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Globalización, Pedagogía y Derechos Humanos en América Latina


Partes: 1, 2

    1. Tratados de Libre Comercio y Derechos Humanos en América Latina
    2. Educar en Derechos Humanos ¿Para qué?
    3. Bibliografía

    Introducción

    Los Derechos Humanos deben entenderse como una condición de vida, como atributos inherentes a toda persona que ni la sociedad o el Estado pueden arrebatarle. Los Derechos Humanos son universales, indivisibles e interdependientes; no cabe una jerarquización de los mismos puesto que todos son de igual importancia para preservar la dignidad de la persona, es decir, no hay lugar a ninguna separación ni pensar que unos son más importantes que otros puesto que la negación de algún Derecho en particular significa poner en peligro la dignidad del sujeto, por lo que el disfrute de algún Derecho no puede hacerse a costa de los demás.

    Sin embargo, en una realidad donde la globalización financiera marca las pautas de convivencia, los Estados Latinoamericanos se han visto incapacitados para hacerle frente a las transgresiones que vulneran los Derechos Humanos de la mayoría de los ciudadanos. Algunos dirigentes políticos han realizado diversos exámenes en defensa del capitalismo dedicándose a ensalzar el crecimiento, la modernización, el elevado grado de desarrollo científico y tecnológico, sin examinar las graves contradicciones y antagonismos éste que genera y que se agudizan día a día con mayor profundidad.

    Una de las tendencias históricas señaladas en la era moderna es el movimiento hacia la globalización. Ésta puede definirse como el "conjunto de procesos que conducen a un mundo único". La globalización se logra entender como la fase superior en que se encuentra el capitalismo a nivel mundial, caracterizado por la eliminación de las fronteras económicas permitiendo la libre circulación de bienes y servicios, fundamentalmente de capitales, así como el surgimiento de entidades supranacionales como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, la Organización Mundial de Comercio, entre los más importantes, así como el surgimiento de grupos de hombres y mujeres que piden soluciones inmediatas a sus condiciones de pobreza, misma que toma dimensiones inimaginables día con día.

    Una de las consecuencias que se han originado al establecernos en un subdesarrollo capitalista es que los gobiernos latinoamericanos de las últimas décadas han promovido la instalación de empresas maquiladoras, ofreciendo como atractivo la mano de obra barata y calificada para puestos operativos y técnicos medios. En el Plan nacional de desarrollo de 1992 se puede leer lo siguiente: "…en la educación las políticas son ajustar el sistema educativo mexicano – y latinoamericano – para dar respuesta a los requerimientos de la distribución internacional del trabajo". El mismo fenómeno lo podemos observar en el ejercicio educativo. Cuando se enaltece en las escuelas la modernización, la tecnología como recurso para la enseñanza, cuando se educa para fortalecer la razón técnica sobre el análisis y la crítica, se corre el riesgo de convertir a la Educación "en una ciencia de la instrucción".

    Se deben rescatar los espacios escolares – dice Giroux – para sacar provecho del papel crítico que desempeña la educación en la reproducción del orden económico. En este sentido, la tarea del pedagogo es establecer mecanismos de ruptura del pensamiento convencional construyendo herramientas que permitan escudriñar y entender la lógica predominante para poder ejercer sobre él proyectos de cambio, proyectos que ante todo salvaguarden los Derechos Humanos de las personas.

    Educar en Derechos Humanos es de igual importancia como educar en cualquiera de las disciplinas científicas. Los planes de estudio de las escuelas latinoamericanas deben tener en gran medida la consideración de involucrar a los Derechos Humanos en el ejercicio cotidiano de la enseñanza. Mientras las escuelas sigan adoptando el modelo educativo neoliberal, sin que de estas emerja ningún cuestionamiento, los egresados se verán insensibles a la realidad en que viven e incapaces de construir soluciones ante los problemas de discriminación, exclusión, violencia y marginación en que viven las sociedades de Latinoamericanas.

    Tratados de Libre Comercio y Derechos Humanos en América Latina

    A principios de los ochenta, el alto endeudamiento de los países de América Latina combinado con el aumento de las tasas de interés internacionales, provocó una severa crisis económica que los obligó a solicitar préstamos al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial para hacerle frente a la deuda externa. Como condicionante para recibir los préstamos solicitados, los Estados se vieron obligados a alterar sus políticas públicas de acuerdo a los ‘Programas de Ajuste Estructural’. En dichos programas se estableció:

    • La reducción del papel del estado en la economía.
    • Recortes al gasto de gobierno, en especial a los subsidios y programas de asistencia.
    • La privatización de empresas paraestatales como bancos, teléfonos, etc.
    • La contención de aumentos salariales a los trabajadores para evitar la inflación.
    • Una apertura al comercio exterior.
    • La flexibilización de la fuerza de trabajo. Esto es, mano de obra barata.

    Dichas medidas son el antecedente de los acuerdos comerciales como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, el Área de Libre Comercio de las Américas, por mencionar los más importantes. Cabe recordar que en los Tratados de Libre Comercio lo que se promueve en el mercado no es sólo la flexibilidad de la importación y exportación de productos, sino también la inversión directa de capital extranjero.

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