La necesidad de la Iglesia y el Estado
Hagamos primero una comparación: Un reloj contiene variedad, orden y unidad. Se compone de una variedad de piezas, puestas en cierto orden. Estas piezas alcanzan el propósito de su existencia individual solamente cuando están unidas en el reloj.
Una sociedad justa también contiene variedad, orden y unidad. La gente, de muy diversas condiciones, vive en armonía a través de respetar reglas o leyes y forma un cuerpo social, un "Estado", cuyo jefe o cabeza es el que gobierna.
En la Iglesia existe también variedad, orden y unidad. Los hombres y las mujeres de muy diversas razas, países y temperamentos, siguiendo las leyes de Dios y de la misma Iglesia, logran el FIN de su existencia (la felicidad eterna) al unirse al "Cuerpo Místico" (místico, porque es espiritual) cuya cabeza es Cristo.
Así como se necesita un relojero para poner en su lugar a cada una de las piezas necesarias del reloj (el fin específico de las partes), la Iglesia y el Estado fueron creados por Dios para ayudar a la humanidad a alcanzar una felicidad no solamente temporal, sino eterna; el Estado por ayudar en el campo de las necesidades materiales y temporales, y la Iglesia, en cuanto a las necesidades espirituales y eternas.
La voluntad de Dios
Oponiéndose al propósito de Dios y, por lo tanto, de la Iglesia y de un verdadero Estado, la humanidad trata de encontrar la felicidad sin Dios. Así vemos, en estos días, el enorme énfasis de hacer las cosas "a mi manera", en vez de tratar de conformar lo que hacemos con la voluntad de Dios. La mayor parte del tiempo, ni siquiera pensamos en Dios. El resultado de "hacer nuestras cosas sin Dios" es el de una felicidad parcial y momentánea, seguida de remordimientos, vacío, insatisfacción y una gran tristeza. El único remedio contra esta tristeza es el de hacer la voluntad de Dios.
La voluntad de Dios se logra dentro del Estado y de la Iglesia a través de que, cada uno en su campo, cooperen para que: a) la variedad de nuestros talentos se dirijan a satisfacer las necesidades espirituales y temporales de los demás; b) el orden entre nosotros esté basado en la justicia y la misericordia; y c) la unidad de los hombres florezca por la practica de la caridad. El resultado de ESTO será la paz en la tierra y la felicidad eterna en el Cielo.
Una nación es como un jardín
Una nación es como un jardín y el gobierno de una nación es como su jardinero. Pero, desgraciadamente – es la condición humana – hay buenos y malos jardineros. Un mal jardinero deja crecer la maleza en su jardín y no está al pendiente de sus plantas. Para que cada una de ellas crezca adecuadamente, según sus propias capacidades, un buen jardinero debe guiarlas hacia arriba, hacia el cielo, manteniéndolas "rectas", abonándolas y regándolas correctamente. Las malas hierbas deben ser arrancadas y las buenas deben ser protegidas contra las plagas. Es conveniente que tome consejo de un jardinero experto para resolver los problemas más difíciles.
Para que la gente de una nación "crezca bien" (prospere temporal y espiritualmente), si su gobierno es bueno (como un buen jardinero), debe también mantener "rectas" las cosas. Asegurar que su gente tenga lo que necesita para "crecer". Tratar de eliminar las "malas hierbas" (los vicios). Proteger a sus miembros contra los ataques de sus enemigos (las plagas) y seguir el consejo de un experto para solucionar ciertos problemas. Por ejemplo, si el problema es moral, Dios puso en la tierra a su Iglesia como "el experto", diciendo a sus apóstoles: "El que a ustedes escucha, a Mí me escucha".
No todos los insectos son malos para un jardín. Las abejas, por ejemplo, son necesarias. Algunos de los insectos dañinos son difíciles de diferenciar de los que pueden ser útiles. Usted, como lector de este libro, podrá reflexionar sobre las diferencias entre lo que puede PARECER bueno o malo, y lo que es VERDADERAMENTE bueno o malo.
Este es el objetivo del libro: ofrecer al lector las bases para ayudarle a identificar las trampas que nos plantea la "política" del mundo, a descubrir los engaños, a desenmascarar claramente a los lobos con piel de oveja. Esperamos que nuestro esfuerzo les sirva, amables lectores, para cambiar un poco la dirección de sus vidas hacia una felicidad más amplia. Ojalá que la lectura de este libro provoque en ti reflexiones, y que estos pensamientos te ayuden a "ver más claramente", a alcanzar algún día la felicidad que a todos nos espera, al lado de Dios.
CAPÍTULO I… LOS CIMIENTOS
Preguntas
1. Nombre tres características de la Creación de Dios.
2. Dé un ejemplo de cada una de estas características.
3. Describa para qué existen La Iglesia y el Estado.
4. Describa cómo el gobierno de una nación se asemeja a un jardinero.
5. ¿Cuál es la diferencia entre un buen y un mal jardinero?
*******************************
CAPÍTULO II… PATRIOTISMO
DEFINICIÓN: El patriotismo se puede definir como el amor de una persona por su país.
PROPÓSITO: El patriotismo nos impulsa a amar y a defender a nuestro país y, por lo tanto, a tratar de conservar, conseguir o incrementar en él, los bienes espirituales y materiales, es decir, todo lo bueno y lo hermoso que Dios ha dado a sus habitantes.
FUNDAMENTO: El Fundamento del patriotismo es el amor a la verdad y a la bondad moral. Para traer bienes perdurables al país, el patriotismo debe arraigarse en lo que es REALMENTE (no solamente en lo que parece) lo bueno y hermoso de su país.
EJEMPLO: Una persona que ama a su país debido al heroísmo y a la generosidad de su gente, a sus buenas costumbres y a sus bellezas naturales, ama a su país por las razones correctas.
ABUSO: El patriotismo puede equivocarse, de la misma manera que se puede equivocar el objeto del amor: es decir, por basarse en mentiras, en inmoralidades o en la fealdad, en vez de buscar para su país cosas verdaderas, morales y bellas, estos FALSOS amores, le hacen querer para él cosas falsas, inmorales o de mal gusto, en contraste con las características de los bienes de Dios.
DISCUSIÓN
SIEMPRE debemos estar orgullosos de nuestros antepasados, que realmente practicaron la caridad de su Fe Católica. Aquí, en México, las primeras escuelas y hospitales para indígenas fueron establecidos por la caridad de nuestros antepasados católicos. Es, a través de esos primeros católicos, ayudados por nuestra Señora de Guadalupe, que la Fe existe en nuestro país hoy. El patriotismo verdadero (amor al país) es mostrado por los que construyen sobre la buena herencia católica de su pasado, para darlo a los que van a venir en el futuro, a las nuevas generaciones.
El Amor Protege
La gente protege lo que ama. Los que aman a su patria, lucharán por ella y, aún, serán capaces de morir por ella, si es preciso. Así es que el amor al país (el patriotismo) es una virtud que lo PROTEGE. Por otra parte, la gente no protegerá lo que no ama. Una nación cuyos ciudadanos no aman a su país, será dañada por sus enemigos, sin ser defendida por nadie, tal como un becerro abandonado se debilita por la falta de alimentos y después es atacado fácilmente y devorado por los animales depredadores.
Qué amar
¿Qué debemos amar y proteger en nuestro país? Para contestar esta pregunta, reflexionemos primero sobre cómo mostraríamos a nuestra madre nuestro amor. Simplemente debemos querer SOLAMENTE lo que es bueno para ella, SÓLO lo que Dios desearía para ella. En la misma forma, para nuestro país, debemos querer SOLAMENTE lo que es bueno para él, SÓLO lo que Dios desearía para él. Es un falso patriotismo querer lo que es malo para nuestra patria.
Por ejemplo, cada país tiene sus héroes y heroínas. Fueron hombres y mujeres que hicieron algo grande por su patria. Pero sería incorrecto, a los ojos de Dios y de los verdaderos patriotas, considerar como un "héroe" a alguien cuyas acciones fueron equivocadas, cuyas obras trajeron mal y no bien al país. Desgraciadamente, como la "Historia la escriben los triunfadores" (que muy frecuentemente son los que hacen mal las cosas) en nuestra historia oficial existen muchos falsos héroes; personajes que hicieron mal a la patria, ya que fueron contra la fe o la moral católica, pero que por un tiempo – mientras se encuentran en el poder sus seguidores – reciben un "casi culto" indebido.
Veamos lo que pasó el siglo pasado con los grandes "héroes" del comunismo: de 1917 a 1980 Lenin, Stalin y Trotsky fueron considerados grandes héroes por el pueblo ruso; había monumentos en su honor, ciudades con sus nombres, días especiales para recordarlos y homenajearlos, pero en cuanto el país cambió y el comunismo fue abandonado y repudiado por los dirigentes rusos (cambio muy interesante que revisar) destruyeron, con verdadera saña, todo vestigio de ellos.
Por eso, hay que saber distinguir entre lo que es bueno y lo que es malo para la patria.
El mal es la ausencia del bien
Todo lo creado por Dios es perfecto y, por lo tanto, bueno, incluyendo el orden original que hizo entre todo lo creado. La Creación, al principio, era como el sonido de una sinfonía hermosa que iba a escucharse por toda la eternidad, con cada instrumento afinado y tocando perfectamente su parte. Sin embargo, Dios creó al hombre. Lo creó a Su imagen y semejanza y, por ello, lo creó con libertad, porque sólo con esa libertad es capaz de amar. Dios creó al hombre por amor; para amarlo y ser amado por Él. Y así fue hasta que Adán, el primer hombre, decidió con su libertad, querer ser como Dios.
Adán era totalmente feliz, pero cuando cayó Adán, fue como si un trompetista decidiera tocar lo que él quisiera tocar, en vez de tocar las notas que debía de haber tocado como miembro de la sinfonía. Debido a este egoísmo, la perfección de esta "sinfonía" fue alterada, y la belleza original de su armonía de amor fue oscurecida.
De este hecho podemos ver que: (1) las cosas andan mal cuando las hacemos "a nuestra manera", en contra de la voluntad (o plan) de Dios, y (2) el resultado es siempre algo menos bueno o bello que lo que habría podido ser. Es esta CARENCIA de lo mejor posible, que se llama "el mal". En sí, el mal es la ausencia, parcial o total, del bien.
El mal, para entenderlo mejor, es la carencia del bien, así como la enfermedad es la carencia de la salud, el vicio de la virtud y la mentira es la carencia de la verdad. El mal es como un hueco en el camino. El mal es una carencia de algo que debe de existir, como donde falta el pavimento sobre un camino. El mal, porque es una carencia de algo bueno, no honra a nada ni a nadie.
El "mal" es una debilidad que conduce al daño
Los resultados del mal deben ser considerados como una debilidad. Para explicarlo mejor utilizaremos como ejemplo lo que es un puente.
Todos sabemos que un puente NECESITA ser fuerte para sostener a la gente que lo cruza. Un puente fuerte, que sostiene a todos los que pasan por él, con razón se llama un "buen puente". Por otra parte, un puente que CARECE de la fuerza necesaria para funcionar adecuadamente, se considera un "mal puente", porque su debilidad causará ciertamente una CARENCIA dolorosa del bienestar a los que, al cruzarlo, lo derrumben.
Los hombres podemos ser como los puentes. Podemos confiar en una persona moralmente fuerte para manejar un asunto importante; mientras que en una persona moralmente débil, es claro que no podemos confiar. Esta desconfianza, cuando crece entre los ciudadanos de una nación, rompe el vínculo de unidad moral que necesita una nación para mantenerse en un Estado de bienestar, para sobrevivir los ataques de sus enemigos, naturales y espirituales.
Hay gobiernos buenos y malos
Los gobiernos de una nación también pueden ser puentes que ayuden a sus ciudadanos a alcanzar el fin para el que fueron creados, o sea "Amar a Dios y estar unidos a Él por la eternidad". Un buen gobierno sostiene a sus pobladores y les facilita su camino hacia ese fin. Un mal gobierno, desgraciadamente, no los sostiene, sino que dificulta enormemente que alcancen su fin.
El amor a Dios debe estar siempre como lo PRIMERO en el orden de las cosas que debemos amar ("verdadera axiología"). Si la gente de una nación ama a Dios sobre todas las cosas, amará y defenderá, antes que nada, a las leyes de Dios y la doctrina que predicó Nuestro Señor Jesucristo, y se opondrá, en consecuencia, a todo lo que esté contra ellas.
Por otra parte, si la gente de una nación ama a los objetos en un ORDEN INCORRECTO (en desorden) tal como preferir el amor a sí mismos o a las cosas materiales, MÁS que a Dios o al prójimo, o al placer MÁS que a la virtud; ese amor desordenado destruirá aun al amor mismo, así como a la fuerza espiritual de su nación.
Unidad, Pecado y Poder
Dios quiere que le amemos a Él con todo nuestro corazón, y a nuestro prójimo como a nosotros mismos, y así entendemos que el amor es un don de Dios que une. El respeto, la confianza, la verdad, el perdón, la caridad, y muchas más realidades de nuestra vida, son cosas que producen una unidad entre diferentes personas, y entre todos nosotros y Dios. Esta unidad entre Dios y su Creación refleja la unidad que se encuentra en Dios mismo. Esta unidad, la unidad entre nosotros, unos con otros, y todos con el "Todopoderoso" es lo que produce el verdadero "poder" de una nación.
Al contrario, las cosas que se oponen a esta unidad, como el odio se opone al amor, la crítica a la amistad, la mentira a la verdad, el orgullo al perdón, o el egoísmo a la caridad, etc., se llaman "pecados". En este sentido, podemos ver que cada pecado es algo que ofende a Dios o al prójimo por atacar la unidad más importante que existe en Su Creación, y la razón por la cual Dios nos hizo a nosotros, que es la unidad eterna de un amor feliz y eterno entre Dios y cada uno de nosotros.
Para evitar el pecado, antes de hacer o decir algo, es mejor pensar en si lo que vamos a hacer o decir fomenta o ataca la unidad que Dios quiere entre personas, o entre ellos y Él mismo, porque esta unidad produce la fuerza espiritual de su nación.
Fuerza espiritual
Nunca subestime la energía de la fuerza espiritual cuando viene una guerra. Fue la fuerza ESPIRITUAL de David, y no la fuerza física, la que mató a Goliat. Es mucho mejor para un ciudadano, o una nación, ser un "David" que un "Goliat".
Las grandes batallas cristianas se han ganado con una fuerza espiritual, más bien que por una superioridad física. En Lepanto las fuerzas católicas, grandemente excedidas en número, pero reforzadas por la Misa y el Rosario, derrotaron a la marina Islámica. Excedían en número los Aztecas al pequeño ejército de Cortés, pero este pequeño ejército, con su Fe, evitó que en México se continuara con la práctica sangrienta de los sacrificios humanos.
Cómo mueren las buenas naciones
Es importante entender que hay dos maneras de atacar a una nación: (1) por su enemigo, que declara abiertamente una guerra contra ella, o (2) por ese mismo enemigo, que la debilita por dentro. Declarar una guerra contra un país une a sus ciudadanos contra el atacante. Esta unidad naciente hace que el país agredido sea ahora más difícil de conquistar.
Por esta razón, nuestros enemigos saben que la manera más eficaz de conquistar a una buena nación no es declararle inmediatamente la guerra, sino primero debilitarla y dividirla. Así, trata de engañar a sus ciudadanos con tres falsos amores que van a alejarlos de Dios (disminuir su poder espiritual) y a dividirlos a los unos de los otros (disminuir su poder natural).
Nuestros enemigos son muy hábiles en el arte de lograr que la gente adquiera esos tres falsos amores que los debilitarán: (1) El amar a las cosas materiales más que a Dios, (2) El amarse a sí mismo (el egoísmo) más que al prójimo. Por nuestra naturaleza caída, estamos muy predispuestos hacia estos dos primeros "amores", de lo cual se aprovecha el enemigo para llevarnos hacia el tercer amorío, que es el peor: (3) El amar a lo que daña y debilita a sí mismo y al prójimo más que a cualquier otra cosa: es decir, el amor a la inmoralidad. Por enredarse con ese falso amor, cayó la más poderosa civilización del mundo: la Romana.
Dividir y conquistar
Cada uno de estos seudo amores tienen su propia manera de debilitar a una nación. Mientras que la justicia y la caridad sirven para unir a la gente de un país, el egoísmo la divide, y los que practican la inmoralidad se ponen en contra de los que practiquen la virtud. Aún peor, los que practican la inmoralidad se pudren y contagian su podredumbre a los que no la tienen. Estas personas podridas dejan de ser soldados que defienden a su nación, por ayudar al propósito de los que la atacan.
Cuando el número de ciudadanos con su corazón puesto en estos falsos valores aumenta, su nación se va convirtiendo más y más en una nación dividida, en una nación debilitada, e invita a sus enemigos a que la ataquen.
Porque estos falsos amores conducen a una nación a la guerra y a la derrota, usted puede darse cuenta ahora del por qué la guerra, en general, es un castigo por los pecados de la humanidad (por los falsos amores). Podemos concluir que el regalo más importante que podemos dar a nuestro país no es la fuerza física, sino la fuerza de nuestra propia calidad moral. ESTA ALTA CALIDAD MORAL ES EL FUNDAMENTO DE UN VERDADERO PATRIOTISMO.
La guerra de nuestro país en contra del mal
En la verdadera historia y aún en la historia maquillada por el triunfador, siempre se puede identificar la lucha tremenda del mal contra Dios y contra su Iglesia, dentro de cada país. Tan cierto es que Satanás luchó contra la voluntad de Dios en los cielos, como que él sigue luchando contra la voluntad de Dios en la tierra, el único lugar donde todavía una criatura inteligente y con libre albedrío puede cambiar su destino: el cielo y el amor eterno de Dios y a Dios, por el infierno y el odio contra todo, pero principalmente contra Dios. Pero, amigo que me lees, tú no eres un simple espectador de esta batalla, tú no puedes evitar participar en esta lucha. Pero para poder salir victorioso de ella, es importante que aprendas cómo identificar cuáles son los amigos y cuáles los enemigos.
La guerra tiene solamente dos lados
La primera cosa que debes tener muy clara es que la guerra emprendida en la tierra tiene SOLAMENTE dos lados. Cada lado sirve a su líder. Un lado sirve a Cristo, van con Él soldados sencillos, alegres, francos, siempre dispuestos al sacrificio y a dar la vida, antes que perder el alma; el otro lado, por supuesto, sirve a Satanás y a todos sus secuaces, sea éste un horripilante demonio o una encantadora doncella, buscan engañar, son orgullosos y confusos y no tienen una sonrisa franca. Pero la diferencia más importante entre estos dos bandos puede entenderse mejor asomándonos a ver, con atención, las diferencias entre los reyes buenos y los reyes malos.
Reyes buenos y reyes malos.
Un rey bueno sabe muy bien que la autoridad que recibió de Dios la puede utilizar SOLAMENTE para el BIEN espiritual y temporal de sus súbditos, y NO para cualquier razón egoísta. Tales reyes sirven a Cristo y a su Iglesia y a todos los que tienen a Cristo por su Rey de Reyes.
Un rey malo trata de utilizar el regalo de la autoridad que recibió de Dios para servirse a sí mismo y a sus secuaces, que le ayudan a engañar a sus súbditos, haciéndoles creer lo contrario. No desea el bien de ninguna persona, ni de Dios que le dio la autoridad y a sus secuaces los traicionará en cuanto ya no le sean útiles. No desea que ni Dios le diga qué hacer o qué no hacer.
Nadie realmente desearía vivir en una nación gobernada por un rey que piensa que él puede abusar de los ciudadanos al imponer cualquier ley o capricho que desee. Tomando esto en cuenta, ¿crees que no sería tan malo vivir en un país democrático, que permite por la votación que una mayoría de personas pueda imponer cualquier ley o capricho que desea a los demás?
En conclusión…
Hemos discutido, entonces: (1) la relación entre la fuerza moral y física, y la desventaja de lo malo; (2) el hecho de que los que aman a su país deben de amar SOLAMENTE lo que es bueno para su país; (3) que cada ciudadano tiene la obligación de rechazar lo malo; (4) el hecho de que haya una guerra dentro de su nación para sustituir la voluntad del hombre caído por la voluntad de Dios; y (5) cómo reconocer los buenos reyes (o amigos) y los malos reyes (o enemigos).
CAPÍTULO II.. PATRIOTISMO
Preguntas
1. ¿Qué es patriotismo?
2. ¿Cuál es el fundamento del patriotismo?
3. ¿Qué debe usted de amar de su país?
4. Mencione algunas razones por que los católicos deben de estar orgullosos de su país.
5. Defina lo "malo".
6. ¿Por qué no es patriótico amar lo que no es bueno para su país?
7. ¿Qué debemos amar sobre todo lo demás?
8. ¿Cómo quieren los enemigos de nuestra nación debilitarla?
9. ¿Cuáles son los dos bandos que están en guerra en su país?
10. ¿Cómo se demuestra correctamente el amor a su país?
11. Escriba sus pensamientos sobre la manera de debilitar una nación antes de conquistarla.
PREGUNTAS DE ENSAYO/DISCUSIÓN
1. La guerra en su país tiene dos bandos. ¿Cómo sabrá usted distinguir cuál es el bando correcto?
2. ¿Cuál es la medida de la fuerza de una nación?
3. ¿Cuál es la medida de la debilidad de una nación?
*******************************
CAPÍTULO III… Los DERECHOS y la JUSTICIA
DEFINICIÓN: Un derecho es la facultad que tiene una persona de hacer algo, de disponer de alguna cosa o de exigir algo de alguien.
PROPÓSITO: Cada hombre posee derechos para dos propósitos: (1) para satisfacer sus obligaciones hacia Dios y su vecino o prójimo, y (2) para recibir lo que, por justicia, le corresponde.
FUNDAMENTO: El Fundamento de un "derecho" es la justicia.
EJEMPLO: Si usted posee autoridad, usted tiene un "derecho" para utilizarla para un propósito justo, pero usted no tiene ningún derecho de utilizarla para un propósito injusto.
ABUSO: Puesto que nuestros derechos nos son dados por Dios para satisfacer Su voluntad, a lo que nos facultan " SOLAMENTE es a realizar, a disponer o a exigir algo verdaderamente bueno". Aunque cualquier persona tiene la capacidad de hacer algo injusto, no existe el "derecho" para hacer algo injusto o inmoral.
DISCUSIÓN
Puesto que los derechos se basan en la justicia, debemos primero cerciorarnos de ¿qué entendemos por "justicia"?. La justicia es una regla del balance. El equilibrio entre el tiempo que un hombre trabaja y cuánto se le paga es una cuestión de justicia. En pocas palabras, la justicia es lo que nos obliga a dar a cada persona lo que debemos darle.
La justicia es también algo "completo", dando a cualquier persona lo que se le debe en total y no sólo una parte. Así, la verdadera justicia, no es parcial sino completa.
La justicia contiene dos dimensiones: (1) la OBLIGACIÓN de dar a cada cual lo que es debido, y (2) el DERECHO de recibir de cada cual lo que es debido a nosotros. De esta manera podemos ver que los derechos de una persona se relacionan (están balanceados) con las obligaciones de otras. También se puede ver que el balance de la justicia es algo maravilloso. Un buen símbolo de la justicia puede ser una balanza. Por un lado pesa la obligación de dar, y por el otro lado el derecho de recibir.
Los derechos subjetivos y objetivos
Mirando algo "subjetivamente", significa que se le mira desde nuestro punto de vista. Podemos definir un derecho desde el punto de vista SUBJETIVO como la autoridad moral o legal, basada sobre la justicia, que permite que poseamos, que demandemos, y que utilicemos una cosa como nuestra. Si una persona le debe $10, según la justicia, usted tiene el derecho a demandar los $10 como suyos. Si yo soy el que le debe a Usted los $10, es mi obligación pagárselos.
Sin embargo, puesto que TODOS los hombres y mujeres tienen derechos y obligaciones, podemos buscar las reglas (generales) OBJETIVAS que gobiernan los derechos y las obligaciones de TODOS los seres humanos. Un ejemplo de un derecho objetivo es que todos los jugadores de cualquier juego deben respetar todas las reglas del juego.
Otra regla objetiva que gobierna TODOS los derechos y obligaciones es ésta: Puesto que la justicia no se sirve para nada de los errores o del mal; ni el error o el mal pueden servir como base a un derecho o una obligación legítima de cualquier hombre.
Los derechos, la justicia y el "qué" y el "quién" de la gente
¿De qué manera pueden las diferencias individuales de cada hombre afectar sus derechos y obligaciones? Para contestar esta pregunta, debemos considerar el "qué" y el "quién" de la humanidad.
En las cosas relacionadas con la gente, debido a lo QUE SON, (como seres humanos), no hay diferencia entre los derechos que posee cada persona. Por ejemplo, cada hombre y mujer son, igualmente, miembros de la raza humana, y cada uno posee el mismo derecho a la vida. Por eso, lo que la gente debe uno al otro, debido a lo QUE SON, (seres humanos), allí no se encuentra ninguna diferencia en lo que se obliga a dar, uno al otro. Así, obliga a todos los hombres y mujeres, igualmente, a respetar el derecho de cualquiera otra persona a la vida.
Sin embargo, con respecto a QUIEN, las diferencias entre los diversos grados de autoridad o talentos de las personas, sí afectan a lo que tenemos derecho de hacer o de no hacer y a lo que debemos o no recibir o demandar. Al hombre que es presidente de un país, por poseer este puesto, se le debe respeto, debido a su cargo. Un hombre o una mujer con muchos talentos tienen la obligación de compartir sus dones con los demás, una obligación que no tienen las personas sin tales dones. Tales derechos y obligaciones, sin embargo, NUNCA pueden disminuir los derechos u obligaciones fundamentales que se relacionan con QUÉ somos. Las diferencias en el QUIÉN somos forman la base del refrán, "a quien más se le ha dado, se espera más". Uno espera más de un general que de un soldado.
Un ejemplo para entender mejor lo que arriba hemos expresado, es el que sigue: Mientras que un soldado raso no tiene ningún derecho DE ORDENAR a un general, en materias militares, (debido a las diferencias en el rango (el "QUIÉN") el soldado raso tiene el derecho y, quizás, incluso, la obligación, de resistir y censurar al mismo general, con respecto a las órdenes inmorales que diera. ¿Por qué? Porque como seres humanos, AMBAS personas tienen la MISMA obligación de obedecer la ley moral de Dios.
Justicia, los derechos y el uso propio de las cosas
La medida de la injusticia depende del lugar que ocupa, en la Creación, la persona a quien se le hace la injusticia. Ciertamente hay una mayor injusticia al ignorar que un hombre es un hombre, por ejemplo al tratarlo como si fuera una máquina o un animal, que al tratar a una pala como si fuera un martillo. De aquí, podemos considerar que las injusticias MÁS GRANDES son las que ofenden directamente a Dios, tal como ignorar o no tratar a Dios como a Dios, sino como a una ilusión, o malgastar los dones que hemos recibido de Él.
La injusticia de malgastar uno de los dones de Dios se puede considerar en este ejemplo. Suponga que usted trabajó muy duro todas las vacaciones del verano pasado, pues quería tener el dinero suficiente para arreglar su coche y dejarlo bien "chido", con el motor ronroneando como un gato, con el objeto de regalárselo a un amigo para que él pudiera ir a su trabajo. Desafortunadamente, su amigo es muy fiestero, y en vez de agradecérselo, lo llevó a una competición de demolición de coches un sábado por la noche, para tener una cierta "diversión", y destruyó su regalo. Usted justamente se ofendería porque su "amigo" había usado mal su regalo, tratándolo como si fuera un trozo de chatarra en vez de un coche tan bien arreglado y útil.
Ahora, fíjense en los regalos recibidos por los hombres y mujeres de Dios, tales como sus capacidades físicas, como su inteligencia y libre albedrío. Ninguna de ellas las obtuvieron por si mismos. Dios se las dio como un regalo a todos los hombres y mujeres, para un solo propósito, para que aprendamos todos nosotros a conocer, amar y servir a Dios, usando de esos talentos y dones y, así, ganar nuestra felicidad eterna. Por eso, nadie tiene ningún derecho de malgastar o utilizar estos regalos para otros propósitos. Hacerlo es una injusticia más grande que usar el coche arreglado para divertirse en una competición de demolición, no sólo porque los regalos de Dios son más importantes que un coche, sino porque es Dios, el autor y el donante de estos regalos, al que hemos ofendido con tal injusticia.
Los derechos de Dios
Una forma de entender los derechos de Dios es notar lo que a Dios le pertenece. Si usted posee un terreno, y todo el material para construir una casa, y después diseñó, y construyó, con sus propias manos, un hogar, con ese material; el sentido común le dice que este hogar le pertenece. Tendría, también, el derecho de determinar cómo otras personas pueden utilizar su terreno o su hogar. Por ejemplo, usted tendría el derecho de fijar reglas en cuanto a cómo cuidar esa propiedad, y cuánto hay que pagar para rentarla.
Piense en esto: Dios no solamente posee todo el material de la Creación, Él lo creó. Luego Él diseñó todo lo que existe. Por eso, en justicia, todo lo que existe, pertenece a Dios.
Debido a esta pertenencia, Dios tiene el DERECHO de dar lo que Él desea (por ejemplo gracia y vida) a quien Él quiera. Él también tiene el DERECHO de quitarle cualquier cosa, (por su propio bien, porque Dios nunca hace nada malo o injusto). Dios también tiene el DERECHO de decir cómo, TODO lo que Él creó, debe ser utilizado. Aunque la gente puede demandar algunos "derechos" en contra de los Diez Mandamientos; delante de Dios, hombres y mujeres tienen derecho solamente para utilizar los regalos de Él, de una manera conforme a los deseos del Dueño de todo.
Aunque nuestros gobiernos o ciudadanos no reconozcan los derechos de Dios sobre su Creación, aun así, existen.
CAPÍTULO III… Los DERECHOS Y la JUSTICIA
Preguntas
1. ¿Cuál es el propósito de un "derecho"?
2. ¿Cuál es El Fundamento de un "derecho"?
3. ¿Es verdad que en lo que debemos hacer antes de Dios no hay excepciones ni privilegios? Es decir que todos los hombres y mujeres tienen la misma obligación de hacer lo que es moralmente justo y correcto, incluso los que tienen mucha autoridad (como presidentes, generales, policía, etc.).
4. ¿Es justo esperar más de los que han recibido mayores talentos o autoridad que de otras personas?
5. ¿Para qué propósito dio Dios a la humanidad los regalos de la voluntad y del "libre albedrío"?
6. ¿Por qué Dios tiene derechos sobre todo?
¿Cuáles de las declaraciones siguientes son verdades?
7. La justicia me obliga a dar a otros lo que les debo.
8. La justicia me obliga a obedecer a los que tengan autoridad sobre mí, siempre y cuando sus órdenes no sean contrarias u opuestas a la Fe o a los valores morales.
9. Los que tienen autoridad pueden utilizar solamente esa autoridad para servir a la voluntad de Dios.
10. El "DERECHO para hacer lo que es moralmente correcto" se basa en la OBLIGACIÓN de hacer lo que es moralmente correcto.
11. Ni los hombres ni las mujeres pueden darse derechos.
12. Dios tiene los primeros derechos sobre todo lo que existe.
PREGUNTAS DE ENSAYO/DISCUSIÓN
1. ¿Cuál es la relación entre los derechos y las obligaciones?
2. Identifica cuál es el derecho de Dios, o el de nuestro prójimo, que está proclamado en tres de los Diez Mandamientos.
3. Explica lo que es la justicia.
*******************************
CAPÍTULO IV… DERECHOS y RESPONSABILIDADES UNIVERSALES de la HUMANIDAD
DEFINICIÓN: Los derechos universales de la humanidad son aquéllos que justamente pertenecen a todos los hombres y mujeres.
PROPÓSITO: Dios les da a todos los hombres estos derechos por dos razones: (1) para que todos puedan recibir de los demás lo que se les debe, y (2) para que todos puedan satisfacer sus obligaciones hacia Dios y el prójimo.
FUNDAMENTO: La base de todos los derechos humanos y sus responsabilidades es la justicia. El origen de todos los derechos es Dios.
EJEMPLO: Al respecto de las demandas "justas" de sólo un hombre; un hombre que trabaja todo el día tiene derecho a un salario suficientemente amplio para mantener a su familia. Al respecto de los hombres en general; cada persona tiene un derecho tal que todos les tratarán como una criatura que posee un alma eterna.
Un ejemplo de la relación entre los DERECHOS del hombre y sus RESPONSABILIDADES es el siguiente: Puesto que un padre tiene la responsabilidad de proteger a su familia, él tiene el DERECHO de usar cualquier fuerza necesaria y moral para defender a su familia. Puesto que una nación tiene la responsabilidad de proteger a sus ciudadanos inocentes, tiene el DERECHO (y la responsabilidad) de castigar a todos los que les hagan daño.
ABUSO: Un ejemplo del abuso de los derechos universales es la mentira. Aquí hablamos de la necesidad de ofrecer la verdad, a una persona que la necesita, para cumplir con algo justo y bueno. (No hay, por supuesto, obligación de decírsela a alguien que la va a usar para hacer algo malo o injusto. En ésta última circunstancia, es mejor guardar silencio).
Solamente la verdad completa, y sin distorsión, es algo justo, porque a tal verdad no le falta nada. La mentira es injusta precisamente porque es algo incompleto o distorsionado. Porque nadie tiene derecho a la injusticia, nadie tiene "derecho" a la mentira.
DISCUSIÓN
Puesto que el único FUNDAMENTO posible para un derecho verdadero es la justicia, es imposible tener un "derecho" del cual su fundamento es la injusticia. Sin embargo, debido al pecado original, la gente demanda muchos "derechos" que no tienen ninguna base en la justicia.
Por ejemplo, muchas personas tienen una tendencia de buscar privilegios especiales para sí mismas, y les gusta llamarlos sus "derechos". En vez de jugar de acuerdo a las reglas establecidas, algunos jugadores no hacen caso de algunas reglas o las modifican a su antojo, para obtener una ventaja. Nuestro sentido común nos dice que esta forma de jugar en la vida es injusta para los demás jugadores.
El problema de ignorar o "cambiar las reglas" es aún más serio, si la gente piensa que tiene el "derecho" de sustituir las reglas de Dios por sus reglas individuales.
Los derechos y el orden de la Creación
Podemos entender un poco mejor el balance que debe haber entre los derechos y las responsabilidades de las personas, considerando el orden que Dios le dio a su Creación. En la primera etapa de este orden tenemos cosas sin vida. Luego vienen las formas más simples de la vida, tales como las algas. Luego están las plantas, los insectos, los animales, y, finalmente, el hombre. La humanidad, lo más alto del orden de la Creación (visible) física, tiene, por lo tanto, más responsabilidades y derechos que los demás.
En el orden natural estamos obligados a utilizar el suelo y la semilla para sostener nuestra vida, y por eso, podemos decir que lo que corresponde a un orden menor que la humanidad (como el suelo y la semilla) fue creado para servirla. Por nuestra experiencia vemos que, el más bajo en el orden de la Creación física, fue creado por Dios para servir al más alto. De esta experiencia con el orden natural de la Creación, podemos entender que nosotros mismos fuimos creados para servir al más alto de nosotros, que es Dios.
Por el otro lado, sabemos que estamos obligados a mantener lo que nos sirve. La tierra nos sirve para producir alimentos, pero tenemos la responsabilidad de mantenerla fértil, variando los cultivos, para que siga produciendo alimentos. Es, a través de la unión inseparable de los derechos y de las responsabilidades del hombre, con lo demás de la Creación, que Dios balancea la relación entre la humanidad y el resto de Su orden creado.
Según el orden de la Creación, no tiene sentido que (si fuera posible) un animal demande derechos que sean iguales o superiores a los de los hombres, y tampoco que los hombres demanden derechos iguales o superiores a los de Dios.
Los derechos relacionados con la humanidad
Observamos, en el capítulo pasado, que los derechos están basados sobre la justicia, y que la justicia nos obliga a dar a cada quien lo que es debido. Dios ha regalado a todos nosotros las cosas necesarias para llegar al cielo. Dios no nos debe nada más. Ninguno de nosotros se dio a sí mismo su vida, ni sus talentos. Nosotros debemos todo lo que poseemos a Dios, y, en justicia, tenemos que reconocer los regalos divinos en los demás, y, por eso, a los demás debemos el respeto debido a un ser humano, tan importante, que Dios le regaló su existencia. En otras palabras, todos nosotros, los humanos, estamos en el mismo nivel del orden de la Creación. Tratar a un ser humano como si fuera un animal o un ángel no es justo, porque no es ni lo uno ni lo otro.
Dios nos ha pedido dos cosas: (1) amar a Dios sobre todas las cosas, y (2) amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Estos dos mandamientos están justamente arraigados en el orden de la Creación. Dios es infinitamente superior a nosotros y por eso, nuestra primera obligación es con Él; los demás estamos en el mismo "rango" o "fila", y debemos tratarnos unos a otros como queremos ser tratados. Pero en estas dos responsabilidades, vemos algo más que solamente la justicia.
Dios no nos habla solamente de la justicia, sino también del amor, porque hay una relación entre el amor y la justicia. La perfección de la justicia es el amor.
No podemos demandar como un "derecho" cualquier cosa o privilegio que interfiera con estas dos GRANDES obligaciones. Por eso, ni los hombres ni las mujeres tienen "derecho" de dañar a su prójimo, ni físicamente ni espiritualmente, porque a tal acto le faltarían ambos: justicia y amor. Por la misma razón, ninguna mujer tiene derecho al aborto (hacerse daño a ella misma y a la nueva vida en su vientre); ni existe "derecho" de leer pornografía que produce un daño espiritual, ni hay "derecho" de desobedecer las leyes de Dios, porque ninguna ley de Dios es injusta, y ningún gobierno tiene el "derecho" de ignorar las leyes naturales y sobrenaturales de Dios, ni de utilizar el dinero de los impuestos para un propósito inmoral.
Como vimos, todos los derechos verdaderos vienen a nosotros de Dios, como la vida, y están arraigados en el orden de Su Creación. Dicho de otra forma, ni la gente ni los gobiernos pueden darse un derecho más allá del que les corresponde por su propia existencia.
Los derechos relacionados con las responsabilidades
¿Si Dios da a un hombre un trabajo que hacer, no convendría usted en que este hombre tiene la responsabilidad de cumplir con ese trabajo? Es DEBIDO a esta responsabilidad (hacer tal trabajo), que este hombre tiene un "derecho" de Dios, para cumplir con ese trabajo. Con una responsabilidad dada al hombre por Dios, viene el derecho de Dios de satisfacer esa responsabilidad.
Debido a que las responsabilidades y los derechos vienen de Dios, no es correcto que cualquier gobierno, ni mucho menos cualquier persona, tengan el "derecho" de demandar algo que evita a un hombre el cumplir con sus responsabilidades hacia Dios, o hacia su prójimo. Ningún gobierno o persona tiene el derecho de hacer imposible que un hombre gane, por un trabajo justo y moral, lo que necesita para alimentar a su familia. Por la misma razón, ningún gobierno o persona tiene el derecho de prevenir la práctica de la Fe y los Mandamientos establecidos por Dios para todos los hombres.
La "responsabilidad" lo dice lo mejor posible
Ahora, ¿de qué manera es mejor alcanzada la justicia establecida entre la gente y el resto de la Creación: por buscar solamente nuestros "derechos", o por llenar nuestras "responsabilidades"? Si pensamos solamente en nuestros derechos, esto no cuenta con la responsabilidad de cada persona de mantener lo que él o ella utiliza, ni las responsabilidades que cada uno tiene hacia Dios y nuestro prójimo.
Por otra parte, considere que la palabra "responsabilidad" cubre TODAS las relaciones entre la gente y las cosas creadas: lo que es más "bajo" en el orden natural de la Creación se obliga a servir a lo más "alto" en ese orden, (como el pasto sirve al ganado, y el ganado sirve a la humanidad), y las necesidades de nuestra vida humana nos obligan a mantener lo que es más "bajo", en el orden natural, para que pueda continuar sirviéndonos (como los seres humanos tienen que cuidar a sus ganados, si quieren comer hamburguesas).
Por esta razón, la MEJOR manera para que los hombres "mantengan su equilibrio" con la Creación que les sirve, y con los demás seres humanos, es cuando cada persona satisface sus responsabilidades con los demás. Cuando todos los hombres cumplen con todas sus responsabilidades hacia todo lo demás (es decir, hacia lo de "abajo", lo del "mismo nivel" y lo de "arriba" – Dios), todos van a tener lo que les pertenece en justicia. Es decir, el derecho propio de poseer lo suyo será cumplido cuando todos cumplan sus responsabilidades hacia los demás.
Una sociedad justa no se alcanza por todos demandando sus "derechos", sino solamente cuando todos, incluyendo el gobierno, estamos cumpliendo con nuestras responsabilidades hacia Dios y nuestro prójimo.
La perfección de cumplir con nuestras responsabilidades se alcanza cuando queremos cumplirlas no solamente para nuestro propio bien, sino por el amor a Dios y a nuestro prójimo.
CAPÍTULO IV… LOS "DERECHOS del HOMBRE"
Preguntas
1. Mencione una razón por la que los hombres y las mujeres tienen derechos.
2. ¿Puede el hombre darse a si mismo algún derecho? (Dé razones para apoyar su respuesta).
¿Cuáles de las declaraciones siguientes son verdades?
3. Los derechos de los hombres dependen de lo que tienen que hacer para obedecer a Dios.
4. Los derechos falsos son los que responden a propósitos egoístas, más bien que a propósitos de Dios.
5. Los conflictos se presentan entre la gente cuando algunos demandan un "derecho" para hacer algo que es injusto.
6. Una persona no tiene ningún derecho de hacer algo malo, incluso si él no sabe que es incorrecto.
PREGUNTAS DE ENSAYO/DISCUSIÓN
1. ¿Es verdad que el poder de hacer algo siempre le da el derecho de hacerlo? Dé unos ejemplos.
2. ¿Qué diría usted a una persona que dice, "yo tengo el derecho de hacer lo que deseo"?
3. ¿Qué diría usted a una persona que dice, "yo tengo el derecho de creer lo que deseo, incluso si no es verdad"?
4. ¿Por qué el "DERECHO de estar libre" significa el estar libre para realizar sus responsabilidades?
5. ¿Por qué es mejor para una sociedad que los hombres y las mujeres se enfoquen en cumplir sus responsabilidades en vez de exigir sus derechos?
*******************************
CAPÍTULO V… LA PAZ
DEFINICIÓN: La paz es la tranquilidad que existe cuando todo está en orden.
PROPÓSITO: La paz es la recompensa que los hombres y las mujeres reciben por vivir en armonía con las leyes de Dios.
FUNDAMENTO: El Fundamento de la paz verdadera es la justicia en complemento con la caridad.
EJEMPLO: Cuando usted vive entre los que se tratan con justicia y caridad, se siente un ambiente de paz. Usted pierde la paz cuando ve a una persona que usted ama sufrir una injusticia, o sufrir de una carencia de caridad.
ABUSO: Cuando la justicia se vuelve áspera y la caridad rigurosa, se pierde la paz verdadera.
DISCUSIÓN
La primera respuesta dada cuando pregunté a un grupo de estudiantes "qué significa la paz" fue: "la paz significa la ausencia de la guerra". Entonces otro estudiante dijo, "No. La paz tiene algo que ver con la justicia." La segunda respuesta era la mejor, porque sin justicia, no hay paz incluso si no hay una guerra. Aunque usted no esté luchando en una guerra, si alguien trata a su amigo sin justicia, o si usted trata a alguien sin justicia, no habrá paz en su alma.
El Fundamento de la paz: Justicia y caridad
Si usted lo piensa bien, no cabe duda que la clase de paz que realmente deseamos es el RESULTADO de la justicia, completada por la caridad. La justicia trae un cierto ORDEN a la sociedad, obligando a cada persona a dar lo que debe, y así, cada persona recibe lo debido. Quien debe más, da más. Quien debe menos, da menos. El resultado es que el que merece más, consigue más. Quien merece menos, consigue menos. Podemos aceptar eso, porque esto es justo.
Dijimos que la caridad "completa" la justicia, porque mientras que deseamos ser tratados justamente, también deseamos ser tratados con caridad. Mientras que la justicia satisface la responsabilidad del hombre de dar lo que se debe a otros y a Dios, la caridad nos impulsa a dar más de lo que la mera justicia requiere, por el amor a Dios y al prójimo. La justicia y la caridad, juntas, construyen un enlace completo entre los miembros de una sociedad, que les permite vivir en paz, unos con otros.
La DEFINICIÓN de la paz
Imagine una comunidad donde se practican la justicia y la caridad. Las leyes de Dios se siguen; el deber de los hombres de amar a Dios y al prójimo se ponen en práctica… Usted podría vivir en tal lugar sin miedo. En una comunidad como esta, la vida sería tranquila y feliz, porque todo está "en orden". Es por eso que definimos "la paz" como la tranquilidad que resulta cuando todo está "en orden".
Aunque, por nuestra naturaleza caída, solamente en los cielos podríamos vivir en un perfecto ambiente de paz, no es imposible para nosotros atraer un pedacito de paz a la sociedad en que vivimos, por nuestra manera de amar a Dios y al prójimo. Lo más que podamos satisfacer nuestra responsabilidad de tratar con justicia y caridad al prójimo, lo más que podamos establecer la paz en nuestras familias, será la mejor paz que vamos a traer a nuestra sociedad.
La paz resulta del orden
Para ver cómo la paz y el orden van juntos, utilizaremos una familia como ejemplo. Cuando los niños aman a buenos padres y están dispuestos a obedecer sus reglas, el resultado es orden y paz en su hogar. La justicia vive en tal hogar, porque cada miembro está haciendo lo que debe de hacer, y la caridad crece por la ayuda ofrecida de uno al otro cuando haya trabajo extra que hacer, o cuando alguien esté enfermo.
Sin embargo, si apenas uno de los niños llega a ser egoísta o perezoso y rechaza hacer su propio trabajo, los otros notan esta injusta flojera, y muy pronto la paz en el hogar será substituida por acusaciones mutuas y peleas. El terrible resultado de este desorden es que la unidad pacífica de esta familia está fracturada.
Lo que sucede en una familia, sucede en una nación. Cuando la justicia y la caridad se practican entre sus miembros, hay paz y unidad en el país. Pero, cuando los ciudadanos no hacen sus deberes y buscan hacer su PROPIA voluntad en vez de la de su Padre Divino, por su propio egoísmo se vuelven injustos y olvidan la caridad, destruyendo la paz y la unidad de su nación.
El orden es el resultado de la justicia y de la caridad
Un equilibrio entre la justicia y la caridad establece el MEJOR orden entre la gente. La experiencia ha demostrado que hay esas épocas en que la gente es demasiado dura en su manera de tratar a los demás en el nombre de la "justicia". Lanzar a una persona lisiada en la cárcel porque él no puede pagar sus deudas es un ejemplo de tal dureza. La caridad, el fundamento de la misericordia, cuando es puesta en práctica, evita que la "justicia" del hombre con su naturaleza caída llegue a ser extrema en su uso. Es por eso que decimos que la justicia y la caridad (misericordia), juntas, son necesarias para producir una paz verdadera.
Paz Verdadera
Recuerde que una paz verdadera, dentro de una nación, siempre resulta cuando los ciudadanos viven según la voluntad de Dios y no según sus propias voluntades egoístas. Nuestro Señor dijo, "bendecidos son los que hacen la paz…" Si tratamos a otros con justicia y caridad, estaremos entre esos que Él prometió bendecir.
CAPÍTULO V…La PAZ
Preguntas
1. ¿Cual es El Fundamento de la paz?
2. Dé una DEFINICIÓN de la "paz".
3. ¿Cuál del los siguientes frases describe mejor la "paz"?
(a). La paz es la ausencia de la guerra.
(b). La paz es el resultado de un orden basado sobre la justicia.
(c). La paz es el resultado de un orden basado sobre la justicia y la caridad.
4. NINGUNAS de las naciones siguientes están en la guerra, pero ¿los ciudadanos de cual nación, sin embargo, están gozando de una paz verdadera?
(a). Una nación que vive bajo un gobierno injusto.
(b). Una nación en la cual se permite a la gente hacer lo bueno o lo malo.
(c). Una nación en la cual el gobierno evita que sus ciudadanos hagan cosas
que dañen físicamente o espiritualmente a otros ciudadanos.
PREGUNTAS DE ENSAYO/DISCUSIÓN
1. ¿Por qué son ambas, la justicia Y la caridad, necesarias para establecer una paz verdadera?
2. Explique por qué la paz verdadera no es posible entre personas egoístas.
*******************************
CAPÍTULO VI…LA LIBERTAD
DEFINICIÓN: La libertad es la capacidad de determinar nuestras acciones sin una presión externa.
PROPÓSITO: El propósito de la libertad es elegir y/o hacer la mejor de varias opciones disponibles. Por el uso correcto de la libertad vamos a conseguir una felicidad eterna.
FUNDAMENTO: La capacidad humana y finita de escoger y/o hacer la mejor de varias opciones tiene su FUNDAMENTO en el reflejo de la libertad eternamente poseída por Dios mismo, y que Él hizo una parte de nuestra naturaleza cuando Él nos hizo a Su imagen y semejanza.
EJEMPLO: Uno está físicamente libre para levantar una pluma. Uno tiene la libertad "psicológica" (llamada "libre albedrío") de elegir. Uno es SIEMPRE libre (tiene la libertad) de pensar y hacer lo que es moral, correcto y bueno, porque haciéndolo así es un reflejo justo (sin corrupción) de la imagen y semejanza de Dios en nosotros.
ABUSO: Eligiendo decir una mentira se abusa no solamente de la justicia, sino también se abusa de la imagen de Dios en nosotros, el don Divino que nos lleva al colmo de todo lo creado…
DISCUSIÓN
Pensamos en la libertad con respecto a lo que podemos hacer, pensar, y elegir. Por esta razón, no debe ser ninguna sorpresa que la libertad tiene TRES dimensiones: (1) física, (2) psicológica, y (3) moral. El ser PERFECTAMENTE libre para hacer algo significa que no hay NADA que me detenga físicamente, psicológicamente o moralmente para hacer, pensar o elegir lo que quiero.
Libertad Física
La libertad física se relaciona con el sí o no poder hacer algo físico.
Como ejemplos de esta libertad física, incluyamos la libertad de caminar, de dar un paseo a través del parque, jugar, construir un hogar, y todas esas actividades físicas, las cuales los hombres y las mujeres son capaces de hacer.
La libertad física es restringida por nuestra naturaleza, es decir por lo que somos. Un insecto que puede volar solo, tiene una libertad física que los hombres no tienen. La libertad física tiene otras limitaciones. El poder hacer algo físico no significa que debamos hacerlo. Podemos golpear nuestro dedo con un martillo, pero no significa que debamos hacerlo.
Libertad Psicológica
La libertad psicológica se relaciona con el regalo de Dios que se llama "libre albedrío". Es uno de los regalos contenidos en la "imagen y semejanza de Dios". Con este regalo usted puede elegir entre hacer o no hacer algo. Dios le dio este regalo para poder escoger la mejor entre varias decisiones posibles, cada vez que usted tiene una opción.
Tenemos esta facultad, porque cada persona es diferente, y lo que es la mejor opción para una persona, puede no ser la mejor opción para otra. Considere las opciones a que se enfrenten dos distintas personas. Una tiene talentos musicales, y la otra tiene talentos médicos. Lo que una elige para estudiar sería ciertamente diferente de lo que eligiera la otra. Aunque las verdades que ambos estudian son buenas, el libre albedrío deja a estas personas la libertad de seleccionar los cursos más provechosos, según sus talentos, para que cada una alcance su propia razón de existir y, de ninguna manera, ofender a su "imagen y semejanza" de Dios, la más preciosa y bella parte de su ser humano.
Ahora mire a dos diferentes hombres con respecto a un asunto espiritual. Hay una fuente abundante de buena lectura espiritual, pero una persona va a recibir más provecho de un libro, y la otra mas provecho de algún otro libro espiritual. Algunos pueden buscar mejor la voluntad de Dios al vivir en el desierto; otros siendo grandes misioneros, o maestros, o albañiles. Teniendo el libre albedrío es como deja a cada persona la libertad de decidir leer o elegir lo mejor de todas las posibilidades que existen a su alcance para obtener la mejor de todas estas, para obtener sus necesidades personales y cumplir con sus responsabilidades.
Es, DEBIDO a nuestra capacidad de elegir, que debemos entender lo que es la "libertad moral".
Libertad Moral
La libertad moral, debido a sus consecuencias eternas, es la más importante de todas nuestras libertades. Nos permite pensar, elegir y hacer todo lo que daría placer a Dios o al prójimo, y nos detiene de hacernos daño a nosotros mismos o a los demás, por cambia nuestra libertad de elegir, en "libertinaje".
Como ejemplo de una libertad moral, consideremos lo que se llama nuestra "libertad del discurso". Un uso apropiado del discurso es expresar o buscar la verdad. La búsqueda de las verdades que son necesarias para nuestro bienestar temporal o espiritual nunca es incorrecta. Esto significa, por ejemplo, que debemos estar libres para buscar, expresar, y profundizar nuestro conocimiento, no solamente de las verdades naturales, sino también de las verdades espirituales de nuestra Fe Católica.
Mientras que la libertad moral permite que busquemos la verdad de cualquier cosa, también gobierna cómo la utilizamos. No es inmoral buscar el conocimiento del átomo. Sin embargo, utilizar este conocimiento para matar a gente inocente sería, obviamente, inmoral.
Si Pepe le había dado a usted $30 para ir al mandado y comprarle un bistec, usted no tendría "derecho" de gastar ese dinero en tomarse tres cervezas. Por la misma manera de pensar, no hay "derecho" para mal emplear el don de nuestra libertad, que recibimos de Dios, para conseguir algo en contra de la voluntad de Dios.
Cada libertad tiene su límite
La libertad física tiene su límite. Aunque podemos brincar de un edificio aleteando los brazos, nunca vamos a volar. Es decir, que no podemos volar sólo por el uso de la libertad física. La libertad psicológica tiene su límite. No se puede elegir algo que no existe, o que es imposible para nosotros. Aunque queramos vivir mil años, no podemos elegir vivir mil años por el uso de la libertad psicológica. Es decir que cada libertad está relacionada con una selección limitada de buenas opciones realistas. El uso de la libertad para escoger una mala opción, o algo irreal es una tontería.
Para concebir ese concepto, piense que usted se está muriendo de hambre al lado del mar, y en la playa, enfrente de usted, en la arena, hay tres grandes platos. El primer plato se llama "ricas selecciones para ensaladas", y está lleno de frutas, salsas y legumbres. El segundo, "ricas selecciones para platos fuertes", y está lleno de carnes, pescados, verduras y condimentos. El tercero, "ricas selecciones para hacer cada postre imaginable". Aparte de estos tres platos, no hay nada, más que arena. Podemos escoger entre lo que contienen los tres platos, para hacer una comida completa para vivir, o arena. ¿Qué vamos a escoger?
Ahora, en vez de llamar los tres platos "ricas selecciones para ensaladas", "ricas selecciones para platos fuertes" y "ricas selecciones para postres", los llamamos "ricas selecciones para la libertad física", "ricas selecciones para la libertad psicológica", y "ricas selecciones para la libertad moral". En el ejemplo, o en la vida, tenemos el mismo poder de usar nuestra libertad, para escoger lo sabroso o lo amargo para vivir. ¿Qué vamos a escoger?
Por ejemplo, el uso correcto de la libertad moral es para satisfacer nuestro deseo de vivir en paz con el prójimo. El "plato" que se usa para "alimentar" este deseo se llama el "plato de las ricas selecciones para la libertad moral". Aparte de este plato, sólo existe la seca "arena" del vicio. Aunque se puede escoger lo que se quiera, es tan imposible vivir en paz con el prójimo, sin usar la libertad moral para escoger virtudes, que vivir físicamente bien, comiendo arena.
El Libre Albedrío No garantiza La Libertad Duradera
Obviamente una persona podría elegir hacer algo ("comer arena") que lo aterriza en la cárcel, donde va a perder su libertad. Vemos aquí que la habilidad de elegir lo que deseamos hacer (libre albedrío) no garantiza la libertad duradera. La libertad duradera depende de LO QUE elegimos, no del mero hecho de que podemos elegir una de muchas opciones. Un ejemplo simple te ayudará a recordar este punto. Tienes la libertad física de poner tu mano en una estufa candente, pero no estás libre de evitar la quemadura y el dolor que son los resultados de elegir esa mala opción. También, puedes elegir hacer algo moralmente incorrecto, pero, como con la mano quemada, no puedes evitar el daño a tu alma, ni el dolor que sigue en tu vida.
La Verdad conduce a la Libertad
El hecho de que la libertad resulta de la verdad, mientras que el error obstaculiza la libertad, se puede considerar por un ejemplo simple.
Tu eres el único doctor que trata una enfermedad crónica de dos amigos sin costo, y los dos amigos se enfermaron. Acabas de mudarte a una nueva ciudad, y les diste a tus amigos tu número telefónico, pero uno lo anotó incorrectamente. Para buscar el feliz regreso a la salud, ambos amigos necesitan ponerse en contacto contigo. Uno marca tu número correctamente y te alcanza para recibir el consejo necesario. El otro, que anotó tu número incorrectamente, recibe el mensaje: "este número está fuera de servicio". Obviamente, por tener tu número telefónico verdadero, el primer amigo consiguió lo que buscaba. Al contrario, por un error, (por no tener tu número telefónico verdadero) el otro no pudo obtener lo que buscaba. Por eso, podemos entender que la base que necesita la libertad para obtener una verdadera felicidad, cuando la buscas, es la verdad.
La corrupción de la libertad
La libertad moral SIEMPRE permite que practiques la virtud, buscando y eligiendo la mejor manera para ti de practicarla, de todas las buenas posibilidades. Simplemente dicho, la libertad moral se cumple por elegir lo bueno, y rechazar lo malo.
Cualquier "-ismo" o "-cracia", que enseña que la gente debe de estar "libre" para practicar el vicio, inculca la corrupción de la libertad, no solamente entre la gente, sino también entre su gobierno y su leyes.
Piense en la capacidad del hombre de desobedecer los Diez Mandamientos de Dios, si no es refrenado por buenas leyes y la justicia de un gobierno justo, es decir, por el poder de un buen gobierno. Debido a nuestra naturaleza humana caída, algunas personas (muchas veces las más fuertes o más inteligentes) por su egoísmo, ciertamente dañarían a otras, no solamente como individuos, sino por el mal uso de sus posiciones oficiales. Se llama este libertinaje "corrupción". ¿Corrupción de qué? Siempre es la corrupción de la libertad. Cuando la gente teme salir por la noche a la calle, por la corrupción de la policía, se ve claramente la pérdida de la libertad.
Puesto que la libertad depende de practicar la virtud, la virtud practicada por ciudadanos es la medida de la verdadera libertad que existe dentro de su país. Al contrario, el vicio que existe en una sociedad es la medida de cuánto se había corrompido la verdadera libertad, por elegir malas opciones.
Refrenar la corrupción de la libertad
Las naciones justas y los ciudadanos buenos entienden que el uso incorrecto de nuestra libertad es un DEFECTO que debe ser refrenado. Por esta razón, una nación justa permitirá a sus ciudadanos la libertad para que hagan lo bueno, pero restringirá, por sus leyes y la correcta aplicación de la justicia, el uso DEFECTUOSO de la libertad ("libertinaje"), que hace tanto daño.
Es decir una nación justa no prohibirá a sus ciudadanos la libertad verdadera, sino el abuso de la libertad, que se llama "libertinaje". Las leyes justas permiten que una nación satisfaga su obligación, hacia Dios, de gobernar para el bien temporal y eterno de sus ciudadanos. Las leyes justas y las reglas buenas se basan en lo que es verdaderamente mejor, para asegurar que vivamos en un ambiente de paz. El resultado de usar nuestra libertad para practicar la justicia y caridad será la paz, pero no hay paz en un ambiente de temor y vicio, que siempre es el producto del libertinaje
La responsabilidad de amar al prójimo es grande. Cuando un niño desea correr por una calle con mucho tráfico, es una buena persona quien niega al niño el libertinaje de hacerlo.
La libertad y los "derechos falsos"
Nuestra naturaleza humana caída nos tienta a hacer lo que es incorrecto. Cuando la gente quiere la "libertad" (la palabra correcta sería "libertinaje") para hacer algo malo o dañar a los demás, siempre intenta justificarlo por llamarlo un "derecho". Los "derechos falsos" son el origen de un enorme daño físico y espiritual dentro de cualquier país.
Basada en las mentiras de una mujer que fingía la causa de su embarazo, en los EE.UU. la Corte Suprema legalizó el "derecho" al aborto para todas las ciudadanas Americanas, es decir el libertinaje para matar a un indefenso niño hasta el último momento antes de nacer. Ahora, un promedio de 4.000 vidas humanas están siendo destruidas por el aborto, solamente en un día, en los EE.UU… No solamente es destruida la vida natural de cada niño no nacido, sino también la vida espiritual de los que realizan este aborto. Esta destrucción de una vida inocente no es un acto de la libertad. Es el defecto terrible de un libertinaje, falsamente llamado "libertad".
Aunque podemos escoger lo que queremos hacer, no podemos evitar las consecuencias. No fueron los amigos de los EE.UU., ni de la libertad, que por sus mentiras legalizaron la destrucción de la vida inocente en ese país. Por promulgar la DESTRUCCIÓN de la vida humana inocente, es tan imposible que los EE.UU. eviten las consecuencias de su acción destructiva, como que una persona pueda evitar las consecuencias de poner su mano en una estufa candente.
Libertad y libertinaje
Conociendo la diferencia entre la libertad y el libertinaje te ayudará a definir las cosas más claramente. De lo que fue escrito anteriormente, puedes ver que la palabra, "libertinaje" significa el uso DEFECTUOSO de la verdadera libertad. El libertinaje es un abuso de la libertad física, psicológica o moral, y siempre resulta en hacer daño a alguien. Cuando una persona habla de alguna "libertad", asegúrate de que en realidad se habla de una libertad, y no del libertinaje.
CAPÍTULO VI…LA LIBERTAD
Preguntas
1. ¿Cuál es el propósito de la libertad?
2. ¿Cuál es El Fundamento de la libertad?
3. ¿Cuál es la DEFINICIÓN de libertad?
4. ¿Cuáles son los tres tipos de libertad?
5. ¿Cuál es el tipo más importante de libertad?
6. ¿Cuál es la medida de la libertad en un país?
7. ¿En qué se convierte la libertad cuando se corrompe?
PREGUNTAS DE ENSAYO/DISCUSIÓN
1. ¿Cuál es la diferencia entre el libertinaje y la libertad?
2. ¿En cuál nación existe la libertad: Una nación que, con justicia y caridad, restringe a sus ciudadanos del aborto, o una nación que permite que sus ciudadanos practiquen el aborto? Explica tu respuesta.
3. ¿Cuándo es incorrecto (y hasta dañino) decir, "déjeme hacer todo lo que quiero"? Da un ejemplo.
4. Algunas personas se dicen "luchadores por la libertad" cuando quieren establecer una forma de gobierno que permita que la gente haga CUALQUIER COSA que desea. ¿Les opondrías o no? Dé razones por tu respuesta.
5. Dé un ejemplo de cómo la práctica del libertinaje en una sociedad destruye la libertad.
*******************************
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |