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Toma una aldea para criar un hijo: Reflexiones de Fin de Año

Enviado por Felix Larocca


  1. El mayor suplicio de nuestras metas quebrantadas: La dieta
  2. De La Mazorca a la Mesa
  3. La Aldea Global
  4. ¿Los niños?
  5. El concepto del meme
  6. El Espíritu de Saint Louis revisitado
  7. En resumen
  8. Bibliografía

"Y comandó Jehová Dios, al hombre: "Tú eres libre de comer de cualquier árbol en el jardín, pero no hay que comer del árbol del conocimiento del bien y del mal, ya que cuando comáis de él, ciertamente morirás." (Génesis 2:16-17)

Con el fin de cada año llega la ocasión para deliberar y examinar nuestros esfuerzos pasados, especialmente en el campo de nuestras resoluciones del año que termina.

Esta lección es acerca de la caja de Pandora que nuestras resoluciones incumplidas nos producen, y las trepidaciones causadas por resoluciones futuras que — posiblemente — serán, igualmente, consignadas al Limbo donde duermen las memorias soslayadas.

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Bayard Iowa

El mayor suplicio de nuestras metas quebrantadas: La dieta

Es de interés saber, que todo lo que, como alimento, consumimos, en el mundo civilizado — en ese mismo mundo donde la epidemia de la obesidad progresa a ritmo desenfrenado — se origina últimamente de plantas, animales y hongos.

Pero, aunque la comida parece, de algún modo, importarnos, poco sabemos de sus orígenes y de cómo a nuestras bocas — sino a nuestras mesas — llega.

De La Mazorca a la Mesa

Dediquemos un instante de esta lección a examinar la trayectoria que discurre una hamburguesa de McDonald camino a nuestros paladares. Información que hemos obtenido del USDA, o Departamento de Agricultura estadounidense.

El principio de la jornada de este emparedado — putativo enemigo de la salud — es una granja para la siembra de maíz, posiblemente, en el estado de Iowa. Yo las conozco, y las he vivido, ya que visitaba con frecuencia, la que los familiares de mi esposa cultivaban.

El maíz se utiliza para alimentar la vaca que parió el novillo, cuya carne se convertirá, eventualmente, en la base del sándwich. El maíz asimismo produce el aceite donde se freirán la carne del becerro y las papas, como también el sirope que edulcorará las sodas y las batidas, que son acompañamiento acostumbrado de este refrigerio; que contribuye, de manera enorme a la globesidad fulminante.

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Si también examinamos otra de las comidas provistas por la misma cadena de fast food americana — por ejemplo, en la preparación de Chicken McNuggets — el maíz representa 13 de los 38 ingredientes que se mezclan en producirlo.

En la dieta norteamericana y, extrapolándola con la que, de manera progresiva, será la de nuestros países: de 45,000 artículos en un supermercado moderno más de un 25% contiene maíz.

Aparentemente, lo que los aborígenes norteamericanos intuyeran, cuando veneraban la cornucopia simbólica de la abundancia proveniente de este cereal era cierto.

El maíz de los maíces…

El maíz colma, en medida generosa, el bolsillo del agricultor, mientras que, asimismo, engruesa a toda una nación de manera insidiosa.

El maíz nuestro de cada día…

Los Estados Unidos, depende para nutrir sus habitantes, de dos fuentes primarias de recursos: el maíz y el petróleo.

Aunque los combustibles no llegan de modo directo a nuestras mesas, casi todo lo que, en éstas se sirve — para su cultivo y transporte — utiliza cantidades enormes de hidrocarburos fosilizados de donde los carburantes provienen.

Pero, no es sólo combustible como se utiliza, sino que éste se combina con los fertilizantes que, de rutina, se aplican a las cosechas para alimentar las plantas. Lo que, además, se añade a los pesticidas para eliminar los insectos y, que, como debe de esperarse, asimismo llenan los tanques de nafta que mueven los camiones y locomotoras, que finalmente acarrearán el grano a su destinación final: nuestros estómagos. Mientras que forman parte constituyente en la manufactura de los contenedores en los que se embalan.

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EL resultado: una escopeta de dos cañones. La nación norteamericana, como expresara el ex Presidente G W Bush, está "adicta al petróleo"; y consume sus alimentos, como si fueran adictos a las fast food, reflexionamos nosotros.

Pero el uso del maíz no se limita a alimentar el ganado. El maíz también nutre las aves de corral, engorda los cerdos y ahora, hace lo mismo con los pescados criados en granjas.

Pero, hay más, mucho más…

La leche que el americano tanto disfruta, proviene de reses alimentadas con este grano, mientras consume huevos de gallinas que viven del maíz, la harina, que por su mayor parte, también es proveniente del maíz, se usa en todas las cocinas para preparar toda variedad de alimentos. El aceite de maíz y el sirope de este grano son ubicuos y forman bases para la preparación de casi todo lo que emerge de las cocinas en esa Meca mundial de la obesidad portentosa.

El HFCS, controversial, en esencia, y reconocidamente, perjudicial para la salud, se encuentra presente en los jugos y hasta en la pasta de dientes.

Pero, ahí no se detiene la progresión incontenible de este versátil cereal. El alcohol que atiza la cerveza, que a tantos les expande la cintura, proviene del maíz. Éste asimismo está en el yogur y en el kétchup. También lo encontramos en la mayonesa, la mostaza, las salchichas, el salami, los embutidos ahumados, los aderezos de ensalada y las vitaminas.

Casi olvidé… los cornflakes y el popcorn — los que serían redundantes mencionar, por estar hechos de maíz.

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Si es cierto que somos lo que comemos: entonces, somos maíz.

Anthelme Brillat-Savarin (1775-1826) escribió en Physiologie du goût, ou Meditaciones de Gastronomie Transcendante de 1826: "Dis-moi ce que tu Manges, je te dirai ce que tu es." [Dime lo que comes y te diré lo que eres].

Pero, toda cosa "buena", lleva su precio.

Cada fanega de maíz cultivado industrialmente, consume el equivalente de un tercio a un galón de combustible.

¿Qué sucede con este combustible?

Muchos asuntos de naturaleza insospechadas ocurren. Una parte del carburante se evapora y retorna a los campos desde los cielos como lluvia acidificada, otra se filtra hacia el agua subterránea o freática, mientras que otra se desliza hacia los ríos — afectando el agua potable y envenenando los ecosistemas marinos.

No es nada trivial… ¿Verdad?

De acuerdo con el historiador Whitney Cross, quien de manera profética lo predijo en 1840:

"Todos nuestros prospectos futuros son dudosos. Tenemos que considerar cómo contender con el elemento humano. ¿Cómo pueden los granjeros del mundo, un montón de personas lerdas, ser educados a tiempo? Y ¿cómo será con los industrialistas del mundo, quizás no tan ignorantes, pero muy egoístas, para ser controlados?"

La lógica industrial a la que Cross alude es el hecho de que granjas inmensas solamente siembran maíz. Cuando el precio del último baja, la solución — razona el granjero — es sembrar más para el año siguiente.

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Estatua erigida en El Museo McDonald para celebrar los 40 años del Big Mac (¿Quién es el "Big Mac" en esta foto?)

Right? Wrong!

¿El resultado paradójico? Ganando menos por su siembra, el hacendado crea un excedente de grano barato al que hay que encontrarle salida en el mercado.

La mejor solución siempre ha sido: buscar e inventar nuevos métodos para su consumo con la ayuda de políticos comprados y del gobierno venal.

Sin embargo, la pregunta que aquellos quienes se interesan en preservar la calidad de nuestra comida deben de formularse a sí mismos, es la siguiente:

Comer tanto maíz y sus derivados indirectos y directos: ¿es beneficial para nuestra salud?

No lo sabemos, pero es prudente pensar que no lo es, si somos testigos de los resultados horribles de nuestra manera de empacharnos con calorías en exceso.

Algunos intelectuales, como Michael Pollan (autor de The Omnivore"s Dilemma) tratan de revertir el proceso de nuestra dependencia en comidas industrializadas que, por su preparación, han degradado el entorno y afectan negativamente nuestras vidas. Pero, ya hemos llegado al "punto de no retorno" y nadie pensaría en tratar de modificar sus comidas, aunque en ello su misma vida dependiera — como en realidad sucede.

La Aldea Global

Usando el cerebro como análogo, Marshall McLuhan avanzó la idea de un mundo, que se ha contraído, como resultado del avance en las comunicaciones. Usando como metáfora la de una red vasta de sistemas entrelazados, que forman un sistema nervioso central que nos conecta a todos.

Hace unos meses que me tocó la buena fortuna de visitar a una dietista a quien conociera por muchos años cuando trabajara con nuestro equipo.

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La aldea global

Debido a su salud, se dedica a su jardín, sus nietos, a escribir sus memoirs y a cantar en el coro de su iglesia.

En el vestíbulo de su casa se sorprende el visitante por la presencia de un cuadro inesperado. Colgado en la pared se encuentra la foto de una hamburguesa "famosa" cuyo nacimiento se celebró el 22 de agosto del 1940.

Riéndose, me explica: "la foto estaba colgada en la oficina de la psicóloga del colegio de mi nieta… Lo que es peor, la pobre mujer, creía que el cuadro era apropiado para dar comienzo a alguna discusión didáctica…"

Como McLuhan dijera, "el medio es el mensaje". La foto, en casa de Cindy — nuestra amiga — si, se examina con parsimonia, todo lo expresa.

Vivimos en una aldea, que se achica progresivamente. Aldea en la cual todos compartimos la responsabilidad y el deber de informarnos a nosotros mismos y de informar a los demás.

No podemos seguir permitiendo que los gobiernos sean nuestros guardianes ni que los medios de comunicación sean nuestros peritos.

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Culí de 96 años…

Aquí no aplica el beneficio del perdón por Jesús, crucificado, peticionado para quienes no saben lo que hacen

No podemos permitir que nuestra comida sea politizada y vendida como si no nos afectara. Por ejemplo, un sándwich submarino transporta en su contenido unas 2 mil calorías de sustancias que engordan y otras que además son nocivas.

Lección esta última, que nadie nos enseña, por no conocerla o por ser de escasa importancia; pero que es de la mayor relevancia saber, en lugar de celebrar bulliciosamente, la apertura de otro establecimiento para servir comidas dañinas — como tantos hacen con regocijo demente

El público, como en tantos artículos hemos constatado, carece de los conocimientos para decidir casi nada. Recayendo la responsabilidad en los hombros de quienes están en cargo de darle las direcciones que necesitan y de las que, ostensiblemente, carecen.

Esa responsabilidad pertenece a los científicos (que no se hayan vendido a los intereses creados, como tantos han hecho con la industria del tabaco), o a los ciudadanos cultivados donde quiera que éstos estén.

Datos abundan que soportan la tragedia de una nación, que, como los Estados Unidos, es gobernada por la conveniencia de unos cuantos, que imponen sus deseos para engañar al pueblo. (Como ha logrado exitosamente, la industria tabaquera). (Para continuar leyendo: http://bookhaven.stanford.edu/2011/12/the-deadliest-artifact-in-the-history-of-civilization-%E2%80%93-and-the-worst-is-yet-to-come/comment-page-1/#comment-78617).

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Esto nos hará tomar más leche

Un ejemplo citado por el Profesor Warren Belasco: "Los estancieros, habiendo producido comida en exceso, durante la II Guerra Mundial — los precios de la comida comenzarían a bajar en el 1948. Pero, la producción no disminuyó su progresión. Los oficiales y economistas del Departamento de Agricultura preocupados, exhortaron a cada americano a consumir 40 libras adicionales de carne al año y a beber 200 litros de leche adicionales…" Obesidad por decreto.

Esta barrabasada irracional inspiró, en 1947, al fundador de la Escuela de Nutrición de Cornell University, a expresar la idea de: que, de no producirse más cereales que nos llegaran vía el consumo de carne, nos reduciría a vivir en una dieta de culí. (Et tu Brute?).

La cornucopia de la abundancia, no puede ser confundida con la cornucopia de la sobrealimentación y su final maldición: la obesidad con su plétora de complicaciones médicas.

El remedio no es simple, aunque puede ser encontrado en la aplicación rigurosa de lo evidente; derivado de los conocimientos científicos y de nuestras observaciones empíricas e informales.

Nosotros hemos evolucionado muy cerca de las plantas, sin embargo, muy poco entendemos acerca de sus misterios adaptivos y menos aún sabemos cómo incorporarlas en nuestras vidas, para servirnos de ellas.

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¿Enemigo o amigo de la salud?

Como género, dependemos de una dieta animal, a pesar de que nuestra saliva está adaptada hacia el punto de la preferencia vegetal. Lo que no es obstáculo para que dietas como la de Atkins y de la de Dukan continúen existiendo sin ser reguladas.

