Entre sus propiedades están las conexiones entre los diferentes nodos de información; expansión continua, útil no sólo para obtener información, sino para que los usuarios incluyan sus ideas. Presenta una estrategia de inclusión de documentos dentro de nuevos documentos en una construcción progresiva conservando la identidad de las partes según su procedencia, lo cual introduce una forma diferente de uso y referencia de documentos, al tiempo que introduce una estrategia nueva de organización de archivos. Los hipertextos se sustentan en los estudios contemporáneos de la sicología cognitiva y la teoría de procesamiento de la información en el que se plantea que los seres humanos pensamos por asociación de imágenes o ideas. La sicología cognitiva tiene una gran tarea como lo es la de explicar las limitaciones que tiene el ser humano en cuanto no puede lograr todo lo que desea respecto a casi todas las tareas intelectuales.
Esta discusión ha generado un campo de considerable bastedad. Tomamos del trabajo de Bruno Bassi "Los hipertextos y la práctica educativa" que hemos traducido del italiano, los párrafos que transcribimos a continuación:
"Parte de la literatura sobre los hipertextos toma la metáfora cognitivista que asimila la mente a la computadora y viceversa. No obstante, mientras en el ámbito filosófico y psicológico en que se inspira esta metáfora para indagar el funcionamiento de la mente, en las discusiones sobre hipertexto se usa con una finalidad comunicativa, asumiendo que un medio de comunicación construido sobre la base de un modelo cognitivamente fundado de representación del conocimiento puede de por sí inducir una particular efectividad comunicativa".
"La idea de considerar el hipertexto como modelo de representación del conocimiento que refleja las estructuras cognoscitivas aparece en algunas de las escrituras más clásicas sobre los hipertextos:
La mente humana… opera por asociaciones. Luego, habiendo tomado un elemento vincula instantáneamente al elemento sugerido por la asociación de los pensamientos, según alguna telaraña enredada de recorridos grabados por las células del cerebro.
(Bush 1945, el Pág. 1/49)
El proceso del pensamiento no se construye con una idea nueva por vez, partiendo de la nada y produciendo cada idea como una perla terminada. El pensamiento más bien parece proceder en muchos frentes al mismo tiempo, desarrollando y negando ideas a diferentes niveles y sobre diversos puntos en paralelo, cada idea dependiendo de las otras y contribuyendo a las otras.
(Conklin 1987, el Pág. 32)
Estos razonamientos continúan sugiriendo que el hipertexto, gracias a su no secuencialidad, refleja el pensamiento humano como no lo hace el texto tradicional –secuencial-".
"La teoría de la correspondencia entre el hipertexto y la mente humana se menciona a menudo, generalmente a partir de las citas precedentes, también en la más reciente literatura. Por ejemplo, el hipertexto "la sinergia presente siempre de las dos dimensiones (semántico-sintáctica) representa probablemente la esencia del proceso cognitivo" (Varisco 1991), o que "una de las características [de los sistemas hipermediales]… es la conexión asociativa de los nudos de información que probablemente reflejen la memoria asociativa humana" (Marchionini 1991)".
"Aunque en la parte más mayor de los casos la referencia directa a las estructuras cognoscitivas no haga menciones de este tipo, algunos investigadores proponen argumentos más bien radicales. Por ejemplo, Berlinguer, Melones y Troise (1992) proponen la siguiente teoría de la comunicación:
Normalmente… la estructura de los objetos comunicativos depende rígidamente de las características de cada uno de los medios (por ejemplo, es exclusivamente lineal en el texto y en la película), y debe codificar de manera abstracta e indirecta la estructura del campo de los conocimientos que tiene que comunicar; de tal manera quien recibe el mensaje queda constreñido a 'reconstruir' (la mayoría de las veces dificultosamente y laboriosamente) la segunda del primero. Si las dos estructuras son en cambio (suficientemente) isomorfas, este dificultoso trabajo de decodificación y reconstrucción es evitado y consecuentemente resulta enormemente facilitado (así como profundamente modificado en su naturaleza, como veremos) los procesos de entender y aprender.
(Berlinguer, los Melones y Troise 1992, el Pág. 15)
"Contrariamente a los otros medios de comunicación, el hipertexto permitiría crear "objetos comunicativos" que tienen una estructura "isomorfa a la estructura de un campo determinado de conocimiento organizado en la mente". Según los autores, el uso del hipertexto permite "hacer ver" la estructura cognitiva a través del objeto comunicativo, "o hace la estructura de la comunicación 'transparente' respecto a la estructura del conocimiento". En conclusión, el sistema hipermediale presentado por los autores "'muestra' directamente la red multidimensional y multimodal que organiza el conocimiento en la mente".
Dejando al margen esta discusión nos detendremos a analizar el resultado o mejor aún las implicancias de su aplicación práctica. Para ello tomaremos como modelo el Diccionario Filosófico Pelayo García Sierra (WWW.filosofia.org/filomat/).
Se trata de un hipertexto cerrado, es decir, que no otorga al lector la posibilidad de incorporar otros textos (sean de distintos autores o simples opiniones). Su aspecto interactivo queda reducido a tres palabras (botones) al pie de página que dan la opción a: Preguntas, Dudas, Sugerencias.
Está organizado alfabéticamente en ocho Rúbricas a saber: I. Cuestiones preambulares, II. Ontología, III. Gnoseología, IV. Antropología y Filosofía de la Historia, V. Ética, Moral y Derecho, VI. Filosofía política, VII. Estética y Filosofía del Arte, con letras, palabras, títulos, subtítulos y números sensibles que remiten a temas centrales, conclusiones, ideas u otras interpretaciones relacionadas con el número cliccado. Por ejemplo: La voz "adecuacionismo gnoseológico" remite a la definición del concepto: "Teoría de la ciencia que se caracteriza por distinguir, en los cuerpos de las ciencias, una forma (lingüística, conceptual, teórica, &c.) y una materia (empírica, real, &c.), y, por definir la verdad científica como correspondencia (adaequatio) entre las construcciones formales de las ciencias y la materia empírica o real constitutiva de sus campos" y de aquí remite a su vez a "Materia/Forma en las ciencias", idea que a su vez remite a otros conceptos y que inicialmente desarrolla como: "Fue cuestión central de la Lógica maior la cuestión de unitate et distinctione scientiarum; cuestión que puede servir de canon para establecer la «escala gnoseológica». El objetivo de la teoría de la ciencia será dar cuenta de la conexión entre las materias de las mismas (en tanto son diversas e irreductibles) y su conformación (o forma), que nos permite determinar verdades en ámbitos relativamente independientes. La distinción de las ciencias deriva de la naturaleza de unas verdades que se entienden brotando de la inmanencia de materialidades diversas, mientras que su unidad se configura a través de esa misma conformación que ha dado lugar a tales verdades".
Se advierte sin dificultad la amplitud temática comprendida y al mismo tiempo la dispersión que produce seguir el camino propuesto por el texto al lector. Este camino puede llevarlo al objetivo deseado o perderlo en la intrincada red de conceptos e ideas que surgen en el trayecto.
Desde el punto de vista práctico y puntualmente en miras a su utilización en la enseñanza educativa compartimos con Bruno Bassi en cuanto a que "el hipertexto no es tanto una herramienta que apunta a construir representaciones cognitivamente fundadas del saber, cuanto un medio utilizable con la eficacia para la circulación del conocimiento (ver Barrett 1989). El punto central en la planificación y en la evaluación de un hipertexto mira su efectividad comunicativa, más que su aspecto de estructura cognoscitiva. Cada psicólogo es obviamente libre de decidir si una cierta representación hipertextual de un campo del saber (por ejemplo, una representación que vuelve al modelo geográfico basado en la longitud y latitud) sea más o menos isomorfa a la representación mental de ese mismo campo. Pero en la evaluación de un hipertexto, y de su validez como instrumento educativo, las consideraciones relativas a este presunto isomorfismo no parecen tener un papel conclusivo"[3].
Bassi hace alusión particular al Hipermapa: El sistema hipertextual presentado por los autores como modelo de isomorfismo entre la estructura de la comunicación y la estructura del conocimiento se llama Ipermappa y está dedicado al estudio de la geografía. En síntesis, este sistema contiene un mapa del mundo a diferentes niveles de escala, que el estudiante puede recorrer y fluir a gusto y un hipertexto de información textual conectado a los puntos del mapa. El isomorfismo reside precisamente en la "conexión entre la información de cualquier naturaleza y la posición espacial esencial a su organización"[4].
Sobre el particular no es casual destacar que Pelayo García Sierra diga en su Diccionario Filosófico -prólogo al lector- que: "Si comparamos un sistema filosófico, fundándonos en una innegable analogía pragmática a un Mapa Mundi (no a un mero Mapa Terrae) las Ideas corresponderán a los perfiles de los accidentes del terreno que hayan podido ser previamente fijados en el relieve (por supuesto, algunas Ideas brotarán en el mismo proceso del entretejimiento sistemático). La metáfora del Mapa podría sugerir una interpretación de la verdad del sistema filosófico (no ya la de un sistema científico), como a una adecuación; sin embargo, habría que tener en cuenta que esta adecuación se establecería, no tanto entre el mapa y el terreno, sino entre las relaciones pragmáticas del sujeto con el terreno y las del sujeto con el mapa que representa a aquél.
Como el mapa se supone levantado sobre el terreno a una escala determinada establecida por el sujeto, es obvio que los puntos señalados en el mapa habrán de adecuarse al terreno cuyos accidentes han sido seleccionados pragmáticamente. Y esto significa que la adecuación más que criterio de la verdad del mapa constituye la definición del mapa mismo. Propiamente la verdad del mapa sólo tiene sentido a través de los otros mapas, por su potencia para incorporar mayor número de accidentes y relaciones en función de los intereses pragmáticos del sujeto que lo utiliza. En cualquier caso el mapa es una representación superficial (a escala y con un tipo de proyección dado) de un terreno que debe haber sido recorrido, surcado o labrado previamente; pero también dará lugar a la conformación de lugares vacíos, lagunas o profundidades aún no recorridas.
El mapa se apoya en los accidentes del terreno, en vértices geodésicos, en concreciones o nódulos definidos. Pero el mapa no sólo registra esos nódulos reales sino que busca incorporarlos a una red de relaciones mediante líneas o coordenadas artificiosas, pero no más artificiosas que los perfiles de los referidos accidentes del terreno. El Mapa del Mundo, el sistema filosófico, no interviene propiamente en el hacerse del mundo pero sí puede intervenir en la dirección de los pasos que podamos dar en él. El Mapa del Mundo puede llegar a ser, en un momento dado, indispensable para seguir pisando el terreno, para avanzar o para huir sin desorientarse enteramente. Pero nadie camina sobre el mapa y, en todo caso, el mapa no se representa a sí mismo, porque el «Mapa de Royce» es un mapa límite que no existe y que es preciso descartar mediante un postulado de anástasis del proceso ad infinitum desencadenado por el proyecto de un «mapa que se represente a sí mismo»".
Esa presunta analogía resulta simplemente un recurso metafórico tomándolo con el ejemplo que mayores virtudes presenta en cuanto a hipertexto.
En efecto el Hipermapa es un hipertexto estructurado sobre un mapamundi en el cual cada ciudad, río, lago, etc. está demarcado con un botón sensible que cliccándolo proporciona superficies, longitudes, densidad poblacional, profundidad, recursos económicos, razas, idiomas, etc. lo cual representa un recurso dúctil, cómodo y rápido de hacer un recorrido global del planeta. Pero debemos destacar que en todos los casos se trata de información convencionalmente aceptada y sujeta a simple verificación. Ya se trate del nombre de una ciudad capital, de la altura de un volcán, del idioma o religión de una nación, dado a que son datos confrontables, objetivables.
Otro tanto sucedería si del mismo modo se trazara un mapa del cuerpo humano, de una planta, de un animal, etc. Se trata siempre de conceptos acotados a una superficie específica y de contenidos verificables.
No resulta lo mismo cuando nos adentramos en el intrincado campo de las Ciencias Sociales, integrada por un conjunto de saberes inestables, opinables, mutables, devaluables, cuya vinculación a otros saberes depende a su vez de sus múltiples modificaciones.
Autor:
María de las Mercedes Suárez
[1] V Congreso ALAIC IBERCOM -Sociedad de la información: Convergencias diversidades- Pág. 2.
[2] GOMEZ-MARTINEZ, José Luis "Hacia un nuevo paradigma: El hipertexto como faceta sociocultural de la tecnología".
[3] BASSI, Bruno "Los hipertextos y la práctica educativa" cit.
[4] BASSI, Bruno "Los hipertextos y la práctica educativa" cit.
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