Descargar

El capitán Abdón Senén Calderón Garaycoa y su estirpe gloriosa (página 2)

Enviado por luis pacheco


Partes: 1, 2

Como es conocido, 1827 es el año más trágico para el Libertador Bolívar, en especial los últimos meses, conoció la sublevación de la III División colombiana en Lima, la traición de Santander, la violación de la disciplina militar, etc., pero a pesar de su insondable dolor, Bolívar no olvida a su gran amor, para quien no tiene más que palabras de elogio, de ternura, de afecto, expresadas tan sublimemente así: "Bogotá, 16 de noviembre de 1827.-A la familia Garaycoa: ¡Mis dignas amigas! ¿Conque están Uds. libres? Bien va todo. He sabido con gozo y gratitud que Uds. han sido Colombianas y Bolivianas; bien va todo. Gracias merecen Uds. y las otras queridas amigas que no han querido apostalar. ¡Si las bellas son siempre heroicas!. No hay remedio. Ustedes. Ustedes lo valen todo. La Gloriosa se ha portado y el Gloriosito también. ¡Loor eterno a mi Gloria!. Los varones Garaycoa son dignos de su nombre; yo les doy las enhorabuenas. A la viuda y a la mamá grande y al padre y a las niñitas también, a todos, en fin, les mando un millón de expresiones amistosas y gratas. Deseo verlas y verlos. Afectísimo y atento amigo".-Bolívar.-

Bolívar retornó al Ecuador el 17 de marzo de 1829 con motivo de la guerra colombo-peruana, cuando el Mariscal Sucre, había triunfado sobre el General La Mar y la perfidia del ejército peruano en los campos de Tarqui. Como La Mar no cumplió con el Tratado de Girón, el Libertador se puso al frente del Ejército para por la fuerza recuperar Guayaquil y el 26 de junio de 1829 se instaló en la Hacienda de Buijo, ubicada frente a Guayaquil en la confluencia del Daule y Babahoyo. Bolívar ingresó a Guayaquil victorioso, luego de la retirada de La Mar, pero el 10 de agosto de 1829, se enfermó muy gravemente al punto de ponerse al borde del sepulcro. Su recuperación la realizó en la Isla Santay, sitio en el cual pasó desde el 31 de agosto hasta los primeros días del mes de octubre; el 20 de este mes arribó a Quito y el 29 se encaminó a Bogotá, con el fin de asistir al Congreso Admirable, génesis del horroroso crimen de Berruecos y de la trágica peregrinación a Santa Marta, del Libertador Bolívar, el novio sentimental de la gentil cuencana Carmela Calderón, a quien la escribe y dice:"Quito, 26 de octubre de 1829.-Mis damas y señoras, Gloriosita, Loca, etc.: Con suma satisfacción he recibido la muy apreciable de ustedes. No puedo negar que ustedes me harán ir al cabo del mundo sólo por tener el gusto de rendirles mis cordiales agradecimientos. Son ustedes tan buenas conmigo que no es posible más!!. La Gloriosa tiene razón de quererme porque yo la amo de amor y gratitud. Mi señora doña Manuela con más aprecio y la misma amistad tiene derecho a toda mi consideración y respeto,-¡que no se ofenda la primera!. A la señora madre y niñas que no tengan cuidado por los godos, y que soy a sus pies, el que más la adora y respeta. Se entiende a Carmelita y las hermanitas son las adoradas.

Soy con toda consideración y afectuoso rendimiento".-Bolívar.

Hasta la presente no se conocen, ni una sola de las cartas enviadas por las Garaycoa al Libertador, posiblemente porque éste las destruía una vez que terminaba de leerlas, ya que Bolívar era un perfecto caballero, amante discreto, y además, debía mantener la discreción. La abundancia de los amores del Libertador, están a luz, pero entre los recónditos tenemos a Manuela Madroño, Fanny du Villars, Luisa Crober, Teresa Aristeguieta, Isabel Soublette, Pepa Núñez, Josefita Madrid, Anita Lenoit, Teresa Toro, Manuelita Sáenz y claro "La Gloriosa", Carmencita Calderón Garaycoa, "la Afable Loca".

Francisco Calderón Garaycoa

edu.red

Francisco, el último de los hijos del matrimonio Calderón-Garaycoa; símbolo de patriotismo y valor imponderable, nació en Cuenca en 1809 y fue menor que Abdón.

A los once años de edad militó en la Goleta "Alcance", defendiendo nuestras tierras contra la Marina española el puerto de Guayaquil.

En noviembre de 1820 a los pocos día del triunfo de la Revolución del 9 de octubre, en Guayaquil, se alistó en las filas republicanas, en calidad de Guardiamarina, hasta terminar con la gloriosa rendición del sitio del Callao en enero de 1826.

El 5 de septiembre de 1821, el Coronel Manuel Antonio de Luzarraga, uno de los jefes de las Fuerzas Republicanas, dirige un documento al Presidente y Vocales de la Junta de Gobierno de Guayaquil y expresa "Exmo. Señor: Francisco calderón. Joven de doce años…ha servido de clase de Guardiamarina, sin despacho, ni goce, desde los primeros días de noviembre del año pasado…"-es decir de 1820, en conclusión tenemos que el año de nacimiento es el correcto, así como que Francisco se alistó a los once años de edad.

Este "Soldado Niño", no llegó a conocer a su padre, porque nació uno de los días del mes de septiembre de 1809, fecha que corresponde a la que el autor de sus días fue confinado a Guayaquil y lamentablemente quedó en la orfandad a los tres años y meses de edad. En 1813 su madre se traslada a Guayaquil, lugar donde Francisco aprendió las primeras letras y una esmerada educación científica y patriótica, llegando a comprender la magnitud del crimen perpetrado con su señor padre, por la tiranía de España; juró vengar la sangre de aquel martirio e izar victorioso el estandarte patrio, "Los Calderón.-Abdón y Francisco-crecieron oyendo el continuo narrar las atrocidades cometidas por los españoles con su padre", juraron los dos ir contra el enemigo común de esa época. Abdón se enlistó en las tropas republicanas, al mismo tiempo que Francisco ingresaba a la Marina en 1820.

Como prueba fehaciente de su ingreso a la Marina nos proporciona el siguiente documento:"Exmo. Señor.-D. Francisco Calderón joven de doce años, natural de esta ciudad, ha servido en clase de Guardiamarina, sin despacho ni goce, desde los primeros días de noviembre del año pasado. Su aplicación y disposición para entrar en la honrosa carrera de un buen militar Marino es de la mayor recomendación; su comportamiento y formalidad exceden con mucho de aquellos que hacen honor a su país. Su afición es tal que aun no ha habido salida a que no hubiere asistido, incluso la que hizo en la Goleta "Alcance" a la persecución de las lanchas alzadas: en momentos del combate siempre ha demostrado mucha frescura y despejo; ya por todas estas consideraciones, cuanto por su acendrado patriotismo, elevo a consideración de V.E. para que protegiendo a un joven de tan bellas disposiciones le conceda el Despacho y goce de Guardiamarina de Preferencia, con la antigüedad de su servicio.-Dios Guarde a V.E. m.a.-Guayaquil, 5 de septiembre de 1821.-Manuel Antonio de Luzurraga.-Exmo. Presidente y Vocales de la Suprema Junta de Gobierno.-Aprobada".

Triunfante la revolución del 9 de octubre, ordenó la Junta de Gobierno, extender el nombramiento, de Capitán de Puerto o Jefe de las fuerzas sutiles, al Coronel Manuel Antonio de Luzurraga, uno de los propietarios de la Goleta "Alcance", la primera que adquirieron los próceres para la defensa de sus ideales. En nuestra historia es conocida como: "Alcance", "Escobedo" y "Patria". Luego la goleta fue armada con doce cañones, se la dotó de una buena guarnición con más de cien hombres, lista para cualquier eventualidad, entre la dotación se encontraba el niño Francisco Calderón.

El 11 de octubre de 1820, al mando de su tío político, el General Villamil, la goleta "Alcance", inicia la persecución a varias lanchas cañoneras contrarias a los planes de la revolución, además y como objetivo principal debían dar aviso a la Escuadra chilena de los planes del movimiento político de Guayaquil, llevando una comunicación de los miembros de la Junta al General San Martín y a Lord Cochrane. El 31 de octubre en la Isla San Lorenzo (frente al Callao), se avistó con el Almirante y el 1 de noviembre, en Ancón, con San Martín; la comunicación decía: "A.S.E. Lord Cochrane, Almirante de Chile.-¡Viva la Patria!. Exmo. Sr.: Al amanecer del día 9, brilló para nosotros la aurora de la libertad. El pueblo unido a las tropas de esta plaza, ha proclamado la Independencia de esta Provincia. Este plausible acontecimiento, tanto tiempo ha suspirado por todos los buenos vecinos de esta ciudad, se ha verificado con tal orden, que ni una sola gota de sangre ha salpicado el estandarte de la libertad. Nuestros puertos, como nuestros brazos, están abiertos para nuestros hermanos y amigos, que deben ayudarnos a mantener nuestra resolución, que se ha realizado no con tumultos ni muertos, sino con una fiesta pública. Este ayuntamiento patriótico se adelanta a poner en conocimiento de V.E. este glorioso suceso, por lo que pueda interesar a sus operaciones militares, y para que una armoniosa combinación, apresure el destino de América. Guayaquil, 10 de octubre de 1820 y 1ro. de su independencia.-José Joaquín Olmedo".

Vale la pena resaltar también, la destacada y brillante actuación del Prócer Niño contra el traidor Comandante venezolano, Nicolás López y el felón guayaquileño, Ramón Ollague, quienes acordaron acabar con el triunfo del día 9 de octubre, poniendo entre dos fuegos al Ejército de Sucre que se encontraba en Samborondón.

Con el triunfo de Pichincha, nuestro territorio quedó libre de la dominación española, pero el temor de Bolívar se debía a que el realismo continuaba enraizado en el Alto y Bajo Perú, que tratarían de reconquistar los derechos perdidos en la Gran Colombia. Al Libertador, luego de los triunfos de Junín y Ayacucho, batallas libertadoras de las Repúblicas de Perú y Bolivia, solo le faltaba acabar con las huestes realistas que se encontraban en el puerto peruana de Callao, para tal misión fue designado el General Bartolomé Salón y el mando de la Escuadra Naval Colombo-Peruana, al General Juan Illingworth. El 30 de enero de 1825 salió de Guayaquil al bloqueo del Callo, llevando entre su tripulación al niño Francisco Calderón, que por esas fechas tenía dieciséis años. En el año que duró este bloque, Francisco realizó inauditas proezas militares que demostraron su valor espartano y así lo reconoce la historia. La rendición de tan importante puerto, previa capitulación celebrada con el jefe español, General José Ramón Rodill extinguió definitivamente el despotismo de los súbditos del Rey de España Fernando VII, de gran parte de los dominios de nuestra América querida.

Como complemento y para orgullo de los paisanos de Francisco Calderón, transcribiré dos comunicaciones de encomio "Oficio del Ministro de Guerra, al Comandante General J. Illinworth.-Exmo. Señor: La Escuadra unida a llenado los votos de la Nación: su bravura y actividad han contribuido a la importante toma de la plaza de Callao, después de un año de privaciones y fatigas; el Gobierno está muy satisfecho de los distinguidos servicios de tan benemérito cuerpo, y me manda S.E. es decir a V.E. que a su nombre le de las más expresivas gracias, quedando en premiar oportunamente su consagración en obsequio a la independencia de la República. Sírvase V.S. hacerlo entender así, y admitir los sentimientos y aprecio con que me suscribo de V.S. muy atento y obediente servidor.-Juan Salazar.-Palacio de Gobierno.-Lima, a 24 de enero de 1826".; la segunda comunicación hace referencia a los premios, a que se hacen acreedores, los jefes y oficiales que más se destacaron en el bloqueo y dice: "Al Sr. General Bartolomé Salón.-Los heroicos esfuerzos del Ejército sitiador serán eternamente gratos al Gobierno peruano; aquel ha dado al mundo la prueba mas al grande de constancia y de cuanto puede el amor a la gloria y a la libertad, logrando a fuerza de continuas fatigas y riesgos, concluir la desastrosa guerra, que devastó por largo tiempo este territorio humillado el último resto de españoles refugiados en las fortalezas del Callao. Deseando, pues, S.E. el consejo de Gobierno descargar en parte la inmensa deuda ha contraído me manda a decir a V.S. que se sirva pasar a este Ministerio, una razón de los benemérito jefes y oficiales que considere acreedores a ser premiados, para que en vista se decrete lo conveniente. Tengo el honor de comunicarlo a V.S. para su cumplimiento. Soy de V.S. muy atento, obsecuente servidor.-Juan Salazar.-Palacio de Gobierno, Lima, a 24 de enero de 1826".

Esta fue la última participación de Francisco, luego de lo cual se consagró a la Marina Mercante, en donde alcanzó el grado de capitán de Navío, casado con una francesa de apellido Froment, con la que tuvo dos hijos: Clemente y Manuela Calderón Froment, se radicó en Lima, donde falleció, dejando una cuantiosa fortuna.

Abdón Senén Calderón Garaycoa

edu.red

Hace exactamente 208 años nació el héroe del Pichincha, un día martes 30 de julio de 1804, fecha en que la iglesia católica celebra el día de San Abdón, razón por la cual su padre le hizo bautizar con ese nombre al otro día de su nacimiento, con el Dr. Mariano Isidro Crespo, cura Rector de la iglesia parroquial de ese entonces y hoy Catedral de Cuenca; como padrino y testigo de la ceremonia actuaron, respectivamente, el Dr. Mauricio Salazar y los señores: Pablo Torres y Manuel Montúfar.

El barrio donde nació Abdón, está ubicado en la esquina suroeste del templo de San Alfonso, intersección de las calles Bolívar y Presidente Borrero (antiguamente La Victoria).

Los Calderón – Garaycoa, como hemos anotado anteriormente, crecieron oyendo narrar las atrocidades cometidas por los españoles contra su padre, y tuvieron siempre en su familia, como muy verídico que Abdón y Francisco, en cuanto tuvieron uso de razón, juraron ir contra el enemigo común de entonces, y así lo hicieron "..Que el recuerdo de la carrera militar de su padre y el deseo natural en un hijo, de ayudar a sacar adelante lo que su progenitor se propuso y dejó interrumpido por su muerte, causas de predisposición en Abdón para tomar parte, así que el caso llegó, en la lucha por la independencia. El sangriento fin de su padre, y la contemplación del hecho de que el tristemente célebre Coronel Sámano, su verdugo, estuviese ejerciendo el alto puesto de Virrey, debió haber sido una braza ardiente en el corazón del niño. Así formado y ya maduro, no por el tiempo, sino por las circunstancias y la reflexión, le encontró el 09 de octubre, a la edad de 16 años.

Antes de comenzar la vida militar del "Héroe Niño", iniciada gloriosamente, el 09 de octubre de 1820; consagraremos algunas palabras, sobre su valiosa actuación, en todas las Juntas, llevadas a efecto, antes de la mencionada transformación política. En aquel año Calderón llegaba a los 16 años y poseía: educación esmerada y talento virtuoso, carácter inquebrantable y constancia de mártir y sagaz tino en intuir, los planes de sus rivales; y por esta virtud, los conjurados octubrinos, Olmedo, Vivero y Villamil, depositaron en su corazón, sin temor alguno, todos los proyectos tendientes, a la emancipación de Guayaquil. Calderón, hallábase inmiscuido en los secretos de la revolución, por pertenecer, íntimamente, al círculo de familia, que atizaba y dirigía, el movimiento subversivo. Entre los principales caudillos se encontraban sus tíos carnales y políticos, su madre y hermanas, otros miembros de la familia y confidentes amigos. Como se indicó anteriormente, las Juntas Preparatorias, se reunían en casa de su tía Ana Garaycoa, esposa del prócer José Villamil. Hasta el 8 de octubre, los conjurados, buscando cualquier pretexto, se reunían con el fin de idear los planes para la consecución de su objetivo y en todas éstas, se encontraba el héroe, aguardando la ansiada hora, de luchar en las batallas por la libertad.

Fue uno de los acompañantes de León Febres Cordero en la toma del Cuartel de Reserva, el cual si bien tenía a favor al Capitán Antonio Farfán y el Teniente Hilario Álvarez, la totalidad de la tropa estaba en contra. En el atreverse está el hito de la hazaña, el éxito, el suceso. Como premio al desempeño de Abdón en los antecedentes de la jornada del nueve y en la ejecución de la misma, se le otorgó el grado de Subteniente, con el cual ingresó al Ejército de Operaciones.

A continuación, destacaré los combates en los cuales participó, Abdón Calderón hasta el glorioso 24 de mayo de 1822.

1) Camino Real

Convertido el Ejército Realista, que tenía su base en Guayaquil, en Ejército de la Patria y añadido a él, entre otros, un Batallón de Infantería, compuesto por ciudadanos que espontáneamente, se presentaron a formarlo con el nombre de "Voluntarios de la Patria", al mando del Teniente Coronel Ignacio Alcázar, comenzó Abdón al servicio militar, como Subteniente, de una de las Compañías de este batallón. La Junta de Guayaquil pensó inmediatamente, en la ocupación de la capital de la Presidencia, y con este propósito, dando a la división expedicionaria, el nombre de "División Protectora de Quito", al mando de Luis Urdaneta, la encaminó para el interior. Desde Ambato avanzaron fuerzas sobre Babahoyo, pero al saber que esta plaza estaba ocupada por los patriotas, se detuvieron en Camino Real, punto intermedio entre Sabaneta por el sur y Guaranda por el norte. Al tercer intento las fuerzas revolucionarias, lograron la desbandada y derrota de los realistas. En el Parte de Combate se hace notar la sobresaliente conducta del Teniente Calderón, que su jefe, Urdaneta, solicitó a la Junta de Guayaquil, el ascenso a Teniente.

2) Primer Huachi

El Presidente Interino de Quito, Mariscal Melchor Aymerich, se encontraba en Pasto cuando ocurrió la revolución octubrina, al conocer lo sucedido, tomó la decisión de enfrentar a los vencedores. Tomó el mando del Escuadrón de Caballería "Dragones de Granada" y con tropas de infantería acantonadas en Quito y Riobamba, se estableció en Ambato, a esperar a los vencedores de Camino Real. Urdaneta cometió el peor error de un estratega, al esperar al enemigo en campo abierto y el 22 de noviembre de 1820 se enfrentaron en el Huachi, donde luego de una encarnizada pelea se declararon derrotados los revolucionarios y Abdón Calderón salvado milagrosamente, tuvo que marchar a pie, muerto de hambre y sed hasta pasar lista en Babahoyo.

3) Tanizagua

Producto de la anterior derrota, son separados del mando Urdaneta y su segundo comandante Cordero, se designó el mando de los Ejércitos revolucionarios al General chileno Toribio Luzuriaga. El 1º de diciembre de 1820 ya se encontraba en Babahoyo al mando del Ejército. Los realistas capitaneados por el cura de Guaranda, Francisco Benavides y por el Comandante Piedra, tenían su fuerzas en Guaranda, Pungalá y Guanujo, las fuerzas de González, se retiraron a Riobamba y los revolucionarios ocuparon Guanujo al mando del Coronel argentino, José García, nativo de Tucumán, entre los oficiales se encontraba el Teniente Abdón Calderón, quien pronto iba a verse frente al enemigo en su tercer combate. El 3 de enero de 1821 en Tanizagua se encuentran frente a frente los combatientes, de cara a la retaguardia enemiga, la Compañía de Calderón prefiere la muerte a la rendición y se enfrentan en una lucha cuerpo a cuerpo con bayoneta calada, logrando gracias a su audacia y valor salir con vida de aquel círculo de fuego, pero no corre la misma suerte el Coronel García y es hecho prisionero, fusilado, degollado y su cabeza remitida a Quito para que sea colocada sobre el Puente del río Machángara, como escarmiento para los colaboradores de la revolución. Calderón, una vez más pudo pasar lista en Babahoyo.

4) Babahoyo

Gracias al invierno, defensa natural de Guayaquil, los patriotas tuvieron tiempo para prepararse para la próxima lid, además, contaban ya con la protección y ayuda de Colombia que les envió al General Mires y al mismo Antonio José de Sucre, quien llegó a Guayaquil el 06 de mayo de 1821.

El 15 de mayo de 1821, se le entregó a Sucre, el mando de los Ejército patriotas que se encontraban en Samborondón y Babahoyo. Luego del acuerdo de traicionar a la causa, López y el Capitán Ramón Ollague; éste último debía apoderase de la flotilla y tomarse Guayaquil, apenas defendida por un cuerpo de Cívicos, mientras el segundo debía defeccionar a la División a su mando. El 17 de julio, Ollague dio el golpe, pero fracasó debido a la vigorosa resistencia de los Cívicos y López cumplió en parte su consigna, no pudo cumplir la segunda parte del plan, atacar Samborondón, debido al impedimento de tres jóvenes oficiales de la misma División, a saber: Francisco de Paula Lavayen, Ciriaco Robles y Abdón Calderón.

Estos jóvenes oficiales, al traslucir las negras intenciones de López, descendieron en canoa de Babahoyo a Samborondón, dieron aviso a Sucre y retornaron con un batallón al mando de los Comandantes, Federico Rasch y Cayetano Cestaris, alcanzaron a la división defeccionada en el sitio denominado "Palo Negro", volvieron a las fuerzas revolucionarias parte de los que habían seguido al traidor, el mismo que con un pequeño grupo logró llegar a Riobamba, donde se encontraba Aymerich.

5) Yaguachi

Limpio el ejército de traidores, Sucre los juntó en Babahoyo, a fin de hacer frente a Melchor Aymerich que salía desde Riobamba. Gracias a la inteligente intervención de otro patriota cuencano, Miguel de Pino y Jijón, el Mariscal Sucre y el ejército de Guayaquil no fueron sepultados en Babahoyo. González debía atacar a Sucre por el sur, mientras Aymerich lo haría por el norte, con lo cual en ejército revolucionario debía tomar la disyuntiva de rendirse o perecer. El patriota Miguel de Pino vio el paso de la tropa de González por lo que se adelantó a toda prisa a comunicar a Sucre lo que ocurría. Cuando llegó el Sr. De Pino, ya se encontraban en combate los dos ejércitos en Palo Largo, enterado Sucre, optó por dirigirse de Babahoyo a Yaguachi, destacando a Cestaris para que reconociese al enemigo, por Cone, el 18 de agosto de 1821, Cestaris logró hacer prisionera a la descubierta enemiga, retrocedió con ella al cuartel general, por la tarde de ese mismo día, se escogió para hacer frente a González, el sitio denominado Cone. Formaban el Ejército de Sucre, el Batallón colombiano "Santander", el guayaquileño "Libertadores" y los "Dragones" de Cestaris. Abdón Calderón era oficial del "Libertador", al mando del Mayor Félix Soler.

Una vez en Cone, como a las once de la mañana, cuando el Ejército de González empezaba a desbocar, Sucre no le dio tiempo para el despliegue, pues Mires le cayó por los flancos. González, tenía su única salvación si avanzaba de frente para desplegar, pero en ese momento aparece el "Libertadores" y le hace frente, las arremetidas del Ejército realista, abrazado por los fuegos de Mires de ambos flancos y tremenda también, la heroica impasibilidad del "Libertadores", es entonces que el enemigo sintiendo en las entrañas las espadas de los patriotas, cede por todos los puntos al punto de dejar la victoria completa como siempre las obtuvo el Mariscal Sucre. Ciento cincuenta muertos, sesenta y nueve heridos y seis cientos prisioneros dejó el enemigo, incluyendo el segundo jefe del Ejército, Comandante Francisco Eugenio Tamariz. Ochocientos diecinueve fusiles y una gran cantidad de municiones y más elementos de guerra, fue el trofeo de esta jornada. El Teniente Abdón Calderón, en Yaguachi, obtenía su primer gran triunfo.

6) Segundo Huachi

Sucre no le dio tregua al enemigo en Guaranda y los empujó a Riobamba, a pesar de que los realistas les doblaban en número; desde Guaranda, el General Juan Illingworth, fue destacado a Quito con una División patriota y Sucre con el grueso de su Ejército siguió la misma dirección, pero por otro sendero. Aymerich se dio cuenta de lo que se pretendía, por lo que retrocedió hasta Ambato, buscando las llanuras funestas de Huachi. Colocó a la cabeza de sus tropas al Coronel Morales y aguardó a Sucre hasta el 12 de septiembre de 1821.

Se volvió a repetir el error de Urdaneta, esto es, enfrentar la infantería contra la caballería en campo abierto. Muy a su pesar, Sucre cedió la iniciativa a Mires, quien con la gloria de Yaguachi se empeñó en la acción. La infantería realista ocupaba una hacienda bien protegida por árboles y cercas, mientras que las patriotas avanzaban a descubierto, ya diezmados por la fusilería enemiga, cuando por el flanco toda la caballería realista con más de mil hombres se hizo presente. No es difícil imaginarnos la carnicería que se armó, más de mil realistas dejaron la vida, número mayor que las patriotas. El Segundo Huachi, con su catástrofe y todo, constituye una función excepcional de armas para la gloria de nuestros héroes. Ochocientos hombres del lado patriota, entre muertos y heridos y no más de cincuenta prisioneros, entre ellos, Mires, y para colmo de males, perdido todo el armamento y municiones, fue el balance negativo patriota.

Una vez más tuvo que morder el polvo de la derrota Abdón Calderón, quien junto a un pequeño grupo que pudo reunir, volvieron a Babahoyo y luego a Guayaquil. Luego de un año de temores y sobresaltos, angustias y zozobras por la vida de un niño en campañas tan bravas y reñidas, pudo doña Manuela estrecharle junto a su corazón al fruto de sus entrañas.

7) Guayaquil-Cuenca

Luego de Camino Real, Primer Huachi, Tanizagua, Yaguachi, Segundo Huachi, nada pudo, sin embargo, éste último sobre los guayaquileños y por el contrario, aún no bien había pasado una hora desde que el General Antonio Morales les hizo conocer la total derrota sufrida, sin ocultarles nada en absoluto, cuando ya estaban inscritos y acuartelados setecientos voluntarios par al reconstrucción del Ejército. Rápidamente ascendió a más de 1.500 hombres, incluidos los 468 del Batallón "Paya", recién llegado de Colombia, al mando del Comandante Leal. A fin de aumentar sus tropas, escribió Sucre a San Martín, pidiéndole la devolución del Batallón colombiano "Numancia" que se encontraba en el Perú; como dicho cuerpo era el mejor de todos cuantos tenía el Protector, ofreció en su reemplazo un peruano y

otro argentino, que se encontraban en Piura, al mando del General boliviano, Andrés de Santa Cruz. Citados para juntarse en Zaraguro, Sucre y Santa Cruz, comenzaron al mismo tiempo sus movimientos. Las Fuerzas colombianas compuestas por el "Albión", "Paya", "Dragones" y Compañías sueltas del "Libertadores" y "Tiradores", destruidos en Huachi y fortalecidos con los voluntarios de Guayaquil. De estas Compañías se formó el famoso "Yaguachi", del cual formaba parte en la Tercera Compañía, el Teniente Abdón Calderón Garaycoa.

El 23 de enero de 1822 las tropas colombianas, empezaron a salir de Guayaquil hacia Machala, el 27 a Pasaje y el 5 de febrero para Júlug, desde donde los "Dragones", al mando del Coronel Diego Ibarra (sobrino del Libertador), fueron destacados al valle de Yunguilla; el 9 de febrero se juntaron en Zaraguro con los soldados del "Piura" y del "Trujillo" (cuerpo de vanguardia de Santa Cruz). Venía como jefe de esta vanguardia, el coronel Luis Urdaneta. El 14 de febrero, por fin llegó Santa Cruz con el resto de sus fuerzas, estaba cumplida la primera parte de la campaña.

En Cuenca se encontraba el Coronel realista Carlos Tolrá enviado por Aymerich con el Batallón "Aragón" con 500 hombres y con un Escuadrón de doscientos caballos, en refuerzo de González, que aun tiranizaba en Azuay. Tolrá salía de Cuenca al mando de mil trescientos hombres hacia Girón, engañado por la supuesta presencia de Diego Ibarra en Yunguillas, tuvo que retroceder al saber que Sucre se encontraba en Oña. Al salir de Cuenca se situó, esta vez en Tarqui, punto de conjunción de Girón y Oña. El 21 de Febrero de 1822, el Ejército Libertador ocupó Cuenca. Ese día volvió a respirar sus auras natales nuestro héroe niño, luego de caminar a pie como buen Oficial de Infantería, más de cien leguas de ásperos e intransitables caminos.

8) Pichincha

Cuarenta y nueve días permaneció en Cuenca descansando, alimentándose y completando sus batallones el Ejército Libertador, a fin de optimizar condiciones para su próxima campaña. Del 11 al 12 de abril de 1822 comenzó a moverse hacia el norte, el Coronel Diego Ibarra con parte de su "Dragones" y la Compañía del Yaguachi, comandada por el Teniente Calderón, en la vanguardia. Tolrá fue reemplazado en el mando de la División Realista por el traidor de Babahoyo, López; al ver a Sucre con todas sus fuerzas reunidas, retrocedió a Riobamba.

El Coronel López, como felón que era, meditó una villanía contra Diego Ibarra que se encontraba descuidado con sus soldados en Guaslán, les echó dos escuadrones por el frente y un batallón por la retaguardia, pero los patriotas replegaron sanos y salvos hasta donde se encontraba Sucre. En esta singular acción se encuentran la Tercera del Yaguachi, del Teniente Calderón. El 21 de abril, se descuidó el enemigo y lograron pasar por Pantús, al darse cuenta el enemigo de esta acción, desocupó inmediatamente Riobamba y se puso en retirada. Sucre destacó a Diego Ibarra con sus "Dragones" y a Lavalle con los "Granaderos del Río de la Plata", para que viesen por donde tomaban los realistas. Lavalle entra en combate contra la caballería enemiga y Diego Ibarra al escuchar el fragor del combate, acude a prestar su mano. El combate fue tremendo y de poco tiempo, pero dejaron un saldo de cincuenta y dos realistas muertos y cuarenta y tantos moribundos que yacían en la llanura de Tapi.

Siete días permanecieron en Riobamba las tropas patriotas y para el 02 de mayo, se encontraban en Latacunga, reforzadas por la División "Córdoba" (mitad Magdalenas y mitad cuencanos), que se juntaron a Sucre. Desde Latacunga fue destacado el Coronel Maza con el Capitán Pedro Alcántara Hernán a fin de que le diese una lección a Víctor Félix de San Miguel, que se había alzado por el Rey en Guaranda. El grueso del Ejército siguió al norte, tocó Chillo el 17 de mayo, donde se le juntó Mires, que acababa de huir de su prisión de Quito. El 20 de mayo se vencieron las posiciones enemigas en Puengasí y desplegaron en Turubamba y Chillogallo. Los días 21, 22 y 23 de mayo se probó al enemigo en combate, pero no se movió de la ciudad, cuya entrada sur estaba fuertemente defendida.

Desesperado Sucre, decidió atacar por el norte, conduciendo allá su Ejército, por entre la ciudad misma y las estribaciones del Pichincha. No contaba para la marcha sino con una senda de a pie, más, con todo, resolvió hacerla por allí, llevando a los caballos como se pudiera. A las veintiún horas del 23 de mayo comenzó su movimiento y el 24 a las ocho horas, hizo un alto con el fin de dar descanso a las fatigadas tropas. A las diez horas, el General Antonio Morales, Jefe de Estado Mayor General del Ejército patriota dio la voz de alarma, era López que ascendía tratando de alcanzar a los patriotas. Una Compañía del "Cazadores del Paya" y otra de las enviadas como "Tiradores" salieron al frente al enemigo, que aparecía por entre la maleza, entablándose un combate casi a quema ropa.

Desplegaron los patriotas con el "Trujillo" y el "Piura" a la derecha, el "Yaguachi", al centro y el "Alto Cuenca-Magdalena" a la izquierda. El resto del "Paya" quedó en la reserva y el "Albión en la retaguardia. En la primera arremetida, el "Piura", el "Trujillo" y el "Yaguachi", cada uno por su lado, hicieron correr al enemigo. El "Alto Cuenca-Magdalena", no tenía a quien enfrentarse todavía, en los momentos iniciales del combate se vio a Abdón Calderón, lleno de coraje y gallardía, empuñando la espada con la mano izquierda. Era que una bala acababa de herirle la el brazo derecho, inhabilitado como estaba continuó combatiendo, pero más tarde recibió otro balazo en aquel brazo, comprometiéndole un tendón y fracturándole el hueso del antebrazo, lo que hizo que soltara la espada, la misma que le fue colocada en la vaina por un Sargento. Calderón dueño de un valor espartano siguió al mando de su Compañía, arreciando contra el enemigo, al forzar su posición en las faltas del Pichincha, recibió otro balazo, esta vez en el muslo izquierdo, fracturándole el hueso. En el instante decisivo del combate, Calderón haciendo un esfuerzo inhumano arremetió con todo hasta alcanzar la victoria, no sin antes recibir una última herida en el muslo de la pierna derecha con rotura completa del hueso, lo cual le hizo rodar al suelo, en estado desfalleciente quedó inmóvil.

En una ruana, sus compañeros lo condujeron al campamento, lo ubicaron en el suelo debido a la falta de una cama donde acostarle; un amigo se encargó de calmar su devorante sed y propiciarle los primeros auxilios. Se presume que fue trasladado al otro día de la batalla, o sea el 25 de mayo al Hospital "San Juan de Dios", en donde fallece a los 18 años de edad. En una de sus paredes interiores se podía apreciar una placa alusiva a este suceso, además, hasta cuando funcionó este hospital, se conservaba su partida de defunción".

A pesar de su corta edad, Abdón Calderón, antes de la Batalla de Pichincha, era ya un combatiente veterano, según se desprende de su impecable hoja de servicio, descrita por el General Ángel Isaac Chiriboga: Ingresa como voluntario al servicio del Ejército Libertador del Mariscal Antonio José de Sucre en octubre de 1820, con apenas 16 años de edad; asciende a Subteniente en el Batallón "Voluntarios de la Patria", bajo las órdenes de Ignacio Salazar, luego de la revolución del 9 de octubre de 1820, luego de una brillante actuación en la Batalla del "Camino Real", el 9 de noviembre del mismo año alcanza el grado de Teniente. En el Batallón "Voluntarios de la Patria", a órdenes del Coronel Luis Urdaneta, el 3 de enero de 1821, participa en la Batalla de Tanizagua como Teniente del Batallón "Libertadores", a órdenes del Coronel José García; el 19 de agosto de 1821 participa en la Batalla de Yaguachi con el Batallón "Libertadores" junto al Sargento Mayor Félix Soler; el 12 de septiembre de 1821 tomó parte en la Batalla de Huachi, a órdenes del Mariscal Sucre; en octubre de 1821 en compañía del Mariscal Sucre en el Estado Mayor General participa en la reorganización del Ejército en Babahoyo y Guayaquil; entre enero y febrero de 1822 Teniente de la III Compañía del Batallón Yaguachi marcha hacia Cuenca a reunirse con el Ejército de Sucre que venía de Saraguro; 12 de abril de 1822 forma parte de la Vanguardia del Ejército Libertador como Teniente de la misma Tercera Compañía, a órdenes del Coronel Luis Ibarra; el 21 de abril de 1822 combate en las llanuras de Tapi contra la caballería ibérica; y finalmente el 24 de mayo de 1822 combate heroicamente en la Batalla de Pichincha.

Todo lo narrado de la valerosa actuación de Calderón en las guerras en pro de la independencia, se confirma en la Biografía del Héroe, escrita por su madre, la que manifiesta, en un oficio a Bolívar…"El mayor de mis dos hijos, Abdón, contaba dieciséis años, y como heredero de los sentimientos de su padre, se dedicó al servicio de la Patria, desde que esta ciudad proclamó su Independencia. Es constante que no hubo expedición ni servicio alguno en que no tomase parte, y que adicto a la República hasta el entusiasmo, se incorporó a la primera oportunidad en sus filas, y falleció en ellas cuando la gloriosa jornada de Pichincha. El Sr. General Sucre, le ascendió entonces a Capitán y dio orden para que se le pasase siempre revista y se me satisface su sueldo de Teniente"… Este importante fragmento biográfico nos da la veracidad de todo cuanto hemos escrito de Abdón, cuencano ilustre y héroe epónimo de la Guerra Magna.

El olvido, padre y madre de nuestros tiempos, nos han privado para siempre de la posesión de sus huesos. Dada su alta posición social de Guayaquil, el renombre de su padre en Quito, a cuyo cargo estuvieron los Ejércitos Patriotas, la gloria misma de Pichincha, encarnada en él el día de su funeral, para mayor brillo Sucre le ascendió a Capitán, su juventud, su heroísmo, y todas estas cosas juntas, deben haber obrado de modo que viniese su cadáver a tener tumba especial. En alguna de las casas de mayor alcurnia de Quito, debe haber sido asistido y en los nichos que aquellas casas tenían para huesa de los suyos, o tal vez, en los de los templos, debe haber sido sepultado Abdón.

Las balas españolas se encargaron de trabajar por nosotros para su pronta y segura identificación. Allí donde en un mismo esqueleto de persona adolescente hallemos fracturado el hueso del brazo izquierdo, desastillado el de la pierna del mismo lado, por encima de la rodilla y destrozado el fémur de la derecha, bien podemos lanzar el Veni Foras de Jesús, sobre la árida osamenta de Abdón.

Que triunfo sería el nuestro, entonces ¡ubicada la osamenta de nuestro joven héroe, colocados sus restos mortales en el pedestal del Templo de la Patria en la Cima de la Libertad, allí donde el Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre desbarató la soberanía española, al tiempo de liberarnos de las cadenas opresoras, sería la primera diligencia, que presentamos a las generaciones futuras…!

Esa, es pues, ecuatorianos, nuestra misión, convertir este trabajo de investigación de las cenizas de nuestro héroe, e inaugurar la Arqueología de la Gloria, si no ramo del saber, ramos del amar y agradecer, que vale tanto como el oro y aun mucho más todavía.

No hace falta más que dar una lectura a las páginas gloriosas de nuestra historia, para encontrar los méritos suficientes en el Capitán Abdón Calderón Garaycoa, que es como debería llamarse el aeropuerto de la ciudad de Cuenca, ofreciéndole de esta manera un pequeño pero merecidísimo homenaje a este valiente soldado.

Antes de culminar, debo solicitar mil disculpas por algún error involuntario deslizado a través de estas letras, las mismas que pueden ser no de mala fe, sino más bien por falta de experiencia en el manejo de asuntos de tanta importancia para la Patria.

Para finalizar, deseo dejar en claro que, el Capitán Abdón Calderón, falleció por una complicación doble de comida dañada que había ingerido y lacepticemia esa desarrolló con las heridas precisamente por que se había deshidratado y murió como un héroe.

La deshidratación que tuvo por la disentería al comer alimentos podridos en el ejército hizo que sus graves heridas no se curen y murió el 29 de Mayo de 1822, cuatro días después de la Batalla del Pichincha.

Como muchos otros que perdieron su vida como consecuencia de la Batalla del Pichincha, Abdón Calderón fue un héroe más que por su muerte, por lo que hizo en su vida, pues, como sabemos: "No importa es intrascendente donde haya muerto después, más importante que donde se nace, donde se muere, es donde se lucha, por ello, esto se aplica con Abdón Calderón, de 17 años, quizá 18 y allí peleando en el Pichincha a bayonetazos con lanza a cañonazos.

Y como un acto de gratitud El Libertador Simón Bolívar ordenó que en mismo lugar en cada aniversario de la batalla se pase lista su batallón y cuando se le nombre se grite: "Murió gloriosamente en el Pichincha, pero vive en nuestros corazones", y que así sea.

 

 

Autor:

Luis Pacheco Manya

Ex Suboficial Primero-IN

Armada del Ecuador

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente