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Borges, religión y filosofía (página 2)

Enviado por Agust�n Garrido


Partes: 1, 2

Historia universal de la infamia (1935) El libro de los seres imaginarios (1968) Atlas (1985)

EN COLABORACION CONADOLFO BIOY CASARES

Seis problemas para don Isidro Parodi (1942) Un modelo para la muerte (1946) Dos fantasías memorables (1946) Los orilleros (1955). Guión cinematográfico. El paraíso de los creyentes (1955). Guión cinematográfico. Nuevos cuentos de Bustos Domecq (1977).

CON OTROS AUTORES

Antiguas literaturas germánicas (México, 1951) El "Martín Fierro"(1953) Leopoldo Lugones (1955) La hermana Eloísa (1955) Manual de zoología fantástica (México, 1957) Antología de la literatura fantástica (1940) Obras escogidas (1948) Obras completas (1953) Nueva antología personal (1968) Obras completas (1972) Prólogos (1975) Obras completas en colaboración (1979) Textos cautivos (1986), textos publicados en la revista El hogar Borges en revista multicolor (1995): notas, traducciones y reseñas bibliográficas en el diario Crítica

Introducción

              La idea de este ensayo surgió hace un año y medio aproximadamente, y quedó archivada desde entonces hasta el día de hoy, donde la consideré un tema de interés para escribir este análisis. El interés por este tema me surgió con la lectura de "La muerte y la brújula", y el análisis del mismo cuento que tuve que hacer para rendir teoría literaria (una materia que el día de hoy sigo agradeciendo haber tenido previa). En este cuento, Borges toma diversos elementos de la Cábala para trazar el recorrido de sus personajes. Al no entender absolutamente nada de esta materia, me vi obligada a informarme para comprender mejor el asunto. En "Siete Noches" encontré lo que buscaba, junto con otros elementos que me resultaron de interés, pero teniendo mi examen por delante, tuve que limitarme a estudiar lo que debía, y dejar la curiosidad de lado. Esta curiosidad volvió a nacer cuando tuve que escribir este ensayo. Inicialmente planeaba hacer algo simple: la muerte en Quiroga, tema conocido por todos, un análisis bastante sencillo, como para eximir la materia y desentenderme. Pero ante la negativa de la que posiblemente sea la única lectora de estas palabras (usted, profesora), fue necesario buscar algo distinto, algo nuevo para decir. Y resultó de una conversación con un amigo la idea de hablar de Borges. Sería muy complicado transcribir esa conversación de casi cinco horas, de hecho ya ni siquiera recuerdo en que punto surgió la idea, pero me pareció realmente interesante, no ya una obligación escribir este trabajo, sino mas bien un interés. Tal vez no logre un buen resultado, considerando la falta de tiempo y el agotamiento físico y mental que se padecen a esta altura del año, pero en principio ya la idea es más prometedora, a mi parecer.

En el siguiente ensayo nos proponemos analizar ciertas relaciones existentes entre los textos producidos por Borges con la filosofía y la religión. Claro está que este análisis es apenas un comentario de todo lo que se podría llegar a decir con respecto al tema: nos limitaremos a introducir las relaciones más evidentes.

Lo que nos disponemos a mostrar con el siguiente ensayo es que los cuentos de Borges poseen ciertas temáticas inspiradas en la filosofía, sobre todo en la metafísica y en varias religiones, que el autor convierte en creaciones estéticas, dejando de lado las pretensiones de las mismas de ser verdades reveladoras. Y de esta misma manera, sus creaciones estéticas resultan dotadas de un importante contenido filosófico y religioso.

El destino

Los griegos tuvieron una gran fe en el destino, es decir, que todo lo que va a suceder está determinado de antemano. Los seres humanos podían llegar a conocer el destino a través de diferentes formas de oráculo. En Grecia se consultaba al famoso oráculo de Delfos. Encima del templo, había una inscripción: "Conócete a ti mismo". Significaba que el ser humano nunca debe pensar que es algo más que un ser humano, y que nadie puede escapar a su destino. Los griegos también creían que el curso mismo del mundo estaba dirigido por el destino.

Así, el tema del destino posee un alto contenido filosófico para los griegos, que en la posteridad será adaptado a diversas religiones: el destino es ineludible porque está fijado por un ser superior, porque es la prueba del poder y la inteligencia de ese ser supremo, es la voluntad de Dios. Borges sostiene estas creencias en el destino de manera recurrente en sus relatos.

En El muerto, Benjamín Otálora, un compadrito de Buenos Aires, se escapa al Uruguay tras haber matado a un hombre. Allí se une a Azevedo Bandeira y sus hombres, y decide después de un tiempo suplantar a su jefe en su codiciado lugar de mando, corrigiendo las órdenes que emite el mismo, hasta que una noche Bandeira decide matarlo; "Otálora comprende antes de morir, que desde el principio lo han traicionado, que ha sido condenado a muerte, que le han permitido el amor, el mando y el triunfo, porque ya lo daban por muerto, porque para Bandeira ya estaba muerto. Suárez, casi con desdén, hace fuego". El destino de Otálora ya estaba fijado por Bandeira. El primero, quien se creía amo y autor de su destino, no supo que ya estaba trazado su destino por el segundo, que cumple una función de Dios en el universo que conforman sus hombres, teniendo el poder de definir sus destinos.

La muerte y la brújula, una parodia al género policial a simple vista, excede esta significación. Lönnrot, un detective excéntrico, es una vez más, al igual que Otálora, el hombre que se cree dueño de su destino, y que cree que su lógica e inteligencia lo llevan a triunfar, cuando en realidad son las herramientas que su rival utiliza para llevarlo a la muerte. Scharlach, el astuto criminal, resulta ser el que traza el camino que el detective recorrerá, y quien fija su destino.

Los destinos de Lönnrot y de Otálora resultan ineludibles. Y Scharlach y Azevedo son los encargados de trazar estos destinos. Ambos, a su manera, mediante el uso de su inteligencia o poder superiores, representan una voluntad superior y divina.

En El fin, Borges decide narrar un episodio inconcluso del poema Martín Fierro: la venganza de la muerte del moreno, asesinado por Fierro. El gaucho se encuentra con el hermano de su víctima en una payada en la que resulta vencedor en el poema de Hernández, pero esta no es una venganza ya que el vengador no ha triunfado, y es el destino del hermano del moreno vengar ese crimen.

En el cuento ocurre la pelea y el hermano del moreno mata a Martín Fierro: "ahora era nadie. Mejor dicho, era el otro: no tenía destino sobre la tierra y había matado a un hombre". La pelea contiene todo el destino del vengador. Una vez cumplido, el resto de su vida carece de destino por completo. Para Borges, todo destino está contenido en un instante: "el momento en que un hombre sabe para siempre quién es".

En Biografía de Tadeo Isidoro Cruz (1829-1874) dice: "Mi propósito no es repetir su historia. De los días y noches que la componen, sólo me interesa una noche". Esa noche es el instante en que Cruz comprende su destino: al enfrentar a Martín Fierro ve su propio reflejo, y acepta que ese es su destino. Pelea  junto al desertor, contra la milicia de la cual era parte y cuya misión era apresar a Fierro. La conformidad con un destino inexcusable es una vez mas motivo recurrente en Borges.

La Cábala

En su aspecto práctico, la Cábala es un conjunto de operaciones hermenéuticas y criptográficas que intenta una aproximación directa a dios a través del minucioso estudio de las letras que componen la Torah. Los cabalistas intentaron una interpretación de las Escrituras basada en cálculos de las letras hebreas que la componen. Este modus operandi (más que la doctrina espiritual) cautivó a Borges, es decir, la concepción de que mediante un método sistemático basado en la combinación de elementos mínimos se puede acceder a una revelación mística. Borges le dedicó un ensayo de su libro Discusión y diversas conferencias, como las incluidas en Siete noches. También tomó elementos de la Cábala para diseñar la trampa que prepara Scharlach a Lönnrot en La muerte y la brújula. Aquí vemos al criminal, quien anteriormente comparamos con un Dios por su poder sobre el destino de su rival, haciendo uso de elementos religiosos que domina sabiendo que, en su intento por evitar lo inevitable (un cuarto crimen),  Lönnrot "descubrirá" lo que en realidad fue puesto allí para ser descubierto, y eso será lo que lo lleve a la muerte: caer en esa trampa diseñada en base a la religión, dominada en forma claramente superior por quien domina también el destino.

