La enfermedad hipertensiva posee un gran interés médico, por los efectos y la forma en que compromete la longevidad del paciente; sin embargo, frecuentemente la conducta adoptada por el paciente hipertenso con respecto a su enfermedad está muy lejos de ser la más adecuada. Si analizamos esta, nos damos cuenta que su génesis no es conocida en el 95% de los casos, e inciden en ella múltiples factores, entre los cuales se encuentra el desarrollo de estilos de vida inadecuados, con condicionamiento mutuo entre éstos y la falta de planificación de un tiempo diario para dedicarse a sí mismo en sentido positivo. La prevención de esta afección es la medida más importante y menos costosa. El perfeccionamiento de la prevención y control de la enfermedad es un gran desafío para todos los países, lo cual debe constituir una prioridad de las instituciones de salud, la población y los gobiernos, es por ello que el presente trabajo tuvo la misión de estudiar la calidad de vida como variable de relación con la hipertensión.
Aspectos teóricos sobre calidad de vida
La hipertensión arterial (HTA) es la más común de las patologías que afectan la salud de los individuos y las poblaciones en todas partes del mundo, y es una de las enfermedades crónicas que con más frecuencia padece el adulto. Se considera un problema de salud de proporciones epidemiológicas en el siglo XX Esta es considerada en los países occidentales como un relevante problema de salud pública, tanto por su trascendencia sanitaria, como económica y social. La HTA es un proceso insidioso que puede provocar accidentes cerebrovasculares, cardiopatía isquémica, y cuanto mayor sea la presión sanguínea, mayor será el riesgo de accidentes vasculares, de ataques coronarios, enfermedad arterial periférica e insuficiencia renal. Es responsable del 10% de las muertes en las poblaciones de países industrializados, así como de un alto número de invalidez
Recientes datos del Framinghan Heralt Study sugieren que los individuos normotensos mayores de 55 años tienen un 90 % de probabilidad de riesgo de desarrollar HTA (1).
Recientes ensayos clínicos han demostrado que un control efectivo de la PA se puede conseguir en la mayoría de los pacientes hipertensos, pero la mayoría precisará dos o más fármacos antihipertensivos. Los fallos de los médicos cuando aconsejan sobre estilos de vida, el uso de dosis inadecuadas de antihipertensivos ó combinaciones inadecuadas de fármacos, puede contribuir a un descontrol de la presión arterial (PA)(4).
El objetivo de la terapia antihipertensiva en salud pública es la reducción de la morbilidad y mortalidad cardiovascular y renal. Aunque la mayoría de los pacientes hipertensos, especialmente los mayores de 50 años, alcanzarán el objetivo de PAD después del PAS, el enfoque primario debe ser conseguir el objetivo de PAS. Tratar la PAS y la PAD hasta un objetivo de menos de 140/90 mmHg está asociado con un descenso en complicaciones cardiovasculares. En hipertensos diabéticos o enfermedad renales el objetivo de PA es < 130/80 mmHg (5).
La adopción de estilos de vida saludables por todos los individuos es imprescindible para prevenir la elevación de la PA y es indispensable como parte del manejo de los sujetos hipertensos. La modificación de los estilos de vida demostró descender la PA, incluyendo reducción de peso en obesos y sobrepeso, lo que a su vez se convierte en un indicador de calidad de vida de estos pacientes
En este tema, la utilización del concepto calidad de vida permite valorar las condiciones y estilos de vida de las personas y comunidades, para poder estimar el grado de progreso alcanzado y seleccionar las formas de interacción entre los hombres y de estos con el medio ambiente más adecuadas lo que nos permite acercarnos progresivamente a una existencia digna, saludable y con equidad. Este concepto en el marco de la salud y la enfermedad promueve acciones que acercarían cada vez más a estos polos que dividen la vida de las personas en sanas o enfermas (6).
En este sentido se puede desarrollar una justa valoración de la relación de este concepto con la Hipertensión Arterial como problema de salud.
Se puede destacar que las condiciones de vida estresantes, se hacen duraderas y dañan la calidad de vida, ya sean por situaciones externas (socioeconómicos) o internas (de personalidad). Esta constituye la ruta del estrés en las enfermedades crónico-degenerativas, que han ido ascendiendo a los primeros lugares del cuadro de morbilidad, entre las que se destacan las cardiovasculares y el cáncer. En la medida en que la sociedad se ha hecho compleja y agitada a un ritmo mayor al que ha evolucionado la adaptación psicobiológica del hombre, han aparecido trastornos de la alimentación, el ejercicio físico y otros con una amplia relación con otras enfermedades o trastornos como la hipertensión arterial (HTA) .
Por lo tanto, la calidad de vida permite asumir en la atención primaria un modelo básico de tratamiento ambiental que en una relación directa permitirá un mejor tratamiento a la Hipertensión Arterial (HTA.
La revisión de la información internacional, reveló el lugar primario que ocupa el mejoramiento de la calidad de vida de las poblaciones, en la actualidad, sobre la base de la relación directa que existe entre esta categoría y la salud, que se visualiza en los aportes otorgados de esta última a la vida plena de los ciudadanos y su integración al desarrollo social.
Existe en la actualidad una serie de indicadores de medición para trabajar la calidad de vida, entre los que se encuentran: los propuestos por la técnica Euroqol EQ-5D: movilidad, cuidado personal, actividades cotidianas, dolor y/o malestar y ansiedad y/o depresión. Todos estos permiten determinar en diferentes medidas el nivel de calidad de vida.
En el estudio de la calidad de vida existen sin embargo otros indicadores como la dieta, que tienen relación en el control y tratamiento de la hipertensión y que se basan en lograr un balance en la ingestión de alimentos ricos en potasio y calcio con una reducción de sodio, lo que es vital para la estabilidad de la PA. Con esto juega un papel activo la relación que se establece con la práctica de actividades físicas, como otro indicador de calidad de vida y la obesidad como factor de riesgo de vital importancia .
En el estudio de los factores antes expuestos juega un papel esencial el control que se desarrolle en el estudio y desarrollo de la calidad de vida de los pacientes, por lo que se debe valorar en que medida con una correcta estimulación en esta variable se logra una mayor eficiencia en el tratamiento de la HTA .
La elevación de la calidad de vida reduce la PA, aumenta la eficacia de los fármacos antihipertensivos y disminuye el riesgo cardiovascular. La calidad de vida es así una de las variables de vital control para los tratamientos de la hipertensión arterial (HTA) y es a la vez un complemento para estos.
Para comprender este análisis se hace imprescindible conocer que la proporción de control de la PA varía en las poblaciones minoritarias y es menor en mejicanos y en nativos americanos .En general, el tratamiento de la HTA es similar para todos los grupos demográficos, pero algunos factores socioeconómicos y estilos de vida pueden ser importantes barreras para el control de la PA en algunas minorías de pacientes .La prevalencia, severidad e impacto de la HTA están incrementadas en pacientes de raza negra. En este sentido se plantea que alguna relación guarda esta característica con el menor índice de calidad de vida que como promedio reconoció para estas poblaciones el informe de Desarrollo Humano de Naciones Unidas en el Año 2004.
También es de interés que más de dos tercios de las personas mayores de 65 años son hipertensos (15), etapa en la que se reconoce que de manera general aparecen otros indicadores que también afectan la calidad de vida. Esta es también la población con menores índices de control de la PA (16). Las recomendaciones en el tratamiento de los hipertensos ancianos, incluyendo los que padecen hipertensión sistólica aislada (HSA), deberían seguir los mismos criterios que en la población general hipertensa. En algunos individuos puede estar indicado el inicio con dosis bajas para evitar síntomas; sin embargo, son necesarios múltiples fármacos y dosis estándar en la mayoría de los ancianos para conseguir los objetivos apropiados de PA .
Junto a estas características de la hipertensión arterial se ha podido destacar que las múltiples terapias utilizadas centran su atención en el modelo clínico (18), pero que los modelos conductuales sugieren que la más eficaz de las terapias prescritas por los médicos de mayor experiencias controlarán la hipertensión arterial (HTA), solo si el paciente está motivado para tomar la medicación prescrita y para establecer y mantener estilos de vida saludables, lo que indiscutiblemente debe valorarse como resultado de la calidad de vida .
La actitud de los pacientes hipertensos está fuertemente influenciada por diferencias culturales, creencias y experiencias previas con el sistema de atención de salud (20). Estas actitudes deberían ser entendidas implícitamente por los médicos para crear confianza e incrementar la comunicación con pacientes y familiares.
La calidad de vida elevada y sobre todo en las condiciones del desarrollo de los individuos es indispensable como parte del manejo de los sujetos hipertensos, según reconoce: el Séptimo informe del Joint Nacional Committee sobre Prevención, Detección, Evaluación y Tratamiento de la Hipertensión Arterial, 2004.
Actualmente existe entre los investigadores un consenso en la valoración sobre el significado de la calidad de vida como una variable de vital importancia en la valoración sobre un sistema de salud (Balaguer, 2003), por ello en el tratamiento de la hipertensión en cualquiera de sus fases o indicadores tiene un papel importante la variable calidad de vida.
La calidad de vida es una categoría que se puede desglosar en niveles de particularidad hasta llegar a su expresión singular en el individuo. Y esto es posible porque la calidad de vida no se mide, sino se valora o estima a partir de la actividad humana, su contexto histórico, sus resultados y su percepción individual previamente educada, porque cuando no lo está el individuo puede hacer, desear o disfrutar actividades que pueden arruinar su salud o la de los demás.
La calidad de vida es una variable de un alto componente subjetivo y que explica el acercamiento del hombre a su medio en una relación de dependencia. Por esta razón, cada comunidad y cada individuo debe determinar qué entienden por calidad de vida, siempre que no se viole la ley, los intereses de la mayoría o del otro, ni la moral vigente .
La información referente a la calidad de vida de los pacientes hipertensos es escasa en nuestro medio e imprescindible para diseñar acciones dirigidas al control de este problema de salud, es por eso que en nuestro trabajo se pretende evaluar la calidad de vida de los hipertensos en el Municipio Santa Ana y así sobre bases científicas lograr al máximo el aprovechamiento de las oportunidades que brinda nuestro proyecto social.
El avance científico del mundo moderno y los grandes problemas que arrastra la humanidad contemporánea han hecho impostergable concentrar esfuerzos en el estudio de la calidad de vida. De la misma forma, ha crecido la demanda por varias especialidades, de que se estudien las características de las condiciones y estilos de vida en que proliferan muchas enfermedades, tanto por las características nocivas de la actividad y las costumbres de vida cotidianas, como por las condiciones sociales estresantes que la complejidad, arbitrariedad y velocidad del desarrollo que han generado.
El concepto calidad de vida que es utilizado en relación con la salud, la justicia y la ética, ha sido estructurado teniendo en cuenta los aportes de varias disciplinas de contenidos muy diferentes. Se define entonces como "La sensación subjetiva de bienestar del individuo" (Chartunedi, 1991). En su esencia, el concepto, presenta carácter valorativo, contextual e histórico, así como su fidelidad a los valores humanos.
En resumen, tanto la participación comunitaria, la acción intersectorial, como la descentralización favorecen a la expresión concreta de la salud y calidad de vida en el ámbito local .Lo que permite estudiar las variables de relación entre la enfermedad con su entorno en el contexto local, lo que debe ser la metodología de trabajo de nuestro sistema de salud (Balaguer, 2003).
Conclusiones
1. La elevación de la calidad de vida mejora la salud de los pacientes con Hipertensión Arterial.
2. Promocionar y promover actividades de salud que aumenten el conocimiento del mejoramiento de la calidad de vida en la población sana y enferma.
Bibliografía
1. Joint National Committee on Prevention Detection, Evaluation, and Treatment of High Blood Pressure. The sixth report of the Joint National Committee on Prevention, Detection, Evaluation, and Treatment of High Blood Pressure. Arch Intern Med. 1997.
2. González Pérez, U. El concepto de Calidad de Vida y la evolución de los paradigmas de las ciencias de la salud. Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana. 2001.
3. Sheps SG, Roccella EJ. Reflections on The Sixth Report of the Joint National Committee on Prevention, Detection, Evaluation, and Treatment of High Blood Pressure. Curr Hypertens Rep. 1999;1:342-345.
4. Quintero, G. y González Pérez, U. La Calidad de Vida, contexto socioeconómico en personas de edad avanzada. En: Buendía, J. (Editor). Gerontología y Salud. Perspectivas actuales. Ed. Biblioteca Nueva. Madrid. 1997.
5. Last JM, ed, Abramson JH, ed. A Dictionary of Epidemiology. 3rd ed. New York, NY: Oxford University Press; 1995.
6. Bradf Hill, A. Ambiente y enfermedad: Asociación o Causación. OPS. 1992.
7. Terris, M. Healthy Lifestyle. The perspective of Epidemiology. Conferencia Internacional sobre Estilos de Vida. Leningrado. 1990.
8. González Pérez, U. Vida afectiva, personalidad y respuesta inmunológica. En: Psicología y Salud. Parte VIII, Cap. 38. Editor: Núñez de Villavicencio, F. Editorial Ciencias Médicas. La Habana. 2001.
9. Grau, J. y González Pérez, U. Ética, Calidad de Vida y Psicología de la Salud. Conferencia en "V Congreso Nacional de Psicología de Santiago de Chile". 1997.
10. Vasan RS, Beiser A, Seshadri S, et al. Residual lifetime risk for developing hypertension in middle-aged women and men: The Framingham Heart Study. JAMA. 2002.
11. World Hypertension League. Measuring your blood pressure. Available at: . Accessed April 1, 2003.
12. Cushman WC, Ford CE, Cutler JA, et al. Success and predictors of blood pressure control in diverse North American settings: The Antihypertensive and Lipid-Lowering Treatment to Prevent Heart Attack Trial (ALLHAT). J Clin Hypertens (Greenwich). 2002;4:393-404.
13. Beaglehole, R., Bonita, R. y Kjellstrom, T. Epidemiología básica. OPS Washington, D.C. 2003
14. American Heart Association. Home monitoring of high blood pressure. Available at: http://www.americanheart.org/presenter.jhtml?identifier=576. Accessed April 1, 2003.
15. American Diabetes Association. Treatment of hypertension in adults with diabetes. Diabetes Care. 2003;26(suppl 1):S80-S82.
16. The Trials of Hypertension Prevention Collaborative Research Group. Effects of weight loss and sodium reduction intervention on blood pressure and hypertension incidence in overweight people with high-normal blood pressure. Arch Intern Med. 1997;157:657-667.
Autor:
Dr. Ignacio González Carballé
INSTITUCIÓN: SUM SIMÓN BOLÍVAR.
MUNICIPIO: YAGUAJAY.
PROVINCIA: SANCTI SPIRITUS.
SUM "Simón Bolívar "
Curso 2008-2009
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |