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La lluvia ácida


    1. Origen
    2. Efectos de la lluvia ácida
    3. ¿Que se está haciendo con respecto a esto?
    4. Estadísticas
    5. Bibliografía

    En tiempos como los de hoy, es de inexorable importancia tomar atención e interés en temas que tengan que ver con el medio ambiente o la contaminación en general.

    Todo por que es parte de nuestro vivir diario, de nuestra naturaleza, desde que salimos de casa hasta que regresamos a ella, estamos expuestos, queramos o no, a una serie de sustancias extrañas que invaden y están en el aire que respiramos y que terminan siendo con el correr del tiempo nocivas para nuestra salud.

    Todas estas sustancias mencionadas se mantienen durante largo tiempo en rangos de concentración estrechos gracias a eficientes mecanismos de reciclamiento a cargo de la propia naturaleza. Sin embargo, la actividad industrial genera ahora tales cantidades de sustancias extrañas que están alcanzando ya el nivel de contaminantes peligrosos para la vida en general, puesto que rebasan la capacidad del ecosistema para deshacerse de ellos, y sus niveles tienden hacia el aumento, permanencia e irreversibilidad

    Un producto de ello es, lo que llamamos nosotros "lluvia ácida"

    Las principales causas de lluvia ácida son los óxidos de nitrógeno y azufre que se generan al momento de la combustión; el nitrógeno lo aporta la atmósfera y no hay forma de evitarlo, el azufre forma parte de los combustibles, eliminarlo completamente es muy costoso; la lluvia ácida y la niebla ácida estarán con nosotros dañando todo lo que toquen, tanto en el campo como en la ciudad.

    Esbozando de manera general, en el presente trabajo se tratara el tema en cuestión señalando o precisando una definición acerca de tal fenómeno. En el Capitulo II se escudriñara por que se origina o lo que viene a ser lo mismo, cual es su origen, a continuación se señalara también cual es su dinámica, o sea, el procedimiento por el cual surge.

    En el III Capitulo se detallara cuales son sus efectos, sobre la salud de las personas, sobre los bosques, sobre los cultivos, sobre la flora y fauna, sobre las aguas, etc.

    En el capitulo precedente, se planteara una interrogante, ¿qué se esta haciendo con respecto a esto?, señalando unas serie de posibles soluciones a seguir.

    Finalmente, en el ultimo Capitulo se nuestra unos resultados de trabajo de campo, hechos en lima sobre el tema que se grafican en cuadros estadísticos.

    Esperando que este trabajo ayude en algo a contribuir a prestarle atención a la problemática sobre el medio ambiente y a trabajos futuros a realizarse sobre tal termino señalando que ya es hora de ponernos a pensar en nosotros mismos y que estamos haciendo para cambiar este problema de interés general.

    La lluvia ácida

    1. Se usa el nombre genérico de "lluvias ácidas" para designar las aguas meteóricas (precipitaciones líquidas o sólidas y niebla) que están contaminadas en la atmósfera. La composición química se caracteriza por su acidez y deterioran el ambiente. Mientras menor es el pH, más ácida es el agua. Los contaminantes que las acidifican son principalmente el dióxido de azufre (S02) y los óxidos de nitrógeno.

      La lluvia ácida es un asunto de significativo interés ambiental y económico en el mundo.

      El agua de lluvia pura normalmente tiene un pH cercano a 5.6; es levemente ácida por el contenido de anhídrido carbónico en la atmósfera. La niebla, en cambio, se sitúa alrededor de los 4,5.Las lluvias ácidas suceden principalmente en las grandes ciudades especialmente por la contaminación que producen los vehículos motorizados y las industrias. En los centros mineros e industriales también se producen las lluvias ácidas debido a las emisiones de los gases antes mencionados. A su vez, las masas de aire contaminadas se desplazan a otros lugares, generando también en esos ambientes las llamadas "lluvias ácidas".

      Las nieblas ácidas ocurren en las zonas de presencia frecuente de niebla y que se caracterizan por presentar altos índices de contaminación y por lo tanto pH bajo.

    2. Introducción

      La lluvia ácida y otros tipos de precipitación ácida como neblina, nieve, etc. han llamado recientemente la atención pública como problemas específicos de contaminación atmosférica secundaria; sin embargo, la magnitud potencial de sus efectos es tal, que cada vez se le dedican más y más estudios y reuniones, tanto científicas como políticas ya que en la actualidad hay datos que indican que la lluvia es en promedio 100 veces más ácida que hace 200 años.

      De una manera natural, el bióxido de carbono, al disolverse en el agua de la atmósfera, produce una solución ligeramente ácida que disuelve con facilidad algunos minerales. Sin embargo, esta acidez natural de la lluvia es muy baja en relación con la que le imparten actualmente los ácidos fuertes como el sulfúrico y el nítrico, sobre todo a la lluvia que se origina cerca de las zonas muy industrializadas como las del norte de Europa y el noreste de los estados unidos.

      La lluvia ácida es una forma de contaminación causada por la emisión de bióxido de azufre y óxidos de nitrógeno a la atmósfera.

      Más del 90% del azufre y del 95% de las emanaciones de nitrógeno se originan de las actividades humanas. Estos contaminantes primarios del aire, se derivan del uso del carbón en la generación de electricidad, la fundición de metales, y el uso de combustibles fósiles en vehículos automotrices. Una vez liberados a la atmósfera, estos contaminantes pueden transformarse químicamente en contaminantes secundarios, tales como el ácido nítrico y el ácido sulfúrico, los cuales se disuelven fácilmente en el agua. Las gotitas de agua ácida resultantes pueden ser arrastradas grandes distancias por los vientos dominantes, precipitándose luego como lluvia ácida, nieve ácida, o niebla ácida.

      Los científicos han descubierto que la contaminación aérea resultante de la quema de combustibles fósiles es la mayor fuente de lluvia ácida. Las sustancias químicas principales en la contaminación aérea que generan lluvia ácida son el bióxido de azufre y los óxidos del nitrógeno. La lluvia ácida comienza regularmente en las nubes altas, donde el bióxido de azufre y los óxidos de nitrógeno reaccionan con el agua, el oxígeno, y los agentes oxidantes. Esta combinación forma una solución caliente de ácido sulfúrico y de ácido nítrico. La luz del sol amplifica la velocidad de estas reacciones. El agua de lluvia, la nieve, las nieblas, y otras clases de precipitaciones que contengan esas soluciones calientes de ácidos sulfúrico y nítrico, caen a la tierra en forma de lluvia ácida.

      Cerca del 40% de los óxidos de nitrógeno son generados por los medios de transporte (coches, camiones, autobuses, y trenes), así como cerca del 25% en los generadores termoeléctricos, y del 35% a partir de otras combustiones, como por ejemplo, las industriales, las comerciales y las domésticas (del hogar).

      La vegetación y las cosechas naturales son dañadas por la lluvia ácida, pues inhibe la germinación y la reproducción de las plantas, acelera la erosión de la tierra y extrae los nutrientes del suelo. Además, hace más solubles a los elementos tóxicos, por ejemplo el aluminio. Altas concentraciones de aluminio en el suelo pueden detener la absorción y el metabolismo de los nutrientes por las plantas. El aluminio destruye la superficie cerosa protectora de las hojas y disminuye la resistencia de las plantas hacia las enfermedades.

      Los datos a largo plazo indican que aunque los cambios en el pH de las corrientes de agua hayan sido pequeños, grandes cantidades de calcio y magnesio del suelo se pierden y son dispersados por el agua a causa de la lluvia ácida y de la disminución de cationes básicos en la atmósfera. Como resultado, se demorará la recuperación química de la tierra y de las corrientes de agua en respuesta a cualquier reducción de la lluvia ácida.

      A pesar de Estados Unidos ha disminuido la contaminación de azufre que genera lluvia ácida, los bosques, lagos, y ríos no se han recuperado tan rápidamente como se esperaba. Un equipo de investigadores escribió un artículo que confirma el fundamento: el ácido ha producido modificaciones severas en el suelo. Treinta años de estadísticas sobre la química de la lluvia y de los ríos en los bosques de New Hampshire proporcionan evidencia de que el ácido ha desproveído al suelo de los iones minerales básicos, los cuales protegen, o desactivan a los ácidos y que son esenciales para el crecimiento de las plantas. Dada la pequeñísima tasa de decadencia de estos iones, podrían pasar décadas para que los ecosistemas dañados por lluvia ácida lleguen a ser saludables otra vez.

      Orígenes de la lluvia ácida

      Existen dos tipos de lluvia ácida, la provocada por el hombre (antropogénica) y la de origen natural, causado por los gases volcánicos.

      La lluvia ácida de origen antropogénica

      Esta es generada básicamente por el desarrollo industrial, la quema de combustibles fósiles o por la quema de vegetación lo cual produce un gas contaminante, el cual viaja a la atmósfera ocasionándole daños irreversibles. Estos aerosoles contaminantes al hacer contacto con el vapor de agua atmosférico regresan como lluvia ácida.

      La lluvia ácida de origen volcánico

      Es la lluvia que posee cantidades intolerables de Ácido Sulfúrico (H2SO4) y Ácido Nítrico (HNO3) disueltos en sus gotas de agua. Ambos ácidos se forman al reaccionar el trióxido de azufre (SO3) y el dióxido de nitrógeno (NO2) con el agua (H2O). De manera que la acidez del agua lluvia alcanza significativamente niveles que oscilan entre 3.5 a 5.5 con respecto al pH normal del agua que es aproximadamente 6.5.

      Se cree que estos ácidos se forman a partir de los contaminantes primarios como el bióxido de azufre y los óxidos de nitrógeno por las siguientes reacciones:

      Cómo se forma la lluvia ácida

      El dióxido de azufre (SO2) emitido por los volcanes (Foto 1), al reaccionar con el aire se oxida transformándose a trióxido de azufre, lo cual se da a través de dos procesos químicos. Uno de ellos es combinándose con el ozono ( O3 ) presente en la atmósfera, es decir,

      SO2 + O3 SO3 + O2 = Trióxido de Azufre

      Otro proceso es combinándose el dióxido de azufre (SO2) con el oxígeno atmosférico ( O2 ) que actúa como catalizador de las partículas sólidas (aerosoles) suspendidas en el aire:

      SO2 + O2 2SO3 = Trióxido de Azufre

      El trióxido de azufre reacciona con el agua de las nubes, generándose ácido sulfúrico, que luego precipita como lluvia ácida. De esta reacción resulta el ácido sulfúrico ( H2 SO4) como contaminante atmosférico, de la manera siguiente:

      SO3 + H2O H2 SO4

      La oxidación adicional de los óxidos de azufre (1) y de nitrógeno (2) puede ser catalizada por los contaminantes atmosféricos (3), incluyendo las partículas sólidas y por la luz solar. Una vez formados los óxidos SO3 y NO2, reaccionan con facilidad con la humedad atmosférica para formar los ácidos sulfúrico (4) y nítrico (5) respectivamente. Estos permanecen disociados en la atmósfera y le imparten características ácidas y, eventualmente, se precipitan con la neblina, la lluvia o la nieve, las que, por lo tanto, tendrán mayor acidez en las áreas que reciben continuamente dichos óxidos que en las que no están alteradas. Por ejemplo, existen pruebas circunstanciales de que las termoeléctricas en especial las que utilizan combustible rico en azufre, están muy relacionadas con la producción de lluvia ácida.

      Como consecuencia del arrastre de diversas sustancias, componentes naturales del aire, partículas sólidas, y debido fundamentalmente a la disolución del dióxido de carbono en el agua de lluvia, ésta tiene una ligera acidez que oscila entre valores de 5,5-5,7 unidades de pH.

      Se ha medido el grado de acidez del agua de lluvia en zonas donde existía una elevada concentración de ciertos contaminantes y se ha visto que su pH es mucho más bajo de lo normal, de hecho algunas lluvias llegan a tener pH del orden de 4,2-4,3, lo que indica un grado de acidez muy alto, esto es lo que conocemos con el nombre de "lluvia ácida", denominación con la que se designa cualquier agua de lluvia de pH inferior al natural de 5,5.

      Dinámica de la lluvia ácida

      Independientemente de su origen, ya sea industrial o natural, los gases contaminantes que de la tierra suben a la atmósfera, después de un cierto tiempo y durante la época de invierno precipitan formando lo que se conoce como lluvia ácida. Dependiendo de la dirección y velocidad de los vientos así será el área de afectación que generen (Figura 1).

      También se habla de deposición seca, cuando el contaminante precipita sin lluvia, es decir, lo hace por su propio peso.

    3. Origen
    4. Efectos de la lluvia ácida

    Efectos sobre la salud humana

    No esta del Todo claro que las aguas subterráneas ácidas sean por si mismas nocivas para la salud. Pero si se conoce el efecto negativo de los metales como el aluminio y el cadmio que se libera en la tercera etapa a pH inferiores a 5. Aunque se ha encontrado casos altos de niveles de plomo zinc y cadmio aun a pH superiores (entre 5.2 y 6.4)

    Con respecto a los metales tenemos:

    Cadmio: ES el más móvil de los metales pesados comunes y debido a las latas concentraciones presentes en los países industrializados, es necesario alertar sobre su presencia. El cadmio se acumula en la corteza renal causando graves lesiones. Las principales fuentes son los fertilizantes y las debidas a la acidificación de las aguas subterráneas.

    Cobre: Debido a que es el metal con el cual se construye la mayoría de las cañerías, cuando las aguas se tornan corrosivas dicho elemento es disuelto. Uno de los efectos más comunes sobre la es la diarrea infantil.

    Aluminio: Es el más común en la corteza terrestre y si bien está unido a los minerales que constituyen la misma, la acidificación lo torna soluble. El aluminio penetra en la corriente sanguínea en forma directa pasando las barreras de protección normales del ser humano y provocando graves daños al cerebro y al sistema óseo. Si la concentración es muy elevada puede causar demencia senil y muerte.

    Plomo: También se libera por acidificación de las aguas y en los países donde este elemento es utilizado para la construcción de las cañerías de agua la situación se puede tornar bastantes peligrosa. Dicho elemento provoca daños considerados a nivel cerebral, sobre todo en los niños.

    Efecto de la acidificación sobre los bosques

    Los árboles dañados exhiben una serie de síntomas pero es muy dificultoso establecer una conexión entre cada tipo de daño y las causas correspondientes. El aire contaminado afecta directamente e indirectamente los árboles.

    Los efectos directos consisten en daños sobre las hojas debido a que la capa de grasa protectora es corroída por el depósito seco de dióxido de azufre, la lluvia ácida o el ozono.

    Además de las membranas constituyentes de la estructura interna del árbol son atacadas provocando la pérdida de nutrientes.

    Los efectos indirectos están relacionados con la acidificación del suelo lo que produce una reducción de nutrientes y una liberación de sustancias perjudiciales para el árbol como lo es el aluminio.

    La sensibilidad de las diferentes especies frente a los contaminantes atmosféricos varía de acuerdo con la superficie de las hojas y la caducidad de las mismas.

    El daño sobre los abetos se traduce en un color marrón amarillento de sus hojas, pérdidas de las mismas y deterioro de sus raíces.

    Los pinos sufren también decoloración con estrechamiento de su extremo cónico superior por pérdida de sus hojas.

    Incidencia de los deterioros sobre los bosques

    La forestación en Escandinava es importante para toda Europa Occidental dado que es la mayor fuente de materia prima en la industria de la madera. Cerca del 80% de su producción está destinada a la exportación.

    Además los bosques son el ambiente natural para varias especies de insectos, pequeños animales, plantas y mamíferos de mayor tamaño.

    Por último no se debe olvidar la función que desempeñan en el mantenimiento de la economía del agua y en la regulación de los climas tanto locales como regionales.

    Efectos en los Cultivos

    Aunque la sensibilidad hacia el daño foliar directo por la lluvia ácida de algunos cultivos parece ser mayor que la de muchas especies de árboles, no existen pruebas sólidas de que las hojas de los cultivos hayan sido dañadas por gotas ácidas en el campo (NATO, 1980). No obstante, algunos estudios detallados han comenzados a insinuar que incluso en un sistema agrícola bien amortiguado la lluvia ácida puede ser perjudicial. En un estudio realizado por Lee y Neely (1980) a 27 plantas agrícolas cultivadas en tiestos y expuestas a lluvia ácida simulada con un intervalo de pH de 2.5 a 5.7, aparecieron lesiones visibles y desagradables en el follaje en 21 cultivos a un pH de 3.0, el cual se presenta con una frecuencia de precipitación de 0.5 a 1.0% en las regiones afectadas de Norteamérica. Los estudiosos de cultivos importantes de Ontario realizados por Hutchinson (1981) mostraron que las lluvias con pH entre 2.5 y 3.0 afectaban seriamente la lechuga, el betabel, la cebolla, la soya, el fríjol pinto y el tabaco. Cultivos como el tabaco, la lechuga y la espinaca dependen de un follaje saludable para su venta. Por toro lado, los estudioso realizados en el Brookhaven Nacional Laboratorio de Estados Unidos (1983),demostraron que las plantas expuestas a precipitaciones ácidas simuladas de un pH de 4.2, 3.8 y 3.5 tuvieron rendimientos de semilla menores en 2.6, 6.5 y 11.4% respectivamente, en comparación con plantas expuestas solo a precipitación ambiental. Estos daños de semilla en un cultivo importante, como la soya, equivaldrían a pérdidas de muchos millones de dólares al año en Estados Unidos.

    De manera experimental se ha demostrado que la etapa crítica del ciclo vital de las plantas, en la cual el polen se transfiere a la flor hembra y lo fertiliza para producir un largo tubo (de polen), es muy sensible a un pH bajo (1983). En general la germinación y el crecimiento del tubo plìnico de manzanas y uvas se reducen con un pH igual o menor a 3.5. En estudios de especies forestales boreales (1983) se encontró que el polen de abedul es muy sensible, en tanto que el polen de un buen fruto en el tiempo de la polinización, la lluvia ácida plantea un peligro que no ha sido evaluado.

    En resumen, queda claro que los sistemas terrestres son menos sensibles a la sedimentación ácida que los sistemas acuáticos. Algunos efectos a corto plazo de la lluvia ácida pueden ser benéficos, probablemente a causa de las aportaciones de nitrógeno fertilizante. Sin embargo, a largo plazo es muy posible que se produzcan efectos dañinos. Sin duda se afectarán los ciclos y los equilibrios de los nutrientes en el bosque, y el crecimiento de los árboles puede menguar.

    Efectos sobre la fauna y flora

    Con respecto a las plantas, las especies que se ven más afectadas son los líquenes y los musgos que toman directamente el agua a través de sus hojas. Además estas especies son indicadores directos de la contaminación atmosférica como es el caso de los líquenes respecto a las emisiones de SO2.

    También en el caso de los pájaros pequeños que viven cerca de aguas acidificadas se ve afectada su reproducción.

    Los huevos de varias especies de pájaros aparecen con paredes muy delgadas debido al aluminio ingerido a través de los insectos de los cuales se alimentan. Dichos insectos precisamente se desarrollan en aguas acidificadas.

    Los animales herbívoros se ven afectados ya que al acidificarse los suelos, las plantas que aquellos ingieren, acumulan una mayor cantidad de metales pesados (aluminio, cadmio, etc.)

    Resumiendo lo anterior, se puede afirmar que la fauna también se verá afectada por los cambios en la composición y estructura de la vegetación.

    Si, por ejemplo, los bosques son dañados, se producirán grandes cambios en las especies animales que integran el ecosistema forestal.

    Efectos sobre las aguas subterráneas

    Parte importante de las precipitaciones penetran a través del suelo y cuanto más permeable sea el mismo, más profundidad alcanza.

    En áreas donde el suelo está densamente compactado, la casi totalidad del agua caída fluye hacia los lagos y otras corrientes.

    El agua que ha percolado alcanza por último, niveles donde el suelo está completamente saturado pasando a formar parte de las aguas subterráneas que son la principal fuente de suministro de agua.

    Las aguas en los lagos son siempre más ácidas que las aguas subterráneas debido a la función de filtro que desempeña el suelo, removiendo así gran parte del ácido.

    Si el suelo está constituido por material finamente granulado y el pozo de atracción es lo suficientemente profundo, el agua de lluvia ha sido neutralizada y al ser extraída no presenta problemas de acidificación.

    La acidificación de las aguas subterráneas se realiza en tres etapas.

    1. Primero disminuye la capacidad de los suelos de neutralizar las precipitaciones. Aumentan los niveles de sulfato, calcio y potasio, en las aguas subterráneas, no existiendo ningún otro efecto que altere la calidad del agua. En esta etapa el agua se torna corrosiva y ataca las cañerías.
    2. Luego de esta etapa la acción neutralizante del suelo decae aún más y el efecto buffer de las aguas subterráneas comienza a disminuir. Se nota en esta etapa un aumento en el poder corrosivo sobre metales y concreto.
    3. Por último, la capacidad neutralizante del suelo desaparece y los valores de pH descienden con un aumento en las concentraciones de metales en las aguas de los pozos, tornándose aún más corrosivos.

    Efectos en construcciones, materiales y pinturas

    Las construcciones, las estatuas y los monumentos de piedra sufren erosión por efecto de diversos contaminantes que arrastra el aire, entre ellos la lluvia ácida. Los materiales de construcción como acero, pintura, plásticos, cemento, mampostería, acero galvanizado, piedra caliza, piedra arenisca y mármol también están expuestos a sufrir daños. La frecuencia con la que es necesario aplicar nuevos recubrimientos protectores a las estructuras va en aumento, con los consecuentes costos adicionales, los cuales se estiman en miles de millones de dólares anuales.

    Los efectos de los diversos contaminantes todavía no se pueden separar unos de otros de manera confiable. Sin embargo se acepta que el principal agente corrosivo individual de los materiales de construcción es el dióxido de azufre y sus productos secundarios.

    Las piedras arenisca y caliza se han utilizado con frecuencia como materiales para monumentos y esculturas. Ambas se corroen con más rapidez en el aire citadino cargado de azufre que en el aire campestre libre de azufre.

    Cuando los contaminantes azufrados se depositan en una superficie de piedra arenisca o caliza, reaccionan con el carbonato de calcio del material y lo convierten en sulfato de calcio (yeso), fácilmente soluble, que se deslava con la lluvia. En el Informe sobre lluvia ácida, encargado por el gobernador de Ohio en 1980, el comité afirma que "la lluvia ácida es motivo de preocupación especial a causa de sus efectos en estructuras de importancia arqueológica o histórica". La desfiguración y disolución de famosas estatuas y monumentos, como la Acrópolis de Atenas y tesoros artísticos de Italia se ha acelerado considerablemente en los últimos 30 años, en muchos casos en obras que han estado en pie por siglos. Esto es una tragedia de la cual no es posible hacer un análisis económico.

      1. Reducción de la contaminación

        Los científicos han encontrado diversas maneras de reducir el volumen de dióxido de azufre proveniente de las centrales eléctricas que queman carbón. Una opción consiste en usar carbón que contenga menos azufre. Otra posibilidad es la de "lavar" el carbón para quitarle parte del azufre. La central eléctrica también puede instalar equipos llamados torres de lavado de gases, los cuales eliminan el dióxido de azufre de los gases que salen por la chimenea. Debido a que los óxidos de nitrógeno son creados durante el proceso de combustión de carbón y otros combustibles fósiles, algunas centrales eléctricas están cambiando la manera en que queman el carbón.

        Otras fuentes de energía

        Una excelente manera de disminuir la lluvia ácida es generar energía eléctrica sin usar combustibles fósiles. En su lugar, la gente puede utilizar fuentes de energía renovable, tales como la energía solar y la energía eólica. Dichas fuentes de energía renovable pueden ayudar a reducir la lluvia ácida porque producen mucho menos contaminación, y pueden ser usadas para hacer funcionar maquinaria eléctrica y producir electricidad.

        Vehículos más limpios

        Los automóviles y los camiones son fuentes importantes de los contaminantes que producen lluvia ácida. A pesar de que un automóvil por sí solo no produce mucha contaminación, son todos los vehículos que transitan por las calles, en su conjunto, los que crean un gran volumen de contaminación. Se requiere, por lo tanto, que los fabricantes de automóviles reduzcan el nivel de óxidos de nitrógeno y otros contaminantes que emiten los vehículos nuevos. Un tipo de tecnología usado en los automóviles es la del convertidor catalítico. Ésta se ha venido usando durante los últimos veinte años para reducir el volumen de óxidos de nitrógeno que emiten los automóviles. Algunos automóviles nuevos pueden también usar combustibles más limpios, tales como el gas natural.

        Los automóviles que producen menos contaminación y que son mejores para el medio ambiente se conocen generalmente como vehículos de bajas emisiones.

      2. ¿Que se está haciendo con respecto a esto?

        Aquí se pueden mostrar los 4 cuadros estadísticos realizados al encuestar a un número de 100 personas en el centro de Lima con un promedio de edad de 20 a 30 años.

        1.- ¿Tiene conocimiento de que son Lluvias ácidas?

        2.- ¿Sabe usted si las Lluvias ácidas agotan la capa de ozono?

      3. Estadísticas

      3.- ¿Conoce alguna institución que se encargue de tratar este tema?

      4.- ¿Tiene conocimiento de las consecuencias que traen las lluvias ácidas?

    1. BIBLIOGRAFÍA

    DEDICATORIA

    Este trabajo se lo dedico a mis padres y profesores, por su desinteresada atención hacia mí.

     

    Jacqueline M. Bazalar Díaz

    Estudiante de Ingeniera Pesquera de la UNJFSC, II ciclo,

    Huacho, Perú 2006