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Narcisismo y organizaciones de la personalidad: una mirada psicoanalítica (página 2)

Enviado por Mart�n S�nchez


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DIVERSAS ORGANIZACIONES

En cuanto a las distintas organizaciones propiamente dichas, no es posible hacer una lista que pretenda ser acabada y definitiva de las mismas, porque no estaría de acuerdo con la propuesta filosófica de la que partimos, que abre las puertas a nuevos conocimientos y pondera la concepción dialéctica de una realidad permanentemente sujeta a cambios y transformaciones.

No obstante, se puede mencionar la organización psicótica, la neurótica (histérica, obsesiva y fóbica), fronteriza, perversa, psicosomática, hipocondríaca, una organización donde predomina lo psicopático – actuador, organizaciones adictivas, narcisistas, simbióticas y patológicas (en las que predomina el fenómeno disociativo).

Cada organización presenta síntomas específicos predominantes, que son utilizados por el yo como defensas y que muchas veces cumplen la función de enquistar a la locura para que no se generalice. El sistema defensivo es el condimento de la organización y le da la fuerza y el vigor que ésta requiere. Ciertamente se puede observar un juego dialéctico entre síntoma y defensa, en el que todo síntoma se presenta como defensa, apareciendo la defensa en un esforzado intento de evitar la desestructuración del yo. Por tanto, podemos ver a la defensa como enfermedad y a la enfermedad como defensa.

En ocasiones, y a pesar de no ser lo más común, hay organizaciones monolíticas, con una defensa única. En general, debajo de esta defensa hay una locura muy grande que está tratando de apoderarse del yo.

Ahora bien, podríamos preguntarnos por qué predomina un sistema defensivo y no otro. Si bien la respuesta no sería sencilla, podemos decir que la elección de los síntomas y defensas no es casual. Es fundamental la incidencia del ambiente, la ideología, el momento histórico y en especial del núcleo familiar en esta elección. A veces el sistema defensivo es transmitido transgeneracionalmente. Es el núcleo familiar el que en cierta forma elige el sistema de defensas y por tanto la patología central. Esto ocurre muy tempranamente, mediante el desmantelamiento precoz del yo. No se le proporciona al niño una base segura. Este yo desmantelado permitirá que otros coloquen aspectos patológicos en el sujeto, quedando éste como el abanderado de la patología de toda la familia.

Otro elemento trascendente para comprender las particularidades de las organizaciones es el análisis de las fantasías inconscientes, que al decir de Pichon Rivière son "la crónica interna de la realidad". Estas fantasías inconscientes son la expresión de las relaciones de objeto y están presentes durante toda la vida. Muchas de ellas, pertenecientes a distintos períodos de la vida están en actividad permanente e interactiva, presentando una gran fluidez. Las fantasías inconscientes de estar habitados por objetos internos forman parte de la vida "normal", sin embargo también pueden llegar a ser el núcleo de la psicopatología. Las propias defensas, que están dándole el "sabor" a las organizaciones, son fantasías inconscientes.

En situaciones límites se puede llegar a exhibir niveles psicóticos, que luego desaparecen. No todo lo "enfermo", psicótico o neurótico es malo. Estos son elementos absolutamente necesarios sin los cuales no podríamos vivir. En diversas ocasiones de la vida los mecanismos psicóticos serán esenciales, un ejemplo de esto es el estar expuesto a situaciones de tortura. No obstante en otros momentos estos aspectos psicóticos pueden ser el motor de la patología. A veces se puede recibir un estímulo de la parte psicótica de la personalidad, pero no será lo mismo si se produce un ataque masivo de la P.P.P. (Parte Psicótica de la Personalidad), situación en la que el yo deberá recurrir a defensas y organizaciones más primitivas.

Los núcleos básicos patológicos se generan en los primeros meses de vida, incluso en la vida intrauterina. Para poder observar las características propias de cada organización sería interesante analizar las tres grandes áreas de la conducta que propone Pichon: la mente, el cuerpo, y la acción o pasaje al acto.

Una nueva organización:

Imaginemos el siguiente diálogo entre Sócrates y Alcibíades:

Sócrates: – Y bien Alcibíades… Después de todo lo que se ha dicho, ¿qué es para ti el amor?

Alcibíades: – Definirlo sería demasiado osado maestro… sin embargo puedo apelar a un ejemplo… Hace años tú te interesabas en mí, te esforzabas para que llegara a un mayor conocimiento, y me tratabas con verdadero aprecio. En ese tiempo no sabía valorar tan cara distinción. Ahora, el tiempo ha desvanecido mi belleza y mi fama no excede a la tuya, y a pesar de esto, tu deferencia para conmigo continúa como el primer día. Eso es para mí una manifestación del amor… Pero dime maestro, ¿qué es entonces el amor?

Sócrates: – No tiene caso Alcibíades. No intentaré superar tus conmovedoras palabras. Dejemos que esta vez seas tú quien contribuya a mi saber. Tu breve reflexión me ha conmovido más que los extensos discursos que te han precedido. Después de todo, ¿Qué mayor satisfacción puedo tener que el saber que un discípulo llega a percibir la esencia de mi ser y sentir…?

El maestro aquí no hizo más que simplemente prestar oídos… Esto puede ilustrar lo que sucedió en el transcurso del seminario, cuando una compañera logró "descubrir" la organización bipolar de la personalidad que estaría vinculada a la melancolía y también a las psicosis maníaco depresivas. En esta nueva organización no es difícil encontrar ideas delirantes, que subyacen a estas afecciones.

Más allá de lo anecdótico, es valioso poder presenciar cómo una teoría puede ir incorporando nuevos elementos. Estos se hacen posibles en virtud de la concepción epistemológica que se maneja. Sería impensable que una concepción teórica basada en la dialéctica, y en el análisis de la realidad permaneciera fija e inmutable.

NARCISISMO: MARCHAS Y CONTRAMARCHAS

Realizaré aquí un recorrido histórico -incompleto desde luego- de los desarrollos teóricos sobre narcisismo, para luego intentar sumergirme en aspectos teórico – técnicos del narcisismo tal como se lo puede concebir en base a la ecología psíquica antes expuesta, y en relación a las organizaciones de la personalidad.

"Introducción del narcisismo" (1914) es la propuesta que hizo Freud para sistematizar sus ideas con respecto al narcisismo. El término "narcisismo" fue tomado por Freud de P. Näcke, o de Havelock Ellis, o quizás de ambos… Lo que sí sabemos es que refiere al joven Narciso, personaje de la mitología griega, quien al descubrir su reflejo en el agua, se deslumbró con la belleza de la imagen, y al tratar de besarla se precipitó de cabeza en la fuente, siendo esto la causa de su inmediata muerte.

En esta breve reseña histórica sobre el concepto de narcisismo explicaré parte de los primeros desarrollos freudianos al respecto, y para esto necesariamente mencionaré conceptos pertenecientes (al decir de Baranger) a la "paleontología del psicoanálisis". Se distingue en el texto mencionado, la libido yoica de la libido de objeto, distinción importante para comprender la diferenciación entre narcisismo primario y secundario. El narcisismo como "(…) estadio intermedio entre autoerotismo y amor de objeto (…)" sería el narcisismo primario, que se puede observar mediante la actitud de los padres hacia el niño. Estos atribuyen al niño todas las perfecciones, y este hecho reflejaría que ellos están viviendo una reaparición de su propio narcisismo primario, que esta vez se manifiesta trasmudado al amor de objeto.

El narcisismo secundario en tanto, "(…) nace por replegamiento de las investiduras de objeto (…)" por lo que es necesario que el niño haya alcanzado el amor objetal.

Es menester señalar, en tanto, que el intento de considerar como plausible un narcisismo primario pertenecería a una concepción idealista. No hay suficiente fundamentación como para pensar que podría darse sin interacción. El aporte de Klein al respecto es que todo narcisismo tiene que ver con el vínculo y con las relaciones de objeto, que están desde el principio, y esto constituye una diferencia fundamental con respecto a las teorizaciones freudianas.

Luego de estos primeros desarrollos freudianos, el concepto de narcisismo no había sido de los más trabajados. Hacia finales de los 40 Rosenfeld realizó importantes teorizaciones al respecto. No obstante en el Río de la Plata se comienza a trabajar con fuerza el concepto de narcisismo a partir de los desarrollos que Heinz Kohut realizara en los 70, generando un avance en las investigaciones en este sentido y haciendo aportes interesantes en lo que respecta a la técnica, pero a la vez dando lugar a confusiones en algunos aspectos. Este autor habla de personalidades narcisistas, sin embargo se percibe en los adherentes a esta postura cierta banalización del concepto de narcisismo, ya que no se tiene en cuenta la destructividad, el odio y la envidia que subyace al narcisismo.

En este marco de gran popularidad que presentaba el concepto de narcisismo no estuvieron ausentes los analistas franceses, redescubriendo las teorizaciones de Rosenfeld.

Veremos ahora uno de los "nudos" producidos en estos años… Podría decirse que los trastornos provocados por una inadecuada organización de los aspectos narcisistas de la personalidad o trastornos del narcisismo, posee vinculaciones con los trastornos propios de la organización fronteriza de la personalidad "(…)problemáticas y discutidas (separadas por algunos y aproximadas por otros)" Kernberg por ejemplo, señala que la mayoría de las personalidades narcisistas (entre las que incluye la antisocial y psicopática), presentan una organización fronteriza subyacente. Por su parte, Dinorah Nocetti, al analizar la obra de Kernberg plantea que la organización fronteriza de la personalidad estaría determinada por una fijación o regresión a la etapa en que el niño integra en una totalidad las representaciones buenas y malas de sí mismo y las del objeto. Este proceso de discriminación se va dando en base a la interacción de aspectos libidinales y agresivos y contribuye a que los límites del yo se hagan más firmes, ya que previamente había dificultad para diferenciar adentro – afuera, yo – no yo. A esta etapa le sigue la de consolidación de estas representaciones (ya en el tercer año) y el período edípico, en el que quedarán constituidos el ello, yo y superyó. "Una deficiente condensación de estas estructuras intrapsíquicas y la regresión a la (…) etapa anterior (…) determina la patológica estructura narcisista".

Dicho esto, y para no dar lugar a confusión, se puede decir que esta homologación ha servido nada más que para "embarrar la cancha". Sin embargo "Hoy queda claro que la ‘personalidad narcisista’ es una de las múltiples máscaras clínicas que adoptan los cuadros fronterizos. Queremos dejar sentado, además, que ‘fronterizo’ o ‘narcisista’ no son diagnósticos nosológicos, describen peculiares organizaciones de la personalidad (…)"

En lo referente a los aportes relacionados con la técnica en este período de "auge" del narcisismo, Kohut, hace toda una clasificación de los tipos de transferencia en los pacientes con trastorno narcisista de personalidad, al diferenciar la especular de la idealizada, y subdividiendo la especular en transferencia gemelar, fusional y especular propiamente dicha, y plantea que el reconocimiento del tipo de transferencia será útil para el manejo contratransferencial.

Es meritorio su aporte relacionado a la contratransferencia, que deberá ser tenida en cuenta de una manera especial. En los pacientes fronterizos el terapeuta tendrá que estar dispuesto a atender las demandas de afecto y protección y deberá tener actitudes continentes y empáticas como aceptar la necesidad del paciente de ser en cierta forma el centro de atención. Por otro lado, el analista tendrá que sufrir la agresión que se le pueda impartir cuando no se lo considera un objeto independiente. "La agresividad que se da tanto al principio, como al fin del tratamiento, puede implicar un sufrimiento al terapeuta."

CONFLICTIVA NARCISISTA Y ORGANIZACIONES

DE LA PERSONALIDAD

Es evidente que hubiera resultado interesante profundizar en las distintas organizaciones de la personalidad, pero de este modo nos habríamos embarcado en una empresa inútil e interminable. Teniendo esto en cuenta decidimos centrar la atención en el narcisismo en virtud de su importancia y del interés teórico – clínico que supone por estar presente en diversas organizaciones de la personalidad, y especialmente por su relevancia con relación a las patologías graves en general.

Conviene realizar una distinción en este momento entre narcisismo y auto aprecio. Así, usaremos narcisismo para las situaciones más graves, de índole patológica, donde predominan lo destructivo y la envidia.

El narcisismo se presenta como una eficaz defensa por ejemplo contra la baja autoestima, el escaso auto aprecio, así como es una defensa ante la envidia. Se conecta con la P.P.P. y puede mantener enquistados, aislados, los procesos de índole psicótica, ocultando en ocasiones el delirio, o conductas suicidas. Detrás del narcisismo a veces hay fragilidad, esto es lo que puede llevar al suicidio, no obstante lo cual cuando el narcisismo opera como caparazón, o como una máscara, puede permitir a los pacientes severamente perturbados desempeñarse satisfactoriamente.

Cuando más arriba hablábamos de parte psicótica de la personalidad, lo hacíamos tomando los desarrollos de Bion al respecto. Hay aquí una referencia a la escisión como mecanismo espacial, no obstante partiendo de la concepción mencionada por Paciuk acerca de que existen momentos psicóticos, hemos de entender de modo más oportuno a la escisión, como temporal.

En los pacientes neuróticos se accede más fácilmente a los momentos psicóticos siendo en los pacientes graves más difícil, por lo cual el analista debe aliarse para el mejor abordaje de estos últimos, con su parte neurótica o más sana.

Lo transferencial – contratransferencial

Hay consideraciones relativas a cuestiones técnicas vinculadas a la transferencia, contratransferencia, así como a la pertinencia de las intervenciones técnicas, que se derivan de la concepción dinámica del psiquismo con la que trabajamos.

La identificación proyectiva es la transferencia (dentro del setting analítico). Toda transferencia es identificación proyectiva, sin embargo no toda la identificación proyectiva es transferencial.

La transferencia en pacientes gravemente perturbados, requiere alta tolerancia a la frustración y despierta sensaciones diversas (puede provocar sueño, tedio y diversas alteraciones somáticas) y supone mayor vulnerabilidad para el analista frente a las identificaciones proyectivas por la posibilidad de que se produzca interacción visual, facilitado por las eventuales modificaciones del encuadre. El trabajo con estos pacientes requiere mucha fortaleza del analista teniendo en cuenta que a través de las identificaciones proyectivas estos colocarán aspectos como el odio, la destructividad y la envidia sobre el analista, lo cual le puede resultar doloroso o difícil de manejar

Esta depositación masiva en la figura del analista de aspectos agresivos puede ser la única vía a través de la que el paciente logra hacer al analista partícipe de su problemática.

Estos pacientes "(…) aciertan con envidiable frecuencia en las áreas más conflictivas del analista" . El analista se presenta como continente de las proyecciones del paciente, siendo el trabajo analítico isomórfico a los cuidados maternos, entando apto para integrar aquellos aspectos confusos para devolver al paciente aquello que sea capaz de tolerar.

Teniendo como soporte este rol continente, se realizan "Interpretaciones transferenciales precoces" que buscan consolidar el vinculo terapéutico, eliminando ansiedades paranoides o depresivas, así como al momento de la separación es importante tener una actitud que jerarquice el holding, ya que se enfrenta al paciente a sus áreas más conflictivas.

¿Cómo será la terapéutica?

Acorde con la concepción dinámica de la ecología psíquica, es necesario adaptar el encuadre al paciente y no al revés, cuestionando permanentemente la concepción clásica del setting analítico. La apertura a las modificaciones necesarias y a la movilidad del encuadre, no supone sin embargo desconocer arbitrariamente las ortodoxias de la técnica.

Es conveniente que el analista sea capaz de desligar la terapéutica de la técnica bipersonal clásica ya que habitualmente no se obtienen los resultados esperados.

Resulta importante la inclusión de la familia, tratamiento grupal con la familia, con el paciente, del grupo familiar sin el paciente, el tratamiento psiquiátrico, psicoterapéutico, así como grupos entre los propios pacientes, grupos de trabajos con otros. La integración de estos abordajes favorecerá a la obtención de resultados satisfactorios.

UNA REFLEXIÓN A MODO DE CIERRE

Habría por supuesto mucho más para decir al respecto de las organizaciones de la personalidad. Sin embargo esta reseña teórica ha resultado satisfactoria en lo personal, en el sentido de abrir todo un espectro de posibilidades de conocimiento, como una puerta de entrada que será esencial abrir, teniendo como perspectiva una futura práctica profesional.

Asimismo es un mérito importante, ya no de este trabajo, sino del seminario, la posibilidad de pensar al Psicoanálisis como una teoría y práctica de suma importancia en el contexto mundial actual, y aún con invalorables aportes por realizar…

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

  • Bernardi, Ricardo; 1987 "Concepción Actual del Narcisismo. Hallazgos Clínicos y Dificultades Teóricas"; en Revista AUDEPP,  Tomo 2, No. 2; abril/1987.
  • Crismariu de Rostkier, Sandra; 1987 "Un enfoque kohutiano del rol del terapeuta"; en Revista AUDEPP. Tomo 2, Nº 2
  • Freud, Sigmund; "Introducción del narcisismo" (1914) en Obras Completas Amorrortu Editores; 1975.
  • Nocetti, Dinorah; 1987 "Narcisismo Patológico: Otto Kernberg"; en Revista AUDEPP,  Tomo 2, No. 2; abril/1987.
  • Raggio, Víctor; Psicoanálisis Teoría y práctica. Los desafíos de una nueva realidad Roca Viva editorial. Montevideo, 1997.
  • Raggio, Víctor; Técnica psicoanalítica. Su fundamentación práctica Roca Viva editorial. Montevideo, 1996.

 

Autor

Martín Sánchez

Estudiante de Cuarto Ciclo, Facultad de Psicología, Universidad de la República.

Enero de 2007, Montevideo, Uruguay.

Partes: 1, 2
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