El eterno retorno

El cuento La muerte y la brújula presenta elementos de la filosofía de Friedrich Nietzsche y su teoría del "eterno retorno" cuando Borges presenta el tiempo como cíclico. Según Lönnrot, él iba a volver a encontrar a Scharlach en el futuro, aún luego de morir, debido a que se iba a repetir el tiempo.

También podemos considerar cíclicos los tiempos de otros cuentos del autor: En El Muerto,  Otálora mata a un hombre y escapa para no morir, aunque está muerto desde entonces. Vuelve a matar a un hombre, al creer haber destruido a Azevedo y haber tomado su lugar, y es ahí donde realmente es muerto. En El Fin también hallamos la reiteración de un enfrentamiento: los mismos rivales, el mismo lugar, el mismo motivo. 

xiste también una visión cíclica de la historia, la historia aparece como algo que da vueltas, que avanza en ciclos, de la misma manera que las estaciones del año, es decir que, no hay ningún principio o fin de la historia. Esta concepción histórica es común a dos grandes religiones orientales: el hinduismo y el budismo. Esta última fue de gran interés para Borges, que le dedicó una de las conferencias publicadas en Siete Noches.

El cristianismo y el judaísmo presentan una visión lineal. Dios creó un día el mundo, y a partir de ahí comienza la historia. Pero un día la historia concluirá y será el día del Juicio Final, en que Dios juzgará vivos y muertos. Dios interviene en la historia, que es una manifestación de su voluntad en el mundo. Esta visión del tiempo la vemos en Scharlach, quien no cree en esa repetición del tiempo en la que volverán a enfrentarse él y Lönnrot.

La muerte

Para Borges, la muerte es universal y violenta. Su visión de la misma se halla muy influenciada por ideas judías e hinduistas, de diferentes percepciones de la vida y de la muerte; el acercamiento lógico y del sentido común, y el racional y matemático.

Podemos suponer que Borges deseaba comprender la muerte aunque fuera justo antes de morir. Este elemento está presente en muchos de sus cuentos, y La muerte y la brújula no es una excepción: Lönnrot al final sabía que iba a morir, y plantea a su rival otro posible laberinto que lo conduzca a la muerte. Scharlach le responde que así lo matará en su próxima vida, y podemos considerar esto una ironía, propia del vencedor ante el fracasado intento del vencido por demostrar su superioridad intelectual. Según el judaísmo, religión de gran influencia tanto en Borges como en este relato, no existe la inmortalidad personal. Y Scharlach, quien mostró un mejor dominio de estos temas en el relato, puede contestar esa ironía porque sabe que ese es el fin, y que no habrá otro, en tanto la visión de la muerte de Lönnrot es distinta (ver El eterno retorno).

En El muerto, Otálora también comprende por qué lo van a matar justo antes de que esto ocurra. Conoce así el significado de su propia muerte justo antes de morir, tal como lo deseaba Borges, y se lleva ese significado con él a la tumba.

En El Fin, de igual manera aparece el momento en el que se comprende a la muerte: "Acaso por primera vez en su diálogo, Martín Fierro oyó el odio. Su sangre lo sintió como un acicate.". Es, tal vez, mucho más implícita esta comprensión que en los casos anteriores, pero también se halla presente.

Conclusión

Tras este breve recorrido por algunas ficciones de Borges, establecimos algunas de las relaciones existentes entre las mismas y ciertas ideas filosóficas y religiosas. Sería apresurado afirmar que éstas se hallan en todas las producciones literarias del autor, ya que no tuvimos la oportunidad de realizar tan exhaustivo análisis. Lo que sí podemos afirmar es que son elementos de importancia para sus trabajos, elementos a los que convierte en ideas, ideas a las que convierte en arte. Hemos encontrado principios filosóficos y religiosos de diversa índole representados en numerosas situaciones de los relatos trabajados, que son producto de un manifiesto interés del mismo Borges por la filosofía y la religión.

BIBLIOGRAFÍA

·         Borges, J.L.(1944) "La muerte y la brújula", "El fin", en Ficciones, Emecé Editores, (1956)

·         Borges, J.L.(1949)  "El muerto", "Biografía de Tadeo Isidoro Cruz", en El Aleph, Emecé Editores (1957)

·         Gaarder, J.(1994) El mundo de Sofía (novela sobre la historia de la filosofía), Siruela, 22° edición , revisada (1996)

Páginas consultadas:

·        

·         http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/9-925.html

 

 

Autor:

Agustín Garrido

 

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