Contienda polarizada
Con el desplazamiento de la política al campo de la comunicación, ante el peso cada vez más preponderante de éste en el mundo contemporáneo, se ha configurado un escenario concentradamente mediatizado para las disputas electorales. De ahí el peso de las encuestas, del marketing, de los asesores de imagen, etc.; el lugar determinante que se le asigna a la televisión, la reformulación del discurso político bajo los códigos que priman en los medios, el predominio del "empaque" sobre el contenido, etcétera.
Puede decirse que en Ecuador fue el ex-presidente León Febres Cordero (1984-88) quien marcó un giro en ese sentido, como lo admite una opinión generalizada que su triunfo fue producto del mejor desempeño en el debate televisivo ante su contendor, que se perfilaba como favorito, el también ex-presidente Rodrigo Borja (1988-92). Pero más allá de este evento, lo cierto es que en su gobierno el manejo de imagen y recursos afines pasaron a ser una parte sensible del ejercicio del poder, al extremo que en su intemperancia terminó atropellando a periodistas y medios de difusión con posturas críticas.
Con el transcurrir de los tiempos, de elección en elección, la mediatización de los procesos electorales avanza en centralidad, pero sin por ello anular procedimientos enclavados en la tradición electoral. Tan es así que, en esta campaña, los 13 candidatos presidenciales participantes en la lid recurrieron a los tradicionales desfiles, caravanas, marchas y concentraciones, a lo largo y ancho del país, como principal recurso para relacionarse con el electorado cara a cara, pero también para desde ahí proyectarse mediáticamente a los noticieros y otros programas de los diversos medios. Con el añadido que de esas demostraciones salía también la materia prima para la elaboración de sus propias producciones de propaganda. De ahí que en ellas primó el manejo de la imagen del candidato y el show, por sobre el mensaje político y exposición de propuestas.
Primera vuelta y balotage
El entusiasmo que se había mostrado esquivo en el primer turno apareció para el balotaje al tener como finalistas a candidatos con proyectos opuestos: Noboa con la promesa de un país de empresarios y Correa con la propuesta de una "revolución ciudadana".
El primero, con el beneficio del triunfo en la primera vuelta, buscó intensificar la fórmula "ganadora": actos de fe, donaciones y caridad a los más pobres, etcétera, con destaque -técnica promocional mediante- en el ingrediente "plus", su esposa, quien lidera las obras de beneficencia de la Fundación Cruzada Nueva Humanidad -puntal de la campaña permanente- y que en la contienda logró la más alta votación para la diputación de la provincia más populosa del país, Guayas. Pero además introdujo una variante: acceder a los requerimientos de los medios de difusión, aunque selectivamente. Y, sobre todo, rehusándose a un debate de ideas, se fue de lleno a una confrontación personal acusando a su adversario de ser un títere del presidente venezolano Hugo Chávez, y la consiguiente "amenaza comunista" que él representaba. En los últimos tramos de la campaña apareció el hasta entonces desconocido "Frente Ciudadano Contra la Corrupción ", para reforzar estas acusaciones con una virtual guerra sucia librada sobre todo en espacios contratados de televisión.
El candidato Correa, por su parte, modeló sus críticas contra el establecimiento, para dar mayor espacio a la tríada: desarrollo, trabajo y vivienda, de mayor impacto electoral, prometiendo la reducción de dos puntos del Impuesto al Valor Agregado (IVA) y de las tarifas eléctricas, microcréditos masivos, la duplicación del Bono de Desarrollo Humano (subsidio estatal para los más pobres) y del bono de vivienda (subsidio estatal para los que no tienen vivienda), entre otras cosas.
Los dardos de su palabra inflamante ya no fueron contra la "partidocracia", sino contra la "oligarquía y las chequeras millonarias que quieren comprar a la Patria ".
Aunque parezca paradójico, el propio Noboa se encargó de reforzar ese mensaje cuando, para sembrar dudas sobre el financiamiento de la campaña de su adversario, sacando pecho insistía en que su campaña se la pagaba él y nadie más que él. Se entiende que esto hacía parte de la estratagema para capitalizar la imagen de "buen patrón" que buscaba proyectar, pero que se fue diluyendo con la reactualización de las denuncias sobre el contrato de trabajadores infantiles en sus bananeras, incumplimiento de derechos laborales, sus disputas legales por la herencia familiar… y, como complemento, un hecho aparentemente anodino: el hallazgo en un basurero de fichas de registro para su plan de vivienda; un golpe contundente para su política clientelista.
Gasto electoral
"Noboa gastó 6,9 millones (de dólares) en publicidad, y Rafael Correa, 2,5 millones, pero además se gastó otro tanto en rubros diferentes. Sin embargo la chequera más grande no ganó", escribió el periodista Carlos Xavier Gutiérrez en la revista Vistazo , con datos del Tribunal Supremo Electoral (TSE) y la ONG Participación Ciudadana. Precisó que "Noboa se excedió en el gasto electoral en las dos rondas, y Correa lo hizo en la segunda", pero además, que tal gasto solo se refirió a "los avisos de los candidatos en los medios como televisión, radio y prensa, pero aparte en una campaña hay muchos otros gastos, como la elaboración de camisetas, la organización de mítines, el asesoramiento profesional y la impresión de pancartas. Se calcula que el gasto electoral puede duplicarse si se toma en cuenta todos esos puntos".
En relación al límite oficialmente establecido para gastos de publicidad, en la segunda ronda Noboa gastó el 453.76, por ciento, y Correa, el 169.36 por ciento, según reportó el TSE.
En el reparto de la torta, el medio más aventajado fue la televisión con el 98,17 por ciento del total, la radio recibió el 1,54 por ciento y la prensa, el 0,27 por ciento, según el monitoreo realizado por Participación Ciudadana, del 26 de octubre al 24 de noviembre. En aquel medio, Noboa desembolsó casi 2,6 millones de dólares, mientras que Correa superó levemente la cifra de un millón de dólares, pero con una campaña de mayor destaque.
Pero además de estos méritos del equipo del candidato ganador, cabe acotar que éste se benefició igualmente de la creatividad de un sinnúmero de ciudadanos y colectivos que contribuyó con canciones, estribillos, grafittis, etcétera, y una variedad de producciones que circularon en el ciberespacio.
El "Monitoreo de la cobertura de los medios a los candidatos presidenciales" realizado por Participación Ciudadana ( http://www.ciudadaniainformada.com/reporte-monitoreo-elecciones-ecuador.php ) en la segunda vuelta indicó que el espacio dedicado por la televisión a Noboa ocupó el 50,84 por ciento, quedando el 49,26 por ciento para Correa. Por bloque horario, en el matutino (06h00–12h59) la relación fue 48,89-51,11 por ciento; en el vespertino (13h00–18h59), 37,61-62,39 por ciento; y en el nocturno (19h00–24h00), 54,57-45,43 por ciento. En la radio, el espacio dedicado a Noboa registró el 47,40 por ciento y el de Correa 52,60 por ciento. El espacio de Noboa en la prensa escrita fue del 49,14 por ciento y el de Correa 50,86 por ciento.
De acuerdo con estas cifras, se podría decir que existió una distribución equilibrada de los espacios mediáticos entre los dos candidatos. Sin embargo, tal equilibrio se desdibuja al tomar en consideración el tratamiento, los "ángulos" específicos de los diversos medios, la puesta en escena (recortes, montajes, etcétera), comentarios, etcétera, en razón de los alineamientos que se registraron por parte de varios medios en esta campaña. El más notorio, sin duda, el realizado por el Grupo Isaías a favor de Noboa, al extremo que sus actos de cierre de campaña pasaron casi por completo en los canales de televisión de este grupo, como segmentos del noticiero.
Uso del ciberespacio
En estas elecciones, el ciberespacio pasó a convertirse en un escenario muy activo, animado sobre todo por ciudadanos y movimientos que por esta vía buscaban contrarrestar el actual nudo gordiano de la comunicación política: la mediación enormemente metidiatizada; para restablecer equilibrios y mayor transparencia, contando con este recurso tecnológico que favorece una mayor interactividad. Para la organización "en red" que caracteriza a las nuevas articulaciones sociales, Internet ha llegado como un anillo al dedo.
En esta dimensión, cualquier constatación empírica puede confirmar que los más dinámicos fueron parte de la amplia convergencia que se conformó a favor de Correa en el segundo turno. De hecho, partidos y movimientos progresistas y de izquierda, a cuyos candidatos en el primer turno se les dio un tratamiento de marginales por parte de los medios de difusión (encuestas mediante), ya habían recurrido a Internet como uno de los componentes clave para su acción proselitista.
Sin embargo, sobre todo importa tener presente que Correa aparece en la escena pública de la mano del "movimiento forajido", que es el que desencadenó la caída del presidente Lucio Gutiérrez el 20 de abril de 2005. Se puede decir que para entonces el "forajidismo" no pasó de ser un estado de ánimo compartido por ciudadanos/as de diversos estratos sociales y procesos de recomposición del tejido organizativo social -sobre todo en torno a campañas como la de oposición al ALCA y el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos-, que de a poco se fue diluyendo; pero la propuesta de la asamblea constituyente lo reactivó. Y, bueno, una de las características de ese movimiento es que su articulación, antes que en espacios formales, se fraguó vía Internet, telefonía celular y medios alternativos. Y es así que, durante la campaña, particularmente en el segundo turno, aparecieron en escena páginas Web, blogs, videoblogs, etcétera, con el refuerzo de las listas electrónicas, spam incluido, tanto para promocionar la candidatura de Correa como para atacar la de su adversario. Claro que desde el campo de Noboa también se intentó responder en este terreno, aunque sin mayor contundencia.
Pero no solo las partes en disputa buscaron nichos en el ciberespacio, también lo hicieron entidades civiles preocupadas por la calidad del voto, como Ciudadanía Informada que desde el 7 de agosto de 2006 colgó una nueva versión de su periódico electrónico en el sitio www.ciudadaniainformada.com , buscando propiciar la interacción con el lector, ya que éste " no es un sujeto pasivo, que solo recibe información, sino que también tiene qué decir, qué comunicar, qué compartir con miembros de diversas redes virtuales". Tampoco faltaron los medios establecidos, tal el caso del diario Hoy que habilitó el sitio http://www.votebien.ec/ , como "un espacio para el periodismo ciudadano".
Conclusión
El supuesto establecido que en la actualidad son los medios, y particularmente la televisión, quienes dirimen la suerte electoral, simplemente falló en las elecciones realizadas en Ecuador. La encuestadora Market, citada por el diario Hoy , señaló que "el 64,6 por ciento de los encuestados cree que los medios tienen mucha influencia en los comicios", para a renglón seguido consignar que: "la mayoría de encuestados también expresa que hay manipulación de los medios en la campaña electoral".
Al contrario, todo parece indicar que se estableció que el poder de los medios llega hasta los límites que establezca la ciudadanía. Y este tema se perfila como un tema crucial para la asamblea constituyente ad portas . No se trata de un simple bache entre medios y receptores, como sugirió Luis Almeida Gutiérrez, jefe de información del Hoy , sino de un abismo, por la simple razón que aquellos no logran sintonizar con las nuevas realidades sociales que se vienen tejiendo desde abajo. Y esto, en parte, por la autoreferencia de los medios del establecimiento y el protagonismo que les asignan a las elites y los exclusivos "opinadores" en los espacios de opinión.
En este panorama con perspectivas de cambio, todo parecería indicar que se reactivará el tema de la concentración de los medios de comunicación en Ecuador y, en esa línea, las disposiciones que pretenden anular el carácter de bien público que tiene la información, para transformarla en simple mercancía. Y además, la necesidad de contar con medios públicos.
Osvaldo León
Director General de la Agencia Latinoamericana de Información (ALAI), Quito-Ecuador
Revista Chasqui Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para
América Latina (CIESPAL)
Weblog:
Web institucional: www.ciespal.net
Quito – ECUADOR
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