El desarrollo de la personalidad rasgos fundamentales en el proceso enseñanza-aprendizaje
Enviado por Rufina Nava Benitez
La teoría psicoanalítica sugiere que no solo los factores constitucionales y genéticos, constituyen la personalidad y sus desequilibrios, también existen otras influencias importantes, como la experiencia del nacimiento, las tempranas relaciones con los padres, la sexualidad, las pérdidas, los miedos y las manera de vivir la ansiedad. Estas experiencias cruciales vividas en el núcleo familiar, van estableciendo determinadas pautas de sentimientos, fantasías y relaciones inconscientes e interpersonales, que se centran en la raíz de los problemas por los cuales atraviesa un individuo y busca ayuda. (Sidmund Freud).
Dos factores son determinantes en la personalidad del ser humano, el factor genético y el factor ambiental; considerándole a este como todo lo que le rodea, pero principalmente el ambiente psicológico de la familia. La familia se compone por la unión de personas que comparten un proyecto vital en común; entre sus miembros se generan fuertes sentimientos de pertenencia y compromiso personal, estableciéndose relaciones intensas de afectividad, reciprocidad y dependencia. El ambiente psicológico familiar es de vital importancia para el desarrollo de la autoestima de sus hijo/as, es el marco principal donde va a ir creando la imagen de sí mismo y donde va estableciendo su valoración positiva o negativa. El presente documento tiene como objetivo conocer el nivel de autoestima de los niños y niñas en el ámbito familiar. Para la consolidación del mismo, hemos iniciado, hablando sobre la familia y su importancia en el desarrollo de la autoestima de los niño/as, posteriormente analizamos el término comunicación y autoestima desde la perspectiva de ciertos autores, luego se estructuró actividades de acuerdo a la hipótesis planteada, y por último se validó a niños y niñas de determinada institución, con el fin de observar el impacto de la propuesta.
La educación es sin duda una actividad social cuya importancia todo el mundo reconoce, pues tiene beneficios, no solo para quienes la reciben, sino también sobre el desarrollo de las sociedades. Pero el que aprende es un organismo psicológico, en el que se producen modificaciones por medio de la actividad educativa, por ello resulta importante prestar atención a los procesos psicológicos que tiene lugar tanto en el alumno como en el maestro, ya que se trata de una relación en dos direcciones. El conocimiento del alumno puede tener un enorme peso para mejorar la práctica educativa.
La necesidad de mejorar el logro de los alumnos de educación primaria, desarrollando integralmente la personalidad de los mismos y que esta sea un factor importante para el desarrollo emocional y el desequilibrio en las habilidades intelectuales de los alumnos, hace necesario implementar una alternativa psicopedagógica, que a través de la investigación permiten encontrar las mejores soluciones científico-metologico viables a implementar en la escuela.
Por ello es necesario investigar los factores que están afectando dicho proceso y apoyar a los alumnos a identificar y tomar conciencia del daño que causan y se causan al no saber hacia dónde pueden y deben ir. Es de suma importancia involucrarse no solo en la vida social de los alumnos sino en la vida emocional para conocer los diferentes factores que afectan su pleno desarrollo en cuanto a su personalidad y la adquisición de habilidades y competencias para la vida.
El termino personalidad se usa en muchas formas, desde el punto de vista científico todos tenemos una personalidad. Al referirse a todo lo que se sabe de una persona o a lo que es único en alguien o lo típico de una persona (dicaprio).
La personalidad de un individuo es fruto, por un lado, de factores constitucionales y genéticos y, por otro, del conjunto de experiencias sociales, culturales y educativas adquiridas a lo largo de la vida. Elementos todos ellos que interaccionan en un proceso dinámico y en evolución continua.
A menudo, al hablar, se confunde el concepto de personalidad con ciertas dotes, como la fuerza psíquica, la seguridad en uno mismo o la extraversión. Se dice así que un individuo "tiene mucha personalidad" cuando sabe hacerse respetar, es decidido, tiene voluntad etc. Esta forma de hablar deriva del término latino persona que se usaba para designar, tanto la máscara usada por los actores, distinta según los personajes, como el papel; el personaje representado.
La expresión "tener personalidad" se aplicaba por tanto, en origen, al actor que sabía imponerse en el escenario, aunque nunca ha tenido sentido alguno dentro de la terminología psicológica ésta define la personalidad humana como el conjunto de todas las características psíquicas del individuo, de su forma de ser y de reaccionar, de percibir el mundo externo y de elaborar estas impresiones, de reaccionar a ellas y de expresar sus sensaciones y emociones, de concebir el valor y el significado de su persona en relación al mundo y de marcarse a sí mismo un objetivo.
La actitud de los padres es fundamental en los primeros años de vida del niño, porque influye enormemente en el desarrollo de la personalidad.
Características que forman la personalidad. Si nos detuviésemos a pensar en qué nos diferenciamos de nuestro padre o de nuestra madre o de algún amigo nos encontraríamos, por ejemplo, con que somos menos optimistas o pesimistas, o más o menos emotivos, más o menos seguros o inseguros, más o menos egoístas, más o menos tímidos, más o menos racionales y así sucesivamente. Todas estas características no son otra cosa que aspectos de la personalidad que cada uno de nosotros poseemos en mayor o menor medida y en cualquier caso de forma distinta a todos los demás. En primer lugar podemos decir que cada uno de nosotros recibe en herencia de sus padres una serie de características físicas, biológicas, que constituyen el primer núcleo alrededor del cual se constituirá luego toda la personalidad del individuo. Si observamos a los niños recién nacidos, nos daremos cuenta de que también ellos, aun siendo tan pequeños, se enfrentan al mundo de forma muy distinta. Hay por ejemplo niños muy tranquilos, bonachones, de los que se dice que sólo "comen y duermen"; hay otros en cambio mucho más vivos e intranquilos, que sienten gran curiosidad por todo lo que pasa a su alrededor.
Estos comportamientos tan distintos, así como todos los demás que podemos descubrir en los niños recién nacidos, se deben básicamente a características hereditarias, transmitidas a ellos por sus padres, que a su vez las han heredado de los suyos y así sucesivamente de generación en generación.
El psicoanálisis dice que los primeros años de vida del niño son de una importancia fundamental para la formación de su personalidad, y sin duda es así. El niño que crece en un ambiente tranquilo, rodeado de amor, pero no asfixiado, sino con libertad para descubrir el mundo que le rodea y estimulado en su curiosidad, reúne las premisas positivas para convertirse en un adulto seguro de sí mismo, con confianza también en los demás, activo y optimista. Por el contrario, el niño poco amado o amado mal, de forma posesiva y egoísta, el niño frustrado en sus intentos de autonomía, no adquiere esa seguridad y esa confianza indispensables para madurar una personalidad abierta a los demás porque confía en sí mismo, capaz de establecer relaciones auténticas y constructivas con los demás. Si es verdad lo que Freud dice del niño, es decir, que es "el padre del hombre que será", el periodo infantil es una importante inversión sobre la vida adulta.
Sería sin embargo un error considerar que la personalidad se halla exclusivamente determinada por el ambiente que rodea a la persona, así como lo sería pensar que cada persona nace con una personalidad totalmente determinada. La realidad es mucho más compleja y los factores que contribuyen a formar la personalidad no sólo son muy numerosos, sino que se hallan repartidos a lo largo de toda la vida.
El trabajo que docentes y alumnos realicen requiere tener en cuenta una serie de orientaciones centradas en el desarrollo de la autonomía del alumnado y en la adquisición de compromisos ciudadanos teniendo como marco de referencia los principios y valores democráticos, el respeto a las leyes y a los principios fundamentales de los derechos humanos.
La formación de la personalidad moral como un proceso dinámico de interrelación
entre el individuo y la sociedad. Desde la Educación Básica se pretende contribuir al proceso de desarrollo moral de los alumnos estimulando el examen crítico de los principios y valores en la organización social y la manera en que se asumen en la actuación cotidiana.
CIERRE
El desarrollo de la personalidad puede favorecerse con las experiencias escolares y mediante la reflexión sobre asuntos de la vida cotidiana, como los que se incluyen en los contenidos de las asignaturas. En este sentido, se busca generar actitudes de participación responsable en un ambiente de respeto y valoración de las diferencias, donde la democracia, los derechos humanos, la diversidad y la conservación del ambiente forman parte de una sociedad en construcción.
Si un niño o una niña se sienten inseguros tienen miedo y creen que lo que van a hacer está mal, se haya en malas condiciones para activar su información y movilizar sus recursos y ponerlos en prácticas para el logro de una tarea. En cambio si los alumnos se sienten tranquilos, seguros de sí mismos y han tenido experiencias positivas, su motivación colabora en la realización de múltiples tareas. Como docente no debemos olvidar que todo proceso intelectual supone esfuerzos que se deben abordar con dosis de optimismo.
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El desarrollo de la personalidad Dra. Ana García León Universidad de Jaén.
Autor:
Rufina Nava Benitez.
Centro de Posgrado Lev Vigotsky.