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Inteligencia Emocional (página 2)


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Aspectos metodológicos

Objetivo general:

Determinar las características de la Inteligencia Emocional de los profesores.

Objetivos específicos:

  1. Describir las características que distinguen la Inteligencia Emocional de los profesores.
  2. Precisar la habilidad de los profesores para canalizar emociones.

Definición conceptual y operacional de las variables.

Características de la Inteligencia Emocional: conjunto de cualidades psicológicas que le permiten al sujeto el manejo de las emociones.

Se miden a través de indicadores tales como:

  • Conocimiento de las propias emociones.
  • Control de las emociones
  • Motivarse a uno mismo en la consecución de una meta, regulando para ello las emociones que se vayan presentando.
  • Reconocimiento de las emociones en los demás, que permiten las relaciones interpersonales empáticas.
  • Capacidad para relacionarse con los demás e influir sobre ello, desarrollando la habilidad para la competencia social. (Colectivo de autores,2002)

Habilidad para canalizar emociones: es la destreza que posee el sujeto para darle salida a las emociones, lo cual se define a través de presencia de dificultades o no en su consecución, siguiendo la calificación del cuestionario.

Material y Método

Es una investigación exploratoria, de corte transversal no experimental.

La muestra está conformada por 20 profesores de la Sede Universitaria de Ciencias Médicas Camilo Cienfuegos y la Sede Universitaria Municipal de la Universidad de Pinar del Río, ambas del municipio de San Cristóbal.

La recogida de información se realizó en un momento único a través de un cuestionario autoaplicado de forma anónima, el cual mostramos a continuación.

Cuestionario: Inteligencia Emocional (Colectivo de autores, 2002)

¿Desea conocer que tal anda su inteligencia emocional? Responda estas preguntas.

  1. Sí____ No____

  2. Por lo general suelo ser consciente de cada uno de los sutiles sentimientos que nacen en mí.

    Sí____ No____

  3. Tengo en cuenta mis sentimientos a la hora de tomar decisiones importantes en mi vida.

    Sí____ No____

  4. Cuando estoy triste y enojado, expreso mis sentimientos de una forma acorde con la situación.

    Sí____ No____

  5. Soy sensible a los sentimientos de los demás y actúo en consecuencia a esto.

    Sí____ No____

  6. No dejo que mis sentimientos y emociones provoquen conflictos innecesarios con familiares o amigos.
  7. Puedo contener los sentimientos desagradables si estos no me ayudan a lograr lo que quiero.

Sí____ No____

Este breve cuestionario fue validado por el Dr. Dionisio Saldívar en el 2000, y usamos su sistema de calificación, el cual cuantifica las respuestas negativas de los sujetos y afirma que si poseen 3 o más de éstas, se tiene dificultades en la canalización de las emociones. Los indicadores que precisamos se encuentran expresados a través de las preguntas del cuestionario.

Introducción

Mejorar nuestras vidas, nuestras capacidades y habilidades para un mejor funcionamiento personal, social, laboral, no existiendo sentimientos de pesar, de aburrimiento, de pesadez, es aprender para el engrandecimiento, el desarrollo propio y del ambiente donde nos encontramos. (Bolívar, V, 2005)

Manejar nuestras emociones y los sentimientos propios y a partir de ahí conocer y convivir armónicamente debe ser un anhelo de todos, pues a menudo nos comportamos como seres de la prehistoria, primitivos o como niños pequeños, cediendo a nuestros impulsos, a veces impulsos muy primarios.

La unidad cognitivo-afectiva es una realidad dentro de ese complejo sistema regulador que permite la construcción armónica de lo que es dado en llamar personalidad. Entre sus elementos básicos se encuentran las llamadas estructuras o cualidades psicológicas, construidas, entre otras, por las capacidades. (González, F, 1989)

Cuando actuamos como seres humanos, nuestras acciones discurren en un entorno social. Acorde a las diferencias individuales, hay quien tiene un mayor o menor éxito en su desempeño social y por ello se autoevalúa o se le evalúa de poseer mejores o peores capacidades para la realización de determinada actividad.

La inteligencia o capacidad ha sido tradicionalmente considerada como la habilidad de una persona para aprender y recordar información, reconocer conceptos, y sus relaciones y aplicar la información a sus propias conductas en forma adaptativa.

La inteligencia vista de esta manera enfatiza en el rendimiento intelectual empleando los tests psicológicos. El diagnóstico que se obtiene por estos medios no asegura el éxito de quienes obtienen elevadas calificaciones ni el fracaso de quienes están por debajo.

Cuando hablamos de la habilidad del sujeto para controlar sus propias emociones y la de los demás, propiciándole una guía de pensamiento y acción nos adentramos en el estudio de la Inteligencia Emocional.

Desarrollo

Acerca del concepto de Inteligencia Emocional

En épocas tan temprana como 1920,Thorndike se refirió a la inteligencia social. Este enfoque no fue promovido por enfatizar en lo cognitivo.

Muchos años después, Gardner (1983) desarrolló la teoría de las inteligencias múltiples y expuso seis modelos diferentes entre los cuales se encuentra el modelo personal, como atributo sobresaliente. Este implica el establecimiento de relaciones interpersonales que le permiten al hombre notar las diferencias individuales y responder adecuadamente a ellas; contempla además las relaciones sostenidas consigo mismo en consonancia con la cual las personas tienen conciencia de sus propios sentimientos.

Este término fue usado por vez primera por los psicólogos Peter Salovey y John Mayer de las universidades de Havard y Yale a inicios de la década de los noventa, quienes retomando a Thorndike abordan la habilidad del sujeto para controlar sus propias emociones y la de los demás, propiciándole una guía de pensamiento y acción, el cual fue reconocido a nivel mundial por el periodista y escritor Daniel Goleman en 1995 a través del ¨bestseller¨ La Inteligencia emocional. (Bolívar, V, 2005)

Fue empleado para conocer de cierta forma las cualidades emocionales que de alguna manera se vinculan con el éxito, tales como:

  • Empatía
  • Expresión y comprensión de los sentimientos
  • Independencia
  • Capacidad de adaptación
  • Capacidad de resolver los problemas en forma interpersonal
  • Persistencia
  • Cordialidad
  • Amabilidad
  • Respeto

En la medida en la que el sujeto desarrolle estas características de su inteligencia emocional, es probable que se vaya evidenciando que su capacidad vaya aumentando en aspectos tales como:

-la intuición,

-la disposición para confiar en los demás y la capacidad para inspirar confianza,

-un temperamento sólido de auténtica personalidad,

-valorar experiencias negativas,

-la capacidad para encontrar soluciones acertadas en situaciones difíciles para tomar decisiones inteligentes,

liderazgo efectivo y eficiente.

¿Qué es la Inteligencia Emocional?

Las emociones forman parte de la vida corriente, emoción designa sentimientos que cada uno puede reconocer, la cual puede caracterizarse por sensaciones de cierto placer o displacer. En las emociones se combinan aspectos fisiológicos, sociales y psicológicos dentro de una misma situación polifacética, como respuesta orgánica a la consecución de un objetivo, de una necesidad o de una motivación.

Las emociones nos permiten conocer que está sucediendo en nuestro interior, cuando se está en peligro o cuando se hace necesario resolver una situación crítica; es entonces cuando a través de las emociones se actúa en forma de sistema defensivo, se toma el control y se deciden acciones que son ejecutadas impulsivamente: en estas decisiones no participa la voluntad ni la razón.

Las emociones se caracterizan por ser de naturaleza primitiva, pues ellas apenas han variado en el transcurso de miles de años de evolución.

Cada emoción contribuye a la resolución de un tipo de problema específico que amenace la supervivencia: inhibe las reacciones ante estímulos irrelevantes y se ocupa de dirigir la acción contra aquello que se detecta como peligro auténtico. Se dice que las emociones básicas son: la ira, el miedo, la tristeza, la sorpresa, el desagrado, la felicidad y el amor. (Bolívar, V, 2005)

Peter Salovey y John Mayer definieron la Inteligencia Emocional como: ¨La habilidad para percibir, evaluar, comprender y expresar emociones, y la habilidad para regular estas emociones que promuevan el crecimiento intelectual y emocional¨. En otras palabras, la inteligencia emocional sirve para reconocer nuestros propios sentimientos y comprender sentimientos de las otras personas, lo cual contribuye a mejorar la calidad de vida personal como la colectiva. (Bolívar, V, 2005)

La Inteligencia emocional es la capacidad de: sentir, entender, controlar y modificar estados anímicos propios y ajenos. (Goleman, D, 1996)

Se hace necesario además la inteligencia emocional, para poder llevar a buen término ciertas iniciativas relacionadas con la mente, tales como control de calidad, desarrollo de las competencias fundamentales y aplicación de disciplinas correspondientes a la valoración.

La medida de la inteligencia emocional se expresa con un cociente emocional (CE). Los investigadores sugieren que las personas que tienen el CE alto tienen mejores resultados en su vida profesional, entablan relaciones personales más estrechas, desempeñan funciones directivas más hábilmente y gozan de mejor salud que las personas con un CE bajo. (Bolívar, V, 2005)

La ciencia de la Inteligencia Emocional está creciendo a pasos agigantados, sostenida por centenares de estudios, investigaciones e informes administrativos; nos brinda la posibilidad de que al paso de los días mejoremos nuestra capacidad de raciocinio y al mismo tiempo, como utilizar mejor la energía de nuestras emociones, la sabiduría de nuestra intuición y el poder inherente en la capacidad que poseemos de conectarnos a un nivel fundamental con nosotros mismos y con los que nos rodean.

Estructuras implicadas en la expresión de la inteligencia emocional

El cerebro humano está formado por varias zonas diferentes que evolucionaron en distintas épocas. Cuando en el cerebro de nuestros antepasados crecía una nueva zona, generalmente la naturaleza no desechaba las antiguas: en vez de ello, las retenía, formándose la sección más reciente encima de ellas.

Muchos experimentos han demostrado que gran parte del comportamiento humano se origina en las zonas profundamente enterradas en el cerebro, las mismas que en un tiempo dirigieron los actos vitales de nuestros antepasados.

El sistema límbico, llamado también cerebro medio, es la porción del cerebro situada inmediatamente debajo de la corteza cerebral y que comprende centros importantes como el tálamo, hipotálamo, el hipocampo, la amígdala cerebral. Estos centros funcionan en los mamíferos, siendo el asiento de movimientos emocionales como el temor y la agresión. (Bolívar, V, 2005)

En el ser humano estos son los centros de la afectividad, es aquí donde se procesan las distintas emociones que nos hacen experimentar penas, angustias y alegrías intensas. Los lóbulos prefrontales y frontales juegan un especial papel en el procesamiento neocortical de las emociones.

Así, tenemos que los dos tipos de inteligencia, Intelectual y Emocional, expresan la actividad de diferentes partes del cerebro. El intelecto se basa únicamente en el funcionamiento de la neocorteza, las capas de la parte superior, evolucionadas en tiempo más reciente del desarrollo humano. Los centros emocionales están más abajo, en el sistema límbico, que es la parte del cerebro más antigua. La Inteligencia Emocional involucra estos centros emocionales, trabajando de común acuerdo con los centros intelectuales.

Análisis de los resultados

Del total de profesores (20) a los cuales se les midió de forma autoevaluada su Inteligencia Emocional, el 33% afronta dificultades en la canalización de las emociones, lo que indica que esta característica está en déficit en 1 de cada 3 profesores, incluso 2/3 de éstos tienen serias dificultades.

De los 20 profesores 6 obtienen puntuaciones que nos permiten hablar de que en éstos los indicadores de la Inteligencia Emocional están muy bien expresados.

Las características que menos se poseen en orden jerárquico son: adecuado manejo y control de las emociones y el reconocimiento de las emociones en los demás, que permiten las relaciones empáticas. En ambos casos 12 profesores reconocen no tenerlas para un 60% de la muestra. El 35% de los profesores encuestados tienen dificultades para relacionarse con los demás e influir sobre ello; por tanto no poseen la habilidad de manejar inteligentemente las emociones en las relaciones sociales.

El 15% de los profesores no son conscientes de sus propias emociones cuando estas son sutiles y en esta misma medida no son capaces de expresar sus sentimientos acorde con la situación.

La combinación de características deficitarias más común es la que denotó la dificultad para expresar sentimientos acorde con la situación evitando que se provoquen conflictos innecesarios. En 9 sujetos se presentó para un 45 %.

Conclusiones

  1. Es típico de los profesores tener en cuenta las emociones y sentimientos cuando toman decisiones importantes.
  2. Las dificultades más importantes están focalizadas en el adecuado manejo o control de las emociones y en la habilidad para reconocer emociones en los demás que permiten relaciones empáticas.
  3. La combinación de características deficitarias en la Inteligencia Emocional de los profesores es la dificultad para expresar sentimientos acorde con la situación evitando que se provoquen conflictos innecesarios.
  4. Los profesores de la universalización de la enseñanza en San Cristóbal no afrontan dificultades importantes en la canalización de sus emociones.

Recomendaciones

  1. Ampliar el tamaño de la muestra para obtener resultados más representativos.
  2. Diseñar una situación experimental para alcanzar mejor validez en la medición de la Inteligencia Emocional.
  3. Divulgar los resultados obtenidos ya que el perfeccionamiento de las características de la Inteligencia Emocional de los profesores es un elemento a tener en cuanta para la eficiencia del proceso docente educativo.

Bibliografía

  1. Bolívar, V. Inteligencia Emocional en la empresa. Refinador Costarricense de petróleo. Costa Rica, 2005.
  2. Colectivo de autores. Psicología y Salud. Articulo Inteligencias Emocional, página 19-23 (Por González). Editorial Ciencias Médicas, Cuba, 2002.
  3. Folleto de Psicopedagogía. Sede Universitaria Municipal, San Cristóbal.
  4. Goleman, D. La Inteligencia Emocional. México: ED. B. México SA BCU, 1996.
  5. González, Rey F. Relación de lo cognitivo y lo afectivo en la personalidad. Psicología principios y categorías. La Habana. ED. Ciencias Sociales, 1989: 72- 94.
  6. Molero C, Zaiz E, Esteban. Revisión histórica del concepto de Inteligencia Emocional. Rev. Latinoamericana de Psicología 1998; 30 (1): 11-30.
  7. Pérsico, Lucrecia. Inteligencia Emocional. Editorial LIBSA: Madrid, 2003.
  8. Quiroga, Carlos. La Ciencia del éxito: Inteligencia Emocional práctica. Editorial Instituto Alphacenter: Chile, 7 ma. Edición 2000.

Artículos en Internet

http://www.universia.es/contenido/servicios/artículos/inteligencia emocional

https://www.monografía.com/trabajos/intelifgencia emocional

 

 

 

Autor:

Lic. Ivian Sánchez Ramírez*

Lic. Carmen T. Barroso Pérez**

Msc. Armando José Amaro Blanco***

* Psicóloga de la Salud. Profesora Instructor.

** Psicóloga de la Salud. Profesora Auxiliar.

***Psicólogo de la Salud. Profesor Titular.

Noviembre, 2006

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