5. el psicólogo: quehaceres, saberes y poderes
"Hablar de los roles del psicólogo implica reconocer que en tanto actor social, debe interpretar personajes que le vienen dados dentro de equipos e instituciones de acuerdo a orientaciones y políticas que lo trascienden y que inscriben sus quehaceres concretos dentro de estructuras más amplias que implican concepciones del hombre, de la sociedad y de la vida… implica asumir el carácter de sujeto producido y determinado por las relaciones sociales y las circunstancias históricas que le toca vivir sin olvidar que es a la vez y dialécticamente "hacedor" de las mismas"24
A partir del estudio de estas instituciones se asoma la idea de que la construcción de los quehaceres de los psicólogos tiene que ver con demandas sociales que tienden a mantener el orden establecido, los mecanismos de segregación y control, con políticas sanitarias y de seguridad que se estructuran en beneficio de los grupos de poder. El rol del psicólogo se define en estos ámbitos, por el funcionamiento de ciertos dispositivos de exclusión, de relaciones de poder sobre los cuales se apuntala, más que por una preocupación por el estado de la salud mental de los individuos.
Así, la producción del psicólogo se hace posible en la trama que forman las condiciones político – económicas, el imaginario y demanda sociales, la organización institucional. Está atravesada también por unas determinadas relaciones de poder – saber que definen las modalidades simbólicas y materiales que adoptan la exclusión y el control en nuestra sociedad, y que distribuyen a los individuos en los diversos espacios sociales.
Las psicólogas Silvana Contino y Anabella Rodríguez afirman que"el rol del psicólogo se determina en el interjuego entre el rol denominado prescrito, el rol asumido y el rol desempeñado."25 Por eso insisten en que su posición en el Instituto Nacional de Criminología es bastante compleja, ya que si bien es la de psicólogas (terapeutas y psicodiagnosticadoras), al estar el instituto donde desempeñan su labor, el Centro de Reclusión de Libertad, bajo la órbita del Ministerio del Interior, también les corresponde desde lo administrativo, el cargo de policías. Desde el punto de vista social, el profesional de la psicología dentro de un campo tan difícil como el carcelario, estaría encargado explícitamente de la "rehabilitación" de los sujetos que están en la cárcel. Ahora si vemos la definición de la OMS, rehabilitar es un proceso por medio del cual se fomentan el desarrollo o creación de habilidades, es decir, procurar que el individuo vuelva a recuperar su equilibrio con el ambiente. Reinsertarlo en el medio como un miembro útil, activo, con derecho a ser feliz y a trascender como persona. El concepto de rehabilitación puede ser entendido como una forma de buscar una instrumentación técnica para poder cumplir el rol asignado, o sea, propender a la adaptación de los pacientes a las normas de la sociedad que los marginó; administrar la violencia del poder en la medida en que, suavizando asperezas, disolviendo resistencias, resolviendo conflictos engendrados por las instituciones se limite a permitir, mediante una acción técnica aparentemente reparadora y no violenta, la perpetuación de la violencia global. Hablar del encierro es, entonces, hablar de la constitución de un quehacer profesional como el psicológico que está imbricado de toda una política de los cuerpos y del alma, de la conciencia y del "inconsciente", de los buenos y los malos. Quehacer que no necesariamente está "encerrado", preso de esta política sino que desde estos lugares estratégicos puede hacer posible el cambio, la crítica, la denuncia, la alternativa26: "por eso es que entendemos que hay que construir un nuevo concepto de rehabilitación que nos aleje de esa función que se nos adjudica"27
6. Anexo: entrevista con psi. Nelson de león
Conclusiones Grupales
¿Qué es el psicólogo? ¿qué hace? ¿cómo lo hace? ¿cómo se hace? ¿qué es la Psicología?, son interrogantes que sin duda se construyen históricamente; las tentativas de respuestas también. Preguntarnos por la historia y funcionalidad de estos interrogantes, eso hemos querido hacer aquí, desarrollando a lo largo del trabajo las siguientes consideraciones:
Hacer una historia de una instituciones de encierro como el manicomio, la cárcel, la escuela, etc., es hacer una historia de lo que ha hecho posible la aparición de la Psicología en el Uruguay; más aún, la historia de lo que ha hecho posible la locura, nuestra experiencia de la locura. En este sentido, el hospital no es el lugar de cura de la enfermedad mental, es su condición de posibilidad, su creador.
Una historia de este tipo implica pasar por detrás del dualismo que puede alentar las consideraciones acerca de la relación entre medicina y psicología. Estos análisis se centran en la crítica de un poder médico que impide el desarrollo de la Psicología, inocente, desinteresada, "obligada" a transar momentáneamente con el proyecto positivista para poder ser reconocida social y científicamente. La medicina como victimaria y la psicología como víctima de un poder que se asemeja a aquel poder eclesiástico y "demoníaco" que, se dice, sometía en otros tiempos a la medicina naciente.
Encontrar las relaciones entre poder y saber que hacen posibles las alianzas entre las instituciones y las ciencias del hombre como la Psiquiatría y la Psicología.. En fin, plantearnos si el sistema de pensamiento, o forma de racionalidad que subyace a las ideas de que el confinamiento psiquiátrico y carcelario son, en último término, los mejores medios, o de los más eficaces y racionales, para curar las enfermedades y castigar las infracciones en una sociedad. Esto nos muestra lo injusto y peligroso que puede llegar a ser el hecho de la libertad de expresión individual, la cual consideramos imposible de lograr, en un mundo globalizado donde existe una estandarización de hombre "normal".
Obviamente, esta es la historia no de los personajes que contribuyeron al desarrollo de la psicología como disciplina científica en nuestro medio (Vaz Ferreira, C. Estable, Morey Otero, W. Radecki, A. Sicco, Perez Pastorin, etc.), sino que es "una historia que no es la de su perfección progresiva, sino la de sus condiciones de posibilidad… tal empresa no es tanto una historia, en el sentido tradicional de aquella palabra, como una arqueología"28 Se trata, pues, de tomar a la psicología no como cuerpo de conocimientos, sino como hecho y expresión de nuestra cultura moderna.
Tendremos que aclarar que lo que hemos cuestionado a la medicina o la psicología, es su función histórico – social (no intrínseca) de control y producción de sometimiento, no su valor científico. Tampoco se puede comprender a la sociedad sólo como una entidad encargada de la represión del individuo, pero no podemos dejar de mencionar esta función ya que es indispensable para la realización de la libertad, solidaridad en los grupos y los individuos.
Igual nos seguimos cuestionando hasta que punto los mecanismos de control utilizados por las sociedades de hoy, son los adecuados para la rehabilitación ,y a quienes favorece. Si la persona que sale de un encierro prolongado esta preparado para afrontar la "realidad exterior" y principalmente pensar proyectos de inserción en la sociedad. Este es uno de los aspectos más importantes a abordar en un futuro.
Marcelo:
Ha transcurrido una década y media desde la salida de la dictadura y el poder político nos invita mediante el uso de un lenguaje arcaico a llegar a un "estado del alma", de paz y acuerdo social. Los "desaparecidos" reaparecen en el teatro simbólico y político de lo social. La categoría (cristiana) de "revelación" (tal vez no sea casual que la Comisión de Paz esté presidida por un arzobispo) quiere volver a alentar la esperanza en un futuro de armonía en la comunidad mediante el develamiento de "la verdad" de lo sucedido. La incredulidad, como siempre, asoma. Sin embargo, lo que parece quedar intacto en todo esto son los mecanismos de poder, los sistemas de exclusión, desaparición (se podría decir que a sujetos como el loco o el delincuente se los hace desaparecer del escenario social mediante el encierro) y control que posibilitaron el terror de la dictadura. ¿En qué dirección se podrá hacer una historia, una genealogía como diría Nietzche, de ese poder? Los autores que aquí hemos trabajado la han hecho en el análisis de las formas de racionalidad, las prácticas e instituciones que sirvieron de apoyatura de los Estados totalitarios modernos. En este proyecto es que, a través de este trabajo, quisiéramos inscribirnos al estudiar la funcionalidad de las instituciones y de los quehaceres de los psicólogos en el orden del poder. Destapar el "inconsciente", el encubrimiento y el secreto que implican las relaciones de poder en la sociedad, romper el silencio desde la protesta pero también desde la propuesta; o integrarse a estos sistemas sin cuestionarlos ni reflexionar acerca de los efectos de poder que produce la intervención psicológica, me parecen que pueden ser desafíos que se debe plantear el psicólogo en la medida en que, como hemos visto, no podemos separar el escenario sociopolítico ni la coyuntura histórica y económica, del campo de la Salud Mental.
Notas
1 – Además del "viaje", las prescripciones médicas incluían también el reposo, el paseo, la actuación teatral, el retiro, la ruptura con el mundo artificial y vano de la ciudad. 2 – Foucault; Vigilar y castigar; pg. 225. 3 Barrán, J.P.; La ortopedia de los pobres; pg. 40. En el manicomio se separaban a los pacientes tanto por sus diferencias económicas (habían en el Vilardebó pacientes "pensionistas" donde los familiares abonaban un cuota por el servicio hospitalario y por el otro lado los abandonados, indigentes absolutos). Políticas, de edad y de antigüedad. El manicomio como guardián del orden social. 4 – Goffman, E.; Internados; pg 18. 5 – Ferrarao, Renee; Frechero, A. y otros; Algunas reflexiones acerca del quehacer del psicólogo en una institución psiquiátrica; en Revista Universitaria de Psicología; pg. 43. 6 – Segregar: en el doble sentido de excluir o apartar una cosa de otras, pero también de secretar, es decir, salir en este caso de la sociedad aquello que ella misma produce para un determinado fin. 7 – Foucault, M.; Vigilar y castigar, pg. 197-198. 8 – Foucault, M.; Historia de la locura en la época clásica II, pg.146. 9 – De León, N.; La locura y sus instituciones; en III Jornadas de Psicología; pg. 162. 10 – Fouacult; Vigilar y castigar; 261-299. 11- Barrán, J.P.; Historia de la sensibilidad en el Uruguay, Tomo I, La cultura bárbara, pg. 227. 1824 – Creación de la Casa Cuna, asilo para niños expósitos; 1831 – Proyecto de ley para la abolición de la pena de muerte. 1848 – Prohibición de los castigos físicos en las escuelas. 12 – Barrán, La ortopedia de los pobres; pg. 16. 13 – Citado en Pérez Gambini, C.; Historia de la Psicología en el Uruguay; pg. 89. 14 – En este sentido se puede leer el nacimiento del psicoanálisis como la secularización de las prácticas hermenéuticas cristianas de la confesión, dirección espiritual y examen de conciencia. 15 – Foucault, M.; Enfermedad mental y personalidad, pp. 90-91. 16 – Foucault, M; Historia de la locura en la época clásica I, pg. 86. 17 – Giménez, E. C.; Morir de alcohol; pg 104; Ed. Alianza. 18 – Cf. Psicoanálisis y transversalidad. 19 – Deleuze, G.; Guattari, F.; El AntiEdipo; pg. 121. 20 – Castel, Robert; La gestión de los riesgos, de la antipsiquiatria al postanalisis; pg. 9. 21 – Desde otro punto de vista, Pérez Gambini nos recuerda la influencia europea y estadounidense en el desarrollo de la Psicología uruguaya; Historia de la Psicología en el Uruguay; pg. 108. 22 – De Gaudemar, Jean Paul, Para una genealogía de las formas de disciplina, en Espacios de poder, pg 100. El modelo panóptico hace referencia a una arquitectura carcelaria creada por Bentham en el siglo XIX en la que un sujeto puede vigilar a todos los presos sin ser visto por ellos. 23 – Donzelot, Jacques, Espacio cerrado, en Espacios de poder, pg 50. 24 – Giorgi,V.; El psicólogo: roles, escenarios y quehaceres; pg. 10 25 – El rol del psicólogo en el ámbito carcelario: ¿un lugar de trabajo posible?; en AA. VV; El psicodiagnóstico en sus diferentes ámbitos; pg. 101. 26 – Emiliano Galende opina que "la lucha contra toda forma de internamiento, que llevaron adelante todas las formas psiquiátricas de la segunda mitad del siglo, sigue siendo la consigna clave para asegurar la liquidación de la medicina especial que sostuvo el asilo. Esta lucha debe expresarse en dos direcciones: a) una des-especificación de los espacios psiquiátricos, que haga de los establecimientos de internación que perduran, lugares transitorios de vida, regulados por prácticas no psiquiátricas: casas colectivas de tránsito para resocialización, granjas que implementen tareas colectivas de readaptación para problemáticas no diferenciadas (psicóticos, drogadictos, desocupados, etc.); b) desinstitucionalización psiquiátrica de problemas que deben cubrirse en otras áreas: ancianos, menores delincuentes, oligofrénicos, conductas asociales, alcoholistas, etc., de modo de ser cubierta por espacios institucionales de solidaridad y previsión, justicia, medicina, etc." Psicoanálisis y salud mental; p. 209. 27 – Renee Ferraro, y otros; Algunas reflexiones acerca del quehacer del psicólogo en una institución psiquiátrica; pg. 46. 28 – "…a history which is not that of its growing perfection, but rather that of its conditions of possibility… such an enterprise is not so much a history, in the traditional meaning of that word, as an archaeology". La traducción es nuestra. Foucault, M.; The order of things; pg. xxii.
8. Bibliografía
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Docente: Mónica Reigía Estudiantes: Alvaro Palombo, Diego Nodar, Madelein Herrera Marcela Perrone, Marcelo Real, Valeria Gallo, Valeria Tort Grupo: M3 Miércoles 12:30 – 14:00 hs. Encargado: Leonel Elola
Autor:
Marcelo
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