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La soledad pública de la fotografía


  1. Introducción
  2. Presentación del objeto/fenómeno cultural a desarrollar
  3. Niveles de análisis
  4. Conclusión y cierre

Análisis del discurso y de los discursos que no identificamos como tales. El patrimonio cultural y los estudios de los públicos. En este caso se analizará la muestra fotográfica del fotógrafo local Gustavo Levita titulada "La soledad pública de la fotografía"

INTRODUCCIÓN

El presente trabajo monográfico tiene como objetivo cumplir con un requisito de la cátedra de Semiótica para su regularización y, por otro lado, abordar el análisis de un tipo de discurso determinado, como una exposición fotográfica, de un artista local cuya producción es mostrada anualmente a los habitantes de la misma.

Se abordará su análisis desde la perspectiva propuesta por la cátedra teniendo en cuenta que la fotografía como hecho artístico es un componente del patrimonio cultural en tanto que, alejándonos del concepto de que el mismo es sólo algo heredado y estático para tratarlo cautelosamente, es, más bien, un mensaje que implica un código, intenciones y objetivos, significaciones y sentido, también un objeto de consumo que determina la mirada de quien lo observa, determinado a su vez por la obra artística que lo interpela.

Cabe destacar que las fotografías mostradas pertenecen al mismo ámbito en el cual se muestran lo que adquiere un mayor potencial significativo ya que forman parte de su propio contexto y ambiente natural. De aquí que la relación con el público visitante adquirirá una actitud mucho más activa desde la producción de sentido ya que establecerá con la obra mostrada una relación de identificación significativa porque observará sus propios lugares y, de alguna manera, se observará a sí mismo.

DESARROLLO

1 Presentación del objeto/fenómeno cultural a desarrollar.

Tal como se adelantó en la Introducción se intentará un análisis de la muestra de fotografías del fotógrafo Gustavo Levita de la localidad de Arias, quien anualmente presenta a la comunidad una serie de fotografías, cuidadosamente seleccionadas según su propio criterio. En este caso ha seleccionado imágenes perteneciente al ámbito rural.

Por ello, en primera instancia se hará a continuación una somera presentación de tal muestra describiendo algunos detalles que forman su contexto y la exposición de las obras propiamente dichas.

Así, podemos decir que aquella se realiza cada año durante la primera semana de agosto de cada año durante un solo día y a la cual son invitados personalmente por el artista, de manera especial, algunos miembros de la comunidad y en general a todo aquel que quiera acercarse a contemplar su obra.

Su emplazamiento es el mismo local comercial del fotógrafo en cuestión, el que se ambienta convenientemente para su desarrollo. Cabe destacar que es él mismo el responsable de su organización y a quien acompaña su propia familia, especialmente en la atención al público que es recibido con una copa de champán y diferentes bocadillos. Se hace referencia a este detalle en tanto que esta actitud de buen recibimiento provoca en el espectador una sensación de bienestar y familiaridad que predispone al espectador para la contemplación de las diferentes fotografías.

A continuación se muestran las obras de la exposición que se desarrolló en agosto de 2012:

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El autor de las mismas le colocó el siguiente nombre a la muestra: "La soledad pública de la fotografía" y agrega al corpus mostrado el siguiente texto:

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2 Niveles de análisis

2.1 Nivel conceptual

2.1.1 Comunicación

Si en este campo se estudia todo aquello que se pone en común, es decir todo el intercambio de signos, símbolos, información, en definitiva, aquello que se quiere decir o contar sobre los aspectos que componen este producto cultural como algo mucho más amplio perteneciente al patrimonio cultural en general, puede notarse que, en primera instancia, la muestra fotográfica que nos ocupa tiene un nombre impuesto por su autor sin que cada obra en particular posea uno. En segunda instancia y como un marco lingüístico referencial y al decir de Barthes con una función de anclaje el texto que acompaña la exposición, (ver ut supra) orienta en general una dirección en la interpretación de lo que se verá. Desde el mismo título se juega con una contradicción y una paradoja (soledad-pública) aplicada concretamente a la fotografía y luego hay un desarrollo a manera de biografía poética del autor a modo de ars poética.

Este texto, esta enunciación, que tiene marcas deícticas tan pronunciadas como "me provoca", "mi soledad" dan cuenta cabal del locutor que, a su vez, firma al final ("Gustavo Levita"), da cuenta además del alocutario nombrándolo en la expresión "donde el nosotros se diluye" y donde el mensaje, como tercer elemento del acto de enunciación, es una invitación a adentrarse en el mensaje profundo de las imágenes logradas y a compartir con el público.

2.1.2 Exposición

En cuanto a lo que aquí se quiere mostrar es una serie de fotografías, dieciocho en total. Todas, del mismo autor que nos ocupa, sacadas en su ámbito propio, su lugar de origen, lugar donde desarrolla su vida diaria y habita con su familia.

Se puede observar, entonces, una serie de paisajes, propios de la llanura pampeana donde está emplazada la localidad de Arias en el sureste de la provincia de Córdoba a la vera de la Ruta Nacional Nº 8, en el km 410 a escasa distancia del límite con la provincia de Santa Fe.

Cada fotografía es una pieza única y exclusiva impresa sobre papel fotográfico de alta calidad rodeadas por un paspartú blanco con marco de madera pintado de blanco colocadas sobre la pared de fondo negro, a la altura promedio de los ojos de los visitantes.

Estos últimos fueron convocados, como se dijo más arriba, por medio de invitaciones personales elaboradas y repartidas por el mismo autor. Aproximadamente visitan estas muestras unas doscientas personas de todas las edades, sexo y condición, libre y gratuitamente.

Los costos operativos son cubiertos por el mismo autor ya que no cuenta con ningún tipo de apoyo gubernamental ni de ningún otro tipo.

2.1.3 Diseño

El ámbito donde se desarrolla la exposición es un local de 5m x 5 m especialmente acondicionado para ello que normalmente es su propio local comercial que se ambienta sobriamente para que nada distraiga la atención del visitante de las fotografías que son las verdaderas protagonistas de la muestra.

La experiencia de contención del visitante está especialmente diseñada a partir de la recepción del mismo, personalmente por el autor de la muestra y su familia y la buena atención durante su permanencia en el evento. Se lo invita con bocadillos, una copa de champán y el mismo artista dialoga con todos escuchando las apreciaciones acerca de lo observado, dando explicaciones y dialogando amablemente con todos.

2.1.4 Arquitectura efímera

En cuanto a este aspecto, de alguna manera, ya se ha hecho referencia al mismo en el desarrollo y tratamiento de los ya tenidos en cuenta.

Sí puede decirse que en cuanto a la duración de la muestra, ésta sólo se desarrolla una vez al año, generalmente en la primera semana de agosto durante pocas horas, desde el atardecer hasta la madrugada.

2.2 Nivel Histórico

Aquí se incluyen aspectos como el político y el económico que posiblemente puedan ser mejor aplicados si se hubiese analizado un museo en particular ya que haría referencia, de una mejor manera, a los procesos históricos y económicos que enmarcan a la sociedad que produce tal muestra.

No obstante en nuestro caso, muchas de estas fotografías presentan elementos significativos desde el escenario en general, el de la Pampa Húmeda, al que ya se hizo referencia y, en particular, a objetos como molinos, tanque de agua, alambrados, caminos, etc. que hablan de un lugar o lugares organizados desde un tipo de producción económica especialmente agropecuaria, que responde histórica y económicamente, de manera coherente, a la región en la cual se inserta el referente de las fotografías y a la idiosincrasia de los posibles espectadores que son habitantes de ese lugar.

2.3 Nivel Semiótico

Ante todo, el discurso que nos ocupa llamado "La soledad pública de la fotografía" constituye un acto de comunicación porque conforma, en sí mismo, una unidad de sentido. Un mensaje significativo conformado por textos -fotografías-, que a modo de páginas de un libro conforman una totalidad significante.

Textos, éstos, que conviven con otros conformándose como cotexto en el cual se evidencia una coherencia que adquiere sentido en las líneas isotópicas tratadas. Textos que pueden verse como "objetos", según Barthes, que conllevan una función determinada y que son mediadores entre la acción y el hombre. Espacio éste donde se establece un flujo de información que luego de un complejo proceso termina en lo que se llama "semiosis" entendida como la comprensión, la interpretación que se sucede frente a un determinado mensaje.

En nuestro caso, hablamos de esta muestra como un mensaje, un enunciado, sin olvidar entonces que es un acto de enunciación donde, claramente pueden distinguirse sus otros dos componentes el locutor y el alocutario, respectivamente su autor –Gustavo Levita, fotógrafo- y el público que observa, contempla y consume dicho mensaje.

Si consideramos, entonces, la muestra como un gran acto de enunciación y un discurso podemos decir que cada una de las fotografías que la conforman son textos icónicos que recortan un pedazo de la realidad y a modo de puzzle se van combinando para reconstruirla y hacerla inteligible desde la apreciación subjetiva del autor. Apreciación que se conjuga con las competencias interpretativas del espectador reconstruyendo de esta manera el complejo proceso de negociación de significados que permiten la inteligibilidad del mundo en el cual todos los componentes de este acto enunciativo se encuentran insertos y actuantes.

En este sentido cabe señalar lo que dice Hannah Arendt en su obra La vida del espíritu cuando expresa que "el mundo en el que nacen los hombres contiene una infinidad de cosas, tanto naturales como artificiales, pasajeras y eternas, todas las cuales revisten l a común particularidad de poseer una apariencia, lo que quiere decir que están destinadas a ser vistas, oídas, degustadas, tocadas, olidas por criaturas sensibles provistas de los adecuados órganos de percepción. Nada podría tener una apariencia –incluso la misma palabra carecería de significado- si no existieran receptores de dichas apariencias, es decir, criaturas vivas capaces de percibir, reconocer y manifestar reacciones –en forma de deseo o huida, aprobación o rechazo- frente a lo que no sólo está ahí por las buenas, sino que aparece ante ellos como objeto de su percepción." … "En este mundo no hay nada ni nadie cuya misma existencia no presuponga un espectador. En otras palabras, nada de lo que es, desde el momento en que posee un apariencia, existe en singular; todo lo que es está destinado a ser percibido por alguien."1

Ahora bien, si lo que nos ocupa son imágenes y en particular fotografías podemos decir, en primera instancia, que sea lo que sea "una imagen" es antes que nada algo que se asemeja a otra cosa,2 de allí su carácter analógico e icónico. Esta analogía "o la semejanza" como denominador común, ubica a la imagen "en la categoría de representaciones" y su función es la de evocar, la de significar otra cosa que (no es) ella misma y de esta manera, es un signo.3

No obstante es muy interesante tener en cuenta que como signo (como representación analógica) podemos percibir que hay imágenes fabricadas (creadas) e imágenes como registro de algo.

La imagen construida apela a la semejanza entre el objeto y la imagen que lo representa de allí su fuerza lo que vale para imágenes científicas, virtuales, de dibujos, etc.

Por su parte, la imagen de registro, es una huella, a partir de ondas reflejadas por el objeto. Desde éste punto de vista, la imagen es un índice. Es decir, la imagen es la huella que dejó un objeto al reflejar ondas de luz sobre otro objeto sensible, por lo que hay una relación de contigüidad entre ellos y al percibir la huella registrada por la imagen, creemos ver el objeto original.4

Luego de lo expresado hasta aquí y teniendo en cuenta lo desarrollado por Barthes en Retórica de la imagen5 acerca de los mensajes que confluyen en ella puede decirse que en cuanto al "mensaje lingüístico" ya fue someramente desarrollado más arriba. En cuanto al mensaje denotado (icónico-codificado) es un mensaje suficiente, pues tiene por lo menos un sentido a nivel de la identificación de la escena representada a través de la cual se transmite la información, de manera literal sin intervenir en el interior del objeto eligiendo su tema, su marco y su ángulo.

1 Arendt, Hannah. La vida del espíritu. Centro de estudios constitucionales. Madrid. 1984. p. 31

2 Joly, Martine. Introducción al análisis de la imagen Editorial La Marca, Biblioteca de La Mirada, Buenos Aires, 1999. p. 44.

3 Joly, Martine. Op. Cit. p.44. Por otra parte, es justamente esta particularidad la que más adelante nos hará hablar de los aspectos denotativos y connotativos de las imágenes que nos ocupan.

4 Joly, Martine. Op. Cit. p.45

5 "Se llama retórica de la imagen, de acuerdo a Barthes, a las distintas lecturas que pueden realizarse de un mensaje icónico codificado o imagen denotada que incluye un mensaje icónico no codificado o imagen connotada (de carácter simbólico, cultural, connotado) y un mensaje lingüístico explícito que puede o no estar." de Lagos Caamaño, Jorge retórica de la imagen en Anteparaíso de Raúl Zurita. Universidad de Tarpacá, Departamento de Español, Casilla 6 – Arica, Chile. 2013.

En este sentido nos encontramos con objetos como: agua, caminos, nubes, árboles, arbustos, molinos, montes, yuyos, alambrado, cielo, huellas, postes de luz.

Los elementos anteriores se observan distribuidos de la siguiente manera:

· 6 fotografías con lagunas

· 5 fotografías con caminos bordeados por árboles

· 2 con molinos

· 2 con huellas

· 1 con alambrado

· 1 con sembrados y monte

· 1 con arbustos y yuyos

En la mayoría de las fotografías se ven nubes en distintos estados.

Este inventario de objetos con claridad pertenecen todos al ámbito natural del lugar retratado salvo algunos claramente construidos por el hombre como los molinos y los alambrados entre otros.

Cabe destacar que tales fotografías están en blanco y negro con la gama de grises intermedios lo que, a la vez, de darle cierta uniformidad en su conjunto genera rasgos expresivos de gran contundencia sin perder entidad ni identidad cada uno de los elementos retratados.

En cuanto al aspecto connotativo (mensaje icónico no codificado) se refiere al número de lecturas de una misma lexía que varía según los individuos, y depende de diferentes saberes contenidos en la propia imagen que son interpretados en el marco de un sistema propio de una sociedad y una historia dadas. Y como la connotación, más aún en este caso en que la fotografía está tratada de manera particular que se transforma en un objeto artístico y cada una en un "artefacto", más se entiende aun lo que Adorno expresa en cuanto al arte en cuanto que éste extrae su concepto de las cambiantes constelaciones históricas.

La idea de constelación es absolutamente apropiada para el análisis de la muestra que nos ocupa pues como se dijo más arriba que el autor retrata su entorno desde su visión particular y lo comunica a aquellos que forman parte de su comunidad que, por otra parte al compartir su mismo contexto situacional las posibilidades de interpretación de la obra adquiere una potencialidad superior. Todo esto implica pensar la obra de arte y, en particular, las que conforman esta muestra como parte de un todo y no de manera apartada del mundo circundante.

Por ello, podemos hablar ya, y más allá de los aspectos denotativos de que el autor en su obra transforma la realidad a partir de la toma de decisiones en la construcción de la obra de arte donde el encuadre, la distancia, la luz, el flou, el trucaje, la pose, la fotogenia, el esteticismo y la sintaxis son utilizados para crear efectos de sentido.

En general, el juego de luces y de sombras, producen ámbitos rodeados de fantasía, misterio y subjetividad, transformándolos en lugares, aunque conocidos, in-ciertos.

En cuanto a las estrategias utilizadas se nota, por ejemplo, que no hay trucaje, si pose por ejemplo en las fotografías donde están los molinos que aún permanece en pie a pesar de su deterioro lo que connota un "ejemplo de vida" y que a pesar de las dificultades es posible seguir enfrentando una realidad dura y a veces absurda. También se ve esto en los árboles que permanecen de pie junto al camino firme en su intención, frente a lo pasajero y móvil.

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La distancia desde la cual están retratados los objetos juega un papel fundamental en las posibilidades de interpretación del mensaje donde el fondo se transforma en un verdadero decorado sobre el que se recortan los elementos que quedan en un primer plano. El cielo generalmente está dando un marco donde las nubes se transforman en verdaderos protagonistas comunicando un ambiente de tranquilidad, caos, vacío, paz, dramatismo serenidad, etc. donde la amplitud de La Pampa termina y no termina en esos horizontes apenas delineados dando una sensación de infinito.

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El flou está escasamente utilizado, solamente en una fotografía donde no alcanza a distinguirse si los retratados son briznas de hierba o árboles secos en la inmensidad, como si todo lo cubriese una niebla que confunde los contornos, dando la sensación de desorientación y vacío.

La iluminación en todos los casos resalta la profundidad, lejanía o cercanía de los objetos y comunica una sensación de vértigo porque la vista queda inmersa en el paisaje y capta esa reverberación del alma humana que se confunde con el paisaje y lo pinta con los variopintos sentimientos que le produce.

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Puede observarse, casi siempre un cierto aspecto barroco en estas fotografías en cuanto a formas y focos de luz que son captados por la cámara sin truco alguno. Así las formas de las nubes, la forma de los árboles, sus sombras, las huellas que ha dejado el agua lo demuestran. Estos elementos connotan esa sensación de pequeñez ante la naturaleza y sus fenómenos, esa impresión de finitud en el hombre, en particular en quien observa cada fotografía.

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Es esta misma luz y su correlato, las sombras, junto a la plasticidad de otros elementos lo que abona la fotogenia de estas fotografías.

La fotografía donde se ve un árbol rodeado de hierbas blanquecinas, en un primer plano, con sus ramas secas sobre un fondo iluminado, en realidad parece una pintura, donde los elementos "danzan" sobre sí mismos mostrando en su dinámica la armonía existente en el contacto con la naturaleza.

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Las dos fotografías donde se observan huellas bien pueden ser asociadas a aquellas donde se muestran caminos. Los dos casos implican "paso" y "pasos" los caminos se pierden en el horizonte, en el punto de fuga donde la vista se conjuga con el infinito y el instante. Caminos que reflejan, indican y hasta simbolizan la vida del hombre, la de cada uno de nosotros, bajo cielos iguales y diferentes, según las circunstancias; con árboles que comunican, a modo de axis mundi lo más profundo y visceral con lo más sublime y etéreo.

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Las fotografías con huellas son verdaderamente dramáticas pues "indican" la presencia de la causa que las ha originado, muestran la consecuencia de algo que ha pasado y que ya no se ve, pero que ha dejado, precisamente, una marca que pareciera imborrable. La propia vida está en ello. La huella de un automóvil, como indicador de lo humano, junto a las que ha dejado la naturaleza, el paso del tiempo, y sus fenómenos, son un verdadero epítome de nuestro paso por este mundo.

En algunos casos, el encuadre permite distinguir algunas figuras retóricas aplicadas a la imagen como la hiperbolización en aquellas fotografías que muestran cielos amplios y tormentosos, con nubes que parecen moverse y actuar. El efecto connotado aquí también abona aquel que se dijo anteriormente como es el de sentirse pequeño ante lo inmenso e incontrolable de la naturaleza.

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Otra figura retórica es la antítesis donde se conjugan elemento contrarios, ideas opuestas. En este caso la luz y la oscuridad, el día y la noche, dándole a la imagen una verdadera orientación surrealista. No puede, en realidad, percibirse con claridad qué momento del día es, genera cierta confusión, como toda decisión que debe tomarse en algún momento de nuestra vida. Es como ver el vaso medio vacío o medio lleno, según nuestro singular punto de vista. Se expresa aquí, la dualidad, la indecisión, las opciones a la que nos vemos impelidos a elegir, o es una cosa o es otra, o es una realidad distinta.

Tenemos también la elipsis como eliminación de elementos que nuestra mente debe completar. Esto se observa en la imagen donde se muestra una sola huella de automóvil, por lo que nuestra mente completa la que falta apelando a nuestra propia enciclopedia. Del mismo modo en aquella donde de los árboles se ven sólo los troncos y no las copas.

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2.4 Nivel cultural

El mismo autor propone "ver más allá" a pesar del caos "de una sociedad que ha dejado de mirar" y siente que la incomunicación lo lleva buscar "saberes ocultos" para poblar su soledad en la contemplación de la naturaleza y en la captación del instante que se eterniza en una imagen fotográfica que nos bombardea con significados.

Desde lo personal es una actividad de descubrimiento, casi metafísica, de lo que hay en lo desconocido y de lo que se oculta detrás de las apariencias.

Es una provocación, también, a pensar la realidad cuando comparte el producto de su arte con un público que lo conoce y que conoce y vive en el mismo medio, por el mismo medio y para el mismo medio. Es una provocación para descubrir otra realidad en lo cotidiano, no precisamente en lo urbano y vertiginoso sino en la naturaleza y lo rural. Descubrimiento de otras significaciones a partir de otro punto de vista.

Aquí el artista es sólo un mediador entre la comunidad y su arte, alguien que desaparece detrás de su obra, porque ésta lo trasciende, al "mostrar" lo que puede ser cotidiano para el habitante común de esta localidad y que, formando parte de una misma constelación histórico espacial, se verá reflejado en aquella.

Lo rural, lo agropecuario, la naturaleza, las tormentas, el cielo reflejado en una laguna, las rutas que transportan los frutos de esta tierra, la llanura y la vista que se pierde en el horizonte, los elementos propios de lo rural como los molinos ya en desuso –superados quizás por otras tecnologías- un sembrado amenazado por fenómenos meteorológicos, la sensación de zozobra ante un posible desastre natural, son valores, costumbres, visiones propias del lugar donde la muestra se ha gestado y se ha parido. Aspecto éste que refuerza su interpretación, más allá de lo pintoresco, por quienes las observen.

Esto afirma y refuerza lo que Cousillas dice cuando expresa que el visitante ante una muestra tiene una actitud activa porque ante lo que se le propone activa una serie de hábitos cognitivos, competencias culturales previas que le permiten interpretar el patrimonio cultural.

Así, el espectador ya no es un ser pasivo que sólo mira, sino que ve lo que tiene frente a él pasándolo por la criba de sus expectativas, saberes, sentimientos, valores, prejuicios, etc. confiriéndole a lo observado un nuevo valor, una nueva o renovada interpretación.

CONCLUSIÓN Y CIERRE

El delicado encanto del trabajo con la luz se convierte, en la retina de un fotógrafo de la envergadura de Gustavo Levita, en un verdadero símbolo en el que se plasma la búsqueda y el hallazgo de lo más inasible en el tránsito por la vida cotidiana: el instante. "La soledad pública de la fotografía" es una invitación al descubrimiento, al desafío, a encontrarse con esa otra realidad escondida, disfrazada detrás de lo que habitualmente miramos pero generalmente no vemos. Cada imagen puede descomponerse e integrarse sin lograr que se fragmente en lo más mínimo pues la unidad que logra en cada una es de una fortaleza admirable. Todos los elementos en la composición son parte de ese universo donde cada uno de ellos tiene su propio lugar y pertenecen intrínsecamente al mismo. Cada elemento no pierde su identidad sino que adquiere tal dimensión que son comprehensibles en su verdadera magnitud pues pueden ser entendidos en un marco mucho mayor y universal que el acotado por la imagen misma.

Así, al observar detenidamente cada una de las imágenes uno puede darse cuenta de que en esa captación del instante hay una realidad que nos interpela, que nos incita a tenerlo en cuenta sabiendo que ya ha pasado y nos ayuda y facilita la visión de lo que, más allá de lo cotidiano, se nos escapa por la rapidez con que todo pasa. Es una irritación y un estímulo para romper la indiferencia ante lo que nos rodea.

Una colección de fotografías de este tipo nos provoca, nos incita, a ver "más allá" y a la vez participar con una mirada atenta en la creación y manifestación de lo bello que hay en lo cotidiano. No se puede negar que aquí el artista nos ha provocado poéticamente. Sólo cabe esperar que el que quiera ver que vea -posiblemente también el que quiera oír que oiga- y se deje llevar para volver modificado, sobre sus propios pasos.

Lo anterior es una conclusión de lo que me provoca haber analizado una muestra fotográfica de este tipo, pero también es posible decir que haber hecho este análisis es verdaderamente gratificante, no sólo desde el punto de vista académico sino también como espectador activo de la misma, más aún con las herramientas de análisis con las que ahora se cuenta.

 

 

Autor:

José Alberto Alberico

Universidad CAECE Licenciatura en Enseñanza de la Lengua y la Comunicación Cátedra de Semiótica

Profesora Lic. Daniela Vain