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Las organizaciones y la proyección estratégica de sus recursos humanos (página 2)


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La producción de vienes y servicios no puede ser desarrollada por personas que trabajan solas, mientras más industrializada sea la sociedad, más numerosas y complejas se vuelven las organizaciones, las cuales atrapan tentacularmente a los individuos que se vuelven más y más dependientes de la actividad organizacional. Las organizaciones están constituidas por personas, por otro lado, las organizaciones constituyen para ellas, un medio por el cual pueden satisfacer muchos y variados objetivos personales con un mínimo de costo, de tiempo, de esfuerzo y de conflicto, los que no podrán ser alcanzados sólo a través del esfuerzo individual.

La empresa es una organización social con objetivos propios motivada económica o "monetariamente", recibe insumos de la sociedad en forma de personas, materiales, dinero e información, y transforma esos recursos en salida de productos, servicios y recompensas a los miembros de la organización suficientemente grandes para mantener su participación. El dinero y el mercado constituyen el mecanismo de reciclaje de recursos entre la empresa y el ambiente.

La organización es un sistema cooperativo racional, se hace necesario conocer los motivos que llevan a los individuos a cooperar. Los cuales están dispuestos a cooperar siempre que sus actividades dentro de la organización contribuyan directamente a la concreción de sus propios objetivos personales.

Existe una perspectiva reciproca entre el individuo y la organización, que se extiende mucho mas allá que cualquier contrato formal de empleo que se establezca entre las partes, de trabajo por ser realizado y de recompensa por recibirse.

Lograr un entendimiento tácito entre el individuo y la organización, en el sentido de una vasta gama de derechos, obligaciones, etc., consagrados por el uso, serán respetados y observados por las dos partes, esto deriva como un elemento importante en cualquier relación de trabajo y que influye directamente en el comportamiento de las partes.

La eficacia con que una organización alcanza sus objetivos y satisface las necesidades de la sociedad, depende de cuan bien realicen su trabajo quienes la dirigen. La dirección es el arte de hacer las cosas a través de la gente, es decir, los administradores logran los objetivos organizacionales haciendo que otros realicen cualquier labor que se considere necesaria, no realizando las labores por si mismos.

El proceso de dirección, en las condiciones contemporáneas, ha pasado a ser determinado en alta medida por el estilo de liderazgo, por la forma en que los directivos se han transformado de simples administradores de recursos a conductores de un proceso, donde el logro de los objetivos empresariales cobra, además, un interés individual por lo que representan los empleados. Por tanto, se considera que la dirección es un arte de lograr a través de las personas propósitos que redundan en el beneficio y crecimiento de la empresa, el individuo y la sociedad.

La dirección estratégica es el proceso mediante el cual los miembros directivos de una organización prevén su futuro y desarrollan los procedimientos y operaciones necesarias para lograrlo. La visión del futuro de la organización proporciona la "ruta" en la cual ésta se debe desplazar y la energía para comenzar ese movimiento. Aunque la mayor parte de las empresas realizan cierto tipo de planeación a corto o largo plazo, a menudo estos procesos de planeación se conceptualizan e implementan de manera deficiente. Además, sus planes estratégicos rara vez impactan las decisiones diarias. Un componente necesario de la planeación estratégica efectiva es anticiparse a las jugadas del oponente. Un equipo de planeación no sólo debe decidir sobre la dirección que debe de tomar, sino también realizar un proceso de prever el futuro y considerar las consecuencias de los movimientos.

La estrategia es el producto de un acto creativo, innovador, lógico y aplicable que genere un conjunto de objetivos, de asignación de recursos y de decisiones tácticas, destinadas a hacer que la empresa alcance una posición competitiva ventajosa en el entorno socioeconómico, donde la organización en cuestión se desenvuelve, y a mejorar la eficacia de la gestión.

Para la dirección estratégica no es suficiente la formulación de estrategias acertadas; hay que añadir la dirección eficiente de los recursos y la solución de múltiples problemas cotidianos relacionados con la motivación de los empleados, la administración financiera, la planificación y el control de la producción, la actividad comercial, etc. Un enfoque de este tipo exige tomar muy en cuenta aspectos culturales y organizacionales. La cultura empresarial preconiza el adoctrinamiento en la misión y la filosofía de la empresa, y trata de integrar los valores empresariales e individuales, concediendo mucha importancia a los recursos humanos y la creatividad como medios necesarios para mejorar la posición de la empresa.

La determinación conjunta de los objetivos de la empresa y de las líneas de acción para alcanzarlos, expresan lo que quiere hacer la empresa en el futuro, proporciona un eje de orientación mediante el cual se expresa la voluntad fundamental de la organización. A esta preocupación por delimitar la línea conductora para el desarrollo de la actividad de la empresa en el futuro, responde a la necesidad por parte de la empresa, de una actuación pensada y medida, en término de objetivos y medios, y a eso es lo que se ha llamado estrategia.

La estrategia empresarial explicita los objetivos generales de la empresa y cursos de acción fundamentales, de acuerdo a los medios actuales y potenciales de la empresa, a fin de lograr la inserción óptima de ésta en el medio socioeconómico.

La dirección estratégica puede concebirse como una estructura teórica para la reflexión acerca de las grandes opciones de la empresa, la cual se fundamenta en una nueva cultura organizacional y una nueva actitud de la dirección, donde ya no se trata de capear las dificultades traídas por un entorno turbulento, sino ir a su encuentro, donde se huye de lo improvisado en busca de lo analítico y de lo formal. La dirección estratégica es también un intento de mejorar la dirección y la gestión de una organización, utilizando la estrategia para guiar sus acciones, pero integrando las nociones de la preparación de la puesta en marcha y de asignación de recursos. Así pues, el paso de lo estratégico a lo operativo es también competencia de la dirección estratégica, así como mantener la correspondencia y armonía entre ambos.

Hoy en los trabajos enmarcados dentro de la dirección estratégica, se puede apreciar un cada vez mayor convencimiento de los factores internos de la empresa (estructura organizativa, liderazgo, cultura organizacional, recursos humanos, su coordinación y movilización) como de los factores externos (características de la competencia, estructura del sector, condiciones económicas generales, evolución de la tecnología, y por lo tanto las decisiones referidas a los recursos humanos, la información, la comunicación y a la organización en general), todos los factores son trascendentales en lo que respecta al éxito de la empresa.

El vertiginoso cambio en el entorno de las empresas implica que, más que vivir una época de cambios, se vive un cambio de época. Las nuevas tenencias en el mundo de la economía y del trabajo y la presencia dentro de las organizaciones de una tecnología cada vez más cambiante, suponen un reto progresivamente creciente para las empresas, que sólo las mejor preparadas podrán superar para asegurar su supervivencia. Repetidamente se ha comprobado, que estar mejor preparado significa simple y llanamente, contar con un contingente humano integrado, sólidamente formado, motivado, comprometido, actuando coordinadamente y que aplique todo su potencial al logro de los objetivos corporativos. En el logro de ese importante empeño desempeñan un papel fundamental los recursos humanos, ya que estos han devenido en el factor de ventaja competitiva más importante de la actualidad, por ser las personas las que conforman una organización, la única ventaja estable frente a los competidores.

El reconocimiento de los recursos humanos de una organización como el centro de su actividad, alrededor del cual giran todas las demás funciones y que son resultado directo de su acción, ha llegado a convertirse en la principal preocupación de las estructuras de dirección a diferentes niveles de las organizaciones.

El factor humano como elemento que forma parte de la empresa, está presente en todos sus subsistemas, y constituye un ente esencial, que no ha sido considerado de la misma forma a lo largo del desarrollo y evolución de las organizaciones; y su importancia tampoco, ha sido vista de igual modo por los distintos teóricos que de una forma u otra han abordado esta importante temática. El factor humano dentro de la gestión de las organizaciones, cualquiera que sean sus dimensiones, ámbito propio y su campo de actividades, tiene una gran importancia que nadie puede poner en tela de juicio.

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© Reydel Peña Nieves, 2010.

 

 

Autor:

Ing. Reydel Peña Nieves

Maestría en Administración de Negocios (MBA) e Ingeniero Industrial

Universidad Central de Las Villas (UCLV) 2002

Villa Clara

Cuba

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