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La concepción clásica de justicia en filosofía

Enviado por Joise Morillo


  1. Introducción
  2. Ética
  3. A qué llamamos justicia
  4. Conclusión
  5. Bibliografía

Introducción

La justicia, de la mano de la Ética es virtud, por ende moral absoluta. "Filantropía"

Como introducción quisiera, Plantearos un espacio para definir -muy sintetizado- lo que podría llamarse o definirse ética. Siempre llamándoos a la reflexión acerca del tópico, considerando el avance de la civilización y su planteamiento diacrónico, principalmente dirigido a la cultura occidental, pero sin embargo a la luz del reconocimiento Universal derivado de la importancia que se merece el fundamento del rubro en análisis, por supuesto un extremo valor que de no manejarse, podría haber sido -sin lugar a dudas- sustituido por un elemento con la misma función y fundamento, aunque con otra denominación. Por lo pronto no queda otra conclusión ni camino que manejar este valor como Ética.

Según la filosofía clásica, en este caso será representada por Platón, donde, un ejemplo de injusticia es una nación, Estado, donde se tenga que acudir a leyes y magistrados, o funcionarios foráneos para impartir orden, salud y/o "justicia".

De lo antes expuesto afirma:

"Pero en un Estado donde reina el desorden y las enfermedades no tardaran en hacerse necesario los hospitales y tribunales…¿Hay en un Estado señal más segura de una mala educación que la necesidad de médicos y jueces hábiles no solo para los artesanos (la clase media) y el pueblo bajo, sino también para los que se precian de haber sido educados como hombres libres? ¿no es cosa vergonzosa y una prueba insigne de ignorancia el verse forzado a acudir a una justicia extraña por no ser uno mismo justo (sus propios magistrados) y convertir a los demás en dueños y jueces de sus derechos?" Platon.

Ética

La libertad humana no es del todo real, ya que todo individuo está de cierta forma condicionado por una sociedad en la cual toda persona actúa bajo una presión social, cultural o laboral; aunque considerando a la ética y la moral, permite conservar una conciencia, misma que permite a una persona actuar en base a un criterio propio. El problema está en la incompatibilidad de la libertad humana y las normas morales, o sea en el ser y el deber ser.

El libre albedrío y su sesgo de libertad, se entiende como libertad del individuo humano para experimentar y/o desempeñarse en el mundo, de acuerdo a sus deseos mas profundos, costumbres y en el peor de los casos caprichos. Con esto el individuo humano se ha comportado de forma que: si bien, ha generado beneficio no solamente para sufragar sus más precarias sino sus más sublimes inquietudes, también ha generado perjuicio e injusticia con sus actos. Como medio de regulación de este fenómeno, la sociedad ha creado normas y reglas de comportamiento (leyes) que, deben acatarse y cumplirse.

Podría considerarse la conducta humana y de las organizaciones, como expresión de las relaciones de fuerza que imperan en las sociedades, derivado de la apropiación del excedente de producción y como producto de la perpetuidad de un modelaje de conducta general aceptada por tales sociedades.

Derivado de lo anterior expuesto se interpreta al Hombre (individuo humano) como un producto trascendente en la historia, constituido por factores naturales y sociales; como un ser relacional y/o mas bien totalmente tendiente a socializarse y, cuya conducta es reflejo de los factores que constriñen su albedrío, dentro de la ética establecida. Entonces como el individuo humano esta limitado a un estamento normativo, se debe considerar al mismo como sujeto a un Diferenciador Social, que lo condiciona a una conducta común aceptada por la sociedad que lo afecta, a este elemento acondicionador llamaremos ética. La cual lo obliga diferenciando su conducta a descartar u escoger entre los parámetros del bien y el mal establecidos por los principios filosóficos y la normativa moral vigente; el sentido de pertenencia al grupo, la actitud mostrada por los grupos de poder y de quienes ocupan posiciones de liderazgo.

