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Métodos de iniciación a la lectura y escritura por Carmen González Landa


    1. Similitudes de Carmen González Landa y Teodoro Álvarez
    2. Diferencias de Carmen González Landa y Teodoro Álvarez

    Respondiendo a la preocupación urgente, y sin embargo constante, de la investigación e innovación en la didáctica de la lengua y la literatura, se nos ofrece muy oportunamente estas descripciones, realizadas por la doctora Carmen González Landa acerca de la educación infantil y el texto don quijote de la mancha. Se abarca todo el campo del tema, pasando por los métodos de iniciación a la lectura y a la escritura, detallando las distintas estrategias a emplear y contemplando la comprensión y la producción de los textos, todo ello en relación con la práctica cotidiana en el aula.

    En el primer artículo, con el título A modo de Obertura: notas sobre leer y escribir, sorprende agradablemente el exquisito y musical sentido del humor de Carmen González Landa, al desarrollar, en casi cincuenta páginas, densas en teoría y, al Tiempo, maravillosamente diáfanas para la práctica, con la armonía de una ópera seria, una obertura que sugiere, organiza y fundamenta la estructura del resto del libro.

    Su vasto horizonte de reflexión se sitúa en la condición dialógica de los niños que desarrolla en el estudio de las necesidades básicas primarias y su relación con el lenguaje en contextos específicos, los tipos de interacciones y, siguiendo a Bajtin, los enunciados y su relación con las esferas de actividad humana y los géneros discursivos producidos.

    Más adelante, trata de definir qué es leer y escribir en las sociedades humanas, aportando la perspectiva del Marco común europeo de referencia para las lenguas: aprendizaje, enseñanza, evaluación, y ejemplificando los diversos enfoques didácticos de la lectura y de la escritura; por ello, estudia los diversos tratamientos del aprendizaje del alfabeto, incluidas las nuevas tecnologías y experiencias del aprendizaje de la lectura y de la escritura, Parte de la polémica entre métodos analíticos y sintéticos, para considerar la perspectiva cognitiva, los procesos implicados en la lectura, en la comprensión de textos y en la escritura, así como las metodologías implicadas..

    La propuesta práctica se plantea como proyectos interdisciplinares, con ejemplos de secuencias didácticas aplicables al aula. Para ello, parte del análisis de las relaciones triangulares didácticas del aprendizaje: la lengua y la literatura a aprender, el alumno y el profesor, para estudiar qué sucede en el aula, a través de la observación y análisis de varias clases, cuáles son las creencias de los profesores en didáctica y psicología del aprendizaje de lenguas y cómo seleccionar lo que hay que aprender a partir de una organización del currículo se describe los conocimientos de los alumnos en relación con los géneros textuales, para proponer ejemplos de intervención didáctica y ejemplificar una secuencia didáctica. Estudia, por tanto, los usos de la lengua y de la literatura en la escuela en relación con los contenidos, particularmente su uso reflexivo y la selección y sistematización de contenidos en relación con las habilidades verbales específicas. Actividades que ha comprobado funcionan bien en la formación y en el aula.

    Una perspectiva de lectura de textos literarios en infantil y primaria, propone un recorrido desde el punto de vista de la función educativa de la literatura y la posibilidad de orientar a través de ella a las nuevas generaciones a la vida buena.

    En primer lugar, reflexiona sobre la relación entre literatura y ética, aquélla como descubrimiento del mundo y construcción de la personalidad, y ésta como la "actitud" para abordarla, por una parte, y como el "poso" de socialización y de humanización que aquélla deja. Más adelante, describe los modelos morales de la literatura y, en relación con la literatura infantil y juvenil, el papel del adulto como mediador entre el texto y el niño.

    Propone seguidamente, tras analizar la situación actual del libro, ejemplos de selección, abierta y cerrada, de textos narrativos con la intención arriba señalada, así como una serie de actividades a desarrollar en el aula para la educación ética, concluyendo con los requisitos para dicha selección y desarrollo de actividades. Luego describe y estudia la noción, hoy tan necesaria en todas las disciplinas, de Transposición didáctica, como factor clave en el desarrollo del área Didáctica de la Lengua y de la Literatura y de las disciplinas implicadas.

    A partir de dichos presupuestos, analiza el proceso de escritura y sus dificultades, con un enfoque holístico, teniendo en cuenta diversas opciones didácticas y diversos procesos cognitivos, para desarrollarlos en tres fases: planificación, textualización y revisión, haciendo, al tiempo, una crítica de la visión de la escritura en los libros de texto.

    Por ejemplo Carmen González landa describe y analiza el libro clásico que se debería conocer y/o haber leído con atención, por las personas para responder entre todos a esa necesidad social de comprendernos, expresarnos y emocionarnos enseñando y aprendiendo a utilizar las lenguas con toda propiedad.

    En estos años de celebraciones y de publicaciones Mil sobre el Quijote, siempre queda la duda, desde una perspectiva didáctica, de si tanto empeño servirá para que haya más lectores interesados en las aventuras y desventuras de nuestro buen hidalgo. Afortunadamente, ahora que tanto se habla de la figura del profesor como tutor y compañero de camino.

    La obra despierta el interés, no sólo el de aquellos que sólo han oído hablar de la obra cervantina, sino el de los que la han leído y releído: buscar, pacientes espigadores, los enigmas invisibles en un texto tan trillado que parecería imposible encontrar aún alguna espiga, y comprender texto e intenciones profundas de la escritura a través de la historicidad del autor y del texto.

    Con estos mimbres, sobre todo el último, tan utilizado hoy en las novelas seudo históricas y seudo investigadoras, con gran éxito de ventas, J. C. Rodríguez consigue demostrar que se puede reivindicar, aunque sea a la inversa de Cervantes, la importancia de los trabajos de investigación y crítica literaria, frente a tanta parodia, demostrando que se puede ser, no ya ameno, sino apasionante.

    La obra está dividida en cuatro partes: La introducción, con un título que es un guiño a los cinéfilos: El cartero siempre llama tres veces (El camino del Quijote). En ella se sitúa con rigor, claridad y una fina ironía, que ilumina todo el libro, el Quijote en su tiempo, iniciando algunas de las pistas que nos ayudarán a descubrir más adelante la serie de enigmas y creaciones que Cervantes consciente o Inconscientemente enterró en su escritura.

    La primera parte, condensando en diez capítulos las cuatro partes y los cincuenta y dos capítulos del Primer Quijote, donde se nos toma de la mano para que sigamos con gran interés su explicación de los elementos invisibles que hacen del libro una obra maestra y una genial innovación: la creación de suspense, un escritor que compra su propio libro y la obra abierta.

    Una segunda parte, de doce capítulos que condensan los setenta y ocho del Segundo Quijote, en la que el autor nos desafía a descubrir las intenciones de Cervantes ante la aparición del Quijote apócrifo de Avellaneda, como el reflejo de un espejo mentiroso y mal azogado al que se va a superponer el reflejo del espejo de la verdad incontrastable de la escritura.

    La verdad de un escritor de casi setenta años expresada en los tres o cuatro últimos años de su vida, D. Quijote mirará el mundo de otra manera, pues se siente reconocido por ese mundo que le ha leído. Esto le permite descentrarse, desdoblarse y afirmarse como verdadero frente al otro libro.

    Con esa verdad se nos invita a buscar de nuevo los enigmas que encierra la segunda parte: ¿dónde está el otro mundo? ¿Al fin libres? ¿Cuántos espejos? ¿Cuál es y de dónde sale el doble de Cervantes?

    Un epílogo, dónde se comentan los prólogos a los Quijotes "porque son lo último que se escribe". Aquí se tratará la dialéctica del vestido y del desnudo, la declaración de padrastro del primer Quijote y padre de ambos, la falsa soledad del escritor, y la tristeza de la pobreza y de la muerte.

    Casi sin darnos cuenta, llegamos al final del libro que, además, nos ha llevado a una nueva y apasionada lectura de los Quijotes, con el inmenso placer de comprender mejor a Cervantes, de imaginar con el mayor afecto a D. Quijote y a Sancho, y con la felicidad de conocernos mejor a nosotros mismos y al mundo por añadidura.

    El cuarto centenario de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha nos brinda ahora la oportunidad de leer una segunda edición de un trabajo de investigación iniciado y publicado hace más de diez años y que recibió entonces el Premio Nacional de Estudios Cervantinos, escrito por una enamorada del Quijote pastor y del Cervantes amante de la libertad.

    La autora analiza el interés de D. Miguel por la vida pastoril quizá por ser ésta una búsqueda de refugio, una vuelta a la naturaleza, a la libertad del individuo, ante una sociedad muy estratificada, para ser algo había que nacer en un círculo muy pequeño, y muy injusta en la repartición de la riqueza, sobre todo, porque ésta se estaba concentrando en las ciudades y en la Corte.

    La Arcadia puede aparecer, por tanto, como un lugar donde se puede alcanzar la libertad, para bien o para mal, mas una libertad utópica, de marginados, de excluidos sociales. Para la doctora García Caicedo, a D. Quijote la admiración, por los que valientemente escogen este camino de soledad, de enfrentamiento y de desafío, le lleva a una suerte de identificación, pues encuentra en ellos un avatar de su propia aventura.

    El ensayo está dividido en ocho bloques: dos introducciones, un prólogo, dos capítulos, conclusiones, bibliografía y notas. Se abre, pues, con una introducción a esta segunda edición,

    en la que la investigadora esboza, con su habitual claridad y precisión, los conceptos más importantes que desarrollará más adelante, además de desvelar su acertadísima intuición, sus arriesgadas hipótesis y, una vez más, su amor por Cervantes.

    Le sigue el prólogo a la primera edición del eminente cervantista Luciano García Lorenzo que, con singular gracejo, afirma que la autora pertenece al grupo de cervantistas que "analizan (…) con rigor y prudencia, que reflexionan, aplican conocimientos y lecturas, que discuten opiniones, aportan ideas, que interpretan personajes y afirmaciones, que se hacen mil y una preguntas…"

    Tras este prólogo, encontramos la breve introducción a la primera edición que, como todo el mundo sabe la introducción es lo último que se escribe, a priori forma un todo coherente con la introducción ya citada, completando la visión general de la obra.

    En el capítulo siguiente, se abre el estudio minucioso de los seis episodios pastoriles, tres del primer Quijote y tres del segundo, que Cervantes intercala en una estructura en abyme de forma casi simétrica en sus dos libros, lo que indica la importancia que Cervantes daba al género arcádico. P. García Carcedo desvela la complejidad de los personajes, haciéndonos descubrir lo tremendamente original e innovador que es Cervantes, quien con acertada técnica dialéctica enfrenta utopía pastoril y realidad de pastores, para, con fina ironía, "desmitificar lo pastoril a través del tratamiento meta literario".

    El capítulo siguiente desarrolla el estudio del peculiar estilo lingüístico pastoril de cada uno de los episodios citados.

    En las Conclusiones, la investigadora analiza el desarrollo de las técnicas cervantinas utilizadas en los distintos episodios: el contraste, el perspectivismo, los finales bruscos, la perspectiva meta textual y la desmitificación progresiva, siendo de alabar la profundidad y el rigor de dicho análisis con una escritura dialógica, abierta y renovadora. Se cierra el libro con una bibliografía acertadísima y con las abundantes notas que así forman un capítulo por sí solas.

    El único pero de esta publicación es que resulta corta por lo amena y el lector desearía seguir profundizando en la obra cervantina de la mano de tan experta y didáctica guía.

    SIMILITUDES DE CARMEN GONZALEZ LANDA

    Y TEODORO ALVAREZ

    Los dos teóricos actualizan y fomentan la reflexión, el análisis y la conceptualización, ya que estos unen la teoría con la práctica.

    Trabajan y se enfocan el la lectura y la escritura, ya que trabajan la comprensión y la producción de textos, mostrando los diversos factores implicados y la enseñanza de las estrategias y metaestrategias necesarias para desarrollarlos.

    Los dos tienen una claridad expositiva, ya que nos muestran las causas y las consecuencias de aprender a aprender desde la perspectiva de una teoría de la mente.

    Tratan de conseguir el pensamiento crítico a través de la lectura con sus funciones, esenciales para la construcción de la propia personalidad, de examen y evaluación del propio pensamiento y de sus conocimientos, motivaciones e intereses para mejorarlo.

    Los dos teóricos trabajan con:

    1. Peculiaridades de los textos expositivos (ayudas para la producción).

    2. Pautas para la revisión permanente del proceso de producción y de la corrección final.

    3. La revisión de los textos durante el proceso de producción textual.

    DIFERENCIAS DE CARMEN GONZALEZ LANDA

    Y TEODORO ALVAREZ

    Carmen González Landa, con su habitual claridad de exposición y su amplio enfoque epistemológico, recoge y centra los artículos en lo podríamos considerar en dos movimientos: reflexión sobre la práctica y ejemplos prácticos.

    Carmen González Landa tiene una intensa y discreta dedicación por el estudio e interpretación de textos hernandianos.

    Teodoro Álvarez Angulo incorpora el juego en la enseñanza de la lengua por parte de los niños y la posterior reflexión sobre el código lingüístico, es decir, sobre aspectos morfológicos, sintácticos, léxicos y pragmáticos, constituye una alternativa para promover las destrezas de los alumnos con respecto a sus competencias lingüísticas y comunicativas.

    Teodoro Álvarez Angulo observa como las conductas lingüísticas de los individuos se ajustan a las intenciones que persiguen y a las situaciones en que se producen, de modo que la situación y la(s) intención(es) generan una restricción para acomodar el lenguaje al contexto de producción.

     

     

    Fabio Enrique Nuñez Duque