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Programa de intervención familiar para evitar necesidades educativas especiales

Enviado por Dora Mola Rojas


    1. Dificultades en el aprendizaje
    2. Palabras obscenas
    3. La malacrianza
    4. La agresividad
    5. La timidez
    6. Alteraciones en el sueño

    Introducción

    Existen lineamientos pedagógicos y psicológicos que pueden ser aplicados a las distintas manifestaciones de la conducta infantil, y que coadyuvan a un desarrollo más adecuado de una forma de ser, o realizar una acción pedagógica más afectiva hacia aspectos de la conducta infantil no totalmente positiva.

    Estas orientaciones educativas se refiere a comportamientos habituales del niño, que necesita ser orientado de modo correcto para un adecuado desarrollo emocional, y que, de ser erróneamente tratado, puede determinar que se arriesguen y se hagan estables en el tiempo, contribuyendo alteraciones de conducta que requieren una atención especializada por parte del psicólogo y/o psiquiatra infantil.

    A veces, nos encontramos con niños que tienen una o varias alteraciones de conducta, como pueden ser: timidez, agresividad, alteraciones del sueño, malas palabras y otras. Estos niños no deben ser considerados "enfermos", ya que las alteraciones citadas surgen, en su gran mayoría, debido a errores en la educación o crianza del niño por parte de los adultos que los rodean. Dichas alteraciones pueden desaparecer con la acción educativa realizada por esos mismos adultos.

    Es importante advertir que si este trabajo educativo no se efectúa a tiempo y correctamente, se corre el riesgo que las alteraciones de conductas se conviertan en verdaderos trastornos psicológicos, que son más difíciles de erradicar y que si necesitan la intervención de un especialista.

    Se hace, pues imprescindible hacernos la siguiente interrogante: ¿ Qué tipo de errores en la educación de los niños y adolescentes provoca el surgimiento de alteraciones en su conducta ?

    El primero y fundamental error es no darle al niño todo el afecto y seguridad que él necesita. Hay adultos que piensan que demostrando cariño al niño lo malcría, y por eso, no son cariñosos. Esto es una gran equivocación, pues para el desarrollo de una personalidad sana, lo más importante es sentirse querido y seguro.

    Segundo: El adulto es en ocasiones cariñoso y en otras frío y seco con el niño o adolescente e incluso indiferente. Esta ambivalencia efectiva es muy dañina también para la salud mental del chico, pues éste nunca tiene la seguridad que es verdaderamente querido por los que los rodean.

    Tercero: Los adultos rígidos, que controlan excesivamente a los niños, impidiéndoles desarrollarse o, por el contrario, los adultos permisivos, que los dejan hacer todo lo que quieren, logrando así que los niños se crean que pueden hacer lo que le parezca.

    Cuarto: La conducta sobreprotectora de algunos adultos es otro error muy negativo para la educación de un niño emocionalmente sano, esto conduce a la poca confianza en sí mismo.

    Quinto: Muchas veces observamos adultos que pegan, gritan y ofenden, con lo que obtienen los niños agresividad y en otros timidez.

    Sexto: La inconsistencia en la disciplina y socialización del niño es otro factor causante de estas alteraciones, esto provoca que el niño no cree patrones internos estables de su comportamiento y se deje llevar por los impulsos o por estímulos del medio.

    Cualquiera de estas conductas erróneas del adulto provoca alteraciones emocionales en le niño y/o adolescente, y la única forma de hacerlas desaparecer es cambiándolas por comportamientos positivos, que sean verdaderos métodos para educar a nuestros hijos.

    De aquí la importancia de poseer a mano una literatura que nos guíe en esta temática y por ello, además de poner a la disposición de la familia las siguientes orientaciones, brindo un sistemas de actividades para educar a los padres por el personal docente de cada centro o institución.

    Escuelas de padres: Se realizan bimestralmente con el objetivo de educar, instruir y corregir patrones en el seno familiar, se escoge el tema adecuado a la caracterización de la comunidad, se deberá invitar a los futuros padres y a los noveles y de esta forma enseñarlos a recibir a sus hijos en un ambiente de armonía y de amor. Escoge la técnica participativa acorde para cada grupo de participantes, profundizar en los aspectos que causan estas alteraciones emocionales. Si existen padres con niños con alteraciones ya instauradas se deberá insistir en el tratamiento en sus hijos.

    DIFICULTADES EN EL APRENDIZAJE:

    Previo a la Escuela de Padres, el Psicopedagogo deberá impartir el tema seleccionado en la preparación metodológica con el claustro profesoral, insistiendo en el debate para que los docentes no queden con dudas para poder impartirlo a los padres de sus alumnos.

    ¿Cómo se manifiestan estos niños?

    En las instituciones infantiles, escuelas" podemos encontrar algunos niños que presentan dificultad en asimilar las actividades que se les enseña. Estos pequeños y escolares a menudo reclaman de los educadores y maestros una dedicación especial, porque figuran siempre en la lista de las necesidades de trabajo individual.

    – De lactantes presentan generalmente dificultades en sostener la cabeza, sentarse, caminar, o son muy torpes en la manipulación de los objetos; la sonrisa suele aparecer en etapas muy tardías. En los de más edad, vemos que no hacen uso adecuado de los juguetes, no saben estructurar un juego" se mantienen indiferentes y pasivos ante el juego de otros niños, o se inmiscuyen en lo que ellos hacen, solo para desbaratarlos torpemente. Generalmente prefieren jugar con niños más pequeños que los de su edad.

    Siempre tienen dificultades en la asimilación de actividades, son retardados en lenguaje, les cuesta trabajo expresarse y no pronuncian bien, no entienden el significado de los relatos aunque sean muy sencillos y se toman mucho más tiempo que los demás para memorizar una poesía o una canción, aunque sea muy fácil. También se les dificulta en el cumplimiento de ordenes sencillas ya la formación de hábitos, demoran 'mucho en dominar la cuchara, no son capaces de lavarse ni vestirse o calzarse, e incluso tardan en aprender a decir "pipi " y caca .

    – Además, el satisfacer sus necesidades fríamente, como una obligación impuesta. sin brindar afecto al pequeño, es otra de las causas que el niño tenga dificultades en su aprendizaje.

    Conflictos que se producen en el hogar en presencia de los menores y entonces este crecerá en este ambiente preñado de insultos, gritos. agresividad, etc. Este menor no podrá atender a las actividades escolares al igual que sus compañeritos, no asimila lo que se le enseña y sin embargo cuando es analizado por los especialistas descartan la conservación de la inteligencia. La mayoría de estos niños reciben un diagnóstico de bloqueo emocional o. mal manejo pedagógico y de la familia. Muchos llegan a retardarse en su desarrollo psicomotor

    ¿Cómo podemos ayudar a estos niños?

    – Debemos garantizar que los niños, durante las horas de vigilia, tengan al alcance juguetes diferentes que puedan tocar, golpear y tirar. Los juguetes colgaran de la cuna, con colores brillantes y llamativos, que. se cambiarán con frecuencia.

    – Brindarles un trato muy afectuoso y protector; rodearlo de cariño para que se sienta seguro.

    – Estos niños necesitan de la frecuente presencia del adulto, hablándoles, cantándoles, para ayudarlos a desarrollar el lenguaje.

    – Organizarles juegos para desarrollarles sus movimientos y el lenguaje, es necesario que estas actividades sean atrayentes, orientándole lo que deben hacer para lograr que participen con satisfacción.

    – Darles encargos fáciles, que sean capaces de realizar con éxito. para que se sientan útiles, a la vez que se incorporen a las actividades del grupo.

    – Hacer un trabajo individual sistemático y muy paciente para superar las dificultades presentes en los niños pequeños y escolares.

    – Ayudarlos en la formación de hábitos; enseñarlos a valerse por sí mismos; esto necesita de un trabajo muy sistemático por parte de los educadores.

    – Las actividades independientes son muy útiles con estos niños porque a la vez nos permiten analizar su comportamiento espontáneo y a desarrollar los procesos psíquicos superiores. Estimularlos en su aprendizaje.

    – A los escolares se les sentará delante en el aula, brindándosele actividades diferenciadas en las áreas donde confronta mayores dificultades.

    – Si después de tomar las medidas o estrategia pedagógica con estos escolares, y mantienen las dificultades se deben remitir al equipo multidisciplinario del Centro de Diagnóstico y Orientación para su investigación y ubicación de acuerdo a los resultados que se obtengan después de la minuciosa investigación.

    – Debemos ser muy cuidadosos de no hacer comparaciones entre estos escolares y el resto del grupo, ni hacer comentarios negativos que puedan oír, esto les afectaría y lejos de ayudarlos, fijarán los patrones negativos en el aprendizaje.

    – Es útil elogiar las actuaciones positivas de estos niños para estimularlos a que avancen.

    Estos niños, escolares y adolescentes requieren una atención especial y ayuda individualizada, para que puedan vencer sus dificultades; se observarán cuidadosamente para detectar defectos y descubrir adelantos y sobre todo, tener paciencia y no desesperarse ante la lentitud de su asimilación.

    PALABRAS OBSCENAS

    Todos los niños, en alguna ocasión, dicen malas palabras, sin embargo, no todos lo hacen de la misma forma. Algunos las dicen solo como una palabra más que han oído, y a veces no saben que no se debe repetir, mientras que otros las emplean como medio de agredir a sus compañeros o a los adultos, con pleno conocimiento de que su conducta es censurable. En el primero de los casos, esto no es un problema para preocuparse; la segunda situación se presenta diferente.

    ¿Qué hacer con las malas palabras o palabras obscenas?

    En la corrección de las malas palabras debemos tener en cuenta dos aspectos: uno dirigido a que el niño no aprenda estas palabras y otro encaminado a su eliminación en caso de que las utilice en exceso.

    – El primer paso es impedir que el niño las aprenda; para ello es necesario no decirlas en su presencia, ya que esta sería la vía ideal para que el las imite; ahora bien, peor aun, es alabar al niño que las diga, como sucede en algunos casos, argumentando que las dice muy gracioso. Esto solo logra reforzar el mal hábito, ya que el niño las repetirá primero para agradar a los adultos, y luego como una costumbre establecida.

    – Cuando el niño es pequeño y dice estas palabras, los adultos deben hacer como que no los comprenden y decirle que así nadie los comprenderá. Como generalmente el niño sabe que estas palabras no son aceptables, adecuadas, etc. no tardará en entender lo que le sugieren, o simplemente ignorarlos.

    – No debe regañarse al niño que dice ocasionalmente una mala palabra y mucho menos castigarlo, esto solo conseguirá que se esconda del adulto para decirlas; además, no debe formarse alboroto por esta causa, porque el niño puede entonces incorporarlas como medio de atraer la atención de los mayores.

    – Es conveniente también que no se enseñe al niño a designar partes genitales con palabras que no sean "usuales", lo que trae como consecuencia que el niño al mencionarlas no se haga entender y pueda recurrir fácilmente a decirlas en su forma más vulgar. Lo mejor es utilizar el nombre socialmente aceptado más generalizado para designarlos. o las variantes características de cada zona territorial específica.

    – También es importante considerar que las personas, generalmente dicen alguna expresión que no significa nada, pero que indica o reafirma el tono de voz con que se expresa, la alegría, el enojo, la irritación, etc. Muchas veces estas palabras se representan por una "palabra obscena" y los niños por imitación, lo hacen también. Cuando el adulto descubra esto, debe desviar estas formas vulgares hacía otras frases más aceptadas que no tiene que enseñar al niño, sino solo decirlas para que el niño las oiga y las incorpore como sustituto de las otras; estas frases pueden ser "vaya'. , "caramba" . o cualquiera otra similar.

    Analicemos ahora los casos verdaderamente preocupantes. Si la mala palabra es dicha en forma de agresión, no hay duda que es porque el niño se siente molesto por algo, hay que analizar qué es, y una vez eliminada la causa, darle cariño, comprensión y seguridad. lo que será suficiente para que no vuelva a agredir de esta forma.

    Pero también puede usarse la palabra obscena como malacrianza para faltarle el respeto al adulto, en este caso será necesario regañar al niño o adolescente por su mala conducta, y en casos extremos incluso separarlo del grupo por unos minutos para que se serene, se sede con el objetivo de explicarle el error que comete y ayudarlo a que comprenda que su maestra lo quiere y que el no debe tratarla así.

    En el caso de los pequeñitos, rara vez usarán la mala palabra en esta forma, pero si lo hacen no podrán comprender la explicación anterior, por lo que se le debe desviar la atención hacia otra actividad que le resulte agradable, y por supuesto mucho más positiva a su educación. Pues esta conducta, con relativa seguridad, obedece a una imitación del hogar.

    LA MALA CRIANZA

    La malacrianza se manifiesta con desobediencia y falta de respeto, con todas las características que estos elementos pueden contener (intranquilidad, agresividad, perretas, malas palabras, falta de atención, dificultades en el aprendizaje, y en fin, desorden general).

    Esta alteración de la conducta está dada por la incorrecta educación que ha recibido el niño o adolescente y esto por supuesto, es culpa de los adultos.

    Ningún niño nace bien o mal educado, el responsable de guiarlo y mostrarle lo que puede o no puede hacer, lo bueno y lo que no lo es, es el adulto.

    Pero la educación no es cosa de un día, se necesita de un trabajo continuo y consistente, es decir, constante, con una línea definida que se cumpla en todo momento y en cualquier circunstancia y que responda a las necesidades del niño en desarrollo. Esto además, debe hacerse con amor, para que el niño lo asimile como algo necesario que le da apoyo y seguridad.

    Es importante además, que esta educación se sitúe en el justo medio, los extremos siempre son malos; el exceso de exigencias o la falta total de esta, conducen a malos resultados. Si dirigimos correctamente su educación, lograremos que el niño aprenda a controlar sus impulsos, a obedecer y respetar a las personas mayores sin quitar la independencia infantil y su posibilidad de crear.

    ¿Qué provoca que un niño sea malcriado?

    – Empezar tarde la educación del niño, pensando siempre que todavía es pequeño para aprender, cuando el niño es ya un malcriado, es muy difícil su educación.

    – Cuando se le prohiben al niño cosas absurdas, también puede volverlo malcriado. porque no puede comprender lo que se le exige que cumpla. Por ejemplo: Exigirle que se mantenga sentado para no ensuciarse, que no pregunte cuando le asalte una inquietud, una duda, etc.. esto va en contra de la naturaleza infantil, que se revela contra la injusticia y termina por no resistir.

    – Además, aunque el niño sea pequeño, es una persona y como tal debe respetársele. Si el niño siente que se le considera y se cuidan sus derechos, no tendrá motivos para oponerse a los adultos; ahora bien, si no ocurre así, se sentirá molesto y no se comportará correctamente. Dicho de otra manera: se debe respetar la premisa social del niño.

    – Es fundamental también la uniformidad de criterios sobre la educación del niño en el hogar, es decir, que se mantengan en todo momento lo que se prohibe y lo que se permite, ej.: Si se ha dicho al niño que no toque los adornos, no se le puede permitir que lo haga cuando estamos apurados, con el objetivo de que no moleste. Además, todos los mayores que rodean al niño deben permitir y prohibir lo mismo. Si la mamá no deja que el niño se suba a la cama con zapatos, el papá tampoco puede permitirlo. Si no es así, Cómo el niño va a aprender qué se debe y qué no se debe hacer?

    – Pero lo más importante es el ejemplo del adulto, el niño aprende más lo que ve, que lo que se dice. Si decimos al niño que no debe mentir" pero luego en presencia del niño nos excusamos para no realizar alguna actividad con argumentos falsos que el niño sabe que no son ciertos, él no comprenderá si realmente es malo o no, decir mentiras.

    Si evitamos estos errores, podremos educar correctamente a nuestros hijos.

    La educación del niño debe comenzar desde que nace, y cuando empiece a desenvolverse por sí mismo, es importante mostrarle lo que puede no hacer, enseñarle lo que podría ser peligroso para él como, coger tijeras, cuchillos, meter los dedos en el tomacorrientes, etc.

    Además, iniciar la formación de los hábitos de higiene y de orden, como el no pintar las paredes, no tocar los adornos, recoger los juguetes, etc., y darle las primeras normas de disciplina, tales como: no arrebatar las cosas de otro niño, no faltarle el respeto a los mayores, ayudar a los demás, saludar y despedirse. dar gracias cuando se recibe una atención, etc.

    … Y qué hacer con el niño malcriado?

    – Lo primero es tratar de cumplir todas las normas, exigencias, etc., que irán aumentando con la edad. pero siempre tratando de no pedirle más de lo que puede dar. respetándolo y permitiendo que exponga sus opiniones para discutirlas entre todos y poder orientarlo más adecuado y correcto en su conducta. Además, siendo siempre constante en lo que se le permite y lo que se le prohibe, y poniéndose de acuerdo todos los adultos para hacer las mismas exigencias, de modo que el niño tenga claro qué es lo bueno y qué no lo es, porque así le exigen todos los mayores y, por último y muy importante, porque así lo hacen para darle el ejemplo y de esta forma comenzar la transformación de los patrones educativos incorrectos que posee.

    Con estos niños debemos ser muy rectos y exigirles que cumplan la disciplina, pero a la vez ser muy pacientes y cariñosos. Explicarles las razones por las cuales se prohibe algo, no imponerles una orden diciendo "porque sí", o "porque me da la gana'. , ya que con este método el niño no llegará a comprender el por qué debe hacer o el por qué no debe hacer determinada cosa.

    – Además, no se les debe nunca mentir, siempre decir la verdad, aunque no sea completa, o tan complicada como es realmente. A veces se oye: "No grites porque los ratones te comen la lengua"; por qué mentir si se les puede explicar que no se debe gritar porque eso molesta a los demás.

    – Utilizar premios, halagos y regaños es también un método muy beneficioso con los malcriados. Es conveniente señalar que los premios y halagos son más útiles que los regaños, aunque a veces son muy necesarios.

    Cada vez que el menor haga algo que se destaque o supere un error por el que se le había regañado. debemos halagarlo, resaltando su actitud frente al grupo. digamos: "Que limpia está la mesa!", o quizás, "Que bien ha trabajado Yunior, vamos a poner su dibujo en el mural!".

    – Al ofrecer un premio debemos cuidar que se pueda cumplir, ya que a veces se ofrecen cosas que después no se cumplen y esto conduce a que la próxima vez el niño no crea en nuestras promesas.

    – Ahora bien. hay momentos en que es necesario regañar al niño, pero siempre teniendo en cuenta que si se abusa de los regaños llegará el momento en que no tendrán ninguna significación para él. Además, el regaño debe hacerse manifestando disgusto, pero sin gritar ni hacer gestos agresivos.

    – Si el niño o adolescente no responde ante un regaño mostrándose irrespetuoso repitiendo la conducta negativa y desobediente, es conveniente conversar con él, apartarlo del grupo unos momentos, tranquilizarlo, para que razone lo que se le está explicando acerca de su conducta. Esto no se debe hacer con frecuencia porque se acostumbraría a ello y no le resultaría efectivo en lo absoluto. Se conversará fuera del grupo, de forma firme y tranquila y con afecto para que no se sienta agredido, se aprovechará en la conversación sobre su conducta, ya que lo fundamental es hacerle comprender sus errores.

    – Después de está conversación, el adulto deberá tratar al niño como si nada hubiera pasado, acariciándolo y dirigiéndose a él. como a cualquier otro del grupo.

    Si queremos tener niños bien educados y capaces de convertirse en adultos socialmente adaptados y aunque un niño sea malcriado. nunca se deben usar estos métodos para tratarlos:

    • No se le puede decir que no se le quiere.
    • No se le puede pegar.
    • No faltarle el respeto ni ponerlo en ridículo burlándose de él, poniéndole nombretes como: "ciclón" , " bola de humo", u otros por el estilo.
    • No compararlo con otros.

    – No engañarlo ni asustarlo con el médico, la inyección y el cuarto oscuro, etc.

    – No amenazarlo ni castigarlo .con el sueño, como por ejemplo: acostarlo a dormir como castigo, "te vas a quedar a dormir en el círculo, seminternado, etc.", porque el sueño es una necesidad fisiológica necesaria para todos y con esto no lo debemos castigar.

    LA AGRESIVIDAD

    La agresividad es una conducta común en los niños, y la podemos considerar positiva o negativa según la edad del niño que la manifiesta, la frecuencia y el tipo de situación que la provoca.

    Una respuesta agresiva en un niño de edad temprana no la vamos a considerar agresiva porque en esta edad el niño tiene pocas posibilidades de expresarse por medio del lenguaje articulado para darle solución a una determinada situación conflictiva, y es normal que acuda a acciones que a veces son agresivas, como por ej.: empujar a un amiguito que le quiere quitar un juguete.

    Pero si el niño de edad temprana que constantemente de respuestas agresivas como: morder reiteradamente, se deberá tener en cuenta la frecuencia de la conducta agresiva.

    En relación con las situaciones, debemos analizar el por qué de la conducta agresiva en el niño, ya que puede ser por defenderse de un ataque o peligro, por defender a uno más pequeño que está siendo agredido por uno mayor, etc., lo cual se considerará como una conducta agresiva positiva. Si por el contrario, reacciona violentamente con patadas, mordidas, gritos, golpes, etc., ante situaciones a las que los otros niños reaccionan de forma normal, esto sería una conducta agresiva negativa.

    ¿Qué factores provocan el desarrollo de una agresividad negativa?

    El adulto, como guía y ejemplo de la educación del niño y el adolescente, consideramos el primer factor que influye en su conducta.

    Un niño al que se le consiente todo sin señalarle nunca qué debe y lo qué no debe hacer; no aprenderá a enfrentar situaciones que le son desagradables, reaccionando ante ellos como puede reaccionar otro niño o adolescente que sea tratado con frialdad, sin afecto, intentando reclamar por este medio o manifestación ese cariño que le falta.

    Se presenta este tipo de conducta también en niños que se relacionan con adultos agresivos y en adolescente que están observando estas manifestaciones que posteriormente imitarán, sobre todo en las escuelas con sus compañeros.

    También el adulto, a veces, estimula conducta agresiva a cualquier edad, diciéndole "que no se deje quitar lo que él quiere, o dándole siempre respuestas de este tipo : "Dale un piñazo para que no fastidie" , etc.

    Puede ser que el niño no había presentado conductas agresivas y empieza a manifestar constantes respuestas de este tipo. Esto puede ser debido a un problema que tenga, como celos, por mal manejo de la familia en el nacimiento de un hermanito, divorcio de los padres, conflictos familiares, etc.

    Como medidas profilácticas para el desarrollo de la conducta agresiva desde que el niño es bien pequeño, es necesario evitar las situaciones antes mencionadas, pero una vez que las presente debemos tratarlas de inmediato para erradicarlas.

    ¿Qué hacer con la agresividad? (Tratamiento)

    – Demostrarle al niño desde su nacimiento, cariño y afecto siempre para evitar la agresividad por falta de afecto, independientemente de la edad y el sexo; que se sienta una sólida confianza para desarrollar las siguientes medidas.

    – Si el niño que presenta esta alteración de la conducta es pequeño, se le explicará que eso no se hace, que ese otro niño a quien le da es su amiguito, y le duele; si continua se le debe regañar y decirle que el adulto va a sentirse mal con él.

    – El adulto no debe permitir que el niño le pegue, demostrándole con una conducta seria lo reprobable de su conducta, al mismo tiempo que le pide que se siente unos minutos para que piense. reflexione sobre lo incorrecto de su proceder.

    – Es necesario que la conducta del adulto sea ejemplo de las relaciones entre las personas, que no grite o tenga manifestaciones violentas, sino que solucione los conflictos conversando de la mejor forma.

    – No estimular la agresividad ni con palabras ni con juego de manos ni mordidas.

    – El adulto debe estar vigilante ante cualquier situación que se presente, que pueda originar una conducta agresiva y tratando de evitarla.

    – Si un niño o adolescente agrede a otro, el adulto le dirá en un tono de voz baja, para que el resto del grupo no lo oiga, al otro a que se defienda. El agredido, al defenderse, lo hará con las manos y una sola vez, para lograr que el agresor comprenda que siempre que le pegue a otro le van a devolver el golpe.

    – Cuando un niño tímido manifiesta sus primeras conductas agresivas, debe actuarse con mucha prudencia, y no regañársele, pues podría frenar sus iniciales intentos de defensa, que son una señal de que está sobrepasando su timidez. Esta conducta no deberá ser muy frecuente, si es así se tomarán algunas medidas para impedirle que se consolide una conducta negativa.

    – El niño deberá estar entretenido, empleando sus energías en cosas útiles, dándole pequeñas responsabilidades, sugerirle actividades variadas y atractivas que desarrollen acciones positivas.

    – Nunca se les debe decir que son niños malos, ni hablar de su agresividad con otras personas delante de ellos.

    Es recomendable una relación directa entre los educadores y los padres de estos casos para establecer donde están las causas, y sobre esta base, decidir las medidas a tomar entre todos para lograr erradicar esta alteración conductual.

    LA TIMIDEZ

    Este tipo de niño o adolescente no es difícil de descubrir, si lo observamos con atención, pues presenta una serie de manifestaciones, comportamientos característicos, que es necesario tener presentes.

    A veces, como padres y educadores estamos preocupados ante niños intranquilos, desobedientes, que andan de un lado para el otro constantemente, sin embargo, en nuestro hogares, barrio, círculos infantiles y escuelas nos encontramos con otro niño que por ser excesivamente tranquilo y no molestar a los demás, pasa inadvertido, cuando en realidad tras esta quietud, inmovilidad del niño muy tímido se esconden generalmente alteraciones psíquicas y emocionales.

    ¿Cómo se manifiesta la timidez?

    – Mantenerse fuera de los grupos de niños que juegan; el niño o adolescente tímido prefiere estar solo, se aparta del grupo, de los demás.

    – Se siente inferior, o sea, no se cree capaz de hacer las mismas cosas que otros niños o adolescentes de su edad.

    – Como le cuesta trabajo jugar o incorporarse al grupo, se crea un mundo imaginario, lleno de fantasías, por eso siempre se le ve pensativo, abstraído, aislado.

    – Habla poco, aunque conozca muchas palabras, a no ser con personas con las cuales se sienta seguro.

    – Es más serio que otros de su misma edad.

    – Parece sentirse mejor con los adultos que con sus compañeros o coetáneos, por eso se acerca más a los primeros, sobre todo cuando son cariñosos y comprensivos con él.

    ¿Cuáles son las causas que originan la timidez?

    Esta alteración conductual surge de acuerdo con el trato que los adultos le dan al niño, ya sean los padres, educadores, maestros y en general todas las personas que están cerca de el y dirigen sus actividades, el niño o adolescente se comportará tímido o no.

    – Le tiene miedo a las persona extrañas, lugares y cosas desconocidas, aunque en el hogar no

    manifieste esta conducta

    El niño es un ser muy activo y su actividad es indicio de salud, solo el niño enfermo juega poco, por desdicha hay ocasiones en que la comodidad del adulto, o por temor a que todo le haga daño, o simplemente por ser dominante y querer que él haga nada mas lo que deseamos, se le limita la actividad, tanto en la casa como en la escuela o círculo infantil.

    • "¡ No hables alto¡".
    • "¡Sièntate ahì, y no te muevas hasta que te toque el turno del baño¡".
    • "¡ No juegues con esa muñeca que la puedes romper!".
    • " ! Que bobo tu eres por no saber eso tan fàcil¡".

    No, no debemos actuar así con el niño. Claro, todo esto es más difícil e incómodo para el adulto, pero si supiéramos cuanto molestamos al niño y cuanto daño le estamos haciendo a su futuro, seguramente no actuaríamos así.

    ¿Qué debemos hacer?

    – Permitirle mucha libertad de acción al niño. Dejarlo comer, correr, saltar, tirar, tocar, curiosear e investigar sus alrededores; debe dejársele realizar estas actividades de la forma que quiera, dándole tareas que son fáciles para que vaya tomando seguridad de sí mismo.

    Darle cariño en caso de situaciones de miedo o de peligro, demostrándole que estamos con él para ayudarle y defenderle si hiciera necesario.

    Cada vez que lo veamos inactivo, que no juega , o estudie, ofrecerle juguetes , llamarlo, conversar con él.

    – Embullarlo a que se incorpore al grupo. Esto lo ayuda a vencer la timidez. Para lograr que la venza, el adulto debe primero jugar o conversar con él, y a medida que la actividad avance, incorporar otros niños hasta formar un grupo. No abandonará el grupo hasta que el niño tímido se relacione con otros, no se debe nunca llevarlo directamente al grupo para que se incorpore, así no lograremos nada.

    – Enseñarlo a defenderse, siempre se le dirá que responda a las agresiones que recibe de los demás.

    – Ser suave con él en la disciplina y dejarlo, a veces, que haga algunas travesuras.

    – Darle responsabilidades dentro del grupo, si el niño no las quiere, se debe embullar, nunca obligarlo.

    ALTERACIONES DEL SUEÑO

    Desde que nace el niño, el sueño es algo muy importante y fundamental en su vida. Es una de sus necesidades básicas que le permiten descansar y recobrar las fuerzas que ha perdido durante el día. La duración, la frecuencia, en fin, todas las circunstancias que rodean el sueño, crean preocupaciones en los padres, pues pueden presentarse en ocasiones, algunas dificultades que son fáciles de solucionar si se tratan adecuadamente.

    Las alteraciones más frecuentes del sueño son las siguientes:

    – Llanto al ponerlo en la cama.

    – Negarse a acostarse para dormir. Es cobarde, no se defiende de las agresiones de otros niños aunque sean más pequeños que él.

    – Desvelarse, despertarse con o sin llanto durante la noche

    – Algunas manías al acostarse para dormir.

    Las alteraciones del sueño menos comunes y màs crìticas que pueden observarse, sobre todo en los niños, tenemos:

    – El levantarse dormido y caminar en forma lenta, con los brazos extendidos, lo que se conoce por sonambulismo. Esto suele suceder en niños muy activos o ansiosos. Aunque casi siempre encuentran el camino sin tropezar con los objetos, en ocasiones pueden ocurrir accidentes graves, por lo que es necesario vigilar al niño para despertarlo suavemente si esto le sucede, y llevarlo de nuevo a su cama a dormir.

    – Las pesadillas pueden ocurrirles a niños de cualquier edad y consisten en sueños con hombres y animales monstruosos que lo agreden; durante el sueño hay movimientos bruscos y de defensa; que duren algunos segundos.

    Después que se despierta el niño puede reconocer todo lo sucedido y nombrarlo. En muchas ocasiones. las historias de aventuras peligrosas y terroríficas y algunos programas de televisión, donde se presentan escenas sangrientas y agresivas, de miedo, o un gran estado de excitación, son las causas de las pesadillas.

    • Los temores nocturnos son más graves que las pesadillas y pueden durar hasta casi media hora. El niño no se despierta y, sin embargo, grita, se sienta en la cama, se agarra a los que lo rodean; y por mucho que se intenta no se logra despertarlo ni calmarlo. Los terrores nocturnos van acompañados de agitación, sudoración, palidez, temperatura baja y ojos muy abiertos. El niño no reconoce a sus padres ni a otros familiares, y cuando se despierta no puede recordar nada de lo ocurrido.

    ¿Por qué ocurre esto?

    • Por cualquier cambio en la vida del niño, una situación nueva que trae alteraciones del sueño transitorias, como: la adaptación del niño al círculo, la llegada de un hermanito, etc. Por enfermedad, accidente u otras.

    Además pudieran señalarse las que ocurren durante el proceso de una enfermedad, una intervención quirúrgica, etc.

    – Diferencias individuales: El sueño puede variar de acuerdo a la edad y a las condiciones ambientales. Cada niño necesita una cantidad de horas de sueño en particular, y no podemos obligarlo a dormir determinado tiempo en el día sin tener en cuenta estas características. Por ejemplo: un niño dormilón puede dormir ampliamente la siesta y dormir bien a su vez en la noche, mas un niño activo y dinámico duerme mucho menos y si duerme la siesta no resistirá para el sueño nocturno.

    – El abandono y la falta de cariño traen como consecuencia que el niño tema dormir porque el sueño significa para él, en cierta forma, la separación de sus padres o de los adultos que lo cuidan y lo protegen.

    ¿Qué debemos hacer?.

    – Brindar afecto y protección al niño, sobre todo en el momento en que va a dormir, estar a su lado y arrullarlo. El papel de los adultos en estas situaciones toma una gran importancia.

    – No reprimir al niño, ni regañarlo con frecuencia durante el día ya que cuanto más feliz se encuentra el menor, cuanto mayores sean sus sentimientos de seguridad y menores los regaños, mayores serán las posibilidades de que no haya dificultades especiales por la noche.

    – Cumplir el horario de vida correcto acorde a la edad del niño, tanto en el hogar, instituciones infantiles, escuelas, etc. En los casos que necesiten menos tiempo de sueño por las diferencias individuales que existen, se sacarán del salón del Círculo Infantil para que no interrumpan el sueño de los demás y en el hogar se le harán actividades de acuerdo a su edad.

    – Establecer una hora fija para la siesta y para el sueño nocturno, por hábito el niño aceptará la hora de acostarse a dormir como natural. Antes, debe dársele una actividad sedada, tranquila, como: leerle un cuento, ver programas infantiles de televisión, etc.

    – Cuando el niño duerme no debe haber ruidos fuertes o conversaciones en alta voz. Hay que evitar que el sol de al niño, y arroparlo si hay temperatura fresca. La siesta no debe prolongarse más tiempo de lo debido y se le deberá despertar en el horario señalado.

    – Si el niño tiene costumbre de coger un trapito, juguete u otros objetos, debe permitírsele, pero luego, en cuanto se haya dormido, quitárselo. Si se despierta y lo reclama, volvérselo a dar.

    – Establecer una hora fija para la siesta y para el sueño nocturno, por hábito el niño aceptará la hora de acostarse a dormir como natural. Antes, debe dársele una actividad sedada, tranquila, como: leerle un cuento, ver programas infantiles de televisión, etc.

    – Cuando el niño duerme no debe haber ruidos fuertes o conversaciones en alta voz. Hay que evitar que el sol de al niño, y arroparlo si hay temperatura fresca. La siesta no debe prolongarse más tiempo de lo debido y se le deberá despertar en el horario señalado.

    – El despertar de los niños debe hacerse dulcemente, sin brusquedades ni ruidos fuertes.

    – En las instituciones infantiles con régimen interno, el personal que trabaja con los niños deben ser muy vigilantes con el sueño nocturno, ya que existen algunos casos con desventajas social y presentan situaciones difíciles en su vida familiar, tienden a ser niños de por sí excitados, nerviosos. Por lo tanto, el personal debe extremar su cuidado y ser muy cariñosos y atentos con ellos, sobre todo, no dejando el dormitorio solo en las horas nocturnas, donde el abandono y el desamparo se sienten más intensamente.

    – En el hogar se deben mantener también las condiciones adecuadas para lograr un favorable proceso de sueño.

    – La intensa actividad cuando se produce en las horas anteriores al sueño provoca un estado de excitación tal, que el niño no puede dormirse.

    – Por mal manejo de los adultos, esto es debido a varios factores, como: a veces los padres, por salir a pasear o comer tranquilamente, obligan a los niños a dormir, y estos se resisten, otras veces amenazan al niño con ponerlo en la cama y esto hace que asocie la cama con el castigo; por no tener quien los cuide se los llevan para las fiestas de adultos hasta altas horas de la noche; por características personales de los padres, que trasmiten al niño una preocupación exagerada que tienen en cuenta al sueño, sacándole de la cama a la menor alteración.

    Autora:

    Dora Mola Rojas