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Dios y la educación – La Pedagogía de Jesús y la Escuela que soñamos (página 2)

Enviado por alexortiz2004


Partes: 1, 2

 

CAPÍTULO 3: DIOS Y EL DESARROLLO DE COMPETENCIAS.

3.1. Competencias afectivas y espirituales de Jesús: Amor y Felicidad.

3.2. Competencias comunicativas de Jesús.

3.3. Competencias laborales de Jesús.

3.4. Paz y armonía como capacidad de emprendimiento.

CAPÍTULO 4: DIOS Y EL CURRÍCULO.

4.1. El currículo de Dios.

4.2. La Biblia como recurso didáctico y herramienta curricular.

CAPÍTULO 5: DIOS Y LA DIDÁCTICA.

5.1. Desempeño pedagógico de Jesús. Su modo de actuación humano y profesional.

5.2. Modelo de clase redentora, reconciliadora y pacificadora.

5.3. Estrategias de enseñanzaaprendizaje utilizadas por Jesús.

CONSUMACIÓN.

La calidad de la educación vista en Jesús y su obra.

GÉNESIS

¿Por qué es necesaria una educación basada en la obra de Jesús?

Hacia una Teoría del Aprendizaje Divino (TADI)

Este es un libro de Dios, sobre Dios, desde Dios, en Dios, por Dios y sobre todo para Dios.

Los componentes básicos de la Pedagogía deben estar siempre en consonancia con las Leyes de Dios, fundando los cimientos de una estructura mental que proporcione el éxito y la felicidad en la persona que las aprenda y las aplique en su vida cotidiana.

En este libro se muestran el dinamismo y acción eficaz de Jesús, como rasgos muy especiales que lo convierten en un protagonista muy propicio para esta época de Globalización, Tratados de Libre Comercio, empresarios, ejecutivos, y hombres y mujeres de negocio. En ese sentido, el libro es una alternativa de solución a los males de un mundo caracterizado por la ambición, el narcisismo, odios de todo tipo, enfermedades incurables, la división, la discriminación racial y sexual, la miseria, las guerras, el hambre, el desempleo, las persecuciones, la explotación, las injusticias, las desesperanzas y el temor al fracaso, lo cual, a nuestro juicio, son consecuencias de un sistema en decadencia, un proceso y una institución educativa que han colapsado porque proporcionan un aprendizaje que ya no es válido para el tercer milenio.

En este libro se plantea una nueva teoría acerca del aprendizaje humano, la "Teoría del Aprendizaje Divino" (TADI), basada en las cualidades, atributos, características, particularidades del Aprendizaje Divino que, integradas en un sistema, constituyen las principales categorías y configuraciones de la TADI y se convierten en componentes del Decálogo Axiopedagógico que he llamado "Decálogo del Aprendizaje Divino" (DADI).

Ahora bien, cuando se plantea una nueva teoría, a veces resulta útil indicar los enfoques a los cuales se opone de manera más radical y contundente. En este caso sólo la Fe es un categórico y contundente argumento de oposición a otras teorías, no obstante, haré alusión a algunas sin mencionarlas para no herir susceptibilidades y no crear una discusión estéril que no nos conduciría realmente a nada significativo. Lo más importante es creer aunque no vea.

En mi crítica no voy a mencionar a ningún autor en particular (son muchos los equivocados) porque creo que ahora eso no es lo más importante, ni voy a hacer alusión a ninguna teoría específica ni a ningún modelo pedagógico (a veces mal llamado así).

Sólo siento y quiero decir que no es justo, objetivo, ni razonable, que se considere al ser humano como un animal superior y se reduzca groseramente la divinidad del ser humano a una similitud lineal entre el mundo humano y el mundo animal. Y peor aún, que se generalicen resultados obtenidos en experimentos con animales y se extrapolen al contexto humano. ¡Qué barbaridad, chico!, ¡Qué cosa más grande!, como diría cualquier paisano mío.

La humanidad disfruta de una relación especial con Dios todopoderoso, nuestro Señor, único Creador de todo el Universo, debido precisamente a que fuimos creados a su imagen y semejanza, y por ello hay un gran abismo de separación entre los seres humanos y los animales o el resto de seres vivos creados por Dios.

Los seres humanos no somos simples animales de dos pies con capacidades, inteligencias y un cerebro altamente desarrollado. Por el contrario, somos personas creadas a imagen y semejanza de Dios, y por consiguiente, tenemos libre acceso a él, participamos y disfrutamos de los beneficios del ambiente, el entorno y la naturaleza divina.

Dios nos dotó (a los hombres y a las mujeres) con la preciosa y necesaria habilidad de vivir la maravillosa vida intrínseca de la mente a través del pensamiento interno (cognición), la verbalización externa (expresión) y la manifestación de nuestras emociones, sentimientos, y amor (afectividad) por el prójimo, y nos dio la capacidad de dejar huellas positivas de amor en nuestros semejantes, así como trascender nuestro mundo y el de nuestro propio ser mediante la conciencia.

En las escrituras se acepta y se respalda la consideración de varias dimensiones humanas, varias partes del hombre como partícipes y contendoras de la imagen de Dios. Luego entonces, si Dios es Amor, ¿Qué somos nosotros los seres humanos?, la respuesta es obvia y lógica: Amor. Los seres humanos en la creación fuimos dotados de amor, bondad, confianza, racionalidad y justicia.

Sin embargo, en la actualidad los jóvenes ya no son tan amorosos, bondadosos, responsables, laboriosos, estudiosos, racionales, amables, solidarios, disciplinados, ni justos. Tanto la sociedad humana en general como las relaciones personales individuales están plagadas de violencia, alienación, irracionalidad, ingratitud, atraco, enajenación, brutalidad y egoísmo.

La humanidad ha cambiado, lo podemos observar en nuestra cotidianidad, y este cambio es la consecuencia de su rechazo a Dios y haber elegido su propio camino. Como resultado, las personas se alienaron de Dios (Génesis 3:8-10), (2:17; 3:19).

No obstante, aunque la imagen se ha fracturado y distorsionado gravemente, no ha sido destruida (Génesis 9:6; 1 Corintios 11:7; Jonás 3:9).

Aunque la imagen se ha quebrantado y desfigurado enormemente, no ha sido destruida totalmente, aún no ha sido pulverizada del todo, aún existen en la humanidad cenizas de la imagen después de la caída, algunos fragmentos de estrellas divinas aún iluminan nuestro horizonte en medio de la sociedad putrefacta y menguada. Por lo tanto, aunque las personas están torcidas y perdidas como resultado de la caída, aún son seres humanos.

Estos criterios, preceptos y fundamentos basados en la Fe cristiana nos llevan a plantear algunos (no todos) postulados de la Teoría del Aprendizaje Divino (TADI).

TEOPEDAGOGÍA: PEDAGOGÍA BASADA EN DIOS

PRINCIPALES POSTULADOS DE LA TEORÍA DEL APRENDIZAJE DIVINO (TADI)

  1. El estudiante es el ángel de la educación. Imagen divina del estudiante.
  2. Los sujetos del proceso de enseñanza – aprendizaje son Jesús, los estudiantes y el maestro.
  3. El maestro es un reconciliador en restaurar la imagen de Dios en los estudiantes.
  4. La educación es un proceso divino de redención. La finalidad de la educación es redimir.
  5. La educación es una relación entre sujetos divinos: Dios, el maestro y el estudiante.
  6. Existe una estrecha relación entre la Fe y el Aprendizaje.
  7. La divinidad interviene en el proceso de enseñanza – aprendizaje. El aprendizaje es un acto de intervención divina.
  8. Para que se revele el aprendizaje divino debe haber una interconexión (mente, corazón y espíritu) entre el maestro, Dios y el estudiante (conexión trialógica, holística y configuracional)
  9. Dios no sólo dota al ser humano de las capacidades intelectuales (cerebro humano) para aprender y aprehender sino que interviene divinamente en el propio proceso de aprendizaje de los niños (as).
  10. Dios desempeña un papel significativo en el desarrollo armónico e integral de la personalidad de los niños (as).

