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Culto a la bipolaridad existencial del ser humano de hoy. Y tú dónde estás?

Enviado por eloren57


    1. Era del protozoo
    2. Era prehistórica
    3. La era de los grandes imperios

    ERA DEL PROTOZOO

     Desde el último ladrillo fundamental de la materia, llamado quark top, hasta los intentos por desentrañar los misterios del AD36, como el adenovirus que causa la obesidad, el mundo se debate por las vías paralelas de la salud y la enfermedad, la vida y la muerte, la creación y la destrucción.

     A través del tiempo histórico la humanidad intenta dar una imagen de crecimiento, prosperidad, felicidad y júbilo. Desde que la teoría Darwiniana catapultó al hombres desde el protozoo marino, hemos visto cómo nacen y mueren aplastadas naciones enteras, pueblos completos llevados al patíbulo.

     No hay problema más importante que la educación y es justamente un problema irresoluto por no ser un desafío con oportunidad. 

    Evolución humana y educación, dos elementos inseparables por toda la vida.  Así lo ratifica la Carta Magna emanada de los organismos internacionales.

    El concepto de dignidad del hombre es el fundamento de todos los derechos y el pretexto histórico de todos los atropellos. 

    El Ser-Protozoo, como especie primigenia de esta constelación, pudo gozar de libertad, equidad y participación dentro de su propio medio acuoso. 

    Es posible afirmar especulativamente sobre la felicidad circunstancial de este Ser-Protozoo. Los mares, ardiente lava de química y fuego, no hacían más que preparar la solidificación del magma derramada por la cadena de volcanes

    La ataxia telangiectasia, mal hereditario que predispone a padecer de cáncer de mamas, todavía distaba demasiado por aparecer. El protozoo estaba libre de amenaza, sus días de la reciente creación gozaban de gran salud, felicidad y libertad. Mientras que el helio primordial creado en los dos primeros minutos del Big Bang se expandía por el universo, el protozoo era capaz de convivir junto a sus pares con la libertad de crecer dentro sus posibilidades y, una vez concluido su ciclo, morir o ser engullido por otras especie microscópica. El protozoo frente a su libertad hace lo que debe hacer:  

           Crece,

           se desarrolla,

           tiende a la evolución psicométrica.

     El protozoo crece por sus propias condiciones bioexistenciales, con o sin espíritu, con o sin alma, tiene un crecimiento pertinente de cara a las expectativas de crecimiento vital y social. 

    El protozoo se desarrolla en la medida de parámetros bioexistenciales y evolucionistas que lo enmarcan dentro de un cuadro de virtudes gregarias y desaciertos socioorgánico-molecular. 

    El protozoo tiende a su evolución psicométrica en relación a sus pares y a su entorno. 

    Crecimiento, desarrollo y evolución hasta el punto de desconocer en qué momento del enfriamiento terrestre apareció y se multiplicó el protozoo o la especie microorgánica como cadena continua de la especie humana. 

    El resto de los componente típicamente del Homosapiens, han permanecidos mas o menos inalterables, toda vez que retrocedimos a la era de las cavernas y, hoy la misma actitud y más terrible aún, se hace presente en la contaminación de las aguas, del aire, de las ciudades, etc. 

    El motor que se para tiene sus días contados; es por eso que hoy, todos tenemos un motor medio detenido, por ende los días de la humanidad parecen finiquitarse también. 

    Pensamos que el protozoo es libre aunque no cuestione su condición de vida. Tampoco conocemos si existía la posibilidad de encarnar un razonamiento típico de conocimiento, autoconocimiento o metacognición de la realidad social del protozoo. 

    La libertad del protozoo es intrínseca a él y no existe argumento alguno para eliminar esta libertad Bigbangiana de su propia existencia y de su propio desarrollo evolutivo junto a su misma especie.

    Lejos estaba el invento de la bomba de hidrógeno, la rueda o el DDT que bloquea los receptores de los andrógenos, causante del cáncer testicular.

    Se cree en la plena libertad del protozoo aunque exista la sospecha fundada de describirlo sólo como a un ser mínimo, nutriente del caldo de cultivo terrestre.

    Sin duda que la libertad tenía la supeditación contractual de los medios y factores ambientales: clima, temperatura, movimiento del caldo vital, perfilaban un cuadro atípico de la evolución de la especie humana.

     Todavía el período Triásico se encontraba lejano y las bacterias prehistóricas del ámbar de 40 millones dormida en el estomago de una abeja, no interrumpía la placentera vida del protozoo.

    Se desconoce la organización social de los protozoos, o si tenían alguna estructura sociobiológica; era posible presupuestar algún tipo de organigrama existente entre la familia de protozoos y especies afines.

    Especulamos la libertad de ellos, así como el ejercicio de la plena equidad entre sus pares. Equidad para decidir el rumbo que tomar, equidad biológica en la nutrición diaria.

    Equidad en la participación lúdica en medio del sulfuroso mar de algas.

    Incluso el adolecer de la bacteria helicobacter pylori que produce úlcera, era garantía de buena salud. En definitiva, la equidad en la vida del protozoo, conlleva el acercamiento propio de la libertad existencial de este ser vivo.

    Con equidad, se conquista la libertad sociocultural de cualquier ser vivo. Lo que pasa es que no tenemos seguridad de este éxito rotundo, pero queremos suponer vivencialmente que el protozoo era feliz con equidad.

    La participación en el marco del caldo de cultivo vital, es la culminación de vida de nuestro ser que vive, crece, se nutre, desarrolla y muere después de haber jugado un importante papel dentro del contexto bigbangiano del sistema solar.

    La equidad del Ser-protozoo se caracteriza por su organización sociobiológica que produce el acercamiento preciso entre pares e incluso, entre especies microorgánicas muy disímiles.

    Con la práctica de esta equidad biológica sin duda que se ha encontrado la llama perfecta como la exergia, energía térmica capaz de reconvertirse en trabajo.

    La equidad en esa época constituía la oportunidad igualitaria entre las amebas y los protozoos.

    La participación en el tiempo de los protozoos, se vislumbraba como la organización biológica que podían ejercer todos los miembros del caldo de cultivo. La civilidad formaba parte del mecanismo político de cada integrante de la sociedad organizada de protozoos.

    Definimos entonces tres elementos en la vida del protozoo: libertad, equidad y participación: Libertad para ser, crecer y desaparecer. Equidad en la emancipación del concepto de Ser-protozoo y poder entrar a la idea de fábrica flexible adaptables a los cambiantes mercados.

    Participación en la producción de material polivalente que rompen, de algún modo la tradición del taylorismo y el fordismo, basado en la producción en serie para los mercados masivos.

    Nunca la sociedad de los protozoos sufrieron la xenofia del primer mundo en contra del tercer y el cuarto mundo.

    Hoy en cambio vivimos el aumento palpable de la desigualdad social, el 25% de la población concentra el 63% de la riqueza, mientras que el 20% más pobre sólo recibe el 4.5% (Tedesco en Pérez Serrano: 23).

    La era del Ser-protozoo es, en la perspectiva ensayística del autor, una época de absoluta convivencia entre pares y cercanos. Es la etapa perfecta de convivencia entre distintas especies, constituye la imagen ideal de una sociedad horizontal con dádivas, frutos generosos y leyes para fomentar el intercambio universal de creatividad.

    Por tanto así como el mundo es sólo un testimonio de nuestro estado mental, modificarlo, equivale cambiar el pensamiento, intentamos visualizar el mundo protozoico y el actual.

     ERA PREHISTÓRICA

    De un salto entre millones de años, observamos nuestro propio mundo distinto, cambiado, gastado prematuramente. La proyección es la base de la percepción, El mundo que se vivió es lo que se puso en él.

    El testimonio del estado mental en la era prehistórica daba la imagen de un cuadro pintado en serigrafía. Clanes y comunidades perfectamente cohesionadas pervivían para cazar, comer, subsistir, procrear y sucumbir al más fuerte.

    La imagen siempre fue de mayor equilibrio: el trabajo gregario compartido tanto en mujeres como para hombres evitaba la exclusión y la ruptura.

    Aún con un patriarca a la cabeza del clan la familia se constituía en torno al calor de la choza. Cuando no se había descubierto el fuego, los hombres y mujeres permanecía entrelazados unos a otros.

    Al momento de descubrir la chispa de fuego, los hombres y mujeres se percataron que el calor ahuyentaba a las bestias y servia para sancochar el alimento.

    La era prehistórica daba su señal en medio de la jungla y los accidentes topográficos, el hombre de las cavernas adoleciendo de biotecnología hacía su trabajo con humanidad y dedicación.

     LA ERA DE LOS GRANDES IMPERIOS

     Comienza aquí la historia del boato, la riqueza y la dominación por la fuerza de los débiles. Milenariamente anteceden los Imperios orientales, China y Japón, que no se rendirían hasta la llegada de los tiempos modernos. Incluso así, China y, específicamente su capital Peiping, hasta hace poco, era la ciudad prohibida para el mundo occidental.

     Japón por su parte, como invencible guerrero nunca cejó en sus luchas transoceánicas. Peleó y se inmoló en la segunda guerra mundial, sin poder hacer nada frente al poderío de bomba  atómica-

     Mientras que en occidente, específicamente durante la Edad media, los feudos con sus señores arrasaban con en miseria del pueblo, envileciendo aún más sus condiciones de vida.

     La peste negra y bubónica ayudaba con el negrerismo y el verdugueo de la gente. Cada vez que los señores feudales se enriquecían más y más, así también, cada vez el pueblo se empobrecía estrepitosamente.

     Transcurren los siglos y el expansionismo europeo mira allende el Atlántico  para descubrir nuevas ínsulas y tierras vírgenes. 1492, Cristóbal Colón descubre la rica América que, confundida con la India crea una suerte de confusa historia de sus habitantes (se les llamó indios).

     En esta tierra virgen y nunca hoyada, los aborígenes, personas autóctonas de estas latitudes, reciben con ingenuidad a los nuevos exploradores, comerciantes y truhanes. Ellos venían a conquistar, someter y llevarse todo el oro posible. Así lo hicieron.

     En siglos de subasta y dominación, la esclavitud proliferó hasta el punto de utilizar al hombre y a la mujer negra para la más ínfima tarea y menester caprichoso de los forasteros.

     La iglesia evangelizó a la población que se componía a esa altura de extranjeros, criollos, mestizos y negros. Los dominadores tenían el poder inventado por ellos mismos, mientras que el resto de la población recibía el sermón catequizado de la obediencia, la mansedumbre, la humildad y el silencio oportuno. Así era el mandato y de este modo se cumplían los preceptos religiosos, sociales y políticos de la Colonia Americana.

     Al paso de los siglos, Las naciones europeas se percataron de otras riquezas a parte del oro y la plata ya extinguida por la sobreexplotación a ultranza.

     En el siglo 19, con los aires independentista de la Naciones americanas, surge la rebelión que acaba en matanza e independencia.

     Con estos aires renovados, los países abren sus puertas al nuevo colonialismo, siendo así que las riquezas naturales son explotadas nuevamente por Europa y EU.

     Se inventan guerras para vender armas y acorazados y surgen los triunviratos y coaliciones para emprender contiendas que tienen como único norte el expansionismo territorial y la mantención de las empresas extranjeras en el país.

     La mano de obra se explota y los gobiernos se coluden masacrando a sus obreros en el norte, centro y sur del país.

    Latinoamérica surge de entre las guerras intestinas y revoluciones, amén de la sempiterna dominación económica del extranjero.

     Primera y segunda guerra mundial, Europa, EU y Japón se traman en una guerra fratricida, donde millones de seres humanos mueren por una desconocida causa.

     En la posguerra, la tecnología surge a pasos agigantados: ciencia arte y técnica, están al servicio del hombre. Como producto sobrante de las guerras, la medicina y la educación tienen un gran salto hacia delante. No obstante y por la desconfianza entre las dos potencias mundiales la URS y EU, surge la llamada guerra fría, donde el fantasma de la tercera guerra mundial, sería nuclear y definitiva para la humanidad.

     Los ánimos se calmaron y la humanidad puede continuar con la "anuencia" de las superpotencias.

     Años más tarde, cae el muro de Berlín y la URS. El mapa de Europa no es el mismo, pues surge el desmembramiento de Yugoslavia y Checoslovaquia, con miles de muertos de ambos bandos. La miseria nuevamente azota al viejo continente, así como lo fue en la segunda Guerra Mundial y en la Guerra Civil Española de 1939.

     Las décadas posteriores serían el preámbulo del venidero siglo XXI, con una máscara de profundo neoliberalismo, cosismo. Consumismo y guerras urbanas tipificada en el 11 se septiembre en EU y el 11M o la masacre de la estación de Atocha en Madrid.

       

     Dr. Atilio Lawrence