Descargar

Influencias de la política neoliberal y keynesiana en el gasto público de México (página 2)


Partes: 1, 2

Gasto Presupuestal

El estado mexicano influido por esta tendencia acató fielmente el acuerdo realizado con el FMI en 1982 y se dispuso a vender las empresas públicas. Esta decisión lo llevó a reducir el gasto programable de Organismos y empresas de control presupuestal del 15.7% sobre el PIB en 1981 al 6.22% en el año 2006. Además de la venta de algunas empresas y el desmantelamiento de otras como las agroindustrias y financieras agrarias que desaparecieron en manos de los líderes agrarios, los recortes realizados por el Estado en la inversión a las empresas de control presupuestal fue evidente. De la misma forma, las inversiones realizadas por las diferentes Secretarías de Estado se vieron disminuidas como se evidencia en el gasto programable del Gobierno Federal que en 1981 representaba el 15.17% fecha en que inicia su descenso hasta detenerse en el 7.89% en el año 1990. A dos años de iniciado el sexenio del Presidente Salinas la participación del gasto del Gobierno Federal presenta un tibio ascenso en los siguientes 15 años hasta situarse en el 12.25% sobre el PIB para el 2006.

La compra de las empresas privadas por el estado para estimular la demanda efectiva se consideró necesaria en su momento como una alternativa para impulsar el empleo y organizar las actividades empresariales en el país, al liderar la inversión, como estrategia que impulsara la demanda efectiva. Hecho suficiente para suponer que las políticas de intervención del estado en la economía eran avaladas por las teorías keynesianas

Es conveniente señalar que el supuesto de intervención del estado en la economía como inversionista único o socio no es el objetivo de la teoría keynesiana, ya que "no es la propiedad de los medios de producción lo que le conviene asumir al Estado. Si este es capaz de determinar el monto global de recursos destinados a aumentar estos medios y la tasa básica de recuperación de quienes los poseen, habrá realizado todo lo que le corresponde… sin necesidad de romper con las tradiciones generales de la sociedad"

Una vez logrado el pleno empleo se restituyen los principios neoclásicos, pero si los controles centrales logran establecer un volumen global de producción correspondiente a la ocupación plena tan aproximadamente como sea posible, la teoría clásica vuelve a cobrar fuerza. y a reinstalar sus postulados.

El Estado mexicano no solo se ocupa de generar empleos temporales en situación de crisis para estimular la demanda, sino que asume la responsabilidad de crear empleos de planta y garantizar el crecimiento de la actividad económica incorporando en el ingreso público los ingresos de las empresas propiedad del Estado y en sus gastos presupuestales los egresos exigidos por las empresas públicas para solventar sus necesidades cotidianas.

El objetivo central de la posición keynesiana es el crecimiento del producto nacional y de las variables que lo determinan al afirmar que cuando aumenta la ocupación aumenta también el ingreso global real de la comunidad. Cuando el ingreso real aumenta, el consumo total crece, pero no tanto como el ingreso. Así, los empresarios resentirán una perdida si el aumento total de la ocupación se destina a satisfacer la mayor demanda de artículos de consumo inmediato. Para justificar cualquier cantidad dada de ocupación debe existir cierto volumen de inversión suficiente para absorber el excedente que arroja la producción total sobre lo que la comunidad consumirá cuando la ocupación se encuentre a dicho nivel.

Las tareas incorporadas al Estado al asumir una responsabilidad compartida con la iniciativa privada garantizaban la creación de empleos, el sostenimiento del gasto del Gobierno Federal, el gasto de los organismos y empresas de control presupuestal con recursos propios y la consolidación del control sobre la actividad económica nacional y la fuerza sindical

El principio medular de la teoría keynesiana es la afirmación de que el ingreso depende del empleo, el empleo de la demanda efectiva, y la demanda efectiva del consumo y la inversión. Por lo tanto, el ingreso depende del consumo y la inversión. Los hombres se encontrarán involuntariamente sin empleo en el caso de que la oferta total de mano de obra dispuesta a trabajar por el salario vigente sea mayor que el volumen de ocupación existente.

La transición del Estado mexicano en 1982 de un sistema nacionalista protector de la actividad política, económica y social de la nación a un sistema de libre mercado que se caracteriza por la liberalización del comercio exterior, el sistema financiero y la inversión extranjera, tiene como objetivo una economía orientada hacia los mercados externos, la privatización de las empresas publicas y la desregulación de la actividad económica.

La estricta disciplina fiscal que busca el equilibrio ingreso gasto publico, para regular los ciclos económicos y la erradicación de los desequilibrios fiscales previos mediante la reducción de la inversión y el gasto publico, elimina programas de fomento económico generales y sectoriales con una reforma fiscal orientada a reducir tasas marginales de impuestos a los ingresos mayores ampliando en contrapartida la base de contribuyentes y un adecuado marco legislativo institucional para resguardar los derechos de la propiedad

Al inicio de su gobierno, el Presidente Miguel de la Madrid recibe un total de 1155 empresas, un gasto programable del Gobierno Federal como porcentaje del PIB del 12.19% y un gasto de organismos y empresas de control presupuestario del 15.7% Al final de su sexenio conserva solo 412 empresas vendiendo las desincorporadas como la automotriz, hoteles, tabaco, refrescos, restaurantes, textiles y farmacia entre otras. A partir de 1988 se procede a privatizar las empresas más grandes, entre las que sobresalen: PEMEX, CFE, CLYF, Fertimex, DINA, Sidena, Concarril, Sicartsa, AHMSA, Fumosa, Azúcar,S.A., Ferronales, FFCC del Pacífico, FFCC Chihuahua pacífico, FFCC Sonora Baja California, Capufe, Aeroméxico, ASA, Proformex, Fovigro, Propemex, Inmecafé, Conasupo, IMCE, Lotería, Pipsa, IMSS, ISSSTE, FUS, Indeco, D.D.F., Telmex, Metro, AHMSA, Mexicana de Aviación, Minas, y Siderurgia, Teléfonos de México, Nafin, Banrural, Banobras, Bancomext, Banpesca, Fina, Fira, Fomex, Fonei, Fogain, Fonep, Ficart, Prodel, Banca Múltiple y a febrero de 1990 se habían desincorporado 891 empresas conservando solo 264 . El gasto programable del Gobierno Federal reduce a esta fecha su participación en el PIB al 6.4% y el gasto programable de organismos y empresas de control presupuestario aun no detiene su caída al mantener para el año 2006 una participación sobre el PIB del 6.22%. El gasto programable presupuestal devengado por el sector público que se integra del gasto programable del gobierno federal, de organismos y empresas de control presupuestario del 24.58% ejercido sobre el PIB en 1980 inicia el descenso y se detiene hasta el año 1991 con una participación del 15.75%. Su comportamiento errático e inestable en los siguientes 6 años los lleva al 15.46% en el año 1999 iniciando su ascenso hasta el año 2003 con el 18.01% donde nuevamente inicia su caída al 15.39% en el año 2006 (véase cuadro No. 1).

El gasto no programable devengado del sector público presupuestario representó el 6.7% sobre el PIB en el año 1980, con una tendencia ascendente hasta alcanzar el 22.5% en 1987. En 1990 representaba el 12.75% y para 1991 se había desplomado al 8.34% continuando su descenso hasta concluir con el 6.0% en el año 2005 y 6.22% en el año 2006.

El gasto neto devengado por el sector público presupuestario calculado con la suma del gasto programable del Gobierno Federal, Gasto programable de organismos y empresas de control presupuestario y el gasto no programable, representó el 30.75% del PIB en 1980 hasta alcanzar en su mejor año, 1987 el 41.79%. Inicia su estrepitosa caída que no se detiene hasta el año 1998 con una participación del 21.58% sobre el PIB similar a la alcanzada en el año 2006 con variaciones poco relevantes en años intermedios. (véase cuadro No. 1).

CUADRO NO. 1

PARTICIPACIÓN EN EL PIB DEL GASTO NETO DEVENGADO DEL SECTOR PÚBLICO PRESUPUESTARIO EN CLASIFICACIÓN ADMINISTRATIVA 1980-2007

(PORCENTAJES)

Años

Ramos

Gasto programable de organismos y empresas de control presupuestario

Gasto programable del Gobierno Federal sin Transferencias

Gasto no programable

Gasto neto devengado del sector público presupuestario

1980

1981

1982

1983

1984

13.91

15.70

14.24

13.72

14.28

10.87

12.19

11.14

8.92

8.82

6.17

8.31

16.84

17.15

14.78

30.75

36.19

42.23

39.79

37.88

1985

1986

1987

1988

1989

12.51

12.88

12.17

11.50

9.88

8.57

8.01

7.12

6.48

6.32

15.03

19.80

22.50

19.89

15.26

36.11

40.69

41.79

37.86

31.46

1990

1991

1992

1993

1994

9.54

8.63

8.28

8.18

8.13

6.40

7.12

7.58

8.30

9.40

12.75

8.34

7.17

6.31

5.49

28.69

24.09

23.03

22.79

23.02

1995

1996

1997

1998

1999

7.55

7.74

7.91

7.02

6.78

8.23

8.20

8.70

8.58

8.68

7.57

7.27

7.16

5.97

6.77

23.35

23.22

23.77

21.58

22.23

2000

2001

2002

2003

2004

6.47

6.82

6.90

7.58

7.43

9.09

9.30

10.31

10.43

9.77

7.05

6.71

6.47

6.22

6.17

22.61

22.84

23.68

24.23

23.37

2005

2006

2007A

7.55

6.22

6.82

10.09

9.17

10.12

6.00

6.20

6.11

23.64

21.58

23.05

Fuente: Elaborado por el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la H: Cámara de Diputados con información de la Cuenta de la Hacienda Pública Federal 1980-2005, Presupuesto de Egresos de la Federación 2006 y PPEF 2007 de la SHCP.

La venta de las empresas públicas eliminó parte del gasto programable asignado a organismos y empresas de control presupuestal, pero también contrajo el gasto programable del gobierno en la inversión asignada a las Secretarías de Estado. Por ejemplo, la Secretaría de Educación Pública (SEP) que en 1980 ocupaba el 9.64% del gasto neto devengado por el sector público, para 1987 su participación baja al 5.92%. Con un comportamiento inestable en los siguientes 19 años la SEP alcanza para el año 2006 una participación del 6.72%. En 1990 la SEP contaba con 156589 escuelas y para el año 2000 el número alcanzaba las 213011. De las 56422 escuelas nuevas 25104 fueron para nivel preescolar, 16728 para primaria, 9125 para secundaria y 3721 para bachillerato. En los últimos seis años se han abierto solo 22983 escuelas de las que 14906 son para preescolar, se cerraron 981 primarias no obstante que el número de maestros en este nivel se incrementó en 14807. Se abrieron 4435 secundarias y 3573 Bachilleratos. Es evidente que el incremento de escuelas en preescolar indica un número razonable de alumnos que emigraron de preescolar a primaria de 1990 al año 2006, sin embargo no aparecen en la matrícula en las escuelas primarias ya que el numero de alumnos por maestro disminuyó de 23 en 1990 a 19 en el año 2006 y el número de escuelas también. Es evidente que las inversiones en escuelas primarias no aparece no obstante la demanda, sin embargo el número de maestros ha crecido, de la misma forma que el gasto por alumno. En 1990 la educación de cada alumno costaba al Gobierno Federal mil doscientos pesos.

Para el año 2006 el costo sube a 16 mil pesos con un peso mayor en la educación superior donde cada alumno cuesta al Gobierno 48 mil ochocientos pesos anuales. Es manifiesta la crítica al nivel de formación de los alumnos en México y al proceso de deterioro continuo de la calidad educativa frente al nivel alcanzado por otras naciones no obstante el menor numero de alumnos por maestro y mayor el gasto presupuestal por alumno alcanzado. (Véase el cuadro No. 2)

Cuadro No. 2

Maestros, Escuelas y Gasto presupuestal por alumno

1990

2000

2005

2006p

Maestros

1090696

1432372

1623231

1659347

  • Preescolar

104972

156309

197841

206635

  • Primaria

471625

548215

561342

563022

  • Secundaria

234293

309123

348235

356133

  • Alumnos/Maestro

23

20

19

19

Escuelas

156589

213011

232351

235994

  • Preescolar

46736

71840

84337

86746

  • Primaria

82280

99008

98045

98027

  • Secundaria

19228

28353

32012

32788

  • Bachillerato

4406

8127

11280

11700

  • Alumno/escuelas

158

134

134

134

Gasto por alumno (miles de pesos)

1.2

10.6

15.9

16

  • Preescolar

0.6

7.6

10.4

11.5

  • Primaria

0.5

6.9

9.4

10.1

  • Secundaria

1.0

10.6

14.5

15.5

  • Técnico

1.7

10.7

14.2

15.2

  • Bachillerato

2.2

15.3

20.4

21.8

  • Superior

4.6

34.1

45.6

48.8

Fuente: Para 1990 a 2007: PR. Primer Informe de Gobierno, 2007. Anexo Estadístico. México, D.F., 2007. www.presidencia.gob.mx (6 de septiembre de 2007).

Algo similar sucede en la Secretaría de Salud que en 1980 participaba en el Gasto Neto devengado del Sector público presupuestario con el 1.35% y en el año 2005 con el 1.70% (Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la H. Cámara de Diputados con información de la SHCP 2006,2007). Mantiene del año 2000 al año 2005 un incremento del 1.9% en el número de camas censables y del 4.5% en las camas no censables.(véase cuadro No. 3)

Cuadro No. 3

Recursos materiales disponibles en el Sistema Nacional de Salud

Camas

Total

Censable

No Censable

2000

2001

2002

2003

2004

2005

137189

138373

138012

127800

140061

141396

77144

78051

77855

73446

77705

78643

60045

60322

60157

54354

62356

62754

Fuente: SSA.DGIED. Boletín de Información Estadística Núm. 20, 2000. México, 2001.

Un renglón que ha cobrado fuerte dinamismo en el Gasto Neto devengado del Sector Público son las Aportaciones a la Seguridad Social. En 1982 representaba el 0.8%, para 1990 ya alcanzaba el 1.74%, para 2000 se multiplica en 4 veces participando con el 6.93% y para el año 2006 se gasta en esta tarea el 8.97%.

Se puede afirmar que las inversiones productivas realizadas con gasto publico se han estancado, sin embargo, los empleos improductivos creados para impulsar la demanda efectiva aparecen en todas las secretarías incluida la Secretaría de Agricultura , Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación con su programa Procampo que apoya con subsidios y créditos a fondos perdidos a las zonas rurales; los mismos apoyos aparecen en el plan de subsidios a los trabajadores que ganen menos de $ 7382.34 pesos, deducibles por los patrones al presentar sus declaraciones del impuesto sobre la renta ante el SAT a partir del año 2008.

El gobierno no se caracteriza por ser buen administrador ya que el derroche de recursos es una de sus cualidades. Al presupuestar cada uno de los órganos que lo componen generalmente solicitan más recursos de los que esperan utilizar. Si se tienen problemas para ocupar el total de los fondos asignados, no faltarán formas de justificar el gasto antes de aceptar que hubo excedentes en el presupuesto. Estos hechos provocarían recortes presupuestales en los años siguientes argumentando mala planeación o problemas en la ejecución de obras más que suponer eficiencia en la utilización de los mismos.

Las prácticas propuestas por Keynes ofrecen la oportunidad de impulsar la demanda efectiva con emisión primaria de dinero capaz de lograr la creación de empleos productivos y el crecimiento del ingreso nacional, sin embargo, el Gobierno Federal lo esta haciendo a través de la recaudación de impuestos que frenan la inflación y limitan el gasto de la población trabajadora e impulsan el consumo de la población improductiva. Es evidente que el objetivo no es lograr el crecimiento económico, ya que se inhibe la inversión y el consumo a través de los impuestos impulsando el consumo improductivo, sobre todo, de productos importados generadores de desempleo.

Esta tarea es necesaria para dar estabilidad a la economía sin inflación y a la vez ofrecer a las empresas oportunidades de crecimiento sobre todo al enfrentarse a mercados de consumidores potenciales carentes de capacidad de compra por falta de empleo en una economía definida como neoliberal globalizada controlada por monopolios, oligopolios, monopsonios y oligopsonios.

El artículo 28 constitucional establece la prohibición de los monopolios, las prácticas monopólicas, los estancos y las exenciones de impuestos en los términos y condiciones que fijan las leyes. De igual forma, la concentración y acaparamiento en unas pocas manos de artículos de consumo necesario y que tenga por objeto obtener alza de precios…con una ventaja exclusiva indebida a favor de una o varias personas determinadas y con perjuicio del público en general o de alguna clase social. Sin embargo, la presencia de empresas que realizan impunemente estas prácticas con envidiables beneficios para sus empresarios es una práctica cotidiana en México.

The Economist del 30 de noviembre 2007 señala que los monopolios en México de mayor concentración se encuentran en las telecomunicaciones donde Teléfonos de México domina ampliamente el sector. En la misma situación se encuentran la cerveza, cemento, energía, bebidas suaves, televisión, transporte, banca, petróleo, medicina, distribución y venta de tortillas, controlados por monopolios o por pocos jugadores que ponen precios altos con grandes beneficios para los protagonistas ante la tímida intervención del gobierno creando enormes atrasos en el desarrollo nacional.

CONCLUSIONES

El Gobierno Federal ha incrementado el gasto público y ha intensificado los subsidios tratando de incrementar la demanda efectiva y el crecimiento del ingreso nacional. Es evidente la aceptación de la propuesta keynesiana para impulsar la actividad económica, sin embargo, se carece de un plan que imponga orden en el logro de los objetivos nacionales y regule el proceso de monopolización de capital nacional y multinacional. Se quiere crecimiento sin inflación, sin embargo, se impulsa la demanda efectiva pero se ata a la creación de empleos improductivos financiados con impuestos que limitan la capacidad de crecimiento de los sectores dinámicos con posibilidades de generar empleos productivos. Los impuestos reducen la capacidad de compra de los consumidores pero pueden generar incrementos en el ingreso nacional si se invierten productivamente. La tarea de gastarlos en empleos improductivos sólo representa una reasignación del gasto pero no estimulan el crecimiento del ingreso.

La propuesta de Keynes para lograr la expansión del ingreso no es regalar dinero proveniente de la recaudación de impuestos, sino de la emisión monetaria de pesos nuevos que permitan libremente el crecimiento marginal de la demanda generadora de empleos productivos. El riesgo que implica la emisión monetaria como detonador de la inflación ante un gobierno derrochador es evidente, sin embargo la experiencia sufrida en el pasado puede garantizar al Banco de México el nivel de expansión de la oferta monetaria, suficiente para permitir un crecimiento sin inflación.

 

Joaquín Perea Quezada

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente