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Una historia de la lucha de clases en China (1966 ? 1971)

Enviado por Carlos Copertari


Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9

    1. Hipótesis central
    2. Enmarque conceptual
    3. Antecedentes históricos (1949 – 1965)
    4. Gran Revolución Cultural Proletaria (1966 – 1969)
    5. La Revolución Cultural y su impacto sociopolítico en la Argentina
    6. Desenlace y resultados (1969 – 1973)
    7. Conclusiones
    8. Apéndice
    9. Bibliografía

    Revolución cultural: Enfrentamientos interburocráticos y movilizaciones populares

    Esta investigación, que trata de ser el corolario de varios años de formación y de interés por la historia de un país asombroso, China, ha sido sólo posible por el apoyo y el estímulo de quienes en variadas circunstancias y a través de los años creyeron en algunos de mis postergados resultados. Deseo expresar mi agradecimiento, entonces:

    a Jaime Silbert, por su valiosa guía al brindarme sus conocimientos y material bibliográfico sobre el tema;

    a Ezequiel, Daniela, Lilia, Ester, Emilio, Ernesto, Marco, Héctor, Luis y Norberto, por el alto significado de su confianza para llevar a buen fin lo aquí realizado;

    a Flora Botton Beja, Celma Agüero y el Centro de Estudios de Asia y África de El Colegio de México, en México DF, por las múltiples oportunidades brindadas y las satisfacciones que aún les debo;

    a mis apreciados compañeros de Ediciones en Lenguas Extranjeras, en Beijing, Chen Mouda y Jiang, por su cordial y afectuosa paciencia de 1983;

    a los que me han obsequiado con su amistad en tiempos difíciles o felices;

    a los que no están y no olvidamos.

    "Un gran desorden bajo los cielos conduce a un gran orden bajo los cielos. Y otro tanto vuelve a suceder cada siete u ocho años. Los monstruos y demonios saldrán por sí solos a la palestra."

    Mao Zedong

    "(…) Acaso la muralla fue una metáfora (…) un desafío, y Shih Huang Ti pensó: ‘Los hombres aman el pasado y contra ese amor nada puedo ni pueden mis verdugos, pero alguna vez habrá un hombre que sienta como yo, y ése destruirá mi muralla, como yo he destruido los libros, y ése borrará mi memoria y será mi sombra y mi espejo y no lo sabrá."

    J. L. Borges, Otras inquisiciones, Alianza Editorial, 1981, p. 11.

    Introducción

    Este trabajo de investigación tiene como objetivo el estudio del proceso histórico y el desarrollo político institucional que se viviera durante los años 1966 a 1969 y su posterior desenlace, en el período conocido como de la Gran Revolución Cultural Proletaria, en la República Popular China. Paralelamente se plantearán las consecuencias sociales que causara el disloque económico producido en la etapa de referencia, en el enmarque de la estrategia ideológica y política bosquejada principalmente por Mao Zedong y que sufriera cambios rotundos en su implementación hasta la desaparición física de éste.

    Durante el lapso tratado, la sociedad china vivió una poderosa crisis de cuestionamiento de su modelo político administrativo y de control vigente, por ende de todas las estructuras de poder burocrático establecidas por el Partido Comunista de China (PCCh). Asimismo, todas las estructuras administrativas del Estado, fueran éstas de nivel nacional, provincial, municipal, cantonal o simplemente comunal popular, fueron conmovidas en diferente medida por un intento democratizador y antiburocrático, en principio, y por la ardua lucha entre los sectores de clases involucradas por sus diferentes intereses.

    En ese sentido, el conjunto de fenómenos que describen el proceso a analizar pueden considerarse a la vez como manifestación y causa de relaciones de condicionamiento determinante por las cuales se produjeron algunos hechos y no otros. Esto presupone, si partimos de la aprehensión analítica del hecho real, que el conocimiento se apropia de éste sólo en el momento de intentar explicarlo a través de sus posibles causas motivadoras.

    El ejercicio de este acto de apropiación es obviamente el de la elaboración de ciertas categorías que expresen de alguna manera las causas determinantes para cada momento. De esta manera, este proceso de investigación hará necesaria la elaboración de una base teórica analítica, o sea, de un conjunto de conceptos y ciertas categorías que nos permitan la constatación consiguiente del proceso fenomenológico ocurrido y su análisis. Con ello se intentará aprehender los determinantes causales que nos conduzcan a una explicación del período histórico de referencia.

    En este esquema ubicamos como eje medular al estudio de la realidad política y social de la República Popular China en el período citado, de modo de intentar contribuir a la identificación de las fuerzas y sectores sociales relevantes en términos político organizativos y lógicamente económicos, así como lograr ubicar la participación adecuada de sus particulares combinaciones, ya sea por unión y/o por oposición.

    Este intento de conocimiento y análisis de la Revolución Cultural se situará en los siguientes aspectos:

    Descripción de los grupos sociales existentes o en proceso de formación, así como sus sectores significativos ya sea organizados políticamente o no, apuntando a identificar sus propias articulaciones, es decir, la gama de intereses que los condicionan en uno u otro sentido. Si bien este análisis deberá realizarse inicialmente con base en la determinación estructural que surge de la posición de los grupos sociales en la estructura productiva de la sociedad, para después pasar a identificar sus posiciones en el campo de la coyuntura política, también consideraremos el porqué de su ubicación en las diferentes expresiones políticas organizativas pese a su similar pertenencia de clase o sector social.

    – Ubicación de las interrelaciones principales de la estructura social china (en tanto relaciones dialécticas, es decir, contradictorias), de modo que nos facilite el poder acercarnos a una comprensión del proceso socio político posterior al período histórico sometido a investigación.

    – Identificación de las corrientes políticas e ideológicas que, con base en los sectores que representaban, conformaron las fuerzas dinámicas que actuaron objetivamente en su momento.

    En el mismo sentido, será oportuno remarcar el carácter de ciertos organismos que, situados inicialmente en posiciones de vanguardia por sus críticas, ocuparon posteriormente otras posiciones que determinaron la orientación final del proceso en sí desde los aparatos gubernamentales y de control.

    En el capítulo I se remarcarán sus Antecedentes históricos, referidos a todas las campañas de reeducación ideológica y de lucha contra la corrupción administrativa desplegadas en diferentes momentos históricos: San Fan, Wu Fan y Sun Fan, la campaña de Las Cien Flores, el Movimiento Antiderechista y el Movimiento Xiafang, el programa económico conocido como Gran Salto Adelante, y finalmente el Movimiento de Educación Socialista, que proponen una mirada retrospectiva desde donde poder fijar las pautas que se afianzarán durante la Revolución Cultural. Estos antecedentes históricos son los que nos permitirán una proyección adecuada para la aprehensión y el seguimiento de las pautas de desarrollo que permitieron el lanzamiento de la Revolución Cultural, en tanto iniciativa del poder político del Estado y del Partido Comunista Chino, y de los sectores que lograron implementarla.

    El tema central, la Revolución Cultural, será analizado detenidamente en sus manifestaciones históricas y sus consecuencias inmediatas en el capítulo II.

    En el capítulo III se analizará la documentación existente para observar su Impacto sociopolítico en Argentina, y la influencia que tuviera sobre algunos sectores intelectuales y de la juventud estudiantil en nuestro país, en el mismo período. Finalmente, el capítulo IV será dedicado al Desenlace y resultadosque produjera en China la Revolución Cultural, desde 1969 y que prolongamos hasta 1973.

    En el Apéndice insertaremos una Cronología histórica preliminar, un Glosario y las Biografías de los principales personajes históricos que hubieran participado de alguna manera en el transcurso de la Revolución Cultural. También se incluirán los datos referidos al funcionamiento de la Asamblea Popular Nacional, y las sesiones de este órgano legislativo del Estado chino, así como los del Partido Comunista de China, con una breve reseña de sus reuniones plenarias más importantes.

    Hipótesis central

    1. En el transcurso de la historia de lo que será la República Popular China, desde octubre de 1949, y aun antes de su creación como tal, al menos dos tendencias políticas destacadas permanecieron latentes en el seno del PCCh. Estas corrientes se complementaron en hechos políticos comunes o permanecieron a la espera y en la construcción de su propia alternativa política y económica, hasta llegar inevitablemente al enfrentamiento y el consiguiente predominio de una de ellas y la destrucción de la otra.
    2. El establecimiento de la Gran Revolución Cultural Proletaria se vio precedido de varios momentos históricos con características similares, donde la lucha por la democracia interna y la desburocratización del aparato administrativo y del PCCh fueron banderas iniciales que conmovieron y hasta comprometieron la estructura productiva del país.

    Por lo mismo, se podría llegar a establecer que el fracaso en los resultados de un proyecto económico determinado, que en un principio no hubiera contado con el consenso necesario en el Comité Central partidario, podría haber generado por parte del sector criticado una corriente externa al partido que, detrás de las mencionadas banderas de democracia y anti burocratización, decidiera manejar en otro plano organizativo la capacidad crítica de los diversos sectores populares. Es decir, que esta recreación organizativa tiene inevitablemente como objetivo de fondo el trasladar desde afuera la lucha al interior del PCCh, tratando de tomar su estructura organizativa y de dirección para dinamizar su funcionamiento intentando diluir toda oposición desde allí, o al menos desconectándola del acceso a los mecanismos de dirección, movilización y control.

    3. El modelo de partido de rasgos estalinistas, autoritario y verticalista, en sí mismo sólo podía haber permitido la aparición cíclica de culpables que únicamente pudieran, como ocurriera durante las campañas de educación ideológica, tener oportunidad de "confesar" una amplia gama de errores políticos y administrativos, por lo tanto ideológicos, que coincidieran totalmente con las acusaciones que les efectuaban las autoridades partidarias. Este funcionamiento, serviría para remarcar la imposibilidad de que pudiera haber errores en la línea política previamente establecida por el PCCh, y sí en las conductas humanas de los hombres que interpretaban y aplicaban esa línea.

    4. El culto a la personalidad de Mao Zedong se corresponde a la imposibilidad de error desde esa instancia suprema transformada en mito viviente. Como consecuencia, el movimiento que se planteara la generalización de una experiencia democratizadora y crítica, como la Comuna de Shanghai que en su posterior desarrollo pudiera haber llegado a cuestionar ese culto, estaría definitivamente condenada al fracaso. Esta incapacidad del maoísmo para intentar el fortalecimiento institucional democrático, y proveer de garantías también institucionales para la crítica intelectual, sería uno de los ejes de su necesaria desaparición como opción política.

    5. El cuestionamiento antiburocrático y antielitista fue enfrentado en las organizaciones políticas juveniles por los hijos de los obreros y campesinos que pudieron acceder a un mejor estatus de vida y estudio, por la posición, desde 1949, detentada por sus progenitores de origen popular en las instancias de dirección partidarias y administrativas del Estado. Al mismo tiempo, los descendientes de aquellas clases que antes de esa fecha poseían los medios de producción y de comercialización y que luego los perdieran, aparecen como los más radicales críticos a la falta de democracia mantenida por la burocracia y a la postergación de oportunidades de estudio, trabajo y vivienda digna a que se veían sometidos.

    Esto determinaría que el proceso de intensas luchas políticas iniciado fuera del PCCh se trasladara a su interior. Y que el aparato partidario por su descrédito ante las masas se convirtiera en expresión exacta de los acontecimientos exteriores que inevitablemente escaparon a su control directivo, como estructura única y centralizadora. No obstante, también demuestra la capacidad de ese nuevo "sector de clase" en el poder o desde fuera de él que, una vez que ha estructurado su formalidad funcional organizativa como tal y que incluye la identificación de sus propios intereses y privilegios, pasa a extender sus nexos a todos los ámbitos institucionales y, lo que es fundamental para este estudio, desarrolla aún más su continua capacidad recreativa.

    6. El Ejército Popular de Liberación (EPL) no escapa a la dinámica natural que toda fuerza armada hegemónica ejerce sobre el Estado que sustenta, y a un determinado "orden" que deberá mantener. Puede también acompañar un proceso de masas, y en el caso de la Revolución Cultural influir educativamente en forma previa sobre sus hombres para posteriormente apoyar y convalidar determinadas acciones políticas de masas (por ejemplo, la del 18 de agosto de 1966 en la Plaza Tian Anmen), hasta proveer de armas a los grupos y corrientes políticas que inevitablemente han de enfrentarse entre sí. Pero no puede, al entrar a la arena política de la lucha diaria, dejar de aplicar sus propios criterios verticalistas de orden. La representación que tuviera en los "Comités Revolucionarios", detrás de la premisa de la "Triple Alianza" (representantes por igual del ejército, el partido y las organizaciones de masas), demuestra que si el EPL debía elegir entre el cuestionamiento rupturista de estructuras previas y el orden, elegirá siempre este último. Salvo en aquellas situaciones donde apoyar lo primero significara posicionarse mejor políticamente ante las masas campesinas y obreras. El alto número de sus representantes que hasta en la actualidad mantiene en los organismos de dirección partidaria y estatal, demostraría la importancia alcanzada con su participación en la lucha política.

    Enmarque conceptual

    Los puntos formulados de la hipótesis tienen origen en dos encuadramientos teóricos que se exponen como sigue:

    a. Marco teórico del Estado.

    b. Marco teórico de las clases y sectores sociales.

    a. El Estado posee la función particular de constituirse en elemento esencial de unión de todos los niveles de una formación dada. Aparece así como factor de orden en el conjunto de la estructura. También como principio de organización de una formación social determinada no en el sentido del orden político inmediato, sino en el de la cohesión del conjunto de los niveles que interactúan al cuidar el equilibrio general. Asimismo, es la estructura en la que se condensan las contradicciones de los diversos niveles de una formación particular, por ejemplo las producidas en un partido político que aparece dirigiendo y centralizando el poder.

    Si partimos de la relación existente entre el Estado como elemento o estructura de unión y como el lugar inevitable de concentración de las contradicciones, podemos llegar a la expresión ambivalente de una formación socio política determinada, por ejemplo el partido dirigente, como nivel específico y lugar propicio a las transformaciones que, en lugar de llevar a cabo las premisas revolucionarias por las que fuera promovido a ese nivel directivo de todo el Estado, desarrolla una brecha creciente entre sus proposiciones organizativas y de progreso y los resultados político sociales objetivos.

    Si bien la función de orden que debe implementar todo Estado presenta diversas modalidades de coherencia expresadas en los niveles particulares en que son practicadas (la función técnico económica sobre el nivel económico, la política a ese nivel y la ideológica educativa), entendemos que en rigor existiría una función global de unión y cohesión, que es la de una línea política general y luego peculiaridades de implementación que le serán afines, de acuerdo a la fortaleza y las necesidades de cada sector que disputa la dirección de ese Estado. Siendo así, la manifestación de su existencia real en la práctica, que debiera tener teóricamente una cierta expresión aproximadamente democrática y/o popular de respaldo (por ej., como organizador de un proceso de producción colectivo o en su papel de reproductor ideológico en campañas educativas nacionales), puede entrar en colisión con las verdaderas necesidades de urgente desarrollo de un país para pasar a ser, ese Estado, sólo un controlador eficaz de toda opinión o disidencia que no sea amoldable a su actuar.

    Estos conceptos generales deberán mostrar las formas en que los instrumentos organizativos del Estado se expresan en cada momento político, como resultado sintético de la articulación de las tendencias que en él confluyen y la particularidad de la situación precedente.

    b. Con respecto al marco teórico de las clases y sectores sociales, éstas pueden ser entendidas como conjuntos de agentes sociales determinados, aunque no exclusivamente, por su posición en el aparato productivo. Esto constituye una determinación estructural que a su vez define el lugar de los sectores y grupos sociales, pero no es la única.

    Esto debe diferenciarse de la posición de clase de la coyuntura, entendida esta última como aquellas características históricas organizativas que la formación social asume. Aunque una fundamentación de la coyuntura debe ser cuidadosa en este punto, ya que un reduccionismo estandarizador de la determinación estructural a la disponibilidad como clase puede impedirnos hacer una caracterización adecuada de la situación política que intentamos entrever.

    Además, a nivel de la conciencia social general de un período dado, supone el análisis de todas las formas orgánicas de expresión política de las clases y sectores que la integran dentro de esa coyuntura. Conceptuarlas de esta manera permitirá comprender simultáneamente con mayor nitidez las relaciones económicas y su problemática inmediata, y también sus relaciones políticas e ideológicas en el mismo momento en que las fuerzas sociales parecieron interrelacionarse. Entonces será posible, a partir de considerar su importancia, la objetivación comprensiva de los fenómenos de dominación y subordinación que ejerce un determinado líder o una organización, intentando entender el proceso político en su conjunto.

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