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El desempleo como falla de la sociedad (página 3)


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En nuestro país no existe un programa similar, y en cierta forma, el mercado informal y la migración son las válvulas de escape para los desempleados. Pero sabemos que la informalidad genera otros muchos problemas, mientras que la migración también significa no aprovechar recursos valiosos en nuestra propia economía, a pesar de su contrapartida en remesas. Y también hay otra porción de trabajadores desempleados que no pueden incorporarse a la informalidad ni migrar, por lo que engrosan a la indigencia y a la delincuencia. Claramente la solución de este problema requiere de reformas importantes dentro y fuera del mercado laboral, así como un crecimiento mayor y sostenido, pero no es seguro que esto sea suficiente ni que ofrezca resultados inmediatos en la magnitud requerida. Es por eso que no deberían descartarse el uso de acciones menos ortodoxas que han funcionado en el pasado, aunque también han generado otro tipo de distorsiones y problemas. Una de estas acciones es la de crear un programa de empleo temporal, con tutela gubernamental, pero a diferencia del que existe actualmente en nuestro país, debe ser de mucho mayor envergadura para que sea realmente efectivo. Este tipo de programas fueron muy útiles en los países desarrollados en las épocas de posguerra y después de la Gran Depresión. Algunos de los problemas que generan este tipo de programas son un creciente gasto público, una mayor injerencia gubernamental en la actividad productiva o posibles distorsiones en el mercado laboral privado, lo cual es cierto. Habría que estimar el posible gasto derivado de este programa, pero es probable que sea menor de lo que se imagina, ya que podría sustituir otras transferencias públicas en programas a la pobreza, en la medida que esta pobreza también se derive de la falta de empleos.

Por otro lado, el énfasis de este empleo debiera ser en infraestructura, aunque no solamente. Éste es un área en la que el Estado debe mantener su participación, conjuntamente con el sector privado. Además éste es un programa temporal y la fuerza de trabajo utilizada debiera fluctuar con el propio ciclo económico, por lo que en parte este mecanismo se comportaría como un estabilizador automático. Incluso, un programa de este tipo debiera reducir la necesidad de un esquema de seguro de desempleo, y al final es mejor contar con medidas que también estimulen a la oferta y no sólo a la demanda, como lo son las transferencias por desempleo.

Finalmente, habría que definir un esquema salarial que no impacte en el mercado privado, ni provoque presiones inflacionarias. Desde luego esta no es una propuesta completa, y sólo constituyen reflexiones que invitan a discutir este tema de una manera más seria para lograr alcanzar una mejor situación en cuanto al tema del empleo y la protección a los ingresos de la población.

EJEMPLO

En la Unión Europea, la situación es semejante a la de EEUU, con dos notables diferencias. Una es que los recortes de la financiación pública en la UE de los sectores que producen más empleo –sanidad y educación– hace que las repercusiones sobre la destrucción de empleo en la UE sean mayores que en EEUU. Y la otra gran diferencia es que el capital financiero (la banca) domina las instituciones europeas, que dan mayor importancia al control de inflación, sobre la producción del empleo. El comportamiento del Banco Central Europeo (BCE) es un claro ejemplo. No existe clara conciencia en la comunidad mediática y política europea de que el BCE es más un lobby de la banca que un Banco Central. Un Banco Central tiene que tener como objetivo facilitar el crecimiento económico y con ello la creación de empleo. Esto no es un objetivo primordial del BCE y ello como consecuencia del excesivo poder de la banca en las culturas políticas europeas. La disminución de las rentas del trabajo a costa del crecimiento de las rentas del capital ha favorecido la exuberante subida del capital financiero, basado predominantemente en especulación, y este sector es hoy el que domina los comportamientos económicos, contribuyendo a la escasa recuperación económica y baja producción de empleo. Y esto es de lo que no se habla, centrándose el discurso económico en la formación de los trabajadores, como si esto fuera la causa del desempleo.

Conclusión

Las estadísticas de la población económicamente activa, el empleo, el desempleo y el subempleo cumplen múltiples funciones. Concretamente, aportan mediciones sobre la oferta de mano de obra, los insumos laborales, la estructura del empleo y el grado de utilización del tiempo de trabajo y los recursos humanos disponibles. Esta información es esencial para la planificación y la formulación de políticas en materia macroeconómica y de desarrollo de los recursos humanos. Cuando los datos son recopilados en distintos momentos, sirven de base para observar las tendencias de dichos momentos y los cambios en el mercado de trabajo y la situación del empleo, pudiendo éstos ser analizados en relación con otros fenómenos económicos y sociales, a fin de evaluar las políticas macroeconómicas. La tasa de desempleo, en particular, se utiliza de forma generalizada como indicador global del funcionamiento de la economía de un país. Las estadísticas de la población económicamente activa, el empleo, el desempleo y el subempleo constituyen también una base muy importante para la concepción y la evaluación de los programas gubernamentales destinados a la creación de empleo, la formación profesional, el mantenimiento de los ingresos, la reducción de la pobreza y otros objetivos similares. La medición de las relaciones entre el empleo, los ingresos y otros parámetros socioeconómicos aporta información sobre la calidad del empleo de los distintos subgrupos de la población, sobre la capacidad de generación de ingresos de los distintos tipos de actividades económicas y sobre el número y las características de las personas que no logran garantizar su bienestar económico con las oportunidades de empleo a que tienen acceso. La información sobre el empleo y los ingresos, desglosada por sectores de actividad económica, por ocupación y por las características sociodemográficas, es necesaria a efectos de la negociación colectiva, así como para evaluar las repercusiones de las políticas de reducción de la pobreza en los distintos subgrupos de población y para analizar las desigualdades por motivos de pertenencia étnica, de género o de edad que existen de cara a las posibilidades de obtener un trabajo y de participar en la sociedad, y la evolución de estos factores en el tiempo.

Reflexiones para no imitar lo malo o lo que no vaya en armonía con los acuerdos sociales, aunque los estereotipos como personas sean individuos de fama en deportes, artistas de cine, cantantes o bailarines, músicos, actores o actrices de novelas o series televisivas, a los cuales los niños y jóvenes tratan de imitar en sus estilos de vida, cuando aún no tienen identidad propia.

  • ¿Si fumo, eso me hace más hombre o más mujer?

  • ¿Si consumo drogas, seré más saludable?

  • ¿Si robo, mato o violo a alguien me hace crecer como persona o tendré más aceptación?

  • ¿Si maltrato las plantas o los animales eso me dignifica como persona?

  • ¿Quiero imponer mi religión con la violencia?

  • ¿Arriesgo la vida en deportes extremos aunque no sea mi profesión?

  • ¿Si imito a mi ídolo, eso me lleva a ser una persona auténtica?

  • ¿Quiero imponerme físicamente a los demás para humillarlos?

  • ¿Si sobresalgo en algo me da derecho a despreciar a los demás?

  • ¿El color de mi piel significa que soy superior a los seres humanos de otras razas?

  • ¿El poder económico me hace ser superior a los demás?

  • ¿el himno de guerra que entono me hace matar a los demás?

  • ¿Protejo a la niñez y a los de otras capacidades?

  • ¿Respeto la señalética para que haya orden social?

Nota: el lector puede agregar algunas reflexiones propias

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Autor:

Dr. José Manuel Castorena Machuca

ITSLP, Depto. De Ing. Industrial.

Dirigido a educación básica para construcción de su aprendizaje.

 

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