La posmodernidad en El silencio de Galileo
He dedicado toda mi vida a buscar la verdad histórica, pero me tomé esta pequeña licencia para escribir la historia que me conviene. Todos los historiadores lo han hecho y lo hacen. Cuando la realidad molesta demasiado, simplemente se cambia. ¿A quién le hace daño? (315)1
Estas líneas publicadas en la novela El silencio de Galileo (2009) revelan la pasión del escritor puertorriqueño Luis López Nieves por modificar la historia ya contada o escrita, típico del escritor posmodernista2. Por esto, se entiende que López Nieves cuestiona y, de cierto modo, rechaza la historia que se ha estudiado o definido como historia a lo largo de los tiempos, ya que esta se escribe desde una perspectiva. Así lo señala Vega Cotto, en su entrevista al escritor puertorriqueño: "La historia se escribe desde una perspectiva. Por ejemplo, la historia de Irak la está escribiendo Estados Unidos en Occidente; pero esta versión es muy diferente de la historia que escribe un musulmán sobre los iraquíes" (par. 12).
En esta novela, López Nieves vuelve a cautivar al lector, al igual que en sus novelas anteriores, pero con la fascinante historia del científico italiano Galileo Galilei: "En El silencio de Galileo se cuestiona la paternidad del telescopio, ya que ha estado en disputa durante más de cuatrocientos años" (Contraportada). De esta forma es como Luis López Nieves se convierte en "el creador de la historia trocada3" o "trocador de historias" (Linares), modalidad con la que ha logrado captar la atención del lector y lo ha llevado a obtener reconocimiento a nivel internacional. Debido a este nuevo estilo, característico de él, nacen las interrogantes de muchos lectores: ¿hasta dónde llega la historia real y comienza la ficticia?, ¿cómo hace para lograr que el lector se crea la historia que él cuenta?, ¿hay alguna verdad en los datos que le añade a la historia real?
Mediante estas interrogantes, se genera la hipótesis: ¿cómo se presenta la posmodernidad en El silencio de Galileo?, ya que la visión principal del posmodernista es cuestionarse la historia y rechazarla. Para probarla, se hará uso de dos argumentos: la ubicación literaria de Luis López Nieves y la "historia trocada", los cuales serán utilizados para realizar una comparación entre la historia ofrecida por el autor en la novela y la real, la documentada.
Los movimientos conocidos como posmodernistas surgen para mediados del siglo XX, con el fin de romper con todo tipo de pensamiento modernista. Entre estos movimientos se encuentran: "los culturales, filosóficos, artísticos y literarios" (Posmodernidad), pero en este espacio solo se presentará la literatura posmoderna, movimiento literario al que pertenece el escritor Luis López Nieves. "El término literatura posmoderna se usa con frecuencia para hacer referencia a la literatura posterior a la Segunda Guerra Mundial, que se caracteriza por diferir de la literatura modernista" (Pablo). Algunas de las características posmodernistas presentadas en la novela son: "los vínculos con temas sociales, el rechazo de la historia y la presentación de la realidad humana a través del lenguaje" (Pablo). A continuación, se presenta cómo las características posmodernistas se presentan en El silencio de Galileo.
La trama de la novela gira entorno a temas sociales políticos, civiles y religiosos, los cuales sirven de conectores entre la realidad y lo inventado. Temas como la: "ambición, corrupción, mentira, traición, el engaño y deseo de fama" (González Rodríguez) son protagonistas de esta novela de principio a fin. Así lo podemos observar en la siguiente cita del libro, cuando la protagonista Ysabeau de Vassy acepta el pedido de su amiga Monique d"Avignon de investigar la paternidad del telescopio y su posible descendencia Galilei, pero con el propósito de sacar algún tipo de beneficio: "Este verano tú y yo haremos historia porque vamos a descubrirlo. Cuando empecemos a salir en todos los periódicos y las enciclopedias y en las revistas del mundo entero…" (24). Entre otros temas se encuentra el político, en la novela se habla de una supuesta "conspiración" por parte del gobierno de Venecia en contra de los holandeses. Se atribuye la invención del telescopio a un acuerdo entre Galileo y la fuerza armada de Venecia para "utilizar el instrumento como estrategia militar y así, divisar al enemigo a distancia" (66). En cuanto al tema religioso, tema completamente real, Galileo fue condenado por la Iglesia bajo arresto domiciliario "acusado de herejía" (19), ya que, "con sus estudios astronómicos, probó que la Tierra y todos los planetas giraban alrededor del sol" (La verdad sobre el caso Galileo Galilei): estudio que iba en contra del pensamiento de la Iglesia en la Edad Media.
En la novela, el rechazo de la historia es evidente; cómo es posible que tres personas de un mismo país y en fechas consecutivas pidieran una patente por la creación del telescopio y que los historiadores hayan tomado esto como mera casualidad. El autor no cree en las casualidades ni en los cabos sueltos de la historia documentada. Él cree que la historia no puede ser aceptada como verdadera por el simple hecho de estar escrita en un libro de historia o porque la cuenta un historiador. Para él, la historia debe ser cuestionada y puesta en duda. Así lo aclara en una entrevista para el programa Cultura Viva
A medida que estudio la historia, me doy cuenta de cuántos mitos nos meten dentro del cuerpo y cuántas cosas nos hacen pensar y las aceptamos con la mayor naturalidad…me pongo a investigar sobre Galileo y descubro que hay cosas ridículas que dicen: que Galileo no inventó el telescopio, que lo inventó un Alemán que vivía al sur de Holanda, Hans Lippershey; que el 3 de octubre de 1608 pidió la patente y que da la casualidad que diez días después un holandés, que vivía en el mismo pueblo, también pidió una y los historiadores despachan eso como una casualidad… (Luis López Nieves habla sobre su novela "El silencio de Galileo" en "Cultura Viva")
En estas líneas, López Nieves claramente muestra su punto de vista a cerca de las explicaciones dadas en la historia del telescopio, considerándolas ilógicas y ridículas. El autor siente una gran atracción por contar la historia a su manera y resolver sus misterios o cabos sueltos. Sin lugar a dudas, en su novela, solo quiere "descifrar el misterio que rodea la vida de Galileo" (González Rodríguez).
Como posmodernista, Luis López Nieves busca narrar la realidad humana a través del lenguaje: narra la historia de Galileo Galilei, valiéndose de un género epistolar moderno con el cual pueda adaptarse a los tiempos y atraer a todo tipo de lector. El género epistolar no es otra cosa que la comunicación a través de un texto. "Tradicionalmente, el género epistolar es comúnmente conocido como una carta; pero, con el transcurrir del tiempo, ha cambiado su función en el mundo" (Fuchs). Con el pasar de los tiempos y debido a la comunicación inmediata, se hizo a un lado la escritura con mensajes extensos para dar paso a "los mensajes fragmentados" (Fuchs). Por esta razón, López Nieves tuvo que adaptarse a los tiempos y recurrir al "género epistolar moderno de los correos electrónicos" (Recalde) para "narrar el siglo XVII en códigos del siglo XVI" (Zamora). Vega Cotto señala que de muchas maneras, "a través de mensajes de texto, blogs, mensajería instantánea, se está escribiendo otra vez…Internet representa el renacimiento de la escritura porque ahora todo el mundo se está escribiendo" (par.8). La novela está completamente escrita en correos electrónicos, la protagonista Ysabeau de Vassy utiliza este medio para comunicarse con sus colegas, presentar y enviar toda la documentación recopilada a cerca del misterio de la vida del astrónomo Galileo Galilei.
En el caso del lenguaje utilizado por el escritor en la novela, González Rodríguez dice: "en estas cartas electrónicas se observa un lenguaje claro, sencillo, acelerado y vivaz". Es necesario aclarar que cuando se habla del aspecto del lenguaje en una narración, no solo se toma en cuenta su estructura o claridad del mensaje, sino que también se estudia el idioma empleado en la novela. Sin lugar a dudas, la novela está escrita en español; pero en la narración se destacan palabras en francés, italiano y latín. A pesar de que son lenguas extranjeras, "las palabras utilizadas son de fácil comprensión y no le causan ninguna dificultad al lector" (González Rodríguez). Algunas de estas palabras son: perspicillum, Université de la Sorbonne, verbatim, Profeseur de" Historie, etc.
El uso de estos vocablos se debe a que la investigación se desarrolla en distintos espacios. La novela toma lugar en Italia, Francia, Alemania y Holanda. Esto es así, ya que todos estos países estaban directamente involucrados con el tema de la invención del telescopio.
Claramente, la característica posmodernista predominante en El silencio de Galileo y en todos los escritos de Luis López Nieves es ese sentimiento de rechazo de la historia y el deseo de crear una historia que no existe ni existirá. La historia presentada en la novela no es otra cosa que una historia completamente inventada basándose, en esta ocasión, en la vida del astrónomo Galileo Galilei, con el fin de resolver los enigmas y misterios que, a lo largo de los tiempos, han dejado los historiadores.
Tomar un hecho histórico, refrescarlo con correctas descripciones y agudos diálogos, es el principio. Luego, ligeros cambios van perfilando otras situaciones, recreando muertes, torturas, avaricias, y ambiciones, sueños y pasiones, que determinan el nacimiento de una "historia trocada" eje de la obra escrita por Luis López Nieves. (Linares)
La escritura este puertorriqueño es tan perfecta que al lector se le hace muy difícil descifrar dónde termina el hecho histórico y dónde comienza el inventado. López Nieves entrelaza muy bien una con la otra; para eso, utiliza temas sociales completamente normales y cotidianos en la vida de todo ser humano, así logra confundir al lector sin que este pueda imaginar que todo es una vil mentira que solo sirve de puro entretenimiento, ya que el lector pensará que "todo es posible". Además, convierte a todos sus personajes en historiadores y los sumerge, a su antojo, en un laberinto lleno de misterios, como lo es el silencio en la vida de Galileo, para que investiguen un hecho que el autor de la novela hubiese querido que fuera verídico.
La "historia trocada" no es otra cosa que un juego literario con la historia. Para ello, se escoge un hecho histórico de interés que pueda ser "trocado"; luego, se inicia una investigación mediante el uso de personajes que se convierten en historiadores y, en el proceso de investigación, se crea un suspenso tan profundo que le impide al lector dejar de leer hasta que finalmente se resuelva el misterio. En el caso de El silencio de Galileo podemos decir que hay dos enigmas: comprobar que Galileo fue quien inventó el telescopio y probar el linaje de los Avignon con Galileo Galilei. Estos son los objetivos de la narrativa en la novela, pero se le termina dando más importancia a un enigma que al otro. No se sabe cuál era el objetivo principal del escritor; pero, a juzgar por lo escrito, parece ser que a López Nieves le importaba más investigar sobre el linaje y la descendencia Galilei, que probar que Galileo fue el inventor del telescopio.
Así lo demuestra cuando la descendiente Galilei, Madame Livia, le permite a la historiadora Ysabeau de Vassy, sin conocerla, entrar al estudio de Galileo, investigar en todos sus documentos de gran valor histórico y así ayudarle a cumplir con su promesa de demostrar que Galileo fue el inventor del telescopio; pero Ysabeau sabía que las cosas no se dan sin esperar nada a cambio. A cambio, tendría que cumplir con unas condiciones que estaban directamente ligadas a continuar con la descendencia Galilei. Ysabeau "demostró" que Galileo fue el inventor del telescopio y probó el linaje de los Avignon con los Galiei. Entonces, ¿por qué López Nieves continuó, extendió y terminó la historia hablando de la descendencia Galilei, pero convirtiendo como heredera y única descendiente a Ysabeau de Vassy, que no tenía nada que ver con la familia? ¿Qué le ve de importante a este suceso López Nieves? Sin lugar a dudas, son interrogantes que solo podrá responder el escritor puertorriqueño.
Mejor retomemos el tema de la presencia del suspenso en la novela y el intento de descifrar qué es lo cierto y lo inventado tras el misterio de la invención del telescopio. Si bien se dice que el suspenso es una característica de la "historia trocada", López Nieves abusa de ella a tal grado que el lector comienza a desesperase y a sentir cierta molestia con la forma en la que el autor maneja el descubrimiento de Ysabeau de Vassy. Un ejemplo de esto se observa en la siguiente cita. Madame Livia le dice a Ysabeau: "se acabó el suspenso, pero antes necesito que me haga una promesa…tengo condiciones que debe cumplir antes de otorgarle el archivo de Galileo…" (253). Cuando, por fin, el lector piensa que Ysabeau va a contar la "verdad" sobre el telescopio, el autor de la novela se las ingenia para alargar la espera del lector.
Anteriormente, se dijo que López Nieves no cree en las casualidades y busca encontrarle una explicación lógica la historia "ilógica" contada por los historiadores. "Los estudios afirman que la primera persona en inventar el telescopio fue el alemán Hans Lippershey" (Tamaro), pero el primero en darle un "uso racional" fue Galileo Galilei. También, la historia dice:
Los primeros telescopios aparecieron en 1608. Días después que Lippershey pidiera una patente por el invento del telescopio, al gobierno holandés; dos holandeses: Zacharias Jannsen y Jacob Metius, de igual forma, solicitaron una patente por el mismo instrumento. (Tamaro)
Con esta información, se aclara que Galileo no fue el primero en inventar el telescopio, solo copió la idea de Lippershey y decidió utilizarlo para estudiar las estrellas. Debido a esto, es que se siembra en todos la duda de que cabe la posibilidad que Galileo haya sido el inventor del telescopio, ya que fue el único en darle un uso que, en un futuro, ayudaría a la humanidad a continuar estudiando el espacio.
Según las biografías de Galileo Galieli, Hans Lippershey y Zacharias Jannsen redactadas por Tamaro, la causalidad del pedido de patente por estos dos holandeses es un hecho irrefutable. También es un hecho que Galileo, en 1610, publicó un libro en latín, el Sidereus Nuncious, cuyo contenido eran los estudios realizados a los astros con el telescopio y por el cual fue condenado por la Iglesia. Hasta este punto, la historia documentada y la contada por López Nieves concuerdan en ciertos aspectos. López Nieves habla de los tres intentos de pedido de patente, de la existencia del Sidereus Nuncious y de una descendiente Galilei que responde al nombre de Livia Galilei.
Lo que no concuerda con la historia verdadera es que Livia Galilei no era una descendiente de los Galilei, sino que era pariente directa de Galileo: "era la hermana monja del astrónomo" (Tamaro). Por tanto, no pudo haber existido para el 2007, fecha en la que se lleva a cabo la trama de la novela y, tomando en cuenta que era una monja, no pudo haber tenido hijos como dice López Nieves: "Tuve que leer varias veces la oración en que me anuncias la existencia del hijo de madame Livia" (274). Contrario a los datos históricos, tampoco es posible que Galileo haya sido el único inventor del telescopio y que, si Lippershey y los demás, solicitaron una patente al gobierno holandés, fue porque el alemán conspiró contra el gobierno de Venecia y se convirtió en espía holandés; así supo de la existencia del telescopio, decidió robar uno y se lo entregó al gobierno holandés a cambio de una gran suma de dinero (198-203).
¿Quién iba a imaginarse que una historia tan bien contada sería pura ficción literaria? Estos son solo algunos ejemplos que convierten al escritor Luis López Nieves en toda una eminencia de la "historia trocada" y que, a su vez, fielmente representa lo que es un escritor de la literatura posmodernista.
Entre otras características de la "historia trocada", se destaca la invención de la documentación y la conversión de sus personajes en historiadores. En cuanto a la documentación, Ysabeau de Vassy, en su intento por investigar la "verdad" que quiere Luis López Nieves que se sepa, habla de su hallazgo de "cuarenta y tres documentos" (194). Entre estos documentos, se encuentran: "contratos secretos, peticiones al Parlamento, perdones oficiales, informes de espionaje, actas de nacimientos, actas de defunción, etc." (195), encontradas en los "archivos de: Hans Lippershey y Zacarías Janssen" (196). La existencia de estos documentos puede ser cierta, pero lo que siembra la duda es que cómo, de buenas a primeras, a una persona le dan acceso a información confidencial y de gran valor histórico; es completamente absurdo. "Los documentos cartas, papeles sueltos o correos electrónicos en cada caso, representan la diversidad de interlocutores en la construcción de la memoria histórica consolidada en un relato" (Cancel).
Dejando a un lado el tema de los documentos inventados, finalmente, entramos de lleno a hablar sobre los protagonistas de esta exquisita narrativa a los que López Nieves les dio vida para poder cumplir con su cometido. La protagonista de esta novela, la Dra. Ysabeau de Vassy, junto al Dr. Roland de Luziers, se encargan de estudiar toda la información recopilada por el séquito de historiadores que tenían en distintas bibliotecas de Venecia, Holanda y Alemania. A medida que la información sobre la invención del telescopio iba llegando a manos de la historiadora, ambos se dedicaban a armarla para convertir lo que era un "rompecabezas" en "historia". Una historia que no es del todo verdadera, pero que en otras circunstancias podría serlo. Como ejemplo contundente de esta invención, basada en estudios historiográficos y ligada a un conflicto político entre Venecia y Holanda, Ysabeau dice:
Gracias a las traducciones preparadas por mis investigadores holandeses y la información que ya habíamos recopilado en las pasadas semanas, ha sido bastante fácil unir todos estos datos para armar lo que al principio parecía un rompecabezas, pero que ahora se ha transformado en la clarísima historia de un magno hurto histórico. Muy pronto el mundo entero se enterará de quién inventó el telescopio en realidad. También conocerá la naturaleza vil y traicionera de los holandeses. (195)
López Nieves nunca hubiese podido cumplir con su cometido sin la ayuda, específicamente, de la Dra. Ysabeau de Vassy. A veces, la forma en la que se expresa la protagonista podría llevar al lector a pensar que quien está realmente hablando no es Ysabeau, sino el propio autor de la novela. Si bien al comienzo se dijo que el escritor puertorriqueño no cree en las casualidades, y en su entrevista para Cultura Viva dejó claro sus motivos y cuestionamientos al momento de escribir El silencio de Galileo, cuando la Dra. Ysabeau se formula casi las mismas preguntas que se hizo López Nieves: "¿Quiénes eran estos tres individuos? ¿Por qué los historiadores últimos 400 años han aceptado con tanta docilidad el mito ridículo de que Galileo aprendió a hacer el telescopio gracias al juguete de un niño? (73), deja claro que hay cierta similitud entre ambos. Si el autor de la novela no cree en las casualidades, el lector tampoco. El pensamiento de ambos es muy parecido, y no tan solo porque López Nieves fue quien inventó y escribió la novela, sino porque, de cierta manera, él se refleja en su propio personaje. A través de Ysabeau y la narrativa literaria, logra transmitir los pensamientos e incomodidades que no podría decir, sino fuera porque utiliza esta licencia para hacerlo; de lo contrario, lo tomarían como un demente que pretende cambiar la historia existente.
Los personajes en El silencio de Galileo son el centro de todo. Ellos son los que están a cargo de probar e investigar el enigma de Galileo Galilei que ha creado el escritor Luis López Nieves. Ysabeau es el vivo ejemplo de una persona ambiciosa, exitosa y astuta. Con tal de impulsar su carrera como historiadora, era capaz de venderse a madame Livia, para quedarse con el archivo Galilei, pero, a su vez, actuó astutamente. No permitió que Livia Galilei la manipulara, de ninguna manera aceptó tener un hijo con el último descendiente Galilei (hijo de madame Livia). Ella fue más astuta y se aprovechó del linaje que existía entre los Avignon y los Galilei, el cual probó con unas cartas encontradas entre una Avignon y un Galilei, para hacer ver que los verdaderos descendientes del gran Galileo Galilei eran los Vassy. Finalmente, la protagonista cumplió con la tarea que le asignó López Nieves. Probó que Galileo fue el único inventor del telescopio y descubrió que Monique sí era descendiente Galilei, pero, para sacar ventaja Ysabeau alteró estos documentos; terminó siendo duquesa, heredera de toda la fortuna Galilei y única descendiente del astrónomo que cambió la visión del hombre a cerca del mundo.
"En toda su obra, el artista logra, palabra tras palabra, construir un cosmos que se defiende por sí mismo, para borrar sutilmente las huellas que pueden dividir la historia de la ficción y no dejar notar esa frontera" (Vega Cotto). Evidentemente, la combinación del misterio sobre la invención del telescopio, la narración epistolar empleada para escribir la novela, la picardía que le otorga la búsqueda de pruebas que demuestren el linaje de los Avignon y Galilei y el uso de personajes historiadores forman una bomba de tiempo que hacen de El silencio de Galileo "una aventura literaria de navegar entre dos planos históricos (verídicos o inventados) a través del alucinante mundo cibernético" (González Rodríguez).
No cabe la menor duda de que, una y otra vez, Luis López Nieves cumple con su cometido de manejar la historia a su antojo y logra conjugar perfectamente la realidad con la ficción literaria. "El silencio, los secretos, y el control son los tres ingredientes que se nos presentan por toda la Historia de la Humanidad y se convierten en la base de la escritura del autor de El silencio de Galileo" (Acevedo). Nuevamente, siembra la duda en el lector como mismo lo ha hecho con sus obras literarias anteriores: Seva (1983), Escribir para Rafa (1987), La verdadera muerte de Juan Ponce de León (2000) y El corazón de Voltaire (2005). López Nieves hace que el lector finalice la novela y recurra a "Google" en la búsqueda de información que le ayude a comprobar si los hechos y/o personajes de la novela son verdaderos. La novela no deja cabos sueltos, resuelve todo el misterio que rodea la vida de Galileo con argumentos y pruebas que fácilmente podrían pasar como ciertas. Al final, el autor de la novela convierte a sus lectores en investigadores, los obliga a buscar las respuestas que no pudo darles en su obra literaria. Podríamos decir que es una novela que está perfectamente escrita y cumple, en su totalidad, con el pensamiento posmodernista del escritor puertorriqueño.
Historiar equivale a producir un mapa. En el caso de la obra de López Nieves, el trabajo del lector es comprometerse o co-conspirar con el novelista, recuperar las trazas e inventar la novela. Leer un texto narrativo de López Nieves es como llegar a un lugar lleno de papeles, objetos y sombras preciadas, con el encargo de inventarlo y darle un orden. Si al cabo de la última página, el "rompecabezas" se ha convertido en "historia", la tarea ha sido cumplida. (Cancel)
Felicidades, López Nieves, se ha convertido en toda una eminencia de la "historia trocada" y el movimiento posmodernista.
Autor:
Rashed Molina Pagán
Prof. Doris González Ramírez
Español Avanzado – Sección 001
23 de abril de 2013.