El libro se estructura en cinco capítulos a través de los cuales voy describiendo la teoría planteada. El primer Capítulo lo dedico a DIOS Y LOS ACTORES EDUCATIVOS. En este capítulo respondo la pregunta ¿Qué es el estudiante?, analizo su naturaleza humana y su rol en el proceso de aprendizaje y justifico la imagen divina del estudiante como ángel de la educación. Igualmente analizo la pregunta ¿Qué es el maestro?, describo su rol en el proceso de enseñanza y lo caracterizo como un agente de paz, amor y reconciliación. Declaro las competencias pedagógicas que debe desarrollar el maestro del siglo XXI. Posteriormente presento y defiendo a Jesús como único y eterno modelo de maestro y líder formativo, describiendo las cualidades de un verdadero maestro. Y finalmente expongo el verdadero rol de la familia, la escuela y la iglesia en la educación redentora.

En el Capítulo 2 establezco la relación entre DIOS Y EL PROCESO FORMATIVO. Comienzo planteando la finalidad de la educación basada en Cristo Jesús, propongo una Pedagogía redentora, reconciliadora y pacificadora: La Pedagogía del Amor, hago un símil didáctico entre el proceso de enseñanza y el Ministerio, conceptualizo y caracterizo la Enseñanza Cristiana y el Aprendizaje Divino, y por último sustento la educación de los valores en la escuela como un imperativo impostergable.

El Capítulo 3 lo reservé para un tema muy manido y controvertido en la actualidad: DIOS Y EL DESARROLLO DE COMPETENCIAS. Hago una exposición detallada de las competencias afectivas y espirituales de Jesús: el Amor y la Felicidad. Igualmente expongo sus competencias comunicativas y laborales. Y por último relaciono la paz y la armonía como capacidad de emprendimiento.

DIOS Y EL CURRÍCULO es el Capítulo 4, en el que hago algunas consideraciones curriculares acerca del currículo de Dios y justifico "La Biblia" como el principal recurso didáctico y como una herramienta curricular.

El quinto y último capítulo: DIOS Y LA DIDÁCTICA, lo dediqué al desempeño pedagógico de Jesús y su modo de actuación humano y profesional. Presento el modelo de clase redentora, reconciliadora y pacificadora a partir de las enseñanzas de nuestro Maestro Jesús, y describo desde el punto de vista metodológico las principales estrategias de enseñanza – aprendizaje empleadas por Jesús. Finalmente, en el aparte de la "CONSUMACIÓN", hago un análisis de los principales mandamientos de la calidad educativa vista en Jesús y su obra.

Reconozco que el presente libro no trata en forma exhaustiva el tema de la Teopedagogía, la Pedagogía basada en Dios y su relación con la Educación, faltan muchos elementos importantes que aún estamos investigando y que hemos reservado para una segunda obra que próximamente estará en tus manos. El libro tampoco pretende ser una explicación detallada de la educación, la pedagogía, la didáctica, el currículo y las estrategias metodológicas, para que los maestros las pongan en práctica de manera dogmática.

El propósito del libro es analizar, explorar, examinar y reconocer algunos de los fundamentos y postulados básicos de una educación redentora, pacificadora y reconciliadora, basada en el aprendizaje divino, que surgen de las creencias y de la Fe de la existencia de Dios, nuestro Señor, todopoderoso, porque estoy convencido de que no se mueve una hoja de un árbol sin la voluntad de Dios. Por eso afirmo que el ritmo, estilo y nivel de aprendizaje también depende de la voluntad de Dios. El señor con su intervención divina influye en el aprendizaje. De ahí la Teoría del Aprendizaje Divino. De cualquier manera, aún es necesario continuar reflexionando, integrando ideas, sistematizando y configurando elementos divinos. No obstante, estos postulados sirven de guía para la acción pedagógica dentro de un contexto educativo particular.

Maestro, padre de familia, joven: si este libro te pone a pensar acerca del carácter divino de la educación, entonces cumplí mi objetivo y el objetivo del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén.

CONSUMACIÓN

La Calidad de la Educación vista en Jesús y su obra

Como aquellos griegos que fueron a las fiestas a Jerusalén y hablaron con Andrés y Felipe, mucha gente hoy "quiere ver a Jesús" (Juan 12: 21). Pero no el Jesús estereotipado de los altares y prédicas tradicionalistas. Alguien tiene que mostrarles a un Jesús diferente: un Jesús cercano, concreto, actual, solidario con la realidad en la que nos movemos y vivimos hoy; un Jesús como el que cautivó en sus contemporáneos en la palestina del siglo primero. El Jesús sabio, sencillo y cercano que hablaba la lengua de su pueblo, sentía sus sinsabores y frustraciones, aliviaba sus penas y dolores y los desafiaba con su evangelio de amor, solidaridad y perdón. Ese Jesús encantador y poderoso, pero a la vez sencillo, humano y amoroso que enseña los altos ideales de la santidad y la virtud, al mismo tiempo que comprende nuestras flaquezas, fallas, debilidades y miserias.

Para descubrir al Cristo verdadero en medio de tantas falsificaciones de Cristo, debemos regresar a las fuentes: a los evangelios, a la Biblia. Allí está el verdadero Cristo. Lo sorprenderemos en acción, tal como él es. Trascendente, como hijo de Dios, y uno con el padre y el espíritu santo.

Este Cristo, en verdad supera la capacidad de comprensión de nuestra mente porque pertenece a los arcanos misteriosos de la divinidad. Pero aún así, sin comprender del todo el misterio del Jesús, hijo de Dios, nos será de mucho provecho saber que contamos, en el seno de la trinidad, con un Cristo que ha existido siempre y que es infinito en poder y majestad, tal como lo describe Juan en el prólogo de su evangelio (Juan 1: 1-14). Pero a la vez un Cristo que ha puesto esos mismos poderes y prerrogativas de su divinidad al servicio de los hombres, como garantía de gracias y bendiciones para todos los que se hacen sus seguidores y amigos.

Maestros, padres, estudiantes. Iglesias, escuelas, familias: Busquemos a Jesús, al Jesús cercano, actualizado, hombre con los hombres, pobre con los pobres, de nuestra propia raza y de nuestro propio tiempo. De hecho, de todos los tiempos. La intemporabilidad que le asigna su divinidad le permite hacerse actual: Hombre – Dios de todos los tiempos y de todos los hombres. En él se dan cita el tiempo de Dios (kairós), con el tiempo de los hombres (kronos).

Después de resucitar, vencedor de la muerte, ésta ya no tiene poder sobre su existencia, que aunque sigue siendo humana, a la vez que divina, no se circunscribe a una sola época, sino que se extiende a todas las épocas. Por eso Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos.

Jesús se identifica con nuestras angustias, zozobras y problemas. Lo puede comprobar observando su forma de actuar. Todas sus palabras revelan una franca simpatía por todo lo humano. La educación es una actividad humana, del humano, para el humano y por lo humano. Praxis y síntesis creadora de humanismo. Por eso la calidad educativa debe evidenciarse en la calidad humana, en la calidad de vida, en el amor. Jesús es sensible, tierno, delicado, compasivo, tolerante, abierto, flexible, claro, espontáneo, franco, sincero y comprensivo.

Debemos sentirnos halagados, complacidos, satisfechos, exitosos y felices con el amor enseñado y practicado por Jesús. Es envidiable la formación humana e integral de Jesús: el hombre perfecto, el maestro del buen vivir, apacible y humilde, sereno ante las crisis y los peligros, sabio e incisivo ante la insidia, valiente y enérgico ante el pecado y la injusticia, generoso y comprensivo ante el arrepentimiento, noble y magnánimo para con los enemigos, elocuente y profundo en la exposición de la verdad, responsable y valiente ante el deber, fiel a su misión hasta la muerte.

Son muchas las cualidades de su personalidad de gran pedagogo y mucho lo que puede decirse de su metodología de enseñanza, avanzada para su tiempo; su equilibrio emocional, su madurez, su sensatez, prudencia y discreción; su sabiduría, su lucidez y perspicacia al hablar; su sutileza y astucia al decir las cosas; su agudeza e ingenio al trasmitir sus enseñanzas; su inspiración, iluminación e intuición; su discernimiento y percepción acerca del éxito; su sentido de justicia, su firmeza y ecuanimidad, la solidez de sus criterios; su paciencia y tenacidad; su cordialidad, amistad, compañerismo y familiaridad; su afecto, cariño, ternura, devoción y simpatía; su optimismo, confianza, convicción y fe en el mejoramiento humano.

Jesús tiene un extraordinario espíritu de sacrificio, y por sobre todas las cosas, un amor inmenso en su corazón. Fue un Maestro que amó y enseñó a amar; que confió, e inspiró confianza; que se sacrificó y demandó sacrificios. Su ideal fue el servicio. Sobre todo el servicio educativo.

Este es nuestro verdadero y único Maestro: Jesús, el Maestro Perfecto.

¿Para que buscar otros modelos de maestros si tenemos al mejor maestro, al más ganador de todos, al triunfador eterno e imperecedero? Jesús es cercano a nosotros, actualizado, hombre con los hombres, pobre con los pobres, de nuestra propia raza y de nuestro propio tiempo, de todos los tiempos. "Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos" (Hebreos 13:8). El mejor modelo de maestro que podemos buscar es Jesucristo, quien enseñaba y sigue enseñando "como quien tiene autoridad" (Mateo 7:29), vivenció, practicó y aplicó sus enseñanzas, las cuales rubricó con su sangre.

Jesús es Calidad Educativa. Por eso pienso que Jesús puede él mismo cuando quiera presentarse ante nosotros como modelo y decir: "Aprendan de mí" (Mateo 11:29). "Yo les he puesto el ejemplo, para que ustedes hagan como yo he hecho" (Juan 13:15). Hagamos pues, en el hogar, en la Iglesia, en la escuela, en nuestros salones, con nuestros estudiantes, lo que Jesús ha hecho con nosotros.

DIEZ MANDAMIENTOS DE LA CALIDAD EDUCATIVA

  1. Analizar la calidad desde el punto de partida de la organización educativa, en la mejora de los procesos, en lo interno, y no sólo en el resultado (en la validación con modelos externos).
  2. Identificar buenas prácticas internas de la organización educativa y generalizarlas a partir de la interpretación y comprensión desde los implicados.
  3. No buscar sistemas ideales de docentes, currículos y evaluación, sino líneas comprensivas que expliquen cómo es el mundo real y divino de la organización educativa.
  4. No evaluar lo bueno y lo malo de la organización educativa, sino lo que ella es, su historia, su cultura y su identidad, la presencia de Dios en la imagen divina de los actores educativos.
  5. Valorar como resultado de la calidad educativa las modificaciones estructurales afectivas y cognitivas de los sujetos implicados, sus cambios de conducta y su relación con Dios.
  6. Evaluar cómo las organizaciones educativas han logrado y mantenido el proceso, la innovación y la calidad. ¿Qué sistemas de creencias, dinámicas organizacionales, bases científicas y culturales subyacen en la calidad educativa?
  7. Combinar métodos e indicadores cuantitativos y cualitativos para evaluar la calidad educativa y valorar el grado de restauración de la imagen de Dios en los estudiantes.
  8. Aplicar la investigación acción participativa, autoevaluativa, para lograr el empoderamiento de los actores educativos, no sólo de sus prácticas sino de los preceptos de Jesús Maestro.
  9. Reflejar la complejidad de la realidad educativa de las escuelas, integrando, profundizando, contextualizando, a partir de un enfoque holístico, configuracional y divino de la educación.
  10. No desarrollar prácticas aisladas, sino integrar realidades complejas, con la Fe como premisa.

BIBLIOGRAFÍA

La Santa Biblia

Autor:

ALEXANDER LUIS ORTIZ OCAÑA, Ph. D. en Educación.

BARRANQUILLA;

COLOMBIA / 2008

Partes: 1, 2
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