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Lázaro Cárdenas del Río -Símbolos culturales presentes en su discurso-


Partes: 1, 2

    1. Resumen
    2. Introducción
    3. La llamada "educación socialista"
    4. El legado cardenista
    5. A manera de conclusión
    6.  

    "Gobierno o individuo que entrega los recursos naturales a empresas extranjeras, traiciona a la patria". Lázaro Cárdenas del Río (1895-1970).

    "El buen rey no excluye de su palacio al pobre ni al desamparado; presta atento oído a las quejas de todos, no domina a sus súbditos como esclavos, les gobierna como hijos". Padre Juan de Mariana (siglo XVII).

                          

                       

    Resumen

    El objetivo de este trabajo, es lograr puntualizar -de alguna manera- que los símbolos que están presentes en el discurso del General Cárdenas se basan en el ideario del nacionalismo revolucionario, anclado en una visión de que su gobierno, era la continuación de los ideales de la revolución. En efecto, con Lázaro Cárdenas del Río se concreta el mayor reparto agrario en la historia del país. Su discurso va muy enfocado a fortalecer, promover y apoyar a la Revolución Mexicana. Su gestión se basa en una política social amplia e incluyente. Congruente con ese ideario, su gestión se centra en: el reparto agrario, consagrado en el art. 27 constitucional; los derechos del trabajo, incorporados en el 123 y educación, artículo 3º. Se trata de un gobierno que apela al nacionalismo contra el dominio extranjero, apoyándose en la organización de la población en sectores, el obrero (CTM), el campesino (CNC), y más adelante el popular a través de la CNOP. Se trata a la vez de una organización corporativa. El tema recurrente de su gobierno fue -en cierto sentido- la justicia. Cabe remarcar que: Casi en todo el siglo XX (o mejor dicho el siglo corto mexicano que va de 1917 a posiblemente la época de López Portillo) hubo un discurso nacionalista-revolucionario, que fue lo que le dio sustento ideológico al PRI y a sus setenta años de dictadura perfecta.

    INTRODUCCIÓN

    Al tratar de emprender un estudio -por modesto que sea- que haga alusión a los símbolos culturales presentes en el discurso del General Lázaro Cárdenas del Río, es recomendable en primer lugar, precisar un poco lo que entendemos por símbolos culturales y  algunas cuestiones básicas de análisis del discurso, las cuales nos sean útiles para intentar abordar el tema con claridad.

    Pongamos énfasis, en el sentido de ciertos conceptos clave, estableciéndolos conforme al criterio de Leticia Mayer[1] -al referirse a los procesos de recuperación simbólica– y algunas otras nociones del orden común en diversos textos de antropología e historia. Podemos asumir la concepción simbólica de la cultura propuesta por Lévi Strauss, para quien la cultura está vinculada directamente con el mundo de los símbolos: los símbolos no son algo superpuesto a lo social, sino un elemento constitutivo de todas las prácticas sociales[2]. Por ello también, recuperando la lingüística saussureana, analiza el mito[3], y devela en la estructura del mito un modelo lógico para resolver una contradicción que en realidad resulta insoluble.

    Para este antropólogo francés, la diferencia entre mito e historia es la misma que existe entre lenguaje y habla, entre tiempos reversible e irreversible, entre sincronía y diacronía. Como es de esperarse, antes de establecer un juego nítido de oposiciones entre estos conceptos, procederemos a esclarecer -de manera casi coloquial o relajadamente académica- algunas nociones de índole antropológica, psicológica, lingüística, histórica o filosófica.

    Hablar de lo simbólico también nos conduce a las diferentes maneras en que su estudio ha sido abordado. Retomando los planteamientos de Peirce, Hernández plantea las siguientes definiciones, a saber:

    Signo[4]: "Un signo es algo que existe, pero no tiene una asociación que le brinde contexto ni significado… los signos se asocian para ofrecer la comprensión de una realidad. Una palabra, un símbolo –sonido, forma, color, etcétera- , representa diferentes cosas, en función del contexto en que se inscriba."[5] A esto, podemos añadir: "El interés por los signos ha dado lugar a un importante campo de estudio: la semiótica. ésta trata tanto la función de los signos en el proceso de comunicación, como el lugar de los síntomas en el diagnóstico médico.

    En la comunicación, los signos y señales aparecen, en general, en estructuras similarmente ilógicas. A veces requieren un planteamiento intuitivo que extraiga su sentido y que, por consiguiente, los haga susceptibles de interpretación creativa. Intuición, inspiración, resolución creativa de problemas…, como quiera que lo denominemos, esta actividad no posee ninguna lógica, ningún patrón previsible. De la organización de signos inconexos surge la liberación de la lógica hacia el salto de la interpretación. Lo podemos llamar inspiración, pero es una forma particular de inteligencia. Es la aptitud esencial de cualquiera que debe organizar información diversa y extraer un sentido de esta".[6]

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