La problemática de la lectoescritura en el distrito de salitral: una aproximación al problema y sugerencias de solución (página 2)
Enviado por Rudy Mendoza Palacios
Desarrollo
La problemática de la lectoescritura
La problemática de la lectoescrutura es grave en la zona del distrito de Salitral, puesto que allí muchos niños llegan al final de la educación primaria sin poder leer o escribir adecuadamente. Poseen demasiados yerros ortográficos, no diferencias sonidos entre consonantes ( p,b ? s,z por ejemplo)
Dentro de esta concepción de la infancia, enseñar a leer no es enseñar a descifrar o decodificar palabras. Es transmitirles a los niños el placer por la lectura, la necesidad de comunicarse y de ser comunicados. Enseñar a leer es contagiar una pasión. Si el ideal es que nuestros niños alcance la competencia de saber leer y escribir bien, queda al aire la pregunta de ¿qué cosa estamos haciendo mal?
Y no tenemos que partir de la premisa de que los niños no saben. ¿Cómo que no? Los niños con los que trabajamos han nacido en ambientes letrados y por lo tanto saben que los libros son para leerlos y desde muy temprana edad, en sus hogares, cogen cualquier texto, en cualquier posición, y hacen como si leyeran. (¿o leen?) ¿Acaso, cuando están en la calle, no van señalando letreros y diciendo en voz alta lo que dice? Si es que hay transmisión de significados, entonces indudablemente estamos hablando de lectura.
Los niños reconocen su nombre, que es lo más cercano a ellos, desde los dos años, y poco tiempo después, reconocen el nombre de sus compañeros. Para ellos, los grafemas convencionales tienen distintos nombres: al grafema M no lo llaman "eme" sino por ejemplo: esa es la letra de mi mamá o esa es la letra de Mateo. Sin embargo, hacemos caso omiso a todos sus aprendizajes y creemos que no saben nada.
Algo similar sucede con la escritura. Sus primeros trazos los consideramos casi "despectivamente" como garabatos. Pensamos que arruinaron la pared con plumón, arruinaron un trabajo o el libro del hermano. Debemos reflexionar al respecto, porque por lo general, los primeros intentos de escritura espontánea del niño, son reprimidos por el adulto y hasta a veces castigados.
Las fallas de los más pequeños nos causan alegría e hilaridad. Pero cuando el niño hace su ingreso al sistema escolar todos, padres y maestros, nos volvemos menos tolerantes e inhibimos la voluntad del niño, olvidando que es precisamente esta, la que ha mantenido a la raza humana a través del tiempo: arriesgando, tratando nuevas posibilidades y ofreciendo diversas respuestas.
La escuela ante el problema de la lectoescritura
Pensemos y reflexionemos: ¿Alienta la escuela la posibilidad de arriesgar y de cometer errores en los niños? Personalmente, creo que no lo hace, y en ello, estamos vulnerando no sólo su derecho a aprender sino su estilo innato de aprendizaje.
En la escuela hemos fragmentado el lenguaje, creyendo que así era más fácil para los niños, lo hemos hecho más difícil, pues hemos pospuesto su propósito natural que es la transmisión de significados.
En nuestro sistema educativo, tanto en lectura como en escritura priorizamos los aspectos superficiales, y no la comunicación. De muchas maneras, prohibimos que los niños cometan errores y así reprimimos de una manera muy eficaz, los deseos del niño de comunicar y esto lamentablemente lo hace inseguro y dependiente.
El niño no aprende a leer y a escribir para hacer tareas o para ser promovido de año. El futuro no es algo que a un niño le preocupe. Como dice el Dr. Tonucci: "Un correcto proceso educativo debería preocuparse siempre por el presente, intentando no arruinar lo que se ha hecho en el pasado y utilizarlo en todas sus potencialidades".
El niño, por lo tanto, necesita aprender cosas que le sean de utilidad hoy y no mañana. ¿Y para qué? Para resolver pequeños problemas, para sentirse feliz, pleno, satisfecho y capaz.
Un gran número de niños aprende a leer y a escribir con una moderada eficacia. Sin embargo, han aprendido a considerar a la lectura y a la escritura como actividades aburridas y agotadoras, que se deben hacer sólo cuando es absolutamente necesario. Pueden leer y escribir, pero no eligen hacerlo libremente.
Siguiendo con esta línea, la de tratar de enmarcar una nueva aproximación a la lectoescritura teniendo en cuenta una "real cultura de infancia", entonces tenemos que el niño requiere aprender a leer y a escribir en situaciones reales de lectura y escritura, como procesos constructivos y dinámicos y no como una secuencia de pasos sin sentido, que se tornan rápidamente en desagradables y tediosas.
CIERRE
¿Por qué se hace difícil enseñar la lecto escritura?
Para concluir, formulo la siguiente pregunta: ¿Por qué muchas veces la lectura y la escritura se hacen tan difíciles de aprender en nuestras aulas, particularmente en la zona del distrito de salitral en la provincia de Morropón? Y creo que ello obedece a que muchos de los docentes , en su gran mayoría no se hallan plenamente identificados con el problema, por el contrario dejan de lado la preocupación y asumen que el niño será reforzado en casa y que son los padres quienes deberían inculcar a sus hijos el amor por la lectura y la escritura.
Propuesta para mejorar la lectoescritura
Para concluir considero que podemos mejorar el desarrollo de la lecto escritura a través de ofrecer a los educandos la motivación necesaria por leer y escribir, ofreciéndoles una oferta variada de lecturas, revistas y libros de diversos temas, géneros y autores. El alumno debe tener libertad para elegir lo que desee leer, de acuerdo a su capacidad lectora e intereses.
Asimismo se puede motivar colocando ejemplares de cuentos, revistas y libros en la biblioteca o salón. debemos promover conversaciones sobre autores, temas o asuntos tratados en los libros. Estimule a los estudiantes a comentar sobre situaciones o personajes interesantes que hayan encontrado en sus lecturas. Lea en voz alta a los estudiantes fragmentos interesantes de la obra que les va a asignar. Invite a autores e ilustradores a su salón. Prepare reseñas de los libros que desea recomendar.
Por otro lado creo firmemente que todo docente debería promover la adquisición de destrezas de lectoescritura, estimulando a los niños a crear sus propios poemas y cuentos; invítelos a redactar cartas, resúmenes, invitaciones, felicitaciones, anécdotas, ensayos, chistes, informes, reportajes, noticias, anuncios, lemas, etc. El niño que produce sus propios textos se entusiasma con la lectoescritura. Todo escritor es el primer lector de su obra.
También se puede estimular la lectoescritura mediante la exploración de conceptos basados en la interpretación de fotos, dibujos, vídeos, ilustraciones de cuentos, composiciones musicales y letras de canciones. Las actividades que se lleven a cabo deberán proveer ejercicios en los cuales se articulen e integren las cuatro artes del lenguaje: hablar, escuchar, leer y escribir. Por ejemplo, Si el estudiante escucha la narración de un cuento se debe proveer para que escriba sobre éste, (bien sea desde el punto de vista informativo o desde el punto de vista creativo), lea su escrito y lo comente
Finalmente , si algo me queda claro a mí, como maestra, al vivir este tipo de experiencias, es que estos pequeños, saben que vale la pena escribir, que vale la pena leer y que lo que ellos tienen que decir es verdaderamente importante
- Alisedo, G., et al., Didácticas de las ciencias del lenguaje, Paidós, Buenos Aires, 2004.
- Alonso, Isabel y Benita Díez, Lectoescritura. Una propuesta para alumnos con necesidades educativas especiales, Escuela Española, Madrid, 2005.
- Lebrero, Ma. Paz, Cómo formar buenos lectores, Escuela Española, Madrid, 1999.
- Lomas, C. y A. Osorio, El enfoque comunicativo de la enseñanza de la lengua, Paidós, Buenos Aires, 2000.
- Rondal, J. A., La interacción adulto-niño y la construcción del lenguaje, Trillas, México, 1990.
- Ruiz Otero, Silvia, Ehrsam Gatica y Roberto Max, Manual para un taller de expresión escrita, Universidad Iberoamericana, México, 2001.
Por
Rudy Mendoza Palacios
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