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Temas de la niñez: En el valle de la opulencia, del sexo y de la inocencia

Enviado por Felix Larocca


  1. La explosión biológica o el Biological Bang
  2. Actos que fueran irreflexivos y que obedecieran a factores de índoles simples, y complejas a la vez
  3. Sexualidad en la niñez
  4. El desarrollo y la madurez sexual, avanzados, de nuestros hijos
  5. La relación entre el embarazo precoz de las adolescentes y la gordura
  6. Bibliografía

Para entender la sexualidad del ser humano, durante su prolongado desarrollo psicosexual, hay que aplicar conocimientos que provienen de una variedad de recursos.

Remontémonos, muy brevemente, al origen de todos nosotros y al origen de todo cuanto existe

La explosión biológica o el Biological Bang

De acuerdo a lo que los científicos nos enseñan, el universo originó del Big Bang hace de esto, unos 15 mil millones de años.

Nuestra galaxia, la Vía Láctea en que vivimos, se formó 3 mil millones de años después, para una edad más joven de 12 mil millones de años.

El sol seguiría con sus planetas, hace de ello, unos 4.5 mil millones de años.

Pero, en menos de, unos escasos, mil millones de años siderales, más adelante, algo extraordinario sucedió que afectaría cambios profundos en nuestro planeta:

¡La aparición de la vida!

Nadie sabe con certeza cómo la vida surgió, pero en una carta que Darwin escribiera a su amigo el botánico Joseph Hooker en 1871, sus ideas nos ofrecen una explicación plausible.

He aquí lo que Darwin, en su carta, propone:

"… pero si, (y oh, un sí muy grande) pudiéramos concebir la idea de que en un charquito caliente, con toda clase de amonio y sales fosfóricas, luz, electricidad, etc., disponibles, que un compuesto proteínico se formara químicamente, listo para hacer aun cambios más complejos — en nuestros tiempos presentes, esta materia hubiera sido devorada o absorbida — lo que, entonces, no hubiese sido el caso, porque no criaturas vivientes existieran".

La idea que Darwin avanzara coincide, de modo casi idéntico, con la de la "sopa primordial" que los científicos de hoy aceptan para describir el origen de nuestra presencia en este planeta. Planeta donde nuestra especie y nuestra sexualidad evolucionarían por necesidad.

Por razones de conveniencia y de simplicidad, los aspectos de la progresión final de todas las especies, de ser seres acuáticos a ser seres terrestres, aquí no los estudiaremos, ya que nosotros mismos y otros así lo han hecho en otras ponencias.

La edad de nuestra inocencia ocurriría en la época cuando nuestros antepasados deambulaban errantes por la tierra en búsqueda de comida, protección y oportunidades para la perpetuación de sus genes vía el acoplamiento sexual.

Actos que fueran irreflexivos y que obedecieran a factores de índoles simples, y complejas a la vez

Comenzaremos estudiando el hombre en su estado prístino cuando viviera en la indefensión del mesolítico.

Como especie, nos gusta experimentar, investigar e inventar. En esos aspectos no somos diferentes de otros animales, especialmente los simios.

Lo que somos y lo que nos aparta es, que somos más curiosos y más inventivos que los demás.

Pero, debemos mantener presente que nuestros instintos se expresaban de acuerdo a las oportunidades provistas por nuestro hábitat, y que el sexo, como actividad, cambiaría de manera radical, de acuerdo a las demandas del sitio donde paráramos; luego de nuestro éxodo fuera de África y nuestra diáspora por todo el globo terráqueo.

Sexo y comer, como funciones, abandonaron muy pronto sus procesos instintivos, y tomaron un derrotero propio y oportunista, asociado al placer.

En otras palabras, que más adelante nos toparíamos con la oralidad y la sexualidad, por el placer del acto mismo, y no necesariamente por los fines ulteriores del mismo.

Como los bonobos o chimpancés enanos, nuestros primos cercanos, el sexo se metamorfoseó, en nosotros, de ser función reproductiva, a una hedonista y aun sibarita, ya que gozaríamos del sexo para fines otros que los reproductivos enseñados por la Biblia.

Y asimismo sucedería con el comer, ya que el sexo oral, que es común aun entre los animales, como ya hemos visto.

Por ahora, sin embargo, hablemos de lo que no se permite hablar. Hablemos del sexo en la juventud.

Pero, tenemos que restringir nuestro discurso al ámbito estrecho que llamamos el "mundo civilizado", donde una moralidad de conveniencia se establece por medio de dictámenes y costumbres ético/religiosas que se han hecho código de conducta que gobiernan aun nuestros instintos — por lo menos, así tratan todos de hacerlo — y, especialmente, con referencia a los sexuales; ya que nadie objeta a las panzadas que se aproximan en las celebraciones de las fiestas navideñas.

Restringimos nuestra esfera de interés, ya que lo que, por sexo en el joven, entienden y practican culturas "primitivas" nos causaría "espanto".

Nuestra sociedad, en su afán por mantener hegemonía sobre las mentes de nuestros hijos, hace poco para aclimatarlos a las realidades de su destino. En su lugar, se las maneja prescribiendo y a la vez proscribiendo comportamientos que estimamos ser nocivos, mientras que endosamos los que creemos benéficos, aunque los "nocivos" sean horriblemente importantes aplicar — o por lo menos, entender. Y los "benéficos", debiendo, aún con urgencia mayor, desestimar, por sus posibles consecuencias letales.

Se resume a ser: lo que es malo es bueno y lo bueno que creemos, es lo malo.

Sexualidad en la niñez

Ambos San Agustín, en sus Confesiones y Freud en sus ensayos acerca de la sexualidad infantil, expresan con clara honestidad, que el infante es un depositario libidinoso de energía sexual — y, ¿por qué no? Algún día de ella dependerá.

Diciéndonos que el niño es tan inocente como sus piernas son débiles, el santo filósofo, nos introduce a sus impulsos lujuriosos propios, que cuando de niño sintiera en la proximidad de su madre, a quien, en anticipación percibiera, como objeto de curiosidad sexual.

Agustín, todos sabemos, viviría una vida licenciosa y dilapidada, dentro de la cual implorara a Dios: "dame continencia, pero aun no…"

Pero, a medida que el santo filósofo madurara en su seguimiento de los cánones divinos, de modo intuitivo, descubriría que la sexualidad y el comer, o la nutrición, son compañeras inseparables en estas rutas desoladas y equivocas.

Central en su tesis acerca de la sexualidad, correctamente ordenada, y de acuerdo al dogma. El Santo mantuvo que el acto sexual no podía divorciarse de su finalidad, explícitamente, la de la procreación.

Entonces, añade, que existen razones paralelas y similares en lo que respecta al comer. En este último asunto nos clarifica que el acto de comer, con sus placeres asociados, no debe de separase de su función beneficial que es la nutrición del cuerpo.

Pero, el Santo, por toda su sabiduría incauta, como sucediera a tantos pensadores ilustres, carecía de conocimientos adecuados acerca del comer y de la sexualidad humana.

Igual es el caso con tantos expertos.

De acuerdo, al Virtuoso Agustín, las tecnologías de reproducción asistida, que hoy están en constante desarrollo, con sus complicaciones asociadas — no siendo menores la de los embarazos múltiples; y la de la comida de alimentos sobrecargados que engendran la gordura.

Ambas contribuyen a la sobrepoblación y a la depleción de nuestros recursos.

Veamos lo que ofrece una agencia que envía regalos corporativos a clientes, en nombre de los vendedores agradecidos:

"Nuestra compañía ofrecerá a sus clientes especiales las canastas más fabulosas que estos puedan recibir.

"Llegarán repletas de frutas de la mejor calidad, siempre escogidas a mano por nuestros expertos.

"Probarán las peras, las manzanas y los melocotones cubiertos de chocolate de la más rica preparación…"

Para el ser humano que se aventure en esa agonía orgiástica el precio que pagará será muy elevado.

Si ese ser humano es un adolescente, el precio puede ser mayor aún, como en nuestras investigaciones hemos hallado.

El desarrollo y la madurez sexual, avanzados, de nuestros hijos

Rose Frisch, sin duda la autoridad más reconocida en el área de la maduración sexual; nos informa del hecho de que por ser función del peso, la menarquía llega más temprano a nuestras hijas — a menudo en avance a sus capacidades para regular sus impulsos sexuales nacientes.

Pero, cuando pensamos en la sexualidad juvenil, nos engañamos a nosotros mismos, porque, como, en otras ponencias hemos documentado, la sexualidad juvenil existe y está… muy bien, gracias.

Veamos. Nuestras bisabuelas desposaban a los trece años a hombres muchos mayores, para poder sustituir por los jóvenes, quienes si no estaban luchando con sus padres en guerras de conveniencia, no tenían la madurez ni el sosiego para ser maridos.

De hecho, todos sabemos, que existe una epidemia llamada "primavera-invierno" en nuestro país, por la existencia ampliamente generalizada de aventuras románticas entre hombres muy mayores y mujeres muy jóvenes.

Leamos

18 de noviembre del 2007

"Teherán (AP) Una decisión del gobierno de prohibir la segunda impresión de la traducción persa del libro del colombiano Gabriel García Márquez, Memoria de mis Putas Tristes, porque no se considera apropiado para la moral por un clero puritano" — y, que, como tantos de los clérigos, en lo que al sexo respecta, es corrupto.

Lo que, detrás de las comillas sigue, es nuestra contribución a la historia.

edu.red

Todos dicen que es mentira que te quiero…

La sexualidad infantil y juvenil es una realidad que tenemos que confrontar y entender en lugar de tergiversar.

Otras noticias de origen más recientes.

Guayacanes, campo de La Línea Noroeste dominicana. Mi abuela, prima hermana del legendario gallero/terrateniente Pedrito Chávez, desposa a su marido de 34 años — ella, de catorce años.

Resultado, once hijos de longevidad remarcable, ella vive hasta los 107 años. Extremadamente delgada, aborrece las grasas y declina parcamente los dulces, "porque sólo las hormigas los comen".

Esa situación no era extraordinaria ni atraía críticas, ya que un pariente de ella, el sacerdote de Mao, dejaría una prole extendida — lo que tampoco fuese criticado.

Estamos confusos, porque no sabemos cómo entender la magnitud de nuestro problema.

En los tiempos de antaño la vida era más frágil debido a la carencia de los recursos médicos de que hoy disfrutamos.

No solamente así fuera, sino que la niñez, como hoy la entendemos, invención reciente, como nos enseña P. Aries, no existiera; y la adolescencia, más reciente aún, tampoco existía ya que, como nos ilustran muchos psicoanalistas, Erik Erikson, destacado entre ellos, esta última es invención cultural nuestra.

Nuestra situación, actual, en la Teoría de la Comunicación responde al nombre elegante de ser una "paradoja". Ya que significa la existencia de una aserción que se niega a sí misma: "Te ordeno a que me desobedezcas".

Igualmente, queremos que nuestros adolescentes se comporten como niños en ciertos asuntos y que asuman madurez incongruente en otras.

El mito de la sexualidad y la delincuencia en asociación — Por lo menos, así creen algunos científicos en la Universidad de Virginia

En la revista Journal of Youth and Adolescence se publica este mes, un artículo controversial que aquí destacamos por sus aspectos revolucionarios e inesperados.

"Adolescentes que comienzan a tener relaciones sexuales a una edad temprana pueden resultar siendo menos propensos a envolverse en comportamientos delincuente en su vida adulta, que si esperan hasta ser más maduros para empezar.

"Los hallazgos contradicen las creencias establecidas de que la actividad sexual precoz se asocia asimismo con el uso de las drogas, la criminalidad, los comportamientos antisociales y con trastornos emocionales.

"Para nosotros este hallazgo fue sorprendente en el aspecto de que la experimentación sexual temprana se asocie con menos problemas del comportamiento más adelante, que con más. Fue lo que expresara la Doctora Paige Harden, quien condujera el estudio en la Universidad de Virginia.

"De su análisis de la información obtenida de 534 pares de gemelos del mismo sexo, obtenida entre el 1994 y el 2002, los investigadores concluyeron, que la actividad sexual a una edad temprana puede asistir en el desarrollo de mejor calidad de relaciones sociales en la adultez temprana.

"Existe una asunción cultural en los Estados Unidos que mantiene que si los adolescentes empiezan a ser activos sexualmente a una edad temprana, que eso puede ser perjudicial para su salud emocional. Pero, los hallazgos obtenidos en este estudio, confirman el hecho de que los adolescentes quienes comenzaran la actividad sexual temprana, desarrollan vínculos sociales más saludables a medida que crecen.

"La Doctora Paige Harden, sorprendida, admite que lo que sería importante en este caso es explicar la razón.

"En la próxima fase del estudio, Harden planea examinar en detalle los específicos de las relaciones sexuales tempranas, el tipo de las relaciones, la edad de las parejas, dónde el sexo tuvo lugar, por qué, y por cuánto tiempo las relaciones duraron.

"Nuestra hipótesis, como resultado de nuestros hallazgos, es que los adolescentes que comienzan actividades sexuales y románticas tempranas, ganan la madurez necesaria que más adelante los protegerá de actos delincuentes futuros, afirma Harden".

Lo que es sorprendente acerca del artículo, es que sea sorprendente, ya que los trabajos de Kinsey y los de Masters & Johnson apuntan en la misma dirección en términos de la exploración sexual temprana sin reflexión en los actos antisociales.

Nuestra juventud, víctimas de la sobrealimentación y de la riqueza, en la hembra del hierro en su sangre, anuncia al hipotálamo, de su preparación reproductiva, a una edad temprana.

El hipotálamo, de siempre ignorante de los convencionalismos sociales, urge al joven a cumplir su misión reproductiva, como viéramos en mi artículo El Embarazo Precoz el cual a continuación, como parte integral y necesaria de esta ponencia, sigue.

La relación entre el embarazo precoz de las adolescentes y la gordura

Dr. Félix E.F. Larocca

El verano pasado, en la bellísima ciudad de Victoria (Isla de Vancouver – British Columbia – Canadá) se celebró un encuentro en el cual participaron las instituciones religiosas, médico-psicológicas, sociales, las autoridades, y el público en general. El propósito: tratar de encontrar solución a la situación crítica planteada por una epidemia cierta de embarazo prematuro afectando a adolescentes solteras, miembros ellas de las clases media y pudiente.

Como frecuentemente sucede en estas reuniones, polémicas suscitarían, cada sector hablando desaforadamente; pronunciando declaraciones, en defensa de sus ideas, a menudo idiosincrásicas. Causas improbables del problema se presentaron, como la que sostuviera que todo era debido al influjo del inmigrante asiático en la región. Mientras que otros de los participantes argumentaron que el problema era resultado de la influencia negativa de los medios de comunicación y difusión, que "todo lo arruinan".

Fraternidad, sino erudición, abundó.

La conferencia concluyó un viernes al atardecer sin que se hubiera logrado asenso en ningún punto.

edu.red

Estatua de la adolescente embarazada. Frente a la Catedral…

Las cosas que son obvias a veces nos son invisibles

La ciudad de Victoria yace en una región privilegiada por la profusión del turismo tanto indígena como extranjero. Se encuentra en una zona dentro de la cual se han construido más restaurantes, pizzerías, friquitines, hamburguerías y otras de esas invenciones letales, que hoy se conocen como "fast food establishments", que en ninguna otra de las muchas ciudades que hemos visitado.

El archivo histórico de la hermosa metrópoli se puede examinar en el cabildo local.

Fotografías amarillentas de personas quienes vivían en Victoria en los días inciertos de la Segunda Guerra Mundial, brillan por la ausencia total de personas gordas. Médicos que ejercían en ese entonces atestiguaron que durante esos tiempos la menarquía (la primera menstruación) no ocurría antes de los 14… 15… a veces a los dieciséis años. Que habían muy pocos casos de sobrepeso, que la profusión de centros dietéticos o para rebajar (ejercicios en futilidad asombrosa) que hoy, por todas partes se ven, no se veían entonces y que las disorexias en todas sus formas o manifestaciones eran ausentes.

Victoria. Ciudad dentro de la cual la clases de graduación de las escuelas secundarias y universitarias por los últimos veinte años, han producido fotografías de colores vibrantes; donde la grasa humana se ve copiosa, los rasgos faciales selénicos, las caderas esteatopigias; y en la que vive un tema que se apercibe aún en las calles: en Victoria (cual lo es en cualquier ciudad "civilizada" donde la "fast food" reina soberana): La gente come constantemente… sin paro o pausa… comen… comen… comen… Y engordan… y engordan… y engordan…

La explicación:

Como lo demuestra la investigadora Rose Frisch. El desarrollo físico del ser humano, especialmente el de la mujer, por su función reproductiva especializada depende de la nutrición adecuada. Por esa razón, la pubertad de la niña está imbricada inexorablemente con la disponibilidad de comida. Pero, cuando la alimentación acelera, debido al peso, resultado de la sobre-alimentación, el desarrollo de los rasgos sexuales característicos. La pubertad se adelanta y la menstruación sigue la pista. Esta última, provocada por, y a su vez, provocando el torrente de cambios hormonales que hace que la mujer, de antes niña, ahora piense sexualmente como mujer en camino de ser madre — cumpliendo su destino reproductivo.

Simplemente, nuestros antecesores carecían de la comida de alta densidad saturada de grasas que ahora consumimos. Sus cuerpos emitían las señales biológicas que marcaban la pubertad, a un ritmo pausado con el resultado ostensible de un ser humano delgado, ágil y flexible. La Naturaleza tomaba su tiempo para realizar una obra de harmonía y belleza. Esos seres humanos que carecían, por ser muy delgados, naturalmente, del complemento sexual de sus hormonas reproductivas, hacían tiempo para entrar en la fase reproductiva de sus vidas. Lo que fuera preferible, desde el punto de vista de la madurez emocional de quien aun fuera niña.

Entonces, el embarazo precoz, por necesidad, sería una rareza, porque, de acuerdo con Frisch, el peso y la alimentación no lo permitía.

Ahora todo ha cambiado, como asimismo ha cambiado nuestra alimentación.

La deducción obvia de lo antedicho siendo, que el enseñar a esas personas a comer como debemos, podría afectar de un modo beneficioso al adolescente; armado como está con hormonas trepidantes en medio de sus corpulencias. Como me decía un colega: "mi hijo (gordito) de seis años solo piensa en comer y en pellizcar a las criadas".

¿Pero cómo puede lograrse este objetivo elusivo de cambiar nuestras dietas; si después del servicio religioso de los domingos, las familias de Victoria van en masa a rendirles tributo a los dioses epicúreos de las fritadas?

Es que no se puede vivir para comer sin pagar el precio final, la pubertad adelantada, con sus riesgos inseparables, entre otros.

edu.red

Lolita…

Pero por lo menos ya se sabe que la sobrealimentación en los niños y el embarazo precoz pueden correlacionarse.

Bibliografía

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Autor:

Dr. Félix E. F. Larocca