelación de la evaluación con los objetivos, el contenido, formas organizativas, métodos y medios de enseñanza, analizando las funciones de la evaluación, obteniendo como conclusiones que la evaluación forma parte indisoluble del proceso de enseñanza-aprendizaje como sistema, que parte de los objetivos educacionales como categoría rectora, se interrelacionó dialécticamente con cada uno de los componentes del proceso docente, por lo que su análisis aislado carece de valor y nos permitió valorar la eficiencia real del proceso docente educativo, convirtiéndose en el instrumento eficaz para garantizar su continuo perfeccionamiento, teniendo como funciones la de retroalimentación, instructiva, educativa, de comprobación y de control.
La Pedagogía es una ciencia y como tal tiene su especificidad y su correspondiente objeto de estudio que es la educación como un proceso conscientemente organizado y dirigido. Estudia, entre otras, las leyes de la dirección del proceso pedagógico, determina los fundamentos del contenido y de los métodos de la educación, la instrucción y la enseñanza. Por educación se entiende el conjunto de influencias que ejerce toda la sociedad en el individuo. La enseñanza constituye el proceso de organización de la actividad cognoscitiva e incluye tanto la actividad del estudiante (aprender) como la del profesor (enseñar).
Como instrucción expresamos el resultado de la asimilación de conocimientos, hábitos y habilidades, así como el nivel de desarrollo del intelecto y de las capacidades creadoras del hombre La verificación de la competencia clínica del estudiante y su aptitud científica y moral para prestar servicios a la sociedad, asumiendo sus responsabilidades sin supervisión ni control oficial es una necesidad de vital importancia en todas las facultades y escuelas de Medicina.
En el sistema de educación médica superior cubano, la evaluación del aprendizaje implica el control y la valoración de los conocimientos, habilidades y hábitos, así como de los modos de actuación que los estudiantes van adquiriendo a través del proceso docente educativo, de acuerdo con los objetivos de cada asignatura, estancia o rotación en particular y del plan de estudio en general. Se denomina evaluación al juicio con que culmina el análisis del logro de los objetivos. Este juicio o evaluación se expresa en una calificación que lo define.
La eficiencia del proceso docente educativo se expresa en graduados capaces de cumplir con la máxima calidad, el encargo que le plantea la sociedad. Por ello es imprescindible que a lo largo de toda la carrera comprobemos en qué medida estamos preparando al estudiante para enfrentarse exitosamente su responsabilidad social y si su aprendizaje se corresponde con los objetivos de cada asignatura, disciplina, año de estudio y la carrera en general.
En los análisis que se efectúan al nivel de los colectivos de las asignaturas y disciplinas, generalmente no se incluyen qué preguntas deben responder los estudiantes; qué problemas han de ser capaces de resolver, cuántos y cómo; qué criterios e índices nos pueden mostrar, y en qué grado; ni tampoco el logro de los objetivos propuestos para cada actividad docente, tema impartido y para la asignatura en general. En la práctica todo esto se traduce en preguntas improvisadas que no están acordes con los objetivos a evaluar; ejercicios y problemas que no se corresponden con los niveles de asimilación propuestos, ni se relacionan con el tipo de control empleado; en la aceptación de respuestas incompletas y en diferencias de criterios entre los profesores al calificar los instrumentos evaluativos, todo lo cual crea desconfianza entre los estudiantes sobre sus resultados.
Toda esta situación real y cotidiana nos demuestra que tanto el personal docente, como los estudiantes en el núcleo docente del paralelo Cotopaxi de la universidad técnica de Ambato en Ecuador , no valoran ni comprenden en toda su magnitud la importancia, el papel y las funciones de la evaluación del aprendizaje dentro del proceso docente educativo en general y su interrelación con cada uno de los componentes del proceso enseñanza aprendizaje en particular, lo que nos motivó a realizar este trabajo de revisión Bibliográfica.
OBJETIVO:
Analizar la interrelación de la evaluación como integradora de los componentes del proceso enseñanza aprendizaje, teniendo en cuenta sus funciones en el núcleo docente del paralelo Cotopaxi Universidad Técnica de Ambato Ecuador durante el año 2014-2015
La evaluación del aprendizaje es una parte esencial del proceso de enseñanza-aprendizaje que nos posibilita su propia dirección, así como el control y la valoración de los modos de actuación que los estudiantes adquieren a través del desarrollo del proceso docente. La evaluación está determinada por los objetivos, pero sin lugar dudas su efectividad va a depender en gran medida, del número, la frecuencia y la calidad de los controles que se apliquen, así como de la correcta y uniforme calificación que se realice de los resultados. Su carácter de continuidad, permite la constante comprobación de los resultados y poder valorar su tendencia, que posibilita conformar un criterio dinámico sobre el aprovechamiento del estudiante.
Se denomina control a todos los medios y procedimientos que se utilizan para tomar muestras de los resultados del proceso docente, cuyo análisis permite hacer un juicio sobre el grado y calidad con que se logran los objetivos propuestos. El requisito de controlar es una necesidad que obedece no sólo a la teoría general de la dirección como ciencia, sino que también se deriva de la teoría psicológica de la asimilación de los conocimientos. Las calificaciones son formas convencionales establecidas que expresan en categorías el resultado de la evaluación, lo que permite ordenar o clasificar el rendimiento de los estudiantes. Para expresar las diferentes categorías se utilizan escalas, las cuales pueden ser simbólicas o numéricas. Existen diversos criterios acerca de estas escalas y lo cierto es que ambas tienen sus ventajas y desventajas. Lo esencial radica en que la calificación sea objetiva, que exprese una correcta correspondencia con la calidad de la asimilación y por lo tanto, la necesidad de establecer criterios unitarios, que disminuyan la influencia del factor subjetivo, y que frente a una actuación determinada, con iguales resultados, el grupo de profesores otorguen iguales calificaciones.
Por lo tanto, la evaluación así considerada se integra e interrelaciona con cada uno de los componentes del proceso de enseñanza-aprendizaje. Parte del sistema de objetivos establecidos en el Programa de la Disciplina o de la Asignatura, según el tipo de control, y que constituye la fuente de las normas de valor del proceso evaluativo. En la medida en que se logre el cumplimiento de los objetivos propuestos, la evaluación constituirá a la vez un elemento de retroalimentación y de dirección continua del proceso docente.
Los objetivos determinan los contenidos: sistema de conocimientos y sistema de habilidades que se concretan en determinados modos de actuación, los que se enseñan a los estudiantes mediante las diversas actividades docentes; al aplicar y desarrollar determinados métodos de enseñanza y auxiliados con el empleo de los diferentes medios de enseñanza. Todo ello conduce por tanto al establecimiento para cada nivel: carrera, disciplina, semestre y asignatura de un sistema de evaluación bien planificado, estructurado e interrelacionado, en cuya determinación participan activamente la facultad, los comités verticales y horizontales, los departamentos docentes y los colectivos de asignaturas (o disciplinas).
A nivel mundial las funciones de la evaluación del aprendizaje ocupan un lugar importante en la literatura pedagógica y aunque en los diferentes trabajos revisados no se estructuran las mismas funciones, las ideas que expresan los diferentes autores son similares, lo que nos posibilita reagruparlas de forma sencilla y didáctica. Así tenemos que la evaluación del aprendizaje cumple las siguientes funciones: retroalimentación, instructiva, comprobación y control, y educativa.
Función de retroalimentación
Está directamente vinculada con la dirección del aprendizaje. En diferentes momentos del proceso docente (muestras, controles) establecemos cómo se encuentra el aprendizaje de los estudiantes (conocimientos, habilidades, hábitos y modos de actuación) en correspondencia con los objetivos establecidos en la asignatura, semestre, año académico, ciclo y esta información retroalimenta al profesor, le señala como está el proceso de asimilación del contenido de la enseñanza. En dependencia de los resultados alcanzados, el profesor determinará las correcciones que es necesario introducir en la estrategia docente (contenido, métodos, ritmos, consultas, etcétera) para acercar cada vez más los resultados a las exigencias de los objetivos.
Por otra parte, el estudiante también recibe información que lo retroalimenta, acerca de su propio progreso en las transformaciones que él debe haber logrado en el sistema de conocimientos, de habilidades y en sus modos de actuación, le propicia el desarrollo de su autoevaluación y lo orienta hacia donde tiene que dirigir sus esfuerzos en el trabajo independiente y el auto estudio. Algunos autores designan esta función de retroalimentación, como de diagnóstico y desarrollo del proceso de enseñanza-aprendizaje.
Función instructiva
La evaluación continua contribuye a incrementar, sistematizar, profundizar y generalizar los conocimientos y las habilidades, o sea, la actividad cognoscitiva de los estudiantes; propicia el trabajo independiente y el auto estudio, con lo cual crea las condiciones para la consolidación de los modos de actuación y hacer más efectivo el proceso del aprendizaje. Algunos autores la denominan función lógico-cognoscitiva.
Función de comprobación y control
La evaluación nos informa sobre el grado en que se cumplen los objetivos de la enseñanza (educativos e instructivos), o sea, nos permite controlar el estado del proceso docente y la efectividad y calidad de la enseñanza y del aprendizaje. Por tanto, la evaluación nos posibilita verificar si los estudiantes han adquirido el nivel de preparación requerido conforme con los objetivos establecidos y a su vez valorar la calidad de los planes y programas de estudio, así como de la estrategia empleada, lo que nos asegura el continuo perfeccionamiento del proceso docente educativo.
Función educativa
La evaluación correctamente organizada y aplicada, donde los estudiantes demuestran los resultados de su esfuerzo ante el profesor y su grupo de estudio, contribuye a que incremente su responsabilidad en el aprendizaje, se plantee mayores exigencias y constituya un motor impulsor, consciente y voluntario en el aumento de la calidad del auto estudio y del trabajo independiente; todas sus acciones las convierte de un deber en un placer.
Los estudiantes deben hacer en cada control una "rendición de cuentas" de las responsabilidades que su condición de estudiante les crea ante la sociedad, lo cual determina que se autoanalice en el cumplimiento de sus normas de conducta.
Como podemos apreciar, estas funciones de la evaluación del aprendizaje se relacionan e interactúan dialécticamente entre sí. Su dominio y aplicación práctica nos posibilitará la eliminación de las dificultades y deficiencias que aún subsisten en este componente esencial del proceso de enseñanza-aprendizaje.
La correcta aplicación del sistema de evaluación del aprendizaje, que tiene un carácter cualitativo e integrador, se basa en un conjunto de condiciones que constituyen las premisas básicas que debe satisfacer, las cuales se encuentran estrechamente relacionadas entre sí y cuya inobservancia impide se cumplan efectivamente sus funciones. Con fines didácticos exclusivamente las estructuramos en principios y exigencias.
Los principios de la evaluación son: la objetividad, la sistematización y continuidad, así como su carácter sistémico. Las exigencias que debe satisfacer son las de la validez y la confiabilidad.
Para que una evaluación sea objetiva es imprescindible, que partiendo de los objetivos definidos, determine el dominio del contenido de la enseñanza y las cualidades que lo caracterizan, de acuerdo con el nivel de profundidad precisado y su correspondencia con el nivel de asimilación exigido y que a su vez esta valoración se realice mediante la forma y tipo de evaluación que asegure la validez del control.
La sistematización y continuidad de la evaluación está dada porque el número de muestras (controles) del universo de las actividades docentes que realice el estudiante y la regularidad con que se efectúen, posibilite la generalización del criterio del nivel de aprendizaje alcanzado. En este sentido es necesario puntualizar que el aprovechamiento del estudiante siempre hay que caracterizarlo con un criterio dinámico, evolutivo, activo, de su tendencia.
Su carácter sistémico está dado en la necesidad de concebirlo como un componente del proceso de enseñanza-aprendizaje y en estrecha interrelación e interdependencia con los restantes componentes del mismo: objetivo, contenido, método, formas y medios de enseñanza, así como en el papel activo que tienen que desarrollar tanto el profesor como el estudiante para su efectividad.
La validez, en su acepción básica, es la correspondencia entre lo que se pretende verificar por el instrumento, procedimiento o método y lo que realmente se mide o evalúa, y ello abarca tanto a las exigencias propias del control como a la determinación de los índices valorativos que permiten la calificación.
En la medida en que las actividades de la evaluación y el diseño del instrumento se aproximan a la realidad, o sea, están dirigidas a valorar o medir la aplicación social e independiente del sistema de conocimientos, hábitos, habilidades y modos de actuación por el estudiante, mayor será la validez de dicho control. Mientras más teórico, reproductivo y alejado de la práctica esté un control mucho menor será su validez.
Se delimitan, esencialmente, 2 tipos de validez de contenido o conceptual y funcional. La validez de contenido está en correspondencia con que los conocimientos y las habilidades (tanto cualitativa como cuantitativamente) que evalúan o miden el instrumento de control sean lo suficiente para definir el grado de aprovechamiento del estudiante, sobre la base de los objetivos propuestos. La validez funcional está en correspondencia con la selección del tipo de actividad (acciones, tareas, problemas) que debemos controlar en el estudiante, para evaluar sus modos de actuación de acuerdo con los objetivos propuestos. Ambos tipos de validez se interrelacionan y complementan.
La confiabilidad es la estabilidad en los resultados de un control, ya sea al repetirlo, o al ser calificado por distintos profesores. Significa que hay constancia en los resultados obtenidos y que, por tanto, es representativo del grado de aprovechamiento alcanzado por el estudiante en el tipo de control realizado.
La validez y la confiabilidad están estrechamente relacionadas. Un control que cumpla con las exigencias de la validez, tiene un alto grado de probabilidad de ser confiable. Es por ello que en primer orden hay que garantizar la validez de todo instrumento evaluativo, complementando en segundo orden su confiabilidad. En capítulos posteriores ampliaremos sobre todos estos elementos.
La evaluación que forma parte indisoluble del proceso de enseñanza-aprendizaje como sistema, que parte de los objetivos educacionales como categoría rectora, se interrelacionó dialécticamente con cada uno de los componentes del proceso docente, por lo que su análisis aislado carece de valor y nos permitió valorar la eficiencia real del proceso docente educativo, convirtiéndose en el instrumento eficaz para garantizar su continuo perfeccionamiento. Las funciones de la evaluación identificadas fueron de retroalimentación, instructiva, educativa, de comprobación y de control
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Autor:
* Dr. Idalberto Creagh Bandera
Especialista Ier grado en MGI. Master en Longevidad Satisfactoria .Prof. Asistente
** Dra. . Yanet del Carmen Pérez Ferreiro
Especialista Ier grado en MGI. Master en enfermedades Infecciosas Prof. Asistente
Universidad Técnica de Ambato Postgrado de Medicina Familiar.Ecuador
Revisión Bibliográfica