Algunas herramientas para la educación de adultos: comunicación educativa y aprendizaje cooperativo
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Indice1. Introducción. 2. La comunicación educativa. 3. El aprendizaje cooperativo. 4. El proceso de formación grupal. 5. Conclusiones.
La educación es un derecho para todas las personas, hombres y mujeres, de todas las edades, en todo el mundo. La educación es capaz de ayudar a garantizar un mundo más seguro, más sano, más próspero y ambientalmente más puro, simultáneamente contribuye al progreso social, económico y cultural, a la tolerancia y a la cooperación internacional. Según La Declaración Mundial sobre Educación para Todos, la educación básica deberá proporcionarse a todos los niños, jóvenes y adultos. Para este fin, habrá necesidad de aumentar los servicios y tomar medidas coherentes para reducir las desigualdades educacionales y suprimir las discriminaciones en el acceso a las oportunidades de aprendizaje. Los enfoques activos y participativos son especialmente valisoso para asegurar las adquisiciones del conocimiento y para permitir al sujeto alcanzar su máximo potencial. La educación de adultos engloba todas las acciones formales y no formales que tienen como destinatario a un individuo que concurse o realice alguna acción educativa a posteriori de la edad obligatoria para tal acción. El capítulo II de la Ley General de Educación del 8 de febrero de 1994 reglamenta la educación de adultos en Colombia.. El artículo 50 define a la educación de adultos como aquella que se "ofrece a las personas en edad relativamente mayor a la aceptada regularmente en la educación por niveles y grados del servicio público educativo, que deseen suplir y completar su formación, o validar sus estudios…" El artículo 51 establece los objetivos específicos de la educación de adultos:
- Adquirir y actualizar su formación básica y facilitar el acceso a los distintos niveles educativos.
- Erradicar el analfabetismo.
- Actualizar los conocimientos, según el nivel de educación.
- Desarrollar la capacidad de participación en la vida económica, política, social, cultural y comunitaria.
¿Qué se necesita de la educación de adultos?
- Determinar cuáles deben ser los conocimientos básicos de los adultos de la comunidad donde se realiza la acción educativa.
- Planificar y organizar las actividades con la participación de los educandos y evaluar tanto los productos como los procesos de aprendizaje.
- Desarrollar estrategias que coloquen la escuela al servicio real de la comunidad y en el papel de institución impulsadora de transformaciones en la realidad social.
- Diseñar y ensayar modelos curriculares, métodos de aprendizaje, materiales educativos de apoyo y procedimientos de evaluación, así como registrar y analizar las ventajas y las desventajas de las correspondientes aplicaciones.
- Obtener datos cualitativos sobre las causas de inasistencia y de deserción de los alumnos.
- Intercambiar experiencias con otros maestros.
- Coordinar e integrar sus tareas con agentes de otras áreas, no específicamente educativas y con miembros de la comunidad.
Una vez discutidos estos temas, pasaremos a analizar algunas alternativas instruccionales que pueden ser útiles en cuanto a la educación de adultos.
2. La comunicación educativa.
Dada la relevancia que presenta la comunicación educativa en nuestra propuesta de modelo didáctico hemos extraído y analizado algunas reflexiones que consideramos de gran valor del libro Comunicación, personalidad y desarrollo, del autor cubano Fernando González Rey. Una educación centrada en la persona exige la ruptura de los vínculos autoritarios y unidireccionales, debe implicar al sujeto en su proceso de aprendizaje, lo cual sólo puede lograrse a través de la comunicación. En una comunicación desarrolladora los sujetos implicados están en un contacto personalizado de profundo valor motivacional y es a través de esta motivación compartida que expresan los intereses personales que se integrarán en el vínculo interactivo. La comunicación desarrolladora es simultáneamente un proceso colectivo y de profundo sentido personal para los participantes, que no puede separarse de su valor social. La comunicación es proceso en tanto permanentemente lo construye y dirige el sujeto a través del sentido subjetivo de la relación y de su momento interactivo actual. Aunque es dirigido intencionalmente por el sujeto, el proceso no se reduce ni subordina a esta orientación intencional. La comunicación trasciende metas, objetivos y representaciones, es un proceso vivo, donde cada momento actual tiene un nuevo sentido. Durante muchos años el predominio conductista en la Psicología Educativa ubicó el aprendizaje en una perspectiva totalmente instrumental y externa. El centro del aprendizaje radicaba en el método, considerando la relación profesor – alumno no imprescindible en el acto de aprender. Las diferentes tendencias que han fragmentado a la Psicología como ciencia a lo largo de la historia, han dificultado el nivel de integración que permite comprender al aprendizaje, como un proceso humano complejo, el cual se expresa como configuración subjetiva y proceso interactivo. Para ubicar el aprendizaje en la subjetividad el autor plantea, entre otras cosas, el explicarlo como:
- un proceso diferenciado a nivel individual,
- resultado de una interacción funcional entre lo cognitivo y lo afectivo
- expresión intencional de un sujeto interesado en aprender
El apoyarse en estos principios implica, necesariamente, ubicar el proceso en un marco interactivo lo cual conlleva reconocer, entre otros aspectos:
- el carácter necesario de la comunicación en el proceso de construcción del conocimiento
- el aprendizaje como un proceso de cooperación, de integración
Para que se produzca un aprendizaje activo y creativo es necesario el desarrollo de una elevada motivación personal hacia este proceso; en ella tienen un papel primordial las relaciones de comunicación que se establezcan para el desempeño de la actividad. Comprender el aprendizaje como proceso de comunicación implica, según criterio del autor que compartimos, la utilización del diálogo y del trabajo conjunto profesor – alumno y alumno – alumno en el proceso de construcción del conocimiento. La comunicación adquiere un significado para la construcción del conocimiento en los siguientes aspectos:
- Creación de una atmósfera interactiva sana, que estimule el respeto, la confianza, la motivación y la aceptación recíproca.
- Construcción del conocimiento a través del diálogo, lo que implica una labor de búsqueda y reflexión conjunta.
- Que los momentos interactivos conduzcan a una implicación individual que dé continuidad al proceso de construcción del conocimiento en el plano individual.
Entre las acciones comunicativas más importantes está el diálogo. La construcción del conocimiento a través del diálogo no niega la presencia de momentos expositivos por parte del profesor ya que todo nuevo tema de enseñanza debe ser presentado, organizado y explicado por él. Esta explicación debe intentar cumplir con los siguientes requisitos:
- Presentar el material, siempre que sea posible, a través de distintas alternativas para la comprensión del alumno, lo cual estimula su posición de búsqueda activa.
- Tratar de vincular el objeto de estudio con la experiencia que el alumno tiene, con significados que posee de su vida cotidiana.
- Dejar espacio para que los alumnos ejecuten lo aprendido, lo cual será conveniente en pequeños grupos en que participen todos sus integrantes.
- Mantener contacto con los grupos de trabajo que laboran simultáneamente, con vistas a responder y hacer preguntas.
- Estimular el desarrollo de formas individuales de construcción del conocimiento, entregar problemas o alternativas diferentes de un mismo problema a cada uno de los miembros de los grupos de trabajo.
En la interacción del aprendizaje, la evaluación constituye también un proceso comunicativo que acompaña de forma estable el proceso evolutivo del aprendizaje. En dicho proceso el estudiante se siente retroalimentado permanentemente durante la construcción de su conocimiento, así como estimulado e informado con precisión para pasar a una nueva etapa del proceso. Una evaluación individualizada, en la cual el profesor sigue el curso progresivo de la lógica y de las operaciones del alumno en el aprendizaje, cumple las funciones de retroalimentación y corrección, motivación, profundización de las relaciones con el alumno y organización del proceso de aprendizaje.
3. El aprendizaje cooperativo.
El aprendizaje cooperativo es la utilización instruccional de pequeños grupos de manera que los estudiantes trabajen juntos para maximizar su propio aprendizaje y el del resto. La idea es simple. Los miembros de un aula se dividen en pequeños grupos después de recibir información instrucciones del profesor. Entonces ellos trabajan a través de las asignaciones hasta que todos los miembros del grupo la han entendido y completado con éxito. En las situaciones de aprendizaje cooperativo existe una interdependencia positiva entre la obtención de los objetivos de los estudiantes; los estudiantes perciben que pueden alcanzar sus objetivos de aprendizaje si y sólo si otros estudiantes del grupo también alcanzan sus objetivos.
Potencialidades del aprendizaje cooperativo. Una de las fuentes de resistencia al uso de los grupos de aprendizaje cooperativo es la falta de convicción de que el aprendizaje cooperativo funciona mejor que los esfuerzos competitivos o individualistas. De la investigación, conocemos que la cooperación, en comparación con los esfuerzos competitivos e individualistas, típicamente trae como resultado:
- un más alto logro y mayor productividad
- más relaciones de ayuda
- mayor salud psicológica, competencia social y autoestima.
El más potente efecto que la cooperación tiene en múltiples salidas hace al aprendizaje cooperativo uno de las herramientas que tienen los educadores. Cuando se describe un curso que utiliza grupos de aprendizaje cooperativo, se quiere destacar que una parte significativa del trabajo requerido para el curso (en el aula, laboratorios de computación, en casa), involucra estudiantes en interacción regular con los miembros de su grupo. Es decir, que el curso es estructurado de manera que los estudiantes están involucrados o participan en una cantidad significativa de trabajo grupal; donde los estudiantes necesitan comunicarse con los demás regularmente y a menudo. Durante el intento de comunicar ideas a otros miembros de su grupo, los estudiantes deben aclarar su forma de pensar acerca de un problema o concepto. Esta discusión debe ocurrir con la suficiente regularidad y a un nivel tal que los estudiantes comiencen a reconocer y corregir sus propios errores. Se debe estimular el desarrollo por parte de los estudiantes de un sentido de pertenencia al grupo. A veces le solicitamos a los miembros del grupo el seleccionar un nombre para su grupo. Las actividades que requieren la entrada en funciones del grupo son identificadas más por el nombre del grupo que por los nombres de individuos. Cuando los miembros tienen dudas, deben referirse a su grupo o pedir lo que el grupo intenta encontrar. Las actividades del curso son diseñadas de manera que el espíritu de cooperación permee cada faceta del curso. Se espera que los miembros del grupo sean de alguna manera responsables de cada uno. Otra estrategia es hacer que los estudiantes realicen una prueba individualmente, y luego reunirse en grupos para hacer de nuevo la misma prueba usando su conocimiento colectivo; en la mayoría de los casos, la nota del grupo es más alta que cualesquiera de las individuales. Mientras que el desempeño de un individuo puede ayudar al grupo, una actuación no adecuada puede dañar al grupo. De esta manera transcurren las cosas en la vida real (familias, equipos de proyectos de trabajo, deportes). Si un miembro de la familia o el equipo se destaca, todos se benefician; si uno de ellos falla, todos son penalizados por las consecuencias naturales del error de una persona.
Características del aprendizaje cooperativo. Cuando hablamos de aprendizaje cooperativo se deben tener en cuenta los siguientes aspectos:
- una parte significativa del trabajo es realizado en grupos cooperativos
- la existencia de un espíritu de pertenencia al grupo
- los miembros del equipo comparten un sentimiento de responsabilidad
- la membresía del grupo es permanente y estable
- el trabajo grupal es incluido en el proceso de evaluación
El efecto del aprendizaje cooperativo en las actitudes. Las investigaciones y evidencias anecdóticas indican que los estudiantes que usan en aulas el aprendizaje cooperativo, pueden desarrollar una actitud más positiva sobre sí mismos y la asignatura. Por ejemplo, estudiantes que al principio del curso eran muy desconfiados acerca de sus habilidades, llegaron a pensar que podían hacer tanto como los otros de su grupo al final del mismo. Estudiantes expresaron su deseo de ayudarse a sí mismos y de ayudar al resto. Después de participar en esta forma de aprendizaje cooperativo, los estudiantes estaban más deseosos de probar sus ideas y explorar nuevas y mejores vías de resolver viejos problemas.
Consideraciones socio – académicas. Recientes estudios en aprendizaje cooperativo parecen indicar que no es posible separar el aspecto social del educacional. Vidakovic (1992) plantea: Durante el trabajo conjunto en pequeños grupos, los estudiantes se enrolan en dos tipos de resolución de problemas. Por un lado intentan resolver los problemas de manera correcta, y por el otro tienen que resolver el problema de trabajar en conjunto de manera productiva.
Interacción social y aprendizaje. Aunque Piaget no escribió extensamente sobre el tópico de la interacción social, su trabajo contiene cierto número de implicaciones concernientes con el papel de este tipo de experiencia, particularmente con la importancia de las interacciones entre sujetos en el proceso de aprendizaje. Piaget indicó que las oportunidades para aumentar la capacidad para ver los puntos de vista de otros son mucho más comunes cuando los aprendices discuten las cosas con otros. Los sujetos que desean comunicarse y ser comprendidos deben adaptarse a las necesidades informativas del que escucha. Cada persona debe enfrentar la realidad de las diferentes perspectivas humanas cuando están involucrados en la discusión de un grupo activo. La cooperación con otros estudiantes en la discusión ayuda al sujeto a aprender cómo tomar en cuenta los diferentes puntos de vista. Cuando los estudiantes comparten un objetivo, el resultado de tratar de alcanzarlo, debido a las diferentes perspectivas, conducen al conflicto cognitivo. Resolver tales conflictos llevan directamente al desarrollo cognitivo.
4. El proceso de formación grupal.
Los grupos heterogéneos son más propensos a traer como resultado una mezcla de experiencias de vida que llevan a múltiples puntos de vista a medida que los estudiantes trabajan para resolver problemas. Se ha encontrado que la dimensión del grupo afecta sus habilidades de ser productivo. Existe consenso en la literatura acerca del aprendizaje cooperativo que el tamaño ideal del grupo es de cuatro estudiantes por lo siguiente:
- cuatro estudiantes pueden dividirse en subgrupos de dos estudiantes y luego reportar al grupo;
- grupos heterogéneos de cuatro permiten una adecuada combinación de talentos individuales, así como la posibilidad de un balance de géneros (con dos hembras y dos varones);
- un grupo de cuatro puede sustentarse a sí mismo si uno de los estudiantes se ausenta o causa baja del grupo;
- un grupo de cuatro fomenta hábitos de trabajo efectivo, conversación estructurada y pensamiento reflexivo.
Se recomienda que los grupos sean formados tan pronto como sea posible en el semestre de manera que el proceso de integración al grupo y la construcción del espíritu de pertenencia pueda comenzar pronto. Sin embargo algunos autores toman cerca de un par de semanas para formar los grupos permanentes. Una de las maneras de hacerlo es formar pares, y luego de observar los hábitos de trabajo de los estudiantes y la resolución de problemas o situaciones del laboratorio de computación, casar las parejas o realizar algún otro ajuste para formar los grupos finales. Sin embargo, los instructores deben tener cuidado de no tomar demasiado tiempo para completar el proceso de selección. Una vez que los grupos están formados, su primera tarea (un primer paso en el proceso de construcción del grupo) es seleccionar el nombre del equipo o grupo. Ya sea realizado mucho más allá o durante las primeras semanas, los autores estiman que lo mejor es tener grupos permanentes establecidos al final de la segunda semana de clases.
Involucrar a los estudiantes en el proceso de formación del grupo. Aunque los instructores pueden jugar el papel principal en la formación de grupos, existen circunstancias donde la participación de los estudiantes en la formulación del proceso de formación del grupo puede ser preferible. Algunos autores han tenido mucho éxito al seleccionar grupos basados en las preferencias de los estudiantes. Otros autores han reportado éxito involucrando a los estudiantes en un proceso de auto – selección para la formación del grupo.
¿Cuáles son los diferentes modos de operación de un grupo? Una de las cosas observadas por cualquiera que intente utilizar el aprendizaje cooperativo en la enseñanza es que el organizar al aula en grupos no determina automáticamente cómo cada grupo va a funcionar. Cuando un curso incluye la asignación regular de tareas a grupos, entonces cada grupo se enrola rápidamente en uno u otro de los siguientes modos de operación:
- el grupo completo realiza cada problema
- el grupo se divide en subgrupos que se reúnen antes, durante y después de enfrentar la tarea para comparar los resultados
- cada sujeto realiza todos los problemas y el grupo se reúne para comparar los resultados antes, durante y después de enfrentar la tarea.
Es raro el caso en que un grupo opera de un sólo modo todas las veces. En general, un grupo utiliza una mezcla de estos tres modos, y mediante la observación del grupo, el instructor puede tener una estimación de la distribución que ocurre.
¿Qué tareas realizan los grupos? Ya se ha discutido la formación de grupos, ahora examinaremos justamente qué hacen los instructores y sus estudiantes que hace a los miembros del grupo construir su propio conocimiento. Los grupos de aprendizaje cooperativo desarrollan diferentes tipos de problemas en cualesquiera de los tres pasos siguientes:
- actividades informales que introducen un concepto, frecuentemente a través de la investigación de ejemplos;
- tareas para la clase que organizan los gérmenes de las ideas desarrolladas en las actividades;
- ejercicios, incluyendo problemas tradicionales de tarea para la casa, que requieren la aplicación y el reforzamiento del concepto que está siendo estudiado.
Tareas en el aula. Después que los estudiantes han asistido a las actividades durante las sesiones de problemas, los autores recomiendan que la mayoría de los siguientes períodos de clase sean dedicados a tareas, problemas que los estudiantes trabajan en sus grupos y que luego son discutidos por el aula completa. Durante el trabajo en grupo, el instructor puede moverse de un grupo a otro para observar su progreso, para proporcionar ayuda pidiendo a los estudiantes aclarar un punto, discutiendo una estrategia de resolución de problemas y respondiendo algunas preguntas. Con ese procedimiento, cada estudiante tiene tiempo de comprender el problema y de discutirlo adecuadamente con estudiantes a los que conoce bien. Cuando varios grupos parecen haber arribado a una solución grupal o cuando ha pasado el tiempo pre – determinado, el instructor pide a uno de los grupos que presente la respuesta grupal (o parcial) como base para la discusión para toda la clase. Otros grupos pueden ampliar, aceptar y criticar la respuesta a medida que la discusión continúa. En la conclusión de la discusión, el instructor puede aportar algunas ideas, introducir definiciones formales y teoremas o confirmar estrategias de resolución de problemas efectivas. El vocero para un grupo durante la discusión puede ser selecionado de varias maneras. Al comienzo de cada período de clases, cada grupo puede elegir un representante del grupo para hablar en su nombre. O diferentes miembros del grupo pueden ser obligados a hablar durante cualquier período de clases. El instructor puede llamar a un estudiante individual para presentar las ideas de su grupo a la clase. A lo largo del curso del semestre (sino en cada turno de clase), cada miembro de la clase debe haber tenido la oportunidad de representar al grupo y de interactuar con el instructor durante la discusión con toda el aula. De esta manera, se maximiza el involucrar a los estudiantes individuales. Ejercicios después del estudio de un concepto. Luego que los estudiantes han tenido la oportunidad de construir sus ideas enfrentando las actividades previas a la clase y han trabajado con estos conceptos al realizar las tareas en el aula, se les entrega un conjunto de ejercicios. Estos ejercicios son problemas tipo diseñados para reforzar los conceptos que han sido discutidos y para retar el pensamiento de los estudiantes.
El control y el aprendizaje cooperativo. Ya que estimamos que el aprendizaje cooperativo promueve el aprendizaje individual y que los estudiantes piensan que los exámenes indican el énfasis de un curso, recomendamos usar las situaciones de control para fomentar la cooperación. El uso de exámenes grupales, la preparación del grupo para pruebas y el promedio del grupo de pruebas individuales estimulan el espíritu de equipo de los estudiantes en un grupo de aprendizaje cooperativo. A los estudiantes se les responsabiliza con el aprendizaje de otros miembros de su grupo y cada estudiante se beneficia de la interacción. En conclusiones, el trabajo cooperativo como estrategia pedagógica no es una panacea, pero sí un potencial para lograr aprendizajes significativos.
El Derecho a la Educación es uno de los derechos fundamentales del hombre. Una cosa es la obligación del Estado, la Sociedad y la Familia en el sentido de ofrecer al educando las condiciones indispensables para que acceda a su educación en el nivel mínimo, mientras llega a la edad en que pueda continuar preparándose por su propia cuenta; y otra, muy distinta el derecho que tiene toda persona a educarse o perfeccionar su formación académica, independientemente de su edad.
Autor:
Ulises Mestre Gómez.
Doctor en Ciencias Pedagógicas. Más de 15 años como profesor universitario. Docente y coautor de los textos para la Maestría en Ciencias de la Educación de las asignaturas Diseño curricular y Dinámica del proceso de enseñanza – aprendizaje. Docente de las asignaturas Didáctica de la Educación Superior e Informática educativa. Asesor de la Vicerrectoría Académica y Coordinador del Programa de Maestría en Ciencias de la Educación Superior de la Universidad de Oriente en el Centro Universitario de Las Tunas. Miembro de su Tribunal y Comité Académico. Asesor de la Universidad del Pacífico