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El desarrollo humano y la etnicidad (página 2)

Enviado por Gamaliel Hernández


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Las brechas interétnicas en la educación

Liberarse de la ignorancia y tener condiciones para realizar plenamente el potencial cognitivo es fundamental para alcanzar el desarrollo humano pues ello permite llenar la vida de significado; da, además, la posibilidad de que las personas contribuyan más efectivamente al crecimiento económico, a la competitividad nacional, a la vida política del país y al desarrollo de las ciencias, las artes y las culturas. La educación también crea mejores condiciones para la toma decisiones por propia cuenta en todo asunto que le concierna e interese a la persona directamente y/o como integrante de un colectivo social. En su acepción más elemental, "liberarse de la ignorancia" remite a la posibilidad de que las personas sepan leer, escribir y realizar cálculos numéricos básicos. Un segundo nivel lo constituye la posibilidad de contar con un nivel mínimo de escolaridad que permita un mejor manejo e interacción con el entorno inmediato y mediato. Es por ello que los Objetivos de Desarrollo del Milenio –ODM–, en materia educativa, se concentran en la necesidad de "velar por que, para 2015, los niños y niñas de todo el mundo puedan terminar un ciclo completo de enseñanza primaria."1 El presente capítulo examina los desafíos que el país enfrenta en la construcción de estas capacidades básicas en un contexto multicultural, poniendo énfasis en aquellas que están vinculadas con los ODM2 y en particular, con las oportunidades de acceso a los servicios públicos de educación que harían posible su cumplimiento. Un aspecto prioritario que se aborda es el relacionado con los cambios ocurridos en el comportamiento de las brechas interétnicas en educación durante la última década (1994-2004). Se exploran también los esfuerzos que se han hecho a lo largo de este período para que la oferta pública de servicios tenga mayor nivel de pertinencia cultural.

El acceso y la pertinencia cultural de los servicios de salud

Liberarse de la muerte prematura y de la enfermedad evitable es esencial para el desarrollo humano. A su vez, la situación de salud depende de las condiciones y oportunidades que genera la sociedad para contar con los recursos materiales suficientes para una vida digna, cuando menos, libre de la pobreza y del hambre. Una población saludable requiere además, condiciones sanitarias, de habitabilidad y de calidad del ambiente que promuevan un círculo virtuoso que perpetúe la salud; así también, un entorno social seguro en el que se valore altamente la vida humana y se promueva el desarrollo de las personas, de sus capacidades y su participación en la vida en sociedad. Una población saludable requiere, también, la posibilidad de tomar decisiones informadas sobre lo que más le conviene y contar con las instituciones y servicios que le permitan resolver sus necesidades de salud de manera oportuna y eficaz. El presente capítulo se concentra en explorar este último aspecto: el del acceso a los servicios de salud.1 Así también, explora la dimensión de la pertinencia cultural de los servicios públicos de salud y los avances durante la última década. Finalmente, el capítulo examina, en términos de muerte prematura y enfermedad evitable, el hecho de que la salud no constituya todavía un tema de real prioridad en la agenda pública de la sociedad guatemalteca.

Participación política en una sociedad multiétnica

El desarrollo humano implica también la posibilidad de que las personas puedan tomar parte activa en los procesos y en las decisiones que afectan sus vidas y la de los colectivos de los cuales forman parte. La participación política permite esa injerencia en el gobierno de la vida pública y colectiva de una sociedad. Es tanto una libertad instrumental, pues su ejercicio permite el logro de otras libertades inherentes al desarrollo humano (liberarse de la esclavitud de la discriminación, la pobreza, la ignorancia o del hambre) como un elemento constitutivo del mismo; es decir, que tiene un valor por sí mismo, pues confiere a las personas la posibilidad de ejercer su capacidad de agencia más allá del ámbito de su vida privada. Es una modalidad, entre otras, de realizar la condición ciudadana. El referente temporal de este capítulo es el período 1985-2005 y se examinan tres formas de participación política: la electoral, la participación en el funcionariado público y las modalidades de hacer política a través de la organización y movilización social.

Logros y tropiezos en la justicia multiétnica

En una nación multiétnica, cabe preguntarse quiénes y con qué leyes se juzga y condena y, si en efecto, todas las personas son procesables. En Guatemala se vive un período de innovaciones en este aspecto, pero pleno de vicisitudes que tienen como referente la desprotección legal generalizada. Se encuentra en este incumplimiento una de las más flagrantes formas de exclusión que se produce en esta sociedad multiétnica. Desafortunadamente, es éste un espacio de la realidad nacional donde la información estadística es más escasa. Surgen varias preguntas: ¿quién juzga a quién? ¿qué normativa se utiliza? ¿todos los culpables son juzgados y condenados? El ciudadano guatemalteco es titular de obligaciones y derechos, sin embargo no existe igualdad de oportunidades para ejercitarlos, lo que repercute directamente en la posibilidad de disponer de las mismas opciones para disfrutar de una vida digna. El derecho de acceso a los tribunales de justicia en tanto es difícil o imposible para los indígenas u otros sectores pobres, niega el derecho a una vida sin temores, con seguridad, con pleno desarrollo humano. Por otro lado, las relaciones entre indígenas y no indígenas en el ejercicio de la justicia no han sido estáticas. En los últimos años, aquellos han venido tomando conciencia creciente de una realidad legal que no respeta sus tradiciones. De hecho, han ocurrido tanto un debilitamiento del sistema de justicia indígena como numerosas reacciones para fortalecerlo. Hay medidas del Estado que buscan respetar su proyecto de poder plural y al mismo tiempo, políticas que lo contradicen, lo que muestra que se está ante un período histórico de transición, en un escenario normativo y cultural que sin duda ha avanzado en algunos aspectos, aunque persistan temores y discriminaciones. En tiempos de transición cultural y política hay situaciones que aparecen ambiguas e imprecisas. Las respuestas tienen que construirse en, o sólo aparecen con la práctica diaria, con la aplicación cotidiana de la legislación estatal y de la normativa maya.

Sobre discriminación y racismo: interpretación preliminar de una encuesta

Este capítulo contiene una primera interpretación de la encuesta sobre Intolerancia y Racismo en Guatemala, propiedad de Casa Editora Prensa Libre S.A. y puesta a disposición del PNUD por la generosa actitud de su directorio. De esa suerte, se ha tenido acceso a los resultados de esa encuesta, practicada del 29 de julio al l0 de agosto de 2005, con una muestra nacional, con estratificación múltiple, aplicada a un universo representativo de 800 guatemaltecos y guatemaltecas, indígenas y no indígenas de todo el territorio nacional. La encuesta fue realizada por la empresa especializada Vox Latina, a quienes también se reconoce el gesto de proporcionar, sin condiciones, la base de datos correspondiente. La encuesta contiene 60 preguntas y cinco variables: sexo, etnia, educación, ingreso y lugar de residencia (rural/urbano) y un 4.85% de error estimado. Este capítulo es una aproximación muy preliminar a los temas de la discriminación y el racismo en la manera en que pueden ser planteados por un conjunto de preguntas abiertas y otras, con alternativas de respuesta, no siempre precisas. La encuesta mantiene, desafortunadamente, la dicotomía ladino/indígena que ha sido criticada desde diversas ópticas y que este Informe recoge. Un tema tan sensible, que se refiere a percepciones, reconocimientos y actitudes mutuas en una sociedad racista, no puede alcanzar así las certezas esperadas pues se refuerzan los aspectos polares de las apreciaciones que se forman en la interrelación social y no puede recogerse, la fuerza de las gradaciones que ocurren, los matices que la vida social, de hecho, va formando.

Los actores sociales y sus propuestas

Este capítulo resume las diferentes posiciones que los actores organizados de la sociedad1 formulan y asumen en un escenario calificado por el reconocimiento oficial de la multietnicidad guatemalteca. El conjunto de la sociedad, sus actores sociales y políticos más importantes, han venido reaccionando frente a este reconocimiento tardío, al punto que en la escena nacional y, por vez primera en la historia patria, el tema indígena ocupa un lugar destacado en la agenda pública. Una afirmación de esta significación no hubiera podido formularse hace quince años. Durante mucho tiempo, en América Latina y en Guatemala por supuesto, la única posición existente fue formulada por los Estados en la forma de políticas calificadas genéricamente de integracionistas. Toda la corriente del indigenismo, especialmente el inspirado en el Congreso de Pátzcuaro, puso énfasis en la relación de la condición indígena y la formación de estos países. En esta relación, la presencia indígena fue considerada como una fuente de potencialidad, valores y estilos de vida que era necesario rescatar. Frente a ello y como solución al llamado "problema indígena", se planteaban los más diversos caminos para alcanzar un modelo de nación unitaria, democrática y culturalmente homogénea.

Los compromisos nacionales e internacionales en materia de etnicidad

Como lo planteó el Informe Nacional de Desarrollo Humano 2003, Guatemala, en pleno siglo XXI, aún necesita concretar una visión de nación que conduzca a la construcción de una sociedad incluyente, plural y equitativa. También necesita el establecimiento de un Estado plural, democrático, moderno, capaz de conciliar los intereses diversos existentes y dotados de una visión estratégica para guiar al país por derroteros de progreso, justicia y libertad. En este sentido, el desarrollo humano es un enfoque que subraya la necesidad de fortalecer y elevar las capacidades humanas y ampliar las libertades de las personas, de acuerdo con principios de equidad, es decir, que se dé para todos los seres humanos y no sólo para una minoría. La equidad en la ampliación de las libertades es el vínculo fundamental entre el desarrollo humano y los derechos humanos y, en un sentido más general, entre éste y la construcción de una sociedad democrática.

Construyendo el futuro: identidades y ciudadanía étnica en un Estado plural

Como se ha reiterado a lo largo del presente Informe, el hecho que en la sociedad guatemalteca exista diversidad étnico-cultural no puede justificar más la desigualdad ni los bajos índices de desarrollo humano de una importante proporción de la población. La desigualdad se agudiza cuando esa diversidad étnico-cultural se conjuga con otras dimensiones tales como la estratificación socio-económica de la sociedad, la territorial, la demográfica y la de género. Produce, como resultado, situaciones de marcada desventaja para algunos grupos en el acceso a los recursos, las oportunidades y el desarrollo de capacidades. Así, para impulsar el desarrollo humano en Guatemala, no es suficiente el discurso del respeto a la diversidad como el único contenido de lo étnico, pues a lo cultural lo acompaña una dimensión de clase y una de dominación política. Persiste una extrema desigualdad, existen las exclusiones, se practica la discriminación, por lo que el desarrollo de una identidad política para todos no puede darse al margen de la importancia que tiene sostener el principio de la igualdad real y efectiva de todos los guatemaltecos y guatemaltecas; es decir, la vigencia positiva de todos los derechos y deberes que le son inherentes a todo ser humano y que le garantizan tanto la Constitución Política de la República como la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Es de ese principio de donde surge el del reconocimiento y el del respeto a la diferencia y la urgencia de liberarse, como sociedad, de toda conducta y norma discriminadora y racista, que atente contra el pleno ejercicio ciudadano.

 

 

Autor:

Gamaliel Hernández

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