Poemario siglo XXI
ALEGORIA A JUANA DE IBARBOUROU
La melena de la palma
Despeinada y suelta a viento
Parece una mano anhelante
Alargada hacia el océano
Para hacerle una caricia
Y expresarle su lamento.
El le devuelve e mimo
Con mimoso galanteo
Extendiéndose en sus olas
Y rindiéndose en la playa
Llegando hasta allí rehecho.
Mas apenas si la toca;
Sus caricias en la espuma
Se aproximan con el viento.
Es un amor ignorado
Y va más allá del tiempo.
La hija de Poseidón
calzó sandalia ligera.
El conoció de sus pasos
Y le envió mensajeras;
Musas inspiradoras
Que inspiraron sus poemas.
Ella despreocupada
Cantó a la naturaleza
Se recostó entre los pastos
Sintiéndose exuberante,
Salvaje, joven, morena.
Y adoró el campo, el trigal,
El heno, las hierbas.
Sintió brotar en sus manos
Las dalias, las rosas, los nardos
En asombroso milagro;
Mágica pluma diestra.
De suave tez mate,
Nocturna la cabellera
A su nuca recogida
Sobriamente presa.
Largos sus ojos oscuros
Roja su boca pequeña
Las pestañas cayendo lánguidas
En su mirada serena
Que escondía mil misterios
Que sabía volcar en sus letras.
Exquisita su palabra
Exactos su ritmo y su métrica:
Bajo esa faz campesina
Brotaba cultura plena
Con sus versos taciturnos
Como sus negros cabellos,
Cada verso una hebra
De aterrador realismo
O de erotismo envolvente
Disfrazado de poema,
Sus pasiones absorbentes
Sus abismos obsesivos
Y esas palabras tan belas
Merecen poder trenzarse
Al canto de las sirenas.
Y Poseidón las escucha
con devoción y con pena
de no poder abrazarla
y mecerla entre sus aguas
para ella, caricias tiernas
diluyendo sus pesares,
coronándola princesa
con una tiara de espuma
y tenerla toda entera
para é solo por siempre
más que princesa, su reina.
DESTINO FINAL
Me perderé en el pasado
en una niebla de olvido
y ni la polvareda de mi corcel alocado
quedará en el aire del presente recuerdo.
Habré pasado a ser sólo una imagen borrosa
que tu mente, distraída en otra cosa
no podrá identificarme;
habré desparecido para ti,
me habré perdido para el mundo,
habré muerto.
EL CAMINO
Yo he vivido y muy vividas
varias vidas en una
y adquirí en cada una
distintas sabidurías.
Vinieron en todas ellas
jaurías
de angustias y penas feroces
dejando mi corazón estaqueado,
pero el destino enamorado
me dejó hablar con Venus,
con las Gracias y las Musas
y así, como confusa
fui caminando a tientas
el camino dorado del canto
de la plástica, de la poesía
y el manto
del arte calmó el dolor
y procuró un sabor
más dulce a mi garganta.
Es un misterio por qué
muchos artistas valiosos
para alcanzar su meta de gozo
deben antes beber
de un cáliz tan tenebroso
pasando amarga prueba
con el premio final sabroso
de ver más amplio el horizonte.
Y pagado el precio el monte
del triunfo conquistan
y como el cóndor en los Andes
con largas alas extendidas
transitan el aire cristalino
y como reyes dominan
la zona más transparente.
Ese goce tan alto prevalece
sobre el dolor terrenal
y pueden así soportar
las penas impertinentes
transformándolas en musas
que inspiran sus telas
que inspiran sus cantos
que inspiran sus tallas
que inspiran sus letras.
Se opera la magia,
la prístina transmutación:
y de aquel fondo negro
común a los mortales
van subiendo escalones
hasta llegar triunfadores
al blanco más reluciente
y si una flecha de abajo
los hiere artera de muerte
al morir dejan postrera
la belleza luminosa
de su invicta creación.
Sobre lo pequeño y mezquino
triunfa la obra perenne
dejando una huella indeleble
de ejemplo a la raza humana
y se abraza como hermana
con la creación del Dios mismo
superando así el abismo
de lo invisible y eterno
hacia las zonas lejanas.
DESPRENDIÉNDOME
Batiendo con verdes oleajes
las rocas azules cristal saferí,
yo pulo los signos linguales
lustrando poemas que pinchan la luna
y emergen brillantes
cuajando sus letras
color carmesí.
El dulce celeste ondulante
desliza sinuoso
contra un vago amarillo
su mundo sin fin.
Hacia el sabroso esmeralda
en gracioso arabesco,
las pompas doradas parecen latir.
Un melodioso rosado
envuelve fragante
la agreste blandura
de un marco turquí,
y un destello naranja
sobre el sobrio violeta
estira una gota
que huele a jazmín.
OCTUBRE/2009
ÉL
Ojos café
mirada de miel
voz alagadora del oído
metal y terciopelo
se me cuela por el tímpano
acariciándome en un mimo
que resbala por todo mi ser.
Me acarician la piel y los labios
sus vellos viriles
en dulce y apasionado beso.
mientras, su mano firme de trabajo
olvidó severidades
se alarga y me ase irresistible
hacia él en abrazo delicado.
Mirada que se funde en la mía
y juntas vamos de la mano
no sé dónde ni me importa.
Vuelan nuestras almas como gemelas
en un instante eterno
a un eterno paraíso arcano.
Mi piel contra la suya se arrulla
en deleitoso goce
y todo ello es en sí
un orgasmo indescriptible
que urge por el otro carnal
en la terrible espera.
Mi torrente pasional se retrajo
como hace el mar para formar la ola.
Ha vuelto con diadema de caricias
como espuma y besos de remolino
entregándose todo a su merced
empapándolo de amor.
SETIEMBRE 2009
EL MAR
El mar como gran arcano,
lleno de arrugas y canas
sobre las playas lejanas
vuelca rezongos de anciano.
Yo me sumerjo en su cuerpo,
me diluyo, me disuelvo,
ya soy líquida,
con sabor a sal,
transparente e infinita
ya soy agua, ya soy mar.
.
Al batir rugiente
la aspereza inerte
brama mi presencia
en multitud de formas,
siendo incansable,
siendo sempiterna
la quebrada imagen
de mi propio soma.
Me retraigo y me rehago
desde tiempo inmemorial,
vuelvo a batir las rocas,
o a veces las acaricio
y las más, estruendo y espuma;
trabajando el material.
Es mi labor incansable,
escultórica, sin fin.
esclavo atado a la Tierra,
tengo ondas, tengo olas
y también tengo mareas
según la faz de la Luna,
la reina que las gobierna.
Las rocas, imperturbables
ante mi hacer pertinaz
hieráticas, silentes,
resisten mis embates
que en el paso de los siglos
forman playas de suave arena
o riscos de áspera faz.
En el ojo del hombre
encontré un espejo
que devolvió mi imagen
en sus letras o en sus lienzos.
Signos y colores
sus veleros mentales
con las velas henchidas
navegó su imaginario.
Con pintores y poetas,
el tiempo, gran alfarero
modeló aquellas riberas,
acantilados y fiordos
y todo se diluirá y será engullido
de aquel arte que ha sido
y que luego será marea.
EL VUELO DE LA PALOMA
Vuela la paloma
extraordinario vuelo,
vuela la paloma
persiguiendo un sueño;
otea el horizonte,
escudriña el suelo.
Busca, busca , busca
Vuela, vuela, vuela
por montes y llanuras
por playas y desiertos.
Rozando las montañas,
viendo el mar de lejos.
Late, late, late
su corazón bueno,
henchido de amor
atraviesa el cielo.
No cesan sus alas
en supremo esfuerzo,
no prueba bocado
en su ciego esmero.
Circunvaló el planeta
en su hazañoso vuelo
Sólo queda, el espacio
inmenso y negro
y hacia él se lanza
desafiando el tiempo.
Vuelo insolente,
Intrépido vuelo
Anhela un imposible,
hace frío afuera
y la vence el sueño.
Julio 2010
EN TINIEBLAS
En el más sombrío rincón de mi existencia
yazgo llorando este duelo.
¿Algún oído escuchará mi súplica?
¿Qué mente eterna descifrará esta señal,
comprenderá este ruego?
Es que el tallo se separó del retoño
en un acto contrario al orden natural.
La savia madre se envenenaba del broto
y el tallo estéril prefirió la soledad;
se contaminaba del retoño
que aviesas manos lograron enfermar.
Este añoso tronco solo,
sólo ansía que el retoño haya curado
y fundara un jardín sano, exuberante manantial.
Es un imposible, no tiene remedio ese afán.
Yo soy ese tallo,
esa planta marchita retirada del jardín,
un espectro que recuerda vagamente
aquella madre-mujer que fui,
una sombra que deambula por las calles,
otra persona más en medio de la rutina gris.
No pude tener otros retoños
que atestigüen que a los fines naturales
para los que existo, ya serví.
Puedo tener otros hijos que no sean carnales,
creaciones vivas que acaso en las memorias
tardías y empolvadas del mundo,
alguna vez, por casualidad,
quizás hablarán de mi.
Pero aquél de mis entrañas,
aquél a quien al mundo parí
en un trabajo premonitorio de tajo,
ahora ya infectado se aprestó a partir.
Fue un viaje sin retorno,
es una espera sin fin.
Me mataba sin apuro ni piedad;
mejor la súbita herida
al veneno lento, implacable…letal.
El dolor me lo muestra cuando duermo,
en sueños a veces lo veo,
en sueños, sólo en sueños
aparecen sus ojos negros
enormes, redondos
pero entornados y enfermos
en una visión fantasmal.
Es un sollozo anudado en la garganta,
una llaga abierta que late sin cesar;
sangre figurada que tiñe mi camino
toda roja de un tono carmesí fatal.
¿En qué hondos abismos se habrá despeñado?
¿Necesitará mi mano buena en su frente febril?
Los demás, los otros, esos extraños,
como maleza enmarañada, malos y huraños
lo envolvieron y alejaron para impedir
que mi caricia de madre lo aliviara
y mi amor vital lo ayudara a vivir.
La mala hierba medraba en sus cartas,
sus palabras, no del todo suyas,
púas hostiles, espinas de decir
lastimaban los ojos que leían
la cabeza que entendía
y el corazón que en la inútil espera
de su amor filial casi para de latir.
Y tuve que cortar separando en el tajo
un pedazo de mi.
Un veneno nublaba su mente,
Ponzoña que arruinaba su vida,
¿habrá cerrado sus ojos por fin?
Su vida no era más que una lenta agonía.
En esta trampa marginal
he quedado aprisionada
y hacia él no puedo partir.
¿Cómo saber la verdad de una vez por todas
para cuando legue la hora
poder en paz morir?
HIJO
Destello de supernova
resplandeciendo en mi alma;
mucho antes exististe
de que alguien te pensara
y que a este mundo tangible
a través mío llegaras.
Quizás allí me elegiste e inspiraste mi deseo;
idea primero fuiste jugueteando en mi cerebro,
y un chispazo de sinapsis,
de vez en cuando bromista,
jugando te hacía cosquillas.
reía tu vocecita
repicante camapanita,
Descolgando de mis labios
Rutilante una sonrisa.
Eras mi niño querido,
tesoro en mi corazón.
Eras mi niño riente
en mi tibio nido-plumón.
Lejos del ruido del mundo
te acunó mi corazón,
y al ir creciendo en mi panza
al compás de los latidos
en un canto de esperanza.
El terrible bisturí te abrió camino a la vida…
tú nacías, yo dormía…
con la inmensa incertidumbre:
¿a verte despertaría?
Por fin mis brazos horquetaron
cuna de carne y vaivén.
cuando al urgir alimento
oprimías mis pechos nutrientes
en vano tu insistías…
yo te seguía acunando…
el biberón ya llegaba
y al murmullo de mi voz
al sueño te ibas soltando
Vínculo arcano de amor
que fue entretejiendo el tiempo.
Me sorprendí conociéndote
sin llegar a comprenderme;
Me avisaba el corazón
cuando estabas en apuros
y es que sentía contigo
al son del mismo tambor,
y ahora igual se estremece.
Para las madres sensibles
una parte de sus hijos
queda así y nunca crece;
en un rinconcito del alma
como niños permanecen
y a ese niño indefenso
las madres siempre protegen.
Y me siguen asombrando
los prodigios de ser madre
¡todo lo que se siente!
Y son cortas las palabras
porque así ha de ser siempre.
INSPIRACIÓN
El dragón dormita en la caverna profunda.
Al más leve estímulo
se entreabren sus ojos fulgúreos
en la hora nocturna,
fascinantes y fijos de serpiente fecunda.
Se yergue en un estruendo impetuoso
agitando las traslúcidas membranas
de sus alas taciturnas.
Al son anhelante de mis pulsos febriles,
asoma feroz en las manchas doradas de mis grisáceos iris.
Su aliento de fuego acrisolante
impulsa el trazo de mi pluna
que apresura el dibujo de los signos
en la página de fondo
y con un encaje negro
va bordando esta escritura.
Un torrente incontenible estremece los canales
del paisaje cerebral: brujas, ninfas y musas
se dan cita en aquelarre; danzas y rondas locas
con figuras fantasmales se deslizan por mi frente
descendiendo poco a poco
los peldaños empinados
hasta la mano obediente.
LA ESCRITURA NOCTURNA
La luna de la una
me pescó en la madrugada
con su enorme ojo atento,
mirada insomne y plateada,
Hhilando recuerdos viejos
como en rueca abandonada,
procesando las palabras,
ordenando verso en poema
y descargando al escribir
un ancho espectro cromático
de pasiones encontradas.
La luna me mira seria, es que va muy apurada;
ya se esconde entre los plátanos
y aquí yo sigo atrapada
escribiendo y escribiendo
hasta caer agotada.
Ella se fue a dormir
dejando la noche plateada;
Yo me deslizo con sueño
sobre la sábana casta,
me acurruco como un niño
abrazada de mi almohada
LLEGAR
No siempre hay por delante
un camino prolijo de asfalto
para transitar tranquilos,
o un lago de aguas transparentes
donde chapotear y divertirnos.
Un tortuoso sendero lodoso
es el pasaje a atravesar
de tropiezos incesantes
que sólo los puros corazones,
como pájaros ingenuos
sobrevuelan invictos.
Hay quienes
en su afán por avanzar
el lodazal llevan puesto.
Hay aves que cruzan el pantano
sin mancharse;
mi plumaje es de esos.
NUESTRO ENCUENTRO
Hoy el sol es más brillante
La primavera más colorida,
El aire más fragante…
Una mano toma la mía
Y al mismo paso
Vamos dibujando un tibio camino
De comunicación.
Otra alma ha hecho contacto
Y ambas cantan un himno a dueto!
El arte nos brota a raudales,
Nos inunda la música
De todos los colores!
Sus notas nos hacen cosquillas;
Mis caderas se balancean,
Mis pies marcan el ritmo,
¡me estoy emborrachando de arte!
¡me estoy embriagando de amor!
Deja que este aroma me haga soñar
Deja que este ritmo caliente mi sangre.
Mírame con tus ojos de fuego
Bésame con tu boca anhelante
Abrázame con tu alma
Cuerpo a cuerpo.
Olvidemos las cicatrices del pasado
Paladeemos este licor dulce
Transitando por las nubes del placer
Arte y amor, amor y arte:
Sinónimos del éxtasis supremo:
Pleno tu , plena yo
Así y así y así
Ya no hay espinas,
Ya no hay dolor,
Penas ni olvido;
Sólo este nirvana, esta nada
Repleta de satisfacción!
Déjame darte mis mejores elixires,
Disfruta mis mejores colores, vibraciones:
Todas las canciones del mundo en un beso!
Tu ser y el mío
se entrelazan en la más hermosa sinfonía
porque vibran en el mismo registro,
y sus voces cantan la misma melodía.
Y no puedo hacer otra cosa
que volcarme en la escritura entre baile y baile
bailo, canto, escribo, sueño
y tu has generado todo este
cuadro de todos los estilos,
esta tonada de todos los ritmos.
:
PARA ELLOS ESTA OFRENDA
He sido arrojada al ruedo.
Una fuerza irresistible
me ha plantado en esta arena
para jugar este juego
peligroso de las letras.
Paños dorados y rojos
me estimulan desafiantes,
son hojas con escrituras
de signos reverberantes,
de una luz tan inspirada
como mágicas creaturas
y al mismo tiempo punzantes.
Vienen a mi los poetas
disfrazados de muleros
blandiendo sus sabias plumas,
banderillas que me ensartan
para que yo aprenda respeto.
Soy tan sólo un toro bravo
que resopla enardecido
sacudiendo su cabeza
bajo una lluvia de ideas,
que embiste y tira cornadas
tratando de capturarlas
para formar un poema.
El sol que dora la plaza
en esta tarde de toros,
eterna sobre esta arena,
en este delirio danzante
tal vez aspire a inspirarme,
pero tan sólo consigue
que broten mil ríos salados
de sudor, lágrimas, sangre,
jugo rojo y pegajoso
que apenas por tinta uso.
Alocada imaginaria
para lograr quizás un verso
en esta tarde dramática.
Los poetas se me vienen
con trajes de luces malvadas;
tienen rostros conocidos:
Rubén, Federico, Juana
Violeta, Antonio y el loco
que se coló entre poetas;
el genio surrealista,
un poeta en su paleta.
Dalí ya nos bosqueja:
soy una suerte de bestia
en una pose grotesca
de danza desenfrenada.
El toro es siempre el que pierde
bajo la experta estocada.
Quizás el trazo maestro
me salve de esta desgracia,
me miren con indulgencia
y por fin pueda entregarles
dedicándoles al irme
para ellos esta ofrenda.
PASEO IMPRESCINDIBLE
Cada uno escribe sobre lo que puede
Yo me aventuro pateando piedritas
Por la orilla del acantilado
y aún me asomo para merar allá lejos, abajo
Con el seductor marco del vértigo.
Y escribo
Creo divisar los oscuros misterios
Que me muestra el escarpado panorama.
El fondo de los ojos de la bestia
Que es el reflejo de la bestia aquí dentro.
Es el paisaje de todos los hombres;
Veo los despeñaderos por los que nos aferramos
Para no caer del todo, para no morir del todo
Y los miro y lo miro;
Lo miro a los ojos al monstruo,
La miserable cápsula de la soledad,
La maraña que enturbia el entendimiento,
El rostro vuelto de los otros, la espalda de los otros
La frialdad de los fantasmas
Que me cruzan en la acera;
Miradas fijas o perdidas de autómatas,
Brazos que al remar me golpean sin atención
Y se bambolean zapatillas y ojotas aplanando vereda.
Con cablecitos colgando de las orejas.
Mientras carrocerías vertiginosas marcan el asfalto blando.
Arriba las heroicas ramas
Mecen sus chamuscadas hojas que quieren ser verdes
Y el cielo de fondo es más gris que celeste
A través de un aire turbio de polvo perenne.
En un vaho de bruma y rumor de voces
Que parlotean, exclaman,
Gritan roncas con el clamor mecánico de fondo,
Se desliza de vez en cuando
Alguna música con ritmos de tambor.
Doblando hacia la entrada de algún templo de consumo
Para respirar una frescura fabricada,
Me hundo en un mar de vidrieras, maniquíes,
Luces, espejos y carteles de "sale" y "off"
En un muestrario infinito
En un carnaval permanente
Y sensual de seducción.
Me siento una libékuka revoloteando
Enloquecida hacia la uz fatal.
La tarde bosteza de hastío en el estío
Y en la penumbra crepuscular
Extraño mi rincón, mi solitario hogar
De un solo ambiente multifuncional.
UN CAMBIO DE ESTACIÓN
Me sorprendo feliz hundida en la oscuridad y en el silencio
cuando otrora habría ansiado unirme a corros y risas
flameante lama de charlas y cantos,
alborotadas reuniones de antaño.
Con serena silueta yacente,
en la penumbra descanso…
y adoro esa paz, ese sosiego somnoliento
en que me hallo.
El mundo queda afuera
girando su carrera enloquecida.
Yo estoy aquí, descendida de ese tren
en mi estación tranquila,
la cabeza reposando en la almohada
y la mente sorprendida por este plácido descanso.
Un agradable sosiego lo ha invadido todo
…
La mirada de mi alma se vuelve extrañada sobre mi
y descubre con asombro una cueva.
otra dimensión.
Ella es más bien una guarida camuflada,
un refugio, un remanso
donde se liberan mis fantasías
cobrando más solidez cada día.
A cada momento este bordado
concreta en esta soledad consoladora
más y más mis ensueños
que de a mano me conduce
a otra dimensión:
Son las zonas etéreas del pensamiento y la poesía,
es la zona virtual de lo posible y lo imposible,
lo verosímil y lo que no;
son terrenos en los que recién me voy internando
y en los que apresuro el paso porque me cautivan.
Son los palacios interiores sin espacio ni tiempo,
pletóricos de tesoros eternos.
Para Occidente, el hogar de las musas
de aquellos arquetípicos dioses
que los griegos modelaron
y dieron la impronta a nuestra civilización.
Para mi, un ámbito más misterioso y universal
que aúna a la humanidad toda,
espiritual y onírico; un misterio en sí mismo.
Los signos del lenguaje no alcanzan para describirlo;
apenas pueden dar un rústico bosquejo.
"Aquí", por decirlo de alguna manera,
Siento el gozo de una comunión conmigo misma
…¿y con Dios?
Con el universo, el cosmos,
la naturaleza,
como quieran llamarlo.
La paradoja es que necesito expresarlo,
pero el hacerlo no me alcanza;
Es un sentimiento de emoción,
una idea … una necesidad vivencial…
¿espiritual?
…Y siguen delineándose los signos
que tratan de expresar "eso"
dimensión desconocida,
quintaesencia humana de creación,
función maravillosa del cerebro
que nos ha hecho imaginar
la existencia de Dios:
es un cambio de estación.
YA NO ESTÁS, PAPÁ
No se escuchan ni los ecos de sus voces;
han callado las cuerdas de tu guitarra,
espectro vago de aquella opereta
suspendida como un farol en tu alma.
Tampoco se oye ya el susurro de tu lápiz rojo
marcando ciertas líneas y notas en los márgenes
de hojas macilentas y gastadas.
Ese susurro incansable acompasaba mis pensamientos;
nuestras mentes parecían tararear a dúo
una suave tonada inexplicable
mientras las musas se sentaban a nuestro alrededor.
El silencio estaba lleno de murmullos
y los dos estábamos solos en el estudio
pero ninguno estaba solo
aunque nos ensimismáramos en cosas distintas.
Éramos como gatos ronroneando
tendidos al sol de la siesta en el tejado.
Cada tanto mi vista se deslizaba
deteniéndose en tus poderosas manos buenas:
una, atril para el libro, la otra con el lápiz al acecho,
y el ir y venir de tus ojos,
que hacía balancearse los densos plumajes
de los párpados,
y en ellos me miraba como al espejo.
Nos hacíamos compañía un día, y otro día, y otro día.
Habían pasado aquellos de enseñanza básica
y raleaban, en la cabeza del tiempo, ya casi calvo,
los de tu guitarra cantora,
entonces rama florida de reverdecidos acordes
acompañando mis cantos, que eran tuyos.
Y aquellos de la niñita que volvía con canciones de la escuela,
de su caracolito y de la tortuga verde,
que eran tu alegría y tu esmero.
Apenas los diviso allá lejos;
ahora se agiganta la ausencia en su capa silenciosa
e invade insolente aquel despacho nuestro
esparciendo una bruma de gas letal
que disuelve la alegría.
JULIO "12
ENCUENTRO OTOÑAL
Con mis palmas palpando cautelosas
El terreno incierto,
Polvoriento y pedregoso
Adelanto un paso indeciso.
Apoyo mis plantas
Sobre las ruinas de esplendores idos.
Mis ojos despejados de telas y lagañas
Con un destello ilusionado
Se miran en los tuyos.
Lo demás sólo lo imagino.
Mis manos aún no encontraron
Refugio en las tuyas
Y no me he atrevido a compartir contigo
Mi humilde intimidad otoñal.
La hora de la tarde es la perfecta
Para que tu mano vigorosa en mi cintura
Me inspire al salto audaz de cruzar el puente
Y se enrosque tu brazo en torno mío
Pegándome a ti, mirada con mirada
Y aliento con aliento
Trenzándonos felices en amoroso encuentro.
¡Hombre! Derramas efluvios testoterónicos
Sobre mis estrogénicas pasiones sofocadas.
Provocas retumbes estruendosos
Y mi tierra-mujer tiembla y retiembla
Avisando la emergencia inminente
De una serpiente pasional
Que despierta de su centúrico letargo
Ante el llamado irresistible;
Lava subterránea y ardiente, rápida y sinuosa
Abriéndose camino irrefrenablemente.
OLVIDO
Olvido, manto de vacío
que conjura las penas del alma.
Olvidar
es matar los fantasmas sombríos
que siguen atormentando.
Ellos se irán disolviendo
en la bruma eterna del piadoso olvido.
Ya los he recordado bastante;
en las horas perdidas del día
exprimieron suficientes lágrimas en mis ojos,
en las horas nocturnas de insomnio
se escabulleron en los huecos del recuerdo
hacia mis sueños.
Ahora he decretado su muerte,
su renuncia indeclinable
a corroer mi pensamiento,
y se ha sentado soplando vacío
en su sitial de preferencia
el piadoso olvido.
DICIEMBRE 2010
TRANSMUTACIÓN
Aunque viva como eremita
tambalea el corazón;
mi alma aguerrida e indómita
descubre su desazón;
el balance ha sido duro:
páramo en derredor
Este llanto acongojado
me atenaza la garganta,
parece la venganza más agria
de mi enemigo peor;
con sus lágrimas salinas
llaga la piel y desgarra en dos,
de acíbar es su sabor.
Amargura y soledad
testigos empecinadas
de esta desolación,
y se desploman al abismo
consuelo, resigno, perdón,
donde no llega ni el eco:
es tan hondo este dolor.
………………………………
Pausa imprescindible,
El sueño reparador…
………………………………
Mi orgullo, fiel compañero
acude y palmea la espalda,
aliado de la razón
conjura a los tenebrosos
restaña mi corazón
alienta a secar los llantos,
convoca a la alegría:
para mi también hay sol,
dulcifica la amargura:
sonrisas y una canción.
LA VIDA PUEDE MÁS
Aunque no falta allá adentro una herida,
abierta y sangrante que sigue doliendo,
voy con mi historia cargada a la espalda,
respiro bien hondo y no me detengo.
Admiro el paisaje.
Me invade la vista
la vida vestida en diversos atuendos:
sus lloros, sus risas, lo amargo y lo dulce,
me nacen las ganas de seguir viviendo,
las ganas de todo, esa lucha fecunda
cual si un agua brotara de un surgente eterno.
Mis labios se extienden, asoman mis dientes,
Y se ha hecho el milagro,
¡estoy sonriendo!
SIN TÍTULO
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