La ética como expresión cultural actúa como mecanismo de socialización y regulación colectiva, que consolida una imagen social determinada. Por ende se debe interpretar la ética como el comportamiento socialmente aceptado de los individuos, como el reflejo de factores concretos que actúan tácitamente sobre ellos, condicionando la forma como satisfacen sus necesidades, expectativas y deseos.

Los factores que determinan el comportamiento ético del individuo derivado de una

conducta socialmente aceptada son:

Moral.: actúa a través de los condicionantes conductuales fundamentales, religión educación etc. principalmente derivado de los principios familiares y vinculados a un modelaje de conducta general aceptada por tales sociedades.

Coercitivo: igual que el moral actúa a través de los condicionantes conductuales fundamentales, solo que su acción, se vuelve imperante y necesaria derivado de la aplicación de norma y, la institución de las leyes.

Individual: se evidencia como la actividad personal por alcanzar sus aspiraciones.

A qué llamamos justicia

La concepción clásica de justicia en filosofía, se dirige principalmente al desempeño de la voluntad humana respecto a la praxis del bien y la adquisición del conocimiento, principalmente, conciliando sendos fundamente con lo bello, lo cual se concibe como virtud. En tal sentido, determinan la mentira como ignorancia, de modo que, solo participan en la praxis de la mentira, cuando quienes tienen en su haber demostrar virtud, adolecen de ella -capacidad, conocimiento, bondad- para lograr sus pretensiones, ejemplo: obtener o mantener proyectos que satisfagan sus ambiciones, poder, gloria, beneficios individuales, sin importarles, debido a su proceder, el detrimento de otros, de este modo, todo caso avanzará siempre tendiendo a la perversidad.

Derivado de lo antes explicado tenemos en el siglo XX y XXI una gran variedad de promotores de la mentira (demagogia) como herramienta para obtener una imagen benévola y altruista, en función de intereses propios y extremadamente sectarios. Principalmente, en manos de quienes, o no poseen, o desprecian los recursos que honesta y de buena fe podrían utilizar para el mismo propósito, pero, precisamente su ignorancia les convierte en ciegos de modo.

En este último punto estoy -respecto a la filosofía clásica- en litigio con el precepto trotskyano, en el sentido de ir en contra de afirmar que:

"no se puede ser juez sin haber experimentado la vida de un reo"

Observado de otra forma, haber sido delincuente o criminal, en todo caso: faltar a una norma establecida, En esto me manifiesto en desacuerdo única y naturalmente porque, un potencial juez, al abocarse a su propia experiencia, está limitando la causa-consecuencia de los hechos a una condición muy lejos de la ética, en vez, se tornaría moral no absoluta, empero muy particular, caso o casos de los cuales debería desprenderse automáticamente por inhibición –normalmente y principalmente cuando hay parentesco entre el juez y los litigantes- por tanto, su concepción dialéctica al respecto, se diluye por falta de alternativas y vías de soluciones desembarazadas de parcialidad, de este modo, e, inefablemente, la justicia se dispensará totalmente alterada y, con mucho índice de proveerla a quien no la merece y con el consabido detrimento del derecho a justicia de otro.

Chomsky, filósofo socialista norteamericano, observó con motivo de un arresto arbitrario en Venezuela, precisamente en afecto de un Juez, lo siguiente:

"En una época donde el mundo entero llora por libertad, la detención se María Lourdes Afiuni se destaca como un caso que debe ser remediado rápidamente, por el bien de la justicia y los derechos humanos en general y para afirmar el honorable rol que tiene Venezuela en estas luchas"

Chomsky tomado de El Nacional 2-7-2011, Venezuela.

Analizando lo anterior, Chomsky quien con sesgo izquierdista, se distancia de la injusticia, al aceptar lo anterior a favor de la jueza encarcelada en Venezuela en el 2009.

También, aun observando una evidente simpatía del filósofo por el régimen, es encomiable que considere que lo imputado como crimen a la rea, no obedece a las normas de ética jurídica, sino más bien a un gesto de voluntad política en obediencia a represión e intimidación en contra de la colectividad y los magistrados que imparten en el organismo de Justicia venezolano, presuntamente convertidos en acólitos del poder ejecutivo, por tanto, parciales y contrapuestos a los principios básicos de Ética jurídica.

El filósofo con tal afirmación advierte que esa acción ha de opacar al proceso político reivindicativo que supuestamente se está desarrollando, gestando en el país, por su apariencia injusta. Aunque podría calificarse de chauvinismo, tiene en lo profundo denunciar una falla patética y arbitraria.

De esto hay muchos ejemplos, a tales conductas, muchas mentes preclaras e ilustres las han identificado y denunciado ante el mundo, a los que atacan los injustos como profetas del desastre y traidores. Empero traidores a procesos politicos perversos con ansias de mantener el poder, acompañado de la avaricia y los vicios que sin mas identifican a esta clase de personajes y, quienes han llevado a la desolacion y la miseria a muchos pueblos.

Pedro Páramo[1]es un claro análisis de tales comportamientos, en esta obra se refleja la incapacidad de un personaje dueño y señor de manejar un pueblo con un método patentizado con la premisa de : todo el poder en una sola mano, mas aún considerando un manejo de la economía de cualquier region como "la cosa nostra", El padre Renteria –personaje de la novela– ante el Cura de Contla asi lo identifica, para el, las tierras de Comala son fértiles, pero, estar en las manos de los Páramo ha sido su ruina.

Esta alegoría identifica la actual situacion politica que afecta a varios paises de America latina y de Africa. Donde la justicia se maneja bajo la voluntad de un patriarca o despota, siempre en funcion de un sector de poder y rindiendole culto a la personalidad de un seudo lider tiránico. Para ellos el concepto de patria se ubica en los anales de la etruria antigua donde la nacion, "patria" era peculiar y la justicia se impartia derivada de la voluntad del patriarca o Pater. Lo antes expuesto, plantea una figura paternal respecto a los miembros de tales naciones, dado como resultado, de un manejo déspota de la cosa pública; lo cual, nunca tomo en consideración las verdaderas necesidades del pueblo en si, pero si, la de sus parientes cercanos y adeptos, por tanto, conformaba un verdadero nepotismo y concedía toda vez más fortaleza al poder del gobierno. "El patriarca"

Diferentemente cuando se habla de justicia, se debe, automaticamente concebir, manejar, el bien en funcion de un colectivo, lo que todos se merecen como producto de una solucion genuina y garante de la voluntad de quienes tienen la capacidad de impartir imparcialmente lo que por normas y costumbre de los pueblos debia ser justo, esta decision al ser acicate para la felicidad de todos y no de muchos, tiene como objeto obtener y lograr definitivamente lo que llamaremos en conclusión moral absoluta, filantropía, pues, al proceder con absoluta moral se procede con absoluta justicia, esto es virtud y va de la mano de la ética, cuando se procede de esta forma el unico detrimento es en contra de la injusticia. Amar alos otros como a vosotros mismos es filantropia y la unica forma de evidenciarlo es mediante la justicia. En funcion de todos y para todos de igual forma y consecuencia, aplicar moral absoluta es aplicar ética pura es impartir justicia en base a la verdad, el bien y la belleza, es simple y llanamente la estetica de Kant.

Comparativamente, lo que menos hacen los injustos en impartir justicia, se podría afirmar y apoyar las acepciones de Richard Rorty, respecto a la ironía como forma de analizar la tendencia conductual del individuo que se parcializa en beneficio de unos y detrimento de otros, plenamente identificada por la filosofia contemporánea que ha demostrado tales miserias y erroneas aptitudes. Pablo Freire acepta:

"Nadie es si se prohibe que otros sean"

Un claro gesto de justicia, lo que es bueno para uno seguramente es bueno para todos, considerando la base de la sociedad, la familia, lo que es justo para una familia debe ser justo para la sociedad. Los colectivos, llámense pueblos, naciones, se forman de individuos, pues bien para impartir justicia desde la base, al primero en garantizar justicia es al individuo, luego la suma de esas garantías individuales, garantizan, no una sino todas las garantías que se puedan reunir como total de una nación o un pueblo, entonces tendremos una garantía total de justicia.

¿Habrá o no Habrá un colectivo donde todos disfruten garantemente de justicia, moralmente mediante el sistema antes descrito?

Claro que si, entonces, como la totalidad es numérica y la moral no, al definir la totalidad de las garantías debemos ponderar una moral comparativa al respecto. Esa moral integra es moral absoluta. Todo ello define la magnifidad de los pueblos en la historia, pues, al ejercer justicia con propiedad, que es producto del manejo de la ética por la fuerza de la costumbre y configurada por la institución de la norma, todos y no muchos disfrutaran del beneficio colectivo que provee el manejo del bien y el conocimiento.

El magistrado que ha crecido en el seno de una familia donde como corolario se infunde la verdad y se practica el bien, y que por ende acepta como lo bello, inmediatamente reconocerá cualquier acción injusta, por lo tanto tendrá la capacidad de impartir justicia en función del colectivo, y, por ende, neutralizar cualquier detrimento que no sea en contra de la injusticia misma y en perjuicio de quien o a quienes con sobrada razón se le han de imputar el acto o los actos injustos, descubierto o descubiertos como perpetrados por el o ellos, lo cual verosímilmente ha de ser justicia que afecte a ellos mismos y a sus afectos consanguíneos o afines.

Aunado a lo que se ha planteado hasta ahora encontramos en el análisis realizado, un punto que aunque reviste suma importancia, quizá prístina, no podría haberse tocado sin hacer esta primera parte fundamental en la aplicación de justicia, pues no habría justicia sin antes un estudio acertado de la actividad humana, principalmente en función de contar con la total eliminación o descarte de la mentira, esto, sin lugar a otro planteamiento seria descubrir la verdad, pues no puede haber virtud sin verdad, dado que ningún bien se desprende de la mentira y esta como es ignorancia se ubica en el imperio del mal, entonces para consolidar el bien se debe por necesidad contar con la ayuda de la verdad.

La concepción moderna de la razón estableció nuevos paradigmas para determinar mediante una acepción siempre en el ámbito de la metafísica como verdad. Sin embargo ninguna verdad se puede desprender de algo netamente interno o producto de una reflexión particular y que no involucre lo externo, al contrario "pienso luego existo" es la acepción particular de quien se auto interpreta, los otros son quienes pueden confirmar tal afirmación, los otros seria el testimonio de esa existencia que se auto interpreta.

En si la verdad procede de lo exterior a lo interior y de lo inferior a lo superior. De esas certezas que dan el privilegio de asentir que se existe, que se vive y se conoce, promueve y asegura al individuo un topo veras, la más importante es conocer, esta es una verdad, pues bien, he allí con sobrada razón porque la justicia no puede existir sin conocer la verdad. Conocer contiene los otros dos privilegios, por lo tanto implica un principio de integración, luego, derivado del sentido interno obtenemos el conocimiento de la realidad solo lo que nosotros sabemos que somos, con los sentidos externos se conocerán las cualidades de los objetos (el color, la forma), y con el sentido racional captamos las sensaciones.

No obstante, como las sensaciones son el producto de lo que afecta al interior y la razón es parte de la constitución interna del individuo y todo conocimiento es almacenado internamente "La razón" (ratio) es sin lugar a dudas el grado superior del conocimiento, por tanto la razón, el espíritu, es lo más elevado que hallamos en el hombre. Pero ese espíritu al ser de uno, y de otros, la suma de todos esos espíritus, de esas razones en un mismo sentido, son la suma de lo que se conoce, lo que se obtiene del exterior, es la suma de conocer, es un conocer colectivo, que genera un solo y mismo conocimiento, pues entonces es la verdad, por tal motivo no puede haber injusticia donde se conoce un sola verdad que apoya al espíritu colectivo que clama por justicia.

Como se puede apoyar una mentira como esta:

"Una mentira repetida mil veces se convierte en verdad" Joseph Goebbels,

De ninguna forma benévola ¿Por qué? Porque el colectivo que la creo conoce tal mentira, por esa sencilla razón en esa triste frase no puede haber un fundamento que comulgue con la justicia, pero si con la injusticia, con la injusticia de aquellos que están siendo maltratados en su buena fe, aquellos que por seguir tales acepciones pueden con sobrada voluntad alterada hacerse injustos también, he allí como la injusticia es producto de la ignorancia. Y no del conocimiento puro y transparente, producto del bien y la belleza como tal, la forma más elevada de la naturaleza humana.

Conclusión

La justicia propiamente dicha, la moral absoluta, el manejo de la ética con certeza con eficiencia y eficacia es incorruptible, pues, para ello quienes disfrutan de tal situación civilizada ha mantenido un sistema social donde la educación ha proveído suficientemente el conocimiento necesario para desenvolverse en un ambiente de paz y armonía.

Derivado de nuestra naturaleza los actos del hombre carecen de conciencia o de libertad o de ambas cosas, un ejemplo claro es por ejemplo la digestión, la respiración, etc. Los actos del hombre sólo pertenecen al hombre porque él los ha ejecutado, pero no son propiamente humanos porque su origen no está en el hombre en cuanto a hombre, sino en cuanto a animal. Estos actos carecen de moral (son amorales) por lo tanto no pueden juzgarse desde el punto de vista moral como buenos o malos, si pueden juzgarse como buenos o malos pero desde otro punto de vista, como por ejemplo el fisiológico.

En concordancia con lo definido en el texto los actos humanos, son ejecutados consciente y libremente, es decir, en un nivel racional. Son originados en la parte típicamente humana del hombre, en sus facultades específicas, como son la inteligencia y la voluntad. Estos son el objeto material de la Ética y son los que pueden ser juzgados como buenos o malos desde el punto de vista de la Moral.

En un colectivo donde reine la justicia, sus jueces no habrán de necesitar haberse formado en un ambiente donde se tenga trato con gente corrompida y perversa, menos haber cometido ninguna clase de crimen para conocer con certeza la injusticia de los demás poniendo sus propios ejemplos, todo lo contrario su conducta debe ser impecable, proba a toda costa, libre de vicios, para que su visión de justicia se haga netamente generadora de bondad al colectivo que pertenece.

Sin embargo la experiencia obtenida ante los casos tratados durante su historial en la magistratura, hará que su actividad tenga la suficiente fuerza para juzgar con madures y certeza en sus sentencias, por ello un funcionario judicial joven no puede ser juez hasta no haber cumplido con una trayectoria jurista lo suficientemente extensa para conocer con propiedad como se presenta la injusticia disfrazada y por ende reconocer el bien y el mal, en otras palabras, la verdad y la mentira.

En tal sentido el mal, o donde se maneja la injusticia el funcionario judicial da muestras de bajeza de sentimientos incluso hace alarde de ser injusto, suele sostener litigios largos ante los tribunales, de modo que demuestra todas sus trampas curiales conocidas, como cosa de prestigio, suele tergiversar los argumentos, y acudir a toda clase de subterfugio como muestra de astucia para eludir resoluciones legitimas, siempre en función de cosechar un vil interés.

La justicia, sinónimo del bien, la verdad, por ende bella, es virtud derivada de conocer.

Bibliografía

Rulfo, J., Pedro Paramo

Platón, La república o el Estado

Periódico El Nacional, Venezuela

 

 

Autor:

Joise Morillo

[1] Rulfo J. Pedro Páramo, Pág. 63