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Una visión panorámica sobre la Teoria Coasiana de los costes de transacción (página 2)

Enviado por mmata


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Este enfoque microeconómico de la empresa toma en consideración algunas características relevantes de la elección empresarial, como por ejemplo el que las oportunidades de crecimiento de la inversión especializada de capital puede verse obstaculizada por el rendimiento de las acciones y su reparto, lo cual limita el desempeño futuro del negocio. Sin embargo, valga la pena acotar que en la práctica las empresas desarrollan diversos tipos de estrategias a los efectos de cumplir con el suministro de bienes y servicios a los clientes, para lo cual la inversión de capital es un requisito previo. Tales tipos de estrategias tienen que ver con los contratos a futuro. Por medio de estos tipos de contratos se elimina el riesgo asociado a la no inversión de capital. Hay aquí una valoración de tipo moral de las organizaciones económicas, la cual bien puede ser considerada como un dato. Así las cosas, la característica más relevante de la empresa reside en su actitud sustitutiva del mecanismo de los precios. Luego, el coste de transacción derivable de la relación principal-agente, o bien, que también cabe, empleador-empleado, determina el tamaño de la empresa. Visto así, el límite de la empresa se encuentra determinado por las relaciones conductuales que se derivan de las relaciones o condiciones de trabajo. Mientras más ventajosas sean las condiciones de trabajo, mayor es el límite o tamaño de la empresa. Al revés, mientras menos ventajosas sean las condiciones de trabajo. La determinación de las condiciones de trabajo es de tipo comparativa: las condiciones de trabajo de una gran empresa vs las condiciones de trabajo de una pequeña empresa. Si las condiciones de trabajo percibidas por los empleados de una gran empresa es desfavorable en su comparación con las de una pequeña empresa, entonces la gran empresa tendría que incrementar significativamente los salarios a los efectos de compensar la disminución de su tamaño relativo. De este modo, tal incremento de salarios se convierte en un incremento de los costes de transacción (al interior de la empresa: independientemente de lo que ocurre en el mercado).

Parte III

En la sección anterior se hizo énfasis en que los costes de transacción es el aspecto más relevante de la moderna teoría de la organización empresarial. Pero este enfoque tiene a su vez una limitante de tipo metodológico: que el análisis comparativo de los costes entre empresas, y entre éstas y el mercado, de suyo se convierte en una análisis comparativo grosso modo entre los beneficios y los costes entre empresas, y entre éstas y el mercado. Hay una limitante metodológica adicional, y es que este enfoque pasa por alto los mecanismos financieros de las empresas. Esto es, pasa por alto la estructura de capital y, por ende, de endeudamiento de las empresas. La estructura de capital, al igual que la relación empleador-empleado, genera costes de transacción que son en verdad relevantes para la empresa. En ese sentido, al ampliarse la percepción de los costes empresariales, se amplía la orientación investigativa de la organización empresarial.

Un nutrido número de economistas marchan en esta dirección: Rosen, Williamson, Joskow, Hart, Demsetz, y Winter, entre otros. Cada uno de estos investigadores participaron en el año 1987 en una conferencia conmemorativa de los 50 años de la publicación del clásico artículo de Ronald Coase que lleva por título: La naturaleza de la empresa. De lo que nos ocupamos en esta sección es de una visión panorámica de tales ensayos conmemorativos, los cuales fueron compilados por Williamson y Winter (1991).

Pues, bien, el artículo de Sherwin Rosen: "Costes de transacción y mercados de trabajo internos", pone de manifiesto la tensión existente entre el mecanismo de los precios como modo de coordinación espontánea y el mecanismo de la jerarquía como modo de coordinación consciente. ¿Cuál es la razón para disponer de ambos sistemas?. La respuesta de Rosen puede resumirse en estos términos: las empresas finalmente justifican la dualidad de sistemas por cuanto están condicionadas a las especificidades de su capital humano y no humano. Un ejemplo de ello puede visualizarse a través de los contratos laborales de ciertas organizaciones empresariales, como por ejemplo la Toyota, en la que los trabajadores participan en la propiedad accionaria de la empresa a través de sus ahorros. Este tipo de relación laboral, en la que los trabajadores son a su vez empleados y propietarios, complica la dinámica misma de funcionamiento del capitalismo maduro, en la que se supone que el derecho de propiedad es virtualmente diferenciable entre los propietarios de los servicios de trabajo y los propietarios del capital. Tal práctica empresarial es lo lleva a Rosen precisamente a proponer una nueva teoría del mercado laboral, interno a las organizaciones, caracterizado por la coordinación consciente de los incentivos en un contexto dinámico de cargos.

El artículo de Oliver Williamson: "La lógica de la organización económica.", subraya la postura teórica de Coase según la cual la diferencia de los costes de transacción son los aspectos de mayor relevancia a la hora de entender los distintos modos de organización empresarial con base a los mercados, las jerarquías, y los sistemas híbridos entre mercados y jerarquías. Desde este punto de vista, lo que caracteriza los cambios transaccionales de, por ejemplo, el sistema de mercado al de la jerarquía como base de la organización empresarial, no es otra cosa más que los altos costes derivables de una baja en los incentivos contractuales entre empleador-empleado. De allí que un aumento en la intensidad de los incentivos aumente la posibilidad de una selección no adversa. La aplicabilidad de la economía de los costes de transacción implica tres cuestiones fundamentales, según nos lo hace ver Williamson: a) declarar a las transacciones como la unidad básica del análisis y, a partir de allí, bien puede centrarse la atención en sus múltiples dimensiones, b) considerar a la racionalidad limitada y el sentido del oportunismo como los atributos conductistas básicos de la naturaleza humana (sobre este supuesto básico del conductismo es que se erige la economía de los costes de transacción), y c) caracterizar los cambios intertemporales del proceso organizativo de las empresas. Con esta declaración, consideración y caracterización, bien se puede estructurar una teoría predictiva de la organización económica, por cuanto se alinearía la diferencia de atributos de las transacciones con las diferencias de costes y competencias de las estructuras de dirección en un modo fundamentalmente economizador de los costes de transacción.

El artículo de Paul Joskow tiene por título: "La especificidad de los activos y la estructura de las relaciones verticales: pruebas empíricas." El enfoque básico de Joskow se centra en la posibilidad reguladora de los contratos. Bajo esta óptica, la teoría de los costes de transacción se ha usado para evaluar la eficacia de las licitaciones, como por ejemplo las franquicias, para el monopolio de tipo natural. Joskow, al igual que Klein, Crawford y Alchian (1978), son estudiosos a nivel de contrastabilidad empírica de la integración vertical de las industrias. El fundamento teórico de tales estudios versa sobre la contratación comparativa. En el caso de Joskow la industria objeto de estudio es la de la energía eléctrica, mientras que en el caso de Klein (et alia), la industria objeto de estudio es la del petróleo. En estos trabajos, la integración vertical y los contratos a largo plazo son la las variables dependientes, mientras que el tipo y especificidad de los activos es la variable independiente. So pena de las dificultades metodológicas en la construcción de la data, las pruebas estocásticas apoyan la hipótesis de que la dirección de las relaciones contractuales varía significativamente con el grado de especificidad de los activos. Luego, a título de conclusión de estos estudios: los mercados se usan fundamentalmente para intervenir en las transacciones que no son específicas, los modos híbridos de contratación se usan en la medida que aumenta la especificidad de los activos, y la integración vertical o jerarquía se usa para las transacciones en la que es significativamente relevante la dependencia de tipo bilateral.

El artículo de Oliver Hart tiene por título: "Los contratos incompletos y la teoría de la empresa." El enfoque de Hart parte de la siguiente consideración: bajo ciertas formas de selección adversa y riesgo moral, la teoría de los costes de agencia puede adaptarse con facilidad y eficacia a las condiciones del oportunismo, no así a las condiciones de la racionalidad limitada. La razón quizás sea simple de entender: la teoría de los costes de agencia, la cual es un capítulo más de la teoría de contratos, centra la acción de la contratación en el alineamiento de los incentivos ex-antes. Por el contrario, la racionalidad limitada nos da cuenta de la siguiente lección central para el estudio de la organización empresarial: todos los contratos incompletos son tales en virtud de su complejidad. Ergo, si se ha de admitir bajo este criterio la racionalidad limitada, se requiere forzosamente de un ajuste ex-post a nivel de la dirección empresarial. La formulación del modelo de la contratación incompleta de Hart, si bien es cierto es de difícil comprensión, no menos cierto es que abre la posibilidad analítica de incluir la cuestión de la propiedad como un elemento teórico relevante para la teoría de contratos. La cuestión de la propiedad en Hart centra su atención en la propiedad de los activos físicos, y hace uso, además, del concepto derechos residuales del control para explicar por esta vía los costes y beneficios de la integración vertical.

El artículo de Demsetz tiene por título: "Una revisión de la teoría de la empresa." En este artículo Demsetz da cuenta de una visión panorámica del pasado, presente y futuro de la teoría de la empresa. Parte de la visión neoclásica de la empresa, que como ya se ha discutido en párrafos anteriores, vincula la estructura organizativa de la misma al mecanismo del mercado. Esta teoría de la empresa es de tal suerte inconveniente, por cuanto no logra explicar la estructura que las organizaciones comportan respecto de la realidad. Ese sentido, Demsetz celebra la formulación teórica de los costes de transacción por parte de Coase. No obstante, aunque la teoría de los costes de transacción se ha profundizado con la teoría de los costes de agencia, y las renovaciones que el mismo Coase ha hecho a su teoría de los costes de transacción, Demsetz considera que el avance es insatisfactorio. Las razones que esgrime, son las siguientes: considera que la economía de los costes de transacción adolece de una precisión terminológica. En efecto, la teoría de los costes de transacción describe la diferencia de costes entre formas alternativas de dirección, diferencias estas que no son simétricas, toda vez que sugiere que se conserve el concepto costes de transacción en especial referencia a los mercados, mientras que sugiere que se conserve el concepto costes de administración en especial referencia a las empresas. En tal ausencia de una categoría genérica de los costes, ello complica evidentemente las comparaciones, sobremanera cuando se consideran para el análisis formas híbridas de organización empresarial: como por ejemplo la franquicias, que ya hemos citado.

Otra insatisfacción metodológica de Demsetz tiene que ver con el poder explicativo que se le imputa a la especificidad de los activos. Demsetz sostiene que hay tres factores claramente asociados a la coordinación propia de las empresas, cuales son: la especialización, la continuidad de la asociación y el uso de la dirección. Los dos primeros factores se relacionan estrechamente con la condición de la especificidad de los activos, mientras que estos dos factores, aunado al tercero, pareciera otorgar la eficacia relevante que se le otorga a los "decretos." Sea como fuere, Demsetz sostiene en este artículo que las investigaciones por venir sobre el comportamiento de la empresa debería ocuparse más de la economía de la adquisición y del conocimiento. En virtud de lo cual, toda vez que el conocimiento es usado en mayor medida por el que lo posee, en ventaja para con los demás, otorga una especial preeminencia a los estudios futuros de la administración.

El artículo de Sydney Winter tiene por título, y con esto finalizamos esta visión panorámica: "Coase, la competencia y la corporación." Winter, de manera análoga a Demsetz, hace una crítica a la concepción microecnómica convencional. En este artículo en particular esgrime cuatro sendas críticas a la economía del libro de texto: la metodología basada sobre el individualismo económico, la falta de atención a los planteamientos Coasianos de la organización empresarial, el escaso realismo de la teoría microeconómica de los mercados, y la ausencia de un reconocimiento explicito de las unidades empresariales como fuente de competencia. Paso seguido, entra a considerar o discutir la perspectiva evolutiva de la empresa y la teoría del coste de transacción. Como ya sabemos, la teoría del coste de transacción tiene su fuente de inspiración en el clásico artículo de Coase de 1937, pero la teoría evolutiva de la empresa tiene su fuente de inspiración en el bien conocido artículo de Alchian (1950). Valga acotar que estas dos perspectivas, tanto la de Coase como la de Alchian, se fundamentan sobre un supuesto de racionalidad limitada. Ahora bien, la diferencia entre el enfoque evolutivo de la empresa y el de los costes de transacción, es que la economía evolutiva adopta un enfoque de sistema donde intervienen tanto la adquisición como la utilización de conocimientos, mientras que el problema crucial en la economía de los costes de transacción recae sobre la decisión de fabricar o comprar. Al igual que Demsetz, Winter recalca la importancia de la adquisición y uso del conocimiento para los estudios futuros de la empresa.

Parte IV

En conclusión, el trabajo pionero de Coase de 1937, no solamente inspiró a otros economistas al poner de manifiesto las limitaciones de la teoría microeconómica de los mercados, sino que además abrió el debate con su teoría de los costes de transacción. Teoría ésta que si bien es cierto se ha profundizado, no menos cierto es que sigue latente al ser citada tantas veces, al día de hoy, en la literatura especializada.

BIBLIOGRAFIA

  • Alchian, Armen. (1950): "Uncertainty, evolution, and economic theory". Journal of Political Economics, # 58, págs. 211-221.

  • Coase, Ronald (1937): "The nature of the firm". Economica, # 4, págs. 386-405.

  • Jensen, Michael y William Meckling (1976): "Theory of the firm: managerial behavior, agency cost, and ownership structure". The Journal of Financial Economics, # 3, págs. 305-360.

  • Klein, Benjamin, Robert Crawford y Armen Alchian. (1978): "Vertical integration, appropriable rents, and the competitive contracting process". Journal of Law and Economics, # 21, págs. 297-326.

  • Williamson, Oliver y Sidney Winter comp. (1991). The nature of the firm. Origins, evolution, and development. Oxford University Press.

 

 

Autor:

Moisés Mata

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