En los establecimientos de fast food los vegetales se ofrecen de modo cosmético. Es decir para que todos sepan que se sirven, aunque nadie los promueve como parte esencial de la nutrición, ya que a nadie atraen, y en su venta no es de donde se acopian los dólares.

Muchos pediatras ignoran que la leche humana y la de vaca no son idénticas, insistiendo en que sus pacientes continúen el consumo de la última después del desmame.

Práctica absurda que los ganaderos promueven usando personajes famosos en sus anuncios, quienes, por una suma adecuada se prestan a todo — aun a promover la venta de Viagra, como hiciera el ex candidato presidencial norteamericano, el debilucho Bob Dole.

Prosigamos

Las plantas son desconocidas en sus usos dietéticos por la mayoría de quienes supervisan los programas de perder de peso.

Sin embargo, las plantas tienen historias fascinantes que compartir, si es que las queremos aprender.

Las plantas poseen una destreza insólita para poder sintetizar, por recombinación, los compuestos más extraordinarios.

Veamos

La nicotina, es una toxina que paraliza y provoca convulsiones en algunos animales que la ingieren — nosotros la fumamos.

La cafeína, disloca el sistema nervioso de algunos insectos, robándole el apetito y causándoles la muerte — a nosotros nos desvela, nos produce taquicardias y provoca las crisis del vértigo de Ménière.

La datura, vuelve a sus predadores locos con alucinaciones aterrantes. A pesar de ello, hemos creado, en algunos países, una cultura del LSD y la aplicación del uso de los enteógenos. (Véanse mis ponencias al respecto).

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Cuenten los párvulos gordos…

Los pastores abisinios saben que sus rebaños se intoxican si los animales comen de ciertas bayas. Otros han observado aves borrachas que se estrellan contra los parabrisas de automóviles, luego de comer ciertas fresas.

Por supuesto, la quinina, la morfina, el curare, la rawolfia y muchas otras especies son plantas medicinales que nos prolongan la vida.

Las plantas que alteran nuestras percepciones llenan el lugar del "cuarto instinto" del que Siegel nos habla. Los esquimales eran los únicos humanos que no usaran vegetales para intoxicarse. Pero, ya eso ha cambiado, confirmando la necesidad de nuestro género de alterar su mente — con planta o comida — o, preferiblemente, con ambas.

En un libro que goza de merecido prestigio, Andrew Weil, describe de cómo los niños muy jóvenes procuran el exceso de energía, que el azúcar refinado les suministra, con su efecto similar al de las drogas. Weil lo llama: "la droga preferida del niño".

¿Los niños?

Sí, ellos… Quienes, a continuación, serán mencionados.

Parte del título para esta ponencia deriva del folklore, presumiblemente africano, y no del libro controvertido que "escribiera" Hillary Clinton cuando era Primera Dama de los Estados Unidos.

Toma una aldea para criar un niño

Nosotros criábamos nuestros niños en las tribus primitivas como parte del esfuerzo colectivo. Todo se compartía porque todo el trabajo y toda labor eran divididos.

Ahora, mientras más tenemos, menos compartimos, y lo que con otros compartimos lo hacemos muy a regañadientes.

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Mañana comienzo mi nueva dieta…

Aquí me refiero a conocimientos básicos que asistirán a nuestra progenie, en tiempos futuros. Para lograr evadir las trampas que la sociedad irreflexiva y la industria rapaz les tienden cuando los enseñan a comer de modo viciado.

El concepto del meme

Esta es una palabra que el zoólogo/genético inglés Richard Dawkins introdujo en su libro The Selfish Gene. (Para leer más: http://www.monografias.com/trabajos49/trastornos-del-comer/trastornos-del-comer)

Es simplemente una unidad de información cultural que se transmite de generación a generación.

Puede ser una idea, el idealismo de don Quijote, la construcción de la Torre de Eiffel, una melodía, un poema, la noción del infierno, la proliferación de la gordura, los arcos de McDonald y las historias con las que, como el flautista de Hamelin, soñado por los Hermanos Grimm, a nuestros niños seducen, como hoy lo hace Ronald McDonald.

Meme es el concepto cultural, sin representación física, que replica la misma función que los genes hacen biológicamente.

Los memes, de acuerdo a Dawkins poseen un aspecto de transmisión adaptiva — aunque a veces, estimamos que lo opuesto sucede.

Para mí el concepto mismo es de naturaleza incalculable, porque justifica y explica los espectáculos tristes de que, a menudo somos testigos.

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Los canabinoides y el cerebro

Una abuela, compra a sus nietas, ya regordetas, un pizza a cada una, seguida por una batida y un helado. Camino a la casa, compra dulces y les promete hamburguesas de cena.

En sus mentes infantiles, algo quedará indeleblemente grabado. Sin aventurarnos muy lejos, cuando decimos que las niñas asociarán cariño con comida — como si droga, ésta fuera — como más adelante veremos.

El Espíritu de Saint Louis revisitado

Es el año 1988, la ciudad es Saint Louis. Un investigador, hasta entonces desconocido, de la Saint Louis University Medical School, Allan Howlett, descubrió un receptor específico responsable por los efectos de la marihuana (THC) en el cerebro.

Este descubrimiento, más adelante, contribuiría al avance del entendimiento de los sistemas de recompensa cerebrales.

En el 1992, unos treinta años de su descubrimiento del THC, no del receptor en el cerebro, lo que a Howlett, le tocara; Raphael Mechoulam, descubre en el cerebro su propio canabinoide endógeno, lo que llamara la anandamida, por la palabra del sánscrito por "molécula de la extasía".

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¿Recuerdan?, esta molécula existe en el chocolate. (Para leer más: http://www.monografias.com/trabajos89/verdad-acerca-del-chocolate/verdad-acerca-del-chocolate)

Los investigadores, encontraron evidencia de que los receptores canabinoides se hallan diseminados y esparcidos por todo nuestro cuerpo.

Estos agentes median nuestros dolores desde el parto y el nacimiento, hasta la muerte. Así se colige, porque están presentes en partes inesperadas: especialmente, en el útero.

Los deseos por comer chocolate, durante las menstruaciones, pueden ser así explicados.

Para finalizar, parece, que los sistemas canabinoides de nuestros cuerpos ayudan a la mujer a olvidar los dolores del parto — entre tantas cosas desagradables, que en nuestras civilizaciones, deben de olvidar — además de la penuria de ser mujer. (Véanse mis ponencias al respecto).

En resumen

La iteración y el ejemplo son métodos de aprendizaje fidedignos.

Tenemos que comenzar a enseñar, por precepto, a nuestra juventud y pueblos. Para que aprendan a evitar a quienes los seducen orientándolos por caminos desvariados.

Yo no veo la gran diferencia entre tentar a un niño, con comidas y dulces que lo harán gordo, y en enseñarle a fumar.

Al fin y al cabo, ambos resultarían ser idénticos: instintos, o módulos aberrantes productos del entorno.

Fin de la lección

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Un libro para todas las estaciones

Bibliografía

  • Larocca, FEF: Los enteógenos, el chamanismo y los estados de conciencia alterados, incluyendo la psicoterapia que Freud Concibiera… en monografías.com

  • Larocca, FEF: El Acto y la Acción de Comer: Un Drama en Tres Actos en monografías.com

  • Larocca, FEF: Anandamida en el Útero en monografías.com

  • Pollan, M: (2007) The Omnivore"s Dilemma Penguin

  • Cross, W: (2006) The Burned-Over District Cornell

  • McLuhan, M: (1989) The Global Village: Transformations in World Life and Media in the 21st Century with Bruce R. Powers; Oxford University Press

  • Belasco, W: (2006) Meals to Come: A History of the Future of Food U of CA

  • Larocca, F. E. F: (2007) Dangers of HFCS – High Fructose Corn Syrup en monografías.com

  • Siegel, R: (1989) Intoxication Dutton

  • Weil, A: (1986) The Natural Mind: An Investigation of Drugs and the Higher Consciousness Houghton Mifflin

  • Larocca, F. E. F: (2007) Lección Número 16 UD (donde se enseña de la adicción de un niño a la lactosa) en monografías.com

  • Dawkins, R: (2006) The Selfish Gene Oxford

  • Pollan, M: (20020 The Botany of Desire Random House

  • Larocca, F. E. F: (2007) El Desayuno… en monografías.com /cgi-bin/search.cgi?query=desayuno%20larocca

  • Proctor, R: (2012) Golden Holocaust U of California Press

 

 

Autor:

Dr. Félix E. F. Larocca