C.93: "… Era una pequeña librería de la rue du Cherche-Midi, era un aire suave de pausados giros, era la tarde y la hora, era del año la estación florida, era el Verbo (en el principio), era un hombre que se creía un hombre. Qué burrada infinita, madre mía. Y ella salió de la librería (recién ahora me doy cuenta de que era como una metáfora, ella saliendo nada menos que de una librería) y cambiamos dos palabras y nos fuimos a tomar una copa de pelure d'oignon a un café de Sèvres-Babylone (hablando de metáforas, yo delicada porcelana recién desembarcada, HANDLE WITH CARE, y ella Babilonia, raíz de tiempo, cosa anterior, primeval being, terror y delicia de los comienzos, romanticismo de Átala pero con un tigre auténtico esperando detrás del árbol)…"
C. 132: Y mientras alguien como siempre explica alguna cosa, yo no sé por qué estoy en el café, en todos los cafés, en el Elephant & Castle, en el Dupont Barbès, en el Sacher, en el Pedrocchi, en el Gijón, en el Greco, en el Café de la Paix, en el Café Mozart, en el Florian, en el Capoulade, en les Deux Magots, en el bar que saca las sillas a la plaza del Colleone, en el café Dante a cincuenta metros de la tumba de los Escalígeros y la cara como quemada por las lágrimas de Santa María Egipcíaca en un sarcófago rosa, en el café frente a la Giudecca, con ancianas marquesas empobrecídas que beben un té minucioso y alargado con falsos embajadores polvorientos, en el Jandilla, en el Floccos, en el Cluny, en el Richmond de Suipacha, en El Olmo, en la Closerie des Lilas, en el Stéphane (que está en la rue Mallarmé), en el Tokio (que está en Chivilcoy), en el café Au Chien qui Fume, en el Opern Café, en el Dôme, en el Café du Vieux Port, en los cafés de cualquier lado donde
ANEXO Nº1.
La Maga
Como se aclara la introducción, la Maga es un personaje muy importante en el texto, y su vida, su entorno, es lo que nos permite comprender el libro, meternos en el, instalarnos en Oliveira, su vida y sus sentimientos.
Frente al orgulloso intelectual que es Oliveira, la Maga es simple y naturalmente vida, algo no razonable.
Andrés Amorós afirma que: "… Cuando Horacio, en un momento feliz, logra ver algo, descubre, a la vez, que la Maga ya lo está viviendo…"
"(…) Quizá la Maga sea un personaje complejo, pero esto es difícil de aceptar, por lo siguiente. Muchas de las ideas que tenemos de ella no es por que las formula expresamente, sino que nos son transmitidas a través de Oliveira u Horacio, como por ejemplo, la idea del amor y la belleza representada por ella…"
Así la define Ernesto Castillo, por lo que podemos afirmar que la Maga no existe sin Oliveira, porque no tendría por donde darse a conocer. Asimismo, Horacio se refleja en ella, se enamora más de ella en cada capítulo del texto, tanto así, que al llegar a Del Lado De Acá, donde ella ya no está, el la ve en Talita, la mujer de su amigo Traveler, y es eso lo que lo lleva a la locura.
Podemos tomar como ejemplo de lo expresado por Castillo las siguientes frases:
" … porque fuiste siempre un espejo terrible, una espantosa máquina de repeticiones, y lo que llamamos amarnos fue quizá que yo estaba de pie delante de vos, con una flor amarilla en la mano, y vos sostenías dos velas verdes y el tiempo soplaba contra nuestras caras una lenta lluvia de renuncias y despedidas y tickets de metro…" (C.1)
"Cierra los ojos y da en el blanco, pensaba Oliveira. Exactamente el sistema Zen de tirar al arco. Pero da en el blanco simplemente porque no sabe que ése es el sistema. Yo en cambio…" (C.4).
"A Oliveira lo fascinaban las sinrazones de la Maga, su tranquilo desprecio por los cálculos más elementales" (C.6)
"Después fuiste la amiguita de un viejo boticario, y el hijo de un comisario todo el vento te sacó…
Oliveira canturreaba el tango. La Maga chupó la bombilla y se encogió de hombros, sin mirarlo. -Pobrecita-, pensó Oliveira…"(C.20)
"… es absolutamente perfecta en su manera de denunciar la falsa perfección de los demás" (C.45).
"no era capaz de creer en los nombres, tenía que apoyar el dedo sobre algo y sólo entonces lo admitía"(C.142)
El personaje de la Maga, esta basado en un personaje de la vida de Cortázar, de su amiga Edith, con quien a compartido varios encuentros donde visitaron museos, conciertos idas al cine, y fueron mas que nada amigos por correspondencia. Así lo afirma la periodista María Esther Vázquez. Sin embargo se conocieron, y se dieron sus primeros encuentros, por obra del azar, del destino, así como sucedía en el principio de Rayuela, donde los encuentros de la Maga y Horacio se daban en algunos puntos de París.
novela psicológica, existen en Rayuela personajes bien dibujados; sobre todo uno, la Maga, que ha fascinado a muchísimos lectores. Como tantos personajes de novelas clásicas -o menos clásicas- posee un fundamento real: "la Maga existió sin ser exactamente como en el libro. Hay una modificación de su estructura en el libro. Pero fundamentalmente la mujer que dio el personaje de la Maga tuvo mucha importancia en mi vida personal, en mis primeros años en París. Era como ella, no es ninguna creación ideal, no, en absoluto".
Anexo
1. MORELLI
"Pero el amor, esa palabra… Moralista Horacio…" (C.93)
Un viejo escritor, perteneciente a De Otros Lados, a quién los integrantes del club de la serpiente (Oliveira, sus amigos y la Maga) estudian, analizan y admiran.
Muchos críticos sostienen que el personaje Morelli no es nada más ni nada menos que un "alter ego"* de Cortázar, de Oliveira. Otros, dicen que Cortázar utiliza a Morelli para presentar esas notas sueltas, "de bolsillo", que todo escritor suele tener guardadas. En mi opinión, Morelli es un personaje utilizado por Cortázar, para definirse el mismo, no como persona como lo hace con Horacio (y se verá mas adelante) sino como pensador de muchas cosas que lo rodeaban en ese entonces.
A Morelli lo encuentra Horacio, por casualidad, luego que el viejo sufre un accidente, lo visita en el Hospital junto a su amigo Etienne, y recibe la llave de su departamento y la petición de que arme su libro. Horacio junto a Etienne y el resto de los integrantes del club se juntan en la casa y comienzan a organizar el "libro". Mas que nada, de eso trata en mayor parte De Otros Lados además de ciertas descripciones que complementan las otras dos partes.
Mariana L. Torres afirma que: "Cortázar sabe que Morelli molesta; por delicadeza sitúa las morellianas en los "capítulos prescindibles". Ese otro escritor estorba en la historia de la Maga, no le aporta nada; distrae a Horacio, le roba la oportunidad de ir por las calles de París y toparse con muchas más Berthes y miles de clochards. Pero Morelli no es una ficha más en el tablero. Es árbitro, es director técnico, es quien despliega el juego desde las consignas literarias que expresa el personaje. Él le habla a los seguidores que no tiene, a si mismo y a quienes en ese preciso instante leen la obra del argentino. El escritor ficcionado interactúa con los lectores reales dándoles a conocer cuales son las reglas que deben seguir aquellos lectores activos o 'machos' que Cortázar necesita. Sólo así se cumple la idea acabada y el efecto que este autor persiguió."
En el texto podemos encontrar muchas notas sueltas, algunas "morellianas", alguna que otra nota inconclusa..
Ejemplos: Capítulos: 71, 82, 105, 112, 115, 61, 62, 66, 74, 79, 95, 107, etc.
Para terminar con este tema, podemos decir entonces que Morelli nace a partir de las cosas que preocupan a Cortázar, que vivió y quiso tratar de decir, pero a eso dicho, siempre surge un malentendido, y es ahí donde funciona Morelli. A Cortázar le preocupan esos malentendidos que podrían surgir, y lo analiza, siempre a través de Morelli.
"-Póngale que metamos la pata -dijo Oliveira (…)
-Ninguna importancia -dijo Morelli-. Mi libro se puede leer como a uno le dé la gana. (…) Lo más que hago es ponerlo como a mí me gustaría releerlo. Y en el peor de los casos, si se equivocan, a lo mejor queda perfecto." (C.154)
En frases así, uno se da cuenta que es mas que obvia la relación entre los personajes y el autor.
Para terminar con este tema, podemos decir entonces que Morelli nace a partir de las cosas que preocupan a Cortázar, que vivió y quiso tratar de decir, pero a eso dicho, siempre surge un malentendido, y es ahí donde funciona Morelli. A Cortázar le preocupan esos malentendidos que podrían surgir, y lo analiza, siempre a través de Morelli.
*Alter Ego: (del latín otro yo) en Psicología; es otro mismo, una segunda personalidad o persona en una persona.
"…Del amor a la filología, estás lucido, Horacio. La culpa la tiene Morelli que te obsesiona, su insensata tentativa te hace entrever una vuelta al paraíso perdido, pobre preadamita de snack-bar, de edad de oro envuelta en celofán. This is a plastic's age, man, a plastic's age. Olvidate de la perras…" (C.93)
2. TRAVELER
Cortázar dice: "Hay en mi una especie de obsesión de doble (…) y es que cuando terminé de escribir Rayuela no tenia ni la menor idea de que esa vivencia del doble existía en la novela. Es verdad que, hacia el final del libro, Oliveira lo llamaba doppelgänger a Traveler, siente que hay una especie de repetición…"
Traveler es el amigo de Horacio, vive en Argentina junto a su mujer Talita. Cuando llega Buenos Aires de París, ellos los esperan y ahí comienza Del Lado de Acá. A pesar de sus semejanzas y su amistad, varias veces, Traveler y Oliveira se enfrentaban en sus conversaciones por un tema en común: Talita, para Traveler, y la Maga para Horacio. Horacio deseaba a Talita por encontrarle un parecido enorme a la Maga, y varias veces las confunde, y es el tema que lo lleva al borde la locura, de la ventana del cuarto en el loquero, del suicidio.
Como dice Cortázar, varias veces Horacio llama doppelgänger a Traveler, lo que en alemán quiere decir "doble". Oliveira sostenía que Traveler era igual a el en pensamiento y forma de actuar, de ser.
"… Una cosa había que reconocer y era que, a diferencia de casi todos sus amigos, Traveler no le echaba la culpa a la vida o a la suerte por no haber podido viajar a gusto. Simplemente se bebía una ginebra de un trago, y se trataba a sí mismo de cretinacho…" (C. 37)
Se puede comparar con el siguiente párrafo que habla de Horacio:
"…Pero detrás de toda acción había una protesta, porque todo hacer significaba salir de para llegar a, o mover algo para que estuviera aquí y no allí, o entrar en esa casa en vez de no entrar o entrar en la de al lado (…) Creer que la acción podía colmar, o que la suma de las acciones podía realmente equivaler a una vida digna de este nombre…" (C.3)
Los dos se conformaban con la vida que tenían, Horacio le buscaba "la vuelta", pero aún así no hacía nada para tratar de cambiar, y Traveler a pesar de sentir pena alguna que otra vez por no tener la vida que quiso, no se preocupa y sigue viviendo la presente, no se queja.
Traveler se acordaba del Oliveira de los veinte años y le dolía el corazón, aunque a lo mejor eran los gases de la cerveza.(C.40)
Era la mejor manera de hacer rabiar a Traveler, nómade fracasado. En vez de insistir, templaba su horrible guitarra de Casa América y empezaba con los tangos. (…) Sin decirlo nunca demasiado claramente, Traveler le había metido en la cabeza que Oliveira era un tipo raro, y aunque eso estaba a la vista la rareza debía ser otra, andar por otra parte. (C. 40)
Traveler también tenía una afinidad por la música la igual que Oliveira, más que nada por el tango. Lo siente a Horacio diferente, cambiado.
Vos siempre me comprendiste -dijo Oliveira-. Y la yerba, como te imaginarás, la quiero para cebarme unos amargachos. (C.41)
Oliveira sostenía que Traveler lo comprendía muy bien
Ahí está -dijo Oliveira-. Tenía que suceder, a vos no te cambia nadie. Llegas al borde de las cosas y uno piensa que por fin vas a entender, pero es inútil, che, empezás a darles la vuelta, a leerles las etiquetas. Te quedás en el prospecto, pibe.
Así sucede con Oliveira, con Morelli, cuando quiere entender "de una las cosas" y solamente da vueltas y lo explica de mil maneras.
3. JULIO FLORENCIO CORTÁZAR Y HORACIO OLIVEIRA
Julio F. Cortázar: Julio Cortázar nació en Bruselas el 26 de agosto de 1914, de padres argentinos. Llegó a Argentina a los cuatro años de edad. Pasó la infancia en Bánfield, un suburbio de Buenos Aires. En 1932 se graduó como maestro de escuela e inició estudios en la Universidad de Buenos Aires los que debió abandonar por razones económicas. Enseñó literatura francesa en la Universidad de Cuyo, Mendoza y renunció a su cargo por desacuerdos con el gobierno. En 1951 se trasladó a París donde trabajó como traductor independiente. En 1938 publicó, con el seudónimo Julio Denis, el libro de sonetos Presencia. Escribe muchísimos libros. Y en 1984 recibió de manos de Ernesto Cardenal (poeta y entonces Ministro de Cultura de Nicaragua) la "Orden de la Independencia Cultural Rubén Darío". Murió en París el 12 de febrero de 1984.
Horacio Oliveira: Protagonista de la historia. Nacionalidad argentina, pero vivió unos años en París, Francia por temas de "estudio". Forma parte de un grupo de amigos, los cuales integran el "club de las serpientes" junto a Etienne, Gregorovius, Ronald, Babs, Wong y Perico. Enamorado de la Maga, vive un tiempo de su vida junta ella y su hijo Carlos Francisco (Rocamadeur), luego este último fallece, Oliveira se separa de la Maga y deja el Club, vuelve a Buenos Aires junto a su Amigo Traveler y su mujer Talita.
Olga Osorio afirma: Cortázar también explicitó la búsqueda y los móviles de Horacio Oliveira: "El problema central para el personaje de Rayuela, con el que yo me identifico en este caso, es que él tiene una visión que podríamos llamar maravillosa de la realidad. Maravillosa en el sentido de que él cree que la realidad cotidiana enmascara una segunda realidad que no es ni misteriosa, ni trascendente, ni teológica, sino que es profundamente humana, pero que por una serie de equivocaciones ha quedado como enmascarada detrás de una realidad prefabricada con muchos años de cultura, una cultura en la que hay maravillas pero también profundas aberraciones, profundas tergiversaciones. Para el personaje de Rayuela habría que proceder por bruscas interrupciones en una realidad más auténtica".
Sobre Cortázar:
En una entrevista realizada a un viejo amigo de él, Saúl Yurkievich, éste afirma que:
"… Sus libros son como prolongaciones de él mismo, están completamente personalizados y hacen que la gente se proyecte una imagen del escritor (…) Julio vivía siempre atento a los signos laterales, a lo extraño, a cierto tipo de coincidencias sugestivas (…)
– ¿Y de Oliveira tenía algo?
– De Oliveira hay mucho, no coincidencias de tipo biográfico sino en todo lo que ese personaje explica y expresa. (…)
– ¿En sus conversaciones, le gustaba jugar con las palabras, inventar términos?
– Mas que juegos de palabras, lo que había en él era una constante humorística. Era afecto a los chistes (…) de modo que las conversaciones con él eran bastante divertidas. Pero luego alternaba eso con charlas sobre cuestiones estéticas. (…) Me mostró su París personal, ciertos sectores que él consideraba sugestivos, cargados. (…) cerraba los ojos, recorría el índice del mapa de París y elegía un punto, abría los ojos y obedecía esa absolutamente esa elección azarosa. (…) lo hizo con cierta regularidad, porque había en el un lado sistemático.
– Sistematizaba el azar…
– Confiaba en el azar sin duda. Consideraba que la mayor parte de sus circunstancias, o las más importantes, eran determinadas por el azar. Era un surrealista profundo.
(…) Tenía una seguridad envidiable en lo literario.
– ¿Y en la vida?
– No, en la vida no. Era zigzagueante, por momentos fue desdichado, tuvo relaciones conflictivas o turbulentas. No guardó siempre la impasividad y el equilibrio. En la vida estaba sujeto a todos los embates y desajustes a los que está sujeto cualquier hombre.
– ¿Lo vio llorar?
– Sí, cuando murió Carol. Se derrumbó anímicamente (…)
– ¿Cómo volvió de su última visita a la Argentina?
– Un poco decepcionado, pero no lo expresaba (…) Pero también tubo sus satisfacciones.
Otra entrevista al señor Luís Tomasello
"… Julio tenía un conocimiento impresionante de música: jazz, clásica, lírica… Tocaba el saxo y creo que el piano, y sabía leer partituras. (…)
(…) Cuando armábamos las bibliotecas desconectaba el teléfono, era un día de fiesta para él. De vez en cuando me decía, Luís, vamos a hacer una pausa, pero una pausa húmeda" que era con un pequeño whisky…"
El escritor José Donoso comenta en una entrevista:
"Yo iba mucho a París y siempre nos veíamos. Hablar con Julio cada vez era una novedad, siempre tenía intereses muy variados, múltiples, y así como era capaz de recomendar una película o un libro que lo hubiera impresionado, era capaz de llevarte a escuchar jazz a un lugar escondido o que solo él conocía …"
Julio Cortázar afirma: "Desde niño el reino vegetal me ha sido profundamente indiferente (…) En cambio los animales me fascinan: el mundo de los insectos, de los mamíferos, descubrir poco a poco afinidades y similitudes: yo considero que el gato es mi animal totémico y los gatos lo saben…"
Ahora Horacio:
"(…) Y era tan natural cruzar la calle, subir los peldaños del puente, entrar en su delgada cintura y acercarme a la Maga que sonreía sin sorpresa, convencida como yo de que un encuentro casual era lo menos casual en nuestras vidas, y que la gente que se da citas precisas es la misma que necesita papel rayado para escribirse o que aprieta desde abajo el tubo de dentífrico…" (C.1)
Oliveira creía en las casualidades, como Cortázar, confiaba en el azar.
"… Preferíamos encontrarnos en el puente, en la terraza de un café, en un cine-club o agachados junto a un gato en cualquier patio del barrio latino…" (C.1)
Esta vez por capricho ellos decidían, mas no ponían hora ni fecha, simplemente "se encontraban". Dice "agachados junto a un gato". ¿Y por qué un gato? Porque Cortázar ama los gatos. Un ejemplo más claro es el "gato calculista" del circo donde trabajaban Talita y Traveler. Otro ejemplo:
"Yo en realidad tendría que ir- le dijo Oliveira un gato negro de la rue Danton- (C.36)
"… Desde la infancia apenas se me cae algo al suelo tengo que levantarlo, sea lo que sea, porque si no lo hago va a ocurrir una desgracia, no a mí sino a alguien a quien amo y cuyo nombre empieza con la inicial del objeto caído. Lo peor es que nada puede contenerme cuando algo se me cae al suelo, ni tampoco vale que lo levante otro porque el maleficio obraría igual…" (C.1)
No le gusta perder nada en su vida, ni recuerdos, ni personas. Oliveira era muy obstinado.
"… Durante semanas o meses (la cuenta de los días le resultaba difícil a Oliveira, feliz, ergo sin futuro)…" (C.4)
Llevaba una vida tan ocupada en el mismo que no tenía ni noción del tiempo. Seguramente Cortázar tuvo esos momentos en que perdía la noción del tiempo al escribir un libro (por ejemplo, al escribir la ultima parte de Rayuela, sus últimos capítulos que los escribió en cuarenta y ocho horas, y que el las describió como "un estado de casi alucinación")
"… Un perfecto asco -dijo Oliveira-. Sacame esa porquería del plato. Yo no vengo más al club si aquí hay que escuchar a ese mono sabio.Al señor no le gusta el bop – dijo Ronald, sarcástico-. Esperá un momento, en seguida te pondremos algo de Paul Whiteman.Solución de compromiso -dijo Etienne-. Coincidencia de todos los sufragios: oigamos a Bessie Smith, Ronald de mi alma, la paloma en la jaula de bronce…" (C.12)
Oliveira compartía junto a sus amigos del club, un buen gusto con lo que se refería a música. Escuchaban mucho jazz. Como Cortázar, que según uno de sus amigos entrevistados, tenia un gran conocimiento sobre tema y sabía hablar su idioma (leer partituras)
"… Un inquisidor, realmente esa chica saca cada figura… En todo caso un auto inquisidor, et encore… Epitafio justísimo: Demasiado blando. Pero la inquisición blanda es terrible, torturas de sémola, hogueras de tapioca, arenas movedizas, la medusa chupando solapada. La medusa solando chulapada. Y en el fondo demasiada piedad, yo que me creía despiadado. No se puede querer lo que quiero, y en la forma en que lo quiero, y de yapa compartir la vida con los otros. Había que saber estar solo y que tanto querer hiciera su obra, me salvara o me matara, pero sin la rue Dauphine, sin el chico muerto, sin el Club y todo el resto. ¿Vos no creés, che?El gato no dijo nada…" (C.36)
Horacio, ofendido por la acusación de Babs (de que el era un inquisidor) le habla a un gato y al leer el fragmento se puede ver el aire sarcástico y humorístico que tiene, a pesar del resentimiento por la acusación. Los juegos de palabras. Porque "… Más que juegos de palabras, lo que había en él era una constante humorística. Era afecto a los chistes (…) de modo que las conversaciones con él eran bastante divertidas…" y el gato que no le contesta al final. Un chiste.
"… En la parrilla, Oliveira empezó a tomar vino tinto y a comer chorizos y chinchulines. Como no hablaba gran cosa, Traveler le contó del circo y de cómo se había casado con Talita (…) A Traveler le empezó a dar hambre y pidió unas achuras. Le gustó que Oliveira aceptara con una sonrisa el primer cigarrillo criollo y que lo fumara apreciativamente…"
La vuelta de Oliveira a la Argentina. La vuelta de Cortázar a la Argentina:"…Un poco decepcionado, pero no lo expresaba (…) Pero también tubo sus satisfacciones…"
"Me estoy atando los zapatos, contento, silbando y de pronto la infelicidad. Pero esta vez te pesqué, angustia, te sentí previa a cualquier organización mental, al primer juicio de negación. Como un color gris que fuera un dolor y fuera el estómago. Y casi a la par (pero después, esta vez no me engañás) se abrió paso el repertorio inteligible, con una primera idea explicatoria: "Y ahora vivir otro día, etc." De donde se sigue: "Estoy angustiado porque…etc.""(C.67)
Como todo ser humano, Horacio tiene sus momentos de tristeza, de angustia de nostalgia. (Para Cortázar: "…Era zigzagueante, por momentos fue desdichado, tuvo relaciones conflictivas o turbulentas…")
Autor:
Florencia Moreyra
Curso: 5to Cs. Naturales
Profesora: Helena Sánchez
Colegio Secundario de P. de los Libres.
Año: 2008
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