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Cajas rurales de ahorro y crédito (CRAC’s) en el Perú: Crecimiento desordenado y crisis 1994- 2002


    Sumario

    Este documento aborda desde el lado histórico, la cuestión del desempeño y crecimiento de las Cajas Rurales de Ahorro y Crédito del Perú en el periodo 1994 – 2002; durante el cual se sentaron las bases del desarrollo de estas valiosas instituciones para el financiamiento rural. Aquí se pone al descubierto las incertidumbres y facilidades que una economía de mercado otorga a entidades nuevas incursionando en los mercados financieros a nivel nacional; alejados de la centralización y concentración geográfica en las que operan las IF"s de la capital de la república. Mediante un enfoque de cartera se analiza las condiciones del equilibrio empresarial que son causa de los ajustes y desajustes e incluso de la crisis de las IF"s. Este enfoque también ayuda a comprender las potencialidades de mercado de las CRAC"s – la cual está determinada por la metodología especialmente elaborada a tal fin, para su oportuno desenvolvimiento en la financiación rural.

    Introducción

    El inicio de un nuevo gobierno constitucional en Perú en el 2001, ha revivido el interés de las autoridades y de los peruanos en general por la descentralización nacional. Ello se ha visto reforzado porque conjuntamente con el gobierno, los partidos políticos y la sociedad civil, después de un arduo trabajo por la búsqueda de consenso para la recuperación del país han arribado a un Acuerdo Nacional en julio de 2002, uno de cuyos puntos le confiere atención prioritaria a esta.

    La descentralización nacional tiene diversos aspectos por atender y convoca a muchos sectores para definir vías de acción que faciliten su puesta en marcha en el país. Precisamente uno de ellos se relaciona con la descentralización productiva y el desenvolvimiento de mercado en los distintos poblados localizados en el área rural del país. Ampliar la base de la producción nacional compromete dinamizar a todas las unidades productivas fuera de los centros urbanos de producción y acopio tradicionales ya existentes.

    La preocupación de los dirigentes políticos por la descentralización productiva, no significa que esta no exista en el país o que esté totalmente paralizada. Mas bien y para precisar, será menester indicar que los esfuerzos realizados en el pasado y hasta el presente, no han rendido los frutos esperados. La descentralización productiva está ocurriendo con gran lentitud y debilidad, lo que se deja sentir en las poblaciones con las que se encuentra ligada; en ellas no repercute en mejoras de su nivel de bienestar y de calidad de vida.

    La descentralización de la producción es, sin duda, el punto focal de los esfuerzos públicos y privados para poner en marcha la recuperación de los mercados internos. En efecto, una red productiva que se extienda e integre a todos los centros y unidades productivas, sea cual fuere su tamaño y por muy apartados que se encuentren; genera impulsos favorables al desarrollo económico y social de las localidades como del país. Esto se debería, por ejemplo, a la mejora de ingresos y riqueza de la población en las áreas rurales.

    En un estudio publicado de la CEPAL- GTZ en el 2001, se indica que en América Latina la micro y pequeña empresa (MyPE's) es el segmento productivo que se encuentra descentralizada y tiene una presencia importante en las áreas rurales. Lo que sucede muy poco con la mediana y casi nada con la gran empresa. Esta apreciación contrastada con la realidad peruana se corrobora fehacientemente y más aún, por la experiencia vivida y con excepción de la minería; la mediana y gran empresa tienen serias dificultades para impulsar la descentralización.

    Entre los muchos mecanismos disponibles para afianzar e impulsar la descentralización de la producción nacional involucrando a las áreas rurales, destacan el facilitar los flujos monetarios de los pagos, así como el financiamiento que se requieren allí. En una economía de mercado, lo que posibilita el aumento y la diversificación de la producción es la facilidad para transar los bienes y servicios (comprar y vender); lo que se logra con la presencia del dinero y de las instituciones que lo proveen a los agentes de la sociedad.

    La existencia actual de la actividad financiera en los medios rurales del país tendría un gran impacto para estimular el crecimiento de la producción de bienes y servicios; y a la vez, atraer en estos lugares, la inversión destinada a crear unidades productivas o ampliar las que están en operación. Dicha actividad financiera rural comprende la participación del sistema financiero nacional, el cual involucra procesos complejos de operación y de participación de instituciones dedicadas al negocio financiero; las mismas que son supervisadas y reguladas por las autoridades correspondientes.

    Las instituciones del Sistema Financiero Nacional que ofrecen sus servicios en los sectores rurales, son las Cajas Rurales de Ahorro y Crédito ( CRAC"s ); las mismas que iniciaron sus operaciones en 1993 y en el 2002 habían 12 en operación. Estas IF"s estuvieron actuando en las áreas del territorio nacional en las cuales, los espacios económicos y financieros corresponden a la descentralización a la que se refiere este estudio.

    El que hayan negocios financieros en el área rural transmite positivas señales de mercado a empresarios e inversionistas, quienes se encuentren deseosos de acometer emprendimientos en dichos lugares. La presencia de una institución financiera es ejemplo a otros negocios y actividades de los éxitos que se pueden alcanzar allí. Si bien en el medio rural hay un sin número de desafíos, no es menos cierto que se encuentran también oportunidades para ser bien aprovechadas y obtener apreciables beneficios individuales y colectivos.

    De acuerdo a lo expuesto, analizar detenidamente el desenvolvimiento de las CRAC"s a nivel nacional, resulta particularmente relevante para conocer de primera fuente cómo están funcionando en los mercados locales a los que concurren; apoyando de esta manera, la descentralización productiva vigente. A consecuencia de este análisis, podrá percibirse las potencialidades de las Cajas para acometer tareas de mayor compromiso con el impulso de las economías locales y por ende con la profundización de la descentralización del país.

    No obstante el funcionamiento de algunas CRAC"s en las áreas rurales, en el Perú actual existe una amplia desigualdad en la oferta y atención de servicios financieros a las personas naturales y jurídicas; cuando se compara la capital de la república con el resto de las localidades del país. En estas últimas, existe todavía una notoria carencia y falta de servicios de las instituciones financieras hacia las personas y negocios que se encuentran allí establecidas. Esta situación conspira contra el buen funcionamiento del mercado y el bienestar de la población.

    Descentralización y financiación rural, tienen mucho en común y comparten en el inmediato futuro un mismo camino por recorrer. En efecto, a inicios del 2003 en nuestro país empiezan sus actividades los recientes gobiernos regionales elegidos. Ellos tienen la tarea de poner en marcha la descentralización, donde hay reservada una participación protagónica; para las IF"s ( CRAC"s ) orientadas a la financiación rural.

    En las regiones, el sector privado de los negocios locales y de la población; por ahora tienen fuertes expectativas de bienestar, tan sólo de saber que la descentralización está en marcha a partir del 2003. Esta será para ellos, un mecanismo de servicios públicos que trasladará a la localidad; algo de lo mucho que se retenía en la capital de la república. Hay pues, razones para sostener que surgirá una dinámica local.

    Las buenas expectativas – al momento de su realización en el 2002 – sin duda tropezarán con la falta de servicios financieros en las localidades. Esto quizá no ocurrirá en todas, porque algunas de ellas cuentan ya con los servicios financieros; pero en la gran mayoría de localidades no hay presencia de ningún tipo de institución financiera. Por tanto no se facilita la movilización de los recursos locales, ni atrae los recursos de fuera de la localidad; que se encuentren ociosos sin ninguna asignación específica.

    El estudio – desde una perspectiva histórica – expone a las Cajas Rurales de Ahorro y Crédito (CRAC"s) en el Perú, primero bajo un Crecimiento Desordenado y de Crisis, sus Potencialidades de Mercado en el periodo 1994- 2002; a fin de contribuir a la ampliación de estos negocios y sus operaciones, para atender las justificadas demandas de servicios financieros de las localidades al interior del país, afianzando con ello, los avances que las descentralización pudiera lograr.

    1. Financiamiento Rural a nivel nacional

    El financiamiento rural, tal como se aplica en el país, de por si denota que dicha actividad está condicionada a un lugar de destino. Es el hecho que ni en las regulaciones financieras, ni en la práctica operativa de este tipo de transacciones financieras se encuentra establecido el significado del vocablo rural para la acción del financiamiento. La precisión del término rural deviene en importante para precisar los alcances de este financiamiento y su impacto en quienes resulten beneficiarios de aquel.

    Las imprecisiones del significado del financiamiento rural es un aspecto que será abordado con detalle más adelante en este estudio; específicamente, en relación a la práctica operativa, con los problemas y dificultades existentes en conseguir una apropiada delimitación del mercado, para lograr una máxima penetración en ellos. Con el propósito de evitar mayores confusiones con el significado de financiamiento rural, aquí se pretende dar un paso adelante y presentar una definición que ayude a superar la actual imprecisión; de esta manera esta delimitación ayudaría a dirigir y concentrar nuestra atención en lo rural.

    Por la complejidad que conlleva la adecuada comprensión e interpretación del término rural, es menester efectuar algunas precisiones de éste antes de proceder a utilizarlo en las cuestiones financieras a desarrollarse en este estudio.

    El término rural tiene un alcance nacional y por ello, no se refiere a ninguna localidad en particular. Su significado está relacionado a una generalidad espacial que abarca a todo el conjunto de actividades que recae en el ámbito rural

    El ámbito o área rural es una categoría de identificación de actividades realizadas por los seres humanos con particular referencia a una localidad o espacio geo- económico. En consecuencia, esta categoría de identificación puede responder a diversas fórmulas de precisión como por ejemplo: la población, las características geográficas de los espacios, la referencia particular al medio ambiente o la naturaleza, las definiciones de política y administrativas de las localidades y aún en razones por contra a lo urbano, tomando a éste como opuesto a lo rural

    El área rural como categoría de identificación en el presente estudio, tiene su pivote en la población afincada a un lugar denominado genéricamente como rural. Esto es a consecuencia que el financiamiento es una actividad cuya atención es apoyar a las personas en realizar ciertas actividades vinculadas con la producción, inversión o consumo en las áreas rurales. Hay pues la necesidad de cuidar y mantener un vínculo estrecho entre territorio y población, como anfitriones o receptores del financiamiento.

    Entonces, ¿Cómo definir el área rural sustentando el binomio población-territorio ? Esto se consigue con el fundamento, a partir de las precisiones efectuadas por los demógrafos de la población peruana. En ellos se hace necesario distinguir la localización de la población del país entre lo urbano y rural; por esta razón, lo rural según dichos profesionales, está referido a territorios poblados de 2000 o menos habitantes. Con este criterio, en la actualidad menos del 40 % de la población total de los peruanos vive en áreas rurales.

    En una sobre – simplificación de los hechos, en muchos estudios referidos con las actividades que realiza la población de las áreas rurales se identifican aquellas sólo con las agrícolas o agropecuarias; si bien estas actividades involucran al grueso de la población, esto no significa que sean las únicas o que su realización sea de corte exclusivo allí. Los negocios son de diversa índole. Hay actividades agro-industrial, industrial, piscicultura, servicios, comercio, artesanías, turismo, etc.

    Identificar áreas rurales con población realizando actividades con sentido empresarial, exige de mayores precisiones. En particular, desde el lado del ingreso y la riqueza, en este ámbito se encuentra la población que se auto-sostiene con la que está en situación de pobreza y pobreza extrema. El presente estudio al referirse a transacciones financieras rurales, involucra sólo a la población que está en capacidad de generar ingresos, con lo cual son clientes o posibles clientes de los negocios financieros rurales.

    Esta delimitación del estudio no significa que el financiamiento rural esté excluido de los problemas de pobreza o pobreza extrema de las áreas o espacios en los que opera. Más bien, su impacto se dejará sentir en las líneas de frontera al generar accesibilidad a quienes se encuentran en el límite, no recibiendo financiamiento, pero están en capacidad de ser origen de ingresos sostenidos. Ellos al llegar a ser clientes de los negocios financieros, ensancharán las fronteras de operaciones del financiamiento rural.

    Hasta aquí, hemos realizado una primera aproximación a lo que significa rural como ámbito de destino del financiamiento. En esta perspectiva también diríamos que nos hemos acercado a bosquejar un perfil del "cliente rural" beneficiario de dicho financiamiento. Por los argumentos que más adelante se exponen, tanto el financiamiento rural, como el cliente rural serán perfeccionados; con los cuales nuestro interés por conocer la situación actual de este financiamiento se verá fuertemente enriquecido.

    1.1 El Financiamiento Rural: Antecedentes y Características

    El financiamiento rural en el Perú tiene un pasado muy prolongado; especialmente, si este es visto como parte de la financiación a las actividades agrícolas y pecuarias. En esta perspectiva, la financiación rural se organizó e impulsó con la creación del Banco Agrario; institución Pública de fomento en los años 30 del siglo pasado. Por aquella época y según datos de la población, el país era eminentemente rural, la población urbana era definitivamente menor y la participación de la agricultura en la producción nacional estaba cercana al 30%.

    Entre los años 30's y fines de los 60's, la financiación al sector agrícola y pecuario más que rural tenía como líder de mercado al Banco Agrario, al que le seguían la banca comercial y la banca regional de aquel entonces. La orientación del financiamiento era hacia productos de exportación o producción extensiva, principalmente de la costa. La financiación a la producción agro – pecuaria de alimentos y de pequeña escala de la costa, sierra y selva que caracteriza a la financiación rural fue modesta.

    Desde los años 70's hasta fines de los 80's, periodo que se inicia con la reforma agraria a nivel nacional, la financiación al sector agro-pecuario y al rural sufrió un golpe decisivo; prácticamente quedó en pié sólo el proveniente del Banco Agrario. El resto del sistema financiero contrajo severamente su otorgamiento y desembolso de recursos. Fue un periodo en el cual el Banco Agrario destinó cerca del 80% de sus recursos a la gran agricultura y el resto fue para la mediana, pequeña y micro-productores a nivel nacional.

    Este no fue un buen periodo para la sociedad rural y la vida en el campo. Algunos indicadores parecen así demostrarlo, la población del país en su conjunto alcanzó su mayor perfil urbano, en tanto que lo rural acentuó su descenso. La contribución de la producción agropecuaria a la producción nacional declinó severamente y de manera continua. Hacia fines del periodo, se empequeñeció este sector productivo hasta alcanzar sólo el 12 % del PBI. Los niveles de pobreza y pobreza extrema del área rural se agudizaron de manera alarmante, en la sierra y selva.

    La liquidación del Banco Agrario hacia comienzos de los años 90's, así como el resurgimiento de la producción capitalista y comercial de la agricultura de exportación y de tipo extensivo en la costa y selva; propiciaron la vuelta de los bancos privados a otorgar financiamiento a este sector. Hecho que no ocurrió con la financiación rural, repercutiendo muy adversamente en los negocios y la población rural. Prácticamente este sector quedó abandonado y a la deriva por falta de recursos y de otros servicios financieros.

    Según los críticos del desempeño del Banco Agrario, éste no fue una buena experiencia para el financiamiento rural. El banco actuó como financiador del sector agro-pecuario, sin tener una orientación clara y precisa para la financiación rural. Este hecho estuvo en evidencia porque menos del 15% de su cartera crediticia se dedicó a los pequeños productores de las zonas rurales, exclusivamente dedicados a lo agro-pecuario. Otros servicios bancarios o financieros a dichos lugares prácticamente no se ofrecieron.

    Frente a esta dramática realidad de la población rural y sus actividades productivas, la administración Fujimori, ensayó diversas fórmulas para recuperar el financiamiento rural y sobre todo, crear mecanismos de apoyo a la reactivación de los mercados. La más notable y que merece toda la atención de este estudio fue la creación de las Cajas rurales de Ahorro y Crédito en Julio de 1992. El propósito fue la introducción de nuevas instituciones financieras directamente comprometidas con las actividades financieras en las áreas rurales.

    Desde 1993 hasta la fecha que se redacta este estudio, la financiación rural ha ingresado por nuevas vías operativas. Los mercados de la financiación rural del país con el ingreso de las Cajas Rurales en operaciones ha sido sacudida por un remezón innovador. La presencia de estas nuevas entidades han sido parte del punto de inflexión que detuviera la aguda depresión de dichos mercados. Esa dinámica responde a la acción especializada de las instituciones empujadas a rehacer espacios financieros muy debilitados.

    En el 2002, el financiamiento rural comprende la provisión de servicios financieros a las familias, los medianos, pequeños y micro productores, así como de otras entidades localizadas en el área rural del país. Dichos servicios se constituyen en un soporte valioso para la realización de las actividades cotidianas y permanentes de las localidades, generando los medios de deuda o cancelación de transacciones comerciales, financieras, crediticias, de inversiones y de otra índole que conlleva una economía monetaria y de libre mercado.

    Tales servicios financieros incluyen los de captación, colocación y otros servicios relacionados con las transacciones monetarias que requieren los pobladores y agentes de la sociedad y los negocios. En este último caso por ejemplo, mecanismos para el pago de servicios públicos o la compra y venta de moneda extranjera.

    1.2 El Financiamiento Rural En El Sistema Financiero Nacional

    El financiamiento rural en el Perú de acuerdo con los antecedentes reseñados aquí, en ningún momento, por lo menos de los últimos setenta años, ha estado aislado del sistema financiero nacional (SFN). Ello no significa que este mecanismo de atención financiera a las áreas rurales, sea el único o exclusivo; existen otros mecanismos fuera del sistema, de los cuales se valen las familias y negocios para obtener los recursos financieros que requieren. No obstante esta realidad en adelante sólo estudiaremos la financiación proveniente del SFN.

    Es importante percibir al SFN como la estructura institucional con las cuales se desenvuelve el mercado; específicamente, desde el lado de la oferta. Tal estructura está constituida por instituciones e instrumentos que son parte consustancial del quehacer financiero en el país. En su funcionamiento está estructura se transforma en un conjunto de mercados por instrumentos, siendo participes en ellos, la oferta de todas las instituciones habilitadas para las correspondientes transacciones.

    Las instituciones del SFN tienen funciones especializadas con las cuales se logra generar la red operativa que se observa en los mercados. En este sentido, las funciones crean una primera diferenciación entre instituciones a tomar en cuenta. Hay instituciones directrices del sistema, las que están constituidas por las entidades reguladoras o supervisoras, y aquellas otras que son operadoras y se conocen mejor como intermediarios financieros (IF's); los que pueden contar o no con instituciones auxiliares para el mejor desempeño de mercado.

    En las instituciones operadoras o IF's es donde se localiza el financiamiento rural, cuando estas ofrecen y colocan sus servicios financieros a las familias y negocios de las áreas rurales. Esta atención dirigida, al igual que toda la oferta del sistema financiero, en el presente se realiza bajo condiciones de mercado; de allí que la financiación rural seguirá las turbulencias, ajustes y mutaciones tanto de su propio mercado, como de la influencia que reciba de otros mercados conformantes del SFN.

    De esta sucinta presentación del SFN, claramente, se reconoce la importancia de éste para el funcionamiento eficiente del mercado. Esto es que fallas en el sistema se transmitirán directamente al mercado y con él a los clientes o mejor a los demandantes de los servicios financieros. Por fallas del SFN debemos entender dificultades, trabas, obstáculos, distorsiones y rigideces para atender sin discriminaciones a todos los segmentos del mercado. También, la distorsión de precios o tasas de interés en los servicios será otra de las fallas de mercado

    En esta perspectiva, el financiamiento rural es un brazo institucional del SFN para llegar a segmentos espaciales del mercado financiero, por muy alejadas o recónditas donde se encuentren. Esta llegada debería efectuarse exenta de fallas de mercado para que los servicios allí ofrecidos generen a las familias y negocios rurales, accesibilidad de mercado, amplia cobertura de servicios y el máximo alcance de las actividades que requieran de tales servicios. Así, el mercado estaría realmente ofreciendo a satisfacción de los clientes los servicios allí.

    Desde el lado de la oferta, estos tres puntos de eficiencia de mercado: accesibilidad, amplia cobertura y máximo alcance, se constituyen en baluartes para la existencia del financiamiento rural en nuestro país. Aspectos en los cuales el SFN viene prestando muy poca atención para el caso de pequeños y micro- productores. Por esta razón, cada uno de los tres puntos se tratará de manera separada, a fin de precisar – cuál es su real contribución de mercado para la reactivación productiva de estas zonas de producción y población.

    La accesibilidad de mercado visto desde el lado de la oferta de las IF's es limpiar todas las vías de ingreso al mercado hacia los clientes o demandantes. Las IF's están comprometidas a facilitar a todos los solicitantes de servicios, de los medios que coadyuven a concretar la atención requerida. Esto va más allá de proveer información, o la publicidad y difusión de los servicios; en realidad, hay que eliminar los obstáculos que lo impidan sean como regulaciones, restricciones o cualquier otra traba que sin generar riesgos anormales cierren el paso al cliente.

    La amplia cobertura de mercado implica en que los IF's tienen que hacer esfuerzos propios por atender al mayor número de demandantes de mercado. Esto es hacer el máximo uso de su capacidad instalada a corto plazo y cubrir todo el mercado cuyo potencial indica su aprovechamiento. Los IF's tienen que ser suficientemente pro-activos y dinámicos para avanzar en la penetración del mercado, llegando así a amplios segmentos de la población rural para incorporarlos a los beneficios de los servicios financieros.

    El máximo alcance de mercado de los IF's conlleva la diversificación apropiada de servicios a ofrecerse a la sociedad rural que satisfagan sus necesidades financieras. La financiación rural implica la oferta de diversos servicios ya que la atención es diferenciada por clientes; algunos servicios son para las familias y otros para los productores. Los IF's tienen entonces que disponer de una cartera de productos o servicios que respondan a las particularidades propias de las demandas de la áreas rurales.

    Recapitulando, el financiamiento rural, en este estudio, es visto como parte integrante del sistema financiero nacional. Esto significa que las finanzas rurales no están al margen, ni excluidas de las actividades financieras contempladas por el marco legal y regulatorio a nivel país, en el cual las instituciones, los instrumentos y las transacciones se encuentran sujetas, así como a su respectivo control y supervisión. En pocas palabras, este es el financiamiento rural formal y toda actividad financiera por fuera de sus fronteras será informal.

    1.3 Instituciones Financieras en el Financiamiento Rural

    La experiencia peruana con la financiación rural, tal como ha sido expuesta de manera sucinta señala la presencia de diversas IF's en estos mercados. Dependiendo de los periodos históricos, las IF's han sido bancos comerciales, bancos de fomento, bancos regionales, bancos múltiples e instituciones financieras no bancarias: Financieras, Cooperativas de Ahorro y Crédito, Cajas Municipales de Ahorro y Crédito, Cajas Rurales y las EDPYMES.

    La realización del financiamiento rural por medio de las IF's es una modalidad de financiación indirecta o más conocida como de intermediación financiera; desde un plano conceptual, ésta reúne múltiples virtudes que sirven tanto para el desarrollo financiero en las áreas rurales y la puesta en marcha del financiamiento rural. Uno tiene que ver con los cambios y avances de mediano y largo plazo y el otro, con las condiciones de los mercados a corto plazo. Así, ambos aspectos se complementan y retro-alimentan.

    La intermediación financiera especializada en el desarrollo financiero rural cambia la estructura financiera vigente, por otra que responda mejor a los requerimientos de ahorro e inversión en el crecimiento de las localidades en las que opera. Los negocios financieros lideran el mercado, respondiendo a los retos que acarrea la transformación productiva y social en el campo. En este caso, ayudaría también al efecto positivo de la globalización financiera; que cada día se hace más compleja, por las operaciones y la naturaleza cambiante de los mercados financieros.

    A corto plazo la financiación indirecta rural contribuye al buen funcionamiento de los mercados por los medios que ésta dispone para lograr una amplia cobertura y alcance en productos que sirven a todos los segmentos de la población, se encuentren o no vinculados con la financiación de los negocios rurales. Más aún, las IF's en el proceso de captar y colocar fondos repercute favorablemente en el comportamiento económico de los agentes de la sociedad rural, al propiciar en ellos un mejor manejo y uso racional de los recursos disponibles

    Según lo señalado líneas arriba, en la financiación rural del país vienen participando diversas IF's tales como bancos e instituciones financieras no bancarias. Desde el punto de vista de la propiedad éstas pueden ser de carácter público o privado. El interés de los bancos y de los no-bancos por el mercado de la financiación rural revela que este es un mercado apetecible para el desenvolvimiento de los negocios financieros; en los cuales se hace necesario actuar con una visión de futuro y de servicio a la sociedad rural.

    Este comentario viene a cuenta de lo informado por los estudios de la descentralización del país, o estudios de los magros desempeños regionales. En dichos estudios se presentan indicadores financieros relacionando la capital de la república con las provincias del interior, donde también se encuentran localizadas las áreas rurales. En estos indicadores se muestra que las provincias son proveedoras de fondos a la capital. Vale decir que el sistema financiero ha extraído ahorros de estos lugares, sin invertirlos allí y trasladarlos a la capital.

    Más todavía, los referidos estudios revelan que esta fórmula operativa de las IF's viene ocurriendo desde siempre; lo cual evidentemente ha contribuido a la descapitalización de las provincias en favor de la capital. Se estima que el 80% de los ahorros del país son absorbidos por la capital. Esta situación tiene funestas consecuencias, en especial para las áreas rurales, que requieren de fondos para afianzar y expandir la producción local, generar negocios y sitios de trabajo, aumentar los ingresos y la riqueza local.

    Hay diversos trabajos donde arrecian las críticas contra los bancos comerciales del pasado, hoy bancos múltiples. Se dice que estas instituciones incursionan en los mercados financieros provinciales, sólo con el afán de captar fondos y no de colocarlos. Más aún, se argumenta que es una fórmula muy barata de disponer de fondos permanentes; de allí que la ubicación de sus oficinas fuera de la capital, sólo estén orientadas a la captación. Las colocaciones sólo responden a negocios de alguna manera allegados a estas instituciones.

    A pesar del descontento y la insatisfacción con el desempeño del pasado banco de fomento agrario, su liquidación puso al descubierto un secreto a voces que la banca privada tiene intereses muy focalizados para los agro-negocios y casi nada por la financiación rural. Ante esta realidad, el gobierno ha vuelto a echar mano de la banca de fomento. Hace poco fue creado el agro-banco para actuar como banco de primer y segundo piso en la financiación agro-pecuaria y rural. Se pretende así mantener distancias con el pasado banco, pero no de los clientes.

    En las instituciones financieras no-bancarias, si bien el comportamiento mostrado difiere de los bancos, ello no quiere decir que haya sido satisfactorio. Entre estas instituciones han prevalecido resultados mixtos con la financiación rural. Por ejemplo, han ocurrido hechos similares a los bancos con las financieras; pero diferentes con las cooperativas y las cajas municipales. En estas últimas, su presencia en la financiación rural no ha respondido a las expectativas generadas por ellas; ya que si bien han actuado en provincias, se han concentrado preferentemente en el ámbito urbano

    En las instituciones financieras no-bancarias merece destacar la presencia de la Corporación Financiera de Desarrollo S. A. (COFIDE), institución cuasi-pública, con operaciones de segundo piso en el sistema financiero nacional. Entre los diversos sectores a los que provee fondos, se encuentran la financiación rural. Este segmento, aún cuando no tiene participación significativa de la cartera de créditos de la corporación; visto del lado del destino, es un financiador importante para las cajas de ahorro, incluyendo las rurales

    Sintetizando lo expuesto y con el propósito de ilustrar como estaría operando la financiación rural, se presenta el Gráfico Nº 1.1, de acuerdo a lo que viene ocurriendo con la intermediación financiera comprendida por el SFN en el Perú. En el Gráfico se distingue bien la financiación de los mercados formales e informales. En los primeros, la intermediación opera en dos niveles uno de tipo básico y el otro de tipo avanzado. En el primero operan los IF's de primer piso; en tanto que en el segundo, se encuentran las IF's de segundo piso.

    De acuerdo con el Gráfico Nº 1.1, las Cajas Rurales de Ahorro y Crédito están localizadas, entre las instituciones financieras no bancarias y en la intermediación de primer piso, correspondiente al lado de la oferta en el mercado formal de la financiación rural. Esta ubicación revela que las Cajas Rurales en el mercado de la financiación rural no se encuentran solas y menos aislada del SFN. Esta sin duda, es parte de la estructura financiera del país y tiene los mecanismos y posibilidades de mercado para alcanzar allí un liderazgo.

    1.4 Instituciones Financieras Pertenecientes al Financiamiento Rural

    La existencia de instituciones especializadas en la financiación rural es algo reciente en el Perú. Estas IF's son las Cajas Rurales, las cuales iniciaron operaciones en 1993 y de acuerdo con la ley de su creación, así como de sus correspondientes estatutos; son negocios financieros privados dedicados a la financiación rural, su ámbito operacional está en línea con la concepción del financiamiento rural que se sustenta en este estudio. La financiación rural antes de 1993 no involucró a ninguna IF pública, ni privada de corte especializado.

    Contrariamente a lo sucedido en el Perú, en otros países hay una amplia experiencia con IF's especializadas en financiación rural y que forman parte de sus SFN's. En Guatemala, México, Venezuela y España se tienen IF's dedicadas expresamente a atender en sus demandas de servicios financieros a la sociedad rural. Muchas de ellas, al momento que el Perú comenzaba a vivir su propia experiencia, ya habían logrado posicionarse en el mercado, con un buen conocimiento, expertise y know-how de este tipo de negocio financiero.

    De acuerdo con la información disponible, la existencia de estas IF's especializadas en aquellos países, ha sido respuesta a la búsqueda por encontrar vías expeditivas de atención; así como de acciones apropiadas al mercado particular de los demandantes rurales. Los IF's convencionales tienen un preferente sesgo por la financiación urbana, sin verse atraídos por una actuación intensiva en los mercados rurales. Este comportamiento de los IF's respondería a la falta de experiencia y de conocimientos para operar en tales mercados.

    En consecuencia, el surgimiento y evolución de las IF's especializadas en la financiación rural en el exterior tuvieron como principal propósito llenar un vacío de mercado. Sin embargo, esta tarea no es simple y menos fácil, se tienen que enfrentar desafíos diversos desde la práctica creación de un mercado, hasta el factor cultural que caracteriza a los clientes rurales. Vencidos tales retos, el mercado que al comienzo es pequeño, luego se acrecienta y genera una demanda firme y sostenida por los servicios financieros de todo tipo.

    De la experiencia internacional se puede señalar que no existe un modelo único de IF especializada en la financiación rural. En términos generales, podemos señalar que estas IF's pueden ser bancos ó instituciones financieras no-bancarias. Las razones de por qué unas y no otras; al parecer, son más de tipo político que técnico. La elección de un tipo de IF a especializarse en financiación rural proviene de los gobernantes y políticos, antes que sea resultado de un detenido análisis de la problemática de la financiación en el ámbito rural.

    Un aspecto a rescatarse aquí de la experiencia internacional de las IF's especializadas, es la naturaleza de su operatividad frente al mercado. A partir de allí, se percibe el impulso que trae este tipo de IF's frente a otra de tipo convencional; muy sujeta a la colocación de sus productos estandarizados. En las IF's especializadas se han desarrollado de manera conjunta y diferenciada, los servicios en la atención a la sociedad rural. Se arranca distinguiendo en la oferta de productos destinados a las familias; de los que sirven a los negocios.

    En el caso de productos y servicios para la familias, las IF's especializadas han desarrollado lo que se conoce convencionalmente como banca personal y banca hipotecaria. Ambos tipos de banca están convenientemente diseñados y aplicables a los requerimientos de las personas en el sector rural. Específicamente, en la banca hipotecaria, por ejemplo, los préstamos se conceden para la construcción o compra de la vivienda rural, bajo las condiciones propias de las hipotecas e ingresos de las familias de estos lugares.

    En cuanto a los productos y servicios para los negocios, las IF's especializadas han desarrollado lo que se conoce convencionalmente como banca corporativa y banca para la micro y pequeña empresa (MyPE's). Ambos tipos de banca son aplicables a los negocios en el ámbito rural tanto para los que están marcha como a los que se inician en el mercado. La financiación aquí responde a las particulares condiciones de la generación de los flujos de efectivo según tamaño y estacionalidad del negocio, dando prioridad a la capacidad de pagos.

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