Una aproximación a la corriente psicoanalítica de Sigmund Freud (página 2)
Enviado por Julieth Bri�as Cera
De estos estudios con la histeria se derivó que:
- Los afectos desplazados de la conciencia siguen influyendo sobre la conducta imprimiéndole un carácter patológico.
- Para obtener un efecto curativo hay que recurrir al sueño hipnótico durante el cual es posible eliminar las emociones traumatizantes por medio de la catarsis.
En estos planteamientos puede distinguirse algunas representaciones del futuro psicoanálisis: impulsos inconscientes, desconocidos por el individuo por resultar incompatibles con las orientaciones de la conciencia, la dinámica de dichos impulsos que irrumpen al exterior en forma de extraños trastornos de los movimientos o de las percepciones, la función purificadora del recuerdo y del relato acerca de las situaciones que provocaron el trauma.
Posteriormente Freud se traslada a París donde conoce a Charcot quien le dice que las alteraciones en la conducta de los neuróticos pueden tener un fundamento sexual.
Plantea además que la conducta de la personas se haya dirigida por fuerza psíquicas irracionales y no por leyes del desarrollo social afirmando que el individuo y el medio se encuentran en estado de guerra secreta.
Freud renuncia a la hipnosis aunque influyó en sus concepciones, él no pudo aplicar con tantos éxitos la hipnosis a la curación de sus pacientes por lo que comienza aplicar el método de las asociaciones libres que constituyó uno de los aportes esenciales de la doctrina Freudiana.
Este método consiste en plantear una palabra al paciente y el mismo debe enunciar libremente las palabras que se les ocurran. Lo que llevó a Freud a plantear que toda asociación surge por efecto de una causa, se fija además en la confusión que experimentaban sus pacientes al dejar que sus pensamientos se asociaran con libertad, en esta confusión vio Freud una referencia a acontecimientos que en otros tiempos habían causado al individuo una herida afectiva, cuando los pacientes se negaban a seguir las asociaciones Freud buscaba el hilo que conducía a las inclinaciones reprimidas sobre los que la vigilante conciencia había impuesto su tabú.
El principio de la asociación fue fundamental en la nueva época de la psicología, servía para explicar los procesos que se dan entre la entrada de la estimulación sensorial al organismo y su salida a través del efector, con las asociaciones se da inicio a la psicología experimental.
Para representar la vida psíquica Freud recurre a tres niveles:
- Inconsciente
- Pre-consciente
- Consciente
La fuente de la carga instintiva que confiere fuerza motivadora la conducta humana es el inconsciente, saturado de energía sexual. Esta esfera está cerrada a la conciencia en virtud de prohibiciones impuestas por la sociedad.
La primera de las aportaciones de Freud fue el descubrimiento de la existencia de procesos psíquicos inconscientes ordenados según leyes propias, distintas a las que gobiernan la experiencia consciente. En el ámbito inconsciente, pensamientos y sentimientos que se daban unidos se dividen o desplazan fuera de su contexto original. Las leyes de la lógica, básicas en el pensamiento consciente, dejan de ejercer su dominio en el inconsciente.
Comprender cómo funcionan los procesos mentales inconscientes hizo posible la comprensión de fenómenos psíquicos previamente incomprensibles como los sueños. A través del análisis de los procesos inconscientes, Freud vio que este estado servía para proteger el sueño del individuo contra los elementos perturbadores procedentes de deseos reprimidos, relacionados con las primeras experiencias del desarrollo que afloran en ese momento a la conciencia.
En el segundo nivel se acumulan contenidos psíquicos de los que no se tiene conciencia directamente, pero que con facilidad pueden hacerse consciente.
El tercer nivel, la conciencia que no constituye un reflejo pasivo de los procesos que tienen lugar en la esfera del inconsciente, sino que se haya con ellos en estado de antagonismo, de conflicto provocados por la necesidad de reprimir las inclinaciones sexuales.
Este esquema fue utilizado para explicar hechos relacionados con la histeria, el olvido de acontecimientos traumatizadotes, la catarsis, los sueños, los errores de escritura, memoria entre otros.
En relación con la sexualidad infantil plantea que el niño pasa hasta los seis años por varias fases: la oral, la anal y la fálica. Entre los seis años y la juventud se extiende un periodo en que el instinto sexual se haya en estado oculto. Se asignaba un especial lugar al denominado "complejo de Edipo", y se plantea que en el mito del rey Edipo se encierra la clave del complejo sexual por lo que el niño se siente atraído por la madre y experimenta repulsión hacia el padre al considerarlo inconscientemente como un rival.
La personalidad enfrenta las demandas del mundo exterior y busca el equilibrio entre la obtención del placer y la evitación del dolor, aunque es posible considerar la postergación de la satisfacción inmediata en beneficio de la adaptación.
La personalidad pasa por diversas fases determinadas por la dinámica biológica de la libido. Sus fijaciones son concebidas por el mundo exterior de tal forma que las pulsiones sexuales expresan el compromiso entre las tendencias biológicas y los requerimientos de la vida social.
En esta evolución son muy importantes las primeras relaciones paterno ? filiales, en las cuales el sujeto encuentra su primer objeto sexual y donde por primera vez ocurren los conflictos entre el principio del placer y el de la realidad.
La personalidad que se construye bajo este flujo de pulsiones y condicionada en parte por el medio se estructura en tres instancias (el ello, el yo y el superyó).
Las concepciones de Freud respecto a la estructura de la personalidad humana sufrieron varios cambios en su formación, en un principio se presentaba como una jerarquía de lo inconsciente, de lo pre-consciente y de lo consciente; sin embargo posteriormente presentó otro modelo que ejerció una influencia decisiva sobre las teorías psicológicas, modelo que presentó en los libros "Más allá del principio del saber" (1920) y "El yo y el ello" (1923).
En estos volúmenes se afirmaba que la personalidad consta de tres componentes fundamentales, que se designaban como: ello, yo y superyó.
El ello es el componente más primitivo, portador de los instintos. Irracional e inconsciente, se subordina al principio del placer. Es el estrato donde se acumulan las energías sexuales agresivas, donde el principio del placer tiene vigencia absoluta y resulta un componente inconsciente de la personalidad. Se exige la inmediata satisfacción y se experimenta de forma placentera por el individuo, pero se desconoce el principio de realidad y se atiene solo al principio del placer.
Como conseguir en el mundo real las condiciones de satisfacción de las pulsiones básicas del ello es tarea del yo, que domina funciones como la percepción, el pensamiento y el control motor, para adaptarse a las condiciones exteriores reales del mundo social y objetivo. El yo tiene el objetivo de establecer un equilibrio entre el ello, el superyó y las condiciones externas, puede operar consciente, inconsciente y pre?consciente y está determinado por el principio de la realidad y no del placer.
Para desempeñar la función adaptativa, de conservación del individuo, el yo debe ser capaz de posponer la satisfacción de las pulsiones del ello que presionan para su inmediata satisfacción con lo que se origina la primera tensión. Si el yo toma una resolución o realiza un acto para complacer el ello, pero oponiéndose al superyó, sufre un castigo en forma de sentimientos de culpabilidad y reproches de la conciencia. Como quiera que las exigencias que se presentan al yo en diferentes instancias (el ello, el superyó y la realidad exterior) son incompatibles, este se encuentra inevitablemente en situación conflictiva, origen de una tensión insoportable. Para defenderse el yo desarrolla mecanismos psíquicos específicos llamados mecanismos de defensa. Algunos de ellos son: la represión, la regresión, sublimación y otros.
El superyó sirve como portador de los estándares morales, es la parte de la personalidad que realiza la función de crítico y censor. Está constituido por la interiorización de normas morales de la sociedad que han sido asimiladas durante el proceso de desarrollo personal, sobre todo partir de la expresión del Complejo de Edipo. Ideal del yo modelo al que los miembros del grupo quisieran parecerse. Según la teoría Freudiana el superyó se origina en el esfuerzo de superar el Complejo de Edipo.
Este modelo contenía una alusión a los varios niveles de la estructura de la motivación de la conducta humana y a la representación en esa estructura de los niveles biológico (ello), individual ? personal (yo) y social (superyó) de organización. No obstante estos componentes aparecían falseados, el biológico se reducía a la energía de la libido, el social a la tendencia sexual del niño y como lo denominaba Freud, al "pobre yo" no le quedaba más que concordar las exigencias necesariamente presentadas desde tres partes: el inconsciente, la realidad y el superyó.
La conducta es la resultante de estos tres sistemas. Esta lucha conduce a la represión de ciertos contenidos hacia las profundidades inconscientes, contenidos que no pierden su energía.
Esta idea a nuestro modo ver es reduccionista, mecanicista y biologicista por la esencia de sus postulados y el funcionamiento de su sistema. Nos entrega como planteamos anteriormente una visión del hombre, una concepción de su naturaleza no solo unilateral sino eminentemente pesimista, dominado por los impulsos sobre los cuales tiene muy poco control; un ser irresponsable, aunque fue un descubrimiento trascendental para su época pues el hombre abrigaba todo tipo de sentimiento e impulsos sexuales y agresivos que había escondido tanto para sí como para los demás.
Una piedra angular de la teoría y la práctica del psicoanálisis moderno es el concepto de ansiedad, un tipo de experiencia que implica una reacción contra ciertas situaciones peligrosas. Estas situaciones de peligro, tal como las describe Freud, son el miedo a ser abandonado, a perder el objeto amado, el miedo a la venganza y al castigo y la posibilidad de castigo por parte del superyó. En consecuencia, los síntomas, los desórdenes de la personalidad y de los deseos, así como la propia sublimación de las pulsiones, representan compromisos, diferentes formas de adaptación que el yo intenta desarrollar con mayor o menor éxito, para reconciliar las diferentes fuerzas mentales en conflicto.
Un representante importante del movimiento psicoanalítico fue Alfred Adler quien rechazó el pansexualismo y sus ideas influyeron en el nacimiento del neo-psicoanálisis, desarrolla el concepto de socialización, el cual hizo avanzar muy poco las investigaciones sobre el problema de la correlación de los factores que determinan la conducta humana.
En el desarrollo de esta teoría se destacaron además Carl G.Jung, Otto Rank, Melanie Klein, Erich Fromm, Karem Horney y Harry S. Sullivan, y otros quienes han enriquecido la misma y en algunos casos adoptado denominación diferente para sus escuelas como indicativo de las diferencias con las teorías freudianas ortodoxas.
Múltiples han sido los aspectos negativos de la teoría freudiana, entre los que podemos destacar, además de los ya mencionados, la sobrevaloración del sexo, la concepción de la personalidad como desequilibrada, neurótica, ya que extrapola la experiencias del sujeto enfermo al sano, reduce los móviles de la conducta a los instintos, entre otros, no obstante hizo numerosos aportes al campo de la Psicología y la terapéutica entre los que podemos señalar la distinción entre la psiquis y la conciencia, el intento de explicar los actos humanos a partir de móviles internos, la estructura psíquica de la personalidad, el reconocimiento del papel de los primeros años de vida en el desarrollo de la personalidad, así como los métodos que plantea para el estudio de la personalidad y la terapia que en nuestros días son utilizados, tal es el caso de la hipnosis, sugestión, asociaciones libres, entre otras.
Para comprender mejor el psicoanálisis es necesario una adecuada preparación teórica que incluya no solo los elementos psicológicos y lo que el equipo considera muy importante, una actitud desprejuiciada hacia dicha corriente en aras de determinar el verdadero valor del psicoanálisis.
Autora:
Lic. Julieth Briñas Cera.
UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA
ENRIQUE JOSÉ VARONA
CIUDAD DE LA HABANA
La Habana, abril de 2007.
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |