Es oportuno hacer una breve reseña de los antecedentes de esta obra. En verdad su historia se remonta alrededor de cuarenta años. El interés sobre la vida del general Mariano Armaza (y mediante el personaje en el proceso de la Independencia de América y en Bolivia desde su fundación hasta la Guerra del Pacífico), nos lo inculcó nuestro señor padre, el político y diplomático Rigoberto Armaza Lopera (precursor de la Revolución Nacional y fundador del Movimiento Nacionalista Revolucionario. M.N.R.), con sus relatos, libros alusivos y recortes de prensa conservados, cuando contábamos entre dieciséis y dieciocho años; la investigación propiamente tal la iniciamos en 1976 en la Academia Diplomática de Bolivia con un pequeño trabajo para el catedrático e historiador Alberto Crespo Rodas; prosiguió años más tarde al ser destinados en Misión Diplomática en la Embajada en Brasil donde pudimos consultar el Archivo Histórico de Itamaraty; lo que se tradujo en una serie de artículos publicados en el suplemento cultural, que dirigía monseñor Juan Quiroz, del periódico católico "Presencia", de La Paz.
Desde entonces fuimos profundizando y ampliando el surco de la investigación aprovechando, tanto las mejores temporadas de la Carrera Diplomática, en que gracias a viajes en comisión nos adentrábamos en los papeles de archivos en el extranjero (Buenos Aires), o nacionales (Sucre, Potosí o Tarija), como en los menos buenos tiempos (cuando en la jerga del ministerio estábamos en la "congeladora"), con la lectura de libros o la consulta del Archivo Histórico del Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia.
En diciembre de 1992 la Honorable Alcaldía Municipal de la ciudad de La Paz, Bolivia, y la editorial Don Bosco, de los sacerdotes católicos de la orden de los salesianos, publicaron nuestro libro: GRACIAS AL 31 DE DICIEMBRE (BOLIVIA ENTRE LA PRESIDENCIA DE BOLÍVAR Y LA MUERTE DE GAMARRA), que abarca el proceso de la nacionalidad boliviana desde 1825 hasta 1841.
Al siguiente año fue el mismo Crespo Rodas quien nos alentó a profundizar huella obsequiándonos gentilmente el libro de Alberto Gutiérrez: "La muerte de Abel"; por lo que somos deudores a su memoria. Aliento de don Alberto que fue tanto más significativo toda vez que pocos meses antes publicó su ensayo: "El Alto Perú y la República de Bolivia", en el cual sostenía una opinión diametralmente opuesta a la nuestra en lo que respecta a la revuelta que derivó en la separación del cargo al presidente Sucre, donde en la línea del pensamiento moreniano estima que: "sería imposible hallar justificación para el motín producido en la ciudad de Chuquisaca en la madrugada del 18 de abril de 1828, para derrocar a un hombre cuyo más profundo deseo era regresar a su país".[13] En esa época habíamos transitado una Carrera Diplomática con destinos en Buenos Aires, Brasilia y Roma. Posteriormente tuvimos (aquí empleo el plural pensando en Carolina Arce Seifert que nos acompañó a todas las misiones) el privilegio de agregar al periplo Moscú y Pekín. Después de la publicación del libro continuamos cosechando mayores conocimientos sobre la gesta de la independencia americana de España con diversas lecturas. Ya que, como no podía ser de otro modo, el tema nos cautivó permanentemente. Empero, remarcamos, fue en los últimos siete años, en el ostracismo, que haciendo buen uso de nuestra preciada libertad y libre albedrío, en un país donde el Estado de Derecho no es una entelequia, que pudimos calar más hondo en la investigación ampliando y profundizando conocimientos a la par de reafirmarnos en nuestra visión e interpretación histórica.
A lo largo de la Carrera Diplomática (dos años en la Academia Diplomática y casi treinta en el servicio) tuvimos el privilegio de trabajar directamente o indirectamente con mentes brillantes (lo más selecto y, sobre todo, los que más nos marcaron con su sello propio, del Cuerpo Diplomático de Bolivia entre 1975 y 2005), de una diplomacia altamente profesional, que nos inculcaron la búsqueda de la excelencia, el tesón de lo perfectible: A fin de no caer en omisiones solamente mencionaremos a los fallecidos. Entre los primeros, los cancilleres Jorge Escobari Cusicanqui y Valentín Abecia Baldivieso; entre los segundos, el excelso poeta y fino diplomático Oscar Cerruto, el ministro de Relaciones Exteriores Gonzalo Romero Álvarez García.
También pudimos apreciar las dotes innatas en la diplomacia y versación en derecho internacional de José Ortiz Mercado, Gustavo Medeiros Querejazu, Moisés Fuentes Ibáñez, Edgar Camacho Omiste, Walter Montenegro, Jaime Prudencio Cosío, Fernando Ortíz Sanz y Raúl Botelho Gosálvez.
De los que afortunadamente están con vida pecaríamos de injustos sino mencionáramos, haciendo una excepción, al embajador Oscar Zamora Medinacelli: El diplomático más armonioso, más completo que conocimos, ya que a su brillante inteligencia une indisolublemente ligado un espíritu elevado en el estadio más puro a que el ser humano puede aspirar. Nunca atisbamos en su alma el más mínimo sentimiento de hipocresía, envidia, mezquindad o de cualquier bajeza que es tan frecuente encontrar en las personas con que nos cruzamos en la senda de la vida; para cuyos defectos no es óbice poseer una mente portentosa, vasta cultura, cualidades especiales de escritor o diplomático.
Más allende de la diplomacia, en el ámbito de la cultura, tuvimos la fortuna de alternar con intelectuales de la talla de Augusto Céspedes, Huáscar Cajías, José Tamayo y Jesús Urzagasti. En suma, en el plano de la intelectualidad, del conocimiento, fuimos afortunados. Tratar con tantos diplomáticos extranjeros de medio mundo, con varios de los cuales llegamos al plano de la amistad, igualmente fue un placer y un privilegio. Servir en las Embajadas de Bolivia en Argentina, Brasil, Italia, Rusia y China constituyó fuente inagotable de cultura y experiencias (satisfacción particular nos significó haber sido Jefe de Misión, como Encargado de Negocios a.i., durante nueve meses en Moscú y dos años en Pekín, ocasiones en que cumplimos a cabalidad con todas la funciones de un Embajador, salvo la presentación de Cartas Credenciales, por supuesto, aunque tuvimos ocasión de saludar a los presidentes de ambos países, Boris Yeltsin y Hu Jintao, respectivamente).
En el ostracismo, lejos de la Patria querida, mención especial merece quien fuera nuestro entrañable amigo Roberto Prudencio Lizón, lamentablemente fallecido en octubre del pasado año. Un proverbio polaco dice que: "Cuando la adversidad llama a tu puerta todos los amigos están dormidos"; a Roberto lo encontramos, en medio de la noche, totalmente despierto, lo que demostraba los nobles atributos que adornaban su ser, viniendo a probar el pensamiento de Marco Tulio Cicerón de que: "El amigo fiel se muestra en las circunstancias adversas". Por el contrario la adversidad nos llevó a constatar estos otros dos pensamientos profundos: "El que abandona a un amigo es que nunca lo ha sido", Aristóteles. "El infortunio pone a prueba a los amigos y descubre a los enemigos", Epicteto de Frigia.
Pero volvamos al libro para rememorar este pasaje del discurso pronunciado, con motivo de la presentación de nuestra obra anterior, en el Palacio Consistorial de la Honorable Alcaldía Municipal de la ciudad de La Paz, en febrero de 1993:
"A lo largo del trabajo aquilatamos la dimensión del esfuerzo del espíritu humano, casi diríamos divino, por perdurar, por trascender a la muerte y percibimos, en lo profundo del alma, que a través de la escritura, de la historia, el hombre lo ha conseguido. Nos sentimos tan cercanos al general Armaza Guerra que a menudo nos embargaba la sensación de que éste cruzaría, de pronto, la calzada de una calle en La Paz, Sucre, Potosí, Cochabamba, Río de Janeiro, Buenos Aires, Córdoba, Lima o Montevideo para agradecernos el haberlo "resucitado".
Concluyamos estas palabras preliminares expresando que ese afán de perfeccionamiento ha sido nuestro norte en tributo a quienes se tomen el tiempo de leerlo; aunque sin olvidar que, como dijo Paul Valéry: "Lo perfecto es una página en blanco". Por último advertimos que respetamos la ortografía de la época, salvo cuando da la impresión de incurrir en crasos errores, y que todos los subrayados (negrillas) son nuestros.
Embajador[14]Hernando Armaza Pérez del Castillo Montevideo, 23 de abril de 2014
Notas:
[1] PERÚ DE LACROIX, Luis: “Diario de Bucaramanga”.
[2] LECUNA, Vicente, “Cartas del Libertador”.
[3] “Proclamas y Discursos del Libertador”, 1939.
[4] LECUNA, Vicente: “Cartas del Libertador”.
[5] GARCÍA HAMILTON, José Ignacio: “Simón. Vida de Bolívar”, 2004.
[6] VON HAGEN,Víctor: “Las cuatro estaciones de Manuela. Los amores de Manuela Sáenz y Simón Bolívar”, 1989.
[7] LECUNA, Vicente: “Cartas del Libertador”.
[8] O’LEARY, Daniel F.: “Últimos Años de la Vida Pública de Bolívar. Memorias del General O’Leary”. Tomo Apéndice (1826-1829).
[9] “Memorias del General O´Leary”, Tomo I, 1879.
[10] BULNES, Gonzalo: “Bolívar en el Perú. Últimas Campañas de la Independencia del Perú”, Tomo I, 1919.
[11] BULNES, Gonzalo, “Bolívar en el Perú. Últimas Campañas de la Independencia del Perú”, Tomo I, 1919…
[12] “Las más hermosas cartas de Amor entre Manuela y Simón, acompañadas de los Diarios de Quito y Paita, así como de otros documentos”, 2010.
[13] CRESPO RODAS, Alberto:”Fragmentos de la patria. Doce estudios sobre la historia de Bolivia”, 2010.
[14] Rango Diplomático alcanzado en el Escalafón vigente el 2005.
DÍA INTERNACIONAL DEL LIBRO Tapa del libro:
Simón Bolívar Autor: José Gil de Castro Lima, 1825 Casa de la Libertad Sucre – Chuquisaca.
"Aprovecho de esta oportunidad del bravo general Miller que marcha a Europa, para escribir a Vd. e igualmente me tomo la libertad de dirigir a Vd. un retrato mío hecho en Lima con la más grande exactitud y semejanza", Bolívar a Wilson, Potosí, 29 de octubre de 1825.
El coronel Belfort Wilson le obsequió el cuadro al Presidente de Bolivia, general José Ballivián.
Fotografías al interior del libro:
Mariano Armaza (1797-1839) Retrato anónimo. Sucre, 1829.
Manuela Sáenz DEDICO EL PRESENTE LIBRO A:
LA REPUBLICA ORIENTAL DEL URUGUAY.
A MATEO ARMAZA OMANOVIC, A VERÓNICA, FELIPE Y MIGUEL ARMAZA ARCE, A CAROLINA ARCE SEIFERT DE ARMAZA Y A MAJA OMANOVIC DE ARMAZA.
Retrato autor: Marcos Salasy Quinta Bolívar – Bogotá.
LIBERTARSE DE SUS PROPIOS LIBERTADORES
(DE AYACUCHO A LA GUERRA DEL PACÍFICO – POLÍTICA Y DIPLOMACIA: 1824-1884)
Autor:
Hernando Armaza Pérez del Castillo.
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |