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La enfermedad de Lyme: La Nueva Gran Imitadora: Trastorno psi-quiátrico, a menudo ignorado

Enviado por Felix Larocca


  1. Enfermedad de Lyme
  2. Aparición como entidad nosológica
  3. Enfermedad de Lyme secundaria
  4. Enfermedad de Lyme terciaria
  5. El caso de Astrid
  6. Tratamiento
  7. Discusión y resumen
  8. Bibliografía

Los trastornos multiformes representan un asunto de gran interés para la psiquiatría, porque a menudo no se diagnostican y por la misma razón no se tratan.

Previo al desarrollo de las técnicas antibacterianas, en la sífilis reconocíamos a "La Gran Imitadora", hecho debido a que en su apariencia se expresaba de manera verdaderamente proteica.

Hoy, como parte del grupo de las entidades multiformes, que se relacionan al Síndrome de la Fatiga Crónica y de la Fibromialgia, estudiamos a otra "gran imitadora", la Enfermedad de Lyme. (Véanse mis artículos: Fatiga Crónica y Fibromialgia con Depresión Asociada: Neurociencia Aplicada y La Esclerosis Múltiple y los Enigmas de la Medicina y de la Neurociencia Aplicada).

Enfermedad de Lyme

La enfermedad de Lyme, también conocida como borreliosis, es una afección de naturaleza infecciosa causada por la bacteria Borrelia burgdorferi, que es trasmitida por las garrapatas o ácaros.

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Ixodes Scapularis. Garrapata transmisora de la enfermedad de Lyme

El criterio diagnóstico del CDC (Center of Disease Control) resulta no siendo muy preciso, porque excluye muchos casos fidedignos de Lyme ya que se ha demostrado en muchos estudios que los test serológicos para confirmar esta condición arrojan, en innúmeros reportes, falsos negativos; por lo que el diagnóstico, a falta de mejores tests, permanece como un ejercicio de sagacidad práctica por parte del médico — como era en la época romántica del galeno dotado con el "ojo clínico".

Lyme es conocida como la nueva gran imitadora ya que puede desplegar los síntomas de diversas enfermedades como son: síndrome de fatiga crónica, fibromialgia, esclerosis múltiple, trastorno afectivo depresivo, la locura megaloblástica, demencias, ELA, lupus, síndrome de la Guerra del Golfo, la fiebre botonosa y algunas otras y diversas entidades más. (Véanse mis artículos: La Ciencia Epigenética, el Embarazo "Normal" y la Obesidad: Una Parábola en Tres Actos y La Locura Megaloblástica).

Existe suficiente evidencia que indica que la infección activa por B. burgdorferi es la causa de la enfermedad aguda y de la persistencia de los síntomas en el Lyme Crónico.

Porque el Lyme si no se detecta a tiempo casi siempre progresa a su forma arraigada y persistente, haciendo que las personas afectadas necesiten tratamiento prolongado e incluso indefinido.

Aparición como entidad nosológica

Esta enfermedad fue descrita por primera vez en Estados Unidos (en Lyme, Connecticut) en el año 1975. Casi el 100% de los casos se presentan durante la estación cálida en ese país, cuando las personas se dedican a actividades al aire libre y cuando las garrapatas abundan. Al comienzo de la infección se desarrolla la etapa inicial de la enfermedad, también llamada "Enfermedad de Lyme inicial", pero si la víctima no recibe el tratamiento médico indicado en esta fase, ésta puede avanzar en su estado secundario e incluso agravarse para desencadenar la etapa terciaria.

Los patógenos involucrados son agentes infecciosos dotados con una virulencia que es importante identificar, prevenir y tratar. La sospecha inicial de que estos agentes producían cuadros clínicos contenidos ha sido totalmente superada después de la descripción de formas graves y de cuadros de evolución crónica en pacientes no tratados.

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Ciclo de infección de la B. burgdorferi

La patogenia de este grupo de entidades clínicas, en la que el daño vascular y el neurotropismo son una constante, se encuentran en los organismos siguientes: Rickettsia, Borrelia y Coxiella. Por su parte, las lesiones granulomatosas y el tropismo por células endoteliales son comunes en la Bartonella y Francisella; lo que nos confronta frente a agentes con una agresividad virulenta que es importante reconocer, para precaver y tratar. Todos los años fallecen en el mundo pacientes afectados por la fiebre botonosa; y el no reconocimiento precoz de la infección por Borrelia burgdorferi (enfermedad de Lyme) da lugar a manifestaciones neurológicas difíciles de tratar y que pueden dejar secuelas permanentes.

Tipos de esta enfermedad:

  • 1 Enfermedad de Lyme primaria

  • 2 Enfermedad de Lyme secundaria

  • 3 Enfermedad de Lyme terciaria

  • 4 Enfermedad de Lyme crónica

Enfermedad de Lyme primaria

Se caracteriza por presentar una lesión roja y papular, en el lugar donde se encuentra la picadura de la garrapata que la transmite. Además de este hallazgo, entre los síntomas que siguen se encuentra un cuadro parecido a la gripe (fiebre, dolores musculares y en las articulaciones), además de dolor de cabeza e inflamación de las coyunturas.

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Lesión inicial

La entidad se diagnostica mediante un examen físico exhaustivo en el que se pueden descubrir anomalías cardíacas, en las articulaciones, o en el cerebro. Como proceso de laboratorio adicional se recomienda hacer un examen de ELISA.

El tratamiento en esta etapa consiste en la aplicación de antibióticos, que varían dependiendo del estado de la enfermedad, y de la edad del paciente. También se suele administrar ibuprofeno, para aliviar la inflamación y la rigidez articular.

Enfermedad de Lyme secundaria

En esta fase de la enfermedad, además de los síntomas iniciales, se presentan: palpitaciones cardíacas, visión borrosa, problemas neurológicos (deterioro de la funciones del habla y del lenguaje, alucinaciones, parálisis facial, movimientos descoordinados, ideas paranoicas y confusión).

En este caso el examen físico puede elucidar deficiencias cardíacas y neurológicas.

ELISA

Se utiliza el examen ELISA para determinar la presencia de anticuerpos contra la bacteria y se utiliza el examen Western blot, para confirmar la infección; además de otros exámenes necesarios para confirmar los síntomas.

El tratamiento es similar al anterior, sólo que se utilizan dosis mayores de antibióticos y generalmente ceftriaxona para tratar esta fase de la enfermedad.

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Distribución geográfica de la borreliosis

Enfermedad de Lyme terciaria

La fase terciaria de la Enfermedad de Lyme puede ocurrir meses, o incluso años después de la etapa inicial.

A los síntomas anteriormente mencionados se pueden agregar trastornos neurológicos más graves (confusión, trastornos del sueño, pérdidas de memoria) y complicarse con el desarrollo de una forma de artritis permanente, debido a los trastornos musculoesqueléticos.

En estos casos el tratamiento consiste en inyectar grandes dosis de antibióticos (generalmente se usa penicilina o ceftriaxona para detener la infección). El pronóstico puede ser benigno, sin embargo, los síntomas de la artritis a veces, persisten sin abatir.

Enfermedad de Lyme crónica

La enfermedad crónica ocurre cuando la infección subsiste a pesar del tratamiento antibiótico (hay mucha evidencia científica sobre el tema, cultivos y pruebas de ADN positivas que demuestran la persistencia a pesar del tratamiento antibiótico).

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Un resumen de los cuadros clínicos sintomáticos sigue:

La enfermedad de Lyme puede causar un sinnúmero de síntomas, algunos de los cuales son severos. Estos síntomas se dividen en dos categorías: Síntomas de la etapa temprana y síntomas de la etapa avanzada.

Síntomas de la etapa temprana: usualmente estos empiezan entre el tercer día y primer mes después de la picadura. Aparecen síntomas como los del virus de la gripe acompañados (generalmente) con la aparición en la piel de la erupción roja y circular característica de la picadura, llamada Erythema Migrans (EM).

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Rodilla artrítica

Síntomas típicos de esta etapa son:

  • Erupción roja y circular a lo largo de la picadura.

  • Fiebre y escalofríos

  • Fatiga

  • Dolores musculares de articulaciones

  • Dolor de cabeza

  • Glándulas inflamadas

Síntomas de la etapa avanzada: en esta etapa de la enfermedad de Lyme los síntomas son más severos y potencialmente debilitantes, y pueden suceder en cuestión de semanas, meses, o inclusive años después de la picadura. Los síntomas son los siguientes:

Problemas en el sistema nervioso

  • Dolor de cabeza

  • Parálisis de los músculos faciales

  • Problemas de concentración

  • Pérdida de memoria

  • Artritis

  • Dolor e hinchazón usualmente en las articulaciones mayores

  • Anormalidades Cardíacas (menos comunes)

  • Irregularidad en los latidos del corazón

  • Palpitaciones

  • Bloqueo cardíaco

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Lesiones típicas

Profilaxis

Desde el año 1998 al 2002 había, en los Estados Unidos, una vacuna disponible con el nombre de LYMErix. Ésta fue removida del mercado cuando produjo trastornos secundarios serios.

Lo que nos deja con la solución de que las únicas medidas de prevención son aquellas que evitan el contacto con los animales que son huéspedes de las garrapatas.

Aplicaciones neuropsiquiátricas

La enfermedad de Lyme se ha comprobado como factor desencadenante de trastornos neuropsiquiatricos. Anticuerpos de la bacteria que causa la enfermedad se han descubierto en muchos pacientes psiquiátricos, sugiriendo que esta enfermedad puede desencadenar trastornos emocionales.

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Lesiones epidérmicas

Para la mayoría de sus víctimas la enfermedad de Lyme no es un problema leve. Aunque los síntomas iniciales no se diferencian de un ataque gripal, a medida que la enfermedad progresa, otros síntomas serios pueden surgir: dolor muscular, artritis, inflamación del miocardio, dolores de cabeza intratables, rigidez del cuello o parálisis facial.

Un estudio reciente que apareciera en el número de febrero del 2008 del American Journal of Psychiatry bajo la firma de TomáHájek Et al conducido en Praga soporta esta sospecha.

Los investigadores checos razonaron que como la Borrelia burgdorferi pertenece a la misma familia de agentes que causan la sífilis, que era muy posible que esta bacteria pudiera producir daños similares a la lúes en el Sistema Nervioso Central de sus víctimas — especialmente depresiones y fluctuaciones afectivas.

Analizando la prevalencia de los anticuerpos de B. burgdorferi en pacientes psiquiátricos se determinó que éstos eran muy elevados comparados con grupos de control.Entre los 900 pacientes psiquiátricos que ellos analizaran utilizando pruebas diagnósticas de laboratorio entre los años 1995 y 1999. Una tercera parte padecía de trastornos de ansiedad, otra tercera parte de trastornos afectivos, un 25% de la esquizofrenia u otra forma de psicosis, y el resto sufría de trastornos de la personalidad, delirio, demencia y de otras condiciones. (Véase: "Higher Prevalence of Antibodies to Borrelia Burgdorferi in Psychiatric Patients Than in Healthy Subjects" en el número correspondiente del APA Journal).

Análisis detallados, descritos en el estudio checo, soportaron la existencia significante de anticuerpos de B. Burgdorferi en la población de pacientes psiquiátricos en contraste con los grupos de control.

Los autores concluyendo su estudio de la manera siguiente:

"Estos hallazgos soportan la hipótesis de que existe una asociación entre la infección con B. burgdorferi y la morbilidad psiquiátrica.

"En países donde esta infección es endémica, una proporción de los pacientes psiquiátricos pueden estar sufriendo de los efectos neuropatogénicos de esta infección".

El caso de Astrid

Astrid no era un astro celestial de brillo singular bajo circunstancia alguna. Ella representa, en su historial, una de esas heroínas de novelas rusas antiguas donde el dolor y la miseria se mezclan para proporcionarnos una visión muy distante de la vida de los pobres.

Nació hija ilegítima en un hogar abandonado. Pero como Wallis Warfield (1896-1986) Duquesa de Windsor, Astrid viviría para levantarse muy por encima de sus miserias y vivir una vida disoluta con todos los privilegios que usualmente acompañan ese estilo de vivir.

Sin nadie saber la razón, Astrid se retiró a una finca que la familia había abandonado donde se dedicó al aislamiento total y a la cría de numerosos animales, cabras y perro entre ellos.

Su semblante cambió de ser una mujer de espontaneidad afectiva a uno de malhumor persistente y de sospechas infundadas.

Sufría de alergias, insomnio persistente y de períodos de confusión transitoria, donde todo, aún su propio nombre se le olvidaba.

Riesgo…

Acusaba a todos de intenciones nefastas, incluyendo a su joven pastor y a su esposa, a quienes lograría, finalmente alienar.

Por mucho tiempo, pensando que era víctima de una trama para envenenarla, decidió comer sólo aquellas cosas que recogía en sus hortalizas, rehusando carne y productos lácteos o de origen animal.

Nos visitó, de manera titubeante porque sufría de zumbidos de oídos, debilidad y astenia persistente, parestesias, obesidad, apnea del sueño, sospecha de anemia y locura megalobástica, diabetes 2 y síntomas depresivos. (Véanse mis ponencias, Medicina, Psiquiatría Ortomolecular y Vitamina B12 y La locura Megaloblástica).

Tratamiento

Para lograr la confianza de una persona tan reacia, el proceso se inició con la terapia analítica intensiva, acoplada con el adjunto de dosis orales e intramusculares masivas de vitaminas (como se estila en la medicina ortomolecular), especialmente de vitaminas C y B12.

Con la aplicación de dosis terapéuticas de vitaminas, la psicoterapia intensiva, con el uso de un antidepresivo tricíclico y de antibióticos el cuadro clínico remitió.

Hoy, Astrid, habiendo reducido unas cuarenta libras, luce y se siente mejor. (Véase mi artículo, La Opción de Hobson…).

Discusión y resumen

Las enfermedades bacterianas muy a menudo afectan el cuerpo y la mente, como asimismo lo hacen las zoonosis y las hipovitaminosis.

La sífilis y la enfermedad de Lyme son ejemplos clásicos de las patologías producidas por la transmisión de espiroquetas y de borrelias, la pelagra y la locura megaloblástica de la deficiencia de vitaminas, y la obesidad inexplicable de los transposones. (Véase mi artículo, La Ciencia Epigenética, el Embarazo "Normal" y la Obesidad: Una Parábola en Tres Actos en Ortomolecular News).

Bibliografía

  • Bacterial Diseases Caused by Spirochetes: Lyme Disease (Lyme Borreliosis). Section 13, Chapter 157 in The Merck Manual of Diagnosis and Therapy, edited by Mark H. Beers, MD, and Robert Berkow, MD. Whitehouse Station, NJ: Merck Research Laboratories, 2002.

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  • Territo, J., and D.V. Lang. Coping With Lyme Disease: A Practical Guide to Dealing With Diagnosis and Treatment. New York: Henry Holt, 1997.

  • Ying, Zhou Zhong and Jin Hui De. Acute Infection. In Clinical Manual of Chinese Herbal Medicine and Acupuncture. New York: Churchill Livingston, 1997.

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Autor:

Dr. Félix E. F. Larocca