La Dirección Estratégica ante los nuevos retos del Siglo XXI
Enviado por Yadira Elena González Marrero
- Resumen
- Introducción
- Desarrollo
- Importancia del Factor Humano en el Proceso de Dirección Estratégica
- La Dirección Estratégica ante los retos del Siglo XXI
- Conclusiones
- Bibliografía
Resumen
El nuevo milenio está caracterizado por un conjunto de factores que convierten el entorno en turbulento, complejo y con alto grado de incertidumbre, por lo cual las organizaciones tienen que desarrollar su capacidad de adaptación a los cambios con la rapidez que se requiere, constituyendo la Dirección Estratégica una herramienta importante por las posibilidades que brinda dado su carácter proactivo, permitiendo anticiparse a dichos cambios.
La Dirección Estratégica en la actualidad, debe ir enfocada a la solución de los retos que se le presentan, por lo que el enfoque a utilizar debe ser adaptado a estas condiciones.
El presente trabajo tiene como objetivo valorar la Dirección Estratégica ante los retos del Siglo XXI, donde se demuestra la aplicación de las tendencias gerenciales en dicho proceso, a partir de la influencia de los factores del entorno.
PALABRAS CLAVE: Dirección, Planificación, Estrategia, Empresa, Ventaja Competitiva
TITLE: "Strategic Management challenges to the new century".
ABSTRACT:
The new millennium is characterized by a set of factors that make the environment in turbulent, complex and highly uncertain, so organizations need to develop their capacity to adapt to changes as quickly as required, to form the address important strategic tool for the possibilities offered since its proactive, enabling anticipate such changes.
The Strategic Management today should be focused on solving the challenges it faces, so the approach used should be adapted to these conditions.
This study aims to assess the strategic management challenges of the XXI century, which shows the application of management trends in the process, from the influence of environmental factors.
KEYWORDS: Management, Planning, Strategy, Business, Management, Competitive Advantage.
Introducción
La Dirección Estratégica, desde su surgimiento se ha convertido en un arma importante para que las empresas logren establecer objetivos y líneas de acción en aras de perfeccionar su desempeño.
En la actualidad las organizaciones se enfrentan a un entorno cada vez más turbulento, competitivo, inestable e impredecible, donde se percibe la influencia de una serie de retos que marcan el presente siglo, como son: la globalización de los mercados y la economía mundial, crisis estructural sistémica con la simultaneidad de la crisis económica, financiera, energética, alimentaria y medio ambiental, la internacionalización de los negocios, la innovación tecnológica, el desarrollo de la información y las comunicaciones, avances significativos en la microeléctrica, telecomunicaciones e informática, modificaciones en las tecnologías de comercialización y financiamiento, reducción significativa del tiempo que transcurre entre el descubrimiento científico y su aplicación en la producción , la explosión en los servicios, un medio ambiente cambiante y nuevos valores culturales que convierte los clientes en mas exigentes. La gerencia de las organizaciones en el nuevo milenio tiene que prepararse para asimilar los cambios con la rapidez que se requiere, o sea, deben desarrollar una elevada capacidad de adaptación a la dinámica que se presenta, donde el factor humano, como fuente de ventaja competitiva debe trabajar por la incorporación en las organizaciones de varios factores como: gerencia integral, gestión por competencias, gerencia del conocimiento, Feedback circular, espíritu de equipos, liderazgo, empowerment, dirección por valores, organización inteligente, dominio de idiomas y conocimientos informáticos, entre otros.
Desarrollo
La Dirección Estratégica debe ser entendida "…como una estructura teórica para la reflexión acerca de las grandes opciones de la empresa, reflexión que se fundamenta en una nueva cultura organizacional y una nueva actitud de la Dirección, donde ya no se trata de capear las dificultades traídas por un entorno turbulento, sino ir a su encuentro, donde se huye de lo improvisado en busca de lo analítico y de lo formal, la Dirección Estratégica es también un intento de mejorar la dirección y la gestión de una organización, utilizando la estrategia para guiar sus acciones, pero integrando las nociones de preparación de la puesta en marcha y asignación de recursos"[1].
La Dirección Estratégica es el proceso de formulación, ejecución y control de estrategias a seguir para cumplir los objetivos previstos. Esta se ha convertido en una herramienta de vital importancia para las empresas del nuevo mundo, al permitirles una revisión constante de las capacidades internas junto al estudio del entorno donde se desarrolla, elemento fundamental para el logro de los objetivos a corto, mediano o largo plazo.
Surge con el fin de superar las deficiencias de la Planificación Estratégica y de proveer a la empresa de un enfoque de dirección, que le permita formular los propósitos y objetivos a partir de una evaluación profunda de todos los factores externos e internos que los condicionan, y lograr su cumplimiento a través de una ampliación de la planificación, que incorpora un conjunto bien definido de planes y programas, donde se determinan las acciones y tareas, los recursos necesarios, y la designación de los responsables y plazos que harán posible alcanzar las metas fijadas.
Es importante tener presente que tanto en la formulación como en la implementación de las estrategias, debe tener lugar un intenso trabajo grupal en la empresa, que incorpore a todos los niveles y participantes, para darles la oportunidad de reflexionar sobre el futuro, fijar fines a su nivel y proponer acciones para cumplirlas, pero lo más importante es que de forma general se logra una autoevaluación de todos.
No existe un único proceso de dirección estratégica para todas las organizaciones, sino que éste se manifiesta en función de la misión y de las características de cada una de ellas, así como de las pretensiones y las nuevas necesidades que tenga la misma, no obstante, deben seguirse un grupo de pasos generales adecuados en cada caso a la organización:
Determinación y establecimiento de la misión y las metas o fines de la organización.
Diagnóstico estratégico.
Búsqueda y determinación de las opciones estratégicas.
Evaluación y selección de estrategias.
Implantación de la estrategia seleccionada.
Seguimiento y control estratégico.
Etapas o Fases de la Dirección Estratégica
El proceso de Dirección Estratégica ha sido enfocado por varios autores, cada uno de estos ha tratado de concebir un modelo o metodología para desarrollar el mismo de la forma más eficaz posible. Este proceso básicamente se recoge en 3 fases:
Formulación.
Ejecución.
Control.
Fase de Formulación de estrategias:
En esta fase se recoge básicamente el planteamiento de la planificación estratégica, ampliando el alcance del análisis desde las variables técnico – económicas hasta las sociopolíticas – culturales.
La estrategia que se formule en esta etapa va a guiar el comportamiento y la actividad de la empresa en un futuro y es el resultado de la conjunción de tres elementos:
Las aspiraciones de la alta dirección (para la empresa).
Las oportunidades y amenazas que presenta el entorno.
Las capacidades internas de la empresa.
Además se puede integrar en un marco de toma de decisiones formado por tres etapas:
Etapa 1: Entrada de datos:
Es la etapa donde se recoge toda la información básica de entrada que se necesita para la formulación de estrategias. Incluye la formulación de la Misión y la Visión, un diagnóstico estratégico interno y externo y la formulación de los objetivos que se propone la organización en el futuro.
Etapa 2: Comparativa:
Tiene como objetivo la generación de alternativas estratégicas factibles para cumplir los objetivos previstos, a partir de la información recogida en la primera etapa. Se debe realizar una comparación que puede ser interpretada como una combinación o cotejación donde se interrelacionan los factores claves internos y externos, el éxito estará en lograr la mejor combinación, dependiendo de las habilidades, preparación, experiencia, inteligencia y buen juicio del equipo de especialistas que participan en su desarrollo.
Incluye herramientas de comparación que se fundamentan en información de entrada proveniente de la etapa anterior y que pueden ser de mucha utilidad en la formulación de estrategias, como son: la Matriz DAFO, la Matriz de Posición Estratégica y Evaluación de Acción (PEEA), la Matriz del Grupo Consultor de Boston (GCB), la matriz Interna – Externa, la Matriz de la Gran Estrategia, entre otras que se consideren importantes.
Etapa 3: Toma de decisiones.
Es la última etapa de la formulación de estrategias, se encarga de identificar, evaluar y seleccionar las estrategias a ejecutar (elaboradas en la etapa dos), utilizando información de la etapa uno. Su necesidad radica en que ninguna empresa está en condiciones de ejecutar todas las estrategias formuladas, tienen que adecuarse a los recursos con que cuenta y poner en práctica las principales estrategias, por lo que esta etapa suministra la base objetiva para la selección de estrategias específicas. Se auxilia de la Matriz Cuantitativa de Planeación Estratégica.
Fase de Ejecución de estrategias.
En esta fase se deben movilizar tanto los empleados como los gerentes, para llevar a cabo las estrategias ya formuladas. Esto requiere la fijación de metas, políticas y la asignación de recursos según las prioridades de la organización. Se considera el paso más difícil dentro del proceso de la dirección estratégica, pues requiere disciplina personal, sacrificio y concentración.
En este proceso es necesario el involucramiento de todos los trabajadores, de ahí la importancia de que las metas de fijen a todos los niveles y exista una adecuada comunicación entre todas las áreas funcionales (dirección, marketing, finanzas, producción, I+D) y ahí es donde juega un papel fundamental la capacidad de la alta gerencia para lograr la motivación necesaria que proporcione el logro exitoso de las estrategias.
Además es necesario la elaboración de un plan que permita determinar quién, cuándo y cómo poner en práctica la estrategia; de programas que traten de acercar el plan a un mediano plazo y de un presupuesto que supone concretar en términos financieros las actuaciones de los programas. También se debe disponer de una estructura organizativa que asegure: la asignación concreta de tareas o responsabilidades, coordinar e integrar las acciones y establecer las líneas de autoridad y canales de comunicación.
Fase de Control de estrategias:
Esta fase permite determinar la efectividad de las estrategias formuladas y tomar medidas correctivas en el momento que lo requiera sobre la base de las desviaciones entre los resultados obtenidos y los esperados.
Es normal que aparezcan modificaciones en algunos puntos que obligan a cambiar partes de la estrategia. Esto se consigue mediante un control continuo que se llevará a cabo fundamentalmente con sistemas de información eficaces.
Para la evaluación, control y revisión de estrategias se requiere del análisis de las Fortalezas, Debilidades, Oportunidades y Amenazas que se determinaron en el diagnóstico, además de debe evaluar el logro de los objetivos y metas planteadas, lo cual debe ir aparejado al análisis del desempeño organizacional y plantear acciones correctivas para mantener la dirección determinada por los objetivos. Este proceso es más preventivo que correctivo.
Importancia del Factor Humano en el Proceso de Dirección Estratégica
En la actualidad la Dirección Estratégica representa una concepción teórica y práctica para la reflexión de las grandes decisiones que la empresa debe adoptar. Ella se sustenta en una nueva cultura y una nueva actitud de los directivos, que elimina la improvisación sobre la base de un proceso que conjuga el análisis y la creatividad en la búsqueda de alternativas para el desarrollo.
En este proceso se integran coherentemente lo estratégico que asegura el rumbo definido para el largo plazo y lo operativo del trabajo diario de las organizaciones, lo que determina la necesidad de una adecuada correspondencia entre la estrategia y el resto de los elementos del sistema de dirección.
Como enfoque integrador del sistema de dirección, la Dirección Estratégica tiene en cuenta todos los aspectos que intervienen en la gestión operativa y estratégica de las organizaciones con una concepción proactiva.
El conocido Modelo de las "siete-eses" de la consultora Mackinsey (7 S, por la inicial de la palabra en inglés de cada uno de dichos componentes del sistema de dirección) muestra gráficamente la intervinculación reciproca que entre estos componentes se produce en el proceso de dirección. Incluye:
Valores compartidos (Shared Values)
Sistemas (System)
Estilos (Styles)
Habilidades (Skills)
Personal (Staff)
Estructura (Structure)
Estrategia (Strategy)
Por valores compartidos se entiende una convicción o creencia estable en el tiempo de que un determinado modo o conducta o una finalidad existencial, es personal o socialmente preferible a su modo opuesto de conducta a su finalidad existencial contraria. Son aprendizajes estratégicos relativamente estables en el tiempo de que una forma de actuar es mejor que su opuesta para conseguir nuestros fines, o que no salgan bien las cosas. Entre ellos podemos encontrar: disciplina, organización, humildad, sencillez, serenidad, honestidad, voluntad, firmeza, entre otros.
Una organización es un sistema, compuesto por varios subsistemas, uno de ellos el de dirección. En el subsistema de dirección puede establecerse un modelo de sistema con orientación a objetivos (DPO), que es un sistema directivo que integra varias actividades claves de manera sistemática, dirigido conscientemente al lograr eficiente y eficaz de los objetivos organizacionales e individuales.
El estilo de dirección se relaciona con las conductas que asumen los dirigentes en el cumplimiento de sus funciones y constituye un elemento importante del proceso de dirección. La capacidad para dirigir con eficacia es una de las claves para ser un director eficaz. Se pueden obtener resultados superiores si los dirigentes añaden a sus operaciones el ingrediente extra de un eficaz liderazgo. La esencia del liderazgo es la disposición de seguir, o sea, la disposición de las personas para seguir a otras, lo que convierte a estas en líderes. En la Dirección Estratégica actual se requiere de líderes – líderes.
Las habilidades constituyen el conjunto de capacidades de la organización para desarrollar sus actividades. En la actualidad los directivos deben realizar cambios en sus habilidades como: mayor dinamismo, autoridad moral, controlar los procesos, control financiero, conquistar el entorno, eficiencia en los resultados, autopreparación continua, motivar, estimular, comunicar, etc.
En el caso del staff, se refiere a la integración de los trabajadores y todo el personal, para, de manera mancomunada, alcanzar los objetivos organizacionales. Los conceptos y principios que se deben utilizar para perfeccionar el equipo pueden ser: utilizar la plantilla mínima imprescindible, incrementar la idoneidad y el multioficio, reducir los cargos de dirección en plantilla, ampliar el límite de atención a los directivos, desarrollar aceleradamente a los jóvenes, entre otros.
En el caso de la estructura se trata de la estructura organizacional, donde los objetivos y las estrategias tienen gran peso en la elección de la estructura adecuada. Entre las tendencias de cambio de las estructuras de pueden citar: estructura flexible y dinámica ajustada a las necesidades y al entorno; ubicación del poder donde se solucionan los problemas, jerarquizando los papeles principales y las relaciones claves; sustitución de los niveles jerárquicos por relaciones de coordinación a un mismo nivel de la red; descentralización de la dirección; reducción de la interacción vertical y la autoridad formal; aumento de la integración lateral y de su influencia, entre otras.
Hoy día la Dirección por Objetivos (DPO) incorpora en su filosofía la Planeación Estratégica. Esta no se puede concentrar de modo exclusivo en objetivos a corto plazo (en el ciclo de un año) ya que ello llevaría a la organización y sus líderes a descuidar decisiones importantes que son necesarias para la estabilidad de ella a largo plazo. Esta señala la necesidad de integrar planes estratégicos a largo plazo con objetivos a mediano y corto plazo.
Al relacionar la DPO con la Planeación Estratégica a largo plazo exige de la atención y participación de la alta dirección. Los altos directivos deben convertirse en participantes activos del proceso de dirección.
La DPO no solo vincula los objetivos de corto plazo con los del más largo plazo, sino que también integra los esfuerzos de los dirigentes en todos los niveles de la organización.
Los planes estratégicos (del largo plazo) se implementan con planes de acción (en el más corto plazo) y se controlan. Este proceso de planificación estratégica, su implementación y control, es lo que recibe la denominación de Dirección Estratégica. La implementación de la Estrategia es la que se debe llevar bajo los conceptos y preceptos de la Dirección por Objetivos (D.P.O.)
El Enfoque Estratégico no hace obsoleta toda la dirección tradicional, sino que da una nueva orientación a las dimensiones táctica y operacional y se basa en:
Planificación partiendo de las condiciones turbulentas.
Construcción de escenarios alternativos para aclarar incertidumbres y futuros posibles y las fuerzas que lo conforman.
Centrar el modelo institucional en el mercado y en las demandas de los clientes.
Construcción de una cultura estratégica para lograr un comportamiento organizacional.
Intención de explorar la complejidad de la realidad.
Priorización de los factores del entorno en relación con los internos.
Preferencia por el nuevo comportamiento organizacional.
Deseabilidad del cambio para ajustar el rumbo de la organización.
Prioridad a las inversiones inteligentes como factores transformadores.
Propicia la descentralización y crea autonomía.
Preferencia a las decisiones colegiadas, en equipo y a la participación en las diferentes tareas de la gestión y la administración.
Planificación, seguimiento y evaluación son considerados en forma integrada, como parte de un mismo proceso.
Compromisos con los plazos largos, mediano y corto, en este orden de jerarquía.
La Dirección Estratégica ante los retos del Siglo XXI
La Dirección Estratégica le permite a las organizaciones tener un amplio conocimiento de sus características internas y las del entorno que les rodea, al realizar un enfoque muy crítico hacia la propia organización, además de posibilitar la determinación de los objetivos esenciales para el sistema y las líneas de acción para alcanzarlas. Posibilita una rápida adaptación de la empresa a un entorno cada vez más turbulento. Permite una amplia receptividad a los cambios, pues su modelo es totalmente flexible a los mismos. Busca la innovación. Busca un enfoque integrador y su centro es la eficacia.
Asimilar fuertes y continuos cambios, no solo en el entorno, sino también sociales y tecnológicos, es uno de los grandes retos a los que se enfrentan actualmente las compañías. Por este motivo, es necesario tomar decisiones dentro del ámbito empresarial para poder adaptarse a esta situación tan cambiante.
Cualquier empresa que desee tener éxito y busque beneficios debe someterse a un sistema formal de dirección estratégica, no solo para obtener los niveles más altos de rentabilidad, sino también para no estar destinada a un fracaso seguro. La planeación estratégica trata de mantener a la organización siempre adaptada al entorno, pero no como una respuesta pasiva a sus impactos, sino de forma anticipada, de manera que la organización emplee al máximo sus recursos y capacidades, para aprovechar convenientemente las oportunidades y minimizar las amenazas.
Es decir, si se analiza todo lo antes propuesto, se puede señalar que se presenta una situación que obliga a los directivos a la continua toma de decisiones ante un entorno cambiante, donde la actitud que debe adoptarse debe ser proactiva y aparejada a un liderazgo eficaz. La Dirección Estratégica en la actualidad, debe adaptarse a la situación antes descrita, pues los retos que se presentan tendrán gran influencia en ella.
Al existir factores como la globalización de los mercados, la economía y la internacionalización de los negocios, las organizaciones deben realizar un minucioso estudio de su entorno, descubrir cuáles son las amenazas que más le afectan y las oportunidades que pudieran presentárseles, así como, aquellos factores internos que constituyen fortalezas distintivas o debilidades que deben eliminar para posicionarse ante la competencia. Se debe analizar además el estado de esa competencia, reflejando con exactitud en qué situación se encuentra frente a este amplio mercado. Pudieran también tenerse en cuenta aquellos mercados que se pueden penetrar, aquellas estrategias que se pueden diseñar para alcanzar los resultados que se quieren, así como las líneas de acción para lograr los objetivos organizacionales.
Ante la violenta crisis que se presenta en los momentos actuales los gerentes deben lograr el empleo eficiente de los recursos, por lo que desarrollar un Plan Estratégico favorecerá el logro de los objetivos organizacionales estableciendo los recursos que se van a utilizar y las personas que los administrarán, unido a un control a priori y a posteriori de los resultados alcanzados.
La innovación tecnológica y el desarrollo de la información y las comunicaciones han invadido los mercados a nivel mundial.
La tecnología constituye un factor estratégico clave para el diseño de la estrategia. La importancia de la misma fue reconocida por los autores que se sitúan dentro del enfoque sociotécnico de administración, pero en las últimas décadas ha adquirido mayor magnitud, pues el estudio de los tipos de tecnología, su ciclo de vida, las formas de adquisición, y las opciones estratégicas basadas en la tecnología son cuestiones cuyo estudio es de vital importancia para las organizaciones.
La información puede ser considerada como un factor estratégico más a tener en cuenta cuando se proceda al diseño de la estrategia empresarial. La profunda modificación que viene experimentando la tecnología de la información, así como el cambio de actitud de los directivos en relación con el papel de la información y con la gestión de los sistemas de información, junto con la necesidad de la información cada vez más completa como resultado de la mayor complejidad del entorno y de la empresa, han conducido a llegar a valorar la información como un factor estratégico y a emplearla en el diseño de una estrategia empresarial.
La información y las nuevas tecnologías de la información pueden ser utilizadas para obtener ventajas competitivas. Los avances en este sentido están provocando cambios en: la estructura del sector y de la competencia; las actividades que componen la cadena de valor; y los enlaces entre distintas cadenas de valor.
Ante la existencia de un medio ambiente cambiante y nuevos valores culturales las actividades centrales de conducción de los directivos en las organizaciones en los últimos tiempos suelen estar dirigidas, en lo fundamental, a encontrar respuestas rápidas a la evolución de este entorno competitivo, a solucionar las cada vez mayores exigencias de los clientes y al aseguramiento de un crecimiento seguro en el futuro. Todas ellas son adecuadas y válidas, de esta forma alcanzarán resultados sostenibles si en el orden interno se fomenta un sistema de valores que esté acorde a las principales estrategias de la organización. Sólo si el personal le encuentra sentido a la acción que realiza, la acción será sostenible y para encontrarle sentido a la acción tiene que haber una dirección estratégica conciente y directa dirigida a sembrar nuevas creencias y valores.
En los enfoques gerenciales actuales, el factor humano constituye un elemento de competitividad de gran importancia, pues la necesidad de un talento creador es vital en las organizaciones modernas, donde la innovación es clave para responder al entorno. La sociedad del conocimiento otorga un papel destacado al factor humano en las organizaciones, no basta con aprender la cultura elaborada por la humanidad, sino que se necesita de nuevas soluciones para los problemas derivados del desarrollo tecnológico y de las transformaciones para adaptarse a los cambios, por lo que se considera que desplegar las potencialidades relacionadas con el talento creador constituye una exigencia para los directivos de las empresas contemporáneas.
La Gerencia Integral es el arte de relacionar todas las facetas del manejo de una organización en busca de una mayor competitividad, partiendo de una visión sistémica: orientación hacia los objetivos generales de organización, visión integradora y prevención y sistematización, y una elevada capacidad de adaptación a los cambios (innovación). En este sentido se presentan dos enfoques, el interno dirigido a la calidad total y el externo a la competitividad. La calidad total tiene como objetivo la satisfacción de los clientes internos y externos y la disminución permanente de los costos reales: costos de prevención, evaluación, de fallo, lo que es responsabilidad de la alta dirección y requiere del involucramiento todo el cuerpo social de la organización. La competitividad es la capacidad de una empresa u organización para desarrollar y mantener ventajas competitivas, donde tener una posición defendible en el mercado y ventajas sostenibles son los factores determinantes de esa competitividad. Por lo que se puede decir que el gerente integral debe ser un estratega que sepa anticiparse a los cambios a partir de manejar las relaciones entre la empresa y el entorno, trazando estrategias que permitan mejorar la competitividad; un organizador al ajustar constantemente el esquema o modelo organizacional a la estrategia; y un líder con elevada visión sistémica y capacidad innovadora.
Entre las competencias que deben poseer los directivos del nuevo siglo se pueden mencionar: profesionalismo, comunicación, trabajo en equipo, capacidad de planificar y organizar, responsabilidad o capacidad de dar cuentas, orientación al cliente, creatividad, interés tecnológico, compromiso con el aprendizaje continuo, visión, liderazgo, capacidad de dar poder o fortalecer, capacidad de gerenciar el desempeño, capacidad de construir confianza, capacidad de juicio y toma de decisiones, etc. Todas estas competencias guiarán la puesta en marcha de las estrategias formuladas.
El nuevo enfoque de liderazgo requiere de líderes – líderes con un estilo participativo, direccionamiento estratégico y manejo del factor humano. El empowerment como suplemento del liderazgo, reconoce la mayoría de edad de los trabajadores, cuya integración al proyecto empresa resulta imprescindible. La formulación, ejecución y control de estrategias requieren de un liderazgo eficaz, capaz de velar por todo el proceso, asignar tareas y responsabilidades, y motivar a los miembros de la organización hacia el cumplimiento de los objetivos y estrategias.
En la era del conocimiento las organizaciones necesitan de la Gerencia del Conocimiento, por lo que se requiere administrar el conocimiento de todo tipo para satisfacer las necesidades presentes y futuras, para identificar y explotar los de conocimientos existentes y adquiridos, para desarrollar nuevas oportunidades; esto permitirá llevar a cabo estrategias innovadoras que facilitarán el logro de los objetivos propuestos.
En el Proceso de Dirección Estratégica se requiere de la búsqueda constante de información, no solo a través de los canales de la estructura formal, sino también de diversas fuentes que existen en las organizaciones, para lo cual el feedback circular o multifuente, constituye una herramienta importante, al establecer redes de comunicación poco centralizadas, que permiten recopilar opiniones de interés para la toma de decisiones.
El espíritu de equipo proporcionará en la organización un ambiente favorable en todas las direcciones, este se refiere a la integración de los trabajadores y todo el personal, para de manera mancomunada, alcanzar los objetivos organizacionales. En este sentido las acciones principales a desarrollar son: trabajar en colaboración con los miembros del equipo para lograr las metas organizacionales; solicitar insumos valorando genuinamente las ideas y conocimientos de los demás; estar dispuesto a aprender de las personas; anteponer la agenda del equipo a la agenda personal; apoyar la decisión final del grupo y actuar en concordancia, aún cuando dichas decisiones puedan no reflejar enteramente su propia posición; y compartir el reconocimiento por los logros del equipo y aceptar la responsabilidad conjunta por las deficiencias del mismo. El proceso de dirección estratégica, aunque constituye la responsabilidad de la alta dirección de la organización, requiere del esfuerzo de todos los miembros de la misma, es por ello, que el trabajo en equipo motivará a sus empleados a dirigir sus esfuerzos hacia el logro de las estrategias y objetivos propuestos.
Contar con una estrategia de valores es encontrar soluciones a muchos problemas de la organización, es simplificar el trabajo administrativo, que es lo mismo que absorber la complejidad administrativa, es orientar la estrategia general hacia el estado deseado, en última instancia, es integrar al personal alrededor de la estrategia de la organización y crear el compromiso por su cumplimiento.
Es conocido que en todo grupo humano existe una cultura que se fundamenta en un sistema de creencias y valores que se forma en los grupos como resultado de la interacción y los mecanismos que se crean para la supervivencia como grupo. Lo que se trata ahora, al poder tener una estrategia de valores, es saber canalizar cuáles pueden ser los mejores valores que son necesarios jerarquizar e impulsar para darle sentido a la estrategia general de la empresa y crear el compromiso alrededor de ella.
La progresiva apertura de los mercados internacionales demanda de los directivos una marcada capacidad para operar y condicionarse en entornos multiculturales. Se manifiesta, por ejemplo: exigencia de comunicarse, en muchas situaciones, empleando inglés, que representa la lengua del mundo empresarial, por tanto el dominio de idiomas se ha convertido en una herramienta imprescindible para el futuro directivo. Será necesario como mínimo dominar tres idiomas, el inglés sigue siendo el líder en el ranking de los idiomas, seguido por el francés y el alemán; aunque lo fundamental es tener el dominio de inglés. Al dominarlos los directivos pueden desenvolverse con tranquilidad, penetrar nuevos mercados, realizar estudios de su competencia, y trazar estrategias basadas en estos estudios.
El conocimiento de la informática es indispensable para el gerente del siglo XXI, los ordenadores se han convertido en una importante herramienta de trabajo. La Internet constituye la fuente de información más rica en la actualidad, saber utilizar lo obtenido de esta puede favorecer en el estudio de las organizaciones; así como el conocimiento de softwares que podemos utilizar para facilitar la toma de decisiones y complementar los estudios. Algunos softwares que pueden ser utilizados para el proceso de Dirección Estratégica son los estadísticos para el procesamiento y análisis de los datos, los de prospectiva en la búsqueda de información, los métodos de expertos, entre otros.
Lograr una organización inteligente que gestione la información, el conocimiento y esté al tanto de los cambios del entorno, para toma de decisiones y la orientación estratégica es de vital importancia en la era actual, donde los cambios que se presentan pueden desplazar las organizaciones con mucha rapidez, es por ello que se requiere de líderes que estén insertados en este constante desarrollo y adapten sus objetivos y procesos a la dinámica que se presenta.
Conclusiones
El análisis realizado ha permitido arribar a las siguientes conclusiones:
Las condiciones que caracterizan el presente siglo propician la necesidad de la utilización de la Dirección Estratégica como una tendencia de la administración contemporánea.
Las tendencias gerenciales del siglo XXI se ponen de manifiesto en cada una de las fases del proceso de Dirección Estratégica.
El factor humano constituye la fuente fundamental de ventajas competitivas para las organizaciones.
Las nuevas técnicas de la información y las comunicaciones se imponen en los procesos empresariales.
El liderazgo se convierte en la cualidad fundamental de los directivos del nuevo milenio.
Bibliografía
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5. Martínez Prado, Andrés. Técnicas de Investigación en el Siglo XX. Relatoría de Sistemas Gerenciales y Empresariales en el Siglo XXI.
6. Menguzzato, Martina y Renal, J. La Dirección Estratégica de la Empresa: Un enfoque innovador del management. Editorial Félix Varela, La Habana, 2007.
7. Stoner, James: Administración, Primera Parte, Quinta Edición, La Habana, Edición del Ministerio de Educación Superior, S.P.I, 1995.
Autor:
MSc. Yadira Elena González Marrero
* Licenciada en Economía; Universidad de Holguín, Cuba 2007. Master en Administración de Negocios Universidad Central de las Villas. 2013. Profesora Asistente de las asignaturas "Negociación", "Dirección Estratégica", "Planificación" y "Economía Política" del Departamento de Economía, Facultad de Ciencias Económicas, Universidad de Holguín "Oscar Lucero Moya". Experiencia profesional 2007- actualidad.
Dirección Postal: Calle Maceo No. 24 F entre 16 y 18 Rpto El Llano, Holguín, Cuba CP 80100.
[1] Menguzzato, Martina. La Dirección Estratégica de la Empresa: Un enfoque innovador del management. Editorial Félix Varela, La Habana, 2007